Skip to main content

CAPÍTULO 4

El conocimiento trascendental

Texto

śrī-bhagavān uvāca
imaṁ vivasvate yogaṁ
proktavān aham avyayam
vivasvān manave prāha
manur ikṣvākave ’bravīt

Palabra por palabra

śrī-bhagavān uvāca — la Suprema Personalidad de Dios dijo; imaṁ — este; vivasvate — al dios del Sol; yogam — la ciencia de la relación de uno con el Supremo; proktavān — instruí; aham — Yo; avyayam — imperecedera; vivasvān — Vivasvān (el nombre del dios del Sol); manave — al padre de la humanidad (de nombre Vaivasvata); prāha — dijo; manuḥ — el padre de la humanidad; ikṣvākave — al rey Ikṣvāku; abravīt — dijo.

Traducción

La Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa, dijo: Yo le enseñé esta imperecedera ciencia del yoga a Vivasvān, el dios del Sol, y Vivasvān se la enseñó a Manu, el padre de la humanidad, y Manu a su vez se la enseñó a Ikṣvāku.

Significado

Aquí encontramos la historia del Bhagavad-gītā a partir de una época remota en que le fue entregado a la orden real de todos los planetas, comenzando con el planeta Sol. Los reyes de todos los planetas tienen la principal función de proteger a los habitantes de los mismos, y, por lo tanto, la orden real debe entender la ciencia del Bhagavad-gītā, a fin de ser capaz de gobernar a los ciudadanos y protegerlos del cautiverio material de la lujuria. La vida humana está hecha para el cultivo del conocimiento espiritual en una relación eterna con la Suprema Personalidad de Dios, y los mandatarios de todos los estados y de todos los planetas están obligados a impartirles a los ciudadanos ese conocimiento, por medio de la educación, la cultura y la devoción. En otras palabras, todos los jefes de estado tienen la función de propagar la ciencia del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, de modo que la gente pueda sacar provecho de esta gran ciencia y pueda seguir un sendero triunfante, haciendo uso de la oportunidad que brinda la forma de vida humana.

En este milenio, el dios del Sol es conocido como Vivasvān, el rey del Sol, el cual es el origen de todos los planetas del sistema solar. En la Brahma-saṁhitā (5.52) se declara:

yac-cakṣur eṣa savitā sakala-grahāṇāṁ
rājā samasta-sura-mūrtir aśeṣa-tejāḥ
yasyājñayā bhramati sambhṛta-kāla-cakro
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

El Señor Brahmā dijo: «Permítaseme adorar a la Suprema Personalidad de Dios, Govinda [Kṛṣṇa], quien es la Persona Original, y bajo cuya orden el Sol, que es el rey de todos los planetas, adquiere inmenso poder y calor. El Sol representa el ojo del Señor, y recorre su órbita obedeciendo la orden de Él».

El Sol es el rey de los planetas, y el dios del Sol (actualmente de nombre Vivasvān) rige el planeta Sol, el cual controla a todos los demás planetas mediante el suministro de calor y luz. El Sol gira bajo la orden de Kṛṣṇa, y en un principio el Señor Kṛṣṇa hizo que Vivasvān fuera Su primer discípulo en entender la ciencia del Bhagavad-gītā. Por consiguiente, el Gītā no es un tratado especulativo dirigido al insignificante erudito mundano, sino un libro modelo de conocimiento que desciende desde tiempo inmemorial.

En el Mahābhārata (Śānti-parva 348.51–52) encontramos la historia del Gītā de la siguiente manera:

tretā-yugādau ca tato
vivasvān manave dadau
manuś ca loka-bhṛty-arthaṁ
sutāyekṣvākave dadau
ikṣvākuṇā ca kathito
vyāpya lokān avasthitaḥ

«Al comienzo del milenio conocido como Tretā-yuga, Vivasvān le entregó a Manu esta ciencia de la relación con el Supremo. Manu, el padre de la humanidad, se la dio a su hijo, Mahārāja Ikṣvāku, el rey de este planeta Tierra y antepasado de la dinastía Raghu, en la que apareció el Señor Rāmacandra». De modo que, el Bhagavad-gītā existía en la sociedad humana desde la época de Mahārāja Ikṣvāku.

Hasta los actuales momentos, apenas han transcurrido cinco mil años de Kali-yuga, la cual dura 432.000 años. La época anterior a esa fue la de Dvāpara-yuga (800.000 años), y la anterior a esta última fue la de Tretā-yuga (1.200.000 años). Así pues, hace unos 2.005.000 años, Manu le habló el Bhagavad-gītā a su discípulo e hijo Mahārāja Ikṣvāku, el rey de este planeta Tierra. La era del Manu actual se calcula que debe durar unos 305.300.000 años, de los cuales han pasado 120.400.000. Aceptando que antes del nacimiento de Manu el Señor le habló el Gītā a Su discípulo Vivasvān, el dios del Sol, un cálculo aproximado indica que el Gītā se habló por lo menos hace 120.400.000 años; y en la sociedad humana ha existido por dos millones de años. El Señor lo habló de nuevo hace unos cinco mil años, esta vez a Arjuna. Este es un cálculo aproximado de los períodos que comprende la historia del Gītā, según el propio Gītā y según el orador, el Señor Śrī Kṛṣṇa. El Bhagavad-gītā le fue hablado al dios del Sol, Vivasvān, porque él también es un kṣatriya, y porque es el padre de todos los kṣatriyas que son descendientes del dios del Sol, o los kṣatriyas sūrya-vaṁśa. Como el Bhagavad-gītā es igual que los Vedas, ya que lo habló la Suprema Personalidad de Dios, el conocimiento que en él se expone es apauruṣeya, sobrehumano. Puesto que las instrucciones védicas se aceptan tal como son, sin interpretación humana, al Gītā debe aceptársele, por ende, sin una interpretación mundana. Puede que los pendencieros mundanos especulen acerca del Gītā a su manera, pero eso no es el Bhagavad-gītā tal como es. Por consiguiente, al Bhagavad-gītā hay que aceptarlo tal como es, de manos de la sucesión discipular, y aquí se describe que el Señor se lo habló al dios del Sol, el dios del Sol se lo habló a su hijo Manu, y Manu se lo habló a su hijo Ikṣvāku.

Texto

evaṁ paramparā-prāptam
imaṁ rājarṣayo viduḥ
sa kāleneha mahatā
yogo naṣṭaḥ paran-tapa

Palabra por palabra

evam — así pues; paramparā — por sucesión discipular; prāptam — recibida; imam — esta ciencia; rāja-ṛṣayaḥ — los reyes santos; viduḥ — entendieron; saḥ — ese conocimiento; kālena — en el transcurso del tiempo; iha — en este mundo; mahatā — gran; yogaḥ — la ciencia de la relación de uno con el Supremo; naṣṭaḥ — disperso; param-tapa — ¡oh, Arjuna, subyugador de los enemigos!

Traducción

Esta ciencia suprema se recibió así a través de la cadena de sucesión discipular, y los reyes santos la entendieron de ese modo. Pero en el transcurso del tiempo la sucesión se rompió, y, por ello, la ciencia tal como es parece estar perdida.

Significado

Se afirma claramente que el Gītā estaba dirigido en especial a los reyes santos, porque ellos tenían que llevar a cabo el propósito del mismo al gobernar a los ciudadanos. Desde luego, el Bhagavad-gītā nunca estuvo dirigido a las personas demoníacas, que disiparían su valor sin beneficiar a nadie, y urdirían todo tipo de interpretaciones según sus caprichos personales. Tan pronto como el propósito original se dispersó a causa de las motivaciones de los comentaristas inescrupulosos, surgió la necesidad de restablecer la sucesión discipular. Hace cinco mil años, el propio Señor detectó que la sucesión discipular se había roto y, en consecuencia, declaró que el propósito del Gītā parecía estar perdido. De la misma manera, en la actualidad también hay muchísimas ediciones del Gītā (especialmente en inglés), pero prácticamente ninguna de ellas se ha presentado siguiendo a la sucesión discipular autorizada. Hay infinidad de interpretaciones, elaboradas por diferentes eruditos mundanos, pero prácticamente ninguno de ellos acepta a la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, aunque todos hacen un buen negocio con las palabras de Śrī Kṛṣṇa. Ese espíritu es demoníaco, porque los demonios no creen en Dios, sino que simplemente disfrutan de la propiedad del Supremo. Debido a que hay una gran necesidad de una traducción del Gītā tal como se recibe en el sistema paramparā (de sucesión discipular), aquí se hace el intento de satisfacer esa gran necesidad. Si el Bhagavad-gītā se acepta tal como es, constituye un gran don para la humanidad, pero si se toma como un tratado de especulaciones filosóficas, es simplemente una pérdida de tiempo.

Texto

sa evāyaṁ mayā te ’dya
yogaḥ proktaḥ purātanaḥ
bhakto ’si me sakhā ceti
rahasyaṁ hy etad uttamam

Palabra por palabra

saḥ — la misma; eva — ciertamente; ayam — esta; mayā — por Mí; te — a ti; adya — hoy; yogaḥ — la ciencia del yoga; proktaḥ — hablada; purātanaḥ — muy antigua; bhaktaḥ — devoto; asi — eres; me — Mi; sakhā — amigo; ca — también; iti — por lo tanto; rahasyam — misterio; hi — ciertamente; etat — este; uttamam — trascendental.

Traducción

Esta antiquísima ciencia de la relación con el Supremo te la expongo hoy a ti, porque tú eres Mi devoto así como también Mi amigo, y puedes por ello entender el misterio trascendental de la misma.

Significado

Existen dos clases de hombres: el devoto y el demonio. El Señor escogió a Arjuna como receptor de esta gran ciencia, porque Arjuna era un devoto del Señor; pero al demonio no le es posible entender esta gran y misteriosa ciencia. Existen muchas ediciones de este gran libro de conocimiento. Algunas de ellas tienen comentarios escritos por los devotos, y otras tienen comentarios escritos por los demonios. El comentario de los devotos es auténtico, mientras que el de los demonios es inútil. Arjuna acepta a Śrī Kṛṣṇa como la Suprema Personalidad de Dios, y cualquier comentario que se le haga al Gītā siguiendo los pasos de Arjuna, es verdadero servicio devocional que se le presta a la causa de esta gran ciencia. Los hombres demoníacos, no obstante, no aceptan al Señor Kṛṣṇa tal como es Él. Más bien, inventan algo acerca de Kṛṣṇa y desencaminan a la generalidad de los lectores, apartándolos del sendero de las instrucciones de Kṛṣṇa. Aquí se da una advertencia acerca de esos senderos engañosos. Uno debe tratar de seguir la sucesión discipular que procede de Arjuna y, de ese modo, beneficiarse con esta gran ciencia del Śrīmad Bhagavad-gītā.

Texto

arjuna uvāca
aparaṁ bhavato janma
paraṁ janma vivasvataḥ
katham etad vijānīyāṁ
tvam ādau proktavān iti

Palabra por palabra

arjunaḥ uvāca — Arjuna dijo; aparam — menor; bhavataḥ — Tú; janma — nacimiento; param — superior; janma — nacimiento; vivasvataḥ — del dios del Sol; katham — cómo; etat — esto; vijānīyām — he de entender; tvam — Tú; adau — al principio; proktavān — instruida; iti — así pues.

Traducción

Arjuna dijo: Vivasvān, el dios del Sol, nació antes que Tú, por lo cual es mayor que Tú. ¿Cómo puedo entender que en el principio Tú le hayas enseñado esta ciencia a él?

Significado

Arjuna es un reconocido devoto del Señor. Así que, ¿cómo no iba a creer en las palabras de Kṛṣṇa? Lo cierto es que Arjuna no está preguntando en beneficio propio, sino por el bien de aquellos que no creen en la Suprema Personalidad de Dios, o los demonios, a quienes no les gusta la idea de que a Kṛṣṇa se le acepte como la Suprema Personalidad de Dios; es solo para ellos que Arjuna pregunta acerca de este punto, como si él mismo no estuviera consciente de la posición de la Personalidad de Dios, o Kṛṣṇa. Como se hará patente en el capítulo diez, Arjuna sabía perfectamente bien que Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, el manantial de todo y la última palabra en trascendencia. Claro que, Kṛṣṇa también apareció en esta Tierra como hijo de Devakī. A un hombre ordinario le resulta muy difícil entender cómo Kṛṣṇa siguió siendo la misma Suprema Personalidad de Dios, la persona eterna original. Por consiguiente, para aclarar ese punto, Arjuna le hizo la pregunta a Kṛṣṇa, de manera que Él Mismo pudiera hablar con autoridad. Que Kṛṣṇa es la autoridad suprema, lo acepta el mundo entero, no solo en la actualidad, sino desde tiempo inmemorial, y únicamente los demonios lo rechazan. De todos modos, puesto que Kṛṣṇa es la autoridad aceptada por todos, Arjuna le hizo a Él esa pregunta, para que Kṛṣṇa pudiera describirse a Sí Mismo sin que lo explicaran los demonios, que siempre tratan de deformarlo de una manera en que ellos y sus seguidores puedan entender. Es necesario que todo el mundo, por su propio bien, conozca la ciencia de Kṛṣṇa. Por eso, cuando el propio Kṛṣṇa habla de Sí Mismo, es auspicioso para todos los mundos. Puede que a los demonios les resulten extrañas las explicaciones que el propio Kṛṣṇa da, porque ellos siempre estudian a Kṛṣṇa desde su propio punto de vista; pero aquellos que son devotos les dan una cálida bienvenida a las declaraciones de Kṛṣṇa, cuando estas las habla el propio Kṛṣṇa. Los devotos siempre adorarán esas autoritativas declaraciones de Kṛṣṇa, porque siempre están ansiosos de saber muchísimo más acerca de Él. Los ateos, quienes consideran a Kṛṣṇa un hombre ordinario, pueden de esa manera llegar a saber que Kṛṣṇa es sobrehumano, que es sac-cid-ānanda-vigraha —la forma eterna de la bienaventuranza y el conocimiento—, que es trascendental, y que se halla por encima del dominio de las modalidades de la naturaleza material, y por encima de la influencia del espacio y el tiempo. Un devoto de Kṛṣṇa, tal como Arjuna, está indudablemente por encima de cualquier malentendido en relación con la posición trascendental de Kṛṣṇa. Que Arjuna le hiciera esta pregunta al Señor, es simplemente un intento que el devoto hace de desafiar la actitud atea de personas que toman a Kṛṣṇa por un ser humano ordinario, sujeto a las modalidades de la naturaleza material.

Texto

śrī-bhagavān uvāca
bahūni me vyatītāni
janmāni tava cārjuna
tāny ahaṁ veda sarvāṇi
na tvaṁ vettha paran-tapa

Palabra por palabra

śrī-bhagavān uvāca — la Personalidad de Dios dijo; bahūni — muchos; me — Míos; vyatītāni — han pasado; janmāni — nacimientos; tava — tuyos; ca — y también; arjuna — ¡oh, Arjuna!; tāni — esos; aham — Yo; veda — sé; sarvāṇi — todo; na — no; tvam — tú; vettha — sabes; param-tapa — ¡oh, subyugador del enemigo!

Traducción

La Personalidad de Dios dijo: Tanto tú como Yo hemos pasado por muchísimos nacimientos. Yo los puedo recordar todos, pero tú no, ¡oh, subyugador del enemigo!

Significado

En la Brahma-saṁhitā (5.33), se encuentra la información de que hay muchísimas encarnaciones del Señor. Allí se dice:

advaitam acyutam anādim ananta-rūpam
ādyaṁ purāṇa-puruṣaṁ nava-yauvanaṁ ca
vedeṣu durlabham adurlabham ātma-bhaktau
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

«Yo adoro a Govinda [Kṛṣṇa], la Suprema Personalidad de Dios, quien es la persona original, absoluta, infalible y sin comienzo. Aunque Él se expande en una cantidad ilimitada de formas, aun así es la misma persona original, el más antiguo y la persona que siempre se ve como un joven lozano. Esas eternas, bienaventuradas y omniscientes formas del Señor, por lo general no las entienden ni los mejores eruditos védicos, pero siempre se les manifiestan a los devotos puros».

