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Śrīmad-bhāgavatam 7.8.27

Texto

taṁ manyamāno nija-vīrya-śaṅkitaṁ
yad dhasta-mukto nṛhariṁ mahāsuraḥ
punas tam āsajjata khaḍga-carmaṇī
pragṛhya vegena gata-śramo mṛdhe

Palabra por palabra

tam — a Él (al Señor Nṛsiṁhadeva); manyamānaḥ — pensando; nija-vīrya-śaṅkitam — asustado de su poder; yat — debido a; hasta-muktaḥ — liberado de las garras del Señor; nṛ-harim — el Señor Nṛsiṁhadeva; mahā-asuraḥ — el gran demonio; punaḥ — de nuevo; tam — a Él; āsajjata — atacó; khaḍga-carmaṇī — su espada y su escudo; pragṛhya — tomando; vegena — con gran fuerza; gata-śramaḥ — libre de la fatiga; mṛdhe — en la batalla.

Traducción

Cuando se vio libre de las manos de Nṛsiṁhadeva, Hiraṇyakaśipu pensó, equivocadamente, que el Señor estaba asustado de su poder. Por eso, después de tomarse un pequeño respiro, tomó su espada y su escudo y atacó de nuevo al Señor con gran fuerza.

Significado

Los necios, cuando ven que un pecador disfruta de bienestar material, a veces piensan: «¿Cómo es posible? Este pecador disfruta de la vida, mientras que otros, que son piadosos, están sufriendo». A veces, por la voluntad del Señor, un pecador recibe la oportunidad de disfrutar del mundo material como si no estuviese bajo las garras de la naturaleza material, pero todo ello no es más que un engaño. El pecador que va en contra de las leyes de la naturaleza tiene que recibir un castigo, pero a veces se le da la oportunidad de divertirse, como le ocurrió a Hiraṇyakaśipu, cuando se vio libre de las manos de Nṛsiṁhadeva. El destino de Hiraṇyakaśipu era morir a manos de Nṛsiṁhadeva, pero el Señor, por diversión, le dio la oportunidad de soltarse de Sus manos.