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CAPÍTULO 6

Semidioses y demonios pactan una tregua

Este capítulo nos explica que el Señor, tras escuchar las oraciones de los semidioses, Se apareció ante ellos. Siguiendo el consejo de la Suprema Personalidad de Dios, los semidioses pactaron una tregua con los demonios a fin de batir el mar y obtener néctar.

En el capítulo anterior, los semidioses ofrecieron oraciones al Señor, Kṣīrodakaśāyī Viṣṇu. El Señor, sintiéndose complacido, apareció ante ellos; los semidioses quedaron prácticamente cegados por la refulgencia trascendental de Su cuerpo, cuyos miembros no podían inicialmente distinguir. Sin embargo, pasado un tiempo, Brahmā pudo ver al Señor, y él y el Señor Śiva Le ofrecieron oraciones.

El Señor Brahmā dijo: «La Suprema Personalidad de Dios, que está más allá del nacimiento y la muerte, es eterno. Él no tiene cualidades materiales. Aun así, es un océano ilimitado de cualidades auspiciosas. Él es más sutil que lo más sutil; es invisible, y Su forma es inconcebible. Él recibe la adoración de todos los semidioses. Dentro de Su forma existen infinidad de universos; por lo tanto, ni el tiempo, ni el espacio, ni las circunstancias Le separan nunca de esos universos. Él es el líder y es el pradhāna. Aunque es el comienzo, el punto medio y el final de la creación material, el concepto panteísta de los filósofos māyāvādīs no es válido. La Suprema Personalidad de Dios domina toda la manifestación material a través de Su agente subordinado, la energía externa. Debido a Su inconcebible posición trascendental, Él es siempre el amo de la energía material. En Sus diversas formas, la Suprema Personalidad de Dios está siempre presente incluso dentro del mundo material, pero las cualidades materiales no pueden entrar en contacto con Él. Solo a través de Sus instrucciones, como se ofrecen en el Bhagavad-gītā, se puede entender Su posición». Como se afirma en el Bhagavad-gītā (10.10): dadāmi buddhi-yogaṁ tamBuddhi-yoga significa bhakti-yoga. Solo mediante el proceso de bhakti-yoga se puede comprender al Señor Supremo.

Después de escuchar las oraciones del Señor Śiva y el Señor Brahmā, la Suprema Personalidad de Dios, complacido, dio a los semidioses las instrucciones adecuadas. La Suprema Personalidad de Dios, que recibe el nombre de Ajita, «el inconquistable», aconsejó a los semidioses que hicieran una propuesta de paz a los demonios, de manera que, tras proclamar una tregua, se uniesen para batir el océano de leche. La cuerda sería la mayor de las serpientes, Vāsuki, y el palo de batir sería la montaña Mandara. Al batir también se produciría veneno, pero el Señor Śiva se lo tragaría, de modo que no había razón para temer. Al batir el océano iban a obtenerse muchas otras cosas atrayentes, pero el Señor advirtió a los semidioses de que no se dejasen cautivar por ellas. Tampoco debían irritarse si surgían contratiempos. Tras dar esos consejos a los semidioses, el Señor desapareció.

Conforme a las instrucciones de la Suprema Personalidad de Dios, los semidioses pactaron la paz con Mahārāja Bali, el rey de los demonios, y, juntos, partieron hacia el océano, llevando consigo la montaña Mandara. Pero la montaña era tan pesada que los semidioses y los demonios se fatigaron; de hecho, algunos cayeron muertos. La Suprema Personalidad de Dios, Viṣṇu, apareció entonces a lomos de Garuḍa, Su ave portadora, y por Su misericordia les devolvió la vida. Levantando la montaña con una de Sus manos, la posó en la espalda de Garuḍa y Se sentó sobre ella. Garuḍa Le llevó entonces al lugar elegido para batir y depositó la montaña en medio del océano. A continuación, el Señor pidió a Garuḍa que se marchase, pues, mientras estuviese allí, Vāsuki no se atrevería a acercarse.