También se afirma en la Brahma-saṁhitā (5.39):

rāmādi-mūrtiṣu kalā-niyamena tiṣṭhan
nānāvatāram akarod bhuvaneṣu kintu
kṛṣṇaḥ svayaṁ samabhavat paramaḥ pumān yo
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

«Yo adoro a Govinda [Kṛṣṇa], la Suprema Personalidad de Dios, quien siempre se encuentra en diversas encarnaciones, tales como Rāma y Nṛsiṁha, así como también en muchas encarnaciones secundarias, pero quien es la Personalidad de Dios original, conocido como Kṛṣṇa, y quien, además, se encarna personalmente».

También en los Vedas se dice que el Señor, aunque es aquel que no tiene igual, se manifiesta en infinidad de formas. Él es como la piedra vaidūrya, que cambia de color y, aun así, sigue siendo la misma. Todas esas múltiples formas las entienden los devotos puros, pero no se pueden entender mediante un simple estudio de los Vedas (vedeṣu durlabham adurlabham ātma-bhaktau). Devotos tales como Arjuna son compañeros constantes del Señor, y cuando quiera que el Señor se encarna, los devotos asociados también se encarnan, para poder servir al Señor de diferentes maneras. Arjuna es uno de esos devotos, y de este verso se deduce que, unos millones de años atrás, cuando el Señor Kṛṣṇa le habló el Bhagavad-gītā al dios del Sol, Vivasvān, Arjuna también estaba presente, haciendo otro papel. Pero la diferencia que hay entre el Señor y Arjuna es que el Señor recordaba el incidente, mientras que Arjuna no lo recordaba. Esa es la diferencia que hay entre la entidad viviente parte integral, y el Señor Supremo. Aunque a Arjuna se le trata aquí como el poderoso héroe que podía subyugar a los enemigos, no obstante es incapaz de recordar lo que había ocurrido en sus diversos nacimientos pasados. De modo que, una entidad viviente, por grande que pueda ser desde el punto de vista material, nunca puede ser igual al Señor Supremo. Cualquiera que sea un compañero constante del Señor es sin duda una persona liberada, pero no puede ser igual al Señor. En la Brahma-saṁhitā se describe al Señor como infalible (acyuta), lo cual significa que Él nunca se olvida de Sí, a pesar de estar en contacto con lo material. Luego el Señor y la entidad viviente nunca pueden ser iguales en todos los aspectos, ni siquiera si la entidad viviente está tan liberada como Arjuna. Aunque Arjuna es un devoto del Señor, a veces olvida la naturaleza del Señor, pero, por la gracia divina, un devoto puede entender al instante la condición infalible del Señor, mientras que un no devoto, o un demonio, no puede entender esa naturaleza trascendental. Así pues, estas descripciones del Gītā no las pueden entender los cerebros demoníacos. Kṛṣṇa recordaba actos que había realizado millones de años atrás, pero Arjuna no podía recordarlos, pese al hecho de que tanto Kṛṣṇa como Arjuna son de una naturaleza eterna. También podemos destacar aquí que una entidad viviente olvida todo debido a su cambio de cuerpo, pero el Señor recuerda porque no cambia Su cuerpo sac-cid-ānanda. Él es advaita, que significa que no hay diferencia alguna entre Su cuerpo y Él Mismo. Todo en relación con Él es espíritu, mientras que el alma condicionada es diferente de su cuerpo material. Y como el cuerpo y el ser del Señor son idénticos, Su posición siempre es diferente a la posición de la entidad viviente ordinaria, incluso cuando Él desciende al plano material. Los demonios no pueden acomodarse a esta naturaleza trascendental del Señor, que el propio Señor explica en el verso siguiente.

Texto

ajo ’pi sann avyayātmā
bhūtānām īśvaro ’pi san
prakṛtiṁ svām adhiṣṭhāya
sambhavāmy ātma-māyayā

Palabra por palabra

ajaḥ — innaciente; api — aunque; san — siendo así; avyaya — sin deteriorarse; ātmā — cuerpo; bhūtānām — de todos aquellos que nacen; īśvaraḥ — el Señor Supremo; api — aunque; san — siendo así; prakṛtim — en la forma trascendental; svām — Mía; adhiṣṭhāya — estando situado así; sambhavāmi — Me encarno; ātma-māyayā — mediante Mi energía interna.

Traducción

Aunque soy innaciente y Mi cuerpo trascendental nunca se deteriora, y aunque soy el Señor de todas las entidades vivientes, aun así aparezco en cada milenio en Mi trascendental forma original.

Significado

El Señor ha hablado acerca de la peculiaridad de Su nacimiento: aunque puede que Él aparezca como una persona ordinaria, recuerda todo lo relacionado con Sus muchísimos «nacimientos» pasados, mientras que un hombre común y corriente no puede recordar lo que ha hecho ni siquiera unas cuantas horas antes. Si se le pregunta a alguien qué hizo exactamente a la misma hora el día anterior, al hombre común le sería muy difícil responder de inmediato. Seguramente que tendría que escarbar en su memoria para recordar qué estaba haciendo exactamente a la misma hora el día anterior. Y, no obstante, a menudo los hombres se atreven a declarar que son Dios, o Kṛṣṇa. Uno no debe dejarse engañar por esas pretensiones sin sentido. Y, además, el Señor explica Su prakṛti, o Su forma. Prakṛti significa «naturaleza», y también significa svarūpa, o «la forma de uno mismo». El Señor dice que Él aparece en Su propio cuerpo. Él no cambia de cuerpo, como sí lo hace la entidad viviente común, que cambia de un cuerpo a otro. Puede que la entidad viviente tenga una clase de cuerpo en el nacimiento actual, pero en el siguiente nacimiento tendrá un cuerpo diferente. En el mundo material, la entidad viviente no tiene un cuerpo fijo, sino que transmigra de un cuerpo a otro. Sin embargo, el Señor no hace eso. Cuando quiera que Él aparece, lo hace en el mismo cuerpo original, por medio de Su potencia interna. En otras palabras, Kṛṣṇa aparece en este mundo material en Su eterna forma original, con dos manos y sosteniendo una flauta. Él aparece precisamente en Su cuerpo eterno, no contaminado por este mundo material. Aunque Él aparece en el mismo cuerpo trascendental y es el Señor del universo, aun así parece que Él nace como una entidad viviente ordinaria. Y aunque Su cuerpo no se deteriora como un cuerpo material, aun así parece que el Señor Kṛṣṇa crece de la infancia a la niñez y de la niñez a la juventud. Pero, lo que es muy sorprendente, nunca envejece más allá de la juventud. En la época de la batalla de Kurukṣetra, Él tenía muchos nietos en casa, o, en otras palabras, Él ya había envejecido suficientemente según los cálculos materiales. Aun así, se veía tal como un hombre joven de veinte o veinticinco años. Nunca vemos un retrato de Kṛṣṇa en la vejez, porque él nunca envejece como nosotros, si bien es la persona más anciana de toda la creación —del pasado, del presente y del futuro—. Ni Su cuerpo ni Su inteligencia se deterioran o cambian alguna vez. Por consiguiente, queda claro que, a pesar de estar en el mundo material, Él es la misma e innaciente forma eterna de bienaventuranza y conocimiento, inmutable en lo que respecta a Su cuerpo e inteligencia trascendentales. De hecho, Su aparición y desaparición son como la salida del Sol, el movimiento de este ante nosotros y su subsecuente desaparición de nuestra vista. Cuando el Sol se pierde de vista, creemos que se ha puesto, y cuando el Sol está ante nuestros ojos, pensamos que se halla en el horizonte. En realidad, el Sol siempre está en su posición fija. Pero debido a nuestros sentidos insuficientes y defectuosos, hablamos de que el Sol aparece y desaparece en el cielo. Y como Su aparición y desaparición son completamente distintas de las de cualquier entidad viviente común y corriente, es obvio que Él es conocimiento eterno y bienaventurado, mediante Su potencia interna, y que nunca lo contamina la naturaleza material. Los Vedas también confirman que la Suprema Personalidad de Dios es innaciente, y que, sin embargo, parece nacer en múltiples manifestaciones. Las Escrituras védicas complementarias también confirman que, aunque el Señor parece nacer, aun así no cambia de cuerpo. En el Bhāgavatam, Él aparece en forma de Nārāyaṇa ante Su madre, con cuatro manos y los adornos de las seis clases de opulencias plenas. Su aparición en Su eterna forma original constituye Su misericordia sin causa, que se les otorga a las entidades vivientes de modo que puedan concentrarse en el Señor Supremo tal como es Él, y no en invenciones mentales o imaginaciones, que es lo que el impersonalista cree equivocadamente que son las formas del Señor. Según el diccionario Viśva-kośa, la palabra māyā, o ātma-māyā, se refiere a la misericordia sin causa del Señor. El Señor está consciente de todas Sus apariciones y desapariciones anteriores, pero una entidad viviente común, en cuanto obtiene otro cuerpo, olvida todo lo referente a su cuerpo pasado. Él es el Señor de todas las entidades vivientes, porque, mientras se encuentra en esta Tierra, realiza actividades maravillosas y sobrehumanas. Así pues, el Señor siempre es la misma Verdad Absoluta, y no presenta diferenciación alguna entre Su forma y Su ser, o entre Su calidad y Su cuerpo. Ahora pudiera surgir la pregunta de por qué el Señor aparece y desaparece en este mundo. Ello se explica en el verso siguiente.

Texto

yadā yadā hi dharmasya
glānir bhavati bhārata
abhyutthānam adharmasya
tadātmānaṁ sṛjāmy aham

Palabra por palabra

yadā yadā — cuando quiera y dondequiera; hi — indudablemente; dharmasya — de la religión; glāniḥ — discrepancias; bhavati — se manifiesta; bhārata — ¡oh, descendiente de Bharata!; abhyutthānam — predominio; adharmasya — de la irreligión; tadā — en ese entonces; ātmānam — ser; sṛjāmi — manifiesto; aham — Yo.

Traducción

Cuando quiera y dondequiera que haya una declinación en la práctica religiosa, ¡oh, descendiente de Bharata!, y un aumento predominante de la irreligión, en ese entonces, Yo mismo desciendo.

Significado

La palabra sṛjāmi es significativa aquí. Sṛjāmi no se puede emplear en el sentido de creación porque, de acuerdo con el verso anterior, no existe creación de la forma o cuerpo del Señor, ya que todas las formas existen eternamente. Por lo tanto, sṛjāmi significa que el Señor se manifiesta tal como Él es. Aunque el Señor aparece en un momento programado, es decir, al final de la Dvāpara-yuga del vigésimoctavo milenio del séptimo Manu de un día de Brahmā, aun así Él no está obligado a someterse a esas reglas y regulaciones, porque está en completa libertad de actuar a voluntad de muchas maneras. En consecuencia, Él aparece por Su propia voluntad cuando quiera que haya un predominio de la irreligiosidad y una desaparición de la verdadera religión. Los principios de la religión se presentan en los Vedas, y cualquier discrepancia en lo referente a la ejecución debida de las reglas de los Vedas, lo vuelve a uno irreligioso. En el Bhāgavatam se declara que esos principios constituyen las leyes del Señor. Únicamente el Señor puede manufacturar un sistema de religión. Los Vedas también se aceptan como palabras que en un principio el propio Señor le comunicó a Brahmā desde dentro del corazón. De modo que, los principios de dharma, o de la religión, son las órdenes directas de la Suprema Personalidad de Dios (dharmaṁ tu sākṣād-bhagavat-praṇītam). Estos principios se indican claramente a todo lo largo del Bhagavad-gītā. El propósito de los Vedas es el de establecer dichos principios bajo la orden del Señor Supremo, y al final del Gītā el Señor ordena directamente que el principio más elevado de la religión es el de entregarse solo a Él, y nada más. Los principios védicos lo incitan a uno a entregarse a Él por completo; y cuando quiera que las personas demoníacas perturban esos principios, el Señor aparece. Por el Bhāgavatam sabemos que el Señor Buddha es la encarnación de Kṛṣṇa que apareció cuando el materialismo se hallaba extendido y los materialistas estaban usando como pretexto la autoridad de los Vedas. Aunque en los Vedas hay ciertas reglas y regulaciones restrictivas en cuanto al sacrificio de animales con ciertos propósitos específicos, la gente de tendencias demoníacas, no obstante, se dio al sacrificio de animales sin hacer referencia a los principios védicos. El Señor Buddha apareció para detener esa necedad y establecer los principios védicos de la no violencia. Así pues, todos y cada uno de los avatāras, o encarnaciones del Señor, tiene una misión específica, y a todos ellos se los describe en las Escrituras reveladas. A nadie se lo debe aceptar como avatāra, a menos que se lo mencione en las Escrituras. No es cierto que el Señor aparece únicamente en la tierra hindú. Él puede manifestarse dondequiera y cuando quiera que desee aparecer. En todas y cada una de las encarnaciones, Él habla tanto de religión como pueda entender la gente en particular que se encuentre bajo esas circunstancias específicas. Pero la misión es la misma: llevar a la gente hacia el estado de conciencia de Dios y de obediencia a los principios de la religión. Algunas veces, Él desciende personalmente, y a veces envía a Su representante fidedigno, en la forma de Su hijo o sirviente, o Él Mismo desciende en alguna forma disfrazada.

Los principios del Bhagavad-gītā se le hablaron a Arjuna, y, además, a otras personas muy elevadas, porque él estaba muy adelantado en comparación con las personas ordinarias de otras partes del mundo. «Dos más dos son cuatro» constituye un principio matemático verdadero, tanto en la clase de aritmética para principiantes, como también en el curso adelantado. Aun así, hay matemáticas superiores y matemáticas elementales. Por lo tanto, en todas las encarnaciones del Señor se enseñan los mismos principios, pero estos parecen ser superiores o inferiores en diferentes circunstancias. Los principios superiores de la religión comienzan con la aceptación de las cuatro órdenes y los cuatro estados de vida social, tal y como se explicará más adelante. Todo el propósito de la misión de las encarnaciones es el de despertar en todas partes el estado de conciencia de Kṛṣṇa. Esa conciencia es manifiesta y no manifiesta, solo bajo diferentes circunstancias.

Texto

paritrāṇāya sādhūnāṁ
vināśāya ca duṣkṛtām
dharma-saṁsthāpanārthāya
sambhavāmi yuge yuge

Palabra por palabra

paritrāṇāya — para la redención; sādhūnām — de los devotos; vināśāya — para la aniquilación; ca — y; duṣkṛtām — de los infieles; dharma — principios de la religión; saṁsthāpana-arthāya — para restablecer; sambhavāmi — aparezco; yuge — milenio; yuge — tras milenio.

Traducción

Para redimir a los piadosos y aniquilar a los infieles, así como para restablecer los principios de la religión, Yo mismo aparezco milenio tras milenio.

