Skip to main content

CC Antya-līlā 1.24

Texto

prabhāte kukkura cāhi’ kāṅhā nā pāila
sakala vaiṣṇavera mane camatkāra haila

Palabra por palabra

prabhāte — por la mañana; kukkura — al perro; cāhi’ — tras buscar; kāṅhā — en ninguna parte; pāila — no encontraron; sakala vaiṣṇavera — de todos los vaiṣṇavas allí presentes; mane — en la mente; camatkāra haila — había un gran asombro.

Traducción

Por la mañana buscaron al perro, pero no lo encontraron en ninguna parte. Todos los vaiṣṇavas estaban asombrados.

Significado

El apego de Śivānanda Sena por el perro fue una gran bendición para el animal. Según parece, era un perro callejero. Como de forma natural se había puesto a seguir a Śivānanda Sena, que se dirigía a Jagannātha Purī con el grupo de devotos, Śivānanda Sena lo aceptó en el grupo y lo mantuvo del mismo modo que a los demás devotos. Vemos también que en cierta ocasión, cuando no lo querían admitir en una barca, Śivānanda no lo abandonó, sino que pagó más dinero para convencer al barquero de que llevase también al perro a la otra orilla. Después, cuando el sirviente se olvidó de darle de comer y el perro desapareció, Śivānanda, lleno de ansiedad, envió a diez hombres en su busca. Cuando regresaron sin haberlo encontrado, Śivānanda ayunó. Todo esto parece indicar que, en cierto modo, Śivānanda se había apegado al perro.

Como se verá en los versos siguientes, el perro obtuvo la misericordia de Śrī Caitanya Mahāprabhu y se elevó inmediatamente a Vaikuṇṭha para volverse un devoto eterno. Por eso Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura canta: tumi ta ṭhākura, tomāra kukkura, baliyā jānaha more (Śaraṇāgati 19). Con esas palabras se ofrece para ser el perro de un vaiṣṇava. Hay muchos otros ejemplos de animales favoritos de vaiṣṇavas que se liberaron y fueron de regreso a Vaikuṇṭhaloka, de vuelta a Dios. Ése es el beneficio que obtiene quien, de alguna manera, llega a ser el favorito de un vaiṣṇavas. Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura canta también: kīṭa-janma ha-u yathā tuyā dāsa (Śaraṇāgati 11). No hay problema en nacer una y otra vez. Sólo tenemos que desear nacer bajo la protección de un vaiṣṇava. Afortunadamente, nosotros recibimos la oportunidad de nacer de un padre vaiṣṇava que nos cuidó muy bien. Él oraba a Śrīmatī Rādhārāṇī para que en el futuro llegásemos a ser sirvientes de la consorte eterna de Śrī Kṛṣṇa. Gracias a ello, de una u otra forma, ahora estamos ocupados en ese servicio. La conclusión es que, incluso como perros, debemos refugiarnos en un vaiṣṇava. El beneficio será el mismo que el que obtiene un devoto avanzado bajo la protección de un vaiṣṇava.