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CAPÍTULO 6

Prahlāda instruye a sus compañeros demonios

Este capítulo presenta las instrucciones de Prahlāda Mahārāja a sus compañeros de escuela. Dirigiéndose a sus compañeros, todos ellos hijos de demonios, Prahlāda Mahārāja subrayó que todas las entidades vivientes, y especialmente en la sociedad humana, deben interesarse por la iluminación espiritual desde el mismo principio de la vida. En la niñez, los seres humanos deben aprender que la Suprema Personalidad de Dios es la Deidad digna de la veneración de todos. No hay que poner demasiado interés en el disfrute material; mejor estar satisfechos con los beneficios materiales que se puedan obtener sin grandes dificultades; la vida es breve, y, por lo tanto, cada instante debe dedicarse al avance espiritual. Se puede caer en el error de pensar: «En los primeros años de la vida disfrutaré de las comodidades materiales; ya me volveré consciente de Kṛṣṇa en la vejez». Esos pensamientos materialistas son siempre inútiles, porque en la vejez no es posible educarse en el modo de vida espiritual. Por lo tanto, debemos ocuparnos en servicio devocional (śravaṇaṁ kīrtanaṁ viṣṇoḥ) desde el mismo comienzo de la vida. Ese es el deber de todas las entidades vivientes. La educación materialista está contaminada de las tres modalidades de la naturaleza, pero la educación espiritual, de la que está muy necesitada la sociedad humana, es trascendental. Prahlāda Mahārāja reveló el secreto de cómo recibió las enseñanzas de Nārada Muni. Si aceptamos los pies de loto de Prahlāda Mahārāja, que pertenece a la sucesión paramparā, podremos entender la modalidad espiritual de la vida. Para aceptar esta clase de actividades, no hay necesidad de grandes cualidades materiales.

Los compañeros de clase de Prahlāda Mahārāja, después de escucharle, le preguntaron cómo había llegado a ser tan erudito y tan avanzado. Con ello finaliza el capítulo.

Texto

śrī-prahrāda uvāca
kaumāra ācaret prājño
dharmān bhāgavatān iha
durlabhaṁ mānuṣaṁ janma
tad apy adhruvam arthadam

Palabra por palabra

śrī-prahrādaḥ uvāca — Prahlāda Mahārāja dijo; kaumāraḥ — en la tierna edad infantil; ācaret — debe practicar; prājñaḥ — la persona inteligente; dharmān — deberes prescritos; bhāgavatān — que son servicio devocional a la Suprema Personalidad de Dios; iha — en esta vida; durlabham — que muy rara vez se obtiene; mānuṣam — humano; janma — nacimiento; tat — ese; api — incluso; adhruvam — no permanente, temporal; artha-dam — pleno de significado.

Traducción

Prahlāda Mahārāja dijo: La persona que sea lo bastante inteligente debe emplear el cuerpo de forma humana desde el mismo principio de la vida, o, en otras palabras, desde la más tierna infancia, para practicar las actividades del servicio devocional, abandonando todas las demás ocupaciones. El cuerpo humano es muy difícil de obtener; aunque es temporal, como otros cuerpos, es sumamente importante, pues en la vida humana se puede practicar servicio devocional. De un poco de servicio devocional sincero podemos obtener la perfección completa.

Significado

La civilización védica en conjunto, y el estudio de los Vedas en particular, no tienen otro objetivo que el logro de la etapa perfecta del servicio devocional en la forma humana de vida. El sistema védico implanta el sistema de brahmacarya desde el mismo principio de la vida, de manera que las actividades humanas puedan orientarse hacia la dedicación perfecta en el servicio devocional desde la misma infancia, a partir de los cinco años. Como se confirma en elBhagavad-gītā (2.40): svalpam apy asya dharmasya trāyate mahato bhayāt: «En esta senda, incluso un pequeño avance puede protegernos del más peligroso tipo de temor». La civilización moderna, pasando por alto las conclusiones de las Escrituras védicas, es tan cruel con los miembros de la sociedad humana que, en lugar de enseñar a los niños a ser brahmacārīs, enseña a las madres a matar a sus hijos cuando aún están en el vientre, so pretexto de controlar la explosión demográfica. Y si un niño tiene la suerte de nacer, solo le educarán en la complacencia de los sentidos. Poco a poco, en todo el mundo, la sociedad humana está perdiendo el interés en la perfección de la vida. En verdad, los hombres están viviendo como perros y gatos, desperdiciando sus años de vida humana en prepararse para transmigrar de nuevo a las especies más degradadas de las 8 400 000 formas de vida. El movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa tiene un gran deseo de servir a la sociedad humana y enseñar a la gente la práctica del servicio devocional; mediante esa práctica, el ser humano puede salvarse de la degradación y de caer de nuevo en la vida animal. Como ya ha explicado Prahlāda Mahārāja, el bhāgavata-dharma comprende las prácticas de śravaṇaṁ kīrtanaṁ viṣṇoḥ smaraṇaṁ pāda-sevanam/ arcanaṁ vandanaṁ dāsyaṁ sakhyam ātma-nivedanam. En todas las escuelas, colegios y universidades, así como en todos los hogares, se debe enseñar a los niños y a los jóvenes a escuchar acerca de la Suprema Personalidad de Dios. En otras palabras, se les debe enseñar a escuchar las instrucciones del Bhagavad-gītā y a ponerlas en práctica en sus vidas, de manera que se vuelvan fuertes en el servicio devocional y queden libres del temor a degradarse a una vida animal. En la era de Kali, se nos dan enormes facilidades para que sigamos el bhāgavata-dharma. El śāstra dice:

harer nāma harer nāma
harer nāmaiva kevalam
kalau nāsty eva nāsty eva
nāsty eva gatir anyathā

Lo único que debemos hacer es cantar el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa. Todo el que se ocupe en la práctica de cantar el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa se limpiará por completo, desde lo más hondo del corazón, y se salvará del ciclo de nacimientos y muertes.

Texto

yathā hi puruṣasyeha
viṣṇoḥ pādopasarpaṇam
yad eṣa sarva-bhūtānāṁ
priya ātmeśvaraḥ suhṛt

Palabra por palabra

yathā — a fin de; hi — en verdad; puruṣasya — de una entidad viviente; iha — aquí; viṣṇoḥ — del Señor Viṣṇu, la Suprema Personalidad de Dios; pāda-upasarpaṇam — acudir a los pies de loto; yat — debido a; eṣaḥ — este; sarva-bhūtānām — de todas las entidades vivientes; priyaḥ — el ser querido; ātma-īśvaraḥ — el señor del alma, la Superalma; suhṛt — el mejor amigo y bienqueriente.

Traducción

La forma de vida humana trae consigo la oportunidad de regresar al hogar, de vuelta a Dios. Por lo tanto, todas las entidades vivientes, y en especial las que se encuentran en la forma humana de vida, deben ocuparse en el servicio devocional a los pies de loto del Señor Viṣṇu. Ese servicio devocional es natural, pues el Señor Viṣṇu, la Suprema Personalidad de Dios, es el ser más querido, el señor del alma, y el bienqueriente de todos los seres vivos.

Significado

En el Bhagavad-gītā (5.29), el Señor dice:

bhoktāraṁ yajña-tapasāṁ
sarva-loka-maheśvaram
suhṛdaṁ sarva-bhūtānāṁ
jñātvā māṁ śāntim ṛcchati

«La persona que tiene plena conciencia de Mí, sabiendo que Yo soy el beneficiario final de todo sacrificio y austeridad, el Señor Supremo de todos los planetas y semidioses, y el benefactor y bienqueriente de todas las entidades vivientes, se libera de los tormentos de las miserias materiales». Por el simple hecho de comprender estas tres verdades, es decir, que el Señor Supremo, Viṣṇu, es el propietario de toda la creación, que es el mejor amigo y bienqueriente de todas las entidades vivientes, y que es el disfrutador supremo de todo, se logran la paz y la felicidad. La entidad viviente, en busca de esa felicidad trascendental, ha vagado por todo el universo pasando por distintas formas de vida y por distintos sistemas planetarios; pero, debido a que ha olvidado su relación íntima con el Señor Viṣṇu, lo único que ha hecho ha sido sufrir vida tras vida. Por consiguiente, en la forma humana de vida, el sistema educativo debe ser perfecto, de modo que nos permita entender nuestra relación íntima con Dios, Viṣṇu. Toda entidad viviente tiene una relación íntima con Dios. Por lo tanto, debemos glorificar al Señor mediante la adoración de śānta-rasa, o revivir nuestra relación eterna con Viṣṇu, bien sea como sirvientes en la relación de dāsya-rasa, amigos (sakhya-rasa), padres (vātsalya-rasa), o amantes (mādhurya-rasa). Todas esas relaciones se dan en el plano del amor. Viṣṇu es el foco del amor de todos, y, por lo tanto, todos tenemos el deber de ocuparnos en el servicio amoroso del Señor. La Suprema Personalidad de Dios afirma: yeṣām ahaṁ priya ātmā sutaś ca sakhā guruḥ suhṛdo daivam iṣṭam (Bhāg. 3.25.38): En todas las formas de vida, tenemos una relación con Viṣṇu, que es el ser más querido, la Superalma, el hijo, el amigo y el guru. En la forma humana de vida podemos revivir nuestra relación con Dios; ese debe ser el objetivo de la educación. En verdad, esa es la perfección de la vida y la perfección de la educación.

Texto

sukham aindriyakaṁ daityā
deha-yogena dehinām
sarvatra labhyate daivād
yathā duḥkham ayatnataḥ

Palabra por palabra

sukham — felicidad; aindriyakam — en relación con los sentidos materiales; daityāḥ — ¡oh, queridos amigos nacidos en familias demoníacas!; deha-yogena — debido a poseer un determinado tipo de cuerpo material; dehinām — de todas las entidades vivientes corporificadas; sarvatra — en todas partes (en todas las formas de vida); labhyate — puede obtenerse; daivāt — por disposición superior; yathā — tal como; duḥkham — infelicidad; ayatnataḥ — sin esfuerzo.