Significado

De acuerdo con el Bhagavad-gītā, un sādhu (hombre santo) es un hombre con conciencia de Kṛṣṇa. Puede que una persona parezca ser irreligiosa, pero si posee a plenitud las cualidades del estado de conciencia de Kṛṣṇa, se le debe considerar un sādhu. Y duṣkṛtām se le aplica a aquellos que no les interesa el estado de conciencia de Kṛṣṇa. Aunque esos infieles, o duṣkṛtām, estén adornados con educación mundana, se los describe como necios y lo más bajo de la humanidad, mientras que a una persona que esté dedicada al cultivo de conciencia de Kṛṣṇa en un cien por ciento se la acepta como sādhu, aunque no sea ni erudita ni muy culta. En lo que se refiere a los ateos, no es necesario que, para destruirlos, el Señor Supremo aparezca tal como es Él, como hizo en el caso de los demonios Rāvaṇa y Kaṁsa. El Señor tiene muchos agentes capaces de eliminar demonios. Pero el Señor desciende especialmente para tranquilizar a Sus devotos puros, que siempre están acosados por las personas demoníacas. El demonio hostiga al devoto, aunque este último resulte ser pariente suyo. Si bien Prahlāda Mahārāja era hijo de Hiraṇyakaśipu, no obstante su padre lo persiguió; aunque Devakī, la madre de Kṛṣṇa, era hermana de Kaṁsa, ella y su esposo, Vasudeva, fueron perseguidos, solo porque Kṛṣṇa les iba a nacer a ellos. De manera que, Kṛṣṇa apareció principalmente para salvar a Devakī antes que para matar a Kaṁsa, pero ambas acciones se realizaron simultáneamente. Por eso se dice aquí que el Señor aparece en diferentes encarnaciones para redimir al devoto y eliminar a los infieles demonios.

En el Caitanya-caritāmṛta de Kṛṣṇadāsa Kavirāja, los versos siguientes (Madhya 20.263–264) resumen estos principios de la encarnación:

sṛṣṭi-hetu yei mūrti prapañce avatare
sei īśvara-mūrti ‘avatāra’ nāma dhare
māyātīta paravyome sabāra avasthāna
viśve avatari’ dhare ‘avatāra’ nāma

«El avatāra, o encarnación de Dios, desciende del Reino de Dios con el fin de llevar a cabo la manifestación material. Y esa forma en particular de la Personalidad de Dios que así desciende se denomina encarnación o avatāra. Esas encarnaciones están en el mundo espiritual, el Reino de Dios. Cuando ellas descienden a la creación material, adoptan el nombre de avatāra».

Hay varias clases de avatāras —tales como los puruṣāvatāras, los guṇāvatāras, los līlāvatāras, los śakty-āveśa avatāras, los manvantara-āvatāras y los yugāvatāras—, todos los cuales aparecen por todas partes del universo en el momento programado. Pero el Señor Kṛṣṇa es el Señor primordial, el manantial de todos los avatāras. El Señor Śrī Kṛṣṇa desciende con el propósito específico de mitigar las angustias de los devotos puros, que están muy ansiosos de verlo en Sus pasatiempos originales de Vṛndāvana. Por consiguiente, el propósito principal del avatāra de Kṛṣṇa consiste en satisfacer a Sus devotos puros.

El Señor dice que Él Mismo se encarna en cada milenio. Eso indica que Él también se encarna en la Era de Kali. Como se declara en el Śrīmad-Bhāgavatam, la encarnación de la Era de Kali es el Señor Caitanya Mahāprabhu, quien propagó la adoración de Kṛṣṇa mediante el movimiento de saṅkīrtana (el canto en congregación de los santos nombres), y difundió el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa a todo lo largo de la India. Él predijo que esta cultura del saṅkīrtana se difundiría por el mundo entero, de pueblo en pueblo y de aldea en aldea. Al Señor Caitanya, en Su carácter de encarnación de Kṛṣṇa, la Personalidad de Dios, se le describe de un modo secreto, mas no directo, en las secciones confidenciales de las Escrituras reveladas, tales como los Upaniṣads, el Mahābhārata y el Bhāgavatam. A los devotos del Señor Kṛṣṇa los atrae mucho el movimiento de saṅkīrtana del Señor Caitanya. Este avatāra del Señor no mata a los infieles, sino que los redime mediante Su misericordia sin causa.

Texto

janma karma ca me divyam
evaṁ yo vetti tattvataḥ
tyaktvā dehaṁ punar janma
naiti mām eti so ’rjuna

Palabra por palabra

janma — nacimiento; karma — trabajo; ca — también; me — Míos; divyam — trascendentales; evam — de esta manera; yaḥ — todo aquel que; vetti — conozca; tattvataḥ — en realidad; tyaktvā — dejando a un lado; deham — este cuerpo; punaḥ — de nuevo; janma — nacimiento; na — jamás; eti — alcanza; mām — a Mí; eti — alcanza; saḥ — él; arjuna — ¡oh, Arjuna!

Traducción

¡Oh, Arjuna!, aquel que conoce la naturaleza trascendental de Mi aparición y actividades, al abandonar este cuerpo no vuelve a nacer de nuevo en este mundo material, sino que alcanza Mi morada eterna.

Significado

El descenso del Señor desde su morada trascendental ya se explicó en el verso seis. Aquel que puede entender la verdad de la aparición de la Personalidad de Dios ya está liberado del cautiverio material, y, por ende, regresa al Reino de Dios inmediatamente después de dejar el presente cuerpo material. Que la entidad viviente se libere del cautiverio material no es fácil en absoluto. Los impersonalistas y los yogīs logran la liberación, únicamente después de muchas dificultades y muchísimos nacimientos. Incluso entonces, la liberación que logran —el fundirse en el brahma-jyotir impersonal del Señor— es únicamente parcial, y existe el riesgo de regresar a este mundo material. Pero el devoto, por el simple hecho de entender la naturaleza trascendental del cuerpo y las actividades del Señor, alcanza la morada del Señor después de terminar con este cuerpo, y no corre el riesgo de regresar a este mundo material. En la Brahma-saṁhitā (5.33) se afirma que el Señor tiene muchísimas formas y encarnaciones: advaitam acyutam anādim ananta-rūpam. Aunque existen muchas formas trascendentales del Señor, aun así son la misma y única Suprema Personalidad de Dios. Uno tiene que entender este hecho con convicción, aunque a los eruditos mundanos y filósofos empíricos les resulte incomprensible. Como se dice en los Vedas (Puruṣa-bodhinī Upaniṣad):

eko devo nitya-līlānurakto
bhakta-vyāpī hṛdy antar-ātmā

«Con muchísimas formas trascendentales, la única Suprema Personalidad de Dios está eternamente activa, en relaciones con Sus devotos puros». Esta declaración védica la confirma el Señor personalmente en este verso del Gītā. Todo aquel que acepte esta verdad —al amparo de la autoridad de los Vedas y de la Suprema Personalidad de Dios— y que no pierda el tiempo en especulaciones filosóficas, alcanza la etapa más elevada y perfecta de la liberación. Por el simple hecho de aceptar esta verdad sobre la base de la fe, uno puede lograr la liberación sin ninguna duda. La versión védica tat tvam asi se aplica de hecho en este caso. Cualquiera que entienda que el Señor Kṛṣṇa es el Supremo, o que le dice al Señor: «Tú eres el Brahman Supremo, la Personalidad de Dios», es seguro que se libera instantáneamente y, en consecuencia, su participación de la asociación trascendental del Señor queda garantizada. En otras palabras, un devoto del Señor que sea así de fiel logra la perfección, y eso lo confirma la siguiente aseveración védica:

tam eva viditvāti mṛtyum eti
nānyaḥ panthā vidyate ’yanāya

«Uno puede lograr la etapa perfecta de liberarse del nacimiento y la muerte, por el simple hecho de conocer al Señor, la Suprema Personalidad de Dios, y no hay otra manera de lograr esa perfección» (Śvetāśvatara Upaniṣad 3.8). Que no haya ningún otro recurso significa que cualquiera que no entienda que el Señor Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, es seguro que se halla sumido en la modalidad de la ignorancia y, por ende, no logrará la salvación por el simple hecho de —digámoslo así— lamer la botella de miel por fuera, o interpretar el Bhagavad-gītā según la erudición mundana. Esos filósofos empíricos puede que asuman papeles muy importantes en el mundo material, pero no se vuelven necesariamente merecedores de la liberación. Semejantes eruditos engreídos tienen que esperar que les llegue la misericordia sin causa del devoto del Señor. Por consiguiente, uno debe cultivar conciencia de Kṛṣṇa con fe y conocimiento, y, de esa manera, lograr la perfección.

Texto

vīta-rāga-bhaya-krodhā
man-mayā mām upāśritāḥ
bahavo jñāna-tapasā
pūtā mad-bhāvam āgatāḥ

Palabra por palabra

vīta — liberado de; rāga — apego; bhaya — temor; krodhāḥ — e ira; mat-mayā — totalmente en Mí; mām — en Mí; upāśritāḥ — estando totalmente situado; bahavaḥ — muchos; jñāna — del conocimiento; tapasā — mediante la penitencia; pūtāḥ — purificándose; mat-bhāvam — amor trascendental por Mí; āgatāḥ — logran tener.

Traducción

Estando liberadas del apego, el temor y la ira, estando totalmente absortas en Mí y refugiándose en Mí, muchísimas personas se purificaron en el pasado mediante el conocimiento acerca de Mí, y de ese modo todas ellas alcanzaron el estado de amor trascendental por Mí.

Significado

Como se explicó anteriormente, a una persona que está demasiado afectada por lo material, le resulta muy difícil entender la naturaleza personal de la Suprema Verdad Absoluta. Por lo general, la gente que está apegada a la concepción corporal de la vida se encuentra tan absorta en el materialismo, que le resulta prácticamente imposible entender que el Supremo puede ser una persona. Esos materialistas ni siquiera pueden imaginar que existe un cuerpo trascendental que es imperecedero, que está colmado de conocimiento y que es dichoso eternamente. Bajo el concepto materialista, el cuerpo es perecedero, está colmado de ignorancia y es completamente desdichado. Por lo tanto, cuando a la generalidad de la gente se le informa de la forma personal del Señor, mantienen en mente esa misma idea corporal. Para esos hombres materialistas, la forma de la gigantesca manifestación material es lo supremo. En consecuencia, ellos consideran que el Supremo es impersonal. Y, como están demasiado absortos en lo material, los asusta el concepto de retener la personalidad después de liberarse de la materia. Cuando se les informa que la vida espiritual también es individual y personal, sienten temor de volverse personas de nuevo, a raíz de lo cual prefieren, naturalmente, una especie de fusión con el vacío impersonal. Ellos suelen equiparar a las entidades vivientes con las burbujas del océano, las cuales se funden en el océano. Esa es la máxima perfección de la existencia espiritual que se logra sin personalidad individual. Es una especie de etapa aterradora de la vida, desprovista del conocimiento perfecto de la existencia espiritual. Además, hay muchas personas que no pueden entender en absoluto la existencia espiritual. Agobiadas por muchísimas teorías y contradicciones de diversos tipos de especulación filosófica, se hastían o se disgustan, y concluyen neciamente que no hay ninguna causa suprema y que, en definitiva, todo es un vacío. Esta clase de personas se hallan en una condición enferma de la vida. Algunas personas están demasiado apegadas a lo material y, por consiguiente, no le prestan atención a la vida espiritual; otras quieren fundirse en la suprema causa espiritual; y otras no creen en nada, ya que por desesperación están disgustadas con toda clase de especulaciones espirituales. Esta última clase de hombres se refugian en alguna clase de embriagante, y sus alucinaciones sentimentales se aceptan a veces como visión espiritual. Uno tiene que deshacerse de todas las tres etapas de apego al mundo material: el descuido de la vida espiritual, el temor de una identidad personal espiritual y el concepto de vacío que surge de la frustración en la vida. Para librarse de estas tres etapas del concepto material de la vida, uno tiene que refugiarse por completo en el Señor, guiado por el maestro espiritual genuino, y seguir las disciplinas y principios regulativos de la vida devocional. La última etapa de la vida devocional se denomina bhava, o amor trascendental por Dios.

Según el Bhakti-rasāmṛta-sindhu (1.4.15–16), la ciencia del servicio devocional:

ādau śraddhā tataḥ sādhu-
saṅgo ’tha bhajana-kriyā
tato ’nartha-nivṛttiḥ syāt
tato niṣṭhā rucis tataḥ
athāsaktis tato bhāvas
tataḥ premābhyudañcati
sādhakānām ayaṁ premṇaḥ
prādurbhāve bhavet kramaḥ

«Al principio, uno debe tener un deseo preliminar de autorrealizarse. Eso lo llevará a uno a la etapa de tratar de asociarse con personas que estén elevadas espiritualmente. En la siguiente etapa, uno es iniciado por un maestro espiritual elevado y, bajo la instrucción de él, el devoto neófito comienza el proceso del servicio devocional. Mediante la ejecución del servicio devocional bajo la guía del maestro espiritual, uno se libera de todo apego material, logra estabilidad en la autorrealización y adquiere un gusto por oír hablar de la Absoluta Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa. Ese gusto lo lleva a uno más adelante en el apego por el estado de conciencia de Kṛṣṇa, que madura hasta volverse bhāva, o la etapa preliminar del amor trascendental por Dios. El verdadero amor por Dios se denomina prema, la etapa más elevada y perfecta de la vida». En la etapa de prema existe una dedicación constante al trascendental servicio amoroso del Señor. De modo que, mediante el lento proceso del servicio devocional, bajo la guía del maestro espiritual genuino, uno puede alcanzar la máxima etapa, liberándose de todo apego material, del temor de la personalidad individual espiritual y de las frustraciones que culminan en el vacío filosófico. Así, finalmente uno puede llegar a la morada del Señor Supremo.

Texto

ye yathā māṁ prapadyante
tāṁs tathaiva bhajāmy aham
mama vartmānuvartante
manuṣyāḥ pārtha sarvaśaḥ

Palabra por palabra

ye — todos los que; yathā — como; mām — a Mí; prapadyante — entrega; tān — a ellos; tathā — así; eva — indudablemente; bhajāmi — Yo recompenso; aham — Yo; mama — Mi; vartma — sendero; anuvartante — siguen; manuṣyāḥ — todos los hombres; pārtha — ¡oh, hijo de Pṛthā!; sarvaśaḥ — en todos los aspectos.

Traducción

En la medida en que todos ellos se entregan a Mí, Yo los recompenso. Todo el mundo sigue Mi sendero en todos los aspectos, ¡oh, hijo de Pṛthā!

Significado

Todo el mundo está buscando a Kṛṣṇa en los diferentes aspectos de Sus manifestaciones. A Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, se lo llega a conocer parcialmente en Su refulgencia brahma-jyotir impersonal y como la Superalma omnipresente que mora dentro de todo, incluso dentro de las partículas atómicas. Pero a Kṛṣṇa solo lo llegan a comprender plenamente Sus devotos puros. En consecuencia, Kṛṣṇa es el objeto de la comprensión de todos, y, por eso, absolutamente todo el mundo es satisfecho de un modo acorde con sus deseos de tenerlo. En el mundo trascendental, Kṛṣṇa también corresponde con Sus devotos puros en la actitud trascendental, tal como el devoto quiere que Él sea. Un devoto puede que quiera a Kṛṣṇa como su amo Supremo; otro, como su amigo personal; otro, como su hijo; y aun otro más, como su amante. Kṛṣṇa recompensa a todos los devotos por igual, conforme a sus diferentes intensidades de amor por Él. En el mundo material se encuentran las mismas correspondencias de sentimientos, y el Señor los intercambia igualmente con los diferentes tipos de adoradores. Tanto aquí como en la morada trascendental, los devotos puros se asocian con el Señor en persona, y tienen la oportunidad de prestarle un servicio personal y, de ese modo, obtener una dicha trascendental con Su amoroso servicio. En lo que respecta a los que son impersonalistas y que quieren suicidarse espiritualmente aniquilando la existencia individual de la entidad viviente, Kṛṣṇa también los ayuda, absorbiéndolos en Su refulgencia. Esos impersonalistas no acceden a aceptar a la eterna y bienaventurada Personalidad de Dios; en consecuencia, no pueden saborear la bienaventuranza del trascendental servicio personal del Señor, habiéndose extinguido su individualidad. Algunos de ellos, que ni siquiera están situados firmemente en la existencia impersonal, regresan a este campo material a exhibir sus deseos latentes de realizar actividades. A ellos no se los admite en los planetas espirituales, sino que se les da de nuevo una oportunidad de actuar en los planetas materiales. A aquellos que son trabajadores fruitivos, el Señor, en Su carácter de yajñeśvara, les otorga los resultados que anhelan de sus deberes prescritos; y a aquellos que son yogīs en busca de poderes místicos, se les otorgan dichos poderes. En otras palabras, todo el mundo depende únicamente de Su misericordia para lograr el éxito, y todas las clases de procesos espirituales no son más que diferentes grados de éxito en el mismo sendero. Por lo tanto, a menos que uno llegue a la máxima perfección del estado de conciencia de Kṛṣṇa, todos los intentos permanecen imperfectos, tal como se afirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (2.3.10):

akāmaḥ sarva-kāmo vā
mokṣa-kāma udāra-dhīḥ
tīvreṇa bhakti-yogena
yajeta puruṣaṁ param

«Ya sea que uno no tenga deseos [la condición de los devotos], o que desee toda clase de resultados fruitivos, o que se halle tras la liberación, uno debe tratar con todos sus esfuerzos de adorar a la Suprema Personalidad de Dios, para lograr la perfección completa, que culmina en el estado de conciencia de Kṛṣṇa».

