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Śrīmad-bhāgavatam 9.9.16-17

Texto

śruto bhagīrathāj jajñe
tasya nābho ’paro ’bhavat
sindhudvīpas tatas tasmād
ayutāyus tato ’bhavat
ṛtūparṇo nala-sakho
yo ’śva-vidyām ayān nalāt
dattvākṣa-hṛdayaṁ cāsmai
sarvakāmas tu tat-sutam

Palabra por palabra

śrutaḥ — un hijo llamado Śruta; bhagīrathāt — de Bhagīratha; jajñe — nació; tasya — de Śruta; nābhaḥ — llamado Nābha; aparaḥ — distinto del Nābha de quien antes se habló; abhavat — nació; sindhudvīpaḥ — llamado Sindhudvīpa; tataḥ — de Nābha; tasmāt — de Sindhudvīpa; ayutāyuḥ — un hijo llamado Ayutāyu; tataḥ — a continuación; abhavat — nació; ṛtūparṇaḥ — un hijo llamado Ṛtūparṇa; nala-sakhaḥ — que era amigo de Nala; yaḥ — el que; aśva-vidyām — el arte de domar caballos; ayāt — obtuvo; nalāt — de Nala; dattvā — después de dar a cambio; akṣa-hṛdayam — los secretos del arte del juego; ca — y; asmai — a Nala; sarvakāmaḥ — llamado Sarvakāma; tu — en verdad; tat-sutam — su hijo (el hijo de Ṛtūparṇa).

Traducción

Bhagīratha tuvo un hijo llamado Śruta, cuyo hijo fue Nābha. Este hijo, que no es el mismo Nābha de quien se habló anteriormente, fue padre de Sindhudvīpa; de Sindhuvīpa nació Ayutāyu, y de Ayutāyu, Ṛtūparṇa, el amigo de Nalarāja. Ṛtūparṇa enseñó a Nalarāja el arte del juego, y Nalarāja dio lecciones a Ṛtūparṇa acerca de la doma y crianza de caballos. El hijo de Ṛtūparṇa fue Sarvakāma.

Significado

Los juegos de azar también son un arte, pero solo a los kṣatriyas les es lícito manifestar su talento en ese arte. Por la gracia de Kṛṣṇa, los Pāṇḍavas, que no tenían mucha experiencia en el juego, lo perdieron todo y se vieron privados de su reino, su esposa, su familia y su hogar. En otras palabras, es posible que el devoto no sea experto en actividades de índole materialista. Por consiguiente, en los śāstras se indica que esas actividades materiales no son en absoluto adecuadas para las entidades vivientes, y, en especial, para los devotos. El devoto, por lo tanto, debe sentirse satisfecho con comer lo que el Señor Supremo le envíe como prasāda. El devoto se mantiene puro porque no se ocupa en actividades pecaminosas, como los juegos de azar, la embriaguez, el comer carne y la vida sexual ilícita.