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Śrīmad-bhāgavatam 4.21.46

Texto

putreṇa jayate lokān
iti satyavatī śrutiḥ
brahma-daṇḍa-hataḥ pāpo
yad veno ’tyatarat tamaḥ

Palabra por palabra

putreṇa — por el hijo; jayate — se alcanza la victoria; lokān — todos los planetas celestiales; iti — de ese modo; satya-vatī — resulta cierto; śrutiḥ — los Vedas; brahma-daṇḍa — por la maldición de los brāhmaṇas; hataḥ — muerto; pāpaḥ — el muy pecaminoso; yat — como; venaḥ — el padre de Mahārāja Pṛthu; ati — gran; atarat — se liberó; tamaḥ — de la oscuridad de la vida infernal.

Traducción

Todos ellos declararon que se había cumplido la conclusión védica que establece que es posible conquistar los planetas celestiales por las actividades de un putra [hijo], pues el muy pecaminoso rey Vena, quien había muerto por la maldición de los brāhmaṇas, ahora se había liberado de la región más tenebrosa de la vida infernal gracias a su hijo, Mahārāja Pṛthu.

Significado

Los Vedas nos informan de la existencia de un planeta infernal de nombre Put. El que libera de ese planeta a alguna otra persona, recibe el nombre de putra. El objeto del matrimonio es, por lo tanto, la concepción de un putra, un hijo que pueda liberar a su padre incluso si este desciende a los tormentos del infierno Put. Vena, el padre de Pṛthu Mahārāja, era una persona tan pecaminosa que los brāhmaṇas le maldijeron con la muerte. Ahora, después de escuchar a Pṛthu Mahārāja proclamar su gran misión en la vida, todos los grandes sabios, personas santas y brāhmaṇas allí reunidos se convencieron de que la afirmación de los Vedas quedaba plenamente probada. El propósito de tomar esposa mediante el matrimonio religioso tal como se sanciona en los Vedas consiste en tener un putra, un hijo competente para liberar al padre de la región más oscura de la vida infernal. La finalidad del matrimonio no es la complacencia de los sentidos, sino la concepción de un hijo cualificado que pueda liberar a su padre. Pero, ¿cómo va a liberar de la vida infernal a su padre un hijo educado para ser un demonio sin buenas cualidades? El padre, por lo tanto, tiene el deber de ser un vaiṣṇava y educar a sus hijos para que también lo sean; en ese caso, incluso si el padre, por algún imprevisto, cayese en una vida infernal en su siguiente vida, el hijo podría liberarle, tal como Mahārāja Pṛthu liberó a su padre.