Texto

kāṅkṣantaḥ karmaṇāṁ siddhiṁ
yajanta iha devatāḥ
kṣipraṁ hi mānuṣe loke
siddhir bhavati karma-jā

Palabra por palabra

kāṅkṣantaḥ — deseando; karmaṇām — de las actividades fruitivas; siddhim — perfección; yajante — ellos adoran mediante los sacrificios; iha — en el mundo material; devatāḥ — los semidioses; kṣipram — muy rápidamente; hi — ciertamente; mānuṣe — en la sociedad humana; loke — dentro de este mundo; siddhiḥ — el éxito; bhavati — se logra; karma- — del trabajo fruitivo.

Traducción

Los hombres de este mundo desean tener éxito en las actividades fruitivas, y para ello adoran a los semidioses. Prontamente, por supuesto, los hombres obtienen resultados del trabajo fruitivo en este mundo.

Significado

Hay un concepto muy erróneo acerca de los dioses o semidioses de este mundo material; y hombres de poca inteligencia, aunque se hacen pasar por grandes eruditos, toman a esos semidioses por varias formas del Señor Supremo. En realidad, los semidioses no son diferentes formas de Dios, sino que son diferentes partes integrales de Dios. Dios es uno, y las partes integrales son muchas. Los Vedas dicen: nityo nityānām, Dios es uno. Īśvaraḥ paramaḥ kṛṣṇaḥ. El Supremo Dios es uno —Kṛṣṇa—, y a los semidioses se les delegan poderes para dirigir este mundo material. Todos esos semidioses son entidades vivientes (nityānām) con diferentes grados de poder material. Ellos no pueden ser iguales al Dios Supremo —Nārāyaṇa, Viṣṇu o Kṛṣṇa—. Todo aquel que piense que Dios y los semidioses están en el mismo nivel, recibe el nombre de ateo, o pāṣaṇḍī. Ni siquiera los grandes semidioses, tales como Brahmā y Śiva, pueden ser equiparados con el Señor Supremo. De hecho, al Señor lo adoran semidioses tales como Brahmā y Śiva (śiva-viriñci-nutam). Con todo, es muy curioso que haya muchos líderes de la sociedad humana a quienes hombres necios adoran bajo la errónea creencia del antropomorfismo o zoomorfismo. Iha devatāḥ designa a un semidiós u hombre poderoso de este mundo material. Pero Nārāyaṇa, Viṣṇu o Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, no pertenece a este mundo. Él está por encima de la creación material o, en otras palabras, es trascendental a ella. Incluso Śrīpāda Śaṅkarācārya, el líder de los impersonalistas, sostiene que Nārāyaṇa, o Kṛṣṇa, se encuentra más allá de esta creación material. Sin embargo, gente necia (hṛta-jñāna) adora a los semidioses, porque quiere resultados inmediatos. Ellos obtienen los resultados, pero no saben que los resultados que se obtienen de esa manera son temporales y para personas poco inteligentes. La persona inteligente está consciente de Kṛṣṇa y no necesita adorar a los insignificantes semidioses, en busca de algún beneficio temporal inmediato. Los semidioses de este mundo material, así como también sus adoradores, desaparecerán con la aniquilación de este mundo material. Los dones de los semidioses son materiales y temporales. Tanto los mundos materiales como sus habitantes, entre ellos los semidioses y sus adoradores, son burbujas en el océano cósmico. No obstante, en este mundo, la sociedad humana busca locamente cosas temporales tales como la opulencia material de poseer tierra, familia y enseres disfrutables. Para obtener esas cosas temporales, la gente adora a los semidioses o a hombres poderosos de la sociedad humana. Si un hombre consigue algún puesto en el gobierno por haber adorado a un líder político, considera que ha obtenido una gran bendición. Por eso, todos ellos se arrodillan ante los llamados líderes, o «peces gordos», a fin de obtener dones temporales, y, en efecto, los obtienen. Hombres así de necios no están interesados en el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa para encontrarles una solución permanente a las dificultades de la existencia material. Todos ellos están en busca de disfrute de los sentidos, y para obtener una pequeña facilidad para ello, se ven atraídos a adorar a entidades vivientes apoderadas, que se conocen como semidioses. Este verso indica que la gente difícilmente se interesa en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa. En su mayor parte les interesa el disfrute material, a raíz de lo cual adoran a alguna entidad viviente poderosa.

Texto

cātur-varṇyaṁ mayā sṛṣṭaṁ
guṇa-karma-vibhāgaśaḥ
tasya kartāram api māṁ
viddhy akartāram avyayam

Palabra por palabra

cātuḥ-varṇyam — las cuatro divisiones de la sociedad humana; mayā — por Mí; sṛṣṭam — creadas; guṇa — de la cualidad; karma — y el trabajo; vibhāgaśaḥ — en términos de la división; tasya — de eso; kartāram — el padre; api — aunque; mām — a Mí; viddhi — has de saber; akartāram — como el que no hace; avyayam — inmutable.

Traducción

Según las tres modalidades de la naturaleza material y el trabajo asociado con ellas, Yo creo las cuatro divisiones de la sociedad humana. Y aunque Yo soy el creador de ese sistema, debes saber que no hago nada, pues soy inmutable.

Significado

El Señor es el creador de todo. Todo nace de Él, todo es mantenido por Él, y todo, después de la aniquilación, reposa en Él. Él es, por ende, el creador de las cuatro divisiones del orden social, que comienzan con la clase de los hombres inteligentes, técnicamente llamados brāhmaṇas por estar situados en el estado de la modalidad de la bondad. A continuación está la clase administrativa, cuyos miembros se denominan técnicamente kṣatriyas, por estar situados en el estado de la modalidad de la pasión. Los comerciantes, denominados los vaiśyas, están situados en el estado de la mezcla de las modalidades de la pasión y la ignorancia. Y los śūdras, o la clase laboral, están situados en el estado de la modalidad ignorante de la naturaleza material. A pesar de que el Señor Kṛṣṇa creara las cuatro divisiones de la sociedad humana, Él no pertenece a ninguna de esas divisiones, porque no es una de las almas condicionadas, una sección de las cuales constituye la sociedad humana. La sociedad humana es similar a cualquier otra sociedad animal, pero con el fin de elevar a los hombres fuera del nivel animal, el Señor creó las antedichas divisiones, para el desarrollo sistemático de conciencia de Kṛṣṇa. La tendencia de un hombre en particular hacia el trabajo la determinan las modalidades de la naturaleza material que él ha adquirido. Esas características de la vida, conforme a las diferentes modalidades de la naturaleza material, se describen en el capítulo dieciocho de este libro. Una persona con conciencia de Kṛṣṇa, sin embargo, se encuentra incluso por encima de los brāhmaṇas. Aunque los brāhmaṇas por aptitud se supone que saben de Brahman, la Suprema Verdad Absoluta, la mayoría de ellos únicamente se acercan a la manifestación Brahman impersonal del Señor Kṛṣṇa. Pero un hombre que trasciende el limitado conocimiento de un brāhmaṇa y logra obtener el conocimiento acerca de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa, se convierte en una persona con conciencia de Kṛṣṇa o, en otras palabras, en un vaiṣṇava. El proceso de conciencia de Kṛṣṇa incluye conocimiento acerca de todas las diferentes expansiones plenarias de Kṛṣṇa, es decir, Rāma, Nṛsiṁha, Varāha, etc. Y así como Kṛṣṇa es trascendental a ese sistema de cuatro divisiones de la sociedad humana, una persona con conciencia de Kṛṣṇa también es trascendental a todas las divisiones de dicha sociedad, ya sea que consideremos las divisiones de la comunidad, de la nación o de las especies.

Texto

na māṁ karmāṇi limpanti
na me karma-phale spṛhā
iti māṁ yo ’bhijānāti
karmabhir na sa badhyate

Palabra por palabra

na — nunca; mām — a Mí; karmāṇi — toda clase de trabajos; limpanti — afectan; na — ni; me — Mí; karma-phale — en la acción fruitiva; spṛhā — aspiración; iti — así pues; mām — a Mí; yaḥ — aquel que; abhijānāti — sabe; karmabhiḥ — mediante la reacción de ese trabajo; na — nunca; saḥ — él; badhyate — se enreda.

Traducción

No hay ningún trabajo que Me afecte, ni ambiciono los frutos de la acción. Aquel que entiende esta verdad acerca de Mí, tampoco se enreda en las reacciones fruitivas del trabajo.

Significado

Así como en el mundo material hay leyes constitucionales que estipulan que el rey nunca hace nada malo, o que el rey no está sujeto a las leyes del estado, de modo similar, el Señor, aunque es el creador de este mundo material, no es afectado por las actividades del mismo. Él crea y permanece apartado de la creación, mientras que las entidades vivientes se enredan en los resultados fruitivos de las actividades materiales, debido a su propensión a enseñorearse de los recursos materiales. El propietario de un establecimiento no es responsable de las actividades buenas y malas de los trabajadores, sino que los mismos trabajadores son responsables de ellas. Las entidades vivientes están dedicadas a sus respectivas actividades de complacencia de los sentidos, y esas actividades no las ordena el Señor. Para progresar en la complacencia de los sentidos, las entidades vivientes se dedican al trabajo de este mundo, y aspiran a una felicidad celestial después de la muerte. El Señor, siendo completo en Sí Mismo, no siente atracción por la supuesta felicidad celestial. Los semidioses del cielo solo son Sus dedicados sirvientes. El propietario nunca desea la felicidad de grado inferior que los trabajadores desean. Él está apartado de las acciones y reacciones materiales. Por ejemplo, las lluvias no son responsables de los diferentes tipos de vegetación que aparecen en la tierra, aunque sin esas lluvias no hay posibilidad de que crezca la vegetación. Las smṛti védicas confirman este hecho de la siguiente manera:

nimitta-mātram evāsau
sṛjyānāṁ sarga-karmaṇi
pradhāna-kāraṇī-bhūtā
yato vai sṛjya-śaktayaḥ

«En las creaciones materiales, el Señor es únicamente la causa suprema. La causa inmediata es la naturaleza material, mediante la cual la manifestación cósmica se hace visible». Los seres creados son de muchas variedades —tales como los semidioses, los seres humanos y los animales inferiores—, y todos ellos están sujetos a las reacciones de sus pasadas actividades, buenas o malas. El Señor solo les da las facilidades adecuadas para esas actividades, y las regulaciones de las modalidades de la naturaleza. Pero Él nunca es responsable de sus actividades pasadas y presentes. En el Vedānta-sūtra (2.1.34) se confirma que el Señor nunca se vuelve parcial por ninguna entidad viviente: vaiṣamya-nairgṛṇye na sāpekṣatvāt. La entidad viviente es responsable de sus propios actos. El Señor únicamente le brinda facilidades por medio de la naturaleza material, la energía externa. Todo aquel que esté plenamente versado en todas las complejidades de esta ley del karma, o de las actividades fruitivas, no queda afectado por los resultados de sus actividades. En otras palabras, la persona que entiende esta naturaleza trascendental del Señor es una persona experimentada en lo referente al proceso de conciencia de Kṛṣṇa, y, en consecuencia, nunca está supeditada a las leyes del karma. Aquel que no conoce la naturaleza trascendental del Señor y que cree que las actividades del Señor apuntan a los resultados fruitivos, como en el caso de las actividades de las entidades vivientes ordinarias, se enreda indudablemente en las reacciones fruitivas. Pero aquel que conoce a la Verdad Suprema es un alma liberada que está fija en el estado de conciencia de Kṛṣṇa.

Texto

evaṁ jñātvā kṛtaṁ karma
pūrvair api mumukṣubhiḥ
kuru karmaiva tasmāt tvaṁ
pūrvaiḥ pūrva-taraṁ kṛtam

Palabra por palabra

evam — así pues; jñātvā — sabiendo bien; kṛtam — fue realizado; karma — trabajo; pūrvaiḥ — por las autoridades pasadas; api — en verdad; mumukṣubhiḥ — que alcanzaron la liberación; kuru — tan solo realiza; karma — deber prescrito; eva — indudablemente; tasmāt — por consiguiente; tvam — tú; pūrvaiḥ — por los predecesores; pūrva-taram — en la antigüedad; kṛtam — tal como los realizaron.

Traducción

En la antigüedad, todas las almas liberadas actuaron con esa comprensión acerca de Mi naturaleza trascendental. Así pues, debes cumplir con tu deber, siguiendo sus pasos.

Significado

Hay dos clases de hombres. Algunos de ellos tienen el corazón repleto de cosas materiales contaminadas, y otros están libres de lo material. El proceso de conciencia de Kṛṣṇa es igualmente beneficioso para estos dos grupos de personas. Aquellos que están llenos de cosas sucias pueden seguir la línea del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, para practicar un proceso de limpieza gradual observando los principios regulativos del servicio devocional. Aquellos que ya se han limpiado de las impurezas pueden continuar actuando en el mismo estado de conciencia de Kṛṣṇa, de manera que otros puedan seguir sus actividades ejemplares y, con ello, beneficiarse. Personas necias o neófitas en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa a menudo quieren retirarse de las actividades, sin tener conocimiento del proceso de conciencia de Kṛṣṇa. El Señor no aprobó el deseo que Arjuna tenía de retirarse de las actividades del campo de batalla. Uno solo tiene que saber cómo actuar. Retirarse de las actividades del proceso de conciencia de Kṛṣṇa y sentarse aparte haciendo alarde de estar consciente de Kṛṣṇa, es menos importante que participar de hecho en el campo de las actividades, por el bien de Kṛṣṇa. A Arjuna se le aconseja aquí actuar con conciencia de Kṛṣṇa, siguiendo los pasos de los discípulos anteriores del Señor, tales como Vivasvān, el dios del Sol, según ya se mencionó aquí. El Señor Supremo conoce todas Sus actividades pasadas, así como las de aquellas personas que actuaron con conciencia de Kṛṣṇa en el pasado. Por lo tanto, Él recomienda los actos del dios del Sol, quien aprendió el arte con el Señor unos millones de años antes. Todos esos alumnos del Señor Kṛṣṇa se mencionan aquí como personas liberadas desde el pasado y dedicadas al desempeño de deberes asignados por Kṛṣṇa.

Texto

kiṁ karma kim akarmeti
kavayo ’py atra mohitāḥ
tat te karma pravakṣyāmi
yaj jñātvā mokṣyase ’śubhāt

Palabra por palabra

kim — qué es; karma — acción; kim — qué es; akarma — inacción; iti — así pues; kavayaḥ — los inteligentes; api — también; atra — en este asunto; mohitāḥ — confundidos; tat — eso; te — a ti; karma — trabajo; pravakṣyāmi — he de explicar; yat — aquello; jñātvā — conociendo; mokṣyase — te liberarás; aśubhāt — de la mala fortuna.

