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Śrīmad-bhāgavatam 7.2.25-26

Texto

eṣa ātma-viparyāso
hy aliṅge liṅga-bhāvanā
eṣa priyāpriyair yogo
viyogaḥ karma-saṁsṛtiḥ
sambhavaś ca vināśaś ca
śokaś ca vividhaḥ smṛtaḥ
avivekaś ca cintā ca
vivekāsmṛtir eva ca

Palabra por palabra

eṣaḥ — esta; ātma-viparyāsaḥ — confusión de la entidad viviente; hi — en verdad; aliṅge — en la que no posee un cuerpo material; liṅga-bhāvanā — identificar el cuerpo material con el ser; eṣaḥ — este; priya — con aquellos que son muy queridos; apriyaiḥ — y con los que no son queridos (enemigos, los que no pertenecen a la familia, etc.); yogaḥ — relación; viyogaḥ — separación; karma — los frutos de la acción; saṁsṛtiḥ — la condición material de la vida; sambhavaḥ — aceptar el nacimiento; ca — y; vināśaḥ — aceptar la muerte; ca — y; śokaḥ — lamentación; ca — y; vividhaḥ — diversidades; smṛtaḥ — mencionadas en las Escrituras; avivekaḥ — falta de discriminación; ca — también; cintā — ansiedad; ca — y; viveka — de discriminación adecuada; asmṛtiḥ — olvido; eva — en verdad; ca — también.

Traducción

La entidad viviente que se encuentra confundida identifica el cuerpo y la mente con el ser y considera a unos hombres sus parientes, mientras otros le son extraños. Debido a ese concepto erróneo, sufre. En verdad, la acumulación de esas ideas materiales inventadas es la causa del sufrimiento y de la supuesta felicidad del mundo material. En ese estado, el alma condicionada tiene que nacer en diversas especies y actuar con diversos tipos de conciencia, creando con ello nuevos cuerpos. Esa vida material continuada recibe el nombre de saṁsāra. El nacimiento, la muerte, la lamentación, la necedad y la ansiedad se deben a esas consideraciones materiales. De ese modo, a veces llegamos a entender las cosas correctamente, y a veces caemos de nuevo en una concepción equivocada de la vida.