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CC Madhya-līlā 8.139

Texto

puruṣa, yoṣit, kibā sthāvara-jaṅgama
sarva-cittākarṣaka, sākṣāt manmatha-madana

Palabra por palabra

puruśa — masculinas; yośit — femeninas; kibā — todas; sthāvara-jaṅgama — entidades vivientes que no pueden moverse y entidades vivientes que pueden moverse; sarva — de todos; citta-ākarṣaka — el que atrae la mente; sākśāt — directamente; manmatha-madana — que cautiva al propio Cupido.

Traducción

«El mismo nombre Kṛṣṇa significa que Él atrae incluso a Cupido. Él es, por lo tanto, atractivo para todas las entidades vivientes, tanto masculinas como femeninas, móviles e inertes. En verdad, Kṛṣṇa es conocido por ser la persona plenamente atractiva.

Significado

Del mismo modo que en el mundo material hay muchos orbes llamados estrellas o planetas, en el mundo espiritual hay muchos planetas espirituales llamados Vaikuṇṭhalokas. El universo espiritual, sin embargo, está a una enorme distancia del grupo de universos materiales. Los científicos materialistas ni siquiera pueden calcular el número de estrellas y planetas de este universo. Tampoco son capaces de ir a otras estrellas en naves espaciales. Según la Bhagavad-gītā, existe también un mundo espiritual:

paras tasmāt tu bhāvo ’nyo’vyakto ’vyaktāt sanātanaḥ
yaḥ sa sarveṣu bhūteṣu
naśyatsu na vinaśyati

«Sin embargo, existe otra naturaleza no manifiesta, que es eterna y trascendental a esta materia manifestada. Es suprema y nunca es aniquilada. Cuando todo en este mundo es aniquilado, esa parte permanece tal como es» (Bg. 8.20).

Existe, entonces, otra naturaleza, que es superior a la naturaleza material. La palabra bhāva o svabhāva se refiere a «naturaleza». La naturaleza espiritual es eterna, y los planetas del mundo espiritual permanecen incluso cuando los universos materiales son destruidos. Su permanencia es como la del alma espiritual, que perdura después de la aniquilación del cuerpo material. Ese mundo espiritual recibe el nombre de mundo aprākṛta (antimaterial). El sistema planetario más elevado de ese mundo o universo trascendental es Goloka Vṛndāvana, la morada personal del Señor Kṛṣṇa, quien también es plenamente espiritual. Kṛṣṇa es allí conocido con el nombre de Aprākṛta-madana. El nombre Madana se refiere a Cupido, pero Kṛṣṇa es el Madana espiritual. Su cuerpo no es material como el del Cupido del universo material. El cuerpo de Kṛṣṇa es completamente espiritual, sac-cid-ānanda-vigraha (Bg. 5.1). Por eso recibe el nombre de Aprākṛta-madana. También se Le conoce con el nombre de Manmatha-madana, que significa que es atractivo incluso para Cupido. A veces, las actividades y los atractivos rasgos de Kṛṣṇa los interpretan de forma equivocada los materialistas burdos, que Le acusan de ser inmoral por haber danzado con las gopīs; esa acusación, sin embargo, surge como resultado de no saber que Kṛṣṇa está más allá del mundo material. Su cuerpo es sac-cid-ānanda-vigraha, completamente espiritual. En Su cuerpo no hay contaminación material, y no debemos pensar que Su cuerpo es un amasijo de carne y huesos. El concepto de los filósofos māyāvādīs de que el cuerpo de Kṛṣṇa es material es una idea abominable y burdamente materialista. Del mismo modo que Kṛṣṇa es completamente espiritual, las gopīs también son espirituales. Así lo confirma la Brahma-saṁhitā (5.37):

ānanda-cin-maya-rasa-pratibhāvitābhis
tābhir ya eva nija-rūpatayā kalābhiḥ
goloka eva nivasaty akhilātma-bhūto
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

«Yo adoro a Govinda, el Señor primigenio. Él reside en Su propio reino, Goloka, con Rādhā, que Se asemeja a Su propia figura espiritual y que personifica la potencia extática [hlādinī]. Tiene como compañeras a las amigas íntimas de Ella, que personifican extensiones de Su forma corporal y que están imbuidas y penetradas del rasa espiritual perennemente dichoso».

Esa cualidad espiritual es también la de las gopīs (nija-rūpatayā), pues son expansiones de la potencia de placer de Kṛṣṇa. Ni Kṛṣṇa ni las gopīs tienen nada que ver con amasijos de materia o con el concepto material. En el mundo material, la entidad viviente está enjaulada en un cuerpo material y, debido a la ignorancia, piensa que es el cuerpo. Por tanto, aquí el deseo lujurioso, el disfrute entre varón y hembra, es completamente material. No se pueden comparar los deseos lujuriosos de un materialista con los deseos lujuriosos trascendentales de Kṛṣṇa. Quien no sea avanzado en la ciencia espiritual no podrá entender los deseos lujuriosos que se dan entre Kṛṣṇa y las gopīs. En el Caitanya-caritāmṛta, el deseo lujurioso de las gopīs se compara al oro. Por otra parte, los deseos lujuriosos de los materialistas se comparan al hierro. El hierro y el oro no se pueden asemejarse en absoluto. Las entidades vivientes —móviles e inmóviles— son partes integrales de Kṛṣṇa; por lo tanto, originalmente tienen el mismo tipo de deseo lujurioso que Él. Pero, cuando ese deseo lujurioso se expresa a través de la materia, es abominable. La entidad viviente que es espiritualmente avanzada y que se ha liberado del cautiverio material puede entender a Kṛṣṇa en verdad. Como se afirma en la Bhagavad-gītā:

janma karma ca me divyamevaṁ yo vetti tattvataḥ
tyaktvā dehaṁ punar janma
naiti mām eti so ’rjuna

«¡Oh, Arjuna!, aquel que conoce la naturaleza trascendental de Mi advenimiento y actividades, al abandonar el cuerpo no vuelve a nacer en este mundo material, sino que alcanza Mi morada eterna» (Bg. 4.9).

