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Śrīmad-bhāgavatam 4.21.35

Texto

pradhāna-kālāśaya-dharma-saṅgrahe
śarīra eṣa pratipadya cetanām
kriyā-phalatvena vibhur vibhāvyate
yathānalo dāruṣu tad-guṇātmakaḥ

Palabra por palabra

pradhāna — la naturaleza material; kāla — el tiempo; āśaya — el deseo; dharma — los deberes prescritos; saṅgrahe — el agregado; śarīre — cuerpo; eṣaḥ — este; pratipadya — aceptar; cetanām — conciencia; kriyā — actividades; phalatvena — con el resultado de; vibhuḥ — la Suprema Personalidad de Dios; vibhāvyate — manifestado; yathā — tanto como; analaḥ — fuego; dāruṣu — en la leña; tat-guṇa-ātmakaḥ — según la forma y la calidad.

Traducción

La Suprema Personalidad de Dios lo penetra todo, pero, al mismo tiempo, Se manifiesta en distintos tipos de cuerpos, que surgen de la combinación de la naturaleza material, el tiempo, los deseos y los deberes prescritos. De esa forma se originan distintos tipos de conciencias; es como el fuego, que aunque básicamente es siempre el mismo, arde de distintas maneras según la forma y el tamaño de la leña.

Significado

La Suprema Personalidad de Dios, en forma de Paramātmā, vive constantemente con el alma individual. La conciencia del alma individual depende de su cuerpo material, que obtiene de prakṛti, la naturaleza material. La fuerza del tiempo activa los elementos materiales; de esa forma se manifiestan las tres modalidades materiales de la naturaleza. El tipo de cuerpo en particular que la entidad viviente adquiera depende de su relación con esas tres modalidades. En la vida animal, la modalidad material de la ignorancia es tan relevante que hay muy pocas posibilidades de percibir a Paramātmā, que también se encuentra en el corazón del animal; sin embargo, en la forma humana de vida, la conciencia evolucionada (cetanām) permite el paso sucesivo de la ignorancia a la pasión y de esta a la bondad, en virtud de los resultados de las propias actividades (kriyā-phalatvena). Por esta razón, al ser humano se le aconseja que se relacione con personalidades espiritualmente avanzadas. Los Vedas (Muṇḍaka Up. 1.2.12) dan la siguiente directriz: tad-vijñānārthaṁ sa gurum evābhigacchet: Para alcanzar la perfección de la vida o entender la verdadera posición constitucional de la entidad viviente, es necesario acudir al maestro espiritual. Gurum evābhigacchet: es necesario; no es algo opcional. Es indispensable acudir al maestro espiritual, pues la conciencia evoluciona hacia la Suprema Personalidad de Dios en proporción a esa relación con el guru. Cuando esa conciencia llega a su grado máximo de perfección, se denomina conciencia de Kṛṣṇa. La conciencia depende del cuerpo que obtenemos de prakṛti, la naturaleza; las actividades dependen de la evolución de la conciencia; y según la pureza de esas actividades podemos percibir a la Suprema Personalidad de Dios, que está en el corazón de todos. En el verso se da un ejemplo muy acertado. El fuego siempre es el mismo, pero unas veces parece recto, otras curvo, o pequeño, grande, etc., según el tamaño del combustible, es decir, la leña en que arde.

La percepción de Dios depende de la evolución de la conciencia. Por esa razón, en la forma humana de vida se recomienda emprender la práctica de los distintos tipos de penitencias que se describen en el Bhagavad-gītā (karma-yoga, jñāna-yoga, dhyāna-yoga y bhakti-yoga). El yoga es como una escalera con una serie de peldaños por medio de los cuales se llega al piso más alto, y según en qué parte de la escalera nos encontremos, se entiende que estamos en el plano del karma-yoga, del jñāna-yoga, del dhyāna-yoga o del bhakti-yoga. El bhakti-yoga, por supuesto, es el peldaño más alto de la escalera de la percepción de la Suprema Personalidad de Dios. En otras palabras, la percepción de la propia identidad espiritual depende del grado de evolución de nuestra conciencia; de esa forma, cuando nuestra posición existencial se purifica por completo, nos situamos en el nivel de brahmānanda, que, en definitiva, es ilimitado. Tenemos entonces que el movimiento de saṅkīrtana, que es una aportación de la Suprema Personalidad de Dios en la forma del Señor Caitanya, es el proceso más fácil y directo para llegar a la forma más pura de conciencia, el estado de conciencia de Kṛṣṇa, el plano desde el cual se percibe en plenitud a la Suprema Personalidad de Dios. El Señor Supremo confirma personalmente en el Bhagavad-gītā que Él dicta las directrices específicas para la ejecución de distintas clases de yajñas. Ye yathā māṁ prapadyante tāṁs tathaiva bhajāmy aham (Bg. 4.11). Podemos percibir a la Suprema Personalidad de Dios en proporción a nuestra entrega. Sin embargo, la entrega plena tiene lugar cuando la persona posee conocimiento perfecto. Bahūnāṁ janmanām ante jñānavān māṁ prapadyate (Bg. 7.19).