Skip to main content

CAPÍTULO 5

Prajāpati Dakṣa maldice a Nārada Muni

En este capítulo se explica que todos los hijos de Dakṣa se liberaron de las garras de la energía material gracias al consejo de Nārada, quien, por esa razón, fue maldecido por Dakṣa.

Bajo la influencia de la energía externa del Señor Viṣṇu, Prajāpati Dakṣa engendró diez mil hijos en el vientre de su esposa, Pāñcajanī. Esos hijos, que compartían un mismo carácter y una misma mentalidad, recibieron el nombre de Haryaśvas. Cuando su padre les ordenó que multiplicasen la población, los Haryaśvas se encaminaron hacia el oeste, en dirección al lugar donde el río Sindhu (llamado ahora Indus) desemboca en el mar Arábigo. En aquellos días, ese lugar era el emplazamiento de un lago sagrado llamado Nārāyaṇa-saras, al que acudían muchas personas santas. Los Haryaśvas emprendieron la práctica de austeridades, penitencias y meditación, que son las ocupaciones de la muy excelsa orden de vida de renuncia. Sin embargo, Śrīla Nārada Muni, cuando vio a aquellos muchachos ocupados en aquellas encomiables austeridades sin otra finalidad que la creación material, pensó que mejor sería liberarles de esa tendencia. Nārada Muni reveló a los muchachos el objetivo supremo de la vida, y les aconsejó que no se volviesen karmīs corrientes, sin otro objetivo que engendrar hijos. De ese modo, todos los hijos de Dakṣa alcanzaron la iluminación y se fueron, para nunca regresar.

Prajāpati Dakṣa, muy triste por la pérdida de sus hijos, concibió mil hijos más en el vientre de su esposa, Pāñcajanī, y les ordenó que aumentasen su descendencia. Esos hijos, que recibieron el nombre de Savalāśvas, también se ocuparon en la adoración del Señor Viṣṇu a fin de engendrar hijos, pero Nārada Muni les convenció de que se hiciesen mendicantes y no engendrasen hijos. Frustrado por dos veces en sus intentos de aumentar la población, Prajāpati Dakṣa se enfadó muchísimo con Nārada Muni y le maldijo, diciendo que en el futuro no podría quedarse mucho tiempo en ningún lugar. Nārada Muni, que estaba perfectamente cualificado, fijo en el cultivo de la tolerancia, aceptó la maldición de Dakṣa.

Text 1:
Śrīla Śukadeva Gosvāmī continuó: Impulsado por la energía ilusoria del Señor Viṣṇu, Prajāpati Dakṣa engendró diez mil hijos en el vientre de Pāñcajanī [Asiknī]. Mi querido rey, esos hijos fueron conocidos con el nombre de Haryaśvas.
Text 2:
Mi querido rey, todos los hijos de Prajāpati Dakṣa se parecían en el hecho de ser muy amables y muy obedientes a las órdenes de su padre. Cuando este les ordenó que concibiesen hijos, todos ellos partieron en dirección oeste.
Text 3:
En esa dirección, donde el río Sindhu desemboca en el mar, hay un gran lugar de peregrinaje llamado Nārāyaṇa-saras. Allí viven muchos sabios y personas de conciencia espiritual avanzada.
Texts 4-5:
En aquel sagrado lugar, los Haryaśvas tocaban regularmente las aguas del lago y se bañaban en ellas. Poco a poco, alcanzaron un alto nivel de purificación, de modo que se sentían atraídos por las actividades de los paramahaṁsas. Sin embargo, como su padre les había ordenado que aumentasen la población, ellos, para satisfacer su deseo, realizaron rigurosas austeridades. Un día, el gran sabio Nārada vio a aquellos muchachos entregados a esa intensa práctica de austeridades para aumentar la población, y se dirigió a ellos.