Traducción

Prahlāda Mahārāja continuó: Mis queridos amigos nacidos en familias demoníacas, la sensación de felicidad que se percibe por el contacto de los objetos de los sentidos con el cuerpo depende de las actividades fruitivas pasadas y se puede obtener en cualquier forma de vida. Esa felicidad viene por sí sola y sin esfuerzo alguno por nuestra parte al igual que ocurre con el sufrimiento.

Significado

En el mundo material, lo que se ha dado en llamar felicidad y aflicción están presentes en todas las formas de vida. Nadie busca sufrir, pero el sufrimiento viene de todas formas. Del mismo modo, la felicidad material también vendrá por sí sola, aunque no nos esforcemos por conseguirla. La felicidad y la aflicción se obtienen en todas las formas de vida sin necesidad de esforzarse. Por lo tanto, no hay necesidad de perder tiempo y energía luchando contra el sufrimiento, ni de trabajar arduamente en busca de la felicidad. Nuestra única preocupación en la forma humana de vida debe ser revivir la relación que nos une a la Suprema Personalidad de Dios, y de ese modo capacitarnos para regresar al hogar, de vuelta a Dios. La felicidad material y la aflicción aparecen tan pronto como recibimos un cuerpo material, sea cual sea la especie a que pertenezca. La felicidad y la aflicción no pueden evitarse en ninguna circunstancia. Por consiguiente, el mejor modo de utilizar la vida humana consiste en revivir nuestra relación con el Señor Supremo, Viṣṇu.

Texto

tat-prayāso na kartavyo
yata āyur-vyayaḥ param
na tathā vindate kṣemaṁ
mukunda-caraṇāmbujam

Palabra por palabra

tat — dirigido a eso (la complacencia de los sentidos y el crecimiento económico); prayāsaḥ — esfuerzo; na — no; kartavyaḥ — hacerse; yataḥ — del cual; āyuḥ-vyayaḥ — desperdicio del tiempo de vida; param — solamente, o en última instancia; na — no; tathā — de ese modo; vindate — disfruta; kṣemam — el objetivo supremo de la vida; mukunda — de la Suprema Personalidad de Dios, que puede liberarnos de las garras de la materia; caraṇa-ambujam — los pies de loto.

Traducción

No hay que empeñarse en el logro de la complacencia de los sentidos o la felicidad material mediante el crecimiento económico, pues ese esfuerzo no es más que una pérdida de tiempo y energía que no trae ningún beneficio sustancial. Pero si dirigimos nuestros esfuerzos al cultivo de conciencia de Kṛṣṇa, no hay la menor duda de que podremos alcanzar el plano espiritual de la autorrealización. De los esfuerzos por la prosperidad económica, nunca se obtiene semejante beneficio.

Significado

Vemos que los materialistas pasan el día y la noche absortos en el empeño de obtener prosperidad económica, en un intento de aumentar su opulencia material; sin embargo, incluso en el supuesto de que esos esfuerzos les diesen algún beneficio, el verdadero problema de sus vidas quedaría sin resolver. Ni siquiera saben cuál es el verdadero problema de la vida. Esto se debe a la falta de educación espiritual. Los hombres, especialmente en la era actual, viven en la oscuridad, absortos en el concepto corporal de la vida, sin conocer nada acerca del alma espiritual y sus necesidades. La gente, descarriada por los ciegos líderes de la sociedad, cree que el cuerpo lo es todo, y se esfuerza en el intento de dar bienestar al cuerpo. Semejante civilización está condenada, pues no lleva a la humanidad hacia el conocimiento del verdadero objetivo de la vida. La gente simplemente pierde el tiempo y el precioso don de la forma humana, pues el ser humano que muere como los perros y los gatos, sin haber cultivado la vida espiritual, en su siguiente vida se degradará, pasando de la vida humana al ciclo de sucesivos nacimientos y muertes. De esa forma, pierde el verdadero beneficio de la vida humana, que consiste en volverse consciente de Kṛṣṇa y resolver los problemas de la vida.

Texto

tato yateta kuśalaḥ
kṣemāya bhavam āśritaḥ
śarīraṁ pauruṣaṁ yāvan
na vipadyeta puṣkalam

Palabra por palabra

tataḥ — por lo tanto; yateta — debe esforzarse; kuśalaḥ — el hombre inteligente interesado en el objetivo supremo de la vida; kṣemāya — por el verdadero beneficio de la vida, la liberación del cautiverio material; bhavam āśritaḥ — que está en la existencia material; śarīram — el cuerpo; pauruṣam — humano; yāvat — mientras; na — no; vipadyeta — falle; puṣkalam — fuerte y vigoroso.

Traducción

Por lo tanto, la persona que se encuentra en la existencia material [bhavam āśritaḥ] y es competente para distinguir lo que está bien y lo que está mal debe esforzarse por alcanzar el objetivo supremo de la vida mientras el cuerpo esté fuerte y vigoroso, antes de que el paso de los años haga menguar sus facultades.

Significado

Al principio del capítulo, Prahlāda Mahārāja afirmó: kaumāra ācaret prājñaḥ. La palabra prājña se refiere a la persona de experiencia que puede distinguir lo que está bien y lo que está mal. Esa persona no debe desperdiciar su energía y su valiosa vida humana en trabajar como un perro o un gato para mejorar su situación económica.

En este verso hay una palabra que admite dos lecturas distintas, bhavam āśritaḥ y bhayam āśritaḥ; cualquiera de los dos significados nos lleva a la misma conclusión. Bhayam āśritaḥ indica que en el modo de vida materialista siempre está presente el temor, ya que hay peligro a cada paso. La vida materialista está llena de ansiedades y temores (bhayam). De manera similar, si consideramos la lectura bhavam āśritaḥ, la palabra bhavam se refiere a problemas y dificultades innecesarios. La falta de conciencia de Kṛṣṇa nos lleva a bhavam, a estar constantemente afligidos por el nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. Lo cual, sin duda, nos llena de ansiedades.

Human society should be divided into a social system of brāhmaṇas, kṣatriyas, vaiśyas and śūdras, but everyone can engage in devotional service. If one wants to live without devotional service, his status as a brāhmaṇa, kṣatriya, vaiśya or śūdra certainly has no meaning. It is said, sthānād bhraṣṭāḥ patanty adhaḥ: whether one is in a higher or lower division, one certainly falls down for want of Kṛṣṇa consciousness. A sane man, therefore, is always fearful of falling from his position. This is a regulative principle. One should not fall from his exalted position. The highest goal of life can be achieved as long as one’s body is stout and strong. We should therefore live in such a way that we keep ourselves always healthy and strong in mind and intelligence so that we can distinguish the goal of life from a life full of problems. A thoughtful man must act in this way, learning to distinguish right from wrong, and thus attain the goal of life.

Texto

puṁso varṣa-śataṁ hy āyus
tad-ardhaṁ cājitātmanaḥ
niṣphalaṁ yad asau rātryāṁ
śete ’ndhaṁ prāpitas tamaḥ

Palabra por palabra

puṁsaḥ — de todo ser humano; varṣa-śatam — cien años; hi — en verdad; āyuḥ — duración de la vida; tat — de esa; ardham — mitad; ca — y; ajita-ātmanaḥ — de la persona que es sirviente de sus sentidos; niṣphalam — sin beneficio, sin sentido; yat — porque; asau — esa persona; rātryām — por la noche; śete — duerme; andham — ignorancia (olvidar su cuerpo y su alma); prāpitaḥ — completamente poseído por; tamaḥ — oscuridad.

Traducción

La vida del ser humano dura un máximo de cien años; pero el que no puede controlar los sentidos pierde por completo la mitad de esos años, pues, cubierto por la ignorancia, pasa doce horas durmiendo cada noche. De este modo, solamente vive cincuenta años.

Significado

El Señor Brahmā, los seres humanos y las hormigas viven cien años, pero esos cien años de vida son diferentes entre sí. Vivimos en un mundo relativo, en el cual los instantes temporales son también relativos y diferentes. Los cien años de Brahmā, por ejemplo, no son como los cien años del ser humano. ElBhagavad-gītā nos enseña que las doce horas diurnas de Brahmā equivalen a 4 300 000 veces 1 000 años (sahasra-yuga-paryantam ahar yad brahmaṇo viduḥ). De modo que los varṣa-śatam, los cien años, son relativamente distintos en función del tiempo, la persona y las circunstancias. En lo que se refiere a los seres humanos, el cálculo de este verso es correcto para la generalidad de la gente. De un máximo de cien años de vida, cincuenta se pierden durmiendo. El cuerpo tiene cuatro necesidades: comer, dormir, tener relaciones sexuales y defenderse, pero la persona que desee progresar en el cultivo de conciencia espiritual debe emplear en ello toda la duración de su vida, reduciendo esas actividades al mínimo. Eso le permitirá aprovechar todo su tiempo de vida.

Texto

mugdhasya bālye kaiśore
krīḍato yāti viṁśatiḥ
jarayā grasta-dehasya
yāty akalpasya viṁśatiḥ

Palabra por palabra

mugdhasya — de una persona confundida o que no posee conocimiento perfecto; bālye — en la infancia; kaiśore — en la adolescencia; krīḍataḥ — jugando; yāti — pasa; viṁśatiḥ — veinte años; jarayā — por la invalidez; grasta-dehasya — de una persona dominada; yāti — pasa; akalpasya — sin determinación, incapaz ni de realizar actividades materiales; viṁśatiḥ — otros veinte años.

Traducción

Los primeros diez años de la vida se van en la confusión de la edad infantil. Otros diez años se van en los juegos y diversiones de la adolescencia; de ese modo perdemos veinte años. Del mismo modo, en la vejez, cuando somos inválidos incapacitados hasta para las actividades materiales, perdemos inútilmente otros veinte años.

