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Śrīmad-bhāgavatam 10.5.30

Texto

nūnaṁ hy adṛṣṭa-niṣṭho ’yam
adṛṣṭa-paramo janaḥ
adṛṣṭam ātmanas tattvaṁ
yo veda na sa muhyati

Palabra por palabra

nūnam — ciertamente; hi — en verdad; adṛṣṭa — invisible; niṣṭhaḥ ayam — algo termina aquí; adṛṣṭa — el destino invisible; paramaḥ — supremo; janaḥ — toda entidad viviente que se halle en el mundo material; adṛṣṭam — ese destino; ātmanaḥ — de uno mismo; tattvam — verdad suprema; yaḥ — todo el que; veda — sabe; na — no; saḥ — él; muhyati — se confunde.

Traducción

Ciertamente, todos los hombres estamos sujetos al destino, que determina los resultados de nuestras actividades fruitivas. En otras palabras, el destino invisible nos hace tener un hijo, o una hija, y el mismo destino invisible los aleja de nosotros para siempre. El destino es el controlador supremo de todos. Quien sabe esto, nunca se confunde.

Significado

Nanda Mahārāja consoló a Vasudeva, su hermano menor, diciéndole que el destino es, en última instancia, el responsable de todo. Vasudeva no debía sentirse triste porque Kaṁsa hubiera matado a sus hijos o porque su último hijo, que había sido niña, se hubiera ido a los planetas celestiales.