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CAPÍTULO 2

Resumen del contenido del Gītā

Texto

sañjaya uvāca
taṁ tathā kṛpayāviṣṭam
aśru-pūrṇākulekṣaṇam
viṣīdantam idaṁ vākyam
uvāca madhusūdanaḥ

Palabra por palabra

sañjayaḥ uvāca — Sañjaya dijo; tam — a Arjuna; tathā — así pues; kṛpayā — por compasión; āviṣṭam — agobiado; aśru-pūrṇa-ākula — lleno de lágrimas; īkṣaṇam — ojos; viṣīdantam — lamentándose; idam — estas; vākyam — palabras; uvāca — dijo; madhu-sūdanaḥ — el destructor de Madhu.

Traducción

Sañjaya dijo: Al ver a Arjuna lleno de compasión, con el ánimo decaído y los ojos colmados de lágrimas, Madhusūdana, Kṛṣṇa, se dirigió a él con las siguientes palabras.

Significado

La compasión, la lamentación y las lágrimas materiales son todas signos de ignorancia acerca del verdadero ser. La compasión por el alma eterna denota la perfecta comprensión del ser. La palabra «Madhusūdana» es significativa en este verso. El Señor Kṛṣṇa mató al demonio Madhu, y ahora Arjuna quería que Kṛṣṇa matara al demonio de la incomprensión que lo había dominado en el desempeño de su deber. Nadie sabe dónde debe aplicarse la compasión. Compadecerse del traje de un hombre que se está ahogando no tiene sentido. A un hombre que ha caído en el océano de la nesciencia no se le puede salvar simplemente con rescatar su traje externo, el cuerpo material burdo. Aquel que no sabe esto y que se lamenta por el traje externo recibe el nombre de śūdra, o alguien que se lamenta innecesariamente. Arjuna era un kṣatriya, y semejante conducta no se esperaba de él. El Señor Kṛṣṇa, sin embargo, puede disipar la lamentación del hombre ignorante, y con esa finalidad cantó el Bhagavad-gītā. Este capítulo nos instruye en el conocimiento completo acerca del ser, mediante un estudio analítico del cuerpo material y el alma espiritual, según lo explica la autoridad suprema, el Señor Śrī Kṛṣṇa. La plena comprensión de esto se logra cuando uno trabaja sin apego a los resultados fruitivos, y se sitúa en la concepción fija del verdadero ser.

Texto

śrī-bhagavān uvāca
kutas tvā kaśmalam idaṁ
viṣame samupasthitam
anārya-juṣṭam asvargyam
akīrti-karam arjuna

Palabra por palabra

śrī-bhagavān uvāca — la Suprema Personalidad de Dios dijo; kutaḥ — de dónde; tvā — a ti; kaśmalam — suciedad; idam — esta lamentación; viṣame — en este momento de crisis; samupasthitam — llegó; anārya — personas que no conocen el valor de la vida; juṣṭam — practicado por; asvargyam — que no conduce a los planetas superiores; akīrti — infamia; karam — la causa de; arjuna — ¡oh, Arjuna!

Traducción

La Suprema Personalidad de Dios dijo: Mi querido Arjuna, ¿cómo te han aparecido estas impurezas? No son propias en absoluto de un hombre que conoce el valor de la vida, y no conducen a los planetas superiores, sino a la infamia.

Significado

Kṛṣṇa y la Suprema Personalidad de Dios son idénticos. Por lo tanto, al Señor Kṛṣṇa se lo designa como «Bhagavān» a todo lo largo del Gītā. Bhagavān es lo máximo en Verdad Absoluta. La Verdad Absoluta llega a comprenderse en tres fases de estudio, a saber, Brahman, o el espíritu impersonal que está dentro y fuera de todo; Paramātmā, o el aspecto localizado del Supremo que está en el corazón de todas las entidades vivientes; y Bhagavān, o la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa. En el Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.11), esta concepción de la Verdad Absoluta se explica de la siguiente manera:

vadanti tat tattva-vidas
tattvaṁ yaj jñānam advayam
brahmeti paramātmeti
bhagavān iti śabdyate

«El conocedor de la Verdad Absoluta llega a comprender esta en tres fases de estudio, y todas ellas son idénticas. Dichas fases de la Verdad Absoluta se expresan como Brahman, Paramātmā y Bhagavān».

Estos tres aspectos divinos se pueden explicar mediante el ejemplo del Sol, que también tiene tres diferentes aspectos, es decir, la luz solar, la superficie del Sol y el planeta Sol propiamente dicho. Aquel que estudia únicamente la luz del Sol, es un principiante; aquel que entiende la superficie del Sol, está un poco más adelantado; y aquel que puede entrar en el planeta Sol, es el más elevado de todos. Los estudiantes ordinarios que se satisfacen con simplemente entender la luz del Sol, su difusión por todo el universo y la refulgencia deslumbrante de su naturaleza impersonal, se asemejan a aquellos que pueden comprender únicamente el aspecto Brahman de la Verdad Absoluta. El estudiante que ha avanzado más puede conocer el disco solar, lo cual se asemeja al conocimiento acerca del aspecto Paramātmā de la Verdad Absoluta. Y el estudiante que puede entrar en el corazón del planeta Sol, se asemeja a aquellos que comprenden las características personales de la Suprema Verdad Absoluta. En consecuencia, los bhaktas, o los trascendentalistas que han llegado a comprender el aspecto Bhagavān de la Verdad Absoluta, son los trascendentalistas más elevados de todos, si bien todos los estudiantes que están dedicados al estudio de la Verdad Absoluta se ocupan de lo mismo. La luz del Sol, el disco solar y los asuntos internos del planeta Sol no pueden separarse los unos de los otros, y, aun así, los estudiantes de las tres diferentes fases no se hallan en la misma categoría.

Parāśara Muni, la gran autoridad y el padre de Vyāsadeva, explica la palabra sánscrita bhagavān: la Suprema Personalidad que posee en pleno riquezas, fuerza, fama, belleza, conocimiento y renunciación, recibe el nombre de Bhagavān. Hay muchas personas que son muy ricas, muy poderosas, muy hermosas, muy famosas, muy eruditas y muy desapegadas, pero ninguna puede afirmar que posee por completo riquezas en pleno, fuerza en pleno, etc. Solo Kṛṣṇa puede afirmarlo, porque Él es la Suprema Personalidad de Dios. Ninguna entidad viviente, ni siquiera Brahmā, el Señor Śiva o Nārāyaṇa, puede poseer opulencias en una plenitud tal como la de Kṛṣṇa. Por consiguiente, en la Brahma-saṁhitā el propio Señor Brahmā concluye que el Señor Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios. Nadie es igual a Él ni está por encima de Él; Él es el Señor primordial, o Bhagavān, conocido como Govinda, y Él es la causa suprema de todas las causas.

īśvaraḥ paramaḥ kṛṣṇaḥ
sac-cid-ānanda-vigrahaḥ
anādir ādir govindaḥ
sarva-kāraṇa-kāraṇam

«Hay muchas personalidades que poseen las cualidades de Bhagavān, pero Kṛṣṇa es la suprema, porque ninguna otra lo supera a Él. Él es la Persona Suprema, y Su cuerpo es eterno y está colmado de conocimiento y bienaventuranza. Él es Govinda, el Señor primordial, y la causa de todas las causas» (Brahma-saṁhitā 5.1).

También en el Bhāgavatam hay una lista de muchas encarnaciones de la Suprema Personalidad de Dios, pero a Kṛṣṇa se le describe como la Personalidad de Dios original, de quien se expanden muchísimas encarnaciones y Personalidades de Dios:

ete cāṁśa-kalāḥ puṁsaḥ
kṛṣṇas tu bhagavān svayam
indrāri-vyākulaṁ lokaṁ
mṛḍayanti yuge yuge

«Todas las encarnaciones de la Divinidad que se presentan en estas listas, son, o bien expansiones plenarias, o bien partes de las expansiones plenarias de la Divinidad Suprema; pero Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios propiamente dicha» (Bhāg. 1.3.28).

Así que, Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios original, la Verdad Absoluta, la fuente tanto de la Superalma como del Brahman impersonal.

Que Arjuna se lamentara por sus parientes en presencia de la Suprema Personalidad de Dios es ciertamente impropio, y, por lo tanto, Kṛṣṇa expresó Su sorpresa con la palabra kutaḥ, «de dónde». Esas impurezas no se esperaban de una persona perteneciente a la clase de los hombres civilizados conocidos como arios. La palabra «ario» se le aplica a personas que conocen el valor de la vida y que tienen una civilización basada en la comprensión espiritual. Las personas a las que las guía la concepción material de la vida, no saben que el objetivo de la misma es llegar a comprender a la Verdad Absoluta, Viṣṇu o Bhagavān, y a ellas las cautivan las características externas del mundo material, y, por consiguiente, no saben lo que es la liberación. Las personas que carecen de conocimiento acerca de la liberación del cautiverio material, reciben el nombre de anārya, «no arios». Aunque Arjuna era un kṣatriya, al negarse a pelear se estaba apartando de sus deberes prescritos. Este acto de cobardía se describe como característico de los no arios. Semejante incumplimiento del deber no ayuda en el progreso de la vida espiritual, y ni siquiera le brinda a uno la oportunidad de volverse famoso en este mundo. El Señor Kṛṣṇa no aprobó la supuesta compasión de Arjuna por sus parientes.

Texto

klaibyaṁ mā sma gamaḥ pārtha
naitat tvayy upapadyate
kṣudraṁ hṛdaya-daurbalyaṁ
tyaktvottiṣṭha paran-tapa

Palabra por palabra

klaibyam — impotencia; sma — no; gamaḥ — vayas; pārtha — ¡oh, hijo de Pṛthā!; na — nunca; etat — esto; tvayi — a ti; upapadyante — es digno; kṣudram — mezquina; hṛdaya — del corazón; daurbalyam — debilidad; tyaktvā — abandonando; uttiṣṭha — levántate; param-tapa — ¡oh, castigador de los enemigos!

Traducción

¡Oh, hijo de Pṛthā!, no cedas a esta impotencia degradante. No es digna de ti. Abandona esa mezquina flaqueza del corazón y levántate, ¡oh, castigador del enemigo!

Significado

A Arjuna se lo nombró como el hijo de Pṛthā, quien resultaba ser la hermana de Vasudeva, el padre de Kṛṣṇa. De modo que, Arjuna tenía un nexo consanguíneo con Kṛṣṇa. Si el hijo de un kṣatriya declina pelear, es kṣatriya solo de nombre, y si el hijo de un brāhmaṇa actúa de un modo impío, es brāhmaṇa solo de nombre. Esa clase de kṣatriyas y brāhmaṇas no son hijos dignos de sus padres. Por consiguiente, Kṛṣṇa no quería que Arjuna se convirtiera en un hijo de kṣatriya indigno. Arjuna era el amigo más íntimo de Kṛṣṇa, y Kṛṣṇa lo estaba guiando directamente en la cuadriga. Pero si a pesar de todas esas ventajas Arjuna abandonaba la batalla, cometería un acto infame. En consecuencia, Kṛṣṇa dijo que una actitud tal en Arjuna no correspondía con su personalidad. Arjuna podía argüir que renunciaría a la batalla fundándose en que tenía que observar una actitud magnánima para con sus parientes y el muy respetable Bhīṣma, pero Kṛṣṇa consideró que esa clase de magnanimidad era tan solo una debilidad del corazón. Esa clase de falsa magnanimidad no la aprobaba ninguna autoridad. Por lo tanto, semejante magnanimidad o mal llamada no violencia debe ser abandonada por personas tales como Arjuna, que se encuentran bajo la guía directa de Kṛṣṇa.

Texto

arjuna uvāca
kathaṁ bhīṣmam ahaṁ saṅkhye
droṇaṁ ca madhusūdana
iṣubhiḥ pratiyotsyāmi
pūjārhāv ari-sūdana

Palabra por palabra

arjunaḥ uvāca — Arjuna dijo; katham — cómo; bhīṣmam — Bhīṣma; aham — yo; saṅkhye — en la pelea; droṇam — Droṇa; ca — también; madhusūdana — ¡oh, destructor de Madhu!; iṣubhiḥ — con flechas; pratiyotsyāmi — he de contraatacar; pūjā-arhau — aquellos que son dignos de ser adorados; ari-sūdana — ¡oh, destructor de los enemigos!

Traducción

Arjuna dijo: ¡Oh, destructor de los enemigos!, ¡oh, destructor de Madhu!, ¿cómo voy a contraatacar con flechas en una batalla a hombres tales como Bhīṣma y Droṇa, que son dignos de mi veneración?

Significado

Superiores respetables, tales como el abuelo Bhīṣma y el maestro Droṇācārya, siempre son dignos de veneración. Aun si atacan, no deben ser contraatacados. Que con los superiores no se pelea, ni siquiera verbalmente, es una norma general de etiqueta. Incluso si a veces tienen un comportamiento áspero, no se les debe tratar con aspereza. Entonces, ¿cómo va Arjuna a contraatacarlos? ¿Acaso Kṛṣṇa atacaría a Su propio abuelo, Ugrasena, o a Su maestro, Sāndīpani Muni? Estos fueron algunos de los argumentos que Arjuna le presentó a Kṛṣṇa.

Texto

gurūn ahatvā hi mahānubhāvān
śreyo bhoktuṁ bhaikṣyam apīha loke
hatvārtha-kāmāṁs tu gurūn ihaiva
bhuñjīya bhogān rudhira-pradigdhān

Palabra por palabra

gurūn — los superiores; ahatvā — no matar; hi — indudablemente; mahā-anubhāvān — grandes almas; śreyaḥ — es mejor; bhoktum — disfrutar de la vida; bhaikṣyam — mendigando; api — aunque; iha — en esta vida; loke — en este mundo; hatvā — matando; artha — beneficio; kāmān — deseando eso; tu — pero; gurūn — superiores; iha — en este mundo; eva — indudablemente; bhuñjīya — uno tiene que disfrutar; bhogān — cosas de las que se puede disfrutar; rudhira — sangre; pradigdhān — manchadas de.

Traducción

Sería mejor vivir en este mundo mendigando, que vivir a costa de la vida de grandes almas que son mis maestros. Aunque ellos busquen un provecho mundano, son mis superiores. Si ellos son matados, todo de lo que disfrutemos estará manchado de sangre.

Significado

Según los códigos de las Escrituras, el maestro que incurre en alguna acción abominable y que ha perdido su sentido de discriminación, es digno de ser abandonado. Bhīṣma y Droṇa se vieron obligados a ponerse del lado de Duryodhana a causa de la asistencia económica de este último, aunque ellos no debieron haber aceptado semejante posición simplemente con base en consideraciones económicas. Debido a esas circunstancias, han perdido su respetabilidad como maestros. Pero Arjuna cree que, no obstante, siguen siendo sus superiores, y, por consiguiente, disfrutar de beneficios materiales después de matarlos, significaría disfrutar de un botín manchado de sangre.

Texto

na caitad vidmaḥ kataran no garīyo
yad vā jayema yadi vā no jayeyuḥ
yān eva hatvā na jijīviṣāmas
te ’vasthitāḥ pramukhe dhārtarāṣṭrāḥ

Palabra por palabra

na — ni; ca — también; etat — esto; vidmaḥ — sabemos; katarat — lo cual; naḥ — para nosotros; garīyaḥ — mejor; yat — si; jayema — conquistemos; yadi — si; — o; naḥ — nosotros; jayeyuḥ — ellos conquisten; yān — aquellos que; eva — ciertamente; hatvā — matando; na — nunca; jijīviṣāmaḥ — querríamos vivir; te — todos ellos; avasthitāḥ — están ubicados; pramukhe — en el frente; dhārtarāṣṭrāḥ — los hijos de Dhṛtarāṣṭra.

Traducción

No sabemos qué es mejor para nosotros: si conquistarlos o ser conquistados por ellos. Si matáramos a los hijos de Dhṛtarāṣṭra no nos importaría seguir viviendo, pero ahora ellos están ante nosotros en este campo de batalla.

Significado

Aunque los kṣatriyas tienen el deber de pelear, Arjuna no sabía si debía hacerlo y provocar con ello una violencia innecesaria, o si debía abstenerse y vivir de la mendicidad. Si él no vencía al enemigo, mendigar sería su único medio de subsistencia. Y tampoco había certeza del triunfo, porque cualquiera de los dos bandos podía lograr la victoria. Aun cuando les aguardara la victoria (y su causa estaba justificada), no obstante, si los hijos de Dhṛtarāṣṭra morían en la batalla, sería muy difícil vivir en su ausencia. Ante tales circunstancias, eso sería para ellos otra clase de derrota. Todas estas consideraciones que hace Arjuna prueban de un modo definitivo que él no solo era un gran devoto del Señor, sino que, además, estaba sumamente iluminado y tenía pleno control de la mente y los sentidos. Su deseo de vivir de la mendicidad, pese a haber nacido en la familia real, es otro signo de desapego. Él era verdaderamente virtuoso, tal como lo indican estas cualidades, unidas a su fe en las palabras de instrucción de Śrī Kṛṣṇa (su maestro espiritual). Se concluye, pues, que Arjuna era muy digno de liberarse. A menos que los sentidos se hallen bajo control, no hay ninguna posibilidad de elevarse al plano del conocimiento, y sin conocimiento y devoción no hay ninguna posibilidad de lograr la liberación. Arjuna era un dechado de todos estos atributos, además de los enormes atributos que poseía en sus relaciones materiales.

Texto

kārpaṇya-doṣopahata-svabhāvaḥ
pṛcchāmi tvāṁ dharma-sammūḍha-cetāḥ
yac chreyaḥ syān niścitaṁ brūhi tan me
śiṣyas te ’haṁ śādhi māṁ tvāṁ prapannam

Palabra por palabra

kārpaṇya — de mezquindad; doṣa — por la flaqueza; upahata — estando afligido por; sva-bhāvaḥ — características; pṛcchāmi — estoy pidiendo; tvām — a Ti; dharma — religión; sammūḍha — confundido; cetāḥ — en el corazón; yat — qué; ṣreyaḥ — bien supremo; syāt — puede ser; niścitam — confidencialmente; brūhi — dime; tat — eso; me — a mí; śiṣyaḥ — discípulo; te — tuyo; aham — soy; śādhi — tan solo instruye; mām — a mí; tvām — a Ti; prapannam — entregado.

Traducción

Ahora estoy confundido en cuanto a mi deber, y he perdido toda compostura a causa de una mezquina flaqueza. En esta condición, Te pido que me digas claramente qué es lo mejor para mí. Ahora soy Tu discípulo y un alma entregada a Ti. Por favor, instrúyeme.

Significado

Debido a las características propias de la naturaleza, todo el sistema de las actividades materiales es una fuente de perplejidad para todo el mundo. A cada paso hay perplejidad, y por ello es menester acudir a un maestro espiritual genuino, que pueda brindarle a uno la guía apropiada para cumplir con el propósito de la vida. Todas las Escrituras védicas nos aconsejan que acudamos a un maestro espiritual genuino para librarnos de las perplejidades de la vida, las cuales ocurren sin que lo deseemos. Dichas perplejidades son como un incendio forestal, que de alguna manera comienza a arder, sin que nadie lo haya encendido. De igual modo, la situación del mundo es tal, que las perplejidades de la vida aparecen automáticamente, aunque no queramos semejante confusión. Nadie quiere un incendio, y, sin embargo, este se produce y nos quedamos perplejos. Así pues, la sabiduría védica nos aconseja que, para resolver las perplejidades de la vida y entender la ciencia de la solución, uno debe acudir a un maestro espiritual que forme parte de la sucesión discipular. Una persona que tiene un maestro espiritual genuino, se supone que lo sabe todo. En consecuencia, uno no debe permanecer en medio de las perplejidades materiales, sino que debe acudir a un maestro espiritual. Ese es el significado de este verso.

¿Quién es el hombre al que lo aquejan las perplejidades materiales? Es aquel que no comprende los problemas de la vida. En el Bṛhad-āraṇyaka Upaniṣad (3.8.10) se describe al hombre perplejo, de la siguiente manera: yo vā etad akṣaraṁ gārgy aviditvāsmāľ lokāt praiti sa kṛpaṇaḥ, «Aquel que no resuelve los problemas de la vida mientras es un ser humano, y que, por ende, se va de este mundo como los perros y los gatos, sin entender la ciencia de la autorrealización, es un avaro». Esta forma humana de vida es un bien de lo más valioso para la entidad viviente que puede utilizarla en resolver los problemas de la vida. Luego aquel que no utiliza esta oportunidad debidamente, es un avaro. Por otra parte, se encuentra el brāhmaṇa, o aquel que es lo suficientemente inteligente como para utilizar este cuerpo en la resolución de todos los problemas de la vida. Ya etad akṣaraṁ gārgi viditvāsmāl lokāt praiti sa brāhmaṇaḥ.

Los kṛpaṇas, o personas avaras, pierden el tiempo en ser demasiado afectuosos con la familia, la sociedad, el país, etc., bajo la concepción material de la vida. A menudo uno se apega a la vida familiar —es decir, a la esposa, los hijos y demás familiares—, sobre la base de la «enfermedad de la piel». El kṛpaṇa cree que puede proteger a sus familiares de la muerte, o, si no, cree que su familia o la sociedad pueden salvarlo de la muerte inminente. Esa clase de apego familiar puede encontrarse incluso en los animales, los cuales también se ocupan de sus críos. Arjuna, siendo inteligente, pudo darse cuenta de que su afecto por los miembros de su familia y su deseo de protegerlos de la muerte eran las causas de sus perplejidades. Aunque él podía entender que su deber de pelear lo estaba aguardando, aun así, a raíz de esa flaqueza mezquina, no podía desempeñar los deberes. Por consiguiente, él le pide al Señor Kṛṣṇa, el maestro espiritual supremo, que le dé una solución definitiva. Él se entrega a Kṛṣṇa en calidad de discípulo. Él quiere terminar las charlas amistosas. Las conversaciones entre el maestro y el discípulo son serias, y ahora Arjuna quiere hablar con mucha seriedad ante el maestro espiritual reconocido. Kṛṣṇa es, entonces, el maestro espiritual original de la ciencia del Bhagavad-gītā, y Arjuna es el primer discípulo en entender el Gītā. La manera en que Arjuna entiende el Bhagavad-gītā se expone en el propio Gītā. Y, no obstante, unos necios eruditos mundanos explican que uno no tiene que dirigirse a Kṛṣṇa como persona, sino a «lo innaciente que está dentro de Kṛṣṇa». No hay ninguna diferencia entre lo interior y lo exterior de Kṛṣṇa, y aquel que al tratar de entender el Bhagavad-gītā no tiene idea de esto, es el necio más grande de todos.

Texto

na hi prapaśyāmi mamāpanudyād
yac chokam ucchoṣaṇam indriyāṇām
avāpya bhūmāv asapatnam ṛddhaṁ
rājyaṁ surāṇām api cādhipatyam

Palabra por palabra

na — no; hi — indudablemente; prapaśyāmi — veo; mama — mi; apanudyāt — pueden apartar; yat — aquello que; śokam — lamentación; ucchoṣaṇam — secando; indriyāṇām — de los sentidos; avāpya — logrando; bhūmau — en la Tierra; asapatnam — sin rival; ṛddham — próspero; rājyam — reino; surāṇām — de los semidioses; api — incluso; ca — también; ādhipatyam — supremacía.

Traducción

No encuentro ninguna forma de apartar este pesar que me está secando los sentidos. No podré disiparlo ni siquiera si obtengo en la Tierra un reino próspero y sin igual, con una soberanía tal como la de los semidioses en el cielo.

