Skip to main content

Śrīmad-bhāgavatam 7.13.25

Texto

yadṛcchayā lokam imaṁ
prāpitaḥ karmabhir bhraman
svargāpavargayor dvāraṁ
tiraścāṁ punar asya ca

Palabra por palabra

yadṛcchayā — llevado por las olas de la naturaleza material; lokam — forma humana; imam — esta; prāpitaḥ — obtenida; karmabhiḥ — por la influencia de diversas actividades fruitivas; bhraman — vagar de una forma de vida a otra; svarga — a los planetas celestiales; apavargayoḥ — de la liberación; dvāram — a la puerta; tiraścām — a especies de vida inferiores; punaḥ — de nuevo; asya — de los seres humanos; ca — y.

Traducción

En el curso del proceso evolutivo, que tiene su causa en las actividades fruitivas debidas a la indeseable complacencia de los sentidos, he recibido esta forma humana de vida, que puede llevarme a los planetas celestiales, a la liberación, a las especies inferiores o a nacer de nuevo entre los seres humanos.

Significado

Todas las entidades vivientes del mundo material están sometidas al ciclo de nacimientos y muertes conforme a las leyes de la naturaleza. Esa lucha, el nacimiento y la muerte en diversas especies, puede denominarse proceso evolutivo, pero en el mundo occidental se ha explicado de modo incorrecto. La teoría de Darwin, que explica la evolución desde las especies animales hasta la forma humana, es incompleta, debido a que no presenta el proceso inverso, es decir, la evolución desde la forma humana a las especies animales. Sin embargo, en este verso, la evolución queda muy bien explicada, conforme al testimonio de la autoridad védica. La vida humana, que se obtiene en el curso del proceso evolutivo, es una oportunidad para elevarse (svargāpavarga) o para degradarse (tiraścāṁ punar asya ca). Quien emplee debidamente la forma humana podrá elevarse a los sistemas planetarios superiores, en los que se disfruta de una felicidad material muchos miles de veces superior a la que puede ofrecer este planeta; otra opción es cultivar el conocimiento mediante el cual se obtiene la liberación del proceso evolutivo, para de ese modo recuperar nuestro estado original de vida espiritual. Esto se denomina apavarga, liberación.

La vida material se denomina pavarga, debido a que en ella estamos sujetos a cinco estados de sufrimiento, representados por las letras pa, pha, ba, bha y maPa significa pariśrama, un trabajo muy arduo. Phasignifica phena, la espuma de la boca. Por ejemplo, los caballos, cuando hacen trabajos pesados, sueltan espuma por la boca. Ba significa byarthatā, desilusión. A pesar de tan arduos esfuerzos, al final nos espera la desilusión. Bha significa bhaya, miedo. En la vida material, siempre ardemos en el fuego del miedo, ya que nadie sabe nada acerca del futuro. Por último, ma significa mṛtyu, la muerte. Cuando tratamos de neutralizar estas cinco condiciones de vida —pa, pha, ba, bha y ma—, obtenemos apavarga, la liberación del castigo de la existencia material.

La palabra tiraścām se refiere a una vida degradada. La vida humana, por supuesto, nos proporciona una oportunidad para gozar de las mejores condiciones de vida. Tal como piensan los occidentales, de los monos vienen los seres humanos, que gozan de mayor bienestar en su posición. Sin embargo, quien no emplee la vida humana para svarga o apavarga caerá de nuevo a la vida degradada de animales como los perros y los cerdos. Por lo tanto, todo ser humano sensato debe considerar si desea elevarse a los planetas superiores, o prepararse para alcanzar la liberación del proceso evolutivo, o recorrer de nuevo todo el proceso evolutivo en formas de vida superiores e inferiores. Quien realice actividades piadosas, podrá elevarse a los sistemas planetarios superiores, u obtener la liberación e ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios; en caso contrario, puede degradarse hasta formas de vida como las del perro, el cerdo, etc. Como se explica en el Bhagavad-gītā (9.25): yānti deva-vratā devān: Quienes tengan interés en elevarse a los sistemas planetarios superiores (Devaloka o Svargaloka) deben prepararse convenientemente. Del mismo modo, quienes deseen alcanzar la liberación e ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios, también deben prepararse para alcanzar ese objetivo.

Nuestro movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa es, por lo tanto, el movimiento que trae la bendición más importante para la sociedad humana, pues está enseñando a la gente a ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios. En el Bhagavad-gītā (13.22), se afirma claramente que las distintas formas de vida se obtienen debido al contacto con las tres modalidades de la naturaleza material (kāraṇaṁ guṇa-saṅgo 'sya sad-asad-yoni-janmasu). El cuerpo que recibamos en nuestra próxima vida depende de nuestra relación en esta vida con las cualidades materiales de la pasión, la bondad y la ignorancia. La civilización contemporánea ignora el hecho de que, conforme a sus diversas relaciones en el seno de la naturaleza material, la entidad viviente, aunque es eterna, tiene que verse en multitud de condiciones enfermas, que son las distintas especies de vida. La civilización contemporánea no es consciente de las leyes de la naturaleza.

prakṛteḥ kriyamāṇāni
guṇaiḥ karmāṇi sarvaśaḥ
ahaṅkāra-vimūḍhātmā
kartāham iti manyate

«El alma espiritual que está confundida por la influencia del ego falso, se cree el autor de actividades que en realidad son ejecutadas por las tres modalidades de la naturaleza material» (Bg. 3.27). Todas las entidades vivientes están sometidas por completo al estricto control de las leyes de la naturaleza material; los sinvergüenzas, sin embargo, se consideran independientes. Eso es de necios. La realidad es que no pueden ser independientes. Una civilización de necios es muy peligrosa; por esa razón, el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa está tratando de que la gente sea consciente de su situación de completa dependencia de las estrictas leyes de la naturaleza, y está tratando de salvarles de caer víctimas de māyā, la poderosa energía externa de Kṛṣṇa. El controlador supremo, Kṛṣṇa, está más allá de las leyes de la materia (mayādhyakṣeṇa prakṛtiḥ sūyate sacarācaram). Por lo tanto, aquel que se entrega a Kṛṣṇa (mām eva ye prapadyante māyām etāṁ taranti te) puede liberarse de inmediato del control de la naturaleza externa (sa guṇān samatītyaitān brahma-bhūyāya kalpate). Este debe ser el objetivo de la vida.