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Śrīmad-bhāgavatam 7.7.27

Texto

etad dvāro hi saṁsāro
guṇa-karma-nibandhanaḥ
ajñāna-mūlo ’pārtho ’pi
puṁsaḥ svapna ivārpyate

Palabra por palabra

etat — esta; dvāraḥ — cuya puerta; hi — en verdad; saṁsāraḥ — existencia material, en la cual sufrimos de las tres miserias; guṇa-karma-nibandhanaḥ — cautiverio de las tres modalidades de la naturaleza material; ajñāna-mūlaḥ — cuya raíz es la ignorancia; apārthaḥ — sin un verdadero significado; api — incluso; puṁsaḥ — de la entidad viviente; svapnaḥ — un sueño; iva — como; arpyate — es puesta.

Traducción

A causa de la inteligencia contaminada, nos vemos expuestos a las modalidades de la naturaleza, condicionados de ese modo por la existencia material. Como un estado de sueño en el que padecemos falsos sufrimientos, la existencia material, que se debe a la ignorancia, debe considerarse indeseable y temporal.

Significado

La indeseable condición de la vida temporal se denomina ignorancia. Entender que el cuerpo material es temporal es muy fácil, ya que se genera en determinada fecha y termina en otra fecha concreta, después de pasar por los seis tipos de cambio, a saber: el nacimiento, la muerte, el crecimiento, el mantenimiento, la transformación y la decadencia. Ese condicionamiento del alma eterna se debe a su ignorancia, y, aunque es temporal, es indeseable. Debido a la ignorancia, tenemos que recibir un cuerpo temporal tras otro. Sin embargo, el alma espiritual no tiene necesidad de entrar en esos cuerpos temporales. Si lo hace, se debe solo a su ignorancia, al hecho de haber olvidado a Kṛṣṇa. Por lo tanto, en la forma humana de vida, cuando se goza de mayor inteligencia, debemos cambiar nuestra conciencia y tratar de comprender a Kṛṣṇa. Entonces podremos liberarnos, como se confirma en el Bhagavad-gītā (4.9), donde el Señor dice:

janma karma ca me divyam
evaṁ yo vetti tattvataḥ
tyaktvā dehaṁ punar janma
naiti mām eti so ’rjuna

«¡Oh, Arjuna!, aquel que conoce la naturaleza trascendental de Mi advenimiento y actividades, al abandonar el cuerpo no vuelve a nacer en este mundo material, sino que alcanza Mi morada eterna». Mientras no comprendamos a Kṛṣṇa y nos volvamos conscientes de Kṛṣṇa, seguiremos en el cautiverio material. Para poner fin a esa vida condicionada, debemos entregarnos a la Suprema Personalidad de Dios. En verdad, eso es lo que pide el Señor Supremo: sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja.

Mahārāja Ṛṣabhadeva aconseja: na sādhu manye yata ātmano 'yam asann api kleśada āsa dehaḥ. Debemos ser lo bastante inteligentes como para entender que mientras tengamos un cuerpo, aunque sea temporal y no vaya a durar mucho tiempo, sufriremos inevitablemente las miserias de la existencia material. Por eso, si, gracias a las buenas compañías, gracias a las instrucciones de un maestro espiritual genuino, emprendemos el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, habremos superado la vida condicionada en la existencia material, y nuestra conciencia original, que recibe el nombre de conciencia de Kṛṣṇa, despertará de nuevo. En ese estado de conciencia de Kṛṣṇa podemos percibir que la existencia material, tanto si dormimos como si estamos despiertos, no es más que un sueño sin ningún valor real. Esa percepción es posible por la gracia del Señor Supremo, gracia que se manifiesta también en la forma de las instrucciones del Bhagavad-gītā. Por consiguiente, la misión de Śrī Caitanya Mahāprabhu consiste en que todo el mundo se ocupe en actividades benéficas destinadas a despertar a las necias entidades vivientes, y en especial a las que pertenecen a la sociedad humana, de manera que puedan elevarse hasta el plano de conciencia de Kṛṣṇa y recibir el beneficio de liberarse de la vida condicionada.

En relación con esto, Śrīla Madhvācārya cita los siguientes versos:

duḥkha-rūpo ’pi saṁsāro
buddhi-pūrvam avāpyate
yathā svapne śiraś chedaṁ
svayaṁ kṛtvātmano vaśaḥ
tato duḥkham avāpyeta
tathā jāgarito ’pi tu
jānann apy ātmano duḥkham
avaśas tu pravartate

Debemos comprender que la condición material de la vida está llena de sufrimientos. Esto podemos comprenderlo con una inteligencia purificada. Cuando la inteligencia se purifica, podemos comprender que la vida material, indeseable y temporal, es como un sueño. Cuando soñamos que nos cortan la cabeza, experimentamos sufrimiento; del mismo modo, bajo la influencia de la ignorancia, sufrimos, no solo mientras soñamos, sino también cuando estamos despiertos. Sin la misericorida de la Suprema Personalidad de Dios, permanecemos bajo la influencia de la ignorancia, expuestos de ese modo a las diversas formas de sufrimiento material.