Traducción

Incluso los inteligentes se confunden al tener que determinar lo que es la acción y lo que es la inacción. Ahora te explicaré lo que es la acción, sabiendo lo cual te liberarás de todo infortunio.

Significado

La acción con conciencia de Kṛṣṇa tiene que ejecutarse siguiendo los ejemplos de devotos genuinos anteriores. Eso se recomienda en el verso 15. En el verso siguiente se explicará por qué esa acción no debe ser independiente.

Para actuar con conciencia de Kṛṣṇa, uno tiene que ser dirigido por personas autorizadas que formen parte de una línea de sucesión discipular, tal como se explicó al comienzo de este capítulo. El sistema de conciencia de Kṛṣṇa se le expuso primero al dios del Sol, el dios del Sol se lo explicó a su hijo Manu, Manu se lo explicó a su hijo Ikṣvāku, y el sistema está vigente en esta Tierra desde esa época tan remota. Por lo tanto, uno tiene que seguir los pasos de las autoridades anteriores que forman parte de la línea de sucesión discipular. De lo contrario, hasta los hombres más inteligentes de todos se confunden en lo referente a las acciones modelo del proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Por esta razón, el Señor decidió instruir a Arjuna directamente en el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa. Gracias a la instrucción directa que el Señor le dio a Arjuna, cualquiera que siga los pasos de Arjuna es seguro que no se confundirá.

Se dice que uno no puede determinar los caminos de la religión simplemente mediante el conocimiento experimental imperfecto. En realidad, solo el propio Señor puede estipular los principios de la religión. Dharmaṁ tu sākṣād-bhagavat-praṇītam (Bhāg. 6.3.19). Nadie puede manufacturar un principio religioso mediante la especulación imperfecta. Uno debe seguir los pasos de grandes autoridades tales como Brahmā, Śiva, Nārada, Manu, los Kumāras, Kapila, Prahlāda, Bhīṣma, Śukadeva Gosvāmī, Yamarāja, Janaka y Bali Mahārāja. Mediante la especulación mental, uno no puede determinar qué es religión o qué es autorrealización. De manera que, el Señor, por misericordia sin causa para con Sus devotos, le explica a Arjuna directamente lo que es acción y lo que es inacción. Solo la acción que se realiza con conciencia de Kṛṣṇa puede liberar a una persona del enredo de la existencia material.

Texto

karmaṇo hy api boddhavyaṁ
boddhavyaṁ ca vikarmaṇaḥ
akarmaṇaś ca boddhavyaṁ
gahanā karmaṇo gatiḥ

Palabra por palabra

karmaṇaḥ — del trabajo; hi — indudablemente; api — también; boddhavyam — debe entenderse; boddhavyam — para entenderse; ca — también; vikarmaṇaḥ — del trabajo prohibido; akarmaṇaḥ — de la inacción; ca — también; boddhavyam — debe entenderse; gahanā — muy difícil; karmaṇaḥ — del trabajo; gatiḥ — entrada.

Traducción

Las complejidades de la acción son muy difíciles de entender. Por consiguiente, uno debe saber bien lo que es la acción, lo que es la acción prohibida y lo que es la inacción.

Significado

Si uno es sincero en lo referente a liberarse del cautiverio material, tiene que entender las diferencias que hay entre la acción, la inacción y las acciones desautorizadas. Uno tiene que aplicarse en ese análisis de la acción, la reacción y las acciones pervertidas, porque se trata de un tema muy difícil. Para entender el proceso de conciencia de Kṛṣṇa y la acción conforme a sus modalidades, uno tiene que llegar a saber cuál es su relación con el Supremo; es decir, aquel que ha aprendido perfectamente, sabe que cada entidad viviente es un servidor eterno del Señor y que, en consecuencia, uno tiene que actuar con conciencia de Kṛṣṇa. Todo el Bhagavad-gītā está dirigido hacia esa conclusión. Cualesquiera otras conclusiones que vayan en contra de este estado de conciencia y sus acciones acompañantes son vikarmas, o acciones prohibidas. Para entender todo esto, uno tiene que asociarse con autoridades del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, y aprender el secreto con ellas; esto es como aprender con el Señor directamente. De lo contrario, hasta la persona más inteligente de todas se habrá de confundir.

Texto

karmaṇy akarma yaḥ paśyed
akarmaṇi ca karma yaḥ
sa buddhimān manuṣyeṣu
sa yuktaḥ kṛtsna-karma-kṛt

Palabra por palabra

karmaṇi — en acción; akarma — inacción; yaḥ — aquel que; paśyet — observa; akarmaṇi — en la inacción; ca — también; karma — acción fruitiva; yaḥ — aquel que; saḥ — él; buddhi-mān — es inteligente; manuṣyeṣu — en la sociedad humana; saḥ — él; yuktaḥ — se halla en la posición trascendental; kṛtsna-karma-kṛt — aunque estén dedicados a toda clase de actividades.

Traducción

Aquel que ve la inacción en la acción, y la acción en la inacción, es inteligente entre los hombres y se halla en la posición trascendental, aunque esté dedicado a toda clase de actividades.
 

Significado

Aquel que actúa con conciencia de Kṛṣṇa se halla libre naturalmente de las ataduras del karma. Como todas las actividades las realiza para Kṛṣṇa, él no disfruta ni sufre de ninguno de los efectos del trabajo; él es inteligente en la sociedad humana, aun a pesar de estar dedicado a toda clase de actividades para Kṛṣṇa. Akarma significa sin reacción al trabajo. El impersonalista, por temor, cesa las actividades fruitivas, de modo que la acción resultante no sea un obstáculo en el sendero de la autorrealización. Pero el personalista conoce bien su posición de servidor eterno de la Suprema Personalidad de Dios. Por ende, él se dedica a las actividades del proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Como todo lo hace para Kṛṣṇa, disfruta únicamente de felicidad trascendental en el desempeño de su servicio. Es sabido que aquellos que están dedicados a este proceso no tienen deseos de obtener complacencia personal de los sentidos. El sentido de la servidumbre eterna en relación con Kṛṣṇa lo vuelve a uno inmune a toda clase de elementos reactivos del trabajo.

Texto

yasya sarve samārambhāḥ
kāma-saṅkalpa-varjitāḥ
jñānāgni-dagdha-karmāṇaṁ
tam āhuḥ paṇḍitaṁ budhāḥ

Palabra por palabra

yasya — aquel cuyo; sarve — toda clase de; samārambhāḥ — intentos; kāma — basado en el deseo de complacencia de los sentidos; saṅkalpa — determinación; varijitāḥ — están desprovistos de; jñāna — de conocimiento perfecto; agni — por el fuego; dagdha — quemado; karmāṇam — cuyo trabajo; tam — a él; āhuḥ — declaran; paṇḍitam — eruditos; budhāḥ — aquellos que saben.

Traducción

Se entiende que alguien tiene pleno conocimiento, cuando cada uno de sus esfuerzos está desprovisto del deseo de complacer los sentidos. Los sabios dicen que él es un trabajador cuyas reacciones del trabajo han sido quemadas por el fuego del conocimiento perfecto.

Significado

Solo una persona con pleno conocimiento puede entender las actividades de una persona con conciencia de Kṛṣṇa. Como la persona con conciencia de Kṛṣṇa está desprovista de toda clase de propensiones a la complacencia de los sentidos, debe entenderse que ha quemado todas las reacciones de su trabajo, mediante el conocimiento perfecto de su posición constitucional como servidor eterno de la Suprema Personalidad de Dios. Aquel que ha logrado esta perfección del conocimiento es verdaderamente erudito. El desarrollo de ese conocimiento de servidumbre eterna en relación con el Señor se asemeja al fuego. Dicho fuego, una vez encendido, puede quemar toda clase de reacciones del trabajo.

Texto

tyaktvā karma-phalāsaṅgaṁ
nitya-tṛpto nirāśrayaḥ
karmaṇy abhipravṛtto ’pi
naiva kiñcit karoti saḥ

Palabra por palabra

tyaktvā — habiendo abandonado; karma-phala-āsaṅgam — apego por resultados fruitivos; nitya — siempre; tṛptaḥ — estando satisfecho; nirāśrayaḥ — sin ningún refugio; karmaṇi — en actividad; abhipravṛttaḥ — estando plenamente dedicado; api — a pesar de; na — no; eva — ciertamente; kiñcit — cualquier cosa; karoti — hace; saḥ — él.

Traducción

Abandonando todo apego a los resultados de sus actividades, siempre satisfecho e independiente, él no ejecuta ninguna acción fruitiva, aunque está dedicado a toda clase de actividades.

Significado

Esta libertad del cautiverio de las acciones resulta posible únicamente en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, cuando uno hace todo para Kṛṣṇa. Una persona consciente de Kṛṣṇa actúa por el amor puro que le profesa a la Suprema Personalidad de Dios, y, en consecuencia, no siente atracción por los resultados de la acción. Dicha persona ni siquiera está apegada a su manutención personal, pues todo se lo deja a Kṛṣṇa, ni tampoco está ella ansiosa de conseguir cosas ni de proteger cosas que ya posee. Ella cumple con su deber lo mejor que puede, y le deja todo lo demás a Kṛṣṇa. Una persona así de desapegada siempre está libre de las reacciones resultantes de lo bueno y lo malo; es como si no estuviera haciendo nada. Ese es el signo del akarma, o de las acciones sin reacciones fruitivas. Por lo tanto, cualquier otra acción desprovista de conciencia de Kṛṣṇa ata al trabajador, y ese es el verdadero aspecto del vikarma, tal como se explicó aquí anteriormente.

Texto

nirāśīr yata-cittātmā
tyakta-sarva-parigrahaḥ
śārīraṁ kevalaṁ karma
kurvan nāpnoti kilbiṣam

Palabra por palabra

nirāśīḥ — sin desear el resultado; yata — controladas; citta-ātmā — la mente y la inteligencia; tyakta — abandonando; sarva — todo; parigrahaḥ — sentido de posesión de las pertenencias; śārīram — en mantener el cuerpo y el alma juntos; kevalam — únicamente; karma — trabajo; kurvan — haciendo; na — nunca; āpnoti — adquiere; kilbiṣam — reacciones pecaminosas.

Traducción

El hombre que posee una comprensión tal, actúa con la mente y la inteligencia perfectamente controladas, abandona todo sentido de propiedad de sus posesiones y actúa únicamente para satisfacer las necesidades básicas de la vida. Obrando así, no es afectado por reacciones pecaminosas.

Significado

Aquel que está consciente de Kṛṣṇa no espera resultados buenos ni malos de sus actividades. Él tiene la mente y la inteligencia perfectamente controladas. Él sabe que, como es parte integral del Supremo, el papel que desempeña como parte integral del todo no es una actividad que él mismo ejecuta, sino únicamente una actividad que el Supremo ejecuta a través de él. Cuando la mano se mueve, no se mueve por sí sola, sino en virtud del esfuerzo de todo el cuerpo. Una persona consciente de Kṛṣṇa siempre está acoplada con el deseo supremo, pues ella no tiene ningún deseo personal de complacer los sentidos. Ella se mueve exactamente igual que una pieza de una máquina. La pieza de la máquina requiere ser lubricada y limpiada para su mantenimiento; así pues, un hombre consciente de Kṛṣṇa se mantiene mediante su trabajo, tan solo con el fin de estar apto para actuar en el trascendental servicio amoroso del Señor. Él es, por lo tanto, inmune a todas las reacciones de sus esfuerzos. Al igual que un animal, ni siquiera es dueño de su propio cuerpo. Una persona cruel que posea un animal, a veces mata al animal, y este ni siquiera protesta. Ni tampoco tiene el animal verdadera independencia. Una persona consciente de Kṛṣṇa, totalmente dedicada a la autorrealización, tiene muy poco tiempo para poseer falsamente algún objeto material. Con el fin de mantener el cuerpo y el alma, ella no requiere de medios ilícitos para acumular dinero, de modo que no la contaminan semejantes pecados materiales. Dicha persona está libre de todas las reacciones a sus acciones.

Texto

yadṛcchā-lābha-santuṣṭo
dvandvātīto vimatsaraḥ
samaḥ siddhāv asiddhau ca
kṛtvāpi na nibadhyate

Palabra por palabra

yadṛcchā — por sí sola; lābha — con ganancia; santuṣṭaḥ — satisfecho; dvandva — dualidad; atītaḥ — superado; vimatsaraḥ — libre de envidia; samaḥ — estable; siddhau — en el éxito; asiddhau — fracaso; ca — también; kṛtvā — haciendo; api — aunque; na — nunca; nibadhyate — es afectado.

Traducción

Él se satisface con ganancias que vienen por sí mismas, ha superado la dualidad, está libre de toda envidia y es estable tanto en el éxito como en el fracaso. Por eso, él nunca se enreda aunque ejecute acciones.

Significado

Una persona consciente de Kṛṣṇa no hace mucho esfuerzo ni siquiera para mantener su cuerpo. Ella se satisface con ganancias que se obtienen sin buscarse. Ella no mendiga ni pide prestado, sino que trabaja honestamente, en la medida de sus posibilidades, y se satisface con cualquier cosa que obtiene mediante su propia y honesta labor. Esa persona es, pues, independiente en cuanto concierne a su subsistencia. Ella no permite que el servicio de nadie estorbe su propio servicio en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Sin embargo, por el bien del servicio del Señor puede participar en cualquier clase de actividades, sin que la perturbe la dualidad del mundo material. La dualidad del mundo material se siente en la forma del calor y el frío o la felicidad y la desdicha. Una persona consciente de Kṛṣṇa está por encima de la dualidad, porque no vacila en actuar de cualquier manera en aras de la satisfacción de Kṛṣṇa. De manera que, ella es estable tanto en el éxito como en el fracaso. Estas señales se vuelven visibles cuando uno se halla en plena posesión del conocimiento trascendental.

Texto

gata-saṅgasya muktasya
jñānāvasthita-cetasaḥ
yajñāyācarataḥ karma
samagraṁ pravilīyate

Palabra por palabra

gata-saṅgasya — de aquel que está desapegado de las modalidades de la naturaleza material; muktasya — del liberado; jñānā-avasthita — situado en la trascendencia; cetasaḥ — cuya sabiduría; yajñāya — por Yajña (Kṛṣṇa); ācarataḥ — actuando; karma — trabajo; samagram — la totalidad; pravilīyate — se funde enteramente.

Traducción

El trabajo de un hombre que está desapegado de las modalidades de la naturaleza material y que tiene plenamente en su posesión el conocimiento trascendental se funde enteramente en la trascendencia.

Significado

Al uno volverse plenamente consciente de Kṛṣṇa se libera de todas las dualidades y, por ende, se libera de las contaminaciones de las modalidades materiales. Uno puede volverse liberado, porque conoce su posición constitucional en relación con Kṛṣṇa, y, por eso, su mente no puede ser apartada del estado de conciencia de Kṛṣṇa. En consecuencia, todo lo que uno hace, lo hace por Kṛṣṇa, quien es el Viṣṇu primordial. De modo que, técnicamente todos los trabajos de uno son sacrificios, porque el sacrificio tiene por objeto satisfacer a la Persona Suprema, Viṣṇu o Kṛṣṇa. Las reacciones resultantes de toda esa clase de trabajos se funden indudablemente en la trascendencia, y uno no sufre los efectos materiales.

Texto

brahmārpaṇaṁ brahma havir
brahmāgnau brahmaṇā hutam
brahmaiva tena gantavyaṁ
brahma-karma-samādhinā

Palabra por palabra

brahma — de naturaleza espiritual; arpaṇam — contribución; brahma — el Supremo; haviḥ — mantequilla; brahma — espiritual; agnau — en el fuego de la consumación; brahmaṇā — por el alma espiritual; hutam — ofrecido; brahma — reino espiritual; eva — ciertamente; tena — por él; gantavyam — a ser alcanzado; brahma — espiritual; karma — en las actividades; samādhinā — mediante la absorción total.