Text 1:
Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo: ¡Oh, rey Parīkṣit!, después de que los semidioses y el Señor Brahmā Le adorasen con oraciones, la Suprema Personalidad de Dios, Hari, apareció ante ellos. Su refulgencia corporal era como si miles de soles se hubieran levantado a la vez sobre el horizonte.
Text 2:
La refulgencia del Señor cegó por completo a todos los semidioses. No podían ver ni el cielo, ni las direcciones, ni la tierra; ni siquiera podían verse a sí mismos, y mucho menos al Señor, que Se encontraba ante ellos.
Texts 3-7:
El Señor Brahmā y el Señor Śiva vieron la cristalina belleza personal de la Suprema Personalidad de Dios; Su cuerpo, atractivo y muy bien adornado, es negruzco como la joya marakata; tiene los ojos rojizos como el corazón de la flor de loto, y viste con ropas amarillas como el oro fundido. Brahmā y Śiva vieron Su rostro de loto, bellísimo y sonriente, coronado por un yelmo tachonado de piedras preciosas. Vieron las atractivas cejas del Señor, y Sus mejillas, adornadas con pendientes. Brahmā y Śiva vieron también el cinturón que rodea la cintura del Señor, las ajorcas de Sus muñecas, el collar que reposa sobre Su pecho, y las campanitas de Sus tobillos. El Señor lleva hermosos collares de flores y de Su cuello pende la joya Kaustubha; con Él están la diosa de la fortuna y Sus armas personales, como el disco y la maza. Cuando el Señor Brahmā, el Señor Śiva y los demás semidioses vieron esa forma del Señor, inmediatamente se postraron en el suelo, ofreciéndole reverencias.
Text 8:
El Señor Brahmā dijo: Aunque nunca naces, por medio de Tus encarnaciones vienes y Te vas una y otra vez. Tú estás siempre libre de las cualidades materiales, y eres el refugio de bienaventuranza trascendental semejante a un océano. Tú existes eternamente en Tu forma trascendental y eres el supremo sutil entre lo más sutil. Por ello Te ofrecemos nuestras respetuosas reverencias a Ti, el Supremo, cuya existencia es inconcebible.
Text 9:
¡Oh, la mejor de las personas!, ¡oh, director supremo!, aquellos que realmente aspiran a la buena fortuna suprema adoran esta forma de Tu Señoría conforme a lostantras védicos. Mi Señor, en Ti podemos ver los tres mundos.
Text 10:
Mi querido Señor, que siempre gozas de plena independencia, toda la manifestación cósmica surge de Ti, reposa en Ti y termina en Ti. Tu Señoría es el principio, el sostén y el final de todo, como la tierra, que es la causa de la vasija de barro, la sostiene, y es su destino final cuando se rompe.
Text 11:
¡Oh, Supremo!, Tú eres independiente en Ti mismo y no necesitas la ayuda de nadie. Por medio de Tu propia potencia, creas la manifestación cósmica y entras en ella. Las personas avanzadas en el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa, son plenamente conocedores del śāstra autorizado y se han purificado de toda contaminación material por medio de la práctica del bhakti-yoga, pueden ver con la mente clara que, aunque Tú existes en el seno de las transformaciones de las cualidades materiales, Tu presencia está libre del contacto con esas cualidades.
Text 12:
Del mismo modo que podemos obtener fuego de la leña, leche de la ubre de la vaca, agua y cereales de la tierra, y prosperidad económica de las empresas industriales, con la práctica del bhakti-yoga podemos alcanzar Tu favor o llegar a Ti mediante la inteligencia, incluso mientras vivimos en el mundo material. Así lo afirman todas las personas piadosas.
Text 13:
¡Oh, mi Señor, de cuyo ombligo crece una flor de loto!, como elefantes que, afligidos por un incendio forestal, se sienten muy felices de alcanzar las aguas del Ganges, nosotros nos sentimos trascendentalmente felices porque Tú has aparecido ante nosotros. Durante muchísimo tiempo hemos deseado ver a Tu Señoría, y ahora, al verte, hemos logrado nuestro objetivo supremo en la vida.
Text 14:
Mi Señor, nosotros, los semidioses, los directores del universo, hemos venido a Tus pies de loto. Por favor, satisface el deseo que nos ha traído a Ti. Tú eres el testigo de todo, desde dentro y desde fuera. Nada Te es desconocido, y por lo tanto no es necesario que Te informemos de nada.
Text 15:
Yo [el Señor Brahmā], el Señor Śiva y todos los semidioses, acompañados por Dakṣa y los demás prajāpatis, solo somos chispas iluminadas por Ti, que eres el fuego original. Como partículas Tuyas que somos, ¿qué podemos saber de nuestro propio bien? ¡Oh, Señor Supremo!, por favor, danos los medios de liberación adecuados para los brāhmaṇas y los semidioses.
Text 16:
Śukadeva Gosvāmī continuó: Al escuchar las oraciones de los semidioses, guiados por el Señor Brahmā, el Señor entendió la razón de que hubiesen acudido a Él. Así, con una voz profunda como el retumbar de las nubes, el Señor contestó a los semidioses, que permanecían atentos y con las manos juntas.
Text 17:
