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CAPÍTULO 9

La dinastía de Aṁśumān

Este capítulo explica la historia de la dinastía de Aṁśumān hasta llegar a Khaṭvāṅga; también explica cómo Bhagīratha trajo a la Tierra el agua del Ganges.

Dilīpa, el hijo de Mahārāja Aṁśumān, trató de traer el Ganges a este mundo, pero murió sin haberlo logrado. Bhagīratha, el hijo de Dilīpa, estaba decidido a traer el Ganges al mundo material, y con ese objeto, se sometió a severas austeridades. Madre Ganges, completamente satisfecha con esas austeridades, se hizo visible ante él, con el deseo de darle una bendición. Bhagīratha le pidió entonces que liberase a sus antepasados. Madre Ganges aceptó descender a la Tierra, pero con dos condiciones. La primera, que un varón capacitado controlase sus olas, y la segunda, que no quería cargar con todas las reacciones pecaminosas de quienes se bañasen en sus aguas para purificarse de sus pecados. Había que resolver esas dos cuestiones. Bhagīratha contestó a madre Ganges: «La Personalidad de Dios, el Señor Śiva, será perfectamente capaz de dominar tus olas, y las reacciones de los pecados de los hombres quedarán neutralizadas cuando los devotos puros se bañen en tus aguas». Acto seguido, Bhagīratha realizó austeridades para satisfacer al Señor Śiva, que recibe el nombre de Āśutoṣa porque, por naturaleza, es muy fácil de complacer. El Señor Śiva aceptó la propuesta de Bhagīratha de contener la fuerza del Ganges. De ese modo, por el simple hecho de ser tocados por el Ganges, los antepasados de Bhagīratha fueron liberados y se les permitió ir a los planetas celestiales.

El hijo de Bhagīratha fue Śruta, el hijo de Śruta fue Nābha, y el hijo de Nābha fue Sindhudvīpa. El hijo de Sindhudvīpa fue Ayutāyu y el hijo de Ayutāyu fue Ṛtūparṇa, el amigo de Nala. Ṛtūparṇa dio a Nala el arte del juego, y aprendió de él el arte de aśva-vidyā. El hijo de Ṛtūparṇa fue Sarvakāma, el hijo de Sarvakāma fue Sudāsa, y el hijo de este fue Saudāsa. La esposa de Saudāsa se llamó Damayantī o Mayadantī, y Saudāsa también fue conocido con el nombre de Kalmāṣapāda. Debido a un error en sus actividades fruitivas, fue maldecido por Vasiṣṭha y se convirtió en un rākṣasa. Mientras caminaba por el bosque, vio a un brāhmaṇa que realizaba el acto sexual con su esposa. Saudāsa, en su condición de rākṣasa, quiso devorar al brāhmaṇa, y, pese a las muchas súplicas de la esposa del brāhmaṇa, así lo hizo. La esposa del brāhmaṇa le maldijo entonces diciendo: «Tan pronto como realices el acto sexual, morirás». Por esa razón, Saudāsa no tuvo hijos ni siquiera después de liberarse de la maldición de Vasiṣṭha Muni, pasados doce años. Fue entonces cuando Vasiṣṭha, con el permiso de Saudāsa, fecundó a Madayantī. Madayantī estuvo embarazada durante muchos años, pero no logró dar a luz hasta que Vasiṣṭha le golpeó el abdomen con una piedra. Aquel hijo se llamó Aśmaka.