Traducción

Una persona que está plenamente absorta en el estado de conciencia de Kṛṣṇa es seguro que llegará al reino espiritual, en virtud de su total contribución a las actividades espirituales, en las que la consumación es absoluta y lo que se ofrece es de la misma naturaleza espiritual.

Significado

Aquí se describe la manera en que las actividades del proceso de conciencia de Kṛṣṇa pueden conducirlo a uno finalmente a la meta espiritual. En el proceso de conciencia de Kṛṣṇa existen diversas actividades, y todas ellas se describirán en los versos que siguen. Pero por el momento solo se describe el fundamento del estado de conciencia de Kṛṣṇa. Un alma condicionada, enredada en la contaminación material, es seguro que actuará en la atmósfera material, y, sin embargo, tiene que salirse de ese ambiente. El proceso mediante el cual el alma condicionada puede salirse de la atmósfera material es el proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Por ejemplo, un paciente que padece de trastornos intestinales por ingerir productos lácteos en exceso, es curado mediante otro producto lácteo: el requesón. El alma condicionada y absorta en lo material puede curarse mediante el proceso de conciencia de Kṛṣṇa tal como se presenta aquí en el Gītā. Este proceso se conoce por lo general con el nombre de yajña, o actividades (sacrificios) que se hacen únicamente para la satisfacción de Viṣṇu, o Kṛṣṇa. Cuanto más las actividades del mundo material se realicen con conciencia de Kṛṣṇa, o únicamente para Viṣṇu, más se espiritualizará la atmósfera mediante la absorción total. La palabra brahma (Brahman) significa «espiritual». El Señor es espiritual, y los rayos de Su cuerpo trascendental se denominan brahma-jyotir, Su refulgencia espiritual. Todo lo que existe se encuentra situado en ese brahma-jyotir, pero cuando al jyoti lo cubre la ilusión (māyā) o la complacencia de los sentidos, se denomina material. Este velo material puede ser removido de inmediato, mediante el proceso de conciencia de Kṛṣṇa; así pues, la ofrenda en aras del estado de conciencia de Kṛṣṇa, el agente consumidor de dicha ofrenda o contribución, el proceso de consumo, el contribuyente y el resultado son todos, en conjunto, Brahman, o la Verdad Absoluta. La Verdad Absoluta cubierta por māyā se denomina materia. La materia que se acopla por la causa de la Verdad Absoluta recobra su calidad espiritual. El proceso de conciencia de Kṛṣṇa es aquel mediante el cual la conciencia ilusoria se convierte en Brahman, o el Supremo. Cuando la mente está plenamente absorta en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, se dice que está en samādhi, o en trance. Cualquier cosa que se haga en ese estado de conciencia trascendental se denomina yajña, o sacrificio que se le ofrece al Absoluto. En esa condición de conciencia espiritual, el contribuyente, la contribución, el consumo, el ejecutor o líder de la celebración y el resultado o ganancia última, todo se vuelve uno en el Absoluto, el Brahman Supremo. Ese es el método de conciencia de Kṛṣṇa.

Texto

daivam evāpare yajñaṁ
yoginaḥ paryupāsate
brahmāgnāv apare yajñaṁ
yajñenaivopajuhvati

Palabra por palabra

daivam — en la adoración de los semidioses; eva — así; apare — algunos otros; yajñam — sacrificios; yoginaḥ — los místicos; paryupāsate — adoran perfectamente; brahma — de la Verdad Absoluta; agnau — en el fuego; apare — otros; yajñam — sacrificio; yajñena — mediante el sacrificio; eva — así pues; upajuhvati — ofrecen.

Traducción

Algunos yogīs adoran perfectamente a los semidioses ofreciéndoles diferentes sacrificios, y otros ofrecen sacrificios en el fuego del Brahman Supremo.

Significado

Como se describió anteriormente, una persona dedicada al desempeño de deberes con conciencia de Kṛṣṇa se conoce también como un yogī perfecto, o un místico de primera. Pero también hay otros que realizan sacrificios similares en la adoración de los semidioses, y aun otros que le ofrecen sacrificios al Brahman Supremo, o el aspecto impersonal del Señor Supremo. De manera que, hay diferentes clases de sacrificios, en términos de diferentes categorías. Esas diferentes categorías de sacrificios, realizados por diferentes tipos de ejecutores, únicamente demarcan variedades de sacrificios de un modo superficial. Verdadero sacrificio significa satisfacer a Viṣṇu, el Señor Supremo, a quien también se conoce como Yajña. Todas las diferentes variedades de sacrificios se pueden incluir dentro de dos divisiones principales: el sacrificio de posesiones mundanas y el sacrificio en pos del conocimiento trascendental. Aquellos que se encuentran en estado de conciencia de Kṛṣṇa sacrifican todas las posesiones materiales en aras de la satisfacción del Señor Supremo, mientras que otros, que quieren alguna felicidad material temporal, sacrifican sus posesiones materiales para satisfacer a semidioses tales como Indra, el dios del Sol, etc. Y otros, que son impersonalistas, sacrifican su identidad, mediante el acto de fundirse en la existencia del Brahman impersonal. Los semidioses son entidades vivientes poderosas, designadas por el Señor Supremo para el mantenimiento y supervisión de todas las funciones materiales, tales como la calefacción, la irrigación y la iluminación del universo. Aquellos que están interesados en los beneficios materiales adoran a los semidioses mediante diversos sacrificios, conforme a los rituales védicos. Ellos se denominan bahv-īśvara-vādī, o creyentes en muchos dioses. Pero otros, que adoran el aspecto impersonal de la Verdad Absoluta y consideran que las formas de los semidioses son temporales, sacrifican su ser individual en el fuego supremo y, de ese modo, terminan sus existencias individuales mediante el acto de fundirse en la existencia del Supremo. Esos impersonalistas sacrifican su tiempo en la especulación filosófica para entender la naturaleza trascendental del Supremo. En otras palabras, los trabajadores fruitivos sacrifican sus posesiones materiales para obtener disfrute material, mientras que el impersonalista sacrifica sus designaciones materiales con miras a fundirse en la existencia del Supremo. Para el impersonalista, el altar del fuego de sacrificio es el Brahman Supremo, y la ofrenda es el ser que el fuego del Brahman consume. Sin embargo, la persona consciente de Kṛṣṇa —como Arjuna, por ejemplo— sacrifica todo para satisfacer a Kṛṣṇa, y, así pues, tanto todas sus posesiones materiales como su propio ser, todo lo sacrifica por Kṛṣṇa. Por eso, dicha persona es el yogī de primera, pero no pierde su existencia individual.

Texto

śrotrādīnīndriyāṇy anye
saṁyamāgniṣu juhvati
śabdādīn viṣayān anya
indriyāgniṣu juhvati

Palabra por palabra

śrotra-ādīni — como el proceso de oír; indriyāṇi — sentidos; anye — otros; saṁyama — de restricción; agniṣu — en los fuegos; juhvati — ofrecen; śabda-ādīn — vibración sonora, etc.; viṣayān — objetos de la complacencia de los sentidos; anye — otros; indriya — de los órganos de los sentidos; agniṣu — en los fuegos; juhvati — sacrifican.

Traducción

Unos [los brahmacārīs puros] sacrifican el proceso de oír y los sentidos en el fuego del control de la mente, y otros [los casados regulados] sacrifican los objetos de los sentidos en el fuego de los sentidos.

Significado

Los miembros de las cuatro divisiones de la vida humana, es decir, los brahmacārīs, los gṛhasthas, los vānaprasthas y los sannyāsīs, tienen todos la misión de volverse yogīs o trascendentalistas perfectos. Como la vida humana no está hecha para que disfrutemos de la complacencia de los sentidos como los animales, las cuatro órdenes de la vida humana están dispuestas de modo tal que uno pueda volverse perfecto en la vida espiritual. Los brahmacārīs, o los estudiantes que se encuentran bajo el cuidado de un maestro espiritual auténtico controlan la mente absteniéndose de la complacencia de los sentidos. A ellos se les menciona en este verso, indicando que sacrifican el proceso de oír y los sentidos en el fuego de la mente controlada. Un brahmacārī oye únicamente palabras relativas al proceso de conciencia de Kṛṣṇa; oír constituye el principio básico de la comprensión y, en consecuencia, el brahmacārī puro se dedica por completo a harer nāmānukīrtanam: a cantar acerca de las glorias del Señor y a oír hablar de ellas. Él evita las vibraciones de los sonidos materiales y ocupa el sentido de la audición en recibir la vibración sonora trascendental de Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa. De modo similar, las personas casadas, quienes tienen cierta licencia para complacer los sentidos, realizan esos actos con gran restricción. Tener vida sexual, embriagarse y comer carne son tendencias generales de la sociedad humana, pero un casado regulado no se entrega a una vida sexual sin restricción, ni a otros placeres de los sentidos. Por consiguiente, el matrimonio basado en los principios de la vida religiosa es algo corriente en todas las sociedades humanas civilizadas, porque ese es el camino a seguir para una vida sexual restringida. Esa vida sexual desapegada y restringida también es una clase de yajña, porque la persona casada que se restringe, sacrifica en beneficio de la vida trascendental superior su tendencia general hacia la complacencia de los sentidos.

Texto

sarvāṇīndriya-karmāṇi
prāṇa-karmāṇi cāpare
ātma-saṁyama-yogāgnau
juhvati jñāna-dīpite

Palabra por palabra

sarvāṇi — de todos; indriya — los sentidos; karmāṇi — funciones; prāṇa-karmāṇi — funciones del aire vital; ca — también; apare — otros; ātma-saṁyama — del control de la mente; yoga — el proceso de vinculación; agnau — en el fuego de; juhvati — ofrecen; jñāna-dīpite — debido al anhelo de autorrealizarse.

Traducción

Otros, que están interesados en lograr la autorrealización a través del control de la mente y los sentidos, ofrecen a manera de oblaciones las funciones de todos los sentidos y del aire vital, en el fuego de la mente controlada.

Significado

Aquí se menciona el sistema de yoga concebido por Patañjali. En el Yoga-sūtra de Patañjali, al alma se le da los nombres de pratyag-ātmā y parāg-ātmā. Mientras el alma se mantiene apegada al disfrute de los sentidos, recibe el nombre de parag-ātmā, pero en cuanto la misma alma se desapega de dicho disfrute, se la llama pratyag-ātmā. El alma está supeditada a las funciones de diez clases de aire que actúan dentro del cuerpo, y ello se percibe a través del sistema respiratorio. El sistema de yoga Patañjali le enseña a uno a controlar de una forma técnica las funciones del aire del cuerpo, con objeto de que, finalmente, todas las funciones del aire interno favorezcan el proceso de purificar al alma del apego material. Según este sistema de yoga, pratyag-ātmā es el fin último. A este pratyag-ātmā se lo retira de las actividades con la materia. Los sentidos interaccionan con los objetos de los sentidos —tal como el oído, para oír; los ojos, para ver; la nariz, para oler; la lengua, para probar; la mano, para tocar—, y todos están, de ese modo, dedicados a actividades externas al ser. Todo ello se conoce como las funciones del prāṇa-vāyu. El apāna-vāyu va hacia abajo, el vyāna-vāyu actúa para encoger y expandir, el samāna-vāyu ajusta el equilibrio, el udāna-vāyu va hacia arriba; y cuando uno se ilumina, los ocupa a todos en la búsqueda de la autorrealización.

Texto

dravya-yajñās tapo-yajñā
yoga-yajñās tathāpare
svādhyāya-jñāna-yajñāś ca
yatayaḥ saṁśita-vratāḥ

Palabra por palabra

dravya-yajñāḥ — sacrificando las posesiones de uno; tapaḥ-yajñāḥ — sacrificio mediante austeridades; yoga-yajñāḥ — sacrificio mediante el misticismo óctuple; tathā — así pues; apare — otros; svādhyāya — sacrificio mediante el estudio de los Vedas; jñāna-yajñāḥ — sacrificio mediante el cultivo del conocimiento trascendental; ca — también; yatayaḥ — personas iluminadas; saṁśita-vratāḥ — entregados a estrictos votos.

Traducción

Algunos, habiendo aceptado estrictos votos, llegan a iluminarse mediante el sacrificio de sus posesiones, y otros, mediante la ejecución de severas austeridades, mediante la práctica del yoga del misticismo óctuple o mediante el estudio de los Vedas para avanzar en el cultivo de conocimiento trascendental.

Significado

Estos sacrificios pueden acomodarse en varias divisiones. Hay personas que sacrifican sus posesiones en la forma de diversas clases de caridades. En la India, la comunidad mercantil adinerada o las órdenes principescas abren diversas clases de instituciones caritativas, tales como dharma-śālā, anna-kṣetra, atithi-śālā, anāthālaya y vidyā-pīṭha. También en otros países hay muchos hospitales, asilos de ancianos y fundaciones caritativas similares, destinadas a distribuir entre los pobres comida, educación y asistencia médica gratuita. Todas esas actividades caritativas se denominan dravyamaya-yajña. Hay otros que, en busca de una elevación superior en la vida o para llegar a ser promovidos a planetas superiores del universo, aceptan voluntariamente muchas clases de austeridades, tales como cāndrāyaṇa y cāturmāsya. Estos procesos entrañan severos votos para conducir la vida bajo ciertas reglas rígidas. Por ejemplo, bajo el voto de cāturmāsya, el que lo sigue no se afeita durante cuatro meses del año (de julio a octubre), no come ciertas comidas, no come dos veces al día y no sale de la casa. Ese sacrificio de las comodidades de la vida se denomina tapomaya-yajña. Aun hay otros, que se dedican a diferentes clases de yogas místicos, tales como el sistema Patañjali (de fundirse en la existencia del Absoluto), o haṭha-yoga o aṣṭāṅga-yoga (para determinadas perfecciones). Y algunos viajan a todos los lugares santos de peregrinaje. Todas esas prácticas se denominan yoga- yajña, sacrificio por un cierto tipo de perfección del mundo material. Hay otros que se dedican al estudio de diferentes Escrituras védicas, específicamente los Upaniṣads y los Vedānta-sūtras, o la filosofía sāṅkhya. Todo ello se denomina svādhyāya-yajña, u ocupación en el sacrificio de los estudios. Todos estos yogīs están fielmente dedicados a diferentes tipos de sacrificios, y están buscando un nivel de vida superior. Sin embargo, el proceso de conciencia de Kṛṣṇa es diferente a esos otros, porque consiste en el servicio directo que se le presta al Señor Supremo. El estado de conciencia de Kṛṣṇa no se puede alcanzar mediante ninguno de los antedichos tipos de sacrificios, sino únicamente por la misericordia del Señor y Su devoto genuino. Por consiguiente, el proceso de conciencia de Kṛṣṇa es trascendental.

Texto

apāne juhvati prāṇaṁ
prāṇe ’pānaṁ tathāpare
prāṇāpāna-gatī ruddhvā
prāṇāyāma-parāyaṇāḥ
apare niyatāhārāḥ
prāṇān prāṇeṣu juhvati

Palabra por palabra

apāne — en el aire que actúa hacia abajo; juhvati — ofrecen; prāṇam — el aire que actúa hacia afuera; prāṇe — en el aire que va hacia afuera; apānam — el aire que va hacia abajo; tathā — así como también; apare — otros; prāṇa — del aire que va hacia afuera; apāna — y el aire que va hacia abajo; gatī — el movimiento; ruddhvā — impidiendo; prāṇa-āyāma — trance inducido al interrumpir la respiración por completo; parāyaṇāḥ — inclinado así; apare — otros; niyata — habiendo controlado; āhārāḥ — comiendo; prāṇān — el aire que sale; prāṇeṣu — en el aire que sale; juhvati — sacrifican.