Significado

La persona que no es consciente de Kṛṣṇa pierde veinte años en la infancia y la adolescencia; y otros veinte años en la vejez, incapaz de realizar ninguna actividad material y llena de ansiedad por el porvenir de los hijos y nietos y por la protección de sus propiedades. La mitad de esos años los emplea en dormir; a estos se añaden los treinta años que consume en noches de sueño durante el resto de la vida. Así, la persona que no conoce el objetivo de la vida y no sabe cómo utilizar la forma humana de vida desperdicia setenta de sus cien años de vida.

Texto

durāpūreṇa kāmena
mohena ca balīyasā
śeṣaṁ gṛheṣu saktasya
pramattasyāpayāti hi

Palabra por palabra

durāpūreṇa — que nunca se cumple; kāmena — por una fuerte aspiración a disfrutar del mundo material; mohena — por confusión; ca — también; balīyasā — que es fuerte y formidable; śeṣam — el resto de sus años de vida; gṛheṣu — a la vida familiar; saktasya — de aquel que está demasiado apegado; pramattasya — loco; apayāti — pasan y se pierden; hi — en verdad.

Traducción

Aquel que no puede dominar su mente y sus sentidos se apega cada vez más a la vida familiar, debido a unos insaciables deseos de disfrute y a una profunda ilusión. Su vida es como la de un loco, y de ese modo desperdicia también el resto de sus años, pues ni siquiera entonces puede ocuparse en servicio devocional.

Significado

Así es como pasan los cien años de vida. Por lo general, en esta era no es posible vivir cien años; pero, aun así, si calculamos a partir de esa cifra, vemos que cincuenta de esos años se pierden durmiendo, otros veinte se van en la infancia y adolescencia, y otros veinte en la invalidez (jarā-vyādhi), de manera que solo nos quedan unos pocos años. Sin embargo, debido al excesivo apego por la vida familiar, esos años se pierden también sin ningún objetivo, sin conciencia de Dios. Por lo tanto, en el comienzo de la vida debemos recibir una perfecta educación como brahmacārīs, y más tarde, si entramos en la vida familiar, debemos controlar perfectamente los sentidos, siguiendo los principios regulativos. Después de la vida de casado, debemos entrar en la vida de vānaprastha e ir al bosque, para, más adelante, entrar en la orden de sannyāsa. Esa es la perfección de la vida. Sin embargo, la educación de las personas que son ajitendriya, es decir, que no pueden controlar los sentidos, se basa únicamente en la complacencia de los sentidos desde el mismo comienzo de la vida, como hemos visto en los países occidentales. De ese modo se desperdicia y malgasta toda una vida, aunque dure cien años, y en el momento de la muerte tenemos que transmigrar a otro cuerpo, que tal vez no sea humano. Al cabo de sus cien años de vida, la persona que no ha llevado la vida de tapasya (austeridad y penitencia) que deben llevar los seres humanos, ciertamente tendrá que reencarnar en un cuerpo como el de los perros, los gatos o los cerdos. Por lo tanto, esa vida basada en los deseos de disfrute y en la complacencia de los sentidos es enormemente arriesgada.

Texto

ko gṛheṣu pumān saktam
ātmānam ajitendriyaḥ
sneha-pāśair dṛḍhair baddham
utsaheta vimocitum

Palabra por palabra

kaḥ — qué; gṛheṣu — a la vida familiar; pumān — hombre; saktam — muy apegado; ātmānam — a su propio ser, el alma; ajita-indriyaḥ — que no ha conquistado los sentidos; sneha-pāśaiḥ — por los lazos del afecto; dṛḍhaiḥ — muy fuertes; baddham — atado de pies y manos; utsaheta — puede; vimocitum — liberarse del cautiverio material.

Traducción

¿Cómo va a poder liberarse una persona que está demasiado apegada a la vida familiar porque no puede controlar sus sentidos? Los lazos del afecto por su familia [esposa, hijos y demás familiares] le tienen fuertemente sujeto.

Significado

El primer argumento de Prahlāda Mahārāja fue: kaumāra ācaret prājño dharmān bhāgavatān iha: «La persona que sea lo bastante inteligente debe emplear el cuerpo de forma humana desde el mismo principio de la vida, o, en otras palabras, desde la más tierna infancia, para practicar las actividades del servicio devocional, abandonando todas las demás ocupaciones». Dharmān bhāgavatān se refiere al principio religioso que consiste en revivir nuestra relación con la Suprema Personalidad de Dios. Con ese propósito, Kṛṣṇa aconseja: sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja: «Abandona todos los demás deberes y entrégate a Mí». Mientras estamos en el mundo material, inventamos muchos deberes basados en infinidad de -ismos, pero nuestro verdadero deber es liberarnos del ciclo del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. Para ello, primero tenemos que liberarnos del cautiverio material, y en particular de la vida familiar. La vida de familia es en realidad una especie de licencia para que las personas con apegos materiales puedan disfrutar de la complacencia de los sentidos bajo principios regulativos. De no ser por eso, no hay necesidad de casarse.

Antes de entrar en la vida de familia, es necesario formarse como brahmacārī y vivir bajo el cuidado del guru en el guru-kula, su escuela. Brahmacārī guru-kule vasan dānto guror hitam (Bhāg. 7.12.1). Al brahmacārī se le enseña desde el mismo principio a sacrificarlo todo para beneficio del guru. Se le aconseja que vaya de puerta en puerta recogiendo limosnas, que trate a las mujeres como madres, y que todo lo que reúna lo entregue al guru para su beneficio. De ese modo, aprende a controlar los sentidos y a sacrificarlo todo por el guru. Cuando su formación está completa, se le permite casarse, si así lo desea. De ese modo, no será un gṛhastha corriente que lo único que ha aprendido es a satisfacer los sentidos. El gṛhastha que ha recibido una buena formación, con el paso del tiempo puede abandonar la vida familiar e ir al bosque a fin de recibir mayor iluminación en la vida espiritual y, finalmente, entrar en la orden de sannyāsa. Prahlāda Mahārāja explicó a su padre que, para liberarse de todas las ansiedades materiales, es necesario ir al bosque. Hivātma-pātaṁ gṛham andha-kūpam. La familia, que nos hunde cada vez más en las regiones más oscuras de la existencia material, debe abandonarse. Por consiguiente, el primer consejo es que abandonemos la vida familiar (gṛham andha-kūpam). Sin embargo, quien no domine sus sentidos, y, debido a ello, prefiera permanecer en el oscuro pozo de la vida familiar, se encontrará cada vez más enredado en los lazos del afecto por la esposa, los hijos, los sirvientes, la casa, el dinero, etc. Esa persona no podrá alcanzar la liberación del cautiverio material. Los niños, por lo tanto, deben formarse en los principios de la más estricta brahmacārya desde el mismo comienzo de la vida. Gracias a esa formación, en el futuro les será posible abandonar la vida familiar.

Para ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios, debemos estar completamente libres de apegos materiales. Bhakti-yoga, por lo tanto, significa vairāgya-vidyā, el arte que nos permite abandonar la atracción por el disfrute material.

vāsudeve bhagavati
bhakti-yogaḥ prayojitaḥ
janayaty āśu vairāgyaṁ
jñānaṁ ca yad ahaitukam

«Por ofrecer servicio devocional a la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, inmediatamente se adquiere conocimiento sin causa y desapego del mundo» (Bhāg. 1.2.7). Aquel que se ocupa en servicio devocional desde el principio de la vida, alcanza fácilmente el plano de vairāgya-vidyā, o, también, asakti, el desapego, y se convierte en un jitendriya, el que tiene control sobre sus sentidos. Por esa razón, cuando alguien se ocupa perfectamente en servicio devocional, recibe el nombre de gosvāmī o svāmī, amo de los sentidos. Nadie debe aceptar la orden renunciada de la vida, sannyāsa, sin haber llegado a ser amo de los sentidos. La causa del cuerpo material es una fuerte inclinación por el disfrute de los sentidos. Sin conocimiento completo no podemos desapegarnos del disfrute material, pero, mientras no alcancemos esa posición, no estaremos preparados para ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios.

Texto

ko nv artha-tṛṣṇāṁ visṛjet
prāṇebhyo ’pi ya īpsitaḥ
yaṁ krīṇāty asubhiḥ preṣṭhais
taskaraḥ sevako vaṇik

Palabra por palabra

kaḥ — quién; nu — en verdad; artha-tṛṣṇām — un fuerte deseo de conseguir dinero; visṛjet — puede abandonar; prāṇebhyaḥ — que la vida; api — en verdad; yaḥ — el cual; īpsitaḥ — más deseado; yam — el cual; krīṇāti — trata de conseguir; asubhiḥ — con su propia vida; preṣṭhaiḥ — muy querido; taskaraḥ — un ladrón; sevakaḥ — un sirviente profesional; vaṇik — un mercader.

Traducción

El dinero es algo tan querido, que nos parece más dulce que la miel. ¿Quién puede entonces abandonar el deseo de atesorar dinero, especialmente en la vida familiar? Los ladrones, los sirvientes profesionales [soldados] y los mercaderes llegan incluso a arriesgar sus propias vidas por conseguir algún dinero.

