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Śrīmad-bhāgavatam 8.23.29

Texto

pāraṁ mahimna uruvikramato gṛṇāno
yaḥ pārthivāni vimame sa rajāṁsi martyaḥ
kiṁ jāyamāna uta jāta upaiti martya
ity āha mantra-dṛg ṛṣiḥ puruṣasya yasya

Palabra por palabra

pāram — la medida; mahimnaḥ — de las glorias; uruvikramataḥ — de la Suprema Personalidad de Dios, que actúa en forma maravillosa; gṛṇānaḥ — puede contar; yaḥ — una persona que; pārthivāni — de todo el planeta Tierra; vimame — puede contar; saḥ — él; rajāṁsi — los átomos; martyaḥ — un ser humano sujeto a la muerte; kim — qué; jāyamānaḥ — el que nacerá en el futuro; uta — o; jātaḥ — el que ya ha nacido; upaiti — puede hacer; martyaḥ — una persona sujeta a la muerte; iti — así; āha — dijo; mantra-dṛk — que podía prever los mantras védicos; ṛṣiḥ — el gran santo Vasiṣṭha Muni; puruṣasya — de la persona suprema; yasya — de quien.

Traducción

A quien está sujeto a la muerte, medir las glorias de la Suprema Personalidad de Dios, Trivikrama, el Señor Viṣṇu, le será tan imposible como contar los átomos de todo el planeta Tierra. Esto no puede hacerlo nadie que haya nacido o que esté destinado a nacer. Así lo ha cantado el gran sabio Vasiṣṭha.

Significado

Vasiṣṭha Muni nos ha legado un mantra acerca del Señor Viṣṇu: na te viṣṇor jāyamāno na jāto mahimnaḥ pāram anantam āpa: Nadie puede calcular hasta dónde se extienden las gloriosas actividades del Señor Viṣṇu, que son extraordinarias. Por desdicha, muchos supuestos científicos, seres destinados a morir, tratan de entender mediante la especulación la maravillosa creación del cosmos. Nada más necio. Hace muchísimo tiempo, Vasiṣṭha Muni dijo: «Nadie puede medir las glorias del Señor, y nadie podrá hacerlo en el futuro». Simplemente debemos darnos por satisfechos con ver las gloriosas actividades de la creación del Señor Supremo. Por esa razón, en el Bhagavad-gītā (10.42), el Señor dice:viṣṭabhyāham idaṁ kṛtsnam ekāṁśena sthito jagat: «Con un solo fragmento de Mí mismo, Yo penetro y sostengo todo este universo». El mundo material está formado por infinidad de universos, y cada uno de ellos está lleno de infinidad de planetas, todos ellos producto de la energía material de la Suprema Personalidad de Dios. Sin embargo, en conjunto no constituyen más que una cuarta parte de la creación del Señor. Las otras tres cuartas partes forman el mundo espiritual. De los incontables planetas que hay en un solo universo, los supuestos científicos ni siquiera logran entender algo de la Luna o de Marte, pero no por ello dejan de desafiar la creación del Señor Supremo y Su extraordinaria energía. A esos hombres se les considera locos: nūnaṁ pramattaḥ kurute vikarma (Bhāg. 5.5.4). Esos locos desperdician tiempo, dinero y energía en el empeño de desafiar las gloriosas actividades de Urukrama, la Suprema Personalidad de Dios.