Significado

Aunque Arjuna estaba exponiendo tantos argumentos basados en el conocimiento de los principios religiosos y de los códigos morales, parece ser que era incapaz de resolver su verdadero problema sin la ayuda del maestro espiritual, el Señor Śrī Kṛṣṇa. Él pudo darse cuenta de que su supuesto conocimiento era inútil para deshacerse de sus problemas, los cuales estaban secando toda su existencia; y a él le resultaba imposible resolver esas perplejidades sin la ayuda de un maestro espiritual como el Señor Kṛṣṇa. El conocimiento académico, la erudición, una posición destacada, etc., son todos inútiles para resolver los problemas de la vida; la ayuda solo la puede brindar un maestro espiritual como Kṛṣṇa. Por lo tanto, se concluye que un maestro espiritual que esté cien por ciento consciente de Kṛṣṇa, es el maestro espiritual genuino, ya que él puede resolver los problemas de la vida. El Señor Caitanya dijo que aquel que domina la ciencia del cultivo de conciencia de Kṛṣṇa es el verdadero maestro espiritual, sin que importe su posición social.

kibā vipra, kibā nyāsī, śūdra kene naya
yei kṛṣṇa-tattva-vettā, sei ‘guru’ haya

«No importa que una persona sea un vipra [un erudito entendido en la sabiduría védica], o que haya nacido en una familia de clase baja, o que esté en la orden de vida de renuncia. Si dicha persona domina la ciencia de Kṛṣṇa, es el maestro espiritual genuino y perfecto» (Cc. Madhya 8.128). De modo que, nadie es un maestro espiritual genuino, si no domina la ciencia del cultivo de conciencia de Kṛṣṇa. En las Escrituras védicas también se dice:

ṣaṭ-karma-nipuṇo vipro
mantra-tantra-viśāradaḥ
avaiṣṇavo gurur na syād
vaiṣṇavaḥ śva-paco guruḥ

«Un brāhmaṇa erudito, experto en todas las materias del conocimiento védico, no es apto para volverse maestro espiritual si no es un vaiṣṇava, o un experto en la ciencia del cultivo de conciencia de Kṛṣṇa. Pero, una persona nacida en una familia de una casta baja puede convertirse en maestro espiritual, si es vaiṣṇava, es decir, si está consciente de Kṛṣṇa» (Padma Purãṇa).

Los problemas de la existencia material —el nacimiento, la vejez, las enfermedades y la muerte— no se pueden contrarrestar con la acumulación de riquezas y el desarrollo económico. En muchas partes del mundo hay estados que están repletos de todas las facilidades de la vida, que están colmados de riquezas y desarrollados económicamente, y, sin embargo, los problemas de la existencia material aún continúan. Dichos estados se encuentran buscando la paz de diferentes maneras, pero ellos podrán conseguir la verdadera felicidad únicamente si consultan a Kṛṣṇa o el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam —que constituyen la ciencia de Kṛṣṇa— a través del representante genuino de Kṛṣṇa, el hombre consciente de Kṛṣṇa.

Si el desarrollo económico y las comodidades materiales pudieran disipar los lamentos causados por las embriagueces familiares, sociales, nacionales o internacionales, entonces Arjuna no habría dicho que ni siquiera un reino sin paralelo en la Tierra o una supremacía como la de los semidioses en los planetas celestiales podría disipar sus lamentos. Por consiguiente, él buscó refugiarse en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, y ese es el sendero indicado para la paz y la armonía. Los cataclismos de la naturaleza material pueden, en cualquier momento, acabar con el desarrollo económico o la supremacía en el mundo. Incluso el elevarse a una situación planetaria superior, tal como la que los hombres están buscando ahora en el planeta Luna, también puede terminarse de un solo golpe. El Bhagavad-gītā lo confirma: kṣīṇe puṇye martya-lokaṁ viśanti. «Cuando los resultados de las actividades piadosas se terminan, uno cae de nuevo, yendo desde la cima de la felicidad hasta la posición más baja de la vida». Muchos políticos del mundo han caído de ese modo. Esas caídas solo constituyen más causas de lamentación.

En consecuencia, si queremos eliminar la lamentación para siempre, tenemos entonces que refugiarnos en Kṛṣṇa, tal como Arjuna lo está tratando de hacer. Así que Arjuna le pidió a Kṛṣṇa que resolviera su problema definitivamente, y esa es la senda de conciencia de Kṛṣṇa.

Texto

sañjaya uvāca
evam uktvā hṛṣīkeśaṁ
guḍākeśaḥ paran-tapaḥ
na yotsya iti govindam
uktvā tūṣṇīṁ babhūva ha

Palabra por palabra

sañjayaḥ uvāca — Sañjaya dijo; evam — así pues; uktvā — hablando; hṛṣīkeśam — a Kṛṣṇa, el amo de los sentidos; guḍākeśaḥ — Arjuna, el maestro en suprimir la ignorancia; param-tapaḥ — el castigador de los enemigos; na yotsye — no pelearé; iti — así pues; govindam — a Kṛṣṇa, el que les da placer a los sentidos; uktvā — diciendo; tūṣṇīm — callado; babhūva — se volvió; ha — indudablemente.

Traducción

Sañjaya dijo: Habiendo hablado así, Arjuna, el castigador de los enemigos, le dijo a Kṛṣṇa «Govinda, no pelearé», y enmudeció.

Significado

Dhṛtarāṣṭra debió haberse sentido muy contento al enterarse de que Arjuna no iba a pelear, y que, por el contrario, iba a abandonar el campo de batalla para dedicarse a la mendicidad. Pero Sañjaya lo desilusionó una vez más, al decirle que Arjuna estaba en capacidad de matar a sus enemigos (paran-tapaḥ). Aunque Arjuna se hallaba dominado momentáneamente por una falsa aflicción causada por el afecto familiar, no obstante se entregó a Kṛṣṇa, el maestro espiritual supremo, en calidad de discípulo. Esto indica que pronto se liberaría de la falsa lamentación provocada por el afecto familiar, y sería iluminado con el conocimiento perfecto de la autorrealización, o el estado de conciencia de Kṛṣṇa, y entonces, con toda certeza, pelearía. Así pues, el júbilo de Dhṛtarāṣṭra se vería frustrado, pues Kṛṣṇa iluminaría a Arjuna, y este pelearía hasta el final.

Texto

tam uvāca hṛṣīkeśaḥ
prahasann iva bhārata
senayor ubhayor madhye
viṣīdantam idaṁ vacaḥ

Palabra por palabra

tam — a él; uvāca — dijo; hṛṣīkeśaḥ — el amo de los sentidos, Kṛṣṇa; prahasan — sonriendo; iva — así; bhārata — ¡oh, Dhṛtarāṣṭra, descendiente de Bharata!; senayoḥ — de los ejércitos; ubhayoḥ — de ambos bandos; madhye — entre; viṣīdantam — al que se lamentaba; idam — las siguientes; vacaḥ — palabras.

Traducción

¡Oh, descendiente de Bharata!, en ese momento, Kṛṣṇa, sonriendo en medio de ambos ejércitos, se dirigió al acongojado Arjuna con las siguientes palabras.

Significado

La conversación se estaba llevando a cabo entre dos amigos íntimos, es decir, el Hṛṣīkeśa y el Guḍākeśa. Como amigos, ambos se hallaban en el mismo nivel, pero, voluntariamente, uno de ellos se volvió alumno del otro. Kṛṣṇa estaba sonriendo porque un amigo había decidido volverse discípulo. Siendo el Señor de todos, Él siempre está en la posición superior como amo de todos, y, sin embargo, accede a ser amigo, hijo o amante de un devoto que quiere que Él haga uno de esos papeles. Pero, cuando se lo aceptó como maestro, de inmediato asumió el papel, y le habló al discípulo como maestro, es decir, con gravedad, tal como se requiere. Parece ser que la conversación entre el maestro y el discípulo se llevó a cabo públicamente, en presencia de ambos ejércitos, para que todos se beneficiaran. Así que los diálogos del Bhagavad-gītā no son para ninguna persona, sociedad o comunidad en particular, sino para todos, y tanto amigos como enemigos tienen el mismo derecho de oírlos.

Texto

śrī-bhagavān uvāca
aśocyān anvaśocas tvaṁ
prajñā-vādāṁś ca bhāṣase
gatāsūn agatāsūṁś ca
nānuśocanti paṇḍitāḥ

Palabra por palabra

śrī-bhagavān uvāca — la Suprema Personalidad de Dios dijo; aśocyān — que no es digno de que uno se lamente; anvaśocaḥ — te estás lamentando; tvam — tú; prajñā-vādān — palabras cultas; ca — también; bhāṣase — hablando; gata — perdida; asūn — vida; agata — no pasada; asūn — vida; ca — también; na — nunca; anuśocanti — lamentan; paṇḍitāḥ — los eruditos.

Traducción

La Suprema Personalidad de Dios dijo: Mientras hablas con palabras cultas, te lamentas por lo que no es digno de lamentarse. Aquellos que son sabios no se lamentan ni por los vivos ni por los muertos.

Significado

El Señor tomó de inmediato la posición de maestro y reprendió al alumno, llamándolo tonto indirectamente. El Señor le dijo: «Estás hablando como un erudito, pero no sabes que aquel que es erudito, aquel que sabe lo que es el cuerpo y lo que es el alma, no se lamenta por ninguna etapa del cuerpo, ni mientras este vive, ni cuando está muerto». Como se explica en capítulos posteriores, quedará claro que conocimiento significa conocer la materia, el espíritu y al controlador de ambos. Arjuna argüía que se le debía dar más importancia a los principios religiosos que a la política o a la sociología; pero él no sabía que el conocimiento acerca de la materia, el alma y el Supremo es aún más importante que los formulismos religiosos. Y debido a que él carecía de ese conocimiento, no debió hacerse pasar por un hombre muy erudito. Como de hecho no era muy erudito, se estaba lamentando, pues, de algo por lo cual no valía la pena lamentarse. El cuerpo nace, y está llamado a perecer hoy o mañana; por consiguiente, el cuerpo no es tan importante como el alma. Aquel que sabe esto es verdaderamente erudito, y para él no existe causa de lamentación, sea cual fuere la condición del cuerpo material.

Texto

na tv evāhaṁ jātu nāsaṁ
na tvaṁ neme janādhipāḥ
na caiva na bhaviṣyāmaḥ
sarve vayam ataḥ param

Palabra por palabra

na — nunca; tu — pero; eva — indudablemente; aham — yo; jātu — en cualquier momento; na — nunca; āsam — existió; na — no; tvam — tú; na — no; ime — todos estos; jana-adhipāḥ — reyes; na — nunca; ca — también; eva — indudablemente; na — no; bhaviṣyāmaḥ — existiremos; sarve vayam — todos nosotros; ataḥ param — en el futuro.

Traducción

Nunca hubo un tiempo en el que Yo no existiera, ni tú, ni todos estos reyes; y en el futuro, ninguno de nosotros dejará de existir.

Significado

  En los Vedas —tanto en el Kaṭha Upaniṣad como en el Svetāśvatara Upaniṣad— se dice que la Suprema Personalidad de Dios es el sustentador de innumerables entidades vivientes, en términos de sus diferentes situaciones y conforme al trabajo individual y a la reacción del trabajo. Esa Suprema Personalidad de Dios, mediante Sus porciones plenarias, también se halla viva en el corazón de toda entidad viviente. Solo las personas santas que pueden ver al mismo Señor Supremo dentro y fuera, pueden de hecho alcanzar la paz eterna y perfecta.

nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām
eko bahūnāṁ yo vidadhāti kāmān
tam ātma-sthaṁ ye ’nupaśyanti dhīrās
teṣāṁ śāntiḥ śāśvatī netareṣām

(Kaṭha Upaniṣad 2.2.13)

La misma verdad védica que se le dio a Arjuna, se le da a todas las personas del mundo que se hacen pasar por muy eruditas, pero que, en realidad, no tienen más que un escaso acopio de conocimiento. El Señor dice claramente que Él Mismo, Arjuna y todos los reyes que están reunidos en el campo de batalla, son seres individuales eternamente, y que Él es eternamente el sustentador de las entidades vivientes individuales, tanto en su situación condicionada como en su situación liberada. La Suprema Personalidad de Dios es la persona individual suprema, y Arjuna —el eterno asociado del Señor— y todos los reyes allí reunidos, son personas eternas e individuales. No ha de creerse que ellos no existieron como individuos en el pasado, o que ellos no seguirán siendo personas eternas. Su individualidad existió en el pasado, y su individualidad continuará en el futuro, ininterrumpidamente. En consecuencia, no hay nada por lo que nadie deba lamentarse.

El Señor Kṛṣṇa, la autoridad suprema, no respalda aquí la teoría māyāvādī de que el alma individual, que ha estado separada por la cobertura de māyā, o la ilusión, después de liberarse se fundirá en el Brahman impersonal y perderá su existencia individual. Ni tampoco se apoya aquí la teoría de que únicamente pensamos en individualidades en el estado condicionado. Aquí Kṛṣṇa dice claramente que en el futuro la individualidad del Señor y de los demás continuará también de un modo perenne, tal como se confirma en los Upaniṣads. Esta declaración de Kṛṣṇa es autoritativa, porque Kṛṣṇa no puede estar sujeto a la ilusión. Si la individualidad no es una realidad, entonces Kṛṣṇa no habría hecho tanto énfasis en ella, ni siquiera para el futuro. Puede que el māyāvādī arguya que la individualidad de la que habló Kṛṣṇa no es espiritual sino material. Incluso si se acepta el argumento de que la individualidad es material, entonces ¿cómo puede uno distinguir la individualidad de Kṛṣṇa? Kṛṣṇa afirma la existencia de Su individualidad en el pasado, y también confirma Su individualidad en el futuro. Él ha confirmado Su individualidad de muchas maneras, y se ha declarado que el Brahman impersonal está subordinado a Él. Kṛṣṇa ha sostenido en todo momento el concepto de la individualidad espiritual, pero, si lo tomamos por un alma condicionada ordinaria con conciencia individual, Su Bhagavad-gītā no tiene entonces ningún valor como Escritura autoritativa. Un hombre común y corriente que adolece de los cuatro defectos característicos de la debilidad humana, es incapaz de enseñar aquello que vale la pena oír. El Gītā está por encima de esa clase de literatura. Ningún libro mundano se puede comparar con el Bhagavad-gītā. Cuando uno toma a Kṛṣṇa por un hombre ordinario, el Gītā pierde toda su importancia. El māyāvādī arguye que la pluralidad que se menciona en este verso es convencional y que se refiere al cuerpo; pero esa concepción corporal ya se condenó con anterioridad a este verso. ¿Cómo es posible que Kṛṣṇa volviera a plantear una proposición convencional acerca del cuerpo, después de haber condenado la concepción corporal de las entidades vivientes? Por lo tanto, el concepto de la individualidad se sostiene sobre bases espirituales, y de ese modo la confirman grandes ācāryas tales como Śrī Rāmānuja y otros. En muchas partes del Gītā se expresa claramente que esta individualidad espiritual la entienden los devotos del Señor. Aquellos que envidian a Kṛṣṇa como Suprema Personalidad de Dios, no tienen acceso genuino a esta gran obra literaria. El enfoque que del Gītā hace el no devoto, es algo así como el caso de unas abejas que tratan de lamer una botella de miel; uno no puede saborear la miel, a menos que abra la botella. De igual manera, el misticismo del Bhagavad-gītā lo pueden entender únicamente los devotos, y nadie más puede saborearlo, tal como se afirma en el capítulo cuatro del libro. Y tampoco pueden tocar el Gītā las personas que envidian la existencia misma del Señor. Por consiguiente, la explicación māyāvādī del Gītā es una presentación de lo más desorientadora acerca de toda la verdad. El Señor Caitanya nos ha prohibido leer comentarios elaborados por los māyāvādīs, y nos advierte que aquel que acepta esa interpretación que la filosofía māyāvādī presenta, pierde toda la capacidad de entender el verdadero misterio del Gītā. Si la individualidad se refiriera al universo empírico, entonces no habría ninguna necesidad de que el Señor nos instruyera. La pluralidad del alma individual y del Señor es un hecho eterno, y, como se dijo antes, los Vedas lo confirman.

Texto

dehino ’smin yathā dehe
kaumāraṁ yauvanaṁ jarā
tathā dehāntara-prāptir
dhīras tatra na muhyati

Palabra por palabra

dehinaḥ — del que está dentro de un cuerpo; asmin — en este; yathā — como; dehe — en el cuerpo; kaumāram — niñez; yauvanam — juventud; jarā — vejez; tathā — de igual modo; deha-antara — del cambio de cuerpo; prāptiḥ — logro; dhīraḥ — el sensato; tatra — entonces; na — nunca; muhyati — es engañado.

Traducción

Así como en este cuerpo el alma encarnada pasa continuamente de la niñez a la juventud y luego a la vejez, de la misma manera el alma pasa a otro cuerpo en el momento de la muerte. A la persona sensata no la confunde ese cambio.

Significado

  Como cada entidad viviente es un alma individual, el cuerpo de cada una de ellas está cambiando a cada momento, manifestándose a veces como un niño, a veces como un joven y a veces como un anciano. Sin embargo, se trata de una misma alma espiritual, y ella no sufre ningún cambio. Esa alma individual finalmente cambia de cuerpo al morir y transmigra a otro cuerpo, y, como es seguro que tendrá otro cuerpo en el siguiente nacimiento —o bien material, o bien espiritual—, no había ninguna razón para que Arjuna se lamentara de la muerte, ya fuera de Bhīṣma o de Droṇa, por quienes estaba tan preocupado. Por el contrario, más bien debía regocijarse de que ellos cambiaran sus cuerpos viejos por unos nuevos, renovando así su energía. Esos cambios de cuerpos explican las variedades de disfrute o sufrimiento que se tienen, conforme a la actuación de uno en la vida. En consecuencia, Bhīṣma y Droṇa, siendo almas nobles, tendrían con toda certeza cuerpos espirituales en la siguiente vida, o al menos una vida en cuerpos celestiales para un disfrute superior de la existencia material. De modo que, en cualquiera de los casos, no había por qué lamentarse.

A cualquier hombre que tenga conocimiento perfecto acerca de la constitución del alma individual, la Superalma y la naturaleza —tanto material como espiritual—, se lo conoce como dhīra, o un hombre sumamente sensato. A un hombre de esa clase nunca lo confunde el cambio de cuerpos.

La teoría māyāvādī de la existencia de una sola alma espiritual no se puede respaldar, debido a que al alma espiritual no se la puede cortar en pedazos para obtener una porción fragmentaria. Ese fraccionamiento en diferentes almas individuales convertiría al Supremo en algo seccionable o mutable, lo cual contrariaría el principio de que el Alma Suprema es inmutable. Como se confirma en el Gītā, las porciones fragmentarias del Supremo existen eternamente (sanātana) y se denominan kṣara, es decir, tienen la tendencia a caer en la naturaleza material. Estas porciones fragmentarias lo son eternamente, y el alma individual permanece igual incluso después de la liberación, o, en otras palabras, sigue siendo fragmentaria. Pero, una vez que se libera, lleva una vida eterna de bienaventuranza y conocimiento con la Personalidad de Dios. La teoría de la reflexión se le puede aplicar a la Superalma, la cual se encuentra en todos y cada uno de los cuerpos individuales, y a la cual se la conoce como Paramātmā. Este es diferente de la entidad viviente individual. Cuando el cielo se refleja en el agua, las imágenes reflejadas representan al Sol, así como también a la Luna y las estrellas. Las estrellas son como las entidades vivientes, y el Sol y la Luna son como el Señor Supremo. El alma espiritual, individual y fragmentaria, está representada por Arjuna, y el Alma Suprema es la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa. Ellas no están en el mismo nivel, tal como se hará patente al comienzo del capítulo cuatro. Si Arjuna está en el mismo nivel que Kṛṣṇa, y Kṛṣṇa no es superior a Arjuna, entonces su relación de instructor e instruido carece de sentido. Si ambos están engañados por la energía ilusoria (māyā), entonces no es necesario que uno sea el instructor, y el otro, el instruido. Semejante instrucción sería inútil, porque nadie puede ser un instructor autoritativo si se halla en las garras de māyā. Ante estas circunstancias, se admite que el Señor Kṛṣṇa es el Señor Supremo, superior en posición a la entidad viviente —Arjuna—, quien es un alma olvidadiza y engañada por māyā.

Texto

mātrā-sparśās tu kaunteya
śītoṣṇa-sukha-duḥkha-dāḥ
āgamāpāyino ’nityās
tāṁs titikṣasva bhārata

Palabra por palabra

mātrā-sparśāḥ — percepción de los sentidos; tu — únicamente; kaunteya — ¡oh hijo de Kuntī!; śīta — invierno; uṣṇa — verano; sukha — felicidad; duḥkha — y dolor; dāḥ — causando; āgama — apareciendo; apāyinaḥ — desapareciendo; anityāḥ — no permanente; tān — todos ellos; titikṣasva — tan solo trata de tolerar; bhārata — ¡oh, descendiente de la dinastía Bhārata!

Traducción

¡Oh, hijo de Kuntī!, la aparición temporal de la felicidad y la aflicción, y su desaparición a su debido tiempo, es como la aparición y desaparición de las estaciones del invierno y el verano. Todo ello tiene su origen en la percepción de los sentidos, ¡oh, vástago de Bharata!, y uno debe aprender a tolerarlo sin perturbarse.

Significado

  En el desempeño correcto del deber, uno tiene que aprender a tolerar las apariciones y desapariciones temporales de la felicidad y la aflicción. Según las disposiciones védicas, uno tiene que darse un baño temprano por la mañana, incluso durante el mes de māgha (enero-febrero). En esa época hace mucho frío, pero, a pesar de ello, el hombre que acata los principios religiosos no vacila en bañarse. De modo similar, la mujer no deja de trabajar en la cocina durante los meses de mayo y junio, la parte más calurosa del verano. Uno tiene que cumplir con su deber, pese a los inconvenientes causados por el clima. Así mismo, pelear constituye el principio religioso de los kṣatriyas, y aunque uno tenga que pelear con algún amigo o pariente, no debe apartarse de su deber prescrito. Uno tiene que seguir las reglas y regulaciones prescritas por los principios religiosos, a fin de ascender hasta el plano del conocimiento, ya que únicamente mediante el conocimiento y la devoción puede uno liberarse de las garras de māyā (la ilusión).

Los dos nombres que aquí se le dan a Arjuna también son significativos. El nombre de Kaunteya denota sus grandes parientes consanguíneos por el lado materno, y el nombre de Bhārata denota su grandeza por el lado paterno. Se supone que él tiene un gran linaje tanto paterno como materno. Un gran linaje lleva implícita la responsabilidad de cumplir bien con los deberes; por consiguiente, él no puede eludir la pelea.

Texto

yaṁ hi na vyathayanty ete
puruṣaṁ puruṣarṣabha
sama-duḥkha-sukhaṁ dhīraṁ
so ’mṛtatvāya kalpate

Palabra por palabra

yam — aquel a quien; hi — indudablemente; na — nunca; vyathayanti — afligen; ete — todos estos; puruṣam — a una persona; puruṣa-ṛṣabha — ¡oh, tú, el mejor entre los hombres!; sama — inalterable; duḥkha — en la aflicción; sukham — y la felicidad; dhīram — paciente; saḥ — él; amṛtatvāya — para la liberación; kalpate — se le considera merecedor.

Traducción

¡Oh, tú, el mejor entre los hombres [Arjuna]!, la persona que no se perturba ante la felicidad y la aflicción, y que permanece estable en medio de ambas, es sin duda merecedora de la liberación.

Significado

  Todo aquel que se mantenga firme en su determinación de alcanzar la etapa avanzada de la iluminación espiritual, y que, además, pueda tolerar los embates de la aflicción y la felicidad, es indudablemente una persona merecedora de la liberación. En la institución varṇāśrama, la cuarta etapa de la vida, es decir, la orden de renuncia (sannyāsa), constituye una situación difícil. Pero aquel que realmente quiere perfeccionar su vida, adopta sin duda la orden de vida de sannyāsa, pese a todas las dificultades que se le presenten. Las dificultades surgen, por lo general, del hecho de tener que romper las relaciones familiares, de tener que abandonar la relación con la esposa y los hijos. Pero, si alguien es capaz de tolerar esas dificultades, es seguro que su senda hacia la iluminación espiritual se halla completa. De igual modo, a Arjuna se le aconseja perseverar en el desempeño de los deberes de un kṣatriya, incluso si le es difícil pelear con sus familiares u otras personas tan queridas como ellos. El Señor Caitanya adoptó sannyāsa a la edad de veinticuatro años, y las personas que dependían de Él —Su joven esposa y Su anciana madre— no tenían a nadie más que velara por ellas. Sin embargo, Él adoptó sannyāsa por una causa superior, y se mantuvo firme en el desempeño de los deberes superiores. Esa es la manera de lograr liberarse del cautiverio material.