Significado

En este verso se indica que el dinero puede llegar a ser más querido que la misma vida. Los ladrones entran en las casas de los ricos para robarles el dinero arriesgando la vida. Si son descubiertos, pueden ser atacados por perros guardianes o morir de un disparo, pero, aun así, entran a robar. ¿Por qué se juegan la vida de esa forma? Solo por dinero. Del mismo modo, un soldado profesional se alista en el ejército y acepta ese trabajo, arriesgándose a morir en el campo de batalla, solo por dinero. Lo mismo ocurre con los mercaderes que van de un país a otro, jugándose la vida en un barco, o se sumergen en las profundidades del mar en busca de perlas y piedras preciosas. Así queda demostrado con ejemplos prácticos, y nadie lo negará, que el dinero es más dulce que la miel. Por ganar dinero se puede arriesgar todo; esto es especialmente cierto en el caso de los ricos que están demasiado apegados a la vida familiar. En el pasado, los miembros de las tres castas superiores de la sociedad —brāhmaṇaskṣatriyas y vaiśyas, es decir, todos los que no fueran śūdras— se educaban en el guru-kula con la práctica debrahmacarya y del yoga místico, a fin de llevar una vida de renunciación y de control de los sentidos. Después se les permitía entrar en la vida familiar. Debido a ello, encontramos muchos ejemplos de grandes reyes y emperadores que abandonaron la vida familiar, a pesar de su extraordinaria opulencia como señores de grandes reinos. Gracias a la formación que recibieron como brahmacārīs en sus primeros años, más tarde pudieron abandonar todas sus posesiones. Por lo tanto, el consejo de Prahlāda Mahārāja es muy adecuado:

kaumāra ācaret prājño
dharmān bhāgavatān iha
durlabhaṁ mānuṣaṁ janma
tad apy adhruvam arthadam

«La persona que sea lo bastante inteligente debe emplear el cuerpo de forma humana desde el mismo principio de la vida, o, en otras palabras, desde la más tierna infancia, para practicar las actividades del servicio devocional, abandonando todas las demás ocupaciones. El cuerpo humano es muy difícil de obtener; aunque es temporal, como otros cuerpos, es sumamente importante, pues en la vida humana se puede practicar servicio devocional. De un poco de servicio devocional sincero podemos obtener la perfección completa». La sociedad humana debe aprovechar esta instrucción.

Texto

kathaṁ priyāyā anukampitāyāḥ
saṅgaṁ rahasyaṁ rucirāṁś ca mantrān
suhṛtsu tat-sneha-sitaḥ śiśūnāṁ
kalākṣarāṇām anurakta-cittaḥ
putrān smaraṁs tā duhitṝr hṛdayyā
bhrātṝn svasṝr vā pitarau ca dīnau
gṛhān manojñoru-paricchadāṁś ca
vṛttīś ca kulyāḥ paśu-bhṛtya-vargān
tyajeta kośas-kṛd ivehamānaḥ
karmāṇi lobhād avitṛpta-kāmaḥ
aupasthya-jaihvaṁ bahu-manyamānaḥ
kathaṁ virajyeta duranta-mohaḥ

Palabra por palabra

katham — cómo; priyāyāḥ — de la muy querida esposa; anukampitāyāḥ — siempre cariñosa y comprensiva; saṅgam — la compañía; rahasyam — solitario; rucirān — muy agradables y aceptables; ca — y; mantrān — instrucciones; suhṛtsu — a la esposa e hijos; tat-sneha-sitaḥ — atado por su afecto; śiśūnām — a los niños pequeños; kala-akṣarāṇām — hablando con palabras incompletas; anurakta-cittaḥ — una persona cuya mente está atraída; putrān — a los hijos; smaran — pensando; tāḥ — en ellos; duhitṝr — las hijas (casadas y viviendo en casa de sus maridos); hṛdayyāḥ — que siempre están en el fondo del corazón; bhrātṝn — los hermanos; svasṝr — o las hermanas; pitarau — padre y madre; ca — y; dīnau — que en la vejez son prácticamente inválidos; gṛhān — asuntos domésticos; manojña — muy atractivos; uru — mucho; paricchadān — mobiliario; ca — y; vṛttīḥ — grandes fuentes de ingresos (industria, negocios); ca — y; kulyāḥ — en relación con la familia; paśu — de animales (vacas, elefantes y otros animales domésticos); bhṛtya — sirvientes y sirvientas; vargān — grupos; tyajeta — puede abandonar; kośaḥ-kṛt — el gusano de seda; iva — como; īhamānaḥ — realizando; karmāṇi — diversas actividades; lobhāt — debido a deseos insaciables; avitṛpta-kāmaḥ — cuyos deseos, que van en aumento, nunca se sacian; aupasthya — placer de los genitales; jaihvam — y de la lengua; bahu-manyamānaḥ — considerando muy importante; katham — cómo; virajyeta — puede abandonar; duranta-mohaḥ — en una gran ilusión.

Traducción

¿Cómo va a poder abandonar la compañía de los suyos una persona que está llena de cariño por su familia, y que siempre lleva sus imagenes en lo más profundo del corazón? La esposa, especialmente, siempre es muy bondadosa y comprensiva, y siempre complace a su marido en la intimidad. ¿Quién podría abandonar la compañía de esa esposa querida y cariñosa? Cuando los niños pequeños comienzan a hablar, su cariñoso padre disfruta escuchando sus primeras palabras y recuerda constantemente su dulce lenguaje. ¿Cómo podría abandonar su compañía? Los ancianos padres y los hijos también le son muy queridos. Un padre siente un cariño especial por su hija, y cuando ella se ha ido a vivir con su propio marido, no puede apartar su recuerdo de la mente. ¿Quién podría abandonar esa compañía? Además, en la casa hay muchos muebles, objetos decorativos, animales y sirvientes. ¿Quién podría abandonar esas comodidades? El casado apegado es como un gusano de seda, que queda prisionero dentro del capullo que él mismo ha tejido, y no puede salir. Por la satisfacción de dos sentidos importantes —los genitales y la lengua—, queda atado a las circunstancias materiales. ¿Cómo va a poder escapar?

Significado

El principal atractivo de los asuntos domésticos es una esposa bella y agradable; ella hace que la vida familiar nos resulte más atrayente cada día. El disfrute con la esposa se centra ante todo en dos sentidos: la lengua y los genitales. Sus dulces palabras son, ciertamente, un gran atractivo. Después procura satisfacción a la lengua preparando alimentos muy sabrosos. Cuando la lengua está satisfecha, los demás sentidos, y especialmente los genitales, se fortalecen. De ese modo, la esposa da placer en la relación sexual. Vida familiar significa vida sexual (yan maithunādi-gṛhamedhi-sukhaṁ hi tuccham). La lengua nos incita a la vida sexual. Después vienen los niños, que, con sus dulces palabras y balbuceos, nos llenan de placer; cuando los hijos crecen, el padre se preocupa de su educación y de casarlos. Tiene también que cuidar de sus propios padres, e interesarse por la vida social y por contentar a sus hermanos. El enredo en la vida doméstica es cada vez mayor, de manera que resulta prácticamente imposible abandonarla. Entonces, la familia se convierte en gṛham andha-kūpam, un pozo oculto del que es muy difícil liberarse; la única manera de salir de él es con la ayuda de una persona fuerte, el maestro espiritual, que, con la resistente cuerda de las instrucciones espirituales, ayuda a los que han caído en ese pozo. La persona caída debe tomar esa cuerda; entonces, el maestro espiritual, o la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, le sacarán fuera del oscuro pozo.

Texto

kuṭumba-poṣāya viyan nijāyur
na budhyate ’rthaṁ vihataṁ pramattaḥ
sarvatra tāpa-traya-duḥkhitātmā
nirvidyate na sva-kuṭumba-rāmaḥ

Palabra por palabra

kuṭumba — de los miembros de la familia; poṣāya — para mantener; viyat — disminuir; nija-āyuḥ — su tiempo de vida; na — no; budhyate — entiende; artham — el interés o propósito de la vida; vihatam — arruinado; pramattaḥ — enloquecido por las condiciones materiales; sarvatra — en todas partes; tāpa-traya — por las tres clases de miserias (adhyātmika, adhidaivika y adhibhautika); duḥkhita — afligido; ātmā — él mismo; nirvidyate — se llena de remordimientos; na — no; sva-kuṭumba-rāmaḥ — disfrutando con el simple hecho de mantener a los miembros de la familia.

Traducción

La persona demasiado apegada no puede entender que está desperdiciando su valiosa vida en el esfuerzo de mantener a su familia. Ni tampoco logra entender que su vida humana, cuyo objetivo es la comprensión de la Verdad Absoluta, se está arruinando imperceptiblemente. Sin embargo, pone muchísima atención en evitar que se administre mal ni un solo céntimo. Así, la persona apegada a la existencia material siempre está sufriendo a causa de las tres miserias; en ella, sin embargo, no se despierta el sentimiento de aversión por la existencia material.

Significado

El necio no comprende los valores de la vida humana, ni se da cuenta de que está desperdiciando su preciosa vida en el intento de mantener a los miembros de su familia. Es experto en calcular hasta los más pequeños gastos, pero es tan necio que no sabe cuánto dinero está perdiendo, incluso desde el punto de vista material. Cāṇakya Paṇḍita dice que un instante de vida no se puede comprar ni con millones de dólares. El necio, sin embargo, desperdicia esa preciosa vida sin saber lo que está perdiendo, incluso desde el punto de vista económico. La persona materialista es experta en calcular costos y hacer negocios, pero no comprende que, por falta de conocimiento, está desperdiciando su preciosa vida. Aunque sufre constantemente debido a las tres miserias, no tiene la inteligencia necesaria para poner fin a ese modo de vida materialista.

Texto

vitteṣu nityābhiniviṣṭa-cetā
vidvāṁś ca doṣaṁ para-vitta-hartuḥ
pretyeha vāthāpy ajitendriyas tad
aśānta-kāmo harate kuṭumbī

Palabra por palabra

vitteṣu — en la riqueza material; nitya-abhiniviṣṭa-cetaḥ — cuya mente está siempre absorta; vidvān — habiendo aprendido; ca — también; doṣam — la falta; para-vitta-hartuḥ — de quien roba el dinero de otros mediante engaños o transacciones en el mercado negro; pretya — después de morir; iha — en el mundo material; — o; athāpi — aún; ajita-indriyaḥ — por no poder controlar los sentidos; tat — ese; aśānta-kāmaḥ — de deseos no saciados; harate — roba; kuṭumbī — demasiado apegado a su familia.

Traducción

Aquel que está demasiado apegado a su deber de mantener a la familia y es incapaz de controlar los sentidos, está absorto hasta lo más profundo del corazón en cómo ganar dinero. Sabe que si se apodera de las riquezas de otros será castigado por las leyes del gobierno, y que después de morir sufrirá el castigo de Yamarāja; pero, aun así, continúa engañando a los demás para conseguir dinero.

