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Śrīmad-bhāgavatam 4.30.47

Texto

tatrāvaśiṣṭā ye vṛkṣā
bhītā duhitaraṁ tadā
ujjahrus te pracetobhya
upadiṣṭāḥ svayambhuvā

Palabra por palabra

tatra — allí; avaśiṣṭāḥ — restantes; ye — los cuales; vṛkṣāḥ — árboles; bhītāḥ — temerosos; duhitaram — su hija; tadā — en ese momento; ujjahruḥ — entregaron; te — ellos; pracetobhyaḥ — a los Pracetās; upadiṣṭāḥ — aconsejados; svayambhuvā — por el Señor Brahmā.

Traducción

Con gran temor de los Pracetās, los árboles que quedaban les entregaron inmediatamente su hija, siguiendo el consejo del Señor Brahmā.

Significado

De la hija de los árboles se habla en el verso trece de este capítulo. Se trata de la hija que habían tenido Kaṇḍu y la cortesana Pramlocā, quien, después de dar a luz, partió inmediatamente hacia el reino celestial. Ante el llanto de la niña, el rey de la Luna se apiadó de ella y la salvó, poniéndole el dedo en la boca. La niña fue criada por los árboles, y cuando creció, por orden del Señor Brahmā, fue entregada a los Pracetās como esposa. La niña, como se explicará en el siguiente verso, se llamaba Māriṣā, y fue entregada a los Pracetās por la deidad regente de los árboles. Con respecto a esto, Śrīla Jīva Gosvāmī Prabhupāda afirma: vṛkṣāḥ tad-adhiṣṭhātṛ-devatāḥ: «La palabra “árboles” significa la deidad controladora de esos árboles». Las Escrituras védicas nos revelan la existencia de una deidad controladora del agua; de la misma manera, también hay una deidad controladora de los árboles. Los Pracetās estaban reduciendo todos los árboles a cenizas, pues los consideraron enemigos. Para calmar a los Pracetās, la deidad regente de los árboles, siguiendo el consejo del Señor Brahmā, les entregó su hija, Māriṣā.