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Śrīmad-bhāgavatam 3.24.13

Texto

etāvaty eva śuśrūṣā
kāryā pitari putrakaiḥ
bāḍham ity anumanyeta
gauraveṇa guror vacaḥ

Palabra por palabra

etāvatī — en esta medida; eva — exactamente; śuśrūṣā — servicio; kāryā — debe ser ofrecido; pitari — al padre; putrakaiḥ — por los hijos; bāḍham iti — aceptando: «sí, señor»; anumanyeta — debe obedecer; gauraveṇa — con el debido respeto; guroḥ — del guru; vacaḥ — órdenes.

Traducción

Esta es, exactamente, la medida en que los hijos deben ofrecer servicio a su padre. La orden del padre o del maestro espiritual debe obedecerse con el debido respeto, diciendo: «Sí, señor».

Significado

Dos palabras de este verso son muy importantes; una es pitari, y la otra es guroḥ. El hijo o discípulo debe aceptar las palabras de su padre y de su maestro espiritual sin titubear. Lo que el padre y el maestro espiritual ordenen debe aceptarse sin argumentar: «Sí». Nunca debe darse el caso de que el discípulo o hijo diga: «Eso no es correcto. No lo puedo hacer». Cuando dice eso, es un caído. El padre y el maestro espiritual están al mismo nivel, porque el maestro espiritual es el segundo padre. Las clases superiores reciben el nombre de dvija, nacidos dos veces. Todo nacimiento implica un padre. El verdadero padre posibilita el primer nacimiento, y el maestro espiritual, el segundo. En ocasiones, el padre y el maestro espiritual pueden ser la misma persona; otras veces, son personas distintas. En cualquier caso, la orden del padre y la orden del maestro espiritual deben cumplirse sin titubear, con un sí inmediato. No debe argumentarse. Ese es el verdadero servicio al padre y al maestro espiritual. Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura ha afirmado que la orden del maestro espiritual es el alma y la vida de los discípulos. Tal como un hombre no puede separar su vida de su cuerpo, el discípulo no puede separar de su vida la orden del maestro espiritual. Si el discípulo sigue la instrucción del maestro espiritual de ese modo, es seguro que alcanzará la perfección. Esto se confirma en los Upaniṣads: Solo a aquel que tiene fe absoluta en la Suprema Personalidad de Dios y en su maestro espiritual se le revela automáticamente el significado de la instrucción védica. Puede que a una persona, desde el punto de vista material, se la considere analfabeta, pero si tiene fe en el maestro espiritual y en la Suprema Personalidad de Dios, ante ella se manifiesta inmediatamente el significado de las Escrituras reveladas.