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Śrīmad-bhāgavatam 5.8.27

Texto

tadānīm api pārśva-vartinam ātmajam ivānuśocantam abhivīkṣamāṇo mṛga evābhiniveśita-manā visṛjya lokam imaṁ saha mṛgeṇa kalevaraṁ mṛtam anu na mṛta-janmānusmṛtir itaravan mṛga-śarīram avāpa.

Palabra por palabra

tadānīm — en ese momento; api — en verdad; pārśva-vartinam — al lado de su lecho de muerte; ātma-jam — su propio hijo; iva — como; anuśocantam — lamentar; abhivīkṣamāṇaḥ — ver; mṛge — en el ciervo; eva — ciertamente; abhiniveśita-manāḥ — su mente estaba absorta; visṛjya — abandonar; lokam — mundo; imam — este; saha — con; mṛgeṇa — el ciervo; kalevaram — su cuerpo; mṛtam — destruido; anu — a continuación; na — no; mṛta — destruido; janma-anusmṛtiḥ — recuerdo de lo ocurrido antes de la muerte; itara-vat — como otros; mṛga-śarīram — el cuerpo de un ciervo; avāpa — obtuvo.

Traducción

En el momento de morir, el rey vio que el ciervo se echaba a su lado, como si fuera su propio hijo, lamentando su muerte. De hecho, la mente del rey estaba absorta en el cuerpo del ciervo, y por lo tanto, como sucede a las personas que no son conscientes de Kṛṣṇa, lo abandonó todo —el mundo, el ciervo y su cuerpo material— y obtuvo un cuerpo de ciervo. Gozaba, sin embargo, de una ventaja: a pesar de haber perdido su cuerpo humano, y a pesar de haber recibido un cuerpo de ciervo, no olvidó lo ocurrido en su vida anterior.

Significado

Bharata Mahārāja adquirió un cuerpo de ciervo, tal como otros adquieren distintos cuerpos según la condición mental en que se encuentren en el momento de morir. Había, no obstante, una diferencia: las demás personas, después de morir, se olvidan de todo lo que les ha ocurrido en su vida anterior, pero Bharata Mahārāja no lo olvidó. El Bhagavad-gītādice:

yaṁ yaṁ vāpi smaran bhāvaṁ
tyajaty ante kalevaram
taṁ tam evaiti kaunteya
sadā tad-bhāva-bhāvitaḥ

«El estado de existencia que se recuerda al abandonar el cuerpo, ¡oh, hijo de Kuntī!, es el estado que, indefectiblemente, se va a alcanzar» (Bg. 8.6).

Después de abandonar el cuerpo, la persona recibe otro cuerpo conforme a la condición de su mente en el momento de la muerte. Al morir, la persona piensa siempre en aquello que le ha tenido absorto durante su vida. Conforme a esa ley, Bharata Mahārāja adquirió un cuerpo de ciervo por haber estado siempre pensando en el ciervo y haber olvidado su adoración del Señor Supremo. Sin embargo, se había elevado hasta el nivel más alto del servicio devocional, y debido a ello no olvidó lo ocurrido en su vida anterior. Esa bendición especial le salvó de una degradación posterior. Debido al servicio devocional que había realizado en el pasado, se decidió a completar su servicio devocional aunque fuese en un cuerpo de ciervo. Esa es la razón de que en este verso se diga: mṛtam, «aunque había muerto», anu, «después de eso», na mṛta-janmānusmṛtir itaravat, «no olvidó lo ocurrido en su vida anterior como les ocurre a los demás». Como se afirma en la Brahma-saṁhitā: karmāṇi nirdahati kintu ca bhakti-bhājām (Bs. 5.54). En este verso queda demostrado que, por la gracia del Señor Supremo, el devoto nunca es vencido. Puede ser castigado durante un breve período por descuidar deliberadamente su servicio devocional, pero después vuelve a su servicio y regresa al hogar, de vuelta a Dios.