Bālika, el hijo de Aśmaka, se salvó de la maldición de Paraśurāma debido a que estaba rodeado de muchas mujeres; debido a ello, se le conoce también con el nombre de Nārīkavaca. Cuando el mundo quedó sin kṣatriyas, Bālika fue el padre original de más kṣatriyas. Por esa razón, a veces se le da el nombre de Mūlaka. De Bālika nació Daśaratha, de Daśaratha, Aiḍaviḍi, y de Aiḍaviḍi, Viśvasaha, que fue padre de Mahārāja Khaṭvāṅga. Mahārāja Khaṭvāṅga se unió a los semidioses en su lucha contra los demonios y salió victorioso, y por ello los semidioses quisieron darle una bendición. Cuando el rey preguntó cuánto tiempo le quedaba de vida, descubrió que no tenía más que unos segundos. Inmediatamente abandonó los planetas celestiales y regresó a su propia morada en un avión. Comprendiendo que todo lo que existe en el mundo material carece de importancia, se consagró plenamente a adorar a la Suprema Personalidad de Dios, Hari.

Text 1:
Śukadeva Gosvāmī continuó: Al igual que su abuelo, el rey Aṁśumān también realizó austeridades durante mucho tiempo. Sin embargo, la muerte le llegó sin haber logrado traer el Ganges al mundo material.
Text 2:
Como el propio Aṁśumān, tampoco Dilīpa, su hijo, logró traer el Ganges al mundo material. A su debido tiempo, Dilīpa también fue víctima de la muerte. Su hijo, Bhagīratha, se sometió entonces a unas austeridades muy rigurosas para traer el Ganges a este mundo.
Text 3:
Madre Ganges apareció ante el rey Bhagīratha y le dijo: «Estoy muy satisfecha con tus austeridades, y dispuesta a darte las bendiciones que desees». Al escuchar esas palabras de madre Ganges [Gaṅgādevī], el rey postró su cabeza ante ella y le explicó su deseo.
Text 4:
Madre Ganges contestó: La caída de mis aguas desde el cielo a la superficie del planeta Tierra será, sin duda alguna, muy violenta. ¿Quién contendrá esa fuerza? Si nadie me sostiene, atravesaré la superficie de la Tierra y descenderé hasta Rasātala, en la zona del universo en que se encuentran los Pātālas.
Text 5:
¡Oh, rey!, yo no deseo descender al planeta Tierra, pues la gente se bañará en mis aguas para purificarse de las reacciones de sus actos pecaminosos. Cuando todas esas reacciones pecaminosas se acumulen en mí, ¿cómo me liberaré de ellas? Debes considerar todo esto con detenimiento.
Text 6:
Bhagīratha dijo: Las personas que han alcanzado la santidad en virtud de su servicio devocional se hallan de hecho en la orden de renuncia, libres de deseos materiales. Esos devotos puros, expertos en seguir los principios regulativos mencionados en los Vedas, siempre manifiestan un comportamiento glorioso y puro, y pueden liberar a todas las almas caídas. Al bañarse en tus aguas, esos devotos puros neutralizarán, sin duda alguna, las reacciones pecaminosas debidas a las demás personas, pues siempre llevan en lo más profundo del corazón a la Suprema Personalidad de Dios, que puede destruir todas las reacciones pecaminosas.
Text 7:
Como una tela formada con hilos que se entrecruzan a lo largo y a lo ancho, este universo, en toda su latitud y longitud, está bajo el control de las diversas potencias de la Suprema Personalidad de Dios. El Señor Śiva es la encarnación del Señor, de modo que representa a la Superalma en el alma corporificada. Él puede sostener sobre su cabeza tus poderosas olas.
Text 8:
Tras decir esto, Bhagīratha realizó austeridades para satisfacer al Señor Śiva. ¡Oh, rey Parīkṣit!, el Señor Śiva pronto se sintió satisfecho con Bhagīratha.
Text 9:
Cuando el rey Bhagīratha acudió al Señor Śiva para pedirle que contuviese las violentas olas del Ganges, el Señor Śiva aceptó su propuesta diciendo: «Que así sea». Entonces, con gran atención, sostuvo el Ganges sobre su cabeza, pues el agua del Ganges, que ha emanado de los pies de Viṣṇu, es purificadora.
Text 10:
Bhagīratha, el gran rey santo, llevó el Ganges, que puede liberar a todas las almas caídas, hasta el lugar de la Tierra en que los cuerpos de sus antepasados habían quedado reducidos a cenizas.
