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Śrīmad-bhāgavatam 10.2.18

Texto

tato jagan-maṅgalam acyutāṁśaṁ
samāhitaṁ śūra-sutena devī
dadhāra sarvātmakam ātma-bhūtaṁ
kāṣṭhā yathānanda-karaṁ manastaḥ

Palabra por palabra

tataḥ — a continuación; jagat-maṅgalam — buena fortuna para todas las entidades vivientes en todos los universos de la creación; acyuta-aṁśam — la Suprema Personalidad de Dios, que nunca Se ve privado de las seis opulencias, todas las cuales se manifiestan también en todas Sus expansiones plenarias; samāhitam — llevado completamente; śūra-sutena — por Vasudeva, el hijo de Śūrasena; devī — Devakī-devī; dadhāra — llevó; sarva-ātmakam — al Alma Suprema de todos; ātma-bhūtam — la causa de todas las causas; kāṣṭhā — el este; yathā — tal y como; ānanda-karam — la bienaventurada (luna); manastaḥ — situado dentro de la mente.

Traducción

A continuación, acompañado de expansiones plenarias, la Suprema Personalidad de Dios, que goza de plena opulencia y es completamente auspicioso para el universo entero, fue llevado de la mente de Vasudeva a la mente de Devakī. Devakī, iniciada de ese modo por Vasudeva, adquirió una gran belleza, pues llevaba en lo más profundo del corazón al Señor Kṛṣṇa, la conciencia original de todos, la causa de todas las causas; era como el horizonte oriental, embellecido por la luna que asciende en el cielo.

Significado

Como indica la palabra manastaḥ en este verso, la Suprema Personalidad de Dios fue llevado de lo más profundo de la mente —o el corazón— de Vasudeva a lo más profundo del corazón de Devakī. Debemos entender bien, pues, que el Señor no entró en Devakī al modo de los seres humanos corrientes, sino mediante dīkṣā, la iniciación. Así, en este verso se menciona la importancia de la iniciación. Sin recibir iniciación de la persona adecuada, que lleva siempre a la Suprema Personalidad de Dios dentro del corazón, no se puede adquirir el poder de llevar al Dios Supremo en lo más hondo del corazón.

La palabra acyutāṁśam se emplea porque la Suprema Personalidad de Dios es ṣaḍ-aiśvarya-pūrṇa, es decir, goza de plenitud en las opulencias de riqueza, fuerza, fama, conocimiento, belleza y renunciación. El Dios Supremo nunca Se ve separado de Sus opulencias personales. Como se afirma en la Brahma-saṁhitā(5.39): rāmādi-mūrtiṣu kalā-niyamena tiṣṭhan: El Señor siempre Se halla con todas Sus expansiones plenarias, como Rāma, Nṛsiṁha y Varāha. Por eso en este verso se emplea específicamente la palabra acyutāṁśam, que significa que el Señor siempre está con Sus expansiones plenarias y Sus opulencias. No hay por qué pensar en el Señor de modo artificial, como hacen los yogīsDhyānāvasthita-tad-gatena manasā paśyanti yaṁ yoginaḥ (Bhāg. 12.13.1). Los yogīs meditan en la Persona Suprema dentro de la mente. Para el devoto, sin embargo, el Señor está siempre presente; solo necesita volverse consciente de Su presencia, y para ello debe recibir iniciación de un maestro espiritual genuino. El Señor no tuvo que vivir en el vientre de Devakī, pues era suficiente con que Él estuviera presente en lo más profundo de su corazón. Este verso nos prohíbe que pensemos que Kṛṣṇa fue engendrado por Vasudeva en el vientre de Devakī y que ella llevó el niño en el vientre.

Vasudeva, mientras sostenía en su corazón la forma de la Suprema Personalidad de Dios, tenía el aspecto deslumbrante del Sol, cuyos brillantes rayos le resultan siempre intolerables y abrasadores al hombre común. La forma del Señor que estaba situada en el corazón puro y sin mancha de Vasudeva no es diferente de la forma original de Kṛṣṇa. El advenimiento de la forma de Kṛṣṇa en un determinado lugar, y específicamente en el corazón, se denomina dhāmaDhāma no se refiere solamente a la forma de Kṛṣṇa, sino a Su nombre, Su forma, Sus cualidades y Sus enseres. Todo ello se manifiesta simultáneamente.

Así pues, la forma eterna de la Suprema Personalidad de Dios, con todas Sus potencias, fue llevada de la mente de Vasudeva a la mente de Devakī, del mismo modo que los últimos rayos del sol poniente se reflejan en la luna llena que se levanta por el este.

Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, entró en el cuerpo de Devakī desde el cuerpo de Vasudeva. Él estaba por encima de los condicionamientos de la entidad viviente común. Si Kṛṣṇa está presente, debemos entender que con Él están todas Sus expansiones plenarias, como Nārāyaṇa, y también Sus encarnaciones, como Nṛsiṁha y Vāraha, y que ninguno de Ellos está sujeto a los condicionamientos de la existencia material. Fue así como Devakī se convirtió en la morada de la Suprema Personalidad de Dios, que es uno sin par, la causa de toda la creación. Devakī pasó a ser la morada de la Verdad Absoluta; pero, debido a que estaba dentro de la casa de Kaṁsa, parecía como un fuego reprimido o como una educación mal utilizada. Cuando un fuego arde en un recipiente cerrado, es muy difícil apreciar sus rayos luminosos. Del mismo modo, el conocimiento mal utilizado, que no se emplea en beneficio de la gente, también es muy difícil de apreciar. Lo mismo ocurría con Devakī, cuya belleza trascendental, resultado de haber concebido a la Suprema Personalidad de Dios, no podía ser vista por nadie, pues estaba encerrada entre los muros de la prisión del palacio de Kaṁsa.

En su comentario de este verso, Śrī Vīrarāghava Ācārya escribe: vasudeva-devakī jaṭharayor hṛdayayor bhagavataḥ sambandhaḥ: La entrada del Señor Supremo en el vientre de Devakī desde el corazón de Vasudeva fue una relación de corazón a corazón.