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CAPÍTULO 23

Los semidioses recuperan los planetas celestiales

En este capítulo se habla de la entrada de Bali Mahārāja, en compañía de su abuelo Prahlāda Mahārāja, en el planeta Sutala. También se habla de Indra, a quien la Suprema Personalidad de Dios permitió regresar al planeta celestial.

La gran alma Bali Mahārāja pudo comprobar que el mayor bien en la vida consiste en alcanzar la entrega plena en el servicio devocional, bajo el refugio de los pies de loto del Señor. Firmemente establecido en esta conclusión, con el corazón lleno de devoción extática y los ojos llenos de lágrimas, ofreció reverencias a la Personalidad de Dios antes de entrar, con todos los suyos, en el planeta Sutala. De este modo, la Suprema Personalidad de Dios satisfizo el deseo de Aditi y devolvió a Indra el trono. Prahlāda Mahārāja, enterado de que Bali había sido liberado de su arresto, glorificó los pasatiempos trascendentales de la Suprema Personalidad de Dios en el mundo material. Prahlāda Mahārāja alabó al Señor Supremo por haber creado el mundo material, por Su total ecuanimidad, y por ser como un árbol de deseos, ilimitadamente generoso con los devotos. Prahlāda Mahārāja dijo que el Señor no solo es bondadoso con los devotos, sino también con los demonios. De esa manera glorificó la ilimitada misericordia sin causa de la Suprema Personalidad de Dios. Después, con las manos juntas, ofreció respetuosas reverencias al Señor, y, tras caminar alrededor de Él, entró en el planeta Sutala conforme a Su orden. El Señor ordenó entonces a Śukrācārya que explicase los errores y faltas que Bali Mahārāja había cometido en la ceremonia de sacrificio. Śukrācārya, mediante el canto del santo nombre del Señor, se liberó de las actividades fruitivas; entonces explicó que ese santo nombre puede hacer que disminuyan los defectos del alma condicionada. A continuación, completó la ceremonia de sacrificio de Bali Mahārāja. Todas las grandes personas santas aclamaron al Señor Vāmanadeva como benefactor del Señor Indra, a quien había devuelto su planeta celestial. También reconocieron que la Suprema Personalidad de Dios es quien sustenta todo el universo. Muy feliz, en compañía de todo su séquito, Indra subió a su avión y, sentado al frente de Vāmanadeva, volvió a entrar en el planeta celestial. Después de ver las maravillosas actividades del Señor Viṣṇu en el recinto de sacrificios de Bali Mahārāja, todos los semidioses, las personas santas, los pitās, los bhūtas y los siddhasglorificaban al Señor una y otra vez. El capítulo se cierra con la afirmación de que la actividad más auspiciosa para el alma condicionada consiste en cantar y escuchar las gloriosas actividades del Señor Viṣṇu.

Text 1:
Śukadeva Gosvāmī dijo: Cuando la Personalidad de Dios, el supremo, el antiguo, el eterno, hubo hablado así a Bali Mahārāja, que es reconocido universalmente como devoto puro del Señor y, por ello, como una gran alma, Bali Mahārāja, con los ojos llenos de lágrimas, las manos juntas y la voz quebrada por el éxtasis devocional, respondió con las siguientes palabras.
Text 2:
Bali Mahārāja dijo: ¡Qué maravillosos efectos tiene el simple intento de ofrecerte respetuosas reverencias! Aunque solo traté de ofrecerte reverencias, obtuve el mismo resultado que los devotos puros. Ni siquiera los semidioses o los líderes de los planetas obtuvieron nunca la misericordia sin causa que me has concedido a mí, que soy un caído demonio.
Text 3:
Śukadeva Gosvāmī continuó: Tras decir estas palabras, Bali Mahārāja ofreció reverencias, primero a la Suprema Personalidad de Dios, Hari, y después al Señor Brahmā y al Señor Śiva. Así pues, fue liberado de las nāga-pāśa [las cuerdas de Varuṇa] que le apresaban, y completamente satisfecho, entró en el planeta inferior llamado Sutala.
Text 4:
De esta forma, la Suprema Personalidad de Dios devolvió a Indra sus derechos sobre los planetas celestiales y satisfizo el deseo de Aditi, madre de los semidioses, dirigiendo así el gobierno del universo.
Text 5:
Prahlāda Mahārāja, cuando tuvo noticia de que Bali Mahārāja, su nieto y descendiente, había sido liberado de su cautiverio y había obtenido la bendición del Señor, dijo lo siguiente en un tono de gran devoción extática.
Text 6:
Prahlāda Mahārāja dijo: ¡Oh, Suprema Personalidad de Dios!, Tú recibes la adoración del universo entero; hasta el Señor Brahmā y el Señor Śiva adoran Tus pies de loto. Sin embargo, a pesar de ser una personalidad tan importante, has tenido la bondad de prometernos Tu protección a nosotros, que somos demonios. Pienso que ni el Señor Brahmā, ni el Señor Śiva, ni Lakṣmī, la diosa de la fortuna, por no hablar de los demás semidioses y la gente común, han recibido nunca una muestra de semejante bondad.
Text 7:
¡Oh, refugio supremo de todos!, grandes personalidades como Brahmā disfrutan de su perfección con simplemente saborear la miel del servicio de Tus pies de loto. Pero nosotros, que somos bandidos y degenerados, nacidos en una envidiosa familia de demonios, ¿cómo hemos recibido Tu misericordia? Si ha sido posible es solo porque Tu misericordia es inmotivada.
Text 8:
¡Oh, mi Señor!, Tus pasatiempos son la maravillosa obra de Tu inconcebible energía espiritual, con cuyo reflejo desvirtuado, la energía material, has creado todos los universos. Tú, como Superalma de todas las entidades vivientes, eres consciente de todo, y debido a ello también eres ecuánime con todos. No obstante, favoreces a Tus devotos. Pero no se trata de favoritismo, pues Te caracterizas por ser como un árbol de deseos, que da de todo conforme a las aspiraciones de la persona.
Text 9:
La Suprema Personalidad de Dios dijo: Mi querido hijo Prahlāda, te deseo toda buena fortuna. Por el momento, te ruego que vayas al lugar llamado Sutala y que allí disfrutes de la felicidad en compañía de tu nieto y tus demás amigos y familiares.
Text 10:
La Suprema Personalidad de Dios aseguró a Prahlāda Mahārāja: Allí podrás verme en Mi forma habitual, con la caracola, el disco, la maza y el loto en las manos. Debido a la felicidad trascendental que sentirás por verme siempre en persona, ya no te enredarás más en actividades fruitivas.
Texts 11-12:
Śrīla Śukadeva Gosvāmī dijo: Mi querido rey Parīkṣit, Prahlāda Mahārāja, el señor de todos los jefes de los demonios, acompañado por Bali Mahārāja, aceptó con las manos juntas sobre la cabeza la orden del Señor Supremo. Después de responder afirmativamente al Señor, caminar alrededor de Él y ofrecerle respetuosas reverencias, entró en el sistema planetario llamado Sutala.
Text 13:
Hari, la Suprema Personalidad de Dios, Nārāyaṇa, Se dirigió a continuación a Śukrācārya, que estaba sentado cerca, en medio de la asamblea, con los sacerdotes [brahma, hotā, udgatā y adhvaryu]. ¡Oh, Mahārāja Parīkṣit!, todos aquellos sacerdotes eran brahma-vādīs, seguidores de los principios védicos para la celebración de sacrificios.
Text 14:
¡Oh, el mejor de los brāhmaṇas, Śukrācārya!, por favor, explica cuál ha sido el error o incorrección de tu discípulo Bali Mahārāja, que se ocupaba en la celebración de sacrificios. Esa falta quedará anulada cuando se la juzgue ante brāhmaṇas cualificados.
Text 15:
Śukrācārya dijo: Mi Señor, Tú eres el disfrutador y quien dicta las leyes de todas las celebraciones de sacrificios. Tú eres además el yajña-puruṣa, la persona a quien se ofrecen todos los sacrificios. Cuando alguien Te ha satisfecho plenamente, ¿qué errores o incorrecciones se pueden encontrar en su celebración de sacrificios?
Text 16:
Al pronunciar los mantras y seguir los principios regulativos, se pueden cometer muchos errores. También puede haber incorrecciones con respecto al momento, el lugar, la persona y los útiles. Pero cuando se canta el santo nombre de Tu Señoría, toda falta desaparece.
Text 17:
Señor Viṣṇu, no obstante, debo actuar conforme Tú me has ordenado, pues la obediencia a Tus órdenes es sumamente auspiciosa y es el primer deber de todos.
Text 18:
Śukadeva Gosvāmī continuó: De ese modo, el muy poderoso Śukrācārya acató con todo respeto la orden de la Suprema Personalidad de Dios, y, junto con los mejores brāhmaṇas, se dedicó a subsanar las deficiencias de los sacrificios celebrados por Bali Mahārāja.
Text 19:
¡Oh, rey Parīkṣit!, después de haber quitado a Bali Mahārāja todas sus tierras, la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Vāmanadeva, que había actuado como mendigo, entregó a Su hermano Indra todas las tierras que su enemigo le había arrebatado.
Texts 20-21:
Brahmā [el señor del rey Dakṣa y de todos los demás prajāpatis], acompañado por todos los semidioses, las grandes personas santas, los habitantes de Pitṛloka, los manus, los munis y líderes como Dakṣa, Bhṛgu y Aṅgirā, así como Kārttikeya y el Señor Śiva, aceptó al Señor Vāmanadeva como protector de todos. Él actuó de esa forma para complacer a Kaśyapa Muni y su esposa Aditi, así como por el bien de todos los habitantes del universo, con sus diversos líderes.
Texts 22-23:
¡Oh, rey Parīkṣit!, Indra fue considerado rey del universo, pero los semidioses, encabezados por el Señor Brahmā, querían que Upendra, el Señor Vāmanadeva, fuese el protector de los Vedas, los principios de la religión, la fama, la opulencia, lo auspicioso, los votos, la elevación al sistema planetario superior y la liberación. De ese modo honraron a Upendra, el Señor Vāmanadeva, como amo supremo de todo. Esa decisión hizo muy felices a todas las entidades vivientes.
Text 24:
A continuación, junto con todos los líderes de los planetas celestiales, Indra, el rey del cielo, subió a un avión celestial, y, con la aprobación del Señor Brahmā, sentó al frente al Señor Vāmanadeva y Le llevó al planeta celestial.
Text 25:
Indra, el rey del cielo, protegido por los brazos de Vāmanadeva, la Suprema Personalidad de Dios, recuperó así el gobierno de los tres mundos y fue establecido nuevamente en su posición de opulencia suprema, libre de temor y completamente satisfecho.
Texts 26-27:
El Señor Brahmā, el Señor Śiva, el Señor Kārttikeya, el gran sabio Bhṛgu, con otras personas santas, los habitantes de Pitṛloka y todas las demás entidades vivientes allí presentes, entre quienes estaban los habitantes de Siddhaloka y entidades vivientes que viajan con aviones por el espacio exterior, glorificaron juntos las extraordinarias actividades del Señor Vāmanadeva. ¡Oh, rey!, cantando acerca del Señor y glorificándole, regresaron a sus respectivos planetas celestiales. También alabaron la posición de Aditi.
Text 28:
¡Oh, Mahārāja Parīkṣit, placer de tu dinastía!, así ha terminado mi relato de las maravillosas actividades de la Suprema Personalidad de Dios Vāmanadeva. Ciertamente, aquellos que las escuchan se liberan de todos los resultados de las actividades pecaminosas.
Text 29:
A quien está sujeto a la muerte, medir las glorias de la Suprema Personalidad de Dios, Trivikrama, el Señor Viṣṇu, le será tan imposible como contar los átomos de todo el planeta Tierra. Esto no puede hacerlo nadie que haya nacido o que esté destinado a nacer. Así lo ha cantado el gran sabio Vasiṣṭha.
Text 30:
Quien escucha acerca de las extraordinarias actividades de la Suprema Personalidad de Dios en Sus diversas encarnaciones, sin lugar a dudas se eleva al sistema planetario superior, o puede incluso ser llevado de regreso al hogar, de vuelta a Dios.
Text 31:
Las actividades de Vāmanadeva, cuando se narran en el transcurso de una ceremonia ritual destinada a complacer a los semidioses, a los antepasados que se hallan en Pitṛloka, o bien a celebrar un acontecimiento social, como una boda, hacen de esa ceremonia una ocasión sumamente auspiciosa.