Quien puede entender el cuerpo de Kṛṣṇa y los deseos lujuriosos del Señor se libera inmediatamente. El alma condicionada enjaulada en el cuerpo material no puede entender a Kṛṣṇa. Como se afirma en la Bhagavad-gītā:

manuṣyāṇāṁ sahasreṣukaścid yatati siddhaye
yatatām api siddhānāṁ
kaścin māṁ vetti tattvataḥ

«De entre muchos miles de hombres, puede que uno se esfuerce por alcanzar la perfección; y de entre aquellos que han logrado la perfección, difícilmente uno Me conoce en verdad» (Bg. 7.3).

La palabra siddhaye significa liberación. Sólo después de liberarnos del condicionamiento material podemos entender a Kṛṣṇa. Quien puede entender a Kṛṣṇa tal y como es (tattvataḥ), aunque aparentemente viva en el cuerpo material, vive en realidad en el mundo espiritual. Esa ciencia técnica puede comprenderla la persona realmente avanzada en la vida spiritual.

En su Bhakti-rāsamṛta-sindhu (1.2.187), Śrīla Rūpa Gosvāmī dice:

īhā yasya harer dāsyekarmaṇā manasā girā
nikhilāsv apy avasthāsu
jīvan-muktaḥ sa ucyate

La persona que, en este mundo material, solamente desea servir a Kṛṣṇa con amor y devoción, está liberada aunque actúe en el mundo material. La Bhagavad-gītā lo confirma:

māṁ ca yo ’vyabhicāreṇabhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate

«Aquel que se dedica por completo al servicio devocional, firme en todas las circunstancias, trasciende de inmediato las modalidades de la naturaleza material y llega así al plano del Brahman» (Bg. 14.26).

Por el simple hecho de ocuparnos en el servicio amoroso del Señor, podemos alcanzar la liberación. Como se afirma en la Bhagavad-gītā (18.54): brahma-bhūtaḥ prasannātmā na śocati na kāṅkṣati. La persona que es muy avanzada en el conocimiento espiritual y que ha alcanzado la etapa brahma-bhūta (Bhāg. 4.30.20) ni se lamenta ni desea nada material. Ésa es la etapa de la iluminación spiritual.

Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura hace dos divisiones en la etapa brahma-bhūtaḥ: svarūpa-gata y vastu-gata. Quien ha comprendido a Kṛṣṇa en verdad, pero mantiene todavía algún vínculo material, está situado en su svarūpa, su conciencia original. Esa conciencia original, cuando es completamente espiritual, se denomina conciencia de Kṛṣṇa. Quien vive en ese estado de conciencia está de hecho viviendo en Vṛndāvana. Puede que viva en cualquier otro lugar; la localización material no importa. Quien, por la gracia de Kṛṣṇa, progresa de ese modo, queda completamente libre de la contaminación del cuerpo y la mente materiales; en ese momento está viviendo de hecho en Vṛndāvana. Esa etapa se denomina vastu-gata.

Debemos realizar nuestras actividades espirituales en el estado de conciencia svarūpa-gata. También debemos cantar los mantras espirituales tales como: oṁ namo bhagavate vāsudevāya y los cin-mayī-gāyatrīs, klīṁ kṛṣṇāya govindāya gopījana-vallabhāya svāhā, y klīṁ kāma-devāya vidmahe puṣpa-bāṇāya dhīmahi tan no naṅgaḥ pracodayāt. Estos son los mantras kāma-gāyatrī o kāma-bīja. Debemos recibir iniciación de un maestro espiritual genuino y adorar a Kṛṣṇa con estos mantras trascendentales.

Como explica Kṛṣṇadāsa Kavirāja Gosvāmī en el verso anterior y en éste:

vṛndāvane ‘aprākṛta navīna madana’
kāma-gāyatrī kāma-bīje yāṅra upāsana
puruṣa, yoṣit, kibā sthāvara-jaṅgama
sarva-cittākarṣaka, sākṣāt manmatha-madana

La persona debidamente purificada que ha recibido iniciación del maestro espiritual adora a la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, recitando este mantra, el kāma-gāyatrī con el kāma-bīja. La Bhagavad-gītā nos confirma que debemos ocuparnos en adoración trascendental a fin de capacitarnos para sentirnos atraídos por Kṛṣṇa, el plenamente atractivo.

man-manā bhava mad-bhaktomad-yājī māṁ namaskuru
mām evaiṣyasi satyaṁ te
pratijāne priyo ’si me

«Piensa siempre en Mí, sé Mi devoto, adórame y ofréceme tu homenaje. De ese modo, vendrás a Mí sin falta. Yo te prometo esto porque tú eres Mi muy querido amigo» (Bg. 18.65).

Puesto que todas las entidades vivientes son partes integrales de Kṛṣṇa, Kṛṣṇa las atrae de forma natural. La cobertura material nos impide sentir atracción por Kṛṣṇa. En el mundo material no solemos sentir atracción por Kṛṣṇa, pero, tan pronto como nos liberamos del condicionamiento material, esa atracción resulta natural. Por eso este verso dice: sarva-cittākarṣaka: «Todos, por naturaleza, sentimos atracción por Kṛṣṇa». Esa atracción está en el corazón de todos, y se manifiesta cuando el corazón se limpia (ceto-darpaṇa-mārjanaṁ bhava-mahā-dāvāgni-nirvāpaṇam) (Cc. Antya 20.12).