Skip to main content

Śrīmad-bhāgavatam 7.7.39

Texto

rāyaḥ kalatraṁ paśavaḥ sutādayo
gṛhā mahī kuñjara-kośa-bhūtayaḥ
sarve ’rtha-kāmāḥ kṣaṇa-bhaṅgurāyuṣaḥ
kurvanti martyasya kiyat priyaṁ calāḥ

Palabra por palabra

rāyaḥ — la riqueza; kalatram — la esposa y amistades femeninas; paśavaḥ — animales domésticos, como las vacas, los caballos, los asnos, los perros y los gatos; suta-ādayaḥ — los hijos y demás; gṛhāḥ — grandes edificios y residencias; mahī — tierras; kuñjara — elefantes; kośa — sala del tesoro; bhūtayaḥ — y otros lujos para la complacencia de los sentidos y el disfrute material; sarve — todo; artha — el crecimiento económico; kāmāḥ — y la complacencia de los sentidos; kṣaṇa-bhaṅgura — que se termina en un instante; āyuṣaḥ — de aquel cuya duración de la vida; kurvanti — efecto de traer; martyasya — del que está destinado a morir; kiyat — cuánto; priyam — placer; calāḥ — vacilante y temporal.

Traducción

Las riquezas, una hermosa esposa y las amistades femeninas, los hijos e hijas, la casa, los animales domésticos, como las vacas, los elefantes y los caballos, los ahorros, la prosperidad económica, la complacencia de los sentidos, y, en verdad, la misma vida, en la que podemos disfrutar de todas esas opulencias materiales, son cosas temporales e inestables. La oportunidad que representa la vida humana es temporal. ¿Qué beneficio pueden dar todas esas opulencias al hombre sensato que ha comprendido que es eterno?

Significado

Este verso explica que las leyes de la naturaleza frustran los planes de los defensores del crecimiento económico. En el verso anterior se formuló la pregunta: kiṁ viṣayopapādanaiḥ: ¿Cuál es en realidad el beneficio de la supuesta prosperidad económica? La historia del mundo ha probado con hechos que los intentos de aumentar la comodidad del cuerpo por medio del crecimiento económico basado en el progreso de la civilización material, no han aportado nada a la hora de poner remedio a los inevitables problemas del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. Todo el mundo sabe que a lo largo de la historia se han levantado grandes imperios, como el imperio romano, el imperio mogul, el imperio británico, etc.; sin embargo, todas esas sociedades centradas en el crecimiento económico (sarve 'rtha-kāmāḥ), han terminado por fracasar bajo el azote periódico de las leyes de la naturaleza material en forma de guerras, pestes, hambres, etc. Nunca han pasado de intentos inestables y temporales. Por eso en este verso se dice: kurvanti martyasya kiyat priyaṁ calāḥ: Podemos estar muy orgullosos de poseer un gran imperio, pero esos imperios no son permanentes; cien o doscientos años más tarde, les llega el final. Todas esas posiciones de prosperidad económica se crean a base de grandes esfuerzos y penalidades, pero pronto quedan destruidas. Por eso se las describe con la palabra calāḥ. Todo hombre inteligente debe llegar, por lo tanto, a la conclusión de que el crecimiento económico no trae la felicidad. En el Bhagavad-gītā se explica que el mundo entero esduḥkhālayam aśāśvatam: lleno de miserias y temporal. El crecimiento económico puede resultar agradable durante algún tiempo, pero no dura mucho. Por eso hoy en día muchos hombres de negocios están deprimidos porque los gobiernos les quieren arrebatar las riquezas. En conclusión, ¿por qué perder el tiempo en ese supuesto crecimiento económico, que ni es permanente ni da placer al alma?

Por otra parte, nuestra relación con Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, es eterna. Nitya-siddha kṛṣṇa-prema. Las almas puras están enamoradas de Kṛṣṇa eternamente; ese amor permanente, ya sea como servidores, amigos, padres o amantes conyugales, no es en absoluto difícil de revivir. En esta era, además, hay una concesión especial: simplemente con cantar el mantra Hare Kṛṣṇa (harer nāma harer nāma harer nāmaiva kevalam), nuestra relación original con Dios vuelve a cobrar vida; de ese modo, sentimos tanta felicidad que no deseamos nada material. En palabras de Śrī Caitanya Mahāprabhu: na dhanaṁ na janaṁ na sundarīṁ kavitāṁ vā jagad-īśa kāmaye. El devoto muy avanzado en su conciencia de Kṛṣṇa no desea riquezas, seguidores ni posesiones. Rāyaḥ kalatraṁ paśavaḥ sutādayo gṛhā mahī kuñjara-kośa-bhūtayaḥ. La satisfacción de poseer opulencias materiales se encuentra también, aunque puede que a otro nivel, en las vidas de los perros y los gatos, que no pueden revivir su relación eterna con Kṛṣṇa. Sin embargo, en la vida humana tenemos la posibilidad de revivir esa relación eterna con Kṛṣṇa, ahora en estado latente. Por esa razón, Prahlāda Mahārāja define esta vida con la palabra arthadam. Así pues, si en lugar de perder el tiempo en busca de la prosperidad económica, que no nos puede dar felicidad, simplemente tratamos de revivir nuestra relación eterna con Kṛṣṇa, estaremos dando el uso correcto a nuestras vidas.