Skip to main content

Bg. 9.10

Texto

mayādhyakṣeṇa prakṛtiḥ
sūyate sa-carācaram
hetunānena kaunteya
jagad viparivartate

Palabra por palabra

mayā — por Mí; adhyakṣeṇa — mediante la superintendencia; prakṛtiḥ — la naturaleza material; sūyate — manifiesta; sa — ambas; cara-acaram — las móviles y las inmóviles; hetunā — por la razón; anena — esta; kaunteya — ¡oh, hijo de Kuntī!; jagat — la manifestación cósmica; viparivartate — está funcionando.

Traducción

Esta naturaleza material, que es una de Mis energías, funciona bajo Mi dirección, ¡oh, hijo de Kuntī!, y produce a todos los seres móviles e inmóviles. Por orden suya, esta manifestación es creada y aniquilada una y otra vez.

Significado

Aquí se afirma claramente que el Señor Supremo, aunque está apartado de todas las actividades del mundo material, permanece como director supremo. El Señor Supremo es la voluntad suprema y el trasfondo de esta manifestación material, pero el manejo de la misma lo dirige la naturaleza material. Kṛṣṇa también afirma en el Bhagavad-gītā que «Yo soy el Padre» de todas las entidades vivientes que se encuentran en las diferentes formas y especies. El padre pone en el vientre de la madre la simiente del niño, y, de igual modo, el Señor Supremo, con solo Su mirada, inyecta a todas las entidades vivientes en el vientre de la naturaleza material, y ellas salen en sus diferentes formas y especies, conforme a sus últimos deseos y actividades. Todas esas entidades vivientes, si bien nacen bajo la mirada del Señor Supremo, adoptan sus diferentes cuerpos de acuerdo con sus pasadas acciones y deseos. Así que el Señor no está directamente apegado a esta creación material. Él simplemente le lanza una mirada a la naturaleza material, la naturaleza material se activa con ello, y todo es creado de inmediato. Como Él le lanza una mirada a la naturaleza material, es indudable que hay una actividad por parte del Señor Supremo, pero Él no tiene nada que ver directamente con la manifestación del mundo material. El siguiente ejemplo se da en el smṛti: cuando alguien tiene ante sí una flor fragante, la fragancia es tocada por la capacidad olfativa de la persona, pero el olfato y la flor están separados el uno del otro. Entre el mundo material y la Suprema Personalidad de Dios hay un nexo similar; en realidad, Él no tiene nada que ver con este mundo material, pero Él crea mediante Su mirada y ordena. En resumidas cuentas, la naturaleza material, sin la superintendencia de la Suprema Personalidad de Dios, no puede hacer nada. Sin embargo, la Suprema Personalidad está separada de todas las actividades materiales.