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Śrīmad-bhāgavatam 7.6.2

Texto

yathā hi puruṣasyeha
viṣṇoḥ pādopasarpaṇam
yad eṣa sarva-bhūtānāṁ
priya ātmeśvaraḥ suhṛt

Palabra por palabra

yathā — a fin de; hi — en verdad; puruṣasya — de una entidad viviente; iha — aquí; viṣṇoḥ — del Señor Viṣṇu, la Suprema Personalidad de Dios; pāda-upasarpaṇam — acudir a los pies de loto; yat — debido a; eṣaḥ — este; sarva-bhūtānām — de todas las entidades vivientes; priyaḥ — el ser querido; ātma-īśvaraḥ — el señor del alma, la Superalma; suhṛt — el mejor amigo y bienqueriente.

Traducción

La forma de vida humana trae consigo la oportunidad de regresar al hogar, de vuelta a Dios. Por lo tanto, todas las entidades vivientes, y en especial las que se encuentran en la forma humana de vida, deben ocuparse en el servicio devocional a los pies de loto del Señor Viṣṇu. Ese servicio devocional es natural, pues el Señor Viṣṇu, la Suprema Personalidad de Dios, es el ser más querido, el señor del alma, y el bienqueriente de todos los seres vivos.

Significado

En el Bhagavad-gītā (5.29), el Señor dice:

bhoktāraṁ yajña-tapasāṁ
sarva-loka-maheśvaram
suhṛdaṁ sarva-bhūtānāṁ
jñātvā māṁ śāntim ṛcchati

«La persona que tiene plena conciencia de Mí, sabiendo que Yo soy el beneficiario final de todo sacrificio y austeridad, el Señor Supremo de todos los planetas y semidioses, y el benefactor y bienqueriente de todas las entidades vivientes, se libera de los tormentos de las miserias materiales». Por el simple hecho de comprender estas tres verdades, es decir, que el Señor Supremo, Viṣṇu, es el propietario de toda la creación, que es el mejor amigo y bienqueriente de todas las entidades vivientes, y que es el disfrutador supremo de todo, se logran la paz y la felicidad. La entidad viviente, en busca de esa felicidad trascendental, ha vagado por todo el universo pasando por distintas formas de vida y por distintos sistemas planetarios; pero, debido a que ha olvidado su relación íntima con el Señor Viṣṇu, lo único que ha hecho ha sido sufrir vida tras vida. Por consiguiente, en la forma humana de vida, el sistema educativo debe ser perfecto, de modo que nos permita entender nuestra relación íntima con Dios, Viṣṇu. Toda entidad viviente tiene una relación íntima con Dios. Por lo tanto, debemos glorificar al Señor mediante la adoración de śānta-rasa, o revivir nuestra relación eterna con Viṣṇu, bien sea como sirvientes en la relación de dāsya-rasa, amigos (sakhya-rasa), padres (vātsalya-rasa), o amantes (mādhurya-rasa). Todas esas relaciones se dan en el plano del amor. Viṣṇu es el foco del amor de todos, y, por lo tanto, todos tenemos el deber de ocuparnos en el servicio amoroso del Señor. La Suprema Personalidad de Dios afirma: yeṣām ahaṁ priya ātmā sutaś ca sakhā guruḥ suhṛdo daivam iṣṭam (Bhāg. 3.25.38): En todas las formas de vida, tenemos una relación con Viṣṇu, que es el ser más querido, la Superalma, el hijo, el amigo y el guru. En la forma humana de vida podemos revivir nuestra relación con Dios; ese debe ser el objetivo de la educación. En verdad, esa es la perfección de la vida y la perfección de la educación.