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Śrīmad-bhāgavatam 6.5.25

Texto

te ca pitrā samādiṣṭāḥ
prajā-sarge dhṛta-vratāḥ
nārāyaṇa-saro jagmur
yatra siddhāḥ sva-pūrvajāḥ

Palabra por palabra

te — esos hijos (los Savalāśvas); ca — y; pitrā — por su padre; samādiṣṭāḥ — al recibir la orden; prajā-sarge — para aumentar la descendencia o la población; dhṛta-vratāḥ — aceptaron votos; nārāyaṇa-saraḥ — el lago sagrado llamado Nārāyaṇa-saras; jagmuḥ — fueron a; yatra — donde; siddhāḥ — perfeccionaron; sva-pūrva-jāḥ — sus hermanos mayores, que habían ido allí antes.

Traducción

Cuando su padre les ordenó que engendrasen descendientes, la segunda generación de hijos de Dakṣa se marchó también a Nārāyaṇa-saras, el mismo lugar en que sus hermanos habían alcanzado antes la perfección gracias a las instrucciones de Nārada. Los Savalāśvas permanecieron en aquel lugar sagrado sometiéndose a grandes votos de austeridad.

Significado

Prajāpati Dakṣa envió a su segunda generación de hijos al mismo lugar en que sus hijos mayores habían alcanzado la perfección. También ellos podían caer víctimas de las instrucciones de Nārada, pero, aun así, no dudó en enviarles al mismo lugar. Según la cultura védica, antes de entrar en la vida familiar para engendrar hijos, es necesario adiestrarse en el conocimiento espiritual llevando vida de brahmacārī. Ese es el sistema védico. Prajāpati Dakṣa, por lo tanto, envió a su segunda generación de hijos a que recibieran educación, aun a riesgo de que, debido a las instrucciones de Nārada, llegasen a ser tan inteligentes como sus hermanos mayores. Como padre responsable, Dakṣa no dudó en permitir que sus hijos recibiesen formación cultural en lo tocante a la perfección de la vida; la elección entre regresar al hogar, de vuelta a Dios, o pudrirse en el mundo material en diversas especies de vida, les correspondía solamente a ellos. En toda circunstancia, el padre tiene el deber de dar a sus hijos educación y cultura; más tarde, ellos decidirán el camino a seguir. Un padre responsable no debe poner trabas a sus hijos si estos desean perfeccionar su formación cultural participando del movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. No es ese el deber del padre. El deber del padre es dar al hijo plena libertad para que, después de haber avanzado espiritualmente gracias a las instrucciones del maestro espiritual, sea él mismo quien elija.