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Śrīmad-bhāgavatam 2.1.31

Texto

chandāṁsy anantasya śiro gṛṇanti
daṁṣṭrā yamaḥ sneha-kalā dvijāni
hāso janonmāda-karī ca māyā
duranta-sargo yad-apāṅga-mokṣaḥ

Palabra por palabra

chandāṁsi — los himnos védicos; anantasya — del Supremo; śiraḥ — el conducto cerebral; gṛṇanti — dicen ellos; daṁṣṭrāḥ — las mandíbulas en las que se hallan los dientes; yamaḥ — Yamarājā, el director de los pecadores; sneha-kalāḥ — el arte del afecto; dvijāni — los dientes; hāsaḥ — sonrisa; jana-unmāda-karī — de lo más seductora; ca — también; māyā — energía ilusoria; duranta — insuperable; sargaḥ — la creación material; yat-apāṅga — cuya mirada; mokṣaḥ — lanzando.

Traducción

Ellos dicen que los himnos védicos son el conducto cerebral del Señor, y que las mandíbulas en las que tiene los dientes son Yama, el dios de la muerte, quien castiga a los pecadores. El arte del afecto es Su dentadura, y la muy seductora e ilusoria energía material es Su sonrisa. Este gran océano que es la creación material, no es más que la mirada que Él nos lanza.

Significado

Según lo afirman los Vedas, esta creación material es el resultado de una mirada que el Señor le lanza a la energía material, a la cual se la describe aquí como la muy seductora energía ilusoria. Las almas condicionadas que están seducidas por ese materialismo, deben saber que la temporal creación material es simplemente una imitación de la realidad, y que a aquellos que están cautivados por esas seductoras miradas del Señor, se los pone bajo la dirección del controlador de los pecadores llamado Yamarāja. El Señor sonríe de un modo afectuoso, mostrando con ello los dientes. La persona inteligente que puede captar estas verdades acerca del Señor, se convierte en un alma plenamente entregada a Él.