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Śrīmad-bhāgavatam 7.10.5

Texto

āśāsāno na vai bhṛtyaḥ
svāminy āśiṣa ātmanaḥ
na svāmī bhṛtyataḥ svāmyam
icchan yo rāti cāśiṣaḥ

Palabra por palabra

āśāsānaḥ — la persona que desea (a cambio de servicio); na — no; vai — en verdad; bhṛtyaḥ — un sirviente cualificado o devoto puro del Señor; svāmini — del amo; āśiṣaḥ — beneficio material; ātmanaḥ — para la complacencia de sus propios sentidos; na — no; svāmī — el amo; bhṛtyataḥ — del sirviente; svāmyam — la prestigiosa posición de ser el amo; icchan — deseando; yaḥ — ese amo que; rāti — concede; ca — también; āśiṣaḥ — beneficio material.

Traducción

El sirviente que desea beneficios materiales de su amo no es, ciertamente, un sirviente cualificado, un devoto puro. Del mismo modo, el amo que concede bendiciones a su sirviente con el deseo de mantener su prestigiosa posición de amo, tampoco es un amo puro.

Significado

Como se afirma en el Bhagavad-gītā (7.20): kāmais tais tair hṛta-jñānāḥ prapadyante 'nya-devatāḥ: «Aquellos a quienes los deseos materiales les han robado la inteligencia se entregan a los semidioses». Un semidiós no puede ser el amo, pues el verdadero amo es la Suprema Personalidad de Dios. Los semidioses, para mantener sus prestigiosas posiciones, conceden a sus adoradores todas las bendiciones que puedan desear. Una vez, por ejemplo, sucedió que un asura obtuvo del Señor Śiva una bendición gracias a la cual podía matar a cualquier persona con simplemente tocarle la cabeza con las manos. Los semidioses pueden conceder esa clase de bendiciones; sin embargo, el Señor, la Suprema Personalidad de Dios, nunca ofrecerá esas desastrosas bendiciones a quien Le adore. Por el contrario, en el Śrīmad-Bhāgavatam(10.88.8), se dice: yasyāham anugṛhnāmi hariṣye tad-dhanaṁ śanaiḥ: Si alguien es demasiado materialista, pero al mismo tiempo quiere ser un sirviente del Señor Supremo, el Señor, llevado de la compasión suprema que siente por el devoto, le quita todas sus opulencias materiales y le obliga a ser un devoto puro. Prahlāda Mahārāja distingue entre el devoto puro y el amo puro. El Señor es el amo puro, el amo supremo, mientras que el devoto puro, que no tiene motivos materiales, es el sirviente puro. El que tiene motivaciones materialistas no puede ser sirviente, y el que concede bendiciones injustificadas a su sirviente para mantenerse en una posición de prestigio no es un verdadero amo.