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Śrīmad-bhāgavatam 4.27.17

Texto

kṣīyamāṇe sva-sambandhe
ekasmin bahubhir yudhā
cintāṁ parāṁ jagāmārtaḥ
sa-rāṣṭra-pura-bāndhavaḥ

Palabra por palabra

kṣīyamāṇe — cuando se debilitó; sva-sambandhe — su amiga íntima; ekasmin — sola; bahubhiḥ — contra muchos guerreros; yudhā — en batalla; cintām — angustia; parām — muy grande; jagāma — obtuvo; ārtaḥ — afligido; sa — junto con; rāṣṭra — del reino; pura — de la ciudad; bāndhavaḥ — amigos y parientes.

Traducción

Como la serpiente de cinco cabezas había tenido que combatir sola contra muchos soldados, todos los cuales eran grandes guerreros, se encontraba muy débil. Al ver la debilidad de su más íntimo amigo, el rey Purañjana, sus amigos y todos los habitantes de la ciudad sintieron una gran angustia.

Significado

La entidad viviente vive en el cuerpo y lucha por la existencia con los miembros de ese cuerpo, que este verso presenta como súbditos y amigos. Una persona sola puede hacer frente a muchos soldados durante algún tiempo, pero no permanentemente. Con un poco de suerte, la entidad viviente que está dentro del cuerpo puede luchar durante cien años; puede prolongar la batalla hasta ese límite, pero no más. Después, tiene que rendirse y cae presa del enemigo. Con respecto a esto, Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura dice en una canción: vṛddha kāla āola saba sukha bhāgala: Cuando llega la vejez, es imposible disfrutar de la felicidad material. La gente suele pensar que la religión y la piedad vienen al final de la vida; generalmente, a esa edad se vuelven más reflexivos, y en nombre de la meditación, emprenden algún supuesto proceso yóguico para relajarse. Sin embargo, la meditación de aquellos que han disfrutado de una vida de complacencia de los sentidos es pura farsa. Como se explica en el capítulo sexto del Bhagavad-gītā, la meditación (dhyāna, dhāraṇā) es muy difícil, y hay que practicar desde muy joven. Para meditar hay que abstenerse de todo tipo de complacencia de los sentidos. Por desgracia, hoy en día la meditación es una moda de personas muy adictas a las cosas sensuales. Pero esa meditación no puede hacer frente a las realidades de la lucha por la existencia, aunque se pretenda que es meditación trascendental. El rey Purañjana, la entidad viviente, víctima de la ardua lucha por la existencia, emprendió la meditación trascendental con sus amigos y parientes.