Texto

nāsato vidyate bhāvo
nābhāvo vidyate sataḥ
ubhayor api dṛṣṭo ’ntas
tv anayos tattva-darśibhiḥ

Palabra por palabra

na — nunca; asataḥ — de lo no existente; vidyate — hay; bhāvaḥ — duración; na — nunca; abhāvaḥ — cualidad cambiante; vidyate — hay; sataḥ — de lo eterno; ubhayoḥ — de los dos; api — en verdad; dṛṣṭaḥ — observado; antaḥ — conclusión; tu — en verdad; anayoḥ — de ellos; tattva — de la verdad; darśibhiḥ — por los videntes.

Traducción

Los videntes de la verdad han concluido que, de lo no existente [el cuerpo material] no hay permanencia, y de lo eterno [el alma] no hay cambio. Esto lo han concluido del estudio de la naturaleza de ambos.

Significado

  El cuerpo cambiante no perdura. La ciencia médica moderna admite que el cuerpo está cambiando a cada instante por las acciones y reacciones de las diferentes células, y que, en virtud de ello, el cuerpo crece y envejece. Pero el alma espiritual existe permanentemente, manteniéndose igual pese a todos los cambios del cuerpo y la mente. Esa es la diferencia entre la materia y el espíritu. Por naturaleza, el cuerpo siempre está cambiando y el alma es eterna. Esta conclusión la establecen todas las clases de videntes de la verdad, tanto personalistas como impersonalistas. En el Viṣṇu Purāṇa (2.12.38) se declara que Viṣṇu y Sus moradas tienen todos una existencia espiritual autoiluminada (jyotīṁsi viṣṇur bhavanāni viṣṇuḥ). Las palabras existente y no existente se refieren únicamente al espíritu y la materia. Eso lo dicen todos los videntes de la verdad.

Este es el comienzo de la instrucción que el Señor les da a las entidades vivientes que están confundidas por la influencia de la ignorancia. La remoción de la ignorancia entraña el restablecimiento de la relación eterna que hay entre el adorador y el adorado, y la consiguiente comprensión de la diferencia que hay entre las entidades vivientes —las partes integrales— y la Suprema Personalidad de Dios. Uno puede entender la naturaleza del Supremo por medio del estudio cabal de uno mismo, sabiendo que la diferencia que hay entre uno y el Ser Supremo es como la que hay entre la parte y el todo. En los Vedānta-sūtras así como en el Śrīmad-Bhāgavatam, al Supremo se le ha aceptado como el origen de todas las emanaciones. Dichas emanaciones se llegan a conocer mediante secuencias naturales inferiores y superiores. Las entidades vivientes pertenecen a la naturaleza superior, tal como se pondrá de manifiesto en el capítulo siete. Aunque no hay ninguna diferencia entre la energía y el energético, al energético se lo acepta como el Supremo, y a la energía, o la naturaleza, se la acepta como lo subordinado. De modo que, las entidades vivientes siempre están subordinadas al Señor Supremo, como ocurre en el caso del amo y el sirviente o el instructor y el instruido. Un conocimiento así de claro es imposible entenderlo bajo el embrujo de la ignorancia, y, para alejar esa ignorancia, el Señor enseña el Bhagavad-gītā, a fin de iluminar a todas las entidades vivientes de todas las épocas.

Texto

avināśi tu tad viddhi
yena sarvam idaṁ tatam
vināśam avyayasyāsya
na kaścit kartum arhati

Palabra por palabra

avināśi — imperecedero; tu — pero; tat — eso; viddhi — has de saber; yena — por quien; sarvam — todo el cuerpo; idam — este; tatam — imbuido; vināśam — destrucción; avyayasya — del imperecedero; asya — de él; na kaścit — nadie; kartum — hacer; arhati — capaz.

Traducción

Has de saber que aquello que se difunde por todo el cuerpo es indestructible. Nadie puede destruir a esa alma imperecedera.

Significado

  Este verso explica más claramente la verdadera naturaleza del alma, la cual se halla difundida por todo el cuerpo. Cualquiera puede entender qué es lo que está difundido por todo el cuerpo: la conciencia. Todo el mundo está consciente de los dolores y los placeres del cuerpo, en parte o en su totalidad. Esta difusión de la conciencia está limitada al cuerpo de uno. Los dolores y placeres de un cuerpo le son desconocidos a otro. Por consiguiente, cada cuerpo es la cobertura de un alma individual, y el signo de la presencia del alma se percibe en forma de la conciencia individual. A esa alma se la describe de un tamaño igual a la diezmilésima parte de la punta de un cabello. El Śvetāśvatara Upaniad (5.9) lo confirma:

bālāgra-śata-bhāgasya
śatadhā kalpitasya ca
bhāgo jīvaḥ sa vijñeyaḥ
sa cānantyāya kalpate

«Cuando la punta de un cabello se divide en cien partes y cada una de dichas partes se divide luego en otras cien partes, cada una de estas constituye la medida del alma espiritual». De igual manera, en el Bhāgavatam se declara lo mismo:

keśāgra-śata-bhāgasya
śatāṁśaḥ sādṛśātmakaḥ
jīvaḥ sūkṣma-svarūpo ’yaṁ
saṅkhyātīto hi cit-kaṇaḥ

«Existen infinidad de partículas de átomos espirituales, cuyo tamaño es el de una diezmilésima parte de la punta de un cabello».

Por consiguiente, la partícula individual del alma espiritual es un átomo espiritual más pequeño que los átomos materiales, y dichos átomos son innumerables. Esta diminuta chispa espiritual constituye el principio básico del cuerpo material, y la influencia de semejante chispa espiritual se difunde por todo el cuerpo, tal como la influencia del principio activo de alguna medicina se difunde también a todo lo largo del cuerpo. Esta corriente del alma espiritual se siente por todo el cuerpo en forma de la conciencia, y esa es la prueba de la presencia del alma. Cualquier profano puede entender que, sin conciencia, el cuerpo material es un cuerpo muerto, y esa conciencia no puede ser revivida en el cuerpo por ningún medio material que a este se le administre. Luego la conciencia no se debe a ninguna cantidad de combinaciones materiales, sino al alma espiritual. En el Muṇḍaka Upaniṣad (3.1.9) se explica adicionalmente la medida del alma espiritual atómica:

eṣo ’ṇur ātmā cetasā veditavyo
yasmin prāṇaḥ pañcadhā saṁviveśa
prāṇaiś cittaṁ sarvam otaṁ prajānāṁ
yasmin viśuddhe vibhavaty eṣa ātmā

«El alma es de un tamaño atómico, y se la puede percibir por medio de la inteligencia perfecta. Esa alma atómica flota en las cinco clases de aire (prāṇa, apāna, vyāna, samāna y udāna), se halla dentro del corazón y extiende su influencia por todo el cuerpo de las entidades vivientes encarnadas. Cuando el alma se purifica de la contaminación de las cinco clases de aire material, su influencia espiritual se manifiesta».

El sistema de haṭha-yoga tiene por objeto controlar las cinco clases de aire que rodean al alma pura, por medio de diferentes clases de posturas, no para obtener algún beneficio material, sino para liberar a la diminuta alma del enredo de la atmósfera material.

Es así como en todas las Escrituras védicas se admite la constitución del alma atómica, y ello también lo siente de hecho por la experiencia práctica cualquier hombre cuerdo. Solo un demente podría creer que esta alma atómica es viṣṇu-tattva omnipresente.

La influencia del alma atómica se puede extender a todo lo largo de un cuerpo en particular. Según el Muṇḍaka Upaniṣad, esta alma atómica está situada en el corazón de cada entidad viviente, y, como la medida del alma atómica está más allá de la capacidad de apreciación de los científicos materiales, algunos de ellos afirman neciamente que el alma no existe. El alma atómica individual se encuentra, sin duda, allí en el corazón, junto con la Superalma, y por ello todas las energías del movimiento corporal emanan de esta parte del cuerpo. Los glóbulos rojos, que transportan el oxígeno de los pulmones, reciben su energía del alma. Cuando el alma abandona esa posición, cesa la actividad de la sangre de generar fusión. La ciencia médica acepta la importancia de los glóbulos rojos, pero no puede determinar que el alma es la fuente de la energía. La ciencia médica, sin embargo, admite que el corazón es el centro de todas las energías del cuerpo.

Esas partículas atómicas del todo espiritual son como las moléculas de la luz del Sol. En la luz del Sol hay innumerables moléculas radiantes. Así mismo, las partes fragmentarias del Señor Supremo son chispas atómicas de los rayos del Señor Supremo, que reciben el nombre de prabhā, o energía superior. Entonces, ya sea que se siga el conocimiento védico o la ciencia moderna, uno no puede negar la existencia del alma espiritual en el cuerpo, y la ciencia del alma la describe en el Bhagavad-gītā de modo explícito la propia Personalidad de Dios.

Texto

antavanta ime dehā
nityasyoktāḥ śarīriṇaḥ
anāśino ’prameyasya
tasmād yudhyasva bhārata

Palabra por palabra

anta-vantaḥ — perecedero; ime — todos estos; dehāḥ — cuerpos materiales; nityasya — de existencia eterna; uktāḥ — se dice; śarīriṇaḥ — del alma que está dentro del cuerpo; anāśinaḥ — nunca será destruida; aprameyasya — inconmensurable; tasmāt — por consiguiente; yudhyasva — pelea; bhārata — ¡oh, descendiente de Bharata!

Traducción

El cuerpo material de la entidad viviente eterna, indestructible e inconmensurable, tiene un final con toda certeza; por lo tanto, pelea, ¡oh, descendiente de Bharata!

Significado

  El cuerpo material es perecedero por naturaleza. Puede que perezca inmediatamente, o puede que lo haga al cabo de cien años. Es solo una cuestión de tiempo. No hay ninguna posibilidad de mantenerlo indefinidamente. Pero el alma espiritual es tan diminuta, que ni siquiera puede ser vista por un enemigo, ni qué hablar de ser matada. Como se mencionó en el verso anterior, es tan pequeña, que nadie puede tener ni idea de cómo medir su tamaño. Así que, desde ambos puntos de vista no hay ninguna causa de lamentación, porque a la entidad viviente tal como es no se la puede matar, ni tampoco es posible salvar el cuerpo material por ningún período de tiempo, ni protegerlo permanentemente. La diminuta partícula del espíritu total adquiere este cuerpo material conforme a su trabajo, y, en consecuencia, se debe hacer uso de la observancia de los principios religiosos. En los Vedānta-sūtras, a la entidad viviente se la califica de luz, porque ella es parte integral de la luz suprema. Así como la luz del Sol mantiene al universo entero, así mismo la luz del alma mantiene a este cuerpo material. En cuanto el alma espiritual sale del cuerpo material, el mismo comienza a descomponerse. Por consiguiente, el alma espiritual es lo que mantiene a este cuerpo. El cuerpo en sí carece de importancia. A Arjuna se le aconsejó que peleara y que no sacrificara la causa de la religión por consideraciones materiales relativas al cuerpo.

Texto

ya enaṁ vetti hantāraṁ
yaś cainaṁ manyate hatam
ubhau tau na vijānīto
nāyaṁ hanti na hanyate

Palabra por palabra

yaḥ — quienquiera que; enam — este; vetti — sabe; hantāram — el que mata; yaḥ — quienquiera que; ca — también; enam — este; manyate — cree; hatam — matado; ubhau — ambos; tau — ellos; na — nunca; vijānītaḥ — tienen conocimiento; na — nunca; ayam — este; hanti — mata; na — no; hanyate — es matado.

Traducción

Tanto el que cree que la entidad viviente es la que mata como el que cree que esta es matada, carecen de conocimiento, pues el ser ni mata ni es matado.

Significado

  Cuando a una entidad viviente encarnada la hieren armas mortales, ha de saberse que la entidad viviente que está dentro del cuerpo no es matada. El alma espiritual es tan pequeña, que es imposible matarla con ningún arma material, tal como se hará obvio con los versos subsiguientes. Y la entidad viviente tampoco es susceptible de ser matada, debido a su constitución espiritual. Lo que se mata, o que se supone que se mata, es únicamente el cuerpo. Esto, sin embargo, no alienta en absoluto a matar el cuerpo. El mandamiento védico dice: mā hiṁsyāt sarva-bhūtāni, nunca agredas a ningún cuerpo. Y la comprensión de que a la entidad viviente no se la mata, tampoco fomenta la matanza de animales. Matar el cuerpo de cualquiera sin la autoridad para hacerlo es abominable, y es un hecho punible tanto en la ley del estado como en la ley del Señor. A Arjuna, no obstante, se le está haciendo matar por el principio religioso, y no caprichosamente.

Texto

na jāyate mriyate vā kadācin
nāyaṁ bhūtvā bhavitā vā na bhūyaḥ
ajo nityaḥ śāśvato ’yaṁ purāṇo
na hanyate hanyamāne śarīre

Palabra por palabra

na — nunca; jāyate — nace; mriyate — muere; — tampoco; kadācit — en ningún momento (pasado, presente o futuro); na — nunca; ayam — esto; bhūtvā — habiendo llegado; bhavitā — llegará a ser; — o; na — no; bhūyaḥ — o volverá a ser; ajaḥ — innaciente; nityaḥ — eterno; śāśvataḥ — permanente; ayam — este; purāṇaḥ — el más antiguo; na — nunca; hanyate — es matado; hanyamāne — siendo matado; śarīre — el cuerpo.

Traducción

Para el alma no existe el nacimiento ni la muerte en ningún momento. Ella no ha llegado a ser, no llega a ser y no llegará a ser. El alma es innaciente, eterna, permanente y primordial. No se la mata cuando se mata el cuerpo.

Significado

Cualitativamente, la pequeña parte atómica y fragmentaria del Espíritu Supremo es uno con el Supremo. A diferencia del cuerpo, ella no sufre ningún cambio. A veces, al alma se la llama lo fijo, o kūṭa-stha. El cuerpo está sujeto a seis clases de transformaciones: nace del vientre del cuerpo de la madre, permanece por algún tiempo, crece, produce algunos efectos, gradualmente se deteriora y, finalmente, desaparece en el olvido. El alma, sin embargo, no pasa por esos cambios. El alma no nace, pero como toma un cuerpo material, el cuerpo nace. El alma no nace allí, y el alma no muere. Todo lo que nace también tiene que morir, y como el alma no nace, por ende no tiene pasado, presente ni futuro. El alma es eterna, perenne y primordial, es decir, en la historia no figura ningún indicio de cuándo comenzó a existir. Por la impresión que el cuerpo nos produce, buscamos la historia del nacimiento del alma y otras cosas similares acerca de ella. El alma no envejece en ningún momento, como ocurre con el cuerpo. El supuesto anciano, por consiguiente, se siente con el mismo espíritu que tenía en su infancia o en su juventud. Los cambios del cuerpo no afectan al alma. El alma no se deteriora como un árbol, ni como nada material. El alma tampoco tiene subproductos: los subproductos del cuerpo, es decir, los hijos, son también almas individuales diferentes, y a causa del cuerpo aparecen como hijos de un hombre en particular. El cuerpo se desarrolla por la presencia del alma, pero el alma ni tiene vástagos ni cambia. En consecuencia, el alma está libre de los seis cambios del cuerpo.

En el Kaṭha Upaniṣad (1.2.18) encontramos también un pasaje similar, que dice:

na jāyate mriyate vā vipaścin
nāyaṁ kutaścin na babhūva kaścit
ajo nityaḥ śāśvato ’yaṁ purāṇo
na hanyate hanyamāne śarīre

El significado y la enseñanza de este verso son los mismos que los del verso análogo del Bhagavad-gītā, pero aquí hay una palabra especial, vipaścit, que significa «erudito» o «con conocimiento».

El alma está colmada de conocimiento, o colmada siempre de conciencia. Por lo tanto, la conciencia es el signo característico del alma. Incluso si uno no encuentra el alma en el corazón, que es donde está situada, aun así uno puede darse cuenta de la presencia del alma simplemente en virtud de la presencia de la conciencia. A veces no encontramos el Sol en el cielo, a causa de las nubes o por alguna otra razón, pero la luz del Sol siempre está presente, y eso nos convence de que es de día. En cuanto en el cielo hay algo de luz temprano por la mañana, sobrentendemos que el Sol ha salido. Así mismo, como hay algo de conciencia en todos los cuerpos —ya sean del hombre o de los animales—, podemos con ello reconocer la presencia del alma. Esta conciencia del alma es, sin embargo, diferente de la conciencia del Supremo, porque la conciencia suprema es omnisciente —conoce pasado, presente y futuro—. La conciencia del alma individual es propensa a olvidar. Cuando olvida su verdadera naturaleza, obtiene educación e iluminación de las lecciones superiores que imparte Kṛṣṇa. Pero Kṛṣṇa no es como el alma que olvida. Si así fuera, las enseñanzas de Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā serían inútiles.

Hay dos clases de almas, a saber, la diminuta alma partícula (aṇu-ātmā) y la Superalma (vibhu-ātmā). Esto también se confirma en el Kaṭha Upaniṣad (1.2.20) de la siguiente manera:

aṇor aṇīyān mahato mahīyān
ātmāsya jantor nihito guhāyām
tam akratuḥ paśyati vīta-śoko
dhātuḥ prasādān mahimānam ātmanaḥ

«Tanto la Superalma [Paramātmā] como el alma atómica [jīvātmā] están situadas en el mismo árbol del cuerpo, dentro del mismo corazón del ser viviente, y solo aquel que se ha liberado de todos los deseos y lamentaciones materiales, puede, por la gracia del Supremo, entender las glorias del alma». Kṛṣṇa también es la fuente de la Superalma, tal como se revelará en los siguientes capítulos, y Arjuna es el alma atómica, olvidadiza de su verdadera naturaleza; por consiguiente, necesita que lo ilumine Kṛṣṇa o su representante genuino (el maestro espiritual).

Texto

vedāvināśinaṁ nityaṁ
ya enam ajam avyayam
kathaṁ sa puruṣaḥ pārtha
kaṁ ghātayati hanti kam

Palabra por palabra

veda — sabe; avināśinam — indestructible; nityam — existiendo siempre; yaḥ — aquel que; enam — esta (alma); ajam — innaciente; avyayam — inmutable; katham — cómo; saḥ — esa; puruṣaḥ — persona; pārtha — ¡oh, Pārtha (Arjuna)!; kam — a quién; ghātayati — hace que se hiera; hanti — mata; kam — a quién.

Traducción

¡Oh, Pārtha!, una persona que sabe que el alma es indestructible, eterna, innaciente e inmutable, ¿cómo puede matar a alguien o hacer que alguien mate?

Significado

  Todas las cosas tienen su utilidad, y el hombre que posee pleno conocimiento sabe cómo y dónde aplicar una cosa para que sea bien utilizada. Así mismo, la violencia también tiene su utilidad, y cómo aplicar la violencia queda en manos de la persona que tiene conocimiento. Aunque el juez le asigne la pena capital a una persona condenada por asesinato, no se puede culpar al juez por ordenar un acto de violencia en contra de una persona conforme a los códigos de la justicia. En la Manu-saṁhitā, el libro de leyes para la humanidad, se sostiene que un asesino debe ser condenado a muerte, para que en su siguiente vida no tenga que sufrir por el gran pecado que ha cometido. Por lo tanto, cuando un rey castiga a un asesino con la horca, esto es en realidad beneficioso. De igual modo, cuando Kṛṣṇa ordena pelear, debe concluirse que el objetivo de la violencia es aplicar la justicia suprema, y, por eso, Arjuna debe seguir la instrucción, sabiendo bien que esa clase de violencia que se emplea en el acto de pelear por Kṛṣṇa, no es violencia en absoluto, porque, de todos modos, al hombre, o, más bien, al alma, no se la puede matar; de manera que, para la administración de justicia, se permite la supuesta violencia. Una operación quirúrgica no tiene por objeto matar al paciente, sino curarlo. Luego la pelea que había de llevar a cabo Arjuna por instrucción de Kṛṣṇa se hace con pleno conocimiento, así que no hay ninguna posibilidad de una reacción pecaminosa.

Texto

vāsāṁsi jīrṇāni yathā vihāya
navāni gṛhṇāti naro ’parāṇi
tathā śarīrāṇi vihāya jīrṇāny
anyāni saṁyāti navāni dehī

Palabra por palabra

vāsāṁsi — ropa; jīrṇāni — vieja y desgastada; yathā — así como; vihāya — abandonando; navāni — ropa nueva; gṛhṇāti — acepta; naraḥ — un hombre; aparāṇi — otros; tathā — de la misma manera; śarīrāṇi — cuerpos; vihāya — abandonando; jīrṇāni — viejos e inservibles; anyāni — diferentes; saṁyāti — en verdad acepta; navāni — nuevos; dehī — el que está dentro de un cuerpo.

Traducción

Así como una persona se pone ropa nueva y desecha la vieja, así mismo el alma acepta nuevos cuerpos materiales, desechando los viejos e inservibles.
 

Significado

  El cambio de cuerpo que sufre el alma individual atómica es un hecho aceptado. Hasta los científicos modernos —que no creen en la existencia del alma, pero al mismo tiempo no pueden explicar cuál es la fuente de la energía del corazón— tienen que aceptar los cambios continuos del cuerpo, que van ocurriendo de la infancia a la juventud, y de la juventud a la vejez. De la vejez, el cambio pasa a otro cuerpo. Esto ya se ha explicado en un verso anterior (2.13).

El traslado del alma individual atómica a otro cuerpo se vuelve posible por la gracia de la Superalma. La Superalma satisface el deseo del alma atómica, tal como un amigo satisface el deseo de otro. Los Vedas —tales como el Muṇḍaka Upaniṣad, así como también el Śvetāśvatara Upaniṣad— comparan al alma y a la Superalma con dos pájaros amigos posados en el mismo árbol. Uno de los pájaros (el alma individual atómica) se halla comiendo el fruto del árbol, y el otro pájaro (Kṛṣṇa) simplemente observa a Su amigo. De los dos pájaros, aunque ambos son iguales en calidad, uno está cautivado por los frutos del árbol material, mientras que el otro simplemente observa las actividades de Su amigo. Kṛṣṇa es el pájaro testigo, y Arjuna es el pájaro que come. Aunque son amigos, no obstante uno es el amo y el otro es el sirviente. Que el alma atómica olvide esa relación es la causa de su cambio de posición de un árbol a otro, o de un cuerpo a otro. El alma jīva está luchando muy afanosamente en el árbol del cuerpo material, pero en cuanto accede a aceptar al otro pájaro en el carácter de maestro espiritual supremo, tal como Arjuna accedió a hacerlo al entregarse a Kṛṣṇa voluntariamente para que lo instruyera, el pájaro subordinado se libra de inmediato de todas las lamentaciones. Tanto el Muṇḍaka Upaniṣad (3.1.2) como el Śvetāśvatara Upaniṣad (4.7) confirman esto:

samāne vṛkṣe puruṣo nimagno
’nīśayā śocati muhyamānaḥ
juṣṭaṁ yadā paśyaty anyam īśam
asya mahimānam iti vīta-śokaḥ

«Aunque los dos pájaros están en el mismo árbol, el pájaro que come está totalmente agobiado por la ansiedad y el mal humor como disfrutador de los frutos del árbol. Pero si de una forma u otra el pájaro que sufre vuelve la cara hacia su amigo —que es el Señor— y conoce Sus glorias, de inmediato se libera de todas las ansiedades». Ahora, Arjuna ha vuelto la cara hacia su amigo eterno, Kṛṣṇa, y está aprendiendo el Bhagavad-gītā con Él. Y así pues, por el hecho de oír a Kṛṣṇa, Arjuna puede entender las glorias supremas del Señor y liberarse de la lamentación.

Aquí, el Señor le aconseja a Arjuna que no se lamente por el cambio de cuerpo de su anciano abuelo y de su maestro. Más bien, debía estar feliz de matar sus cuerpos en una pelea justa, de modo que ellos pudieran limpiarse de inmediato de todas las reacciones provenientes de las diversas actividades corporales. Aquel que da la vida en el altar del sacrificio o en el debido campo de batalla, de inmediato se limpia de las reacciones corporales y es promovido a una condición de vida superior. Así que Arjuna no tenía ningún motivo para lamentarse.

Texto

nainaṁ chindanti śastrāṇi
nainaṁ dahati pāvakaḥ
na cainaṁ kledayanty āpo
na śoṣayati mārutaḥ

Palabra por palabra

na — nunca; enam — esta alma; chindanti — puede cortar en pedazos; śastrāṇi — las armas; na — nunca; enam — esta alma; dahati — quema; pāvakaḥ — fuego; na — nunca; ca — también; enam — esta alma; kledayanti — humedece; āpaḥ — agua; na — nunca; śoṣayati — seca; mārutaḥ — viento.

Traducción

Al alma nunca puede cortarla en pedazos ningún arma, ni puede el fuego quemarla, ni el agua humedecerla, ni el viento marchitarla.

Significado

Todas las clases de armas —espadas, armas de fuego, armas de lluvia, armas de tornado, etc.— son incapaces de matar al alma espiritual. Tal parece que en ese entonces había muchas clases de armas hechas de tierra, agua, aire, éter, etc., además de las armas de fuego modernas. Incluso las armas nucleares de la época actual entran en la categoría de armas de fuego, pero antiguamente había muchas otras armas hechas de todos los distintos tipos de elementos materiales. Las armas de fuego se contrarrestaban con armas de agua, desconocidas hoy en día por la ciencia moderna. Los científicos modernos tampoco saben cómo emplear los tornados como armas de guerra. Sin embargo, el alma nunca puede ser cortada en pedazos ni aniquilada por ninguna cantidad de armas, sean cuales fueren los dispositivos científicos que se empleen para ello.

El māyāvādī no puede explicar cómo el alma individual llegó a existir solo por ignorancia y, en consecuencia, fue cubierta por la energía ilusoria. Ni jamás fue posible cortar a las almas individuales del seno del Alma Suprema original; más bien, las almas individuales son partes eternamente separadas del Alma Suprema. Como las almas son atómicas e individuales eternamente (sanātana), tienen la propensión a ser cubiertas por la energía ilusoria, y por eso dejan la compañía del Señor Supremo, tal como las chispas de un fuego que, aunque tienen la misma calidad que el fuego, son propensas a extinguirse cuando se hallan fuera de él. En el Varāha Purāṇa, a las entidades vivientes se las describe como partes integrales separadas del Supremo. Además, según el Bhagavad-gītā, permanecen así eternamente. Por lo tanto, incluso después de que la entidad viviente se libera de la ilusión, sigue siendo una entidad separada, como lo indican claramente las enseñanzas que el Señor le impartió a Arjuna. Arjuna se liberó mediante el conocimiento que recibió de Kṛṣṇa, pero nunca se volvió uno con Kṛṣṇa.

Texto

acchedyo ’yam adāhyo ’yam
akledyo ’śoṣya eva ca
nityaḥ sarva-gataḥ sthāṇur
acalo ’yaṁ sanātanaḥ

Palabra por palabra

acchedyaḥ — irrompible; ayam — esta alma; adāhyaḥ — no puede ser quemada; ayam — esta alma; akledyaḥ — insoluble; aśoṣyaḥ — no puede ser secada; eva — indudablemente; ca — y; nityaḥ — sempiterna; sarva-gataḥ — presente en todas partes; sthānuḥ — inmutable; acalaḥ — inmóvil; ayam — esta alma; sanātanaḥ — eternamente igual.

Traducción

Esta alma individual es irrompible e insoluble, y no se la puede quemar ni secar. El alma está en todas partes, y es sempiterna, inmutable, inmóvil y eternamente la misma.

Significado

  Todas estas cualidades del alma atómica demuestran de modo categórico que el alma individual es eternamente una partícula atómica del todo espiritual, y que eternamente sigue siendo el mismo átomo, sin ningún cambio. La teoría del monismo es muy difícil de aplicar en este caso, porque jamás se espera que el alma individual se vuelva con el todo una sola cosa homogénea. Después de liberarse de la contaminación material, puede que el alma atómica prefiera permanecer como una chispa espiritual de los refulgentes rayos de la Suprema Personalidad de Dios, pero las almas inteligentes entran en los planetas espirituales para asociarse con la Personalidad de Dios.

La palabra sarva-gataḥ (omnipresente) es significativa, porque no hay ninguna duda de que las entidades vivientes se encuentran por todas partes de la creación de Dios. Ellas viven en la tierra, en el agua, en el aire, dentro de la tierra, e incluso dentro del fuego. La creencia de que el fuego las aniquila no es admisible, porque aquí se afirma claramente que el fuego no puede quemar al alma. Por consiguiente, no hay duda alguna de que también en el planeta Sol hay entidades vivientes con cuerpos adecuados para vivir allí. Si el globo solar está deshabitado, entonces la palabra sarva-gataḥ —viviendo en todas partes— carecería de sentido.

Texto

avyakto ’yam acintyo ’yam
avikāryo ’yam ucyate
tasmād evaṁ viditvainaṁ
nānuśocitum arhasi

Palabra por palabra

avyaktaḥ — invisible; ayam — esta alma; acintyaḥ — inconcebible; ayam — esta alma; avikāryaḥ — inmutable; ayam — esta alma; ucyate — se dice; tasmāt — por lo tanto; evam — así; viditvā — sabiéndolo bien; enam — esta alma; na — no; anuśocitum — lamentar; arhasi — mereces.

Traducción

Se dice que el alma es invisible, inconcebible e inmutable. Sabiendo esto, no debes afligirte por el cuerpo.

Significado

Como se dijo anteriormente, la magnitud del alma es tan pequeña para nuestros cálculos materiales, que no se la puede ver ni siquiera con el microscopio más potente que existe. Por lo tanto, es invisible. En lo que respecta a la existencia del alma, nadie puede establecerla de un modo experimental, más allá de la prueba que da el śruti, o la sabiduría védica. Tenemos que aceptar esta verdad, porque no hay ninguna otra fuente que sirva para entender la existencia del alma, si bien dicha existencia es un hecho para la percepción. Hay muchas cosas que se tienen que aceptar exclusivamente sobre la base de una autoridad superior. Nadie puede negar la existencia de su padre, pues esta la señala la madre, que en este caso es la autoridad. Con excepción de la autoridad de la madre, no existe ninguna otra manera de llegar a conocer la identidad del padre. Así mismo, no hay ninguna otra fuente para llegar a entender el alma, aparte del estudio de los Vedas. En otras palabras, el alma es inconcebible a través del conocimiento experimental humano. El alma es conciencia y es consciente; eso también lo declaran los Vedas, y tenemos que aceptarlo. A diferencia de los cambios que ocurren en el cuerpo, en el alma no hay ningún cambio. Siendo inmutable eternamente, el alma permanece como un ente atómico en comparación con la infinita Alma Suprema. El Alma Suprema es infinita, y el alma atómica es infinitesimal. En consecuencia, el alma infinitesimal, siendo inmutable, nunca puede volverse igual al alma infinita, es decir, a la Suprema Personalidad de Dios. Este concepto se repite en los Vedas de diferentes maneras, tan solo para confirmar la estabilidad de la concepción del alma. La repetición de algo es necesaria para que uno entienda el asunto perfectamente, sin ningún error.

Texto

atha cainaṁ nitya-jātaṁ
nityaṁ vā manyase mṛtam
tathāpi tvaṁ mahā-bāho
nainaṁ śocitum arhasi

Palabra por palabra

atha — sin embargo; ca — también; enam — esta alma; nitya-jātam — que siempre nace; nityam — siempre; — o bien; manyase — así piensas; mṛtam — muerta; tathā api — aun así; tvam — tú; mahā-bāho — ¡oh, tú, el de los poderosos brazos!; na — nunca; enam — acerca del alma; śocitum — lamentarse; arhasi — merece.

Traducción

Sin embargo, si crees que el alma [o el conjunto de las señales de vida] nace siempre y muere para siempre, aun así no tienes por qué lamentarte, ¡oh, tú, el de los poderosos brazos!

Significado

Siempre existe una clase de filósofos muy semejantes a los budistas, que no creen en la existencia separada del alma más allá del cuerpo. Cuando el Señor Kṛṣṇa habló el Bhagavad-gītā, parece ser que esa clase de filósofos ya existía, y se los conocía como los lokāyatikas y vaibhāṣikas. Estos filósofos sostenían que las señales de vida aparecen cuando las combinaciones materiales alcanzan cierta condición de madurez. El científico material moderno y los filósofos materialistas también son de la misma opinión. Según ellos, el cuerpo es una combinación de elementos físicos, y en determinada etapa las señales de vida se desarrollan por la interacción de los elementos químicos y físicos. La ciencia de la antropología se basa en esta filosofía. En la actualidad, muchas seudorreligiones —que ahora se están poniendo de moda en los Estados Unidos— también se adhieren a esta filosofía, como lo están haciendo las sectas budistas, nihilistas y no devocionales.

Incluso si Arjuna no creía en la existencia del alma, como se indica en la filosofía vaibhāṣika, aun así no había causa alguna de lamentación. Nadie lamenta la pérdida de una cierta masa de sustancias químicas y por ello deja de desempeñar su deber prescrito. Por otra parte, en la ciencia moderna y en la guerra científica se desperdician muchas toneladas de sustancias químicas para vencer al enemigo. De acuerdo con la filosofía vaibhāṣika, la supuesta alma, o ātmā, desaparece con el deterioro del cuerpo. De modo que, sea cual fuere el caso, ya sea que Arjuna aceptara la conclusión védica de que existe un alma atómica o que no creyera en la existencia del alma, no tenía por qué lamentarse. Según esta teoría, puesto que hay muchísimas entidades vivientes que se generan de la materia a cada momento, y muchísimas de ellas que son aniquiladas a cada momento, no hay por qué afligirse por semejante incidente. Si el alma no iba a volver a nacer, no había motivo de que Arjuna temiera ser afectado por reacciones pecaminosas a causa de matar a su abuelo y a su maestro. Pero, al mismo tiempo, Kṛṣṇa se dirigió a Arjuna sarcásticamente y lo llamó mahā-bāho, él de los poderosos brazos, porque al menos Él no aceptaba la teoría de los vaibhāṣikas, la cual deja a un lado la sabiduría védica. Arjuna, como kṣatriya que era, pertenecía a la cultura védica, y le correspondía seguir los principios de ella.

Texto

jātasya hi dhruvo mṛtyur
dhruvaṁ janma mṛtasya ca
tasmād aparihārye ’rthe
na tvaṁ śocitum arhasi

Palabra por palabra

jātasya — de aquel que ha nacido; hi — indudablemente; dhruvaḥ — un hecho; mṛtyuḥ — muerte; dhruvam — también es un hecho; janma — nacimiento; mṛtasya — de los muertos; ca — también; tasmāt — por consiguiente; aparihārye — de aquello que es inevitable; arthe — en lo que respecta a; na — no; tvam — tú; śocitum — lamentarse; arhasi — merece.

Traducción

Aquel que ha nacido, es seguro que va a morir, y, después de morir, es seguro que uno volverá a nacer. Por consiguiente, en el ineludible desempeño de tu deber, no debes lamentarte.

Significado

Uno tiene que nacer de acuerdo con las actividades que ha realizado en la vida. Y, después de terminar un período de actividades, se tiene que morir, para volver a nacer y comenzar el siguiente período. De ese modo gira el ciclo del nacimiento y la muerte, fase tras fase, sin liberación. Este ciclo del nacimiento y la muerte no respalda, sin embargo, el asesinato, la matanza de animales y la guerra innecesaria. Pero, al mismo tiempo, la violencia y la guerra son factores inevitables en la sociedad humana, para mantener la ley y el orden.

La batalla de Kurukṣetra, que ocurriría por la voluntad del Supremo, era un evento inevitable, y es deber de un kṣatriya pelear por la causa justa. ¿Por qué había este de sentir temor o acongojarse ante la muerte de sus parientes, si estaba cumpliendo con su deber legítimo? Él no merecía tener que romper la ley y, con ello, quedar sometido a las reacciones de los actos pecaminosos, a los que tanto les temía. Por el hecho de eludir el cumplimiento de su deber genuino no sería capaz de impedir la muerte de sus parientes, y se vería degradado por haber seleccionado un modo de actuar equivocado.

Texto

avyaktādīni bhūtāni
vyakta-madhyāni bhārata
avyakta-nidhanāny eva
tatra kā paridevanā

Palabra por palabra

avyakta-ādīni — no manifestado al comienzo; bhūtāni — todos los que son creados; vyakta — manifestados; madhyāni — en el medio; bhārata — ¡oh, descendiente de Bharata!; avyakta — no manifestado; nidhanāni — cuando son aniquilados; eva — todo es así; tatra — por lo tanto; — qué; paridevanā — lamentación.

Traducción

Todos los seres creados son no manifiestos en el comienzo, manifiestos en el ínterin, y de nuevo no manifiestos cuando son aniquilados. Entonces, ¿qué necesidad hay de lamentarse?

Significado

  Aceptando que hay dos clases de filósofos —unos que creen en la existencia del alma y otros que no creen en ella—, en ninguno de los dos casos hay motivo de lamentación. A los que no creen en la existencia del alma, los seguidores de la sabiduría védica los llaman ateos. Sin embargo, si por el solo hecho de argumentar aceptamos la teoría atea, aun así no hay motivo de lamentación. Aparte de la existencia separada del alma, los elementos materiales permanecen en un estado no manifiesto antes de la creación. De ese estado sutil de no manifestación surge la manifestación, tal como del éter se genera el aire, del aire se genera el fuego, del fuego se genera el agua, y del agua se manifiesta la tierra. De la tierra se generan muchas variedades de manifestaciones. Tomemos por ejemplo un gran rascacielos que se manifiesta a partir de la tierra. Cuando se derrumba, la manifestación pasa de nuevo al estado no manifiesto, y, en la última etapa, permanece en la forma de átomos. La ley de la conservación de la energía se mantiene, pero, en el transcurso del tiempo, las cosas se manifiestan y dejan de manifestarse; esa es la diferencia. Entonces, ¿qué razón hay para lamentarse, ya sea en la etapa de manifestación o en la de no manifestación? De una forma u otra, incluso en la etapa no manifestada, las cosas no se pierden. Tanto al principio como al final, todos los elementos permanecen no manifestados, y únicamente se manifiestan en el intermedio, lo cual no crea ninguna diferencia material verdadera.

Y si aceptamos la conclusión védica tal como se expone en el Bhagavad-gītā, es decir, que estos cuerpos materiales van a perecer a su debido tiempo (antavanta ime dehāḥ), pero que el alma es eterna (nityasyoktāḥ śarīriṇaḥ), entonces debemos recordar siempre que el cuerpo es como un traje; así que, ¿por qué lamentarse por el cambio de un traje? El cuerpo material no tiene existencia real en relación con el alma eterna. Es algo así como un sueño. En un sueño puede que uno crea que está volando por el cielo o que es un rey y que está sentado en una cuadriga; pero cuando se despierta, puede ver que ni está en el cielo ni está sentado en la cuadriga. La sabiduría védica fomenta el cultivo de la autorrealización sobre la base de la no existencia del cuerpo material. Por consiguiente, ya sea que uno crea en la existencia del alma o no crea en ella, en cualquiera de los dos casos no hay razón para lamentarse por la pérdida del cuerpo.

Texto

āścarya-vat paśyati kaścid enam
āścarya-vad vadati tathaiva cānyaḥ
āścarya-vac cainam anyaḥ śṛṇoti
śrutvāpy enaṁ veda na caiva kaścit

Palabra por palabra

āścaryavat — como asombroso; paśyati — ve; kaścit — alguien; enam — esta alma; āścaryavat — como asombroso; vadati — habla de; tathā — así pues; eva — sin duda; ca — también; ānyaḥ — otro; āścarya-vat — igualmente asombroso; ca — también; enam — esta alma; anyaḥ — otro; śṛṇoti — oye hablar de; śrutvā — habiendo oído; api — incluso; enam — esta alma; veda — sabe; na — nunca; ca — y; eva — sin duda; kaścit — alguien.

Traducción

Algunos consideran que el alma es asombrosa, otros la describen como asombrosa, y otros más oyen hablar de ella como algo asombroso, mientras que hay otros que, incluso después de oír hablar de ella, no logran comprenderla en absoluto.

Significado

Como el Gītopaniṣad está basado en gran parte en los principios de los Upaniṣads, no es sorprendente también encontrar este pasaje en el Kaṭha Upaniṣad (1.2.7):

śravaṇayāpi bahubhir yo na labhyaḥ
śṛṇvanto ’pi bahavo yaṁ na vidyuḥ
āścaryo vaktā kuśalo ’sya labdhā
āścaryo ’sya jñātā kuśalānuśiṣṭaḥ

Es sin duda muy asombroso el hecho de que el alma atómica se halle en el cuerpo de un gigantesco animal, en el cuerpo de un gigantesco árbol baniano y también en los microbios, millones y billones de los cuales ocupan tan solo un centímetro de espacio. Hombres con un escaso acopio de conocimiento y hombres que no son austeros no pueden entender las maravillas de la chispa espiritual atómica e individual, pese a que lo explica la más grande de todas las autoridades del conocimiento, quien le impartió lecciones incluso a Brahmā, el primer ser vivo del universo. Debido a una concepción material burda de las cosas, la mayoría de los hombres de esta era no pueden imaginarse cómo una partícula tan pequeña puede al mismo tiempo volverse tan grande y tan pequeña. Así pues, los hombres consideran que el alma propiamente dicha es maravillosa, ya sea por constitución o por descripción. Ilusionada por la energía material, la gente está tan inmersa en cuestiones relacionadas con la complacencia de los sentidos, que tiene muy poco tiempo para entender el asunto de la comprensión del ser, si bien es un hecho que, sin esa comprensión del ser, todas las actividades que se realizan en la lucha por la existencia, terminan al final en el fracaso. Tal vez uno no tenga idea de que debe pensar en el alma y, además, buscarles una solución a los sufrimientos materiales.

Algunas personas que están inclinadas a oír hablar del alma puede que asistan a conferencias con buena compañía, pero a veces, debido a la ignorancia, se desvían y aceptan que la Superalma y el alma atómica son una sola, sin diferencia de magnitud. Es muy difícil encontrar a un hombre que comprenda perfectamente la posición de la Superalma, la del alma atómica, sus funciones respectivas, sus relaciones, y todos los demás detalles, grandes y pequeños. Y es aún más difícil encontrar a un hombre que haya extraído el beneficio pleno del conocimiento del alma, y que sea capaz de describir la posición del alma en los diferentes aspectos. Pero si de una forma u otra, uno es capaz de entender la materia que trata del alma, entonces su vida es un éxito.

El proceso más sencillo para entender la cuestión del ser consiste, no obstante, en aceptar las declaraciones del Bhagavad-gītā —que habló la más grande de todas las autoridades, el Señor Kṛṣṇa—, sin dejarse desviar por otras teorías. Pero también se requiere de una gran cantidad de penitencias y sacrificios, ya sea en esta vida o en las anteriores, antes de que se pueda aceptar a Kṛṣṇa como la Suprema Personalidad de Dios. Sin embargo, a Kṛṣṇa se le puede conocer como tal en virtud de la misericordia sin causa del devoto puro, y de ninguna otra manera.

Texto

dehī nityam avadhyo ’yaṁ
dehe sarvasya bhārata
tasmāt sarvāṇi bhūtāni
na tvaṁ śocitum arhasi

Palabra por palabra

dehī — el propietario del cuerpo material; nityam — eternamente; avadhyaḥ — no puede ser matado; ayam — esta alma; dehe — en el cuerpo; sarvasya — de todo el mundo; bhārata — ¡oh, descendiente de Bharata!; tasmāt — por consiguiente; sarvāṇi — todas; bhūtāni — entidades vivientes (que nacen); na — nunca; tvam — tú; śocitum — lamentarse; arhasti — merece.

Traducción

¡Oh, descendiente de Bharata!, aquel que mora en el cuerpo nunca puede ser matado. Por lo tanto, no tienes que afligirte por ningún ser viviente.

Significado

El Señor concluye ahora el capítulo de instrucciones acerca de la inmutable alma espiritual. Al describir a la inmortal alma de diversas maneras, el Señor Kṛṣṇa establece que el alma es inmortal y que el cuerpo es temporal. Por consiguiente, Arjuna, como kṣatriya que era, no debía abandonar su deber por el temor de que su abuelo y su maestro —Bhīṣma y Droṇa— fueran a morir en la batalla. Sobre la base de la autoridad de Śrī Kṛṣṇa, uno tiene que creer que existe un alma que es diferente del cuerpo material, y no que no hay tal cosa como alma, o que las señales de vida se desarrollan en una determinada etapa de madurez material producto de la interacción de unas sustancias químicas. Que el alma sea inmortal no significa que se fomente la violencia, pero en tiempos de guerra, cuando hay verdadera necesidad de ella, no se la condena. Esa necesidad debe justificarse en función de la sanción del Señor, y no de un modo caprichoso.

Texto

sva-dharmam api cāvekṣya
na vikampitum arhasi
dharmyād dhi yuddhāc chreyo ’nyat
kṣatriyasya na vidyate

Palabra por palabra

sva-dharmam — los principios religiosos de cada cual; api — también; ca — en verdad; avekṣya — considerando; na — nunca; vikampitum — vacilar; arhasi — mereces; darhmyāt — por los principios religiosos; hi — en verdad; yuddhāt — que pelear; śreyaḥ — mejores ocupaciones; anyat — cualquier otro; kṣatriyasya — del kṣatriya; na — no; vidyate — existe.

Traducción

Considerando tu deber específico como kṣatriya, debes saber que no hay mejor ocupación para ti que la de pelear sobre la base de los principios religiosos; así que, no tienes por qué titubear.

Significado

De las cuatro órdenes para la administración social, la segunda orden, la cual tiene a su cargo la buena administración, se llama kṣatriya. Kṣat significa «herir». A aquel que protege de los daños, se le da el nombre de kṣatriya (trāyate significa «proteger»). Los kṣatriyas van al bosque a aprender a matar. El kṣatriya solía internarse en el bosque, desafiar a un tigre frente a frente, y pelear con él haciendo uso de su espada. Una vez que se mataba al tigre, se le ofrecía la orden real de la cremación. Aun hoy en día, los reyes kṣatriyas del Estado de Jaipur siguen este sistema. A los kṣatriyas se les enseña sobre todo a desafiar y matar, porque a veces la violencia religiosa es un factor necesario. Así pues, jamás se espera que los kṣatriyas adopten directamente la orden de sannyāsa, o de renunciación. La no violencia en la política puede que sea una medida diplomática, pero nunca es un factor o principio propio de ella. En los códigos religiosos se afirma:

āhaveṣu mitho ’nyonyaṁ
jighāṁsanto mahī-kṣitaḥ
yuddhamānāḥ paraṁ śaktyā
svargaṁ yānty aparāṅ-mukhāḥ
yajñeṣu paśavo brahman
hanyante satataṁ dvijaiḥ
saṁskṛtāḥ kila mantraiś ca
te ’pi svargam avāpnuvan

«Un rey o kṣatriya es merecedor de ir a los planetas celestiales después de la muerte, por el hecho de pelear en el campo de batalla con otro rey envidioso de él, del mismo modo en que los brāhmaṇas también van a los planetas celestiales, por el hecho de sacrificar animales en el fuego de sacrificio». De modo que, matar en la batalla conforme a los principios religiosos y la matanza de animales en el fuego de sacrificio, no se consideran en absoluto actos de violencia, pues todo el mundo se beneficia en virtud de los principios religiosos involucrados en ello. El animal sacrificado obtiene una vida humana inmediatamente, sin tener que pasar por el proceso evolutivo gradual que lleva de una forma física a otra, y los kṣatriyas que mueren en el campo de batalla van a los planetas celestiales al igual que los brāhmaṇas, que van a ellos como resultado de ofrecer sacrificios.

Hay dos clases de sva-dharmas, o deberes específicos. Mientras uno no esté liberado, tiene que realizar los deberes de su cuerpo en particular conforme a los principios religiosos, a fin de lograr la liberación. Cuando uno se libera, su sva-dharma, o deber específico, se vuelve espiritual, y no se halla en el plano del concepto corporal material. En el plano de la concepción corporal de la vida hay deberes específicos para los brāhmaṇas y kṣatriyas respectivamente, y dichos deberes son ineludibles. El sva-dharma lo decreta el Señor, y ello se explicará en el capítulo cuatro. En el plano corporal, el sva-dharma se denomina varṇāśrama-dharma, o el vehículo que lleva al hombre a la comprensión espiritual. La civilización humana comienza a partir de la etapa del varṇāśrama-dharma, o los deberes específicos en función de las modalidades específicas de la naturaleza del cuerpo que se ha obtenido. El desempeño del deber específico en cualquier terreno de la actividad y siguiendo las órdenes de las autoridades superiores, sirve para elevarlo a uno a un nivel de vida superior.

Texto

yadṛcchayā copapannaṁ
svarga-dvāram apāvṛtam
sukhinaḥ kṣatriyāḥ pārtha
labhante yuddham īdṛśam

Palabra por palabra

yadṛcchayā — por su propia cuenta; ca — también; upapannam — llegado a; svarga — de los planetas celestiales; dvāram — puertas; apāvṛtam — abiertas de par en par; sukhinaḥ — muy feliz; kṣatriyāḥ — los miembros de la orden real; pārtha — ¡oh, hijo de Pṛthā!; labhante — logran; yuddham — guerra; īdṛśam — como esta.

Traducción

¡Oh Pārtha!, dichosos los kṣatriyas a quienes se les presentan semejantes oportunidades de pelea sin buscarlas, abriéndoles las puertas de los planetas celestiales.

Significado

El Señor Kṛṣṇa, en su carácter de supremo maestro del mundo, condena la actitud de Arjuna, quien dijo: «No encuentro bien alguno en esta pelea. Ella será motivo de una permanencia perpetua en el infierno». Esa clase de afirmaciones que Arjuna hizo, se debían únicamente a la ignorancia. Él quería volverse no violento en el desempeño de su deber específico. Para un kṣatriya, estar en el campo de batalla y volverse no violento es filosofía de tontos. En el Parāśara-smṛti, o los códigos religiosos que hizo Parāśara, el gran sabio y padre de Vyāsadeva, se declara:

kṣatriyo hi prajā rakṣan
śastra-pāṇiḥ pradaṇḍayan
nirjitya para-sainyādi
kṣitiṁ dharmeṇa pālayet

«El deber del kṣatriya consiste en proteger a los ciudadanos de toda clase de dificultades, y por esa razón él tiene que emplear la violencia en casos que lo requieran, para mantener la ley y el orden. Por consiguiente, él tiene que conquistar a los soldados de los reyes enemigos, y de esa manera gobernar el mundo con principios religiosos».

Considerando todos los aspectos, Arjuna no tenía razón para abstenerse de pelear. En el caso de que conquistara a sus enemigos, disfrutaría del reino, y, si moría en la batalla, sería elevado a los planetas celestiales, cuyas puertas se hallaban abiertas para él de par en par. En cualquiera de los casos, pelear le resultaría provechoso.

Texto

atha cet tvam imaṁ dharmyaṁ
saṅgrāmaṁ na kariṣyasi
tataḥ sva-dharmaṁ kīrtiṁ ca
hitvā pāpam avāpsyasi

Palabra por palabra

atha — por consiguiente; cet — si; tvam — tú; imam — este; dharmyam — como un deber religioso; saṅgrāmam — peleando; na — no; kariṣyasi — ejecutas; tataḥ — entonces; sva-dharmam — tu deber religioso; kīrtim — reputación; ca — también; hitvā — perdiendo; pāpam — reacción pecaminosa; avāpsyasi — ganarás.

Traducción

Sin embargo, si no cumples con tu deber religioso de pelear, entonces ciertamente que incurrirás en pecado por desatender tus deberes, y, en consecuencia, perderás tu buena reputación como guerrero.

Significado

Arjuna era un guerrero famoso, y esa fama la logró como consecuencia de pelear con muchos semidioses destacados, entre ellos incluso el Señor Śiva. Después de pelear y vencer al Señor Śiva, quien estaba disfrazado de cazador, Arjuna lo complació, y recibió en recompensa un arma denominada pāśupata-astra. Todo el mundo sabía que él era un gran guerrero. Hasta Droṇācārya le dio bendiciones y le otorgó el arma especial mediante la cual podía matar incluso a su maestro. De modo que, a Arjuna lo acreditaban muchísimos certificados militares provenientes de muchas autoridades, entre ellos Indra, el rey del cielo, su padre adoptivo. Pero si él abandonaba la batalla, no solo estaría faltando a su deber específico como kṣatriya, sino que además perdería toda su fama y buen nombre, preparando con ello su camino franco al infierno. En otras palabras, iría al infierno no por pelear, sino por retirarse de la batalla.

Texto

akīrtiṁ cāpi bhūtāni
kathayiṣyanti te ’vyayām
sambhāvitasya cākīrtir
maraṇād atiricyate

Palabra por palabra

akīrtim — infamia; ca — también; api — por sobre todo; bhūtāni — toda la gente; kathayiṣyanti — hablará; te — de ti; avyayām — para siempre; sambhāvitasya — para un hombre respetable; ca — también; akīrtiḥ — mala fama; maraṇāt — que la muerte; atiricyate — se vuelve más que.

Traducción

La gente siempre hablará de tu infamia, y para una persona respetable la deshonra es peor que la muerte.

Significado

El Señor Kṛṣṇa, tanto en su carácter de amigo de Arjuna como de filósofo, da Su juicio final en relación con la renuencia de Arjuna a pelear. El Señor dice: «Arjuna, si abandonas el campo de batalla antes de que esta siquiera comience, la gente te tildará de cobarde. Y si crees que la gente va a hablar mal de ti pero que salvarás tu vida con huir del campo de batalla, entonces Mi consejo es que harías mejor en morir en la lid. Para un hombre respetable como tú, la mala fama es peor que la muerte. Así que no debes huir por temor a perder la vida; es mejor que mueras en la batalla. Eso te salvará de la mala fama de haber abusado de Mi amistad, y te salvará también de perder tu prestigio en la sociedad».

Luego el juicio final del Señor era que Arjuna debía morir en la batalla, antes que retirarse de ella.

Texto

bhayād raṇād uparataṁ
maṁsyante tvāṁ mahā-rathāḥ
yeṣāṁ ca tvaṁ bahu-mato
bhūtvā yāsyasi lāghavam

Palabra por palabra

bhayāt — por el temor; raṇāt — del campo de batalla; uparatam — cesó; maṁsyante — considerarán; tvām — a ti; mahā-rathāḥ — los grandes generales; yeṣām — para quienes; ca — también; tvam — tú; bahu-mataḥ — con gran estima; bhūtvā — habiendo sido; yāsyasi — irás; lāghavam — disminuido en valor.

Traducción

Los grandes generales que han tenido tu nombre y fama en alta estima, pensarán que abandonaste el campo de batalla solo por temor, y, así pues, te considerarán insignificante.

Significado

El Señor Kṛṣṇa continuó dándole su veredicto a Arjuna: «No creas que los grandes generales, tales como Duryodhana, Karṇa y otros contemporáneos, van a pensar que has abandonado el campo de batalla movido por la compasión que te inspiran tu abuelo y tus hermanos. Ellos pensarán que te has ido por temor a perder la vida. Y, en consecuencia, la alta estima que tienen por tu persona se irá al infierno».

Texto

avācya-vādāṁś ca bahūn
vadiṣyanti tavāhitāḥ
nindantas tava sāmarthyaṁ
tato duḥkha-taraṁ nu kim

Palabra por palabra

avācya — ásperas; vādān — palabras elaboradas; ca — también; bahūn — muchas; vadiṣyanti — dirán; tava — tus; ahitāḥ — enemigos; nindantaḥ — mientras difaman; tava — tu; sāmarthyam — habilidad; tathaḥ — que eso; duḥkha-taram — más doloroso; nu — por supuesto; kim — qué hay.

Traducción

Tus enemigos se referirán a ti con muchas palabras ásperas y desdeñarán tu habilidad. ¿Qué podría ser más doloroso para ti?

Significado

El Señor Kṛṣṇa se asombró al principio por el inesperado gesto de compasión de Arjuna, y describió esa compasión como propia de los no arios. Ahora ya ha demostrado de muchas maneras la validez de Sus declaraciones en contra de la supuesta compasión de Arjuna.

Texto

hato vā prāpsyasi svargaṁ
jitvā vā bhokṣyase mahīm
tasmād uttiṣṭha kaunteya
yuddhāya kṛta-niścayaḥ

Palabra por palabra

hataḥ — ser matado; — o bien; prāpsyasi — ganas; svargam — el reino celestial; jitvā — conquistando; — o; bhokṣyase — disfrutas; mahīm — el mundo; tasmāt — por lo tanto; uttiṣṭha — levántate; kaunteya — ¡oh, hijo de Kuntī!; yuddhāya — pelear; kṛta — determinado en; niścayaḥ — certidumbre.

Traducción

¡Oh, hijo de Kuntī!, o bien eres matado en el campo de batalla y vas a los planetas celestiales, o bien triunfas y disfrutas del reino terrenal. Levántate, pues, con determinación, y pelea.

Significado

Pese a que no había ninguna certeza de que el bando de Arjuna lograría la victoria, aun así él tenía que pelear, ya que, incluso si lo mataban allí, podía ser elevado a los planetas celestiales.

Texto

sukha-duḥkhe same kṛtvā
lābhālābhau jayājayau
tato yuddhāya yujyasva
naivaṁ pāpam avāpsyasi

Palabra por palabra

sukha — felicidad; duḥkhe — y aflicción; same — con ecuanimidad; kṛtvā — haciéndolo; lābha-alābhau — tanto la pérdida como la ganancia; jaya-ajayau — tanto la derrota como la victoria; tataḥ — en lo sucesivo; yuddhāya — en pro de la pelea; yujyasva — pelea; na — nunca; evam — de esa manera; pāpam — reacción pecaminosa; avāpsyasi — obtendrás.

Traducción

Pelea por pelear, sin tomar en cuenta la felicidad ni la aflicción, la pérdida ni la ganancia, la victoria ni la derrota, y, por actuar así, nunca incurrirás en pecado.

Significado

Ahora, el Señor Kṛṣṇa dice directamente que Arjuna debe pelear solo por pelear, debido a que Él desea la batalla. En las actividades que se realizan en estado de conciencia de Kṛṣṇa, no se toma en cuenta la felicidad ni la aflicción, la pérdida ni la ganancia, la victoria ni la derrota. Que todo se debe realizar por el bien de Kṛṣṇa constituye el estado de conciencia trascendental; así que no hay ninguna reacción de actividades materiales. Aquel que actúa por su propia complacencia de los sentidos, ya sea en la bondad o en la pasión, está sujeto a la reacción, buena o mala. Pero aquel que se ha entregado por completo a las actividades del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, ya no tiene obligaciones para con nadie ni es deudor de nadie, como sí lo es aquel que sigue el curso ordinario de las actividades. Se dice:

devarṣi-bhūtāpta-nṛṇāṁ pitṝṇāṁ
na kiṅkaro nāyam ṛṇī ca rājan
sarvātmanā yaḥ śaraṇaṁ śaraṇyaṁ
gato mukundaṁ parihṛtya kartam

«Todo aquel que se ha entregado por completo a Kṛṣṇa, Mukunda, abandonando todos los demás deberes, deja de ser un deudor, y ya no tiene obligaciones para con nadie: ni para con los semidioses, ni para con los sabios, ni para con la generalidad de la gente, ni para con los parientes, ni para con la humanidad, ni para con los antepasados» (Bhāg. 11.5.41). Esa es la clave indirecta que Kṛṣṇa le da a Arjuna en este verso. El asunto se explicará con mayor claridad en los versos siguientes.

Texto

eṣā te ’bhihitā sāṅkhye
buddhir yoge tv imāṁ śṛṇu
buddhyā yukto yayā pārtha
karma-bandhaṁ prahāsyasi

Palabra por palabra

eṣā — todo esto; te — a ti; abhihitā — descritos; sāṅkhye — en el estudio analítico; buddhiḥ — inteligencia; yoge — en el trabajo sin resultado fruitivo; tu — pero; imām — esto; śṛṇu — tan solo oye; buddhyā — mediante la inteligencia; yuktaḥ — acoplado; yayā — mediante el cual; pārtha — ¡oh, hijo de Pṛthā!; karma-bandham — cautiverio de la reacción; prahāsyasi — puedes liberarte de.

Traducción

Hasta aquí te he descrito este conocimiento a través del estudio analítico. Ahora escucha la explicación que voy a dar de ello en términos del trabajo que se realiza sin resultados fruitivos. ¡Oh, hijo de Pṛthā!, cuando actúes con esa clase de conocimiento, podrás liberarte del cautiverio de las obras.

Significado

Según las Nirukti, o el diccionario védico, saṅkhyā significa aquello que describe las cosas en detalle, y sāṅkhya se refiere a aquella filosofía que describe la verdadera naturaleza del alma. Y yoga implica controlar los sentidos. La proposición de Arjuna de no pelear se basaba en la complacencia de los sentidos. Olvidando su deber primordial, quería dejar de pelear, porque creía que si no mataba a sus parientes, sería más feliz que si disfrutaba del reino después de conquistar a sus primos y hermanos, los hijos de Dhṛtarāṣṭra. En ambos casos, el principio básico era la complacencia de los sentidos. Tanto la felicidad que se obtendría de conquistar a sus parientes, como la felicidad de verlos vivos, tienen ambas por base la complacencia personal de los sentidos, incluso a costa de la sabiduría y el deber. Por consiguiente, Kṛṣṇa quería explicarle a Arjuna que, al matar el cuerpo de su abuelo, no mataría al alma en sí, y le explicó que todas las personas individuales, entre ellas el mismo Señor, son individuos eternos: fueron individuos en el pasado, son individuos en el presente, y continuarán siendo individuos en el futuro, porque todos nosotros somos almas individuales eternamente. Nosotros tan solo cambiamos nuestros trajes corporales de diferentes maneras, pero de hecho mantenemos nuestra individualidad, incluso después de liberarnos del cautiverio del traje material. El Señor Kṛṣṇa ha expuesto de un modo muy gráfico un estudio analítico del alma y el cuerpo. Y ese conocimiento descriptivo del alma y el cuerpo desde diferentes puntos de vista, se ha descrito aquí con el nombre de sāṅkhya, en términos del diccionario Nirukti. Este sāṅkhya no tiene nada que ver con la filosofía sāṅkhya del ateo Kapila. Mucho antes del sāṅkhya del impostor Kapila, la filosofía sāṅkhya se hallaba expuesta en el Śrīmad-Bhāgavatam por el verdadero Señor Kapila, la encarnación del Señor Kṛṣṇa, el cual se la explicó a Su madre, Devahūti. Él explica claramente que el puruṣa, o el Señor Supremo, es activo, y que Él crea mediante el hecho de lanzarle una mirada a la prakṛti. Esto se acepta en los Vedas y en el Gīta. La descripción de los Vedas indica que el Señor le lanzó una mirada a la prakṛti, la naturaleza, y la fecundó con almas atómicas individuales. Todos esos individuos trabajan en el mundo material en aras de la complacencia de los sentidos, y, bajo el hechizo de la energía material, creen que son disfrutadores. Esta mentalidad se arrastra hasta la última etapa de la liberación, cuando la entidad viviente quiere volverse uno con el Señor. Esa es la última trampa de māyā, o de la ilusión de la complacencia de los sentidos, y solo después de muchísimos nacimientos dedicados a esa clase de actividades de complacencia sensual, una gran alma se entrega a Vāsudeva, el Señor Kṛṣṇa, concluyendo así la búsqueda tras la verdad última.

Al entregarse a Kṛṣṇa, Arjuna ya lo había aceptado como su maestro espiritual: śiṣyas te ’haṁ śādhi māṁ tvāṁ prapannam. En consecuencia, Kṛṣṇa le va a hablar ahora acerca del proceso de trabajar en estado de buddhi-yoga o karma-yoga o, en otras palabras, de la práctica del servicio devocional únicamente para la complacencia de los sentidos del Señor. En el capítulo diez, verso diez, este buddhi-yoga se explica diciendo que es una comunión directa con el Señor, el cual está situado en forma de Paramātmā en el corazón de cada cual. Pero dicha comunión no se lleva a cabo sin el servicio devocional. Por lo tanto, aquel que le está prestando al Señor un amoroso servicio trascendental o devocional, o, en otras palabras, que se halla en estado de conciencia de Kṛṣṇa, alcanza esa etapa de buddhi-yoga en virtud de la gracia especial del Señor. El Señor dice, por ende, que Él solo les confiere el conocimiento puro de la devoción amorosa a aquellos que siempre están dedicados al servicio devocional movidos por el amor trascendental. De esa manera, el devoto puede alcanzar al Señor fácilmente en el siempre bienaventurado Reino de Dios.

Así pues, el buddhi-yoga que se menciona en este verso es el servicio devocional del Señor, y la palabra sāṅkhya que se menciona aquí no tiene nada que ver con el sāṅkhya-yoga ateo enunciado por el impostor Kapila. Luego uno no debe incurrir en el error de creer que el sāṅkhya-yoga que se menciona aquí tiene alguna relación con el sāṅkhya ateo. Ni tampoco tuvo esa filosofía ninguna influencia durante esa época, ni el Señor Kṛṣṇa se hubiera molestado en mencionar semejantes especulaciones filosóficas ateas. La verdadera filosofía sāṅkhya la describe el Señor Kapila en el Śrīmad-Bhāgavatam, pero ni siquiera ese sāṅkhya tiene algo que ver con los temas que estamos discutiendo. Aquí, sāṅkhya significa «descripción analítica del cuerpo y el alma». El Señor Kṛṣṇa hizo una descripción analítica del alma, tan solo para llevar a Arjuna hasta el plano del buddhi-yoga, o bhakti-yoga. Por lo tanto, el sāṅkhya del Señor Kṛṣṇa y el sāṅkhya del Señor Kapila, tal como se describe en el Bhāgavatam, son una misma y única cosa. Ambos son bhakti-yoga. El Señor Kṛṣṇa dijo, pues, que solo la clase de hombres poco inteligentes hacen una distinción entre el sāṅkhya-yoga y el bhakti-yoga (sāṅkhya-yogau pṛthag bālāḥ pravadanti na paṇḍitāḥ).

Claro que, el sāṅkhya-yoga ateo no tiene nada que ver con el bhakti-yoga, y, sin embargo, las personas poco inteligentes sostienen que en el Bhagavad-gītā se hace referencia a él.

Entonces, uno debe entender que buddhi-yoga significa trabajar con conciencia de Kṛṣṇa, en medio de la bienaventuranza y conocimiento plenos del servicio devocional. Aquel que trabaja únicamente en aras de la satisfacción del Señor, por difícil que dicho trabajo sea, trabaja bajo los principios del buddhi-yoga y se encuentra inmerso siempre en la dicha trascendental. Mediante esa ocupación trascendental y por la gracia del Señor, uno adquiere automáticamente plena comprensión trascendental, y, de ese modo, su liberación se completa por sí sola, sin que se tengan que hacer esfuerzos ajenos para adquirir conocimiento. Hay una gran diferencia entre el trabajo con conciencia de Kṛṣṇa y el trabajo que se realiza en busca de los resultados fruitivos, especialmente en lo que respecta a la complacencia de los sentidos para lograr resultados en función de la felicidad familiar o material. Buddhi-yoga es, entonces, la cualidad trascendental del trabajo que realizamos.

Texto

nehābhikrama-nāśo ’sti
pratyavāyo na vidyate
sv-alpam apy asya dharmasya
trāyate mahato bhayāt

Palabra por palabra

no — no hay; iha — en este yoga; abhikrama — en esforzarse; nāśaḥ — pérdida; asti — hay; pratyavāyaḥ — disminución; na — nunca; vidyate — hay; su-alpam — poco; api — aunque; asya — de esto; dharmasya — ocupación; trāyate — libra; mahataḥ — de un gran; bhayāt — peligro.

Traducción

En este esfuerzo no hay pérdida ni disminución alguna, y un pequeño adelanto en esta senda puede protegerlo a uno del peligro más temible de todos.

Significado

La actividad con conciencia de Kṛṣṇa, o el actuar en provecho de Kṛṣṇa sin esperar complacer los sentidos, constituye la máxima cualidad trascendental del trabajo. Ni siquiera un modesto comienzo de dicha actividad encuentra impedimento alguno, ni puede ese modesto comienzo perderse en ninguna etapa. Cualquier obra que se comienza en el plano material tiene que ser completada, pues, de lo contrario, todo el asunto se vuelve un fracaso. Pero, cualquier obra que se comienza en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa tiene un efecto permanente, aunque no se complete. Por lo tanto, el que ejecuta dicho trabajo no pierde nada, ni siquiera si su trabajo dentro del proceso de conciencia de Kṛṣṇa queda incompleto. Un uno por ciento que se haga con conciencia de Kṛṣṇa produce resultados permanentes, de manera tal que el siguiente comienzo es a partir del dos por ciento; mientras que en la actividad material, si no se logra el éxito en un cien por ciento, no se obtienen beneficios. Ajāmila desempeñó sus deberes con cierto porcentaje de conciencia de Kṛṣṇa, pero, por la gracia del Señor, el resultado que disfrutó al final fue del cien por ciento. En el Śrīmad-Bhāgavatam (1.5.17) hay un hermoso verso en relación con esto:

tyaktvā sva-dharmaṁ caraṇāmbujaṁ harer
bhajann apakvo ’tha patet tato yadi
yatra kva vābhadram abhūd amuṣya kiṁ
ko vārtha āpto ’bhajatāṁ sva-dharmataḥ

«Si alguien abandona los deberes propios de su ocupación para trabajar dentro del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, y luego cae por no haber completado su trabajo, ¿qué pierde con ello? Y, ¿qué gana uno si realiza sus actividades materiales perfectamente?». O, como dicen los cristianos, «¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde el alma eterna?».

Las actividades materiales y los resultados de ellas se terminan con el cuerpo. Pero el trabajo que se realiza con conciencia de Kṛṣṇa lleva a la persona de nuevo al proceso de conciencia de Kṛṣṇa, aun después de la pérdida del cuerpo. Así pues, al menos es seguro que en la siguiente vida se tendrá la oportunidad de nacer de nuevo como un ser humano, o bien en la familia de un brāhmaṇa culto y eminente, o en una rica familia aristocrática que le brinde a uno una mayor oportunidad de elevarse. Esa es la cualidad única del trabajo que se hace con conciencia de Kṛṣṇa.

Texto

vyavasāyātmikā buddhir
ekeha kuru-nandana
bahu-śākhā hy anantāś ca
buddhayo ’vyavasāyinām

Palabra por palabra

vyavasāya-ātmikā — resuelto en lo que respecta al proceso de conciencia de Kṛṣṇa; buddhiḥ — inteligencia; ekā — solo una; iha — en este mundo; kuru-nandana — ¡oh, amado hijo de los Kurus!; bahu-śākhāḥ — con diversas ramas; hi — en verdad; anantāḥ — ilimitadas; ca — también; buddhayaḥ — inteligencia; avyavasāyinām — de aquellos que no tienen conciencia de Kṛṣṇa.

Traducción

Aquellos que están en este sendero son muy resueltos, y su objetivo es uno. ¡Oh, amado hijo de los Kurus!, la inteligencia de los irresolutos tiene innumerables ramificaciones.

Significado

Una fe firme en que el proceso de conciencia de Kṛṣṇa lo elevará a uno hasta la máxima perfección de la vida, se denomina inteligencia vyavasāyātmikā. El Caitanya-caritāmṛta (Madhya 22.62) dice:

‘śraddhā’-śabde – viśvāsa kahe sudṛḍha niścaya
kṛṣṇe bhakti kaile sarva-karma kṛta haya

Fe significa confianza inquebrantable en algo sublime. Cuando uno se dedica a los deberes del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, no tiene que actuar en relación con el mundo material, es decir, con obligaciones para con las tradiciones familiares, la humanidad o la nacionalidad. Las actividades fruitivas son las ocupaciones que se obtienen como reacciones de las pasadas acciones malas o buenas. Cuando uno está despierto dentro del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, no tiene que esforzarse ya más por obtener buenos resultados en sus actividades. Cuando uno se halla en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, todas sus actividades están en el plano absoluto, pues ya no están sujetas a dualidades tales como lo bueno y lo malo. La perfección máxima del proceso de conciencia de Kṛṣṇa la constituye la renuncia a la concepción material de la vida. Ese estado se alcanza automáticamente, mediante el cultivo progresivo de conciencia de Kṛṣṇa.

La resolución de una persona con conciencia de Kṛṣṇa se basa en el conocimiento. Vāsudevaḥ sarvam iti sa mahātmā sudurlabhaḥ. Una persona con conciencia de Kṛṣṇa es el alma buena y difícil de conseguir que sabe perfectamente que Vāsudeva, o Kṛṣṇa, es la raíz de todas las causas manifestadas. Así como al regar la raíz de un árbol, automáticamente uno le proporciona agua a las hojas y ramas del mismo, de igual manera, por actuar con conciencia de Kṛṣṇa, uno puede prestarle a todos el máximo servicio, es decir, al ser, a la familia, a la sociedad, al país, a la humanidad, etc. Si Kṛṣṇa se satisface con las acciones de uno, entonces todo el mundo quedará satisfecho.

Sin embargo, dentro del proceso de conciencia de Kṛṣṇa el servicio se practica mejor bajo la hábil guía de un maestro espiritual que sea un representante genuino de Kṛṣṇa, que conozca la naturaleza del alumno, y que pueda guiar a este para que actúe con conciencia de Kṛṣṇa. Así pues, para estar bien versado en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, uno tiene que actuar con firmeza y obedecer al representante de Kṛṣṇa, y uno debe aceptar como la misión de su vida la instrucción que le da el maestro espiritual genuino. Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura, en sus famosas oraciones al maestro espiritual, nos instruye de la siguiente manera:

yasya prasādād bhagavat-prasādo
yasyāprasādān na gatiḥ kuto ’pi
dhyāyan stuvaṁs tasya yaśas tri-sandhyaṁ
vande guroḥ śrī-caraṇāravindam

«Al satisfacer al maestro espiritual, se satisface a la Suprema Personalidad de Dios. Y si no se satisface al maestro espiritual, no hay ninguna posibilidad de ser promovido al plano de conciencia de Kṛṣṇa. Por lo tanto, debo meditar en mi maestro espiritual tres veces al día y orar pidiendo su misericordia, y debo ofrecerle a él mis respetuosas reverencias».

No obstante, todo el proceso depende del conocimiento perfecto del alma más allá de la concepción del cuerpo —no teóricamente, sino prácticamente, cuando ya no hay oportunidad para la complacencia de los sentidos que se manifiesta en las actividades fruitivas—. A aquel cuya mente no está fija de un modo firme, lo distraen diversos tipos de actos fruitivos.

Texto

yām imāṁ puṣpitāṁ vācaṁ
pravadanty avipaścitaḥ
veda-vāda-ratāḥ pārtha
nānyad astīti vādinaḥ
kāmātmānaḥ svarga-parā
janma-karma-phala-pradām
kriyā-viśeṣa-bahulāṁ
bhogaiśvarya-gatiṁ prati

Palabra por palabra

yām imām — todas estas; puṣpitām — floridas; vācam — palabras; pravadanti — dicen; avipaścitaḥ — hombres con un escaso acopio de conocimiento; veda-vāda-ratāḥ — supuestos seguidores de los Vedas; pārtha — ¡oh, hijo de Pṛthā!; na — nunca; anyat — ninguna otra cosa; asti — hay; iti — esto; vādinaḥ — los defensores; kāma-ātmānaḥ — deseosos de complacer los sentidos; svarga-parāḥ — aspirando a alcanzar los planetas celestiales; janma-karma-phala-pradām — culminando en la buena cuna y otras reacciones fruitivas; kriyā-viśeṣa — ceremonias pomposas; bahulām — diversos; bhoga — en el disfrute de los sentidos; aiśvarya — y opulencia; gatim — progreso; prati — hacia.

Traducción

Hombres de escaso conocimiento se apegan mucho a las floridas palabras de los Vedas, que recomiendan diversas actividades fruitivas en aras de la elevación a los planetas celestiales, la consiguiente buena cuna, poder, etc. Como ellos están deseosos de disfrutar de los sentidos y de tener una vida opulenta, dicen que eso es todo lo que hay.

Significado

La mayoría de las personas no son muy inteligentes, y, debido a su ignorancia, están sumamente apegadas a las actividades fruitivas que se recomiendan en las porciones karma-kāṇḍa de los Vedas. Ellas solo quieren proposiciones de complacencia sensual para disfrutar de la vida en el cielo, en donde el vino y las mujeres son asequibles, y la opulencia material es muy común. En los Vedas se recomiendan muchos sacrificios para elevarse a los planetas celestiales, especialmente los sacrificios jyotiṣṭoma. En efecto, se afirma que todo aquel que desee elevarse a los planetas celestiales debe ejecutar esos sacrificios, y hombres con escaso acopio de conocimiento creen que ese es todo el propósito de la sabiduría védica. A esas personas inexpertas les resulta muy difícil situarse en el plano de la acción decidida del proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Así como los necios están apegados a las flores de los árboles venenosos y no conocen el resultado de semejante atracción, así mismo a hombres carentes de iluminación los atrae dicha opulencia celestial y el disfrute sensual que se deriva de ella.

En la sección karma-kāṇḍa de los Vedas se dice: apāma somam amṛtā abhūma y akṣayyaṁ ha vai cāturmāsya-vajinaḥ sukṛtaṁ bhavati. En otras palabras, aquellos que llevan a cabo las penitencias de los cuatro meses son merecedores de tomar las bebidas soma-rasa, volviéndose inmortales y felices para siempre. Incluso en la Tierra hay quienes están muy ansiosos de ingerir soma-rasa, con objeto de volverse fuertes y aptos para disfrutar de los goces de los sentidos. Esa clase de personas no tienen fe alguna en el proceso de liberarse del cautiverio material, y están muy apegadas a las pomposas ceremonias de los sacrificios védicos. Dichas personas son, por lo general, sensuales, y solo quieren los placeres celestiales de la vida. Se sabe que hay jardines denominados Nandana-kānana, en los que hay buenas oportunidades de asociarse con mujeres hermosas y angelicales, y de tener una profusa cantidad de vino soma-rasa. Semejante felicidad corporal es, sin duda, sensual; por consiguiente, existen aquellos que están únicamente apegados a esa felicidad material y temporal, como amos del mundo material.

Texto

bhogaiśvarya-prasaktānāṁ
tayāpahṛta-cetasām
vyavasāyātmikā buddhiḥ
samādhau na vidhīyate

Palabra por palabra

bhoga — al disfrute material; aiśvarya — y la opulencia; prasaktānām — aquellos que están apegados; tayā — mediante esas cosas; apahṛta-cetasām — confundidos mentalmente; vyavasāya-ātmikā — con una determinación firme; buddhiḥ — servicio devocional del Señor; samādhau — en la mente controlada; na — nunca; vidhīyate — ocurre.

Traducción

En la mente de aquellos que están demasiado apegados al goce de los sentidos y a la opulencia material, y que están confundidos por esas cosas, no se presenta la determinación resuelta de prestarle servicio devocional al Señor Supremo.

Significado

Samādhi significa «mente fija». El diccionario védico, las Nirukti, dice samyag ādhīyate ’sminn ātma-tattva-yāthātmyam: «Se llama samādhi al estado que se alcanza cuando la mente se concentra en la comprensión del ser». El samādhi nunca es posible para las personas que están interesadas en el disfrute material de los sentidos y confundidas por esas cosas temporales. Ellos están más o menos condenados por el proceso de la energía material.

Texto

trai-guṇya-viṣayā vedā
nistrai-guṇyo bhavārjuna
nirdvandvo nitya-sattva-stho
niryoga-kṣema ātmavān

Palabra por palabra

trai-guṇya — relativo a las tres modalidades de la naturaleza material; viṣayāḥ — en lo referente a; vedāḥ — Escrituras védicas; nistrai-guṇyaḥ — trascendental a las tres modalidades de la naturaleza material; bhava — sé; arjuna — ¡oh, Arjuna!; nirdvandvaḥ — sin dualidad; nitya-sattva-sthaḥ — en un estado puro de existencia espiritual; niryoga-kṣemaḥ — libre de ideas de ganancia y protección; ātma-vān — establecido en el Ser.

Traducción

Los Vedas tratan principalmente de las tres modalidades de la naturaleza material. ¡Oh, Arjuna!, vuélvete trascendental a todas ellas. Libérate de todas las dualidades y de todas las ansiedades que proceden del anhelo de ganancia y seguridad, y establécete en el Ser.

Significado

Todas las actividades materiales entrañan acciones y reacciones influenciadas por las tres modalidades de la naturaleza material. Dichas actividades tienen por objeto la obtención de resultados fruitivos, que son la causa del cautiverio en el mundo material. Los Vedas se ocupan principalmente de las actividades fruitivas, a fin de elevar al público, de modo paulatino, desde el campo de la complacencia de los sentidos hasta una posición en el plano trascendental. A Arjuna, en su carácter de alumno y amigo del Señor Kṛṣṇa, se le aconseja que se eleve a la posición trascendental de la filosofía Vedānta, en la que al comienzo hay brahma-jijñāsā, o preguntas acerca de la Trascendencia Suprema. Todas las entidades vivientes que se encuentran en el mundo material, están luchando muy arduamente por la existencia. Después de la creación del mundo material, el Señor dio la sabiduría védica para ellas, aconsejando cómo vivir y deshacerse del enredo material. Cuando las actividades para el goce de los sentidos se terminan —en otras palabras, cuando se termina el capítulo karma-kāṇḍa—, entonces, en la forma de los Upaniṣads, se ofrece la oportunidad de lograr la comprensión espiritual, siendo los Upaniṣads parte de diferentes Vedas, de la misma manera en que el Bhagavad-gītā es una parte del quinto Veda, es decir, el Mahābhārata. Los Upaniṣads marcan el comienzo de la vida trascendental.

Mientras exista el cuerpo material, habrá acciones y reacciones producto de las modalidades materiales. Uno tiene que aprender a ser tolerante frente a dualidades tales como la felicidad y la aflicción, el frío y el calor; y mediante el hecho de tolerar dichas dualidades, uno debe liberarse de las angustias que se derivan de la pérdida y la ganancia. Esa posición trascendental se alcanza en el estado de plena conciencia de Kṛṣṇa, cuando uno depende por completo de la buena voluntad de Kṛṣṇa.

Texto

yāvān artha uda-pāne
sarvataḥ samplutodake
tāvān sarveṣu vedeṣu
brāhmaṇasya vijānataḥ

Palabra por palabra

yāvān — todo eso; arthaḥ — tiene por objeto; uda-pāne — en un pozo de agua; sarvataḥ — en todos los aspectos; sampluta-udake — en un gran depósito de agua; tāvān — de modo similar; sarveṣu — en todas; vedeṣu — Escrituras védicas; brāhmaṇasya — del hombre que conoce el Brahman Supremo; vijānataḥ — que tiene pleno conocimiento.

Traducción

Todos los propósitos que cumple un pequeño pozo, puede cumplirlos de inmediato un gran depósito de agua. De igual modo, todos los propósitos de los Vedas pueden ser cumplidos por aquel que conoce el propósito que hay detrás de ellos.

Significado

Los rituales y sacrificios que se mencionan en la división karma-kāṇḍa de la literatura védica, tienen por objeto fomentar el desarrollo gradual de la autorrealización. Y la finalidad de la autorrealización se expresa claramente en el capítulo quince del Bhagavad-gītā (15.15): el propósito del estudio de los Vedas es el de conocer al Señor Kṛṣṇa, la causa primordial de todo. Así pues, autorrealización significa comprender a Kṛṣṇa y la relación eterna que uno tiene con Él. La relación que las entidades vivientes tienen con Kṛṣṇa, también se menciona en el capítulo quince del Bhagavad-gītā (15.7). Las entidades vivientes son partes integrales de Kṛṣṇa; por lo tanto, que la entidad viviente individual reviva su conciencia de Kṛṣṇa, constituye la máxima etapa de la perfección del conocimiento védico. Eso se confirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (3.33.7) de la siguiente manera:

aho bata śva-paco ’to garīyān
yaj-jihvāgre vartate nāma tubhyam
tepus tapas te juhuvuḥ sasnur āryā
brahmānūcur nāma gṛṇanti ye te

«¡Oh, mi Señor!, la persona que canta Tu santo nombre, aunque haya nacido en una familia baja, tal como la de un caṇḍāla [persona que come perros], se encuentra en el plano máximo de la autorrealización. Una persona tal debe de haber realizado toda clase de penitencias y sacrificios conforme a los rituales védicos, y debe de haber estudiado las Escrituras védicas muchísimas veces, después de bañarse en todos los lugares sagrados de peregrinaje. Se considera que una persona como esa es el mejor miembro de la familia aria».

Así que, uno debe ser lo suficientemente inteligente como para entender la finalidad de los Vedas, sin estar apegado únicamente a los rituales, y no debe desear ser elevado a los reinos celestiales en busca de una complacencia sensual de mejor calidad. No es posible que el hombre común de esta época siga todas las reglas y regulaciones de los rituales védicos, ni tampoco es posible estudiar a fondo el Vedānta y los Upaniṣads. Ejecutar las órdenes de los Vedas requiere de mucho tiempo, energía, conocimiento y recursos. Ello a duras penas es posible en esta era. La mejor finalidad de la cultura védica se cumple, no obstante, mediante el canto del santo nombre del Señor, tal como lo recomienda el Señor Caitanya, el redentor de todas las almas caídas. Cuando Prakāśānanda Sarasvatī, un gran erudito védico, le preguntó al Señor Caitanya que por qué estaba cantando el santo nombre del Señor como un sentimental en vez de estudiar la filosofía vedānta, el Señor le respondió que Su maestro espiritual había concluido que Él era un gran tonto, y que por ello le había pedido que cantara el santo nombre del Señor Kṛṣṇa. Él lo hizo, y eso lo puso en un estado de éxtasis tal, que parecía haberse vuelto loco. En esta era de Kali, la mayor parte de la población es tonta y no está debidamente educada para entender la filosofía vedānta; la mejor finalidad de la filosofía vedānta se cumple al cantar sin ofensas el santo nombre del Señor. El Vedānta es la última palabra en sabiduría védica, y el Señor Kṛṣṇa es el autor y el conocedor de la filosofía vedānta; y el vedantista más elevado de todos es la gran alma que encuentra placer en cantar el santo nombre del Señor. Ese es el fin último de todo el misticismo védico.

Texto

karmaṇy evādhikāras te
mā phaleṣu kadācana
mā karma-phala-hetur bhūr
mā te saṅgo ’stv akarmaṇi

Palabra por palabra

karmaṇi — en los deberes prescritos; eva — indudablemente; adhikāraḥ — derecho; te — de ti; — nunca; phaleṣu — en los frutos; kadācana — en ningún momento; — nunca; karma-phala — en el resultado del trabajo; hetuḥ — causa; bhūḥ — volverse; — nunca; te — de ti; saṅgaḥ — apego; astu — debería haber; akarmaṇi — al no hacer los deberes prescritos.

Traducción

Tú tienes derecho a desempeñar tu deber prescrito, mas no a los frutos de la acción. Nunca consideres que eres la causa de los resultados de tus actividades, y jamás te apegues a no cumplir con tu deber.

Significado

Aquí se consideran tres cosas: los deberes prescritos, el trabajo caprichoso y la inacción. Los deberes prescritos son actividades que se estipulan en función de las modalidades de la naturaleza material que uno ha adquirido; el trabajo caprichoso significa acciones que no están sancionadas por la autoridad; e inacción significa no realizar los deberes que uno tenga prescritos. El Señor le aconseja a Arjuna que no se vuelva inactivo, sino que, más bien, cumpla con su deber prescrito sin estar apegado al resultado de él. Aquel que está apegado al resultado de su trabajo es también la causa de la acción, y, por ende, disfruta o sufre del resultado de dichas acciones.

En lo que se refiere a los deberes prescritos, estos pueden agruparse en tres subdivisiones, a saber: el trabajo rutinario, el trabajo de emergencia y las actividades deseadas. El trabajo rutinario que se ejecuta como una obligación en función de los mandamientos de las Escrituras y sin desear los resultados, es acción en el plano de la modalidad de la bondad. El trabajo con resultados conduce al cautiverio; por consiguiente, esa clase de trabajo no es propicio. Cada cual tiene su derecho específico en relación con los deberes prescritos, pero debe actuar sin apego al resultado. Esa clase de deberes obligatorios desinteresados lo llevan a uno, indudablemente, al sendero de la liberación.

Por lo tanto, el Señor le aconsejó a Arjuna que peleara como una cuestión de deber, sin apego al resultado. Su no participación en la batalla sería otro aspecto del apego. Semejante apego jamás lo lleva a uno al sendero de la salvación. Cualquier apego, bien sea positivo o negativo, conduce al cautiverio. La inacción es pecaminosa. En consecuencia, pelear como una cuestión de deber era para Arjuna el único camino propicio hacia la salvación.

Texto

yoga-sthaḥ kuru karmāṇi
saṅgaṁ tyaktvā dhanañ-jaya
siddhy-asiddhyoḥ samo bhūtvā
samatvaṁ yoga ucyate

Palabra por palabra

yoga-sthaḥ — equilibrado; kuru — desempeña; karmāṇi — tus deberes; saṅgam — apego; tyaktvā — abandonando; dhanañjaya — ¡oh, Arjuna!; siddhi-asiddhyoḥ — en el éxito y en el fracaso; samaḥ — equilibrado; bhūtvā — volviéndose; samatvam — ecuanimidad; yogaḥyoga; ucyate — se denomina.

Traducción

Desempeña tu deber de un modo equilibrado, ¡oh, Arjuna!, abandonando todo apego al éxito o al fracaso. Esa clase de ecuanimidad se denomina yoga.

Significado

Kṛṣṇa le dice a Arjuna que debe actuar en el plano del yoga, y ¿qué es ese yoga? Yoga significa concentrar la mente en el Supremo mediante el control de los sentidos, los cuales siempre están perturbando. Y, ¿quién es el Supremo? El Supremo es el Señor. Y como Él mismo le está diciendo a Arjuna que pelee, Arjuna no tiene nada que ver con los resultados de la pelea. La ganancia o la victoria son asunto de Kṛṣṇa; a Arjuna simplemente se le aconseja que actúe según los dictados de Kṛṣṇa. Seguir los dictados de Kṛṣṇa es verdadero yoga, y eso se practica en el proceso denominado conciencia de Kṛṣṇa. Únicamente mediante el proceso de conciencia de Kṛṣṇa puede uno renunciar al sentido de propiedad. Uno tiene que convertirse en el sirviente de Kṛṣṇa, o en el sirviente del sirviente de Kṛṣṇa. Esa es la manera correcta de desempeñar el deber con conciencia de Kṛṣṇa, que es lo único que puede ayudarlo a uno a actuar en el plano del yoga.

Arjuna es un kṣatriya, y, como tal, forma parte de la institución varṇāśrama-dharma. En el Viṣṇu Purāṇa se dice que toda la meta del varṇāśrama-dharma es satisfacer a Viṣṇu. Nadie debe satisfacerse a sí mismo, como es la regla en el mundo material, sino que uno debe satisfacer a Kṛṣṇa. Así que, a menos que uno satisfaga a Kṛṣṇa, no puede observar debidamente los principios del varṇāśrama-dharma. Indirectamente, a Arjuna se le aconsejó que actuara tal como Kṛṣṇa le había indicado.

Texto

dūreṇa hy avaraṁ karma
buddhi-yogād dhanañ-jaya
buddhau śaranam anviccha
kṛpaṇāḥ phala-hetavaḥ

Palabra por palabra

dūreṇa — arrojándolo a gran distancia; hi — indudablemente; avaram — abominable; karma — actividad; buddhi-yogāt — a fuerza de conciencia de Kṛṣṇa; dhanañjaya — ¡oh, conquistador de riquezas!; buddhau — con semejante conciencia; śaraṇam — entrega total; anviccha — se esfuerzan por; kṛpaṇāḥ — los avaros; phala-hetavaḥ — aquellos que desean resultados fruitivos.

Traducción

¡Oh, Dhanañjaya!, mediante el servicio devocional, mantén muy lejos todas las actividades abominables, y en ese estado de conciencia entrégate al Señor. Aquellos que quieren disfrutar de los frutos de su trabajo, son avaros.

Significado

Aquel que de hecho ha llegado a entender su posición constitucional de servidor eterno del Señor, abandona todas las ocupaciones, con excepción del trabajo en estado de conciencia de Kṛṣṇa. Como ya se explicó, buddhi-yoga significa el trascendental servicio amoroso que se le presta al Señor. Esa clase de servicio devocional constituye la forma correcta en que debe actuar la entidad viviente. Únicamente los avaros desean gozar del fruto de su propio trabajo, solo para enredarse más en el cautiverio material. Con la excepción del trabajo en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, todas las actividades son abominables, porque atan continuamente al ejecutor al ciclo del nacimiento y la muerte. Por lo tanto, uno jamás debe desear ser la causa del trabajo. Todo debe hacerse con conciencia de Kṛṣṇa, para la satisfacción de Kṛṣṇa. Los avaros no saben cómo utilizar los bienes y riquezas que adquieren por buena fortuna o por ardua labor. Uno debe emplear todas las energías en trabajar con conciencia de Kṛṣṇa, y eso va a hacer que la vida de uno sea un éxito. Al igual que los avaros, las personas desafortunadas no emplean en el servicio del Señor su energía humana.

Texto

buddhi-yukto jahātīha
ubhe sukṛta-duṣkṛte
tasmād yogāya yujyasva
yogaḥ karmasu kauśalam

Palabra por palabra

buddhi-yuktaḥ — aquel que está dedicado al servicio devocional; jahāti — puede librarse de; iha — en esta vida; ubhe — ambos; sukṛta-duṣkṛte — los resultados buenos y malos; tasmāt — por consiguiente; yogāya — por el servicio devocional; yujyasva — ocúpate así; yogaḥ — conciencia de Kṛṣṇa; karmasu — en todas las actividades; kauśalam — arte.

Traducción

Incluso en esta vida, el hombre que está dedicado al servicio devocional se libra tanto de las reacciones buenas como de las malas. Por consiguiente, esfuérzate por el yoga, que es el arte de todo trabajo.

Significado

Desde tiempo inmemorial, cada entidad viviente ha acumulado las diversas reacciones de su trabajo bueno y de su trabajo malo. Debido a ello, la entidad viviente siempre se mantiene ignorante de su verdadera posición constitucional. La ignorancia se puede disipar con la instrucción del Bhagavad-gītā, que le enseña a uno a entregarse al Señor Śrī Kṛṣṇa en todos los aspectos, y a dejar de ser una víctima de la cadena de acción y reacción, nacimiento tras nacimiento. Así pues, a Arjuna se le aconseja que actúe con conciencia de Kṛṣṇa, el proceso purificador de la acción resultante.

Texto

karma-jaṁ buddhi-yuktā hi
phalaṁ tyaktvā manīṣiṇaḥ
janma-bandha-vinirmuktāḥ
padaṁ gacchanty anāmayam

Palabra por palabra

karma-jam — debido a las actividades fruitivas; buddhi-yuktāḥ — estando dedicados al servicio devocional; hi — indudablemente; phalam — resultados; tyaktvā — abandonando; manīṣiṇaḥ — grandes sabios o devotos; janma-bandha — del cautiverio del nacimiento y la muerte; vinirmuktāḥ — liberados; padam — posición; gacchanti — ellos alcanzan; anāmayam — sin sufrimientos.

Traducción

Por dedicarse de ese modo a prestarle servicio devocional al Señor, grandes sabios o devotos se liberan de los resultados del trabajo en el mundo material. De esa manera, quedan libres del ciclo del nacimiento y la muerte, y alcanzan el estado que se encuentra más allá de todos los sufrimientos [al ir de vuelta a Dios].

Significado

Las entidades vivientes liberadas pertenecen a ese lugar en el que no hay sufrimientos materiales. El Bhāgavatam (10.14.58) dice:

samāṣritā ye pada-pallava-plavaṁ
mahat-padaṁ puṇya-yaśo murāreḥ
bhavāmbudhir vatsa-padaṁ paraṁ padaṁ
padaṁ padaṁ yad vipadāṁ na teṣām

«Para aquel que ha aceptado el bote de los pies de loto del Señor —quien es el refugio de la manifestación cósmica, y quien es famoso como Mukunda, o el que otorga mukti—, el océano del mundo material es como el agua contenida en la huella de un ternero. Dicha persona tiene por meta paraṁ padam, o Vaikuṇṭha, el lugar en el que no hay sufrimientos materiales, y no el lugar en el que la vida tiene peligros a cada paso».

Debido a la ignorancia, uno no sabe que este mundo material es un lugar desolador en el que hay peligros a cada paso. Solo por ignorancia, personas poco inteligentes tratan de acomodarse a la situación por medio de las actividades fruitivas, creyendo que las acciones resultantes los harán felices. Ellos no saben que ninguna clase de cuerpo material, de ninguna parte del universo, puede proporcionar una vida sin sufrimientos. Los sufrimientos de la vida, es decir, el nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades, se hallan presentes en todas partes del mundo material. Pero aquel que entiende su verdadera posición constitucional —que es la de ser el servidor eterno del Señor—, y conoce, por ende, la posición de la Personalidad de Dios, se dedica al trascendental servicio amoroso del Señor. En consecuencia, se vuelve apto para entrar en los planetas Vaikuṇṭha, en los que, ni hay una vida material desoladora, ni existe la influencia del tiempo y la muerte. Conocer la posición constitucional de uno significa conocer también la posición sublime del Señor. Aquel que comete el error de creer que la posición de la entidad viviente y la del Señor se hallan en el mismo nivel, ha de saberse que está viviendo a oscuras, y, por lo tanto, es incapaz de dedicarse al servicio devocional del Señor. Él mismo se convierte en señor, y prepara así el camino hacia la repetición del nacimiento y la muerte. Pero aquel que, entendiendo que su posición es la de servir, pasa a ocuparse del servicio del Señor, se vuelve de inmediato merecedor de ir a Vaikuṇṭhaloka. El servicio por la causa del Señor se denomina karma-yoga o buddhi-yoga o, en palabras más sencillas, servicio devocional al Señor.

Texto

yadā te moha-kalilaṁ
buddhir vyatitariṣyati
tadā gantāsi nirvedaṁ
śrotavyasya śrutasya ca

Palabra por palabra

yadā — cuando; te — tu; moha — de la ilusión; kalilam — espeso bosque; buddhiḥ — servicio trascendental con inteligencia; vyatitariṣyati — supera; tadā — en ese momento; gantā asi — te irás; nirvedam — indiferencia para con; śrotavyasya — hacia todo lo que habrá de oírse; śrutasya — todo lo que ya se oyó; ca — también.

Traducción

Cuando tu inteligencia haya salido del espeso bosque de la ilusión, te volverás indiferente a todo lo que se ha oído y a todo lo que habrá de oírse.

Significado

En las vidas de los grandes devotos del Señor, existen muchos buenos ejemplos de personas que se volvieron indiferentes a los rituales de los Vedas por el simple hecho de prestarle servicio devocional al Señor. Cuando una persona verdaderamente entiende a Kṛṣṇa y la relación que tiene con Kṛṣṇa de un modo natural se vuelve totalmente indiferente a los rituales de las actividades fruitivas, aunque se trate de un brāhmaṇa experimentado. Śrī Mādhavendra Purī, un gran devoto y ācārya de la línea de los devotos dice:

sandhyā-vandana bhadram astu bhavato bhoḥ snāna tubhyaṁ namo
bho devāḥ pitaraś ca tarpaṇa-vidhau nāhaṁ kṣamaḥ kṣamyatām
yatra kvāpi niṣadya yādava-kulottaṁsasya kaṁsa-dviṣaḥ
smāraṁ smāram aghaṁ harāmi tad alaṁ manye kim anyena me

«¡Oh, mis oraciones tres veces al día!, ¡todas las glorias a ustedes! ¡Oh, mi baño ritual!, ¡te ofrezco mis reverencias! ¡Oh, semidioses!, ¡oh, antepasados! Por favor, excúsenme por mi incapacidad para ofrecerles mis respetos. Ahora, dondequiera que me siento, puedo recordar al gran descendiente de la dinastía Yadu [Kṛṣṇa], el enemigo de Kaṁsa, y con ello puedo liberarme de todo cautiverio pecaminoso. Creo que eso es suficiente para mí».

Los ritos y rituales védicos son imprescindibles para los neófitos. Abarcan toda clase de oraciones tres veces al día, darse un baño temprano por la mañana, ofrecerles respetos a los antepasados, etc. Pero cuando uno se halla plenamente en estado de conciencia de Kṛṣṇa y dedicado al amoroso servicio trascendental de Él, se vuelve indiferente a todos esos principios regulativos, porque ya ha logrado la perfección. Si uno ha llegado al plano del entendimiento en virtud del servicio al Supremo Señor Kṛṣṇa, deja de tener que ejecutar los diferentes tipos de penitencias y sacrificios que se recomiendan en las Escrituras reveladas. Y en cambio, si uno no ha entendido que la finalidad de los Vedas es la de llegar a Kṛṣṇa y simplemente se dedica a los rituales, etc., entonces está desperdiciando su tiempo inútilmente en esas ocupaciones. Las personas con conciencia de Kṛṣṇa trascienden el límite del śabda-brahma, o el ámbito de los Vedas y los Upaniṣads.

Texto

śruti-vipratipannā te
yadā sthāsyati niścalā
samādhāv acalā buddhis
tadā yogam avāpsyasi

Palabra por palabra

śruti — de la revelación védica; vipratipannā — sin ser influenciado por los resultados fruitivos; te — tu; yadā — cuando; sthāsyati — permanecen; niścalā — inmóvil; samādhau — con conciencia trascendental o conciencia de Kṛṣṇa; acalā — resuelta; buddhiḥ — inteligencia; tadā — en ese momento; yogam — autorrealización; avāpsyasi — lograrás.

Traducción

Cuando tu mente ya no se perturbe con el florido lenguaje de los Vedas, y cuando permanezca fija en el trance de la autorrealización, habrás llegado entonces a la conciencia divina.

Significado

Decir que uno se halla en estado de samādhi, es decir, que uno ha llegado al estado de plena conciencia de Kṛṣṇa; en otras palabras, aquel que se halla en el estado de pleno samādhi, ha llegado a comprender por entero a Brahman, Paramātmā y Bhagavān. La máxima perfección de la autorrealización consiste en entender que uno es eternamente el servidor de Kṛṣṇa y que la única ocupación de uno es la de desempeñar sus deberes con conciencia de Kṛṣṇa. Una persona consciente de Kṛṣṇa, o un devoto tenaz del Señor, no debe dejarse perturbar por el lenguaje florido de los Vedas, ni debe dedicarse a las actividades fruitivas para ser promovido al reino celestial. En el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, uno se pone en contacto directo con Kṛṣṇa, y, por ende, en ese estado trascendental se pueden entender todas las indicaciones de Kṛṣṇa. Mediante esa clase de actividades, es seguro que uno logrará los resultados y adquirirá conocimiento concluyente. Uno solo tiene que cumplir las órdenes de Kṛṣṇa o de su representante, el maestro espiritual.

Texto

arjuna uvāca
sthita-prajñasya kā bhāṣā
samādhi-sthasya keśava
sthita-dhīḥ kiṁ prabhāṣeta
kim āsīta vrajeta kim

Palabra por palabra

arjunaḥ uvāca — Arjuna dijo; sthita-prajñasya — de aquel que se halla en un estado de conciencia de Kṛṣṇa firme; — qué; bhāṣā — lenguaje; samādhi-sthasya — de aquel que está en trance; keśava — ¡oh, Kṛṣṇa!; sthita-dhīḥ — alguien que está fijo en el estado de conciencia de Kṛṣṇa; kim — qué; prabhāṣeta — habla; kim — cómo; āsīta — queda quieto; vrajeta — camina; kim — cómo.

Traducción

Arjuna dijo: ¡Oh, Kṛṣṇa!, ¿cuáles son las señas de aquel cuya conciencia está absorta así en la trascendencia? ¿Cómo habla y qué lenguaje usa? ¿Cómo se sienta y cómo camina?

Significado

Así como todos y cada uno de los hombres tiene sus características propias en función de su situación en particular, así mismo aquel que está consciente de Kṛṣṇa tiene su naturaleza específica, y su manera de hablar, de caminar, de pensar, de sentir, etc. Así como un hombre rico presenta señales mediante las cuales es conocido como tal, así como un hombre enfermo muestra síntomas de ello, y así como un hombre culto tiene cualidades que lo caracterizan, de la misma manera un hombre en el estado trascendental de conciencia de Kṛṣṇa manifiesta cualidades específicas en su comportamiento. Uno puede conocer esas cualidades específicas a través del Bhagavad-gītā. Lo más importante de todo es la manera en que el hombre consciente de Kṛṣṇa habla, pues la palabra es la cualidad más importante del hombre. Se dice que a un tonto no se lo descubre hasta que habla, y ciertamente que a un tonto bien vestido no se lo puede identificar a menos que hable; pero, en cuanto lo hace, de inmediato se pone en evidencia. La característica inmediata de un hombre consciente de Kṛṣṇa es que habla únicamente de Kṛṣṇa y de cosas relacionadas con Él. Otras características siguen automáticamente, como se explica a continuación.

Texto

śrī-bhagavān uvāca
prajahāti yadā kāmān
sarvān pārtha mano-gatān
ātmany evātmanā tuṣṭaḥ
sthita-prajñas tadocyate

Palabra por palabra

śrī-bhagavān uvāca — la Suprema Personalidad de Dios dijo; prajahāti — abandona; yadā — cuando; kāmān — deseos de complacer los sentidos; sarvān — de todas las variedades; pārtha — ¡oh, hijo de Pṛthā!; manaḥ-gatān — de la invención mental; ātmani — en el estado puro del alma; eva — indudablemente; ātmanā — mediante la mente purificada; tuṣṭaḥ — satisfecho; sthita-prajña — situado en un estado trascendental; tadā — en ese momento; ucyate — se dice.

Traducción

La Suprema Personalidad de Dios dijo: ¡Oh, Pārtha!, se dice que un hombre se halla en estado de conciencia trascendental pura, cuando abandona todas las variedades de deseos de complacer los sentidos, deseos que surgen de la invención mental, y cuando su mente, purificada de ese modo, encuentra satisfacción únicamente en el ser.

Significado

El Bhāgavatam afirma que cualquier persona que se halle en estado de plena conciencia de Kṛṣṇa, o plenamente dedicada al servicio devocional del Señor, tiene todas las buenas cualidades de los grandes sabios, mientras que una persona que no está en una posición trascendental semejante no tiene ninguna buena cualidad, porque es seguro que se está refugiando en sus propias invenciones mentales. Aquí se dice, pues, con propiedad, que uno tiene que abandonar todas las clases de deseos sensuales manufacturados por la invención mental. Dichos deseos sensuales no se pueden evitar de un modo artificial. Pero si uno está dedicado al proceso de conciencia de Kṛṣṇa, entonces los deseos de los sentidos se apaciguan automáticamente, sin necesidad de esfuerzos adicionales. Por consiguiente, uno tiene que dedicarse al cultivo de conciencia de Kṛṣṇa sin vacilación, pues ese servicio devocional lo ayudará al instante a elevarse al plano de conciencia trascendental. El alma sumamente evolucionada siempre permanece satisfecha en sí misma, por el hecho de reconocerse como el servidor eterno del Señor Supremo. Una persona que esté en una posición tan trascendental como esa, no tiene deseos sensuales que se deriven del materialismo mezquino, sino que, más bien, siempre permanece feliz en su posición natural de servir eternamente al Señor Supremo.

Texto

duḥkheṣv anudvigna-manāḥ
sukheṣu vigata-spṛhaḥ
vīta-rāga-bhaya-krodhaḥ
sthita-dhīr munir ucyate

Palabra por palabra

duḥkheṣu — en las tres clases de sufrimientos; anudvigna-manāḥ — sin agitarse mentalmente; sukheṣu — en la felicidad; vigata-spṛhaḥ — sin estar interesado; vīta — libre de; rāga — apego; bhaya — temor; krodhaḥ — e ira; sthita-dhīḥ — cuya mente es estable; muniḥ — un sabio; ucyate — recibe el nombre.

Traducción

Aquel cuya mente no se perturba ni siquiera en medio de las tres clases de sufrimientos, ni se alboroza en los momentos de felicidad, y que está libre de apego, temor e ira, se dice que es un sabio de mente estable.

Significado

La palabra muni significa «aquel que se puede agitar la mente de diversas maneras en aras de la especulación mental, sin llegar a una conclusión concreta». Se dice que cada muni tiene un punto de vista diferente, y, a menos que un muni difiera de los demás munis, no puede ser llamado muni en el sentido estricto de la palabra. Nāsāv ṛṣir yasya mataṁ na bhinnam (Mahābhārata Vana-parva 313.117). Pero un sthita-dhīr muni, como lo menciona aquí el Señor, es diferente de un muni ordinario. El sthita-dhīr muni siempre se halla en estado de conciencia de Kṛṣṇa, pues ha agotado todas sus posibilidades de especulación creativa. Él recibe el nombre de praśanta-niḥśesa-mano-rathāntara (Stotra-ratna 43), o aquel que ha superado la etapa de las especulaciones mentales y que ha llegado a la conclusión de que el Señor Śrī Kṛṣṇa, o Vāsudeva, lo es todo, (vāsudevaḥ sarvam iti sa mahātmā su-durlabaḥ). A él se lo conoce como un muni de mente fija. A una persona tan plenamente consciente de Kṛṣṇa no la perturban en absoluto las embestidas de las tres clases de sufrimientos, pues considera que todos los sufrimientos constituyen la misericordia del Señor, creyéndose únicamente merecedor de más problemas, debido a sus fechorías pasadas. Y él ve que, por la gracia del Señor, sus sufrimientos se reducen al mínimo. De modo similar, cuando él está feliz, le atribuye el mérito de ello al Señor, considerándose indigno de la felicidad. Él se da cuenta de que solo por la gracia del Señor se encuentra en una condición así de cómoda, y con la posibilidad de prestarle al Señor un mejor servicio. Y, en relación con el servicio del Señor, siempre es osado y activo, y no se deja influenciar por el apego o la aversión. Apego significa aceptar cosas para la complacencia de los sentidos, y desapego es la ausencia de esa clase de apego sensual. Pero aquel que está fijo en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, no tiene ni apego ni desapego, porque su vida está dedicada al servicio del Señor. Como consecuencia de ello, él no se enfurece en absoluto cuando sus esfuerzos fracasan. Éxito o fracaso, la persona consciente de Kṛṣṇa siempre es estable en su determinación.

Texto

yaḥ sarvatrānabhisnehas
tat tat prāpya śubhāśubham
nābhinandati na dveṣṭi
tasya prajñā pratiṣṭhitā

Palabra por palabra

yaḥ — aquel que; sarvatra — en todas partes; anabhisnehaḥ — sin afecto; tat — eso; tat — eso; prāpya — logrando; śubha — bien; aśubham — mal; na — nunca; abhinandati — elogia; na — nunca; dveṣṭi — envidia; tasya — su; prajñā — conocimiento perfecto; pratiṣṭhitā — fijo.

Traducción

En el mundo material, aquel a quien no lo afecta ningún bien o mal que pueda obtener, y que ni lo alaba ni lo desprecia, tiene firmemente en su posesión el conocimiento perfecto.

Significado

En el mundo material siempre hay alteraciones que pueden ser buenas o malas. Aquel a quien no lo agitan esas alteraciones materiales, a quien no lo afectan el bien y el mal, ha de saberse que se halla fijo en el estado de conciencia de Kṛṣṇa. Mientras uno esté en el mundo material, siempre habrá la posibilidad de bien y mal, porque este mundo está lleno de dualidades. Pero el bien y el mal no afectan a aquel que está fijo en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, porque a él solo le interesa Kṛṣṇa, quien es todo lo bueno en sentido absoluto. Esa conciencia centrada en Kṛṣṇa lo sitúa a uno en una posición trascendental perfecta, denominada técnicamente samādhi.

Texto

yadā saṁharate cāyaṁ
kūrmo ’ṅgānīva sarvaśaḥ
indriyāṇīndriyārthebhyas
tasya prajñā pratiṣṭhitā

Palabra por palabra

yadā — cuando; saṁharate — retira; ca — también; ayam — él; kūrmaḥ — tortuga; aṅgāni — extremidades; iva — como; sarvaśaḥ — por completo; indriyāṇi — sentidos; indriya-arthebhyaḥ — de los objetos de los sentidos; tasya — su; prajñā — conciencia; pratiṣṭhitā — fija.

Traducción

Aquel que es capaz de apartar los sentidos de los objetos de los sentidos, tal como la tortuga guarda las extremidades dentro del caparazón, tiene firmemente en su posesión el conocimiento perfecto.

Significado

La prueba de que alguien es un yogī, devoto o alma autorrealizada, es que puede controlar los sentidos a voluntad. Sin embargo, la mayoría de las personas son sirvientas de los sentidos, y, en consecuencia, las gobiernan los dictados de ellos. Esa es la respuesta a la pregunta de cuál es la posición del yogī. Se dice que los sentidos se asemejan a serpientes venenosas. Ellos quieren actuar muy libremente y sin ninguna restricción. El yogī, o el devoto, debe ser muy fuerte para controlar a las serpientes, como si fuera un encantador. Él nunca les permite actuar independientemente. En las Escrituras reveladas hay muchos mandamientos: unos que indican lo que hay que hacer, y otros que indican lo que no hay que hacer. A menos que uno sea capaz de seguirlos todos, apartándose del disfrute de los sentidos, no es posible estar fijo firmemente en el estado de conciencia de Kṛṣṇa. El mejor ejemplo, el cual se da aquí, es el de la tortuga. La tortuga puede recoger sus sentidos en cualquier momento, y mostrarlos de nuevo en cualquier otro momento para algún propósito en particular. De la misma manera, los sentidos de las personas conscientes de Kṛṣṇa se usan solo con algún propósito en particular dentro del servicio del Señor, y si no se los retira. A Arjuna se le está enseñando aquí a usar los sentidos en el servicio del Señor, en vez de usarlos para su propia satisfacción. Mantener siempre los sentidos al servicio del Señor es el ejemplo que se da con la analogía de la tortuga, la cual mantiene los sentidos dentro del caparazón.

Texto

viṣayā vinivartante
nirāhārasya dehinaḥ
rasa-varjaṁ raso ’py asya
paraṁ dṛṣṭvā nivartate

Palabra por palabra

viṣayāḥ — objetos para el disfrute de los sentidos; vinivartante — se practica el apartarse de; nirāhārasya — mediante restricciones negativas; dehinaḥ — para el que está dentro del cuerpo; rasa-varjam — abandonando el gusto; rasaḥ — sentido de disfrute; api — aunque hay; asya — su; param — cosas muy superiores; dṛṣṭvā — por el hecho de experimentar; nivartate — cesa de.

Traducción

Al alma encarnada se la puede alejar del disfrute de los sentidos, aunque el gusto por los objetos de los sentidos aún quede en ella. Pero, al experimentar un gusto superior y dejar por ello semejantes ocupaciones, su conciencia queda fija.

Significado

A menos que uno se sitúe en el plano trascendental, no es posible dejar de complacer los sentidos. El proceso de la restricción del disfrute sensual mediante reglas y regulaciones, es algo así como restringirle cierta clase de alimentos a una persona enferma. Al paciente no le gustan tales restricciones, ni dejan de gustarle los alimentos. De igual manera, la restricción de los sentidos mediante algún proceso espiritual, tal como el aṣṭāṅga-yoga —que comprende el yama, niyama, āsana, prāṇāyāma, pratyāhāra, dhāraṇā, dhyāna, etc.—, se recomienda para personas poco inteligentes que no conocen nada mejor. Pero aquel que ha probado la belleza del Supremo Señor Kṛṣṇa en el transcurso de su avance en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, pierde el gusto por las cosas materiales muertas. Por consiguiente, las restricciones están hechas para los poco inteligentes y neófitos en la vida espiritual, y esas restricciones son buenas únicamente hasta que uno saborea de hecho el proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Cuando uno verdaderamente está consciente de Kṛṣṇa, de forma automática dejan de gustarle las cosas desabridas.

Texto

yatato hy api kaunteya
puruṣasya vipaścitaḥ
indriyāṇi pramāthīni
haranti prasabhaṁ manaḥ

Palabra por palabra

yatataḥ — mientras se esfuerza; hi — indudablemente; api — a pesar de; kaunteya — ¡oh, hijo de Kuntī!; puruṣasya — de un hombre; vipaścitaḥ — lleno de conocimiento discriminador; indriyāṇi — los sentidos; pramāthīni — agitando; haranti — tiran; prasabham — a la fuerza; manaḥ — la mente.

Traducción

¡Oh, Arjuna!, los sentidos son tan fuertes e impetuosos, que incluso arrastran a la fuerza la mente del hombre de buen juicio que se esfuerza por controlarlos.

Significado

Hay muchos sabios, filósofos y trascendentalistas eruditos que tratan de conquistar los sentidos, pero, a pesar de sus esfuerzos, hasta los más grandes de ellos se vuelven a veces víctimas del disfrute material de los sentidos, a causa de la agitada mente. Incluso Viśvāmitra, un gran sabio y yogī perfecto, fue inducido por Menakā al disfrute sexual, aunque el yogī se estaba esforzando por controlar los sentidos con severos tipos de penitencia y mediante la práctica del yoga. Y, por supuesto, hay muchísimos casos similares en la historia del mundo. Luego es muy difícil controlar la mente y los sentidos sin estar plenamente consciente de Kṛṣṇa. Si a la mente no se la ocupa en Kṛṣṇa, uno no puede dejar esas ocupaciones materiales. Śrī Yāmunācārya, un gran santo y devoto, da un ejemplo práctico, al decir:

yad-avadhi mama cetaḥ kṛṣṇa-pādāravinde
nava-nava-rasa-dhāmany udyataṁ rantum āsīt
tad-avadhi bata nārī-saṅgame smaryamāne
bhavati mukha-vikāraḥ suṣṭhu niṣṭhīvanaṁ ca

«Desde que mi mente se ha dedicado al servicio de los pies de loto del Señor Kṛṣṇa y he estado disfrutando de un humor trascendental nuevo a cada paso, cuando quiera que pienso en la vida sexual, vuelvo la cara al instante y escupo en el pensamiento».

El estado de conciencia de Kṛṣṇa es una cosa tan hermosa en sentido trascendental, que automáticamente el disfrute material se vuelve desagradable. Es como si un hombre hambriento hubiera satisfecho el hambre con una cantidad suficiente de nutritivos comestibles. Mahārāja Ambarīṣa también venció a un gran yogī, Durvāsā Muni, por el simple hecho de que tenía la mente ocupada en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa (sa vai manaḥ kṛṣṇa-padāravindayor vācāṁsi vaikuṇṭha-guṇānuvarṇane).

Texto

tāni sarvāṇi saṁyamya
yukta āsīta mat-paraḥ
vaśe hi yasyendriyāṇi
tasya prajñā pratiṣṭhitā

Palabra por palabra

tāni — esos sentidos; sarvāṇi — todos; saṁyamya — manteniendo bajo control; yuktaḥ — dedicado; āsīta — debe situarse; mat-paraḥ — en relación conmigo; vaśe — totalmente subyugados; hi — ciertamente; yasya — aquel que; indriyāṇi — sentidos; tasya — su; prajñā — conciencia; pratiṣṭhitā — fija.

Traducción

Aquel que restringe los sentidos, manteniéndolos totalmente bajo control, y fija su conciencia en Mí, es conocido como un hombre de inteligencia estable.

Significado

En este verso se explica claramente que el estado de conciencia de Kṛṣṇa constituye el más alto concepto de la perfección del yoga. Y, a menos que uno esté consciente de Kṛṣṇa, es absolutamente imposible controlar los sentidos. Como se citó anteriormente, el gran sabio Durvāsā Muni riñó con Mahārāja Ambarīṣa, y, por orgullo, se enojó innecesariamente, a raíz de lo cual no pudo contener los sentidos. En cambio, el rey, aunque no era un yogī tan poderoso como el sabio sino un devoto del Señor, toleró silenciosamente todas las injusticias del sabio, y, en virtud de ello, salió triunfante. Como se menciona en el Śrīmad-Bhāgavatam (9.4.18–20), el rey pudo controlar los sentidos gracias a las cualidades siguientes:

sa vai manaḥ kṛṣṇa-padāravindayor
vacāṁsi vaikuṇṭha-guṇānuvarṇane
karau harer mandira-mārjanādiṣu
śrutiṁ cakārācyuta-sat-kathodaye
mukunda-liṅgālaya-darśane dṛśau
tad-bhṛtya-gātra-sparśe ’ṅga-saṅgamam
ghrāṇaṁ ca tat-pāda-saroja-saurabhe
śrīmat-tulasyā rasanāṁ tad-arpite
pādau hareḥ kṣetra-padānusarpaṇe
śiro hṛṣīkeśa-padābhivandane
kāmaṁ ca dāsye na tu kāma-kāmyayā
yathottama-śloka-janāśrayā ratiḥ

«El rey Ambarīṣa fijó la mente en los pies de loto del Señor Kṛṣṇa; ocupó las palabras en describir la morada del Señor; las manos, en limpiar el templo del Señor; los oídos, en oír los pasatiempos del Señor; los ojos, en ver la forma del Señor; el cuerpo, en tocar el cuerpo del devoto; la nariz, en oler la fragancia de las flores ofrecidas a los pies de loto del Señor; la lengua, en saborear las hojas de tulasī ofrecidas a Él; las piernas, en desplazarse al lugar sagrado en el que se halla el templo de Él; la cabeza, en ofrecerle reverencias al Señor; y los deseos, en satisfacer los deseos del Señor... y todas estas cualidades hicieron que fuera apto para convertirse en un devoto mat-para del Señor».

La palabra mat-para es de lo más significativa en relación con esto. En la vida de Mahārāja Ambarīṣa se describe la manera en que uno puede convertirse en un mat-para. Śrīla Baladeva Vidyābhūṣaṇa, un gran erudito y ācārya de la línea de los mat-para, señala: mad-bhakti-prabhāvena sarvendriya-vijaya- pūrvikā svātma-dṛṣṭiḥ su-labheti bhāvaḥ. «Los sentidos pueden llegarse a controlar por completo, únicamente en virtud del poder del servicio devocional que se le presta a Kṛṣṇa». También se da el ejemplo del fuego: «Así como un fuego ardiente quema todo lo que haya en un cuarto, así mismo el Señor Viṣṇu, situado en el corazón del yogī, quema toda clase de impurezas». El Yoga-sūtra también prescribe meditar en Viṣṇu, y no la meditación en el vacío. Los supuestos yogīs que meditan en otra cosa que no sea la forma de Viṣṇu simplemente pierden el tiempo en una vana búsqueda de algo fantasmagórico. Tenemos que estar conscientes de Kṛṣṇa —consagrados a la Personalidad de Dios—. Esa es la finalidad del yoga.

Texto

dhyāyato viṣayān puṁsaḥ
saṅgas teṣūpajāyate
saṅgāt sañjāyate kāmaḥ
kāmāt krodho ’bhijāyate

Palabra por palabra

dhyāyataḥ — mientras contempla; viṣayān — objetos de los sentidos; puṁsaḥ — de una persona; saṅgaḥ — apego; teṣu — en los objetos de los sentidos; upajāyate — desarrolla; saṅgāt — del apego; sañjāyate — desarrolla; kāmaḥ — deseo; kāmāt — del deseo; krodhaḥ — ira; abhijāyate — se manifiesta.

Traducción

Al contemplar los objetos de los sentidos, en la persona se desarrolla el apego a ellos, de ese apego nace la lujuria, y de la lujuria surge la ira.

Significado

Aquel que no está consciente de Kṛṣṇa es propenso a tener deseos materiales mientras contempla los objetos de los sentidos. Los sentidos requieren de ocupaciones reales, y si no están ocupados en el trascendental servicio amoroso del Señor, buscarán sin duda una ocupación en el servicio del materialismo. En el mundo material, todos, incluso el Señor Śiva y el Señor Brahmā, para no hablar de otros semidioses de los planetas celestiales, están sometidos a la influencia de los objetos de los sentidos, y volverse consciente de Kṛṣṇa es el único método para librarse de este enigma que es la existencia material. El Señor Śiva se hallaba profundamente absorto en la meditación, pero cuando Pārvatī lo provocó en aras del placer de los sentidos, él accedió a la propuesta, y como resultado de ello nació Kārtikeya. Cuando Haridāsa Ṭhākura era un joven devoto del Señor, fue tentado de la misma manera por la encarnación de Māyā-devī, pero Haridāsa pasó la prueba fácilmente, gracias a la devoción pura que le profesaba al Señor Kṛṣṇa. Como se ilustró en el verso de Śrī Yāmunācārya que se citó anteriormente, un sincero devoto del Señor evita toda clase de goce material de los sentidos, en virtud del gusto superior que encuentra en el disfrute espiritual que hay en la compañía del Señor. Ese es el secreto del éxito. Por lo tanto, aquel que no se encuentra en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, por poderoso que sea en controlar los sentidos mediante la represión artificial, es seguro que finalmente fracasa, pues el más ligero pensamiento en el placer sensual lo agitará y lo llevará a satisfacer sus deseos.

Texto

krodhād bhavati sammohaḥ
sammohāt smṛti-vibhramaḥ
smṛti-bhraṁśād buddhi-nāśo
buddhi-nāśāt praṇaśyati

Palabra por palabra

krodāt — de la ira; bhavati — ocurre; sammohaḥ — ilusión perfecta; sammohāt — de la ilusión; smṛti — de la memoria; vibhramaḥ — confusión; smṛti-bhraṁśāt — después de la confusión de la memoria; buddhi-nāśaḥ — pérdida de la inteligencia; buddhi-nāśat — y de la pérdida de la inteligencia; praṇaśyati — uno cae.

Traducción

De la ira surge la ilusión completa, y de la ilusión, la confusión de la memoria. Cuando la memoria se confunde, se pierde la inteligencia, y al perder la inteligencia, uno cae de nuevo al charco material.

Significado

Śrīla Rūpa Gosvāmī nos ha dado la siguiente indicación:

prāpañcikatayā buddhyā
hari-sambandhi-vastunaḥ
mumukṣubhiḥ parityāgo
vairāgyaṁ phalgu kathyate

(Bhakti-rasāmṛta-sindhu 1.2.258)

Mediante el desarrollo de conciencia de Kṛṣṇa, uno llega a saber que todo tiene un uso en el servicio del Señor. Aquellos que carecen de conocimiento acerca del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, tratan artificialmente de evitar los objetos materiales, y, como resultado de ello, aunque desean liberarse del cautiverio material, no alcanzan la etapa perfecta de la renunciación. Su supuesta renunciación se denomina phalgu, o poco importante. En cambio, una persona con conciencia de Kṛṣṇa sabe cómo usar todo en el servicio del Señor; por consiguiente, no se vuelve víctima de la conciencia material. Por ejemplo, para un impersonalista, el Señor, o el Absoluto, siendo impersonal, no puede comer. Mientras que el impersonalista trata de evitar los buenos comestibles, el devoto sabe que Kṛṣṇa es el disfrutador supremo, y que Él come todo lo que se le ofrece con devoción. Así que el devoto, después de ofrecerle al Señor buenos comestibles, toma los remanentes de ellos, que reciben el nombre de prasādam. De esa manera todo se espiritualiza, y no hay el peligro de caer. El devoto come prasādam con una mentalidad consciente de Kṛṣṇa, mientras que el no devoto lo rechaza como algo material. El impersonalista, por lo tanto, a causa de su renunciación artificial, no puede disfrutar de la vida, y, por esa razón, una ligera agitación de la mente lo arrastra de nuevo al charco de la existencia material. Se dice que esa alma, aunque ascienda hasta el punto de la liberación, cae de nuevo, por no tener apoyo en el servicio devocional.

Texto

rāga-dveṣa-vimuktais tu
viṣayān indriyaiś caran
ātma-vaśyair vidheyātmā
prasādam adhigacchati

Palabra por palabra

rāga — apego; dveṣa — y desapego; vimuktaiḥ — por aquel que ha quedado libre de; tu — pero; viṣayān — objetos de los sentidos; indriyaiḥ — mediante los sentidos; caran — actuando sobre la base de; ātma-vaśyaiḥ — bajo el control de uno; vidheya-ātmā — aquel que hace uso de la libertad regulada; prasādam — la misericordia del Señor; adhigacchati — logra.

Traducción

Pero una persona que está libre de todo apego y aversión, y que es capaz de controlar los sentidos por medio de principios que regulan la libertad, puede conseguir toda la misericordia del Señor.

Significado

Ya se ha explicado que uno puede controlar los sentidos externamente mediante algún proceso artificial, pero a menos que los sentidos se dediquen al servicio trascendental del Señor, hay muchas probabilidades de una caída. Aunque la persona en estado de plena conciencia de Kṛṣṇa puede que aparentemente se halle en el plano sensual, por el hecho de estar consciente de Kṛṣṇa no tiene ningún apego a las actividades sensuales. La persona consciente de Kṛṣṇa está interesada únicamente en la satisfacción de Kṛṣṇa, y en nada más. Por consiguiente, es trascendental a todo apego y desapego. Si Kṛṣṇa quiere, el devoto puede hacer cualquier cosa que de ordinario es desagradable, y, si Kṛṣṇa no lo quiere, no haría aquello que normalmente haría para su propia satisfacción. Por lo tanto, actuar o no actuar está bajo su control, porque actúa únicamente bajo la dirección de Kṛṣṇa. Ese estado de conciencia es producto de la misericordia sin causa del Señor, que el devoto puede recibir a pesar de estar apegado al plano sensual.

Texto

prasāde sarva-duḥkhānāṁ
hānir asyopajāyate
prasanna-cetaso hy āśu
buddhiḥ paryavatiṣṭhate

Palabra por palabra

prasāde — al obtener la misericordia sin causa del Señor; sarva — de todos; duḥkhānām — sufrimientos materiales; hāniḥ — destrucción; asya — su; upajāyate — ocurre; prasanna-cetasaḥ — de los de mente feliz; hi — indudablemente; āśu — muy pronto; buddhiḥ — inteligencia; pari — suficientemente; avatiṣṭhate — queda establecida.

Traducción

Para aquel que se encuentra satisfecho de ese modo [en el estado de conciencia de Kṛṣṇa], dejan de existir las tres clases de sufrimientos de la existencia material; con la conciencia así de satisfecha, la inteligencia de uno pronto queda bien establecida.

Texto

nāsti buddhir ayuktasya
na cāyuktasya bhāvanā
na cābhāvayataḥ śāntir
aśāntasya kutaḥ sukham

Palabra por palabra

na asti — no puede haber; buddhiḥ — inteligencia trascendental; ayuktasya — de aquel que no está relacionado (con el estado de conciencia de Kṛṣṇa); na — no; ca — y; ayuktasya — de aquel que está desprovisto de conciencia de Kṛṣṇa; bhāvanā — mente fija (en la felicidad); na — no; ca — y; abhāvayataḥ — de aquel que no está fijo; śāntiḥ — paz; aśāntasya — del que no tiene paz; kutaḥ — dónde hay; sukham — felicidad.

Traducción

Aquel que no está relacionado con el Supremo [mediante el estado de conciencia de Kṛṣṇa], no puede tener ni inteligencia trascendental ni una mente estable, sin lo cual no hay posibilidad de encontrar la paz. Y ¿cómo puede haber felicidad alguna sin paz?

Significado

A menos que uno se halle en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, no hay ninguna posibilidad de tener paz. Así que en el capítulo cinco (5.29) se confirma que, cuando uno entiende que Kṛṣṇa es el único disfrutador de todos los buenos resultados del sacrificio y la penitencia, que Él es el propietario de todas las manifestaciones universales y que Él es el verdadero amigo de todas las entidades vivientes, únicamente entonces puede uno disfrutar de verdadera paz. Por lo tanto, si uno no se halla en estado de conciencia de Kṛṣṇa, no puede haber una meta final para la mente. La perturbación se debe a la falta de una meta última, y cuando uno está seguro de que Kṛṣṇa es el disfrutador, propietario y amigo de todos y de todo, puede uno entonces, con una mente estable, hacer que haya paz. Así pues, aquel que se ocupa sin tener una relación con Kṛṣṇa, sin duda que siempre está acongojado e intranquilo, por mucho que finja disfrutar de paz y adelanto espiritual en la vida. El estado de conciencia de Kṛṣṇa es una condición apacible que se manifiesta por sí misma, y que puede lograrse únicamente en relación con Kṛṣṇa.

Texto

indriyāṇāṁ hi caratāṁ
yan mano ’nuvidhīyate
tad asya harati prajñāṁ
vāyur nāvam ivāmbhasi

Palabra por palabra

indriyāṇām — de los sentidos; hi — ciertamente; caratām — mientras deambulan; yat — esa; manaḥ — mente; anuvidhīyate — llega a dedicarse constantemente; tat — esa; asya — su; harati — quita; prajñām — inteligencia; vāyuḥ — viento; nāvam — un bote; iva — como; ambhasi — en el agua.

Traducción

Así como un fuerte viento arrastra un bote que se encuentre en el agua, así mismo uno solo de los errantes sentidos en el que se concentre la mente, puede arrastrar la inteligencia del hombre.

Significado

A menos que todos los sentidos estén dedicados al servicio del Señor, hasta uno de ellos que esté dedicado a la complacencia sensual, puede alejar al devoto del sendero del avance trascendental. Como se dice de la vida de Mahārāja Ambarīṣa, todos los sentidos deben estar ocupados en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, pues esa es la técnica correcta para controlar la mente.

Texto

tasmād yasya mahā-bāho
nigṛhītāni sarvaśaḥ
indriyāṇīndriyārthebhyas
tasya prajñā pratiṣṭhitā

Palabra por palabra

tasmāt — por lo tanto; yasya — de aquel cuyos; mahā-bāho — ¡oh, tú, el de los poderosos brazos!; nigṛhītāni — doblegado así; sarvaśaḥ — alrededor; indriyāṇi — los sentidos; indriya-arthebhyaḥ — por los objetos de los sentidos; tasya — su; prajñā — inteligencia; pratiṣṭhitā — fija.

Traducción

Por lo tanto, ¡oh, tú, el de los poderosos brazos!, todo aquel cuyos sentidos están apartados de sus objetos, tiene sin duda una inteligencia firmemente establecida.

Significado

Uno puede contener las fuerzas de la complacencia de los sentidos, únicamente por medio del proceso de conciencia de Kṛṣṇa, u ocupando todos los sentidos en el trascendental servicio amoroso del Señor. Así como a los enemigos se les somete mediante una fuerza superior, de igual modo se pueden someter los sentidos, mas no mediante algún esfuerzo humano, sino solo manteniéndolos ocupados en el servicio del Señor. Aquel que ha entendido esto —que únicamente mediante el proceso de conciencia de Kṛṣṇa se encuentra uno verdaderamente establecido en el uso de la inteligencia, y que uno debe practicar ese arte bajo la guía de un maestro espiritual genuino—, recibe el nombre de sādhaka, o, en otras palabras, es un candidato idóneo para la liberación.

Texto

yā niśā sarva-bhūtānāṁ
tasyāṁ jāgarti saṁyamī
yasyāṁ jāgrati bhūtāni
sā niśā paśyato muneḥ

Palabra por palabra

— aquello que; niśā — es noche; sarva — todas; bhūtānām — de las entidades vivientes; tasyām — en eso; jāgarti — está despierto; saṁyamī — el autocontrolado; yasyām — en el cual; jāgrati — están despiertos; bhūtāni — todos los seres; — eso es; niśā — noche; paśyataḥ — para el introspectivo; muneḥ — sabio.

Traducción

Lo que es la noche para todos los seres, es el período en que el autocontrolado se despierta; y el período en que todos los seres se despiertan, es la noche para el sabio introspectivo.

Significado

Hay dos clases de hombres inteligentes. Uno es inteligente en relación con las actividades materiales para la complacencia de los sentidos, y el otro es introspectivo y se mantiene alerta en el cultivo de la autorrealización. Las actividades del sabio introspectivo, o del hombre sensato, son la noche para las personas absortas en lo material. Las personas materialistas permanecen dormidas en esa clase de noche, por no saber nada acerca de la autorrealización. El sabio introspectivo permanece alerta en la «noche» de los hombres materialistas. El sabio siente un placer trascendental en el adelanto gradual del cultivo espiritual, mientras que el hombre sumido en las actividades materialistas, encontrándose dormido para la autorrealización, sueña con diversos placeres sensuales, sintiéndose a veces feliz y a veces afligido en su condición dormida. El hombre introspectivo siempre se muestra indiferente a la felicidad y congoja materialistas. Él continúa con sus actividades de autorrealización, sin que lo perturben las reacciones materiales.

Texto

āpūryamāṇam acala-pratiṣṭhaṁ
samudram āpaḥ praviśanti yadvat
tadvat kāmā yaṁ praviśanti sarve
sa śāntim āpnoti na kāma-kāmī

Palabra por palabra

āpūryamāṇam — siempre se está llenando; acala-pratiṣṭham — situado firmemente; samudram — el océano; āpaḥ — aguas; praviśanti — entran; yadvat — como; tadvat — así; kāmāḥ — deseos; yam — al cual; praviśanti — entran; sarve — todos; saḥ — esa persona; śāntim — paz; āpnoti — logra; na — no; kāma-kāmī — aquel que desea satisfacer sus deseos.

Traducción

La persona que no se perturba por el incesante fluir de los deseos —que entran en ella como los ríos en el océano, el cual, aunque siempre se está llenando, permanece calmado—, es la única que puede encontrar la paz, y no el hombre que se esfuerza por satisfacer dichos deseos.

Significado

Aunque el vasto océano siempre está lleno de agua, no obstante siempre se sigue llenando con mucha más agua, especialmente durante la estación lluviosa. Pero el océano permanece igual, estable; no se agita, ni rebasa el límite de su borde. Eso también es cierto en el caso de una persona fija en el estado de conciencia de Kṛṣṇa. Mientras se tenga el cuerpo material, este continuará con sus exigencias de complacer los sentidos. Sin embargo, al devoto no lo perturban tales deseos, gracias a su plenitud. A un hombre consciente de Kṛṣṇa no le hace falta nada, porque el Señor satisface todas sus necesidades materiales. Por consiguiente, él es como el océano: siempre está lleno en sí mismo. Los deseos puede que lleguen a él, tal como las aguas de los ríos que fluyen hacia el océano, pero él es estable en sus actividades, y los deseos de complacer los sentidos no lo perturban ni siquiera ligeramente. Esa es la prueba que caracteriza a un hombre consciente de Kṛṣṇa: que ha perdido todas las inclinaciones hacia la complacencia material de los sentidos, aunque los deseos estén presentes. Como él permanece satisfecho en el trascendental servicio amoroso del Señor, puede permanecer estable, tal como el océano, y, en consecuencia, puede disfrutar de plena paz. Otros, sin embargo, que quieren complacer los deseos incluso hasta el límite de la liberación, para no hablar del éxito material, nunca encuentran ni siquiera la paz. Los trabajadores fruitivos, los salvacionistas, y también los yogīs que se hallan tras los poderes místicos, son todos infelices a causa de los deseos insatisfechos. Pero la persona con conciencia de Kṛṣṇa es feliz en el servicio del Señor, y no tiene ningún deseo que complacer. En efecto, ni siquiera desea liberarse del llamado cautiverio material. Los devotos de Kṛṣṇa no tienen deseo material alguno, y, por lo tanto, disfrutan de una paz perfecta.

Texto

vihāya kāmān yaḥ sarvān
pumāṁś carati niḥspṛhaḥ
nirmamo nirahaṅkāraḥ
sa śāntim adhigacchati

Palabra por palabra

vihāya — renunciando; kāmān — los deseos materiales de complacencia de los sentidos; yaḥ — el cual; sarvān — todos; pumān — una persona; carati — vive; niḥspṛhaḥ — sin deseos; nirmamaḥ — sin un sentido de posesión; nirahaṅkāraḥ — sin ego falso; saḥ — él; śāntim — paz perfecta; adhigacchati — logra.

Traducción

Solo puede encontrar la verdadera paz la persona que ha renunciado a todos los deseos de complacer los sentidos, que vive libre de deseos, que ha renunciado a todo sentido de posesión y que está desprovista de ego falso.

Significado

Dejar de tener deseos significa no desear nada para complacer los sentidos. En otras palabras, desear algo para volverse consciente de Kṛṣṇa es, de hecho, no tener deseos. El estado perfecto de conciencia de Kṛṣṇa consiste en entender la verdadera posición de uno como servidor eterno de Kṛṣṇa, sin considerar falsamente que este cuerpo material es uno mismo y sin declararse falsamente propietario de nada en el mundo. Aquel que se halla en esta etapa perfecta sabe que, como Kṛṣṇa es el propietario de todo, todo debe emplearse para satisfacer a Kṛṣṇa. Arjuna, no quería pelear por la satisfacción de sus propios sentidos, pero cuando se volvió plenamente consciente de Kṛṣṇa, peleó porque Kṛṣṇa quería que lo hiciera. En lo que a él respecta, él no tenía ningún deseo de pelear, pero, por Kṛṣṇa, el mismo Arjuna peleó lo mejor que pudo. La verdadera ausencia de deseos la constituye el deseo de satisfacer a Kṛṣṇa, y no un esfuerzo artificial por abolir los deseos. La entidad viviente no puede estar exenta de deseos ni de sentidos, pero sí tiene que cambiar la calidad de los deseos. Una persona que no tiene deseos materiales, sabe sin duda que todo le pertenece a Kṛṣṇa (īśāvāsyam idaṁ sarvam), y, en consecuencia, no declara falsamente ser propietaria de nada. Ese conocimiento trascendental se basa en la autorrealización, es decir, en saber perfectamente bien que cada entidad viviente, en su identidad espiritual, es una parte integral y eterna de Kṛṣṇa, y que, por ende, la posición eterna de la entidad viviente nunca se halla en un nivel superior o igual al de Kṛṣṇa. Este concepto de conciencia de Kṛṣṇa es el principio básico de la verdadera paz.

Texto

eṣā brāhmī sthitiḥ pārtha
naināṁ prāpya vimuhyati
sthitvāsyām anta-kāle ’pi
brahma-nirvāṇam ṛcchati

Palabra por palabra

eṣā — esta; brāhmī — espiritual; sthitiḥ — situación; pārtha — ¡oh, hijo de Pṛthā!; na — nunca; enām — esto; prāpya — logrando; vimuhyati — uno se confunde; sthitvā — estando situado; asyām — en esto; anta-kāle — al final de la vida; api — también; brahma-nirvāṇam — el reino espiritual de Dios; ṛcchati — uno llega.

Traducción

Ese es el camino de la vida espiritual y divina. Después de llegar a ella, el hombre no se confunde. Si incluso a la hora de la muerte uno se encuentra en ese estado, puede entrar en el Reino de Dios.

Significado

Uno puede llegar al estado de conciencia de Kṛṣṇa, o de vida divina, de inmediato —en un segundo—, o puede que uno no alcance ese estado de vida ni siquiera después de millones de nacimientos. Es cuestión únicamente de comprender y aceptar el hecho. Khaṭvāṅga Mahārāja alcanzó ese estado de vida apenas unos cuantos minutos antes de morir, con solo entregarse a Kṛṣṇa. Nirvāṇa significa terminar con el proceso de la vida materialista. De acuerdo con la filosofía buddhista, al completarse esta vida material solo hay un vacío, pero el Bhagavad-gītā enseña algo diferente. La verdadera vida comienza después de que se termina esta vida material. Para el muy materialista es suficiente saber que uno tiene que terminar este modo materialista de vida, pero para las personas que están adelantadas espiritualmente hay otra vida después de esta vida materialista. Antes de terminar esta vida, si uno tiene la fortuna de volverse consciente de Kṛṣṇa, de inmediato alcanza la etapa de brahma-nirvāṇa. No hay diferencia entre el Reino de Dios y el servicio devocional del Señor. Como ambos se encuentran en el plano absoluto, estar dedicado al amoroso servicio trascendental del Señor es haber llegado al reino espiritual. En el mundo material hay actividades para la complacencia de los sentidos, mientras que en el mundo espiritual hay actividades de conciencia de Kṛṣṇa. Lograr el estado de conciencia de Kṛṣṇa, incluso durante esta vida, constituye el logro inmediato del Brahman, y aquel que se halla en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, ciertamente que ya ha entrado en el Reino de Dios.

El Brahman es justo lo opuesto a la materia. Por eso, brāhmī sthitih significa «no en el plano de las actividades materiales». En el Bhagavad-gītā, el servicio devocional del Señor se acepta como la etapa liberada (sa guṇān samatītyaitān brahma-bhūyāya kalpate). Por consiguiente, brāhmī sthiti es la liberación del cautiverio material.

Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura ha dicho que este segundo capítulo del Bhagavad-gītā resume el contenido del texto completo. Los temas de que trata el Bhagavad-gītā son: karma-yoga, jñāna-yoga y bhakti-yoga. En el capítulo dos se han discutido claramente el karma-yoga y el jñāna-yoga, y también se ha dado un vislumbre del bhakti-yoga, todo lo cual se ha presentado como resumen del contenido de todo el texto.

Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo segundo del Śrīmad Bhagavad-gītā, en relación con su contenido.