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Śrīmad-bhāgavatam 8.3.26

Texto

so ’haṁ viśva-sṛjaṁ viśvam
aviśvaṁ viśva-vedasam
viśvātmānam ajaṁ brahma
praṇato ’smi paraṁ padam

Palabra por palabra

saḥ — esa; aham — yo (la persona que desea liberarse de la vida material); viśva-sṛjam — a aquel que ha creado la manifestación cósmica; viśvam — que es, en Sí mismo, la totalidad de la manifestación cósmica; aviśvam — aunque es trascendental a la manifestación cósmica; viśva-vedasam — que es el conocedor o el componente de la manifestación universal; viśva-ātmānam — el alma del universo; ajam — que nunca ha nacido, que existe eternamente; brahma — el Supremo; praṇataḥ asmi — ofrezco respetuosas reverencias; param — que es trascendental; padam — el refugio.

Traducción

Ahora, con el deseo de liberarme por completo de la vida material, ofrezco respetuosas reverencias a esa Persona Suprema, el creador del universo, que es, en Sí mismo, la forma del universo, y, no obstante, es trascendental a la manifestación cósmica. Él es el conocedor supremo de todo lo que existe en el mundo, la Superalma del universo. Él es el Señor innaciente y supremo. A Él ofrezco mis respetuosas reverencias.

Significado

A veces, cuando les predicamos acerca del proceso de bhakti-yoga, conciencia de Kṛṣṇa, la gente común argumenta: «¿Kṛṣṇa? ¿Dios? ¿Dónde está?, ¿nos lo pueden mostrar?». La respuesta que se da en este verso es que, si tenemos suficiente inteligencia, debemos saber que existe alguien que ha creado toda la manifestación cósmica, aportando sus componentes y transformándose en ellos, alguien que existe eternamente pero que no está dentro de la manifestación cósmica. Partiendo de esta idea, podemos ofrecer respetuosas reverencias al Señor Supremo. Ese es el comienzo de la vida devocional.