Significado

La gente, sobre todo hoy en día, no cree ni en la próxima vida, ni en el tribunal de Yamarāja, ni en los castigos que esperan a los pecadores. Pero, por lo menos, deberíamos saber que las leyes del gobierno castigan al que se vale de engaños para ganar dinero. La gente, sin embargo, no se preocupa ni de las leyes de esta vida, ni de las que rigen la siguiente. Tal vez poseamos mucho conocimiento, pero, si no podemos controlar los sentidos, no podremos acabar con las actividades pecaminosas.

Texto

vidvān apītthaṁ danujāḥ kuṭumbaṁ
puṣṇan sva-lokāya na kalpate vai
yaḥ svīya-pārakya-vibhinna-bhāvas
tamaḥ prapadyeta yathā vimūḍhaḥ

Palabra por palabra

vidvān — conociendo (los inconvenientes de la existencia material, especialmente en la vida familiar); api — aunque; ittham — así; danu-jāḥ — ¡oh, hijos de demonios!; kuṭumbam — los miembros de la familia, o los miembros de la familia ampliada (como nuestra comunidad, sociedad, nación o unión de naciones); puṣṇan — proveer de todo lo que se necesita en la vida; sva-lokāya — en entenderse a sí mismo; na — no; kalpate — capaz; vai — en verdad; yaḥ — aquel que; svīya — mío propio; pārakya — de otros; vibhinna — separado; bhāvaḥ — con un concepto de la vida; tamaḥ — nada más que oscuridad; prapadyeta — entra; yathā — tal como; vimūḍhaḥ — una persona sin educación, o que es como un animal.

Traducción

¡Oh, amigos míos, hijos de demonios!, en este mundo material, hasta aquellos que aparentemente son cultos y educados tienen la propensión a pensar: «Esto es mío, y eso es para otros». De ese modo, están siempre pendientes de satisfacer las necesidades de sus familias, conforme a un concepto familiar tan limitado como el de los perros y los gatos, que no tienen educación. Son incapaces de asumir el conocimiento espiritual; por el contrario, siempre están confundidos bajo la influencia de la ignorancia.

Significado

Lo que diferencia a la sociedad humana de la sociedad animal es la existencia de sistemas educativos, ya que los animales son incapaces de asimilar una educación. Por esa razón, los animales y los hombres sin inteligencia reciben el calificativo de vimūḍha, ignorantes confundidos, mientras que la persona educada es vidvān. El verdadero vidvān es aquel que trata de entender su posición en el mundo material. Por ejemplo, cuando Sanātana Gosvāmī se entregó a los pies de loto de Śrī Caitanya Mahāprabhu, su primera pregunta fue: ke āmikene āmāya jāre tāpa-traya. En otras palabras, deseaba conocer su posición constitucional y la razón por la cual tenía que sufrir las tres miserias de la existencia material. Eso es educación. ¿De qué sirve la educación, si en lugar de preguntarnos: «¿Quién soy?; ¿cuál es el objeto de mi vida?», mostramos las mismas inquietudes animales que los perros y los gatos? Como se comentó en un verso anterior, el ser viviente queda atrapado en sus actividades fruitivas, del mismo modo que el gusano de seda queda prisionero en su propio capullo. Los necios, debido a su intenso deseo de disfrutar del mundo material, suelen acabar presos en la red de sus acciones fruitivas (karma). Víctimas de esa atracción, esas personas se enredan en la sociedad, la comunidad y la nación, y desperdician su tiempo, sin beneficiarse de la forma humana que han logrado alcanzar. En la era en que vivimos, Kali-yuga, predominan de modo especial los grandes líderes, políticos, filósofos y científicos que se dedican a actividades de necios, pensando: «Esto es mío, y eso es tuyo». Los científicos inventan armas nucleares y colaboran con los grandes líderes para proteger los intereses de la nación o comunidad a que pertenecen. Sin embargo, en este verso se afirma claramente que, a pesar de su supuesto avance en el conocimiento, lo cierto es que tienen la misma mentalidad que los perros y los gatos. Y, al igual que esos animales, que no conocen sus verdaderos intereses en la vida y se enredan en una ignorancia cada vez más profunda, la persona supuestamente educada que no conoce su verdadero interés personal, el verdadero objetivo de su vida, se enreda cada vez más en el materialismo. Por eso Prahlāda Mahārāja nos aconseja a todos que sigamos los principios del varṇāśrama-dharma. En concreto, señala que en determinado momento debemos abandonar la vida familiar y aceptar la orden de vida de renuncia, a fin de cultivar conocimiento espiritual y, de ese modo, alcanzar la liberación. Esto se comentará con más detalle en los siguientes versos.

Texto

yato na kaścit kva ca kutracid vā
dīnaḥ svam ātmānam alaṁ samarthaḥ
vimocituṁ kāma-dṛśāṁ vihāra-
krīḍā-mṛgo yan-nigaḍo visargaḥ
tato vidūrāt parihṛtya daityā
daityeṣu saṅgaṁ viṣayātmakeṣu
upeta nārāyaṇam ādi-devaṁ
sa mukta-saṅgair iṣito ’pavargaḥ

Palabra por palabra

yataḥ — debido a; na — nunca; kaścit — nadie; kva — en ningún lugar; ca — también; kutracit — en ningún momento; — o; dīnaḥ — de escaso conocimiento; svam — propio; ātmānam — ser; alam — en exceso; samarthaḥ — capaz; vimocitum — liberarse; kāma-dṛśām — de mujeres lujuriosas; vihāra — en el disfrute sexual; krīḍā-mṛgaḥ — un donjuán; yat — en quien; nigaḍaḥ — que son los grilletes del cautiverio material; visargaḥ — las expansiones de las relaciones familiares; tataḥ — en esas circunstancias; vidūrāt — de muy lejos; parihṛtya — abandonar; daityāḥ — ¡oh, amigos míos, hijos de los demonios!; daityeṣu — entre los demonios; saṅgam — compañía; viṣaya-ātma-keṣu — adictos en exceso al disfrute de los sentidos; upeta — debemos acudir; nārāyaṇam — al Señor Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios; ādi-devam — el origen de todos los semidioses; saḥ — Él; mukta-saṅgaiḥ — con la compañía de personas liberadas; iṣitaḥ — deseada; apavargaḥ — la senda de la liberación.

Traducción

Mis queridos amigos, ¡oh, hijos de los demonios!, ciertamente no ha habido jamás nadie, en ninguna época y en ningún país, que, sin conocer a la Suprema Personalidad de Dios, haya podido liberarse del cautiverio material. Al contrario, los que carecen de conocimiento acerca del Señor se ven atados por las leyes materiales. Son adictos a la complacencia de los sentidos, y su único objetivo son las mujeres. En verdad, no son más que juguetes en las manos de mujeres atractivas. Víctimas de ese concepto de la vida, se rodean de hijos, nietos y bisnietos, y de ese modo se encadenan al cautiverio material. Los muy adictos a este concepto de la vida reciben el nombre de demonios. Por eso, ustedes, aunque sean hijos de demonios, deben mantenerse aparte de esas personas, y aceptar el refugio de la Suprema Personalidad de Dios, Nārāyaṇa, el origen de todos los semidioses, pues la meta final que alcanzan los devotos de Nārāyaṇa es la liberación del cautiverio de la existencia material.

Significado

Prahlāda Mahārāja ha sostenido el punto de vista filosófico de que es necesario abandonar el pozo oculto de la vida familiar y retirarse al bosque, para allí aceptar el refugio de los pies de loto de la Suprema Personalidad de Dios (hitvātma-pātaṁ gṛham andha-kūpaṁ vanaṁ gato yad dharim āśrayeta). En este verso vuelve a insistir en el mismo punto. No hay en toda la historia de la humanidad, en ninguna época y en ningún lugar, un solo caso de alguien que haya alcanzado la liberación como resultado de un cariño y un apego exagerados por la familia. Ese mismo apego por la familia puede encontrarse también en personas aparentemente muy cultas. Están tan apegados al disfrute de los sentidos que no pueden abandonar la compañía de la familia ni siquiera cuando son ancianos o están incapacitados. Como ya hemos comentado muchas otras veces: yan maithunādi-gṛhamedhi-sukhaṁ hi tuccham: Los supuestos hombres de familia se sienten completamente atraídos por el disfrute sexual; como consecuencia, permanecen encadenados a la vida familiar, y, lo que es peor, quieren que sus hijos corran la misma suerte. Haciendo de donjuanes en manos de las mujeres, se deslizan hacia las regiones más oscuras de la existencia material. Adānta-gobhir viśatāṁ tamisraṁ punaḥ punaś carvita-carvaṇānām. Como no pueden controlar los sentidos, pasan la vida masticando lo ya masticado, y, como resultado, descienden a las regiones materiales más oscuras. Debemos abandonar la compañía de esos demonios y buscar la compañía de devotos. De ese modo podremos liberarnos del cautiverio material.

Texto

na hy acyutaṁ prīṇayato
bahv-āyāso ’surātmajāḥ
ātmatvāt sarva-bhūtānāṁ
siddhatvād iha sarvataḥ

Palabra por palabra

na — no; hi — en verdad; acyutam — la Suprema Personalidad de Dios, que es infalible; prīṇayataḥ — satisfacer; bahu — mucho; āyāsaḥ — esfuerzo; asura-ātma-jāḥ — ¡oh, hijos de demonios!; ātmatvāt — debido a Su relación íntima como Superalma; sarva-bhūtānām — de todas las entidades vivientes; siddhatvāt — por estar establecido; iha — en este mundo; sarvataḥ — en todas direcciones, en todas las épocas y desde todos los puntos de vista.