Texts 6-8:
El gran sabio Nārada dijo: Mis queridos Haryaśvas, ustedes no conocen los lugares más remotos de la Tierra. Existe un reino donde solo vive un hombre; en ese lugar hay un agujero del cual nadie que haya entrado ha vuelto a salir. Allí, una mujer sumamente impúdica se adorna con vestidos atractivos; el hombre que vive con ella es su esposo. En ese reino encontrarán un río que fluye en ambos sentidos, una casa maravillosa hecha de veinticinco materiales, un cisne que emite diversos sonidos, y un objeto que está hecho de cuchillas afiladas y rayos y que gira por sí solo. Ustedes no han visto nada de esto; son, por ello, muchachos inexpertos y sin conocimiento avanzado. ¿Cómo, entonces, van a generar descendencia?
Text 9:
¡Ay!, su padre es omnisciente, pero ustedes no conocen su verdadera orden. Si no saben cuál es su verdadero objetivo, ¿cómo van a generar descendencia?
Text 10:
Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo: Al escuchar las enigmáticas palabras de Nārada Muni, los Haryaśvas reflexionaron acerca de ellas con su inteligencia natural, sin ayuda ajena.
Text 11:
[Los Haryaśvas entendieron que el significado de las palabras de Nārada era el siguiente:] La palabra «bhūḥ» [«la Tierra»] se refiere al campo de actividades. El cuerpo material, que es resultado de las acciones del ser vivo, es su campo de actividades y la fuente de sus falsas identificaciones. Desde tiempo inmemorial, el ser vivo ha recibido distintos tipos de cuerpos materiales, que son las raíces del cautiverio en el mundo material. ¿Qué beneficio puede obtener de sus actividades un necio que se ocupa en actividades fruitivas temporales, sin aspirar al fin del cautiverio?
Text 12:
[Nārada Muni había hablado de un reino en el que solo hay un varón. Los Haryaśvas comprendieron el significado de esa afirmación:] El único disfrutador es la Suprema Personalidad de Dios, que lo observa todo, en todas partes. Él goza de plenitud en seis opulencias y de independencia absoluta con respecto a todos los demás. Él nunca está sujeto a las tres modalidades de la naturaleza material, pues siempre es trascendental a la creación material. ¿Qué beneficio obtendrán los miembros de la sociedad humana de su progreso en el conocimiento y las actividades, si con ello no Le comprenden a Él, que es el Supremo, y simplemente se dedican a trabajar día y noche en busca de una felicidad temporal, como los perros y los gatos?
Text 13:
[Nārada Muni había hablado de un bila, un agujero, del cual, una vez dentro, nunca se sale. Los Haryaśvas entendieron el significado de la alegoría:] Es difícil hallar a una persona que haya regresado del sistema planetario inferior, Pātāla, después de haber entrado en él. Del mismo modo, aquel que entra en Vaikuṇṭha-dhāma [pratyag-dhāma] ya no regresa al mundo material. Si existe ese lugar, del cual, habiendo ido una vez, ya no se regresa a la miserable condición de la vida material, ¿qué sentido tiene ir saltando como monos por el mundo material, sin ver ni comprender ese lugar? ¿Qué se gana con ello?
Text 14:
[Nārada Muni había descrito a una mujer, una prostituta profesional. Los Haryaśvas comprendieron la identidad de esa mujer:] Mezclada con la modalidad de la pasión, la inestable inteligencia de la entidad viviente es como una prostituta que se cambia de ropas para atraer su atención. ¿Qué beneficio verdadero puede obtener alguien que, sin entender lo que está ocurriendo, se entrega por completo a las actividades fruitivas, que son temporales?
Text 15:
[Nārada Muni había hablado también de un hombre, el esposo de la prostituta. Los Haryaśvas lo entendieron de la siguiente manera:] El hombre que se casa con una prostituta pierde toda su independencia. Del mismo modo, la entidad viviente que tiene la inteligencia contaminada prolonga su vida materialista. Frustrada por la naturaleza material, tiene que seguir los impulsos de su inteligencia, que le aportan estados de felicidad y de aflicción. ¿Qué beneficio se obtiene de realizar actividades fruitivas en esas condiciones?