Traducción

Aun otros, que se inclinan por el proceso de restringir la respiración para permanecer en trance, lo practican ofreciendo el movimiento del aire que sale en el aire que entra, y el aire que entra en el que sale, y, de esa manera, al final permanecen en trance, suspendiendo la respiración por completo. Otros, reduciendo el comer, ofrecen en sí mismo el aire que sale, como un sacrificio.

Significado

Este sistema de yoga para controlar la respiración se denomina prāṇāyāma, y en el sistema de haṭha-yoga se practica al principio a través de diferentes maneras de sentarse. Todos estos procesos se recomiendan para controlar los sentidos y para avanzar en el proceso de la comprensión espiritual. Esta práctica entraña controlar los aires internos del cuerpo para invertir las direcciones de su paso. El aire apāna desciende y el aire prāṇa asciende. El yogī prāṇāyāma practica respirar en el sentido opuesto, hasta que las corrientes se neutralizan en el pūraka, o equilibrio. El acto de ofrecer el aire exhalado en el inhalado, se denomina recaka. Cuando ambas corrientes de aire se detienen por completo, se dice que uno se encuentra en el estado de kumbhaka-yoga. Mediante la práctica del kumbhaka-yoga, los yogīs aumentan la duración de la vida en muchísimos años. Una persona consciente de Kṛṣṇa, sin embargo, como se encuentra siempre en el estado del trascendental servicio amoroso del Señor, se convierte automáticamente en el controlador de los sentidos. Como sus sentidos siempre están dedicados al servicio de Kṛṣṇa, no tiene ninguna posibilidad de verse ocupada de otra manera. Así que, al final de la vida es trasladada naturalmente al plano trascendental del Señor Kṛṣṇa; en consecuencia, ella no hace ningún intento de aumentar su longevidad. Ella es ascendida de inmediato al plano de la liberación, tal como se declara en el Bhagavad-gītā (14.26):

māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate

«Aquel que se dedica a prestarle al Señor un servicio devocional puro, trasciende las modalidades de la naturaleza material y es elevado de inmediato al plano espiritual». Una persona consciente de Kṛṣṇa comienza en la etapa trascendental, y permanece constantemente en ese estado de conciencia. Por lo tanto, no hay caída, y al final entra en la morada del Señor sin demora alguna. La práctica de la limitación al comer se logra automáticamente cuando uno come solo prasādam de Kṛṣṇa, o comida que primero se le ha ofrecido al Señor. Reducir el comer es muy provechoso en lo referente al control de los sentidos. Sin control de los sentidos no hay ninguna posibilidad de salirse del enredo material.

Texto

sarve ’py ete yajña-vido
yajña-kṣapita-kalmaṣāḥ
yajña-śiṣṭāmṛta-bhujo
yānti brahma sanātanam

Palabra por palabra

sarve — todos; api — aunque aparentemente diferentes; ete — estos; yajña-vidaḥ — versados en el propósito de la ejecución de sacrificios; yajña-kṣapita — habiéndose limpiado del resultado de esas ejecuciones; kalmaṣāḥ — de las reacciones pecaminosas; yajña-śiṣṭa — del resultado de esas ejecuciones de yajña; amṛta-bhujaḥ — aquellos que han probado ese néctar; yānti — se acercan; brahma — la suprema; sanātanam — atmósfera eterna.

Traducción

Todos estos ejecutores que conocen el significado del sacrificio se limpian de las reacciones pecaminosas, y, como han probado el néctar de los resultados de los sacrificios, avanzan hacia la eterna atmósfera suprema.

Significado

De la explicación anterior acerca de los diferentes tipos de sacrificios (es decir, el sacrificio de las posesiones, del estudio de los Vedas o de las doctrinas filosóficas y de la ejecución del sistema de yoga) se descubre que la finalidad común de todos ellos es la de controlar los sentidos. La complacencia de los sentidos es la raíz de la existencia material; por consiguiente, a menos que uno se sitúe en un plano aparte de la complacencia de los sentidos, no habrá ninguna posibilidad de elevarse al plano eterno de pleno conocimiento, plena bienaventuranza y plena vida. Ese plano se encuentra en la atmósfera eterna, o la atmósfera Brahman. Todos los sacrificios anteriormente mencionados lo ayudan a uno a limpiarse de las reacciones pecaminosas de la existencia material. Mediante ese progreso en la vida, además de uno volverse feliz y opulento en esta vida, al final entra en el eterno Reino de Dios, ya sea fundiéndose en el Brahman impersonal o asociándose con la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa.

Texto

nāyaṁ loko ’sty ayajñasya
kuto ’nyaḥ kuru-sattama

Palabra por palabra

na — nunca; ayam — este; lokaḥ — planeta; asti — hay; ayajñasya — de aquel que no hace ningún sacrificio; kutaḥ — donde hay; anyaḥ — el otro; kuru-sattama — ¡oh, el mejor entre los Kurus!

Traducción

¡Oh, tú, el mejor de la dinastía Kuru!, sin sacrificio, jamás se puede ser feliz en este planeta ni en esta vida, ¿qué puede decirse, entonces, de la siguiente?

Significado

En cualquier forma de existencia material en la que uno se halle, uno es ignorante constantemente de su verdadera situación. En otras palabras, la existencia en el mundo material se debe a las múltiples reacciones de nuestras vidas pecaminosas. La ignorancia es la causa de la vida pecaminosa, y esta última es la causa de que uno se continúe arrastrando en la existencia material. La forma humana de vida es la única salida para escaparse de este enredo. Los Vedas, por lo tanto, nos brindan una oportunidad de escaparnos, al señalar los senderos de la religión, la comodidad económica, la complacencia regulada de los sentidos y, finalmente, los medios para salirnos por completo de esta condición desdichada. El sendero de la religión, o de las diferentes clases de sacrificios que se recomendaron anteriormente, resuelve de forma automática todos nuestros problemas económicos. Mediante la ejecución de yajña, podemos tener suficiente comida, suficiente leche, etc., aun a pesar de que ocurra un supuesto aumento de población. Cuando el cuerpo está bien aprovisionado, naturalmente la siguiente etapa es la de satisfacer los sentidos. Los Vedas prescriben, por lo tanto, el matrimonio sagrado, para regular la complacencia de los sentidos. Con ello, uno se eleva gradualmente al plano en el que se libera del cautiverio material, y la máxima perfección de la vida liberada consiste en asociarse con el Señor Supremo. La perfección se logra mediante la ejecución de yajñas (sacrificios), tal como se describió anteriormente. Ahora bien, si una persona no se siente inclinada a realizar yajñas acorde con los Vedas, ¿cómo puede esperar tener una vida feliz, así fuera en este cuerpo? Y ni qué hablar de otro cuerpo en otro planeta. Hay diferentes grados de comodidades materiales en diferentes planetas del cielo, y en todos los casos hay una inmensa felicidad disponible para personas dedicadas a las diferentes clases de yajñas. Pero la clase más alta de felicidad que un hombre puede alcanzar, es la de ser promovido a los planetas espirituales mediante la práctica del proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Una vida llena de conciencia de Kṛṣṇa es, por ende, la solución a todos los problemas de la existencia material.

Texto

evaṁ bahu-vidhā yajñā
vitatā brahmaṇo mukhe
karma-jān viddhi tān sarvān
evaṁ jñātvā vimokṣyase

Palabra por palabra

evam — así pues; bahu-vidhāḥ — diversas clases de; yajñāḥ — sacrificios; vitatāḥ — se difunden; brahmaṇaḥ — de los Vedas; mukhe — a través de la boca; karma-jān — nacido del trabajo; viddhi — debes saber; tān — ellos; sarvān — todos; evam — así pues; jñātvā — sabiendo; vimokṣyase — te liberarás.

Traducción

Los Vedas aprueban todos estos diferentes tipos de sacrificios, y todos ellos nacen de diferentes tipos de trabajo. Conociéndolos de ese modo, tú lograrás liberarte.

Significado

En los Vedas se mencionan diferentes tipos de sacrificios, tal como se discutió anteriormente, que se amoldan a los diferentes tipos de trabajadores. Como los hombres se encuentran tan absortos en el concepto corpóreo, esos sacrificios están dispuestos de modo tal, que uno pueda trabajar ya sea con el cuerpo, con la mente o con la inteligencia. Pero todos ellos se recomiendan para que al final uno se libere del cuerpo. El Señor confirma aquí eso con Sus propias palabras.

Texto

śreyān dravya-mayād yajñāj
jñāna-yajñaḥ paran-tapa
sarvaṁ karmākhilaṁ pārtha
jñāne parisamāpyate

Palabra por palabra

śreyān — más grande; dravya-mayāt — de las posesiones materiales; yajñāt — que el sacrificio; jñāna-yajñaḥ — sacrificio con conocimiento; param-tapa — ¡oh, castigador del enemigo!; sarvam — todos; karma — actividades; akhilam — en su totalidad; pārtha — ¡oh, hijo de Pṛthā!; jñāne — con conocimiento; parisamāpyate — terminan en.

Traducción

¡Oh, castigador del enemigo!, el sacrificio que se hace con conocimiento es mejor que el sacrificio de las posesiones materiales. Al fin y al cabo, ¡oh, hijo de Pṛthā!, todos los sacrificios del trabajo culminan en el conocimiento trascendental.

Significado

El propósito de todos los sacrificios es el de llegar al estado de pleno conocimiento, luego liberarse de los sufrimientos materiales, y, finalmente, dedicarse al trascendental servicio amoroso del Señor Supremo (el estado de conciencia de Kṛṣṇa). Sin embargo, existe un misterio en relación con todas estas diferentes actividades de sacrificio, y uno debe conocer ese misterio. Los sacrificios adoptan a veces diferentes formas, según la fe específica del ejecutor. Cuando la fe de uno alcanza la etapa del conocimiento trascendental, al ejecutor de los sacrificios se le debe considerar más adelantado que aquellos que simplemente sacrifican posesiones materiales sin ese conocimiento, pues sin la adquisición de conocimiento, los sacrificios permanecen en el plano material, y no proporcionan ningún beneficio espiritual. El verdadero conocimiento culmina en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, la máxima etapa del conocimiento trascendental. Sin la elevación del conocimiento, los sacrificios son simplemente actividades materiales. Cuando, sin embargo, se elevan al nivel del conocimiento trascendental, todas esas actividades entran en el plano espiritual. Dependiendo de las diferencias de los estados de conciencia, las actividades de los sacrificios algunas veces se denominan karma-kāṇḍa, o actividades fruitivas, y otras veces, jñāna-kāṇḍa, o conocimiento en busca de la verdad. Es mejor cuando el fin es el conocimiento.

Texto

tad viddhi praṇipātena
paripraśnena sevayā
upadekṣyanti te jñānaṁ
jñāninas tattva-darśinaḥ

Palabra por palabra

tat — ese conocimiento acerca de los diferentes sacrificios; viddhi — trata de entender; praṇipātena — acudiendo a un maestro espiritual; paripraśnena — mediante preguntas sumisas; sevayā — prestando servicio; upadekṣyanti — ellos te iniciarán; te — a ti; jñānam — en el conocimiento; jñāninaḥ — los autorrealizados; tattva — de la verdad; darśinaḥ — videntes.

Traducción

Tan solo trata de aprender la verdad acudiendo a un maestro espiritual. Hazle preguntas de un modo sumiso y préstale servicio. Las almas autorrealizadas pueden impartirte conocimiento, porque han visto la verdad.

Significado

El sendero de la comprensión espiritual es indudablemente difícil. El Señor nos aconseja, por ello, que acudamos a un maestro espiritual genuino que forme parte de la línea de sucesión discipular proveniente del propio Señor. Nadie puede ser un maestro espiritual genuino, si no sigue este principio de sucesión discipular. El Señor es el maestro espiritual original, y una persona que forme parte de la sucesión discipular, puede comunicarle a su discípulo el mensaje del Señor tal como es. Nadie puede llegar a la iluminación espiritual mediante un proceso que él mismo haya manufacturado, como lo estilan farsantes necios. El Bhāgavatam (6.3.19) dice: dharmaṁ tu sākṣād-bhagavat-praṇītam, el sendero de la religión lo enuncia el Señor directamente. De manera que, la especulación mental o los argumentos áridos no pueden ayudarlo a uno a encontrar la senda correcta. Ni puede uno progresar en la vida espiritual mediante el estudio independiente de libros de conocimiento. Para recibir el conocimiento, uno tiene que acudir a un maestro espiritual genuino. A un maestro espiritual de esa índole se le debe aceptar con plena entrega, y uno debe servir al maestro espiritual como un sirviente ordinario, sin vanidad. Satisfacer al maestro espiritual autorrealizado es el secreto del avance en la vida espiritual. Las preguntas y la sumisión constituyen la combinación idónea para lograr la comprensión espiritual. A menos que haya sumisión y servicio, las preguntas que se le hagan al maestro espiritual versado no serán eficaces. Uno debe ser capaz de pasar la prueba del maestro espiritual, y cuando el maestro ve el deseo genuino del discípulo, automáticamente lo bendice con genuina comprensión espiritual. En este verso se condenan tanto la adhesión ciega como las preguntas absurdas. No solo debe uno oír sumisamente al maestro espiritual, sino que también se debe llegar a comprender claramente lo que él dice, con sumisión, servicio y preguntas. Un maestro espiritual genuino es por naturaleza muy bondadoso con el discípulo. Así pues, cuando el estudiante es sumiso y siempre está dispuesto a prestar servicio, la correspondencia del conocimiento y las preguntas se vuelve perfecta.

Texto

yaj jñātvā na punar moham
evaṁ yāsyasi pāṇḍava
yena bhūtāny aśeṣāṇi
drakṣyasy ātmany atho mayi

Palabra por palabra

yat — lo cual; jñātvā — sabiendo; na — nunca; punaḥ — de nuevo; moham — a la ilusión; evam — así; yāsyasi — irás; pāṇḍava — ¡oh, hijo de Pāṇḍu!; yena — mediante el cual; bhūtāni — las entidades vivientes; aśeṣāṇi — todas; drakṣyasi — verás; ātmani — en el Alma Suprema; athau — o en otras palabras; mayi — en Mí.

Traducción

Habiendo obtenido verdadero conocimiento proveniente de un alma autorrealizada, nunca volverás a ser víctima de semejante ilusión, pues, por medio de ese conocimiento, verás que todos los seres vivientes no son más que parte del Supremo, o, en otras palabras, que son Míos.

Significado

El resultado de recibir conocimiento proveniente de un alma autorrealizada, o de alguien que conoce las cosas tal como son, es que se aprende que todos los seres vivientes son partes integrales de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa. El sentido de tener una existencia que esté separada de Kṛṣṇa se denomina māyā (—no, —es esto). Algunos creen que no tenemos nada que ver con Kṛṣṇa, que Kṛṣṇa es únicamente una gran personalidad histórica, y que el Absoluto es el Brahman impersonal. En realidad, como se declara en el Bhagavad-gītā, ese Brahman impersonal es la refulgencia personal de Kṛṣṇa. Kṛṣṇa, como Suprema Personalidad de Dios, es la causa de todo. En la Brahma-saṁhitā se afirma claramente que Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, la causa de todas las causas. Incluso, las millones de encarnaciones que hay son solo diferentes expansiones de Él. De forma similar, las entidades vivientes también son expansiones de Kṛṣṇa. Los filósofos māyāvādīs creen erróneamente que Kṛṣṇa pierde Su propia existencia separada en Sus muchas expansiones. Este pensamiento es de naturaleza material. En el mundo material tenemos la experiencia de que, cuando una cosa se distribuye en fragmentos, pierde su propia identidad original. Pero los filósofos māyāvādīs no logran entender que «absoluto» significa que uno más uno es igual a uno, y que uno menos uno también es igual a uno. Así es en el mundo absoluto.