Traducción

Mis queridos hijos de demonios, la Suprema Personalidad de Dios, Nārāyaṇa, es la Superalma original, el padre de todas las entidades vivientes. Por lo tanto, ningún obstáculo puede impedirnos complacerle o adorarle en cualquier circunstancia, sin importar si somos niños o ancianos. La relación entre las entidades vivientes y la Suprema Personalidad de Dios es una realidad permanente; por lo tanto, no es difícil complacer al Señor.

Significado

Podría plantearse una pregunta: «Es cierto que la vida familiar es un gran apego; pero, si la abandonamos y nos apegamos al servicio del Señor, también tendremos que pasar por muchos esfuerzos y dificultades. Así pues, ¿para qué tomarnos la molestia de ocuparnos en el servicio del Señor?». Esta objeción, sin embargo, no es válida. En el Bhagavad-gītā (14.4), el Señor dice:

sarva-yoniṣu kaunteya
mūrtayaḥ sambhavanti yāḥ
tāsāṁ brahma mahad yonir
ahaṁ bīja-pradaḥ pitā

«Has de saber, ¡oh, hijo de Kuntī!, que todas las especies de vida aparecen mediante su nacimiento en la naturaleza material, y que Yo soy el padre que aporta la simiente». El Señor Supremo, Nārāyaṇa, es el padre que aporta la semilla de todas las entidades vivientes, pues estas son Sus partes integrales (mamaivāṁśo... jīva-bhūtaḥ). Del mismo modo que no hay dificultad en establecer la relación íntima entre padre e hijo, tampoco es difícil restablecer la relación de natural intimidad entre Nārāyaṇa y las entidades vivientes. Svalpam apy asya dharmasya trāyate mahato bhayāt: Nārāyaṇa siempre está dispuesto a salvar del mayor de los peligros a cualquiera que Le haya ofrecido el más insignificante servicio devocional. El ejemplo de Ajāmila es muy claro. Ajāmila se había apartado de la Suprema Personalidad de Dios, cometiendo muchas actividades pecaminosas, de manera que Yamarāja le condenó a sufrir un severo castigo; sin embargo, en el momento de morir cantó el nombre de Nārāyaṇa y se salvó de las manos de Yamarāja, aunque su intención no era invocar al Señor Supremo, Nārāyaṇa, sino llamar a su hijo, que se llamaba Nārāyaṇa. Vemos entonces que para complacer a Nārāyaṇa no se necesita tanto esfuerzo como para complacer a la familia, la comunidad y la nación. Hemos visto a muchos líderes políticos importantes asesinados a causa de leves irregularidades en su comportamiento. Así pues, complacer a la sociedad, la familia, la comunidad y la nación es extraordinariamente difícil; pero complacer a Nārāyaṇa no supone ninguna dificultad; es muy fácil.

Tenemos el deber de revivir nuestra relación con Nārāyaṇa. Un pequeño esfuerzo en ese sentido nos traerá el éxito; mientras que, en el empeño de complacer a lo que consideramos nuestra familia, nuestra sociedad y nuestra nación, nunca lograremos el éxito, aunque sacrifiquemos nuestra propia vida en el intento. El servicio devocional de śravaṇaṁ kīrtanaṁ viṣṇoḥ, es decir, escuchar y cantar el santo nombre del Señor, no requiere de grandes esfuerzos, y puede llevarnos al éxito en el intento de complacer a la Suprema Personalidad de Dios. Śrī Caitanya Mahāprabhu, por todo ello, nos ha concedido Sus bendiciones diciendo: paraṁ vijayate śrī-kṛṣṇa-saṅkīrtanam: «¡Toda gloria al saṅkīrtana de Śrī Kṛṣṇa!». Si deseamos obtener el verdadero beneficio de la forma humana, debemos seguir el proceso de cantar el santo nombre del Señor.

Texto

parāvareṣu bhūteṣu
brahmānta-sthāvarādiṣu
bhautikeṣu vikāreṣu
bhūteṣv atha mahatsu ca
guṇeṣu guṇa-sāmye ca
guṇa-vyatikare tathā
eka eva paro hy ātmā
bhagavān īśvaro ’vyayaḥ
pratyag-ātma-svarūpeṇa
dṛśya-rūpeṇa ca svayam
vyāpya-vyāpaka-nirdeśyo
hy anirdeśyo ’vikalpitaḥ
kevalānubhavānanda-
svarūpaḥ parameśvaraḥ
māyayāntarhitaiśvarya
īyate guṇa-sargayā

Palabra por palabra

para-avareṣu — en condiciones de vida sublimes o infernales; bhūteṣu — en los seres vivos; brahma-anta — acabando con el Señor Brahmā; sthāvara-ādiṣu — comenzando con las formas de vida inmóviles, los árboles y las plantas; bhautikeṣu — de los elementos materiales; vikāreṣu — en las transformaciones; bhūteṣu — en los cinco elementos densos de la naturaleza material; atha — además de; mahatsu — en el mahat-tattva, la energía material total; ca — también; guṇeṣu — en las modalidades de la naturaleza material; guṇa-sāmye — en un equilibrio de cualidades materiales; ca — y; guṇa-vyatikare — en la irregular manifestación de las modalidades de la naturaleza material; tathā — también; ekaḥ — uno; eva — solamente; paraḥ — trascendental; hi — en verdad; ātmā — la fuente original; bhagavān — la Suprema Personalidad de Dios; īśvaraḥ — el controlador; avyayaḥ — que no se deteriora; pratyak — interno; ātmā-svarūpeṇa — por Su propia posición constitucional como Superalma; dṛśya-rūpeṇa — por Sus formas visibles; ca — también; svayam — personalmente; vyāpya — penetrado; vyāpaka — que todo lo penetra; nirdeśyaḥ — ser descrito; hi — ciertamente; anirdeśyaḥ — indescriptible (debido a una existencia fina, sutil); avikalpitaḥ — sin diferenciación; kevala — solamente; anubhava-ānanda-svarūpaḥ — cuya forma está llena de bienaventuranza y conocimiento; parama-īśvaraḥ — la Suprema Personalidad de Dios, el gobernante supremo; māyayā — por māyā, la energía ilusoria; antarhita — cubierta; aiśvaryaḥ — cuya opulencia ilimitada; īyate — se confunde con; guṇa-sargayā — la interacción de las modalidades materiales de la naturaleza.

Traducción

La Suprema Personalidad de Dios, el controlador supremo, infalible e infatigable, está presente en las diversas formas de vida, desde los seres vivos inertes [sthāvara], como las plantas, hasta Brahmā, el principal de los seres creados. Él está también en la diversidad de las creaciones materiales y en los elementos materiales, la energía material total y las modalidades de la naturaleza material [sattva-guṇa, rajo-guṇa y tamo-guṇa], así como en la naturaleza material no manifestada y en el ego falso. Él, aunque es uno, está en todas partes, y es también la Superalma trascendental, la causa de todas las causas y el observador que Se encuentra en lo más profundo del corazón de todas las entidades vivientes. Para definirle, se dice que es la Superalma que todo lo penetra, y también todo lo penetrado, pero en realidad no se Le puede definir. Él es inmutable e indiviso. A Él se Le percibe, sencillamente, como supremo sac-cid-ānanda [eternidad, conocimiento y bienaventuranza]. Debido a que está cubierto por el velo de la energía externa, a los ateos les parece inexistente.

Significado

La Suprema Personalidad de Dios no solo está en el interior de todas las entidades vivientes en la forma de la Superalma; al mismo tiempo, también penetra todo lo que existe en la creación material. Él existe en todas las circunstancias y en todo momento. Está en el corazón del Señor Brahmā, y en los corazones de los cerdos, los perros, los árboles, las plantas, etc. Está en todas partes; no solo en el corazón de las entidades vivientes, sino también en los objetos materiales, e incluso en los átomos, protones y electrones que estudian los científicos materialistas.

El Señor está presente en tres aspectos: Brahman, Paramātmā y Bhagavān. Como está presente en todas partes, se Le describe con las palabras sarvaṁ khalv idaṁ brahma. Viṣṇu existe más allá del Brahman. En el Bhagavad-gītā se confirma que Kṛṣṇa, en Su aspecto Brahman, lo penetra todo (mayā tatam idaṁ sarvam), pero el Brahman depende de Kṛṣṇa (brahmaṇo hi pratiṣṭhāham). Sin Kṛṣṇa, el Brahman y Paramātmā no podrían existir. Por consiguiente, el nivel supremo de comprensión de la Verdad Absoluta es Bhagavān, la Suprema Personalidad de Dios. Él, aunque está en lo más íntimo del corazón de todos en forma de Paramātmā, es siempre uno, bien sea en Su forma individual o como el Brahman omnipresente.

La causa suprema es Kṛṣṇa, y los devotos que se han entregado a la Suprema Personalidad de Dios pueden percibirle, y pueden percibir también Su presencia dentro del universo y dentro del átomo (aṇḍāntara-stha-paramāṇu-cayāntara-stham). Esa percepción solo les es posible a los devotos que se han entregado plenamente a los pies de loto del Señor; para los demás, es imposible. Esto lo confirma personalmente el Señor en el Bhagavad-gītā (7.14):

daivī hy eṣā guṇamayī
mama māyā duratyayā
mām eva ye prapadyante
māyām etāṁ taranti te

El ser viviente que es afortunado puede aceptar el proceso de entrega devocional. Por la gracia de un devoto, después de vagar por muchas formas de vida en muchos sistemas planetarios, obtiene la comprensión correcta de la Verdad Absoluta; entonces, como se confirma en el Bhagavad-gītā (bahūnāṁ janmanām ante jñānavān māṁ prapadyate), se entrega a la Suprema Personalidad de Dios.