Text 11:
Guiada por la veloz cuadriga de Bhagīratha, madre Ganges purificó muchos países hasta llegar a las cenizas de los antepasados de Bhagīratha, los hijos de Sagara, que, de ese modo, fueron salpicados con sus aguas.
Text 12:
Por haber ofendido a una gran personalidad, los hijos de Sagara fueron reducidos a cenizas por el calor de sus propios cuerpos. Pero, por el simple hecho de ser salpicados con agua del Ganges, todos ellos merecieron entrar en los planetas celestiales. ¿Qué puede decirse entonces de quienes utilizan el agua de madre Ganges para adorarla?
Text 13:
El simple contacto del agua del Ganges con las cenizas de sus cuerpos quemados bastó para que los hijos de Sagara Mahārāja se elevasen a los planetas celestiales. ¿Qué puede decirse entonces del devoto que adora a madre Ganges fielmente, con un voto firme? Apenas podemos imaginar el beneficio que obtiene.
Text 14:
Madre Ganges emana del dedo del pie de loto de la Suprema Personalidad de Dios, Anantadeva, y debido a ello puede liberarnos del cautiverio material. Por esa razón, lo que ahora hemos explicado acerca de ella no tiene nada de extraordinario.
Text 15:
Los grandes sabios, completamente liberados de los deseos de disfrute material, consagran su mente por entero al servicio del Señor. Esas personas se liberan del cautiverio material sin dificultad, y se sitúan en el plano trascendental, adquiriendo así la cualidad espiritual del Señor. Esa es la gloria de la Suprema Personalidad de Dios.
Texts 16-17:
Bhagīratha tuvo un hijo llamado Śruta, cuyo hijo fue Nābha. Este hijo, que no es el mismo Nābha de quien se habló anteriormente, fue padre de Sindhudvīpa; de Sindhuvīpa nació Ayutāyu, y de Ayutāyu, Ṛtūparṇa, el amigo de Nalarāja. Ṛtūparṇa enseñó a Nalarāja el arte del juego, y Nalarāja dio lecciones a Ṛtūparṇa acerca de la doma y crianza de caballos. El hijo de Ṛtūparṇa fue Sarvakāma.
Text 18:
Sarvakāma tuvo un hijo llamado Sudāsa, cuyo hijo, Saudāsa, fue el esposo de Damayantī. Saudāsa recibe a veces los nombres de Mitrasaha o Kalmāṣapāda. Debido a sus malas acciones, Mitrasaha no tuvo hijos y fue maldecido por Vasiṣṭha a convertirse en caníbal [rākṣasa].
Text 19:
El rey Parīkṣit dijo: ¡Oh, Śukadeva Gosvāmī!, Saudāsa era una gran alma; ¿por qué le maldijo su maestro espiritual, Vasiṣṭha? Deseo saberlo. Si no es un tema confidencial, explícamelo, por favor.
Texts 20-21:
Śukadeva Gosvāmī dijo: Cierto día, Saudāsa se marchó a vivir al bosque; allí mató a un caníbal [rākṣasa], pero perdonó y dejó libre a su hermano. Este, sin embargo, decidió vengarse. Con la idea de hacer mal al rey, entró en el palacio como cocinero, y un día en que el rey había invitado a cenar a Vasiṣṭha Muni, su maestro espiritual, el cocinero rākṣasa le sirvió carne humana.
Text 22:
Al examinar el alimento que le habían servido, Vasiṣṭha Muni, en virtud de su poder místico, se dio cuenta de que no era comestible, pues era carne de ser humano. Muy enfadado, Vasiṣṭha maldijo a Saudāsa a volverse un caníbal.
Texts 23-24:
Cuando comprendió que no había sido el rey, sino el rākṣasa, quien le había servido carne humana, Vasiṣṭha inició un período de doce años de austeridades para purificarse por haber maldecido al rey, que era inocente. Mientras tanto, el rey Saudāsa tomó agua, cantó el śapa-mantra y se dispuso a maldecir a Vasiṣṭha, pero su esposa, Madayantī, se lo prohibió. El rey vio entonces que las diez direcciones, el cielo y la superficie del globo estaban llenos por todas partes de entidades vivientes.