Debido a la carencia de suficiente conocimiento en lo referente a la ciencia absoluta, ahora estamos cubiertos de ilusión y, en consecuencia, creemos que estamos separados de Kṛṣṇa. Aunque somos partes separadas de Kṛṣṇa, aun así no somos diferentes de Él. La diferencia corporal de las entidades vivientes es māyā, o en otras palabras, no es un hecho real. Todos tenemos la función de satisfacer a Kṛṣṇa. Únicamente en virtud de māyā, Arjuna creyó que la relación física y temporal que lo unía a sus familiares era más importante que su relación espiritual y eterna con Kṛṣṇa. Toda la enseñanza del Gītā apunta hacia este fin: que el ser viviente, en su carácter de servidor eterno de Kṛṣṇa, no puede separarse de Kṛṣṇa, y su sentido de ser una entidad aparte de Kṛṣṇa se denomina māyā. Las entidades vivientes, como partes integrales del Supremo, tienen un propósito que cumplir. Habiendo olvidado ese propósito desde un tiempo inmemorial, se han situado en diferentes cuerpos, como hombres, animales, semidioses, etc. Esas diferencias físicas surgen del olvido del servicio trascendental del Señor. Pero cuando uno se dedica al servicio trascendental a través del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, de inmediato queda liberado de esa ilusión. Uno puede adquirir ese conocimiento puro únicamente con el maestro espiritual genuino, y de ese modo puede evitar el engaño de que la entidad viviente es igual a Kṛṣṇa. El conocimiento perfecto consiste en saber que el Alma Suprema, Kṛṣṇa, es el refugio supremo de todas las entidades vivientes, y que, por haber abandonado ese refugio, las entidades vivientes son engañadas por la energía material e imaginan que tienen una identidad separada. Así pues, bajo diferentes patrones de identidad material, se olvidan de Kṛṣṇa. No obstante, cuando esas entidades vivientes engañadas se sitúan en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, ha de saberse que se hallan en la senda de la liberación, tal como se confirma en el Bhāgavatam (2.10.6): muktir hitvānyathā-rūpaṁ svarūpeṇa vyavasthitiḥ. Liberación significa situarse en la posición constitucional de eterno servidor de Kṛṣṇa (el estado de conciencia de Kṛṣṇa).

Texto

api ced asi pāpebhyaḥ
sarvebhyaḥ pāpa-kṛt-tamaḥ
sarvaṁ jñāna-plavenaiva
vṛjinaṁ santariṣyasi

Palabra por palabra

api — incluso; cet — si; asi — tú eres; pāpebhyaḥ — de los pecadores; sarvebhyaḥ — de todos; pāpa-kṛt-tamaḥ — el más grande de los pecadores; sarvam — todas esas reacciones pecaminosas; jñāna-plavena — por medio del bote del conocimiento trascendental; eva — ciertamente; vṛjinam — el océano de los sufrimientos; santariṣyasi — cruzarás por completo.

Traducción

Aun cuando se te considere el más pecador de todos los pecadores, cuando te sitúes en el bote del conocimiento trascendental serás capaz de cruzar el océano de los sufrimientos.

Significado

La debida comprensión acerca de la posición constitucional de uno en relación con Kṛṣṇa es tan perfecta, que de inmediato puede sacarlo a uno de la lucha por la existencia que se lleva a cabo en el océano de la nesciencia. Este mundo material se considera a veces que es como un océano de nesciencia, y a veces, como un bosque en llamas. En el océano, por muy experto nadador que uno sea, la lucha por la existencia es muy severa. Si alguien se presenta y saca del océano al desesperado nadador, se vuelve el salvador más grande de todos. El conocimiento perfecto que se recibe proveniente de la Suprema Personalidad de Dios, constituye el sendero de la liberación. El bote del proceso de conciencia de Kṛṣṇa es muy sencillo, pero al mismo tiempo es el más sublime que existe.

Texto

yathaidhāṁsi samiddho ’gnir
bhasma-sāt kurute ’rjuna
jñānāgniḥ sarva-karmāṇi
bhasma-sāt kurute tathā

Palabra por palabra

yathā — tal como; edhāṁsi — leña; samiddhaḥ — ardiente; agniḥ — fuego; bhasma-sāt — a cenizas; kurute — reduce; arjuna — ¡oh, Arjuna!; jñāna-agniḥ — el fuego del conocimiento; sarva-karmāṇi — todas las reacciones a las actividades materiales; bhasma-sāt — a cenizas; kurute — reduce; tathā — de manera similar.

Traducción

Así como un fuego ardiente convierte la leña en cenizas, ¡oh, Arjuna!, así mismo el fuego del conocimiento reduce a cenizas todas las reacciones de las actividades materiales.

Significado

El conocimiento perfecto acerca del ser y el Superser y de la relación que hay entre ellos, se dice aquí que se asemeja al fuego. Este fuego no solo quema todas las reacciones de las actividades impías, sino también todas las reacciones de las actividades piadosas, reduciéndolas a cenizas. Hay muchas etapas de reacción: reacción en formación, reacción en estado de fructificación, reacción ya obtenida y reacción a priori. Pero el conocimiento acerca de la posición constitucional de la entidad viviente reduce todo a cenizas. Cuando uno tiene conocimiento completo, todas las reacciones, tanto a priori como a posteriori, quedan consumidas. En los Vedas (Bṛhad-āraṇyaka Upaniṣad 4.4.22) se declara: ubhe uhaivaiṣa ete taraty amṛtaḥ sādhv-asādhūni, «Uno supera tanto las acciones piadosas del trabajo como las impías».

Texto

na hi jñānena sadṛśaṁ
pavitram iha vidyate
tat svayaṁ yoga-saṁsiddhaḥ
kālenātmani vindati

Palabra por palabra

na — nada; hi — ciertamente; jñānena — con conocimiento; sadṛśam — en comparación; pavitram — santificado; iha — en este mundo; vidyate — existe; tat — eso; svayam — él mismo; yoga — con devoción; saṁsiddhaḥ — aquel que es maduro; kālena — en el transcurso del tiempo; ātmani — en sí mismo; vindati — disfruta.

Traducción

En este mundo no hay nada tan sublime y puro como el conocimiento trascendental. Dicho conocimiento es el fruto maduro de todo misticismo, y aquel que se ha vuelto experto en la práctica del servicio devocional disfruta de ese conocimiento internamente, a su debido tiempo.

Significado

Cuando hablamos de conocimiento trascendental, lo hacemos en términos de la comprensión espiritual. Siendo esto así, no hay nada tan sublime y puro como el conocimiento trascendental. La ignorancia es la causa de nuestro cautiverio, y el conocimiento es la causa de nuestra liberación. Este conocimiento es el fruto maduro del servicio devocional, y cuando uno se sitúa en el estado de conocimiento trascendental, no tiene que buscar la paz en ninguna otra parte, pues disfruta de paz interna. En otras palabras, este conocimiento y la paz culminan en el estado de conciencia de Kṛṣṇa. Esa es la última palabra del Bhagavad-gītā.

Texto

śraddhāvāḻ labhate jñānaṁ
tat-paraḥ saṁyatendriyaḥ
jñānaṁ labdhvā parāṁ śāntim
acireṇādhigacchati

Palabra por palabra

śraddhā-vān — un hombre fiel; labhate — alcanza; jñānaṁ — conocimiento; tat-paraḥ — muy apegado a él; saṁyata — controlado; indriyaḥ — sentido; jñānam — conocimiento; labdhvā — habiendo alcanzado; parām — trascendental; śāntim — paz; acireṇa — muy pronto; adhigacchati — logra.

Traducción

Un hombre fiel que se consagra al conocimiento trascendental y que subyuga los sentidos es merecedor de obtener ese conocimiento, y al adquirirlo, encuentra rápidamente la suprema paz espiritual.

Significado

Ese conocimiento en estado de conciencia de Kṛṣṇa puede adquirirlo una persona fiel que cree firmemente en Kṛṣṇa. Se dice que uno es fiel cuando piensa que simplemente por actuar con conciencia de Kṛṣṇa puede lograr la máxima perfección. Esta fe se adquiere por medio del desempeño del servicio devocional y del canto de Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare, que limpia el corazón de uno de toda suciedad material. Y, por encima de esto, se deben controlar los sentidos. Una persona que es fiel a Kṛṣṇa y que controla los sentidos, puede lograr fácilmente y sin demora la perfección del conocimiento de conciencia de Kṛṣṇa.

Texto

ajñaś cāśraddadhānaś ca
saṁśayātmā vinaśyati
nāyaṁ loko ’sti na paro
na sukhaṁ saṁśayātmanaḥ

Palabra por palabra

ajñaḥ — un necio que no tiene ningún conocimiento acerca de las Escrituras modelo; ca — y; aśraddadhānaḥ — sin fe en las Escrituras reveladas; ca — también; saṁśaya — de dudas; ātmā — una persona; vinaśyati — cae; na — nunca; ayam — en este; lokaḥ — mundo; asti — hay; na — ni; paraḥ — en la otra vida; na — no; sukham — felicidad; saṁśaya — dudosa; ātmanaḥ — de la persona.

Traducción

Pero las personas ignorantes e infieles que dudan de las Escrituras reveladas, no adquieren conciencia de Dios sino que caen. Para el alma que duda no hay felicidad ni en este mundo ni en el otro.

Significado

De entre muchas Escrituras reveladas modelo y autoritativas, el Bhagavad-gītā es la mejor. Personas que prácticamente son como animales, no tienen fe en las Escrituras reveladas modelo, ni conocimiento acerca de ellas. Y algunos, pese a que conocen las Escrituras reveladas o pueden citar pasajes de ellas, en realidad no tienen fe en esas palabras. Y aun pese a que otros puede que tengan fe en Escrituras tales como el Bhagavad-gītā, no creen en la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, o no lo adoran. Esas personas no pueden tener ninguna posición en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Ellas caen. De entre todas las personas antedichas, aquellas que no tienen fe y que siempre tienen dudas, no progresan en absoluto. Los hombres que no tienen fe en Dios y en Su palabra revelada, no encuentran bien alguno en este mundo ni en el otro. Para ellos, no hay felicidad en absoluto. Por lo tanto, uno debe seguir con fe los principios de las Escrituras reveladas, y, de ese modo, ser elevado al plano del conocimiento. Únicamente ese conocimiento lo ayudará a uno a ser promovido al plano trascendental de la comprensión espiritual. En otras palabras, las personas con dudas no tienen ninguna posición en absoluto en el ámbito de la emancipación espiritual. Luego, uno debe seguir los pasos de los grandes ācāryas de la sucesión discipular, para así lograr el éxito.

Texto

yoga-sannyasta-karmāṇaṁ
jñāna-sañchinna-saṁśayam
ātmavantaṁ na karmāṇi
nibadhnanti dhanañ-jaya

Palabra por palabra

yoga — mediante el servicio devocional con karma-yoga; sannyasta — aquel que ha renunciado; karmāṇam — los frutos de las acciones; jñāna — mediante el conocimiento; sañchinna — cortado; saṁśayam — dudas; ātma-vantam — situado en el ser; na — nunca; karmāṇi — trabajos; nibadhnanti — atan; dhanañjaya — ¡oh, conquistador de riquezas!

Traducción

Aquel que realiza servicio devocional y renuncia a los frutos de sus acciones, y cuyas dudas han sido destruidas por el conocimiento trascendental, está verdaderamente situado en el ser. Así pues, a él no lo atan las reacciones del trabajo, ¡oh, conquistador de riquezas!

Significado

Aquel que sigue la instrucción del Bhagavad-gītā tal como la imparte el Señor, la propia Personalidad de Dios, se libera de todas las dudas, por la gracia del conocimiento trascendental. Él, como parte integral del Señor y con plena conciencia de Kṛṣṇa, ya se encuentra en posesión del conocimiento acerca del ser. En virtud de ello, está indudablemente por encima del cautiverio de la acción.

Texto

tasmād ajñāna-sambhūtaṁ
hṛt-sthaṁ jñānāsinātmanaḥ
chittvainaṁ saṁśayaṁ yogam
ātiṣṭhottiṣṭha bhārata

Palabra por palabra

tasmāt — por lo tanto; ajñāna-sambhūtam — nacido de la ignorancia; hṛt-stham — situado en el corazón; jñāna — del conocimiento; asinā — con el arma; ātmanaḥ — del ser; chittvā — cortando; enam — esta; saṁśayam — duda; yogam — en el yoga; ātiṣṭha — sitúate; uttiṣṭha — levántate a pelear; bhārata — ¡oh, descendiente de Bharata!

Traducción

Por lo tanto, las dudas que te han surgido en el corazón debido a la ignorancia, deben ser cortadas con el arma del conocimiento. Armado con el yoga, ¡oh, Bhārata!, levántate y pelea.

Significado

El sistema de yoga que se enseña en este capítulo se denomina sanātana-yoga, o las actividades eternas que realiza la entidad viviente. Este yoga tiene dos divisiones de sacrificios: una se denomina el sacrificio de las posesiones materiales, y la otra se denomina el conocimiento acerca del ser, que es una actividad espiritual pura. Si el sacrificio de las posesiones materiales no se acopla con la iluminación espiritual, entonces dicho sacrificio se vuelve material. Pero aquel que realiza esos sacrificios con un objetivo espiritual, o en carácter de servicio devocional, hace un sacrificio perfecto. Cuando llegamos a las actividades espirituales, encontramos que estas también se dividen en dos: la comprensión del ser propio (o la posición constitucional de uno), y la verdad relativa a la Suprema Personalidad de Dios. Aquel que sigue el sendero del Bhagavad-gītā tal como es, puede entender muy fácilmente estas dos importantes divisiones del conocimiento espiritual. Para él no existe ninguna dificultad en obtener conocimiento perfecto acerca del ser como parte integral del Señor. Y esa comprensión es provechosa, pues dicha persona puede entender fácilmente las actividades trascendentales del Señor. Al comienzo de este capítulo, el propio Señor Supremo discutió Sus actividades trascendentales. Aquel que no entiende las instrucciones del Gītā es infiel, y se debe considerar que está haciendo mal uso de la independencia fragmentaria que el Señor le ha otorgado. Aquel que, a pesar de dichas instrucciones, no entiende la verdadera naturaleza del Señor como la eterna, bienaventurada y omnisciente Personalidad de Dios, es ciertamente el necio más grande de todos. Mediante la aceptación gradual de los principios del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, puede disiparse la ignorancia. El estado de conciencia de Kṛṣṇa se despierta mediante diferentes tipos de sacrificios en honor de los semidioses, mediante el sacrificio en honor del Brahman, mediante el sacrificio a través del celibato, mediante el sacrificio en la vida de casado, en el control de los sentidos, en la práctica del yoga místico, en la penitencia, en la renuncia a las posesiones materiales, en el estudio de los Vedas y en la participación en la institución social denominada varṇāśrama-dharma. Todos estos se conocen como sacrificios, y todos ellos están basados en la acción regulada. Pero dentro de todas esas actividades, el factor importante es la autorrealización. Aquel que busca ese objetivo es el verdadero estudiante del Bhagavad-gītā, pero aquel que duda de la autoridad de Kṛṣṇa, fracasa. Por consiguiente, a uno se le aconseja estudiar el Bhagavad-gītā, o cualquier otra Escritura, bajo la guía de un maestro espiritual genuino, con servicio y entrega. Un maestro espiritual genuino forma parte de la sucesión discipular eterna, y no se aparta en absoluto de las instrucciones del Señor Supremo, tal como se le impartieron hace millones de años al dios del Sol, de quien las instrucciones del Bhagavad-gītā han descendido al reino terrenal. Uno debe, pues, seguir el sendero del Bhagavad-gītā tal como se expresa en el propio Gītā, y cuidarse de personas egoístas en busca de engrandecimiento personal, que alejan a los demás del sendero verdadero. El Señor es, en definitiva, la Persona Suprema, y Sus actividades son trascendentales. Aquel que entiende esto es una persona liberada, desde el mismo comienzo de su estudio del Gītā.

Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo cuarto del Śrīmad Bhagavad-gītā, titulado: «El conocimiento trascendental».