Los compañeros de clase de Prahlāda Mahārāja, nacidos en familias de daityas, pensaban que la percepción del Absoluto era extraordinariamente difícil. Hemos podido comprobar personalmente que es muchísima la gente que comparte esa misma opinión; sin embargo, no es correcta. El Absoluto, la Suprema Personalidad de Dios, tiene una relación muy íntima con todas las entidades vivientes. Para el que entiende la filosofía vaiṣṇava, que explica que el Señor está presente y actúa en todas partes, adorar al Señor Supremo o percibirle no tiene nada de difícil. Ahora bien, al Señor solo se Le puede percibir en compañía de devotos. Por esa razón, Śrī Caitanya Mahāprabhu, en Sus enseñanzas a Rūpa Gosvāmī (CcMadhya 19.151), dice:

brahmāṇḍa bhramite kona bhāgyavān jīva
guru-kṛṣṇa-prasāde pāya bhakti-latā-bīja

En el estado material condicionado, la entidad viviente vaga por muchas especies de vida y se encuentra en las circunstancias más variadas; pero, cuando entra en contacto con un devoto puro y tiene la inteligencia necesaria para asimilar sus instrucciones acerca del proceso de servicio devocional, puede comprender sin mayor dificultad a la Suprema Personalidad de Dios, que es el origen del Brahman y de Paramātmā. A este respecto, Śrīla Madhvācārya dice:

antaryāmī pratyag-ātmā
vyāptaḥ kālo hariḥ smṛtaḥ
prakṛtyā tamasāvṛtatvāt
harer aiśvaryaṁ na jñāyate

El Señor, en Su forma de antaryāmī, está presente en el corazón de todos, y es visible en el alma individual cubierta por el cuerpo. En verdad, Él está en todas partes en todo momento y en toda circunstancia, pero, como está cubierto por el velo de la energía material, las personas comunes piensan que Dios no existe.

Texto

tasmāt sarveṣu bhūteṣu
dayāṁ kuruta sauhṛdam
bhāvam āsuram unmucya
yayā tuṣyaty adhokṣajaḥ

Palabra por palabra

tasmāt — por lo tanto; sarveṣu — hacia todas; bhūteṣu — las entidades vivientes; dayām — misericordia; kuruta — muestren; sauhṛdam — amistad; bhāvam — la actitud; āsuram — de los demonios (que distinguen entre amigos y enemigos); unmucya — abandonando; yayā — por lo cual; tuṣyati — Se satisface; adhokṣajaḥ — el Señor Supremo, que está más allá de la percepción de los sentidos.

Traducción

Así pues, mis queridos y jóvenes amigos nacidos de demonios, actúen, por favor, de manera que el Señor Supremo, que está por encima de las concepciones del conocimiento material, Se sienta satisfecho. Abandonen su naturaleza demoníaca y actúen libres de odio y dualidad. Múestrense misericordiosos con todas las entidades vivientes iluminándolas en el servicio devocional, y sean, de ese modo, sus bienquerientes.

Significado

En el Bhagavad-gītā (18.55), el Señor dice: bhaktyā mām abhijānāti yāvān yaś cāsmi tattvataḥ: «Únicamente se Me puede comprender tal y como soy, como la Suprema Personalidad de Dios, por medio del servicio devocional». Prahlāda Mahārāja aconsejó finalmente a sus compañeros de clase, los hijos de los demonios, que siguieran el proceso del servicio devocional, predicando a todo el mundo la ciencia de conciencia de Kṛṣṇa. El mejor servicio que se puede ofrecer al Señor es predicar. Cuando alguien se ocupa en ese servicio de predicar el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, el Señor Se siente inmediatamente muy satisfecho con él; esto lo confirma Él mismo en el Bhagavad-gītā (18.69): na ca tasmān manuṣyeṣu kaścin me priya-kṛttamaḥ: «No hay en este mundo sirviente que Me sea más querido que él, ni habrá nunca otro más querido». La persona que trata sinceramente de hacer todo lo posible por difundir el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa, predicando las glorias y la supremacía del Señor, aunque puede que no goce de una gran cultura, se convierte en el sirviente más querido de la Suprema Personalidad de Dios. Eso es bhakti. Cuando alguien lleva a cabo ese servicio para la humanidad, sin distinguir entre amigos y enemigos, el Señor Se siente satisfecho, y esa persona culmina con éxito su misión en la vida. Por esa razón, Śrī Caitanya Mahāprabhu nos aconseja a todos que nos elevemos al nivel de devotos gurus y prediquemos el proceso de conciencia de Kṛṣṇa (yāre dekha, tāre kaha `kṛṣṇa'–upadeśa). Esa es la manera más fácil de ver a la Suprema Personalidad de Dios. Con esa actividad de prédica, tanto el predicador como quienes le escuchan se llenan de satisfacción. Ese es el proceso que puede dar paz y tranquilidad al mundo entero.

bhoktāraṁ yajña-tapasāṁ
sarva-loka-maheśvaram
suhṛdaṁ sarva-bhūtānāṁ
jñātvā māṁ śāntim ṛcchati

Debemos comprender estas tres fórmulas de conocimiento acerca del Señor Supremo: Él es el disfrutador supremo, el propietario de todo, y el mejor amigo y bienqueriente de todos. El predicador debe comprender personalmente estas verdades y predicarlas a todos. Entonces reinarán la paz y la felicidad en todo el mundo.

La palabra sauhṛdam («amistad») es muy significativa en este verso. La gente, por lo general, ignora el proceso de conciencia de Kṛṣṇa; por esa razón, el mayor bien que se les puede hacer es educarles, a todos sin distinción, en ese proceso de conciencia de Kṛṣṇa. El Señor Supremo, Viṣṇu, está en el corazón de todos; por lo tanto, cada cuerpo es un templo de Viṣṇu. De todos modos, esta forma de entender las cosas no debe justificar conceptos erróneos como el de daridra-nārāyaṇa. Que Nārāyaṇa viva en la casa de un daridra, de un pobre, no significa que Nārāyaṇa sea pobre. Él vive en todas partes, en casa de los pobres y en casa de los ricos, pero sigue siendo Nārāyaṇa en todas las circunstancias; pensar que Se ha vuelto pobre o rico es un cálculo material. Él es siempre ṣaḍ-aiśvarya-pūrṇa, es decir, goza en plenitud de seis opulencias en toda circunstancia.

Texto

tuṣṭe ca tatra kim alabhyam ananta ādye
kiṁ tair guṇa-vyatikarād iha ye sva-siddhāḥ
dharmādayaḥ kim aguṇena ca kāṅkṣitena
sāraṁ juṣāṁ caraṇayor upagāyatāṁ naḥ

Palabra por palabra

tuṣṭe — cuando está satisfecho; ca — también; tatra — eso; kim — qué; alabhyam — que no se pueda obtener; anante — la Suprema Personalidad de Dios; ādye — la fuente original de todo, la causa de todas las causas; kim — qué necesidad; taiḥ — con ellos; guṇa-vyatikarāt — debido a las acciones de las modalidades de la naturaleza material; iha — en este mundo; ye — que; sva-siddhāḥ — obtenidos de modo natural; dharma-ādayaḥ — los tres principios del progreso material, es decir, las religión, el crecimiento económico y la complacencia de los sentidos; kim — qué necesidad; aguṇena — con liberación en el Supremo; ca — y; kāṅkṣitena — deseada; sāram — esencia; juṣām — saborear; caraṇayoḥ — de los dos pies de loto del Señor; upagāyatām — que glorificamos las cualidades del Señor; naḥ — de nosotros.

Traducción

Nada hay que no puedan obtener los devotos que han satisfecho a la Suprema Personalidad de Dios, que es la causa de todas las causas, la fuente original de todo. El Señor es el receptáculo de ilimitadas cualidades espirituales. Los objetivos de la religión, el crecimiento económico, la complacencia de los sentidos y la liberación pueden obtenerse de modo natural bajo la influencia de las modalidades de la naturaleza. Así pues, ¿qué sentido pueden tener esos principios para los devotos, que son trascendentales a las modalidades de la naturaleza material? Los devotos siempre glorificamos los pies de loto del Señor, y por lo tanto no vemos la necesidad de pedir nada en relación con los principios de dharma, artha, kāma y mokṣa.

Significado

En una civilización avanzada, la gente aspira a ser religiosa, estar bien situada económicamente, dar la máxima satisfacción a los sentidos y, por último, alcanzar la liberación. Sin embargo, esos objetivos no deben sobrestimarse. De hecho, el devoto no tiene dificultad en alcanzarlos. Bilvamaṅgala Ṭhākura dijo:muktiḥ svayaṁ mukulitāñjali sevate 'smān dharmārtha-kāma-gatayaḥ samaya-pratīkṣāḥ: La liberación está siempre esperando a la puerta del devoto, dispuesta a cumplir sus órdenes. El progreso material en el campo de la religión, el crecimiento económico, la complacencia de los sentidos y la liberación, están simplemente esperando a que el devoto les dé la oportunidad de servirle. El devoto está ya establecido en una posición trascendental; para liberarse no necesita ninguna otra cualidad. Como se confirma en el Bhagavad-gītā (14.26): sa guṇān samatītyaitān brahma-bhūyāya kalpate: El devoto es trascendental a las acciones y reacciones de las tres modalidades de la naturaleza material, pues está situado en el plano del Brahman.

Prahlāda Mahārāja dice: aguṇena ca kāṅkṣitena: La persona ocupada en el servicio amoroso trascendental de los pies de loto del Señor no necesita nada en relación con dharma, artha, kāma o mokṣa. El Śrīmad-Bhāgavatam es una Escritura trascendental; en su comienzo leemos: dharmaḥ projjhita-kaitavo 'tra.Dharma, artha, kāma y mokṣa son kaitava, falsos e innecesarios. Las personas nirmatsarāṇām, es decir, que son completamente trascendentales a las actividades materiales basadas en las distinciones de «mío» y «tuyo» y se ocupan en el servicio devocional del Señor, son las verdaderamente aptas para seguir elbhāgavata-dharma (dharmān bhagavatān iha). Debido a que son nirmatsara, libres de la envidia, quieren transformar en devotos a todos los demás, incluso a sus enemigos. En relación con esto, Śrīla Madhvācārya señala: kāṅkṣate mokṣa-gam api sukhaṁ nākāṅkṣato yathā: Los devotos no desean ninguna felicidad material, ni siquiera la que se deriva de la liberación. Eso se denomina anyābhilāṣitā-śūnyaṁ jñāna-karmādy-anāvṛtam. Los karmīs desean felicidad material, y los jñānīs, la liberación; pero el devoto no desea nada; está satisfecho con ofrecer servicio amoroso trascendental a los pies de loto del Señor y glorificarle en todas partes mediante la prédica, que es su vida y su alma.

