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Śrīmad-bhāgavatam 10.1.39

Texto

dehe pañcatvam āpanne
dehī karmānugo ’vaśaḥ
dehāntaram anuprāpya
prāktanaṁ tyajate vapuḥ

Palabra por palabra

dehe — cuando el cuerpo; pañcatvam āpanne — se descompone en cinco elementos; dehī — el propietario del cuerpo, el ser vivo; karma-anugaḥ — conforme a las reacciones de sus propias actividades fruitivas; avaśaḥ — espontánea, automáticamente; deha-antaram — otro cuerpo (hecho de elementos materiales); anuprāpya — recibiendo como resultado; prāktanam — el anterior; tyajate — abandona; vapuḥ — cuerpo.

Traducción

Cuando el cuerpo que tenemos vuelve al polvo y se descompone de nuevo en los cinco elementos —tierra, agua, fuego, aire y éter—, el propietario del cuerpo, el ser vivo, recibe de forma automática, conforme a sus actividades fruitivas, otro cuerpo hecho de elementos materiales. Y tan pronto como obtiene el siguiente cuerpo, abandona el que ahora tiene.

Significado

Esto se confirma en el Bhagavad-gītā, donde se presenta el comienzo de la comprensión espiritual:

dehino ’smin yathā dehe
kaumāraṁ yauvanaṁ jarā
tathā dehāntara-prāptir
dhīras tatra na muhyati

«Del mismo modo que el alma encarnada pasa en este cuerpo continuamente de la niñez a la juventud y a la vejez, pasa también a otro cuerpo en el momento de la muerte. La persona sensata no se confunde ante ese cambio» (Bg. 2.13). Las personas y animales no son el cuerpo material; el cuerpo material es la cubierta del ser vivo. El Bhagavad-gītā compara el cuerpo con un vestido, y explica detalladamente cómo vamos cambiando de vestidos, uno tras otro. Ese mismo conocimiento védico se confirma en este verso. El ser vivo, el alma, cambia constantemente de cuerpos, uno tras otro. Incluso en esta misma vida, el cuerpo cambia de la infancia a la niñez, de la niñez a la juventud, y de la juventud a la vejez; del mismo modo, cuando el cuerpo está demasiado viejo y no puede continuar, el ser vivo lo abandona, y, por las leyes de la naturaleza, recibe de forma automática otro cuerpo, que viene determinado por sus actividades fruitivas, deseos y ambiciones. Esa sucesión de cambios está bajo el control de las leyes de la naturaleza; por lo tanto, mientras la entidad viviente esté sometida al control de la energía externa o material, ese proceso de cambio de cuerpo se seguirá produciendo de modo automático, conforme a las actividades fruitivas realizadas. Por esa razón, Vasudeva quería hacer entender a Kaṁsa que, si cometía aquel acto pecaminoso de matar a una mujer, en su siguiente vida recibiría, sin lugar a dudas, un cuerpo material todavía más condicionado por los sufrimientos de la existencia material. Así, Vasudeva aconsejó a Kaṁsa que no cometiese actividades pecaminosas.

Quien comete actividades pecaminosas debido a la ignorancia, tamo-guṇa, obtiene un cuerpo inferior. Kāraṇaṁ guṇa-saṅgo 'sya sad-asad-yoni-janmasu(Bg. 13.22). ¿Por qué hay cuerpos superiores e inferiores, entre los cientos de miles de especies de vida? El cuerpo que se recibe viene determinado por las contaminaciones de la naturaleza material. Si en esta vida estamos contaminados por la modalidad de la ignorancia y las actividades pecaminosas (duṣkṛtī), en la siguiente vida las leyes de la naturaleza nos llevarán a un cuerpo lleno de sufrimientos. Las leyes de la naturaleza no se subordinan a los caprichosos deseos del alma condicionada. Por consiguiente, siempre debemos esforzarnos por permanecer en contacto con sattva-guṇa y no entregarnos a rajo-guṇa o tamo-guṇa(rajas-tamo-bhāvāḥ). Los deseos lujuriosos y la codicia mantienen a la entidad viviente en el plano de la ignorancia perpetua, y le impiden elevarse a los niveles desattva-guṇa o de śuddha-sattva-guṇa. Se nos aconseja mantenernos en el plano de śuddha-sattva-guṇa, el servicio devocional, pues eso nos hará inmunes a las reacciones de las tres modalidades de la naturaleza material.