Text 25:
De esa forma, Saudāsa adquirió las tendencias de un antropófago; en su pierna izquierda apareció una mancha negra, que le hizo merecer el nombre de Kalmāṣapāda. Cierto día, el rey Kalmāṣapāda en el bosque vio a una pareja brāhmaṇa que realizaban el acto sexual.
Texts 26-27:
Muy hambriento, y bajo la influencia de sus tendencias rākṣasas, el rey Saudāsa apresó al brāhmaṇa. La pobre mujer, la esposa del brāhmaṇa, dijo entonces al rey: ¡Oh, héroe!, tú no eres un caníbal de verdad; eres uno de los descendientes de Mahārāja Ikṣvāku. Eres un gran luchador, el esposo de Madayantī. No debes cometer este acto irreligioso. Yo deseo tener un hijo. Por favor, devuélveme a mi esposo, que todavía no me ha fecundado.
Text 28:
¡Oh, rey!, ¡oh, héroe!, el cuerpo humano es para obtener beneficios universales. Si lo matas antes de tiempo, acabas también con todos los beneficios de la vida humana.
Text 29:
Él es un brāhmaṇa erudito, muy cualificado, que se dedica a la práctica de austeridades, con un ardiente deseo de adorar al Señor Supremo, la Superalma que vive en lo más hondo del corazón de todas las entidades vivientes.
Text 30:
Mi señor, tú eres perfectamente consciente de los principios religiosos. Del mismo modo que no se espera que un padre mate a su hijo, este brāhmaṇa debería recibir tu protección, y no morir en tus manos. ¿Por qué tendría que matarle un rājarṣi como tú?
Text 31:
Eres bien conocido y adorado en círculos eruditos. ¿Cómo te atreves a matar a este brāhmaṇa, que es una persona santa, libre de pecado y bien versada en el conocimiento védico? Matarle sería como destruir el embrión dentro del vientre o matar a una vaca.
Text 32:
Sin mi esposo, yo no puedo vivir ni por un momento. Si quieres devorar a mi esposo, mejor sería que me comieses antes a mí, pues sin él seré como un cadáver.
Text 33:
Condenado por la maldición de Vasiṣṭha, el rey Saudāsa devoró al brāhmaṇa como un tigre que devora a su presa. Ni siquiera las lastimeras palabras y los lamentos de la esposa del brāhmaṇa lograron conmoverle.
Text 34:
Abrumada de dolor y lamentación, la casta esposa del brāhmaṇa vio cómo el caníbal devoraba a su esposo, que había estado a punto de emitir semen. Entonces, llena de rabia, la mujer maldijo al rey.
Text 35:
¡Oh, necio pecador!, por haberte comido a mi esposo cuando yo sentía inclinación sexual y deseaba la semilla de un hijo, también yo te veré morir cuando trates de descargar tu semen en tu esposa. En otras palabras, tan pronto como intentes la unión sexual con tu esposa, morirás.
Text 36:
Con estas palabras, la esposa del brāhmaṇa maldijo al rey Saudāsa, conocido con el nombre de Mitrasaha. Después, deseosa de reunirse con su esposo, entró en el fuego en que quemaba sus huesos y partió con él rumbo al mismo destino.
Text 37:
Pasados doce años, cuando el rey Saudāsa se liberó de la maldición de Vasiṣṭha, quiso tener relaciones sexuales con su esposa. Sin embargo, tuvo que abstenerse, pues la reina le recordó la maldición de la brāhmaṇī.
Text 38:
Advertido de ese modo, el rey renunció a la felicidad que pudieran depararle las relaciones sexuales y, por designio del destino, no tuvo hijos. Más tarde, con el permiso del rey, el gran santo Vasiṣṭha engendró un hijo en el vientre de Madayantī.
Text 39:
Madayantī llevó el niño en el vientre durante siete años sin dar a luz, hasta que Vasiṣṭha provocó el parto golpeándole el abdomen con una piedra. Debido a ello, el niño recibió el nombre de Aśmaka [«el hijo nacido de una piedra»].
Text 40:
De Aśmaka nació Bālika, que fue conocido con el nombre de Nārīkavaca [«el que es protegido por mujeres»], porque se salvó de la ira de Paraśurāma gracias a que estaba rodeado de mujeres. Cuando Paraśurāma destruyó a todos los kṣatriyas, Bālika fue el progenitor de más kṣatriyas. Por ello se le conoce con el nombre de Mūlaka, «la raíz de la dinastía kṣatriya».
Text 41:
Bālika tuvo un hijo llamado Daśaratha; Daśaratha tuvo un hijo llamado Aiḍaviḍi, y de Aiḍaviḍi nació el rey Viśvasaha. El hijo del rey Viśvasaha fue el famoso Mahārāja Khaṭvāṅga.
Text 42:
El rey Khaṭvāṅga era invencible en el combate. A pedido de los semidioses, se unió a ellos para luchar contra los demonios, y salió victorioso. Cuando los semidioses, muy complacidos, quisieron darle una bendición, el rey preguntó cuánto tiempo iba a vivir. Entonces le informaron que no le quedaba más que un instante de vida. De inmediato, el rey abandonó el palacio y regresó a su propia morada, donde consagró su mente por entero a los pies de loto del Señor.
Text 43:
Mahārāja Khaṭvāṅga pensó: Ni mi propia vida me es más querida que la cultura brahmínica y los brāhmaṇas, a quienes mi familia adora. ¿Qué puedo decir entonces de mi reino, mis tierras, mi esposa, mis hijos y mi opulencia? Nada hay que me sea tan querido como los brāhmaṇas.
Text 44:
Ni siquiera en la infancia me sentí atraído por las cosas insignificantes o los principios irreligiosos. Nunca encontré nada más trascendente que la Suprema Personalidad de Dios.
Text 45:
Los semidioses, quienes dirigen los tres mundos, estaban dispuestos a darme cualquier bendición que pudiera desear, pero yo no he querido sus bendiciones, pues quien me interesa es la Suprema Personalidad de Dios, el creador de todo cuanto existe en el mundo material. La Suprema Personalidad de Dios me atrae más que todas las bendiciones materiales.
Text 46:
Los semidioses gozan del privilegio de estar situados en el sistema planetario superior, pero, aun así, las condiciones materiales agitan su mente, su inteligencia y sus sentidos. Pese a su elevada posición, ni siquiera ellos logran comprender a la Suprema Personalidad de Dios, que está situado eternamente en lo más profundo del corazón. ¿Qué puede decirse entonces de quienes, como los seres humanos, tenemos menos facilidades?
Text 47:
Así pues, ahora debo abandonar mi apego por las cosas creadas por la energía externa de la Suprema Personalidad de Dios. Debo ocuparme en pensar en el Señor y, de ese modo, entregarme a Él. La creación material, obra de la energía externa del Señor, es como una de esas ciudades imaginarias que se evoca en una montaña o en el bosque. Aunque ese apego y esa atracción por lo material son naturales en el alma condicionada, es necesario abandonar ese apego y entregarse a la Suprema Personalidad de Dios.
Text 48:
Valiéndose de su inteligencia, muy madura en el servicio del Señor, Mahārāja Khaṭvāṅga abandonó la identificación falsa con el cuerpo, que está lleno de ignorancia, y, tras alcanzar su posición original de servidumbre eterna, se ocupó en el servicio del Señor.
Text 49:
La Suprema Personalidad de Dios, Vāsudeva, Kṛṣṇa, es muy difícil de entender para los hombres de poca inteligencia que Le consideran vacío e impersonal, pues Él no es así. Solo los devotos puros entienden al Señor y cantan Sus glorias.