La Suprema Personalidad de Dios, el amo de los semidioses, podía realizar por Sí solo las actividades de los semidioses, pero, con el deseo de disfrutar del pasatiempo de batir el océano, habló de la siguiente manera.
Text 18:
La Suprema Personalidad de Dios dijo: ¡Oh, Señor Brahmā, Señor Śiva y demás semidioses!, por favor, escúchenme con gran atención, pues lo que digo les traerá buena fortuna a todos.
Text 19:
En espera de épocas más prósperas para ustedes, deben pactar una tregua con los demonios y asuras, a quienes el tiempo favorece ahora.
Text 20:
¡Oh, semidioses!, satisfacer los propios intereses es tan importante que a veces hay que llegar al extremo de pactar una tregua con el enemigo. Para satisfacer los propios intereses, hay que actuar conforme a la lógica de la serpiente y el ratón.
Text 21:
Esfuércense inmediatamente por producir néctar. Si una persona a punto de morir lo bebe, se volverá inmortal.
Texts 22-23:
¡Oh, semidioses!, echen en el océano de leche toda clase de verduras, hierbas, enredaderas y plantas medicinales. Entonces, con Mi ayuda, usen la montaña Mandara como vara de batir y a Vāsuki como cuerda, y batan el océano de leche concentrando toda su atención. Los demonios trabajarán, pero el verdadero resultado, el néctar que se producirá del océano, será para ustedes, los semidioses.
Text 24:
Mis queridos semidioses, todo puede lograrse con paciencia y paz, pero quien se deja agitar por la ira no logra su objetivo. Por lo tanto, todo lo que los demonios pidan, dejen que se lo queden.
Text 25:
Del océano de leche se generará un veneno llamado kālakūṭa, pero no se asusten. Además, al batir el océano se crearán diversos productos, pero no deben sentir codicia o ansiedad por obtenerlos, y tampoco se irriten.
Text 26:
Śukadeva Gosvāmī continuó: ¡Oh, rey Parīkṣit!, después de dar esos consejos a los semidioses, la independiente Suprema Personalidad de Dios, la mejor de todas las entidades vivientes, desapareció de su vista.
Text 27:
El Señor Brahmā y el Señor Śiva, después de ofrecer respetuosas reverencias al Señor, regresaron a sus moradas. Entonces, los semidioses fueron a ver a Mahārāja Bali.
Text 28:
Mahārāja Bali, un famosísimo rey de los demonios, sabía muy bien cuándo era tiempo de paz y cuándo de guerra. Así, aunque sus generales y capitanes se agitaron mucho y estuvieron a punto de matar a los semidioses, Mahārāja Bali se lo prohibió, pues vio que los semidioses venían en son de paz.
Text 29:
Los semidioses se acercaron a Bali Mahārāja, el hijo de Virocana, y se sentaron cerca de él. Bali Mahārāja estaba escoltado por los generales de los demonios y gozaba de gran opulencia, pues había conquistado los tres mundos.
Text 30:
Tras complacer a Bali Mahārāja con palabras afables, el muy inteligente Señor Indra, el rey de los semidioses, le presentó, con suma cortesía, todas las propuestas que la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Viṣṇu, les había aconsejado.
Text 31:
Las propuestas del Señor Indra fueron aceptadas de inmediato por Bali Mahārāja y sus asistentes, encabezados por Śambara y Ariṣṭanemi, y por todos los demás habitantes de Tripura.
Text 32:
¡Oh, Mahārāja Parīkṣit, castigador de enemigos!, a continuación, los semidioses y los demonios pactaron un armisticio y se empeñaron en los grandes preparativos para producir néctar, como el Señor Indra había propuesto.
Text 33:
Acto seguido, con muchísima fuerza, los demonios y los semidioses, que eran muy poderosos y tenían brazos largos y robustos, levantaron de raíz la montaña Mandara. Dando grandes voces, la llevaron hacia el océano de leche.
Text 34:
La montaña era tan grande, y la distancia tan larga, que el rey Indra, Mahārāja Bali y los demás semidioses y demonios se sintieron muy fatigados. Sin poder llevarla más lejos, tuvieron que soltarla.
Text 35:
La montaña Mandara pesaba muchísimo, pues está hecha de oro, y al caer aplastó a muchos semidioses y demonios.
Text 36:
Los semidioses y los demonios estaban frustrados y desanimados; tenían rotos los brazos, los muslos y los hombros. Por esa razón, la Suprema Personalidad de Dios, que lo conoce todo, apareció en el lugar a lomos de Garuḍa, Su ave portadora.
Text 37:
Al observar que la mayoría de los demonios y semidioses habían sido aplastados por la montaña, el Señor posó Su mirada sobre ellos y les devolvió la vida. Así se vieron libres del dolor, y en sus cuerpos no quedó ni la menor magulladura.
Text 38:
Con toda facilidad, el Señor levantó la montaña con una mano y la puso a lomos de Garuḍa, para, seguidamente, sentarse también Él sobre Garuḍa y partir hacia el océano de leche, rodeado por los semidioses y los demonios.
Text 39:
Una vez allí, Garuḍa, el líder de las aves, descargó de su espalda la montaña Mandara y la llevó cerca del agua. El Señor le pidió entonces que abandonara el lugar, y así lo hizo.