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Śrīmad-bhāgavatam 8.24.52

Texto

tvaṁ sarva-lokasya suhṛt priyeśvaro
hy ātmā gurur jñānam abhīṣṭa-siddhiḥ
tathāpi loko na bhavantam andha-dhīr
jānāti santaṁ hṛdi baddha-kāmaḥ

Palabra por palabra

tvam — Tú, mi querido Señor; sarva-lokasya — de todos los planetas y de sus habitantes; suhṛt — el amigo y bienqueriente supremo; priya — el más querido; īśvaraḥ — el controlador supremo; hi — también; ātmā — el alma suprema; guruḥ — el maestro supremo; jñānam — el conocimiento supremo; abhīṣṭa-siddhiḥ — la satisfacción de todos los deseos; tathā api — aun así; lokaḥ — personas; na — no; bhavantam — a Ti; andha-dhīḥ — debido a una inteligencia ciega; jānāti — pueden conocer; santam — situado; hṛdi — en su corazón; baddha-kāmaḥ — debido a que están confundidos por los deseos de disfrute material.

Traducción

Mi Señor, Tú eres el amigo y bienqueriente supremo de todos, el más querido, el controlador, la Superalma, el instructor supremo y quien otorga el conocimiento más elevado y la satisfacción de todos los deseos. Pero, aunque estás dentro del corazón, los necios no pueden entenderte, pues se lo impiden los deseos de disfrute que hay en su corazón.

Significado

En este verso se explica la causa de la necedad. El alma condicionada que se encuentra en el mundo material está llena de deseos de disfrute material, de modo que no puede entender a la Suprema Personalidad de Dios, aunque el Señor Se encuentra en el corazón de todos (īśvaraḥ sarva-bhūtānāṁ hṛd-deśe 'rjuna tiṣṭhati). Esa necedad le impide aceptar las instrucciones del Señor, pese a que el Señor está dispuesto a instruir a todos, tanto externa como internamente. El Señor dice: dadāmi buddhi-yogaṁ taṁ yena mām upayānti te. En otras palabras, el Señor puede dar instrucciones acerca del servicio devocional, y con esas instrucciones podemos ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios. Sin embargo, por desgracia, la gente no acepta el servicio devocional. El Señor, que Se encuentra en el corazón de todos, puede instruirnos perfectamente para que vayamos de regreso al hogar, de vuelta a Dios, pero, debido a los deseos de disfrute, las personas se ocupan en actividades materialistas y no ofrecen servicio al Señor. Por esa razón, se ven privadas del beneficio de las instrucciones del Señor. Con el proceso de especulación mental, podemos entender que no somos el cuerpo, sino almas espirituales, pero, mientras no nos ocupemos en servicio devocional, no veremos satisfecho el verdadero objetivo de la vida, que consiste en ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios, para así vivir con la Suprema Personalidad de Dios, jugar con la Suprema Personalidad de Dios, danzar con la Suprema Personalidad de Dios y comer con la Suprema Personalidad de Dios. Todas esas actividades son aspectos de ānanda, la felicidad espiritual que se manifiesta en diversidad espiritual. Aunque nos elevemos hasta el nivel de brahma-bhūta y comprendamos nuestra identidad espiritual mediante el conocimiento especulativo, no podremos disfrutar de la vida espiritual mientras no entendamos a la Suprema Personalidad de Dios. Esto se indica en este verso con la palabra abhīṣṭa-siddhiḥ. No podremos satisfacer el objetivo supremo de la vida si no nos ocupamos en el servicio devocional del Señor. Solo entonces, el Señor nos dará las instrucciones necesarias para que vayamos de regreso al hogar, de vuelta a Dios.