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CC Madhya-līlā 17.142

Texto

tasyāravinda-nayanasya padāravinda-
kiñjalka-miśra-tulasī-makaranda-vāyuḥ
antar-gataḥ sva-vivareṇa cakāra teṣāṁ
saṅkṣobham akṣara-juṣām api citta-tanvoḥ

Palabra por palabra

tasya — de Él; aravinda-nayanasya — de la Suprema Personalidad de Dios, cuyos ojos son como los pétalos de una flor de loto; pada-aravinda — de los pies de loto; kiñjalka — con azafrán; miśra — mezcladas; tulasī — de hojas de tulasī; makaranda — con el aroma; vāyuḥ — el aire; antaḥ-gataḥ — penetró; sva-vivareṇa — a través de las ventanas de la nariz; cakāra — creó; teṣām — de ellos; saṅkṣobham — fuerte agitación; akṣara-juṣām — de los autorrealizados en el plano impersonal (los Kumāras); api — también; citta-tanvoḥ — de la mente y el cuerpo.

Traducción

«“La brisa que llevaba el aroma de azafrán y de hojas de tulasī de los pies de loto de la Personalidad de Dios, el de ojos de loto, entró en el corazón de aquellos sabios [los Kumāras] a través de la nariz. En ese momento, los sabios experimentaron un cambio, tanto en el cuerpo como en la mente, a pesar de que estaban apegados a la comprensión impersonal del Brahman.”

Significado

Este verso pertenece al Śrīmad-Bhāgavatam (3.15.43). Vidura y Maitreya hablaban del embarazo de Diti, que había sido causa de gran temor para los semidioses. Los semidioses habían ido a ver al Señor Brahmā, y él les explicó el incidente que había originado aquella situación, cuando los Catuḥsana Kumāras habían maldecido a Jaya y Vijaya. En cierta ocasión los Catuḥsana Kumāras iban a Vaikuṇṭha a visitar a Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios, pero, al llegar a la séptima puerta, los dos porteros, Jaya y Vijaya, les prohibieron la entrada en palacio. Debido a su envidia, Jaya y Vijaya no dejaron entrar a los Kumāras, quienes, por esa razón, se enfadaron y les maldijeron, condenándoles a nacer en una familia de asuras en el mundo material. La omnisciente Personalidad de Dios comprendió de inmediato lo ocurrido, y Se presentó allí con Su consorte eterna, la diosa de la fortuna. Inmediatamente, los Catuḥsana Kumāras ofrecieron reverencias al Señor. Sólo por ver al Señor y oler el aroma de tulasī y azafrán de Sus pies de loto, los Kumāras se hicieron devotos y abandonaron el impersonalismo que durante tanto tiempo habían cultivado. Así, los Cuatro Kumāras se hicieron vaiṣṇavas con sólo oler el aroma de tulasī mezclado con azafrán. Quienes realmente han alcanzado el plano de la comprensión Brahman y no han ofendido los pies de loto de Kṛṣṇa pueden volverse vaiṣṇavas inmediatamente por el simple hecho de oler el aroma de los pies de loto del Señor. Pero quienes son ofensores o demonios nunca se sienten atraídos por el aspecto personal del Señor, aunque visiten el templo del Señor muchas veces. En Vṛndāvana hemos visto a muchos sannyāsīs māyāvādīs que ni siquiera van a los templos de Govindajī, Gopīnātha o Madana-mohana, porque piensan que esos templos son māyā. Por esa razón, se les llama māyāvādīs. Śrī Kṛṣṇa Caitanya Mahāprabhu ha dicho, por ello, que los māyāvādīs son los más grandes ofensores.