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Śrīmad-bhāgavatam 1.18.4

Texto

nottamaśloka-vārtānāṁ
juṣatāṁ tat-kathāmṛtam
syāt sambhramo ’nta-kāle ’pi
smaratāṁ tat-padāmbujam

Palabra por palabra

na — nunca; uttama-śloka — la Personalidad de Dios, de quien cantan los himnos védicos; vārtānām — de aquellos que viven de ellos; juṣatām — de aquellos que están dedicados a; tat — Su; kathā-amṛtam — temas trascendentales acerca de Él; syāt — así ocurre; sambhramaḥ — concepto erróneo; anta — al final; kāle — con el tiempo; api — además; smaratām — recordando; tat — Su; pada-ambujam — pies de loto.

Traducción

Esto se debía a que aquellos que han dedicado sus vidas a todo lo relacionado con los temas trascendentales acerca de la Personalidad de Dios, de quien cantan los himnos védicos, y que están dedicados constantemente a recordar los pies de loto del Señor, no corren el riesgo de tener conceptos erróneos ni siquiera en el último momento de su vida.

Significado

La máxima perfección de la vida se logra si en el último momento de ella uno recuerda la naturaleza trascendental del Señor. Esta perfección de la vida la logra aquel que ha aprendido lo que es la verdadera naturaleza trascendental del Señor, mediante los himnos védicos cantados por un alma liberada como Śukadeva Gosvāmī o por alguien que se encuentre en esa línea de sucesión discipular. Nada se gana con oír los himnos védicos de labios de algún especulador mental. Cuando eso mismo se oye de labios de un alma verdaderamente autorrealizada y se entiende debidamente mediante el servicio y la sumisión, todo se vuelve claro y transparente. Así, un discípulo sumiso logra vivir de una manera trascendental, y proseguir hasta el fin de la vida. Por medio de una adaptación científica, se puede recordar al Señor incluso al final de la vida, cuando la capacidad de recordar disminuye a causa de trastornos en las membranas del cuerpo. En el momento de la muerte, a un hombre común le es muy difícil recordar las cosas tal como son, pero por la gracia del Señor y Sus devotos genuinos, los maestros espirituales, uno puede tener esa oportunidad sin dificultad alguna. Y eso ocurrió en el caso de Mahārāja Parīkṣit.