Text 16:
[Nārada Muni había hablado de un río que fluye en ambos sentidos. Los Haryaśvas entendieron el significado de esa afirmación:] La naturaleza material funciona de dos maneras: mediante la creación y la disolución. De ese modo, el río de la naturaleza material fluye en los dos sentidos. La entidad viviente que, sin darse cuenta, cae en ese río, se hunde en sus olas y no puede salir, pues la corriente es más fuerte cerca de las orillas. ¿Qué beneficio se obtiene de realizar actividades fruitivas en ese río de māyā?
Text 17:
[Nārada Muni había hablado de una casa hecha de veinticinco elementos. Los Haryaśvas entendieron la analogía:] El Señor Supremo es el origen de los veinticinco elementos y, como Ser Supremo y conductor de la causa y el efecto, hace que se manifiesten. Una persona que se ocupe en actividades fruitivas, que son temporales, y no conozca a esa Persona Suprema, ¿qué beneficio puede obtener?
Text 18:
[Nārada Muni había hablado de un cisne. Ese cisne se explica en este verso:] Las Escrituras védicas [śāstras] explican con gran claridad la forma de entender al Señor Supremo, que es la fuente de todas las energías materiales y espirituales. De hecho, describen detalladamente esas dos energías. El cisne [haṁsa] es aquel que sabe distinguir entre la materia y el espíritu, que capta la esencia de todo y explica cómo se produce el cautiverio y cómo se obtiene la liberación. Las palabras de las Escrituras se componen de gran variedad de vibraciones. ¿Qué resultado puede obtener el necio sinvergüenza que deja de lado el estudio de esos śāstras para ocuparse en actividades temporales?
Text 19:
[Nārada Muni había hablado de un objeto físico hecho de rayos y cuchillas afiladas. Los Haryaśvas entendieron esta alegoría de la siguiente manera:] El tiempo eterno discurre a gran velocidad, y corta como si estuviera hecho de cuchillas y rayos; fluye sin interrupción y con absoluta independencia, dirigiendo las actividades del mundo entero. Quien no trata de estudiar este elemento eterno, el tiempo, ¿qué beneficio puede obtener de las actividades materiales, que son temporales?
Text 20:
[Nārada Muni había preguntado cómo es posible enfrentarse al propio padre, bajo la influencia de la ignorancia. Los Haryaśvas entendieron el significado de la pregunta:] Es necesario aceptar las instrucciones originales del śāstra. En la civilización védica, el cordón sagrado es signo del segundo nacimiento, que se produce gracias a las instrucciones de los śāstras recibidas de un maestro espiritual genuino. Por lo tanto, el śāstra, las Escrituras, son el verdadero padre. Todos los śāstras nos indican que debemos poner fin al modo de vida materialista. Aquel que no conoce el objetivo de los śāstras, que son las órdenes del padre, es ignorante. Las palabras de un padre material que se esfuerza por ocupar a su hijo en actividades materiales no son las verdaderas instrucciones del padre.
Text 21:
Śukadeva Gosvāmī continuó: Mi querido rey, los Haryaśvas, los hijos de Prajāpati Dakṣa, después de escuchar a Nārada, quedaron firmemente convencidos de sus instrucciones. Todos ellos creían en ellas y llegaron a la misma conclusión. Tras caminar alrededor del gran sabio, al que habían aceptado como maestro espiritual, siguieron la senda por la que nunca se regresa a este mundo.
Text 22:
Las siete notas musicales —ṣa, ṛ, gā, ma, pa, dha y ni— que se emplean en los instrumentos musicales tienen su origen en elSāma Veda. El gran sabio Nārada sabe vibrar sonidos que describen los pasatiempos del Señor Supremo, y con esas vibraciones trascendentales, como Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare, fija su mente en los pies de loto del Señor. De ese modo, percibe directamente a Hṛṣīkeśa, el amo de los sentidos. Tras liberar a los Haryaśvas, Nārada Muni continuó viajando por los sistemas planetarios, con la mente siempre fija en los pies de loto del Señor.
