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Śrīmad-bhāgavatam 7.9.20

Texto

yasmin yato yarhi yena ca yasya yasmād
yasmai yathā yad uta yas tv aparaḥ paro vā
bhāvaḥ karoti vikaroti pṛthak svabhāvaḥ
sañcoditas tad akhilaṁ bhavataḥ svarūpam

Palabra por palabra

yasmin — en toda condición de vida; yataḥ — por nada; yarhi — en ningún momento (pasado, presente o futuro); yena — por algo; ca — también; yasya — en relación con nadie; yasmāt — de todo representante causal; yasmai — a todo aquel que (sin hacer diferencias en relación con el lugar, la persona o el tiempo); yathā — de todas las maneras; yat — cualquiera que pueda ser; uta — ciertamente; yaḥ — todo el que; tu — pero; aparaḥ — el otro; paraḥ — el supremo; — o; bhāvaḥ — ser; karoti — hace; vikaroti — cambia; pṛthak — separado; svabhāvaḥ — naturaleza (bajo la influencia de diversas modalidades de la naturaleza material); sañcoditaḥ — influido; tat — eso; akhilam — todo; bhavataḥ — de Tu Señoría; svarūpam — que ha emanado de Tus diversas energías.

Traducción

Mi querido Señor, en el mundo material, todos estamos sometidos a las modalidades de la naturaleza material, bajo la influencia de la bondad, la pasión y la ignorancia. Todos, desde la personalidad más eminente, el Señor Brahmā, hasta la diminuta hormiga, actuamos bajo la influencia de esas modalidades. Por lo tanto, en el mundo material todos estamos bajo la influencia de Tu energía. Tanto la causa que nos hace actuar, como el lugar y el momento de la acción, el objeto que nos lleva a actuar, el objetivo que hemos considerado supremo en la vida, y el proceso para alcanzar ese objetivo, no son más que manifestaciones de Tu energía. En verdad, la energía y la fuente de energía son idénticos; por lo tanto, todo ello son manifestaciones de Tu persona.

Significado

Puede que nos sintamos protegidos por nuestros padres, por el gobierno, por algún lugar o por alguna otra causa, pero todo se debe a las distintas potencias de la Suprema Personalidad de Dios. Todo lo que sucede en los sistemas planetarios superiores, medios o inferiores, se debe a la supervisión y el control del Señor Supremo. Por eso en las Escrituras se dice: karmaṇā daiva-netreṇa jantur dehopapattaye. La Suprema Personalidad de Dios, la Superalma que está en el corazón de todos, nos da la inspiración para actuar de acuerdo con nuestra propia mentalidad. Todas esas mentalidades no son sino recursos que Kṛṣṇa proporciona a la persona que realiza las acciones. Por consiguiente, el Bhagavad-gītā dice: mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca: Todo el mundo actúa conforme a la inspiración que recibe de la Superalma. Cada persona tiene un objetivo distinto en la vida, y debido a ello actúa de manera distinta, guiada por la Suprema Personalidad de Dios.

Las palabras yasmin yato yarhi yena ca yasya yasmāt indican que todas las actividades, sean cuales sean, no son sino distintos aspectos de la Suprema Personalidad de Dios. Todas son creadas por la entidad viviente y se cumplen por la misericordia del Señor. Esas actividades no son diferentes del Señor, pero, aun así, el Señor ordena: sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja: «Abandona todos los demás deberes y entrégate a Mí». Si aceptamos esta indicación del Señor, podemos alcanzar la verdadera felicidad. Mientras actuamos conforme a nuestros sentidos materiales, permanecemos en la vida material; pero, tan pronto como seguimos las directrices del Señor, que son trascendentales y reales, alcanzamos la posición espiritual. Las actividades del bhakti, el servicio devocional, se encuentran bajo la supervisión directa de la Suprema Personalidad de Dios. El Nārada-pañcarātra afirma:

sarvopādhi-vinirmuktaṁ
tat-paratvena nirmalam
hṛṣīkeṇa hṛṣīkeśa-
sevanaṁ bhaktir ucyate

Cuando abandonamos las posiciones basadas en la identificación material y actuamos directamente bajo la Suprema Personalidad de Dios, nuestra vida espiritual cobra nueva vida. Esto se define con las palabrassvarūpena avasthiti, situarse en la posición constitucional original. Esa es la verdadera definición de mukti, la liberación del cautiverio material.