Texto

dharmārtha-kāma iti yo ’bhihitas tri-varga
īkṣā trayī naya-damau vividhā ca vārtā
manye tad etad akhilaṁ nigamasya satyaṁ
svātmārpaṇaṁ sva-suhṛdaḥ paramasya puṁsaḥ

Palabra por palabra

dharma — la religión; artha — el crecimiento económico; kāmaḥ — la complacencia regulada de los sentidos; iti — así; yaḥ — que; abhihitaḥ — prescritos; tri-vargaḥ — el grupo de tres; īkṣā — autorrealización; trayī — las ceremonias rituales de los Vedas; naya — lógica; damau — y la ciencia de la ley y el orden; vividhā — diversidad de; ca — también; vārtā — deberes propios de la ocupación, o el propio sustento; manye — considero; tat — a ellos; etat — estos; akhilam — todos; nigamasya — de los Vedas; satyam — verdad; sva-ātma-arpaṇam — la entrega plena del propio ser; sva-suhṛdaḥ — al amigo supremo; paramasya — la suprema; puṁsaḥ — personalidad.

Traducción

La religión, el crecimiento económico y la complacencia de los sentidos se definen en los Vedas como tres vías hacia la salvación, tri-varga. En esas tres categorías se incluyen la educación y la autorrealización, las ceremonias rituales ejecutadas conforme a los mandatos védicos, la lógica, la ciencia de la ley y el orden, y los distintos medios para ganarse el sustento. Esos son los temas externos que se estudian en los Vedas, y por ello los considero materiales. Sin embargo, considero trascendental la entrega a los pies de loto del Señor Viṣṇu.

Significado

Estas instrucciones de Prahlāda Mahārāja hacen hincapié en la posición trascendental del servicio devocional. Como se confirma en el Bhagavad-gītā (14.26):

māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate

«Aquel que se dedica por completo al servicio devocional, firme en todas las circunstancias, trasciende de inmediato las modalidades de la naturaleza material y llega así al plano del Brahman». Aquel que se dedica por completo al servicio devocional del Señor, se eleva de inmediato a la posición trascendental, la etapa brahma-bhūta. Toda educación o actividad que no esté situada en el plano de brahma-bhūta, el plano de la autorrealización, debe considerarse material, y Prahlāda Mahārāja dice que nada material puede ser la Verdad Absoluta, ya que la Verdad Absoluta pertenece al plano espiritual. Esto lo confirma también el Señor Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā (2.45), donde dice: traiguṇya-viṣayā vedā nistrainguṇyo bhavārjuna: «Los Vedas tratan principalmente el tema de las tres modalidades de la naturaleza material. ¡Oh, Arjuna!, ¡trasciende esas tres modalidades!». Las actividades en el plano material, incluso si cuentan con la aprobación de los Vedas, no son el objetivo supremo de la vida. El objetivo supremo de la vida es permanecer en el plano espiritual, completamente entregados al parama-puruṣa, la persona suprema. La misión de la vida humana no tiene otro objetivo. En resumen, las ceremonias rituales y los mandamientos védicos no se deben dejar de lado, pues son medios para elevarse al plano espiritual. Pero si no nos elevamos hasta ese plano, esas ceremonias védicas son una simple pérdida de tiempo. Esto se confirma en el Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.8):

dharmaḥ svanuṣṭhitaḥ puṁsāṁ
viṣvaksena-kathāsu yaḥ
notpādayed yadi ratiṁ
śrama eva hi kevalam

«Los deberes [dharma] que realice un hombre, cualquiera que sea su ocupación, si no hacen que nazca en él una atracción por el mensaje del Señor Supremo, no son más que un esfuerzo inútil». Cuando alguien ejecuta muy estrictamente sus diversos deberes religiosos, pero en fin de cuentas no se eleva al plano de la entrega al Señor Supremo, debe entenderse que sus métodos para alcanzar la salvación o la elevación no son más que una pérdida de tiempo y energía.

Texto

jñānaṁ tad etad amalaṁ duravāpam āha
nārāyaṇo nara-sakhaḥ kila nāradāya
ekāntināṁ bhagavatas tad akiñcanānāṁ
pādāravinda-rajasāpluta-dehināṁ syāt

Palabra por palabra

jñānam — conocimiento; tat — ese; etat — este; amalam — sin contaminación material; duravāpam — muy difícil de comprender (sin la misericordia de un devoto); āha — explicó; nārāyaṇaḥ — el Señor Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios; nara-sakhaḥ — el amigo de todas las entidades vivientes (especialmente de los seres humanos); kila — ciertamente; nāradāya — al gran sabio Nārada; ekāntinām — de los que se han entregado exclusivamente a la Suprema Personalidad de Dios; bhagavataḥ — de la Suprema Personalidad de Dios; tat — ese (conocimiento); akiñcanānām — que no dicen ser dueños de ninguna posesión material; pāda-aravinda — de los pies de loto del Señor; rajasā — por el polvo; āpluta — bañados; dehinām — cuyos cuerpos; syāt — es posible.

Traducción

Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios, el bienqueriente y amigo de todos los seres vivientes, en el pasado explicó este conocimiento trascendental al gran sabio Nārada. Sin la misericordia de una persona santa como Nārada, ese conocimiento confidencial es sumamente difícil de comprender; pero todo el que se refugia en la sucesión discipular de Nārada puede comprenderlo.

Significado

En este verso se afirma que este conocimiento confidencial es sumamente difícil de entender, pero que, si nos refugiamos en un devoto puro, resulta muy fácil. El mismo conocimiento confidencial se menciona al final del Bhagavad-gītā, donde el Señor dice: sarva-dharmān parityajya mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja: «Abandona toda clase de religión y sencillamente entrégate a Mí». Este conocimiento es un secreto sumamente confidencial, pero, si acudimos a la Suprema Personalidad de Dios por intermedio del representante genuino, el maestro espiritual perteneciente a la sucesión discipular de Nārada, podremos entenderlo. Prahlāda Mahārāja quería dejar claro a los hijos de los demonios que el hecho de que este conocimiento solo pudiesen comprenderlo las personas santas como Nārada, no debía desanimarles, ya que si se refugiaban en Nārada, en lugar de aceptar maestros materialistas, también ellos podrían entenderlo. La capacidad de entenderlo no depende de lo elevado del nacimiento. En el plano espiritual, la entidad viviente es pura; por lo tanto, todo aquel que, por la gracia del maestro espiritual, alcance ese plano espiritual, también podrá entender este conocimiento confidencial.

Texto

śrutam etan mayā pūrvaṁ
jñānaṁ vijñāna-saṁyutam
dharmaṁ bhāgavataṁ śuddhaṁ
nāradād deva-darśanāt

Palabra por palabra

śrutam — escuchado; etat — este; mayā — por mí; pūrvam — en el pasado; jñānam — conocimiento confidencial; vijñāna-saṁyutam — combinado con su aplicación práctica; dharmam — religión trascendental; bhāgavatam — en relación con la Suprema Personalidad de Dios; śuddham — que no tiene nada que ver con las actividades materiales; nāradāt — del gran santo Nārada; deva — al Señor Supremo; darśanāt — que siempre ve.

Traducción

Prahlāda Mahārāja continuó: Yo recibí este conocimiento del gran santo Nārada Muni, que está siempre ocupado en servicio devocional. Este conocimiento, denominado bhāgavata-dharma, es completamente científico. Se basa en la lógica y la filosofía, y está libre de todo rastro de contaminación material.

Texto

śrī-daitya-putrā ūcuḥ
prahrāda tvaṁ vayaṁ cāpi
narte ’nyaṁ vidmahe gurum
etābhyāṁ guru-putrābhyāṁ
bālānām api hīśvarau
bālasyāntaḥpura-sthasya
mahat-saṅgo duranvayaḥ
chindhi naḥ saṁśayaṁ saumya
syāc ced visrambha-kāraṇam

Palabra por palabra

śrī-daitya-putrāḥ ūcuḥ — los hijos de los demonios dijeron; prahrāda — ¡oh, Prahlāda, querido amigo!; tvam — tú; vayam — nosotros; ca — y; api — también; na — no; ṛte — excepto; anyam — otro; vidmahe — conocemos; gurum — maestro espiritual; etābhyām — estos dos; guru-putrābhyām — los hijos de Śukrācārya; bālānām — de niños pequeños; api — aunque; hi — en verdad; īśvarau — los dos controladores; bālasya — de un niño; antaḥpura-sthasya — que se queda dentro de la casa o palacio; mahat-saṅgaḥ — la compañía de una gran personalidad como Nārada Muni; duranvayaḥ — muy difícil; chindhi — por favor, revela; naḥ — nuestra; saṁśayam — duda; saumya — ¡oh, tú, que eres muy amable!; syāt — pueda haber; cet — si; visrambha-kāraṇam — causa de fe (en tus palabras).

Traducción

Los hijos de los demonios contestaron: Querido Prahlāda, tú, como nosotros, no conoces a ningún profesor o maestro espiritual aparte de Ṣaṇḍa y Amarka, los hijos de Śukrācārya. Al fin y al cabo, somos niños, y ellos son nuestros controladores. Tú, además, nunca sales del palacio, y es muy difícil que puedas relacionarte con una gran personalidad. Querido amigo, por favor, ¿serías tan amable de explicarnos cuándo has tenido oportunidad de escuchar a Nārada? Por favor, resuelve nuestras dudas al respecto.

Significado

Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo sexto del Canto Séptimo del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado «Prahlāda instruye a sus compañeros demonios».