Text 23:
Los Haryaśvas eran unos hijos educados y de muy buena conducta, pero, por desgracia, tras ser instruidos por Nārada Muni, se habían apartado de la orden de su padre, Prajāpati Dakṣa. Este, al recibir la noticia de labios del propio Nārada Muni, comenzó a lamentarse. Después de haber tenido unos hijos tan buenos, los había perdido a todos. Ciertamente, aquello era lamentable.
Text 24:
Al ver que Prajāpati Dakṣa se lamentaba por haber perdido a sus hijos, el Señor Brahmā le calmó con sus instrucciones; a continuación, Dakṣa engendró mil hijos más en el vientre de su esposa, Pāñcajanī. Esta vez, sus hijos recibieron el nombre de Savalāśvas.
Text 25:
Cuando su padre les ordenó que engendrasen descendientes, la segunda generación de hijos de Dakṣa se marchó también a Nārāyaṇa-saras, el mismo lugar en que sus hermanos habían alcanzado antes la perfección gracias a las instrucciones de Nārada. Los Savalāśvas permanecieron en aquel lugar sagrado sometiéndose a grandes votos de austeridad.
Text 26:
En Nārāyaṇa-saras, esa segunda generación de hijos realizó las mismas penitencias que habían practicado sus hermanos mayores. Se bañaban en las sagradas aguas, y en contacto con ellas se purificaron de todos los deseos materiales que contaminaban sus corazones. Allí musitaron mantras que comenzaban con oṁkāra y emprendieron una serie de austeridades muy rigurosas.
Texts 27-28:
Durante unos meses, los hijos de Prajāpati Dakṣa solo bebieron agua, y se alimentaron exclusivamente de aire. Así, sometiéndose a grandes austeridades, recitaban este mantra: «Ofrecemos respetuosas reverencias a Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios, que está siempre en Su morada trascendental. Él es la Persona Suprema [paramahaṁsa], y por ello Le ofrecemos respetuosas reverencias.
Text 29:
¡Oh, rey Parīkṣit!, Nārada Muni fue a ver a aquellos hijos de Prajāpati Dakṣa, que estaban ocupados en tapasya con el deseo de engendrar hijos, y les habló con palabras enigmáticas, tal como había hecho con sus hermanos mayores.
Text 30:
¡Oh, hijos de Dakṣa!, por favor, escuchen atentamente mis palabras y mi instrucción. Todos ustedes sienten un gran afecto por sus hermanos mayores, los Haryaśvas. Por eso, deben seguir su mismo camino.
Text 31:
Un hermano consciente de los principios de la religión sigue los pasos de sus hermanos mayores. Debido a su elevada posición, ese hermano piadoso recibe la oportunidad de disfrutar en compañía de semidioses como los Maruts, que muestran gran cariño por sus hermanos.
Text 32:
Śukadeva Gosvāmī continuó: ¡Oh, tú, el más avanzado de los āryas!, sin decir nada más a los hijos de Prajāpati Dakṣa, Nārada Muni, cuya mirada misericordiosa nunca es en vano, se fue conforme a su plan. Los hijos de Dakṣa siguieron a sus hermanos mayores, y sin tratar de generar hijos, se empeñaron en el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa.
Text 33:
Los Savalāśvas siguieron la senda correcta, que solo se alcanza con una vida orientada hacia el logro del servicio devocional, la misericordia de la Suprema Personalidad de Dios. Como de las noches que se han ido hacia el oeste, nunca se ha sabido de su regreso.
Text 34:
Cuando eso ocurrió, Prajāpati Dakṣa observó muchos signos de mal augurio, y escuchó de varias fuentes que sus hijos menores, los Savalāśvas, habían seguido el mismo camino que sus hermanos mayores, conforme a las instrucciones de Nārada.
Text 35:
Cuando supo que también los Savalāśvas habían abandonado este mundo para ocuparse en servicio devocional, Dakṣa sintió una gran ira contra Nārada; se lamentó tanto que estaba a punto de desmayarse. Cuando se encontró con Nārada, Dakṣa, con los labios temblando de ira, le dijo lo siguiente.
