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CC Ādi-līlā 16.81

Texto

īśvara-acintya-śaktye gaṅgāra prakāśa
ihāte virodha nāhi, virodha-ābhāsa

Palabra por palabra

īśvara-acintya-śaktye—por la inconcebible potencia del Señor Supremo; gaṅgāra—del Ganges; prakāśa—emanación; ihāte—en esa; virodha nāhi—no hay contradicción; virodha-ābhāsa—parece que haya una contradicción.

Traducción

«En esa forma de nacer del Ganges, por la inconcebible potencia del Señor, aunque parezca contradictorio, no hay contradicción.

Significado

El punto central de toda filosofía vaiṣṇava está en aceptar la potencia inconcebible del Señor Viṣṇu. Lo que a veces parece contradictorio desde un punto de vista material es comprensible en relación con la Suprema Personalidad de Dios, porque Él puede realizar acciones contradictorias mediante Sus potencias inconcebibles. Los científicos modernos están desconcertados. No pueden explicar siquiera cómo una cantidad tan grande de sustancias químicas ha originado la atmósfera. Los científicos explican que el agua es una combinación de hidrógeno y oxígeno, pero cuando se les pregunta de dónde salió una cantidad tan grande de hidrógeno y oxígeno, y cómo se han mezclado para producir los mares y los grandes océanos, no pueden contestar, porque son ateos que no aceptarán que todo proviene de la vida. Su tesis es que la vida proviene de la materia.

¿De dónde provienen todos estos productos químicos? La respuesta es que los ha producido la energía inconcebible de la Suprema Personalidad de Dios. Las entidades vivientes son parte del Dios Supremo, y sus cuerpos producen muchas sustancias químicas. Por ejemplo, el limonero es una entidad viviente que produce muchos limones, y cada limón contiene gran cantidad de ácido cítrico. Por tanto, si hasta una entidad viviente insignificante, que no es más que una parte del Señor Supremo, puede producir tanta cantidad de una sustancia química, ¿cuánta potencia habrá en el cuerpo de la Suprema Personalidad de Dios?

Los científicos no pueden explicar de manera satisfactoria dónde se producen las sustancias químicas del mundo, pero esto se explica de un modo perfecto aceptando la energía inconcebible del Señor Supremo. No hay razón para negar este argumento. Desde el momento en que las entidades vivientes, que son muestras de la Personalidad de Dios, tienen ciertas potencias, ¿cuánta potencia tendrá que haber en el Dios Supremo mismo? Como se describe en los Vedas: nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām, «Él es el principal eterno de entre todos los eternos, y la principal entidad viviente de entre todas las entidades vivientes» (Kaṭha Upaniṣad, 2.2.13).

Por desgracia, la ciencia atea no aceptará que la materia proviene de la vida. Los científicos insisten en su teoría insensata y sin lógica de que la vida proviene de la materia, aunque esto es absolutamente imposible. No pueden demostrar en sus laboratorios que la materia puede producir vida y, sin embargo, hay miles y miles de ejemplos para ilustrar que la materia proviene de la vida. Por tanto, en el Śrī Caitanya-caritāmṛta, Kṛṣṇadāsa Kavirāja Gosvāmī dice que en cuanto se acepta la potencia inconcebible de la Suprema Personalidad de Dios, no hay gran filósofo ni científico que pueda presentar ninguna tesis que contradiga el poder del Señor. Esto se expresa en el siguiente verso sánscrito.