Śrīmad-bhāgavatam 7.8.13
Texto
śiraḥ kāyād dharāmi te
gopāyeta haris tvādya
yas te śaraṇam īpsitam
Palabra por palabra
saḥ — él; aham — yo; vikatthamānasya — que estás diciendo semejantes tonterías; śiraḥ — la cabeza; kāyāt — del cuerpo; harāmi — te voy a quitar; te — de ti; gopāyeta — que Él proteja; hariḥ — la Suprema Personalidad de Dios; tvā — a ti; adya — ahora; yaḥ — aquel que; te — tuyo; śaraṇam — protector; īpsitam — deseado.
Traducción
Estás diciendo tantas tonterías que te voy a cortar la cabeza. Ya veremos si viene a protegerte tu adorable Dios. Me gustaría verlo.
Significado
Los demonios siempre piensan que el Dios de los devotos es una fantasía. Creen que Dios no existe, y que el supuesto sentimiento religioso de devoción por Dios es una especie de alucinación, una ilusión como las producidas por el LSD o el opio. Hiraṇyakaśipu no creyó a Prahlāda Mahārāja cuando este aseguró que su Señor estaba en todas partes. Con la actitud típica de los demonios, Hiraṇyakaśipu estaba convencido de que Dios no existe y que nadie podía proteger a Prahlāda; por eso, se sentía animado a matar a su hijo. Ponía en duda la idea de que el devoto siempre cuenta con la protección del Señor Supremo.