Text 36:
Prajāpati Dakṣa dijo: ¡Ah, Nārada Muni!, llevas las ropas de una persona santa, pero no eres un verdadero santo. En verdad, la persona santa soy yo, aunque ahora lleve vida de gṛhastha. Al mostrar a mis hijos la senda de la renunciación, has cometido una injusticia abominable contra mí.
Text 37:
Prajāpati Dakṣa dijo: Mis hijos no estaban en absoluto libres de sus tres deudas. En verdad, no han considerado debidamente sus obligaciones. ¡Oh, Nārada Muni, personificación del pecado!, tú has obstruido su progreso hacia la buena fortuna tanto en este mundo como en el siguiente, pues su deuda con las personas santas, con los semidioses y con su padre, aún no está saldada.
Text 38:
Prajāpati Dakṣa continuó: Aunque cometes violencia contra otras entidades vivientes, pretendes ser un sirviente personal del Señor Viṣṇu. De ese modo, difamas a la Suprema Personalidad de Dios. Sin necesidad alguna, has creado una mentalidad de renunciación en muchachos inocentes; por lo tanto, eres un desvergonzado sin compasión. ¿Cómo vas tú a viajar entre los acompañantes personales del Señor Supremo?
Text 39:
Menos tú, todos los devotos del Señor son muy bondadosos con las almas condicionadas, y están deseosos de hacer el bien a los demás. Tú, sin embargo, aunque vistes ropas de devoto, te enemistas con personas que no son enemigas tuyas, o rompes lazos de amistad y haces surgir la enemistad entre los amigos. ¿No te da vergüenza, presentarte como un devoto mientras realizas esos abominables actos?
Text 40:
Prajāpati Dakṣa continuó: Y si piensas que con despertar un espíritu de renunciación es suficiente para desapegarse del mundo material, tengo que decirte que, si no hay conocimiento completo, el simple hecho de cambiar de ropas como tú has hecho no bastará para que surja el desapego.
Text 41:
El disfrute material es, en verdad, la causa de toda desdicha, pero no se puede abandonar sin antes haber experimentado personalmente el sufrimiento que comporta. Por lo tanto, se debe dejar a las personas la posibilidad de permanecer en esa vida de supuesto disfrute material, mientras, al mismo tiempo, progresan en el cultivo de conocimiento y experimentan el sufrimiento que lleva implícito esa falsa felicidad material. Entonces, sin ninguna ayuda externa, verán que el disfrute material es aborrecible. Quienes cambian su mentalidad debido a la influencia de otros, no son tan renunciados como los que han tenido una experiencia personal.
Text 42:
Yo, aunque vivo con mi familia, mi esposa y mis hijos, sigo honradamente los mandamientos de los Vedas y me ocupo en actividades fruitivas para disfrutar de una vida libre de reacciones pecaminosas. He ejecutado todo tipo de yajñas, desde eldeva-yajña al ṛṣi-yajña, el pitṛ-yajña y el nṛ-yajña. Esos yajñas reciben el nombre de vratas [votos], y por ello soy conocido con el nombre de gṛhavrata. Por desgracia, tú me has causado un gran disgusto al desencaminar a mis hijos y llevarles, sin razón alguna, hacia la senda de la renunciación. Eso puede tolerarse una vez.
Text 43:
Tú me hiciste perder a mis hijos una vez, y ahora reincides en tu nefasta conducta. Por eso, eres un sinvergüenza que no sabes comportarte con los demás. Tal vez viajes por todo el universo, pero yo te maldigo a que no puedas tener una residencia fija.
Text 44:
Śrī Śukadeva Gosvāmī continuó: Mi querido rey, Nārada Muni es una persona de reconocida santidad; por eso, cuando fue maldecido por Prajāpati Dakṣa, contestó: tad bāḍham: «Sí, lo que has dicho está bien. Acepto la maldición». Podría haber respondido con otra maldición, pero, como sādhu tolerante y misericordioso, no hizo nada en contra de Prajāpati Dakṣa.