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Śrīmad-bhāgavatam 5.26.27

Texto

ye tv iha vai dasyavo ’gnidā garadā grāmān sārthān vā vilumpanti rājāno rāja-bhaṭā vā tāṁś cāpi hi paretya yamadūtā vajra-daṁṣṭrāḥ śvānaḥ sapta-śatāni viṁśatiś ca sarabhasaṁ khādanti.

Palabra por palabra

ye — personas que; tu — pero; iha — en esta vida; vai — en verdad; dasyavaḥ — ladrones y bandoleros; agni-dāḥ — que incendian; garadāḥ — que envenenan; grāmān — aldeas; sārthān — a la clase mercantil; — o; vilumpanti — saquean; rājānaḥ — reyes; rāja-bhaṭāḥ — funcionarios del gobierno; — o; tān — a ellos; ca — también; api — en verdad; hi — ciertamente; paretya — después de morir; yamadūtāḥ — los sirvientes de Yamarāja; vajra-daṁṣṭrāḥ — de poderosos colmillos; śvānaḥ — perros; sapta-śatāni — setecientos; viṁśatiḥ — veinte; ca — y; sarabhasam — vorazmente; khādanti — devoran.

Traducción

En este mundo hay bandidos de profesión que incendian las casas o envenenan a la gente. También hay miembros de la realeza y funcionarios del gobierno que, a veces, saquean a los comerciantes obligándoles a pagar el impuesto sobre la renta o sirviéndose de otros métodos. Después de morir, esos demonios son enviados al infierno Sārameyādana. En ese planeta hay 720 perros hambrientos que, siguiendo las órdenes de los agentes de Yamarāja, