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Śrīmad-bhāgavatam 8.6.28

Texto

dṛṣṭvārīn apy asaṁyattāñ
jāta-kṣobhān sva-nāyakān
nyaṣedhad daitya-rāṭ ślokyaḥ
sandhi-vigraha-kālavit

Palabra por palabra

dṛṣṭvā — observando; arīn — a los enemigos; api — aunque; asaṁyattān — que no se esforzaban por luchar; jāta-kṣobhān — que se agitaron; sva-nāyakān — a sus propios capitanes y generales; nyaṣedhat — impidió; daitya-rāṭ — el emperador de los daityas, Mahārāja Bali; ślokyaḥ — muy respetable y eminente; sandhi — para negociar; vigraha — así como para luchar; kāla — el momento; vit — perfectamente consciente de.

Traducción

Mahārāja Bali, un famosísimo rey de los demonios, sabía muy bien cuándo era tiempo de paz y cuándo de guerra. Así, aunque sus generales y capitanes se agitaron mucho y estuvieron a punto de matar a los semidioses, Mahārāja Bali se lo prohibió, pues vio que los semidioses venían en son de paz.

Significado

La norma védica de etiqueta ordena: gṛhe śatrum api prāptaṁ viśvastam akutobhayam: Cuando un enemigo acude a visitar a su rival, debe ser tan bien recibido que llegue a olvidar la hostilidad entre los dos bandos. Bali Mahārāja era un perfecto conocedor de los artes de hacer la paz y declarar la guerra, de modo que, pese a la agitación de sus generales y capitanes, supo ofrecer un buen recibimiento a los semidioses. Esas pautas de conducta aún seguían en vigor durante la batalla entre los Pāṇḍavas y los Kurus. Durante el día, ambos bandos combatían con todas sus fuerzas, pero, cuando se ponía el Sol, visitaban amistosamente el campamento de sus rivales y eran bien recibidos. En esos encuentros amistosos, un enemigo ofrecería al otro todo lo que pudiera desear. Esa era la costumbre.