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Śrīmad-bhāgavatam 8.3.10

Texto

nama ātma-pradīpāya
sākṣiṇe paramātmane
namo girāṁ vidūrāya
manasaś cetasām api

Palabra por palabra

namaḥ — ofrezco mis respetuosas reverencias; ātma-pradīpāya — a aquel que es autorrefulgente, o que da iluminación a las entidades vivientes; sākṣiṇe — que está en el corazón de todos como testigo; parama-ātmane — al Alma Suprema, la Superalma; namaḥ — ofrezco mis respetuosas reverencias; girām — con palabras; vidūrāya — a quien es imposible alcanzar; manasaḥ — con la mente; cetasām — o con la conciencia; api — incluso.

Traducción

Ofrezco mis respetuosas reverencias a la Suprema Personalidad de Dios, la Superalma autorrefulgente, que es el testigo en el corazón de todos, que ilumina al alma individual y a quien no se puede alcanzar mediante el ejercicio de la mente, las palabras o la conciencia.

Significado

El alma individual no puede entender a la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, por medio de ejercicios mentales, físicos o intelectuales. El alma individual puede llegar a la iluminación por la gracia de la Suprema Personalidad de Dios. Por esa razón, en este verso se describe al Señor con la palabra ātma-pradīpa. El Señor es como el Sol, que lo ilumina todo y que no puede ser iluminado por nadie. Por lo tanto, la persona que es sincera en la comprensión del Supremo debe recibir iluminación de Él, como se enseña en el Bhagavad-gītā. No es posible entender a la Suprema Personalidad de Dios mediante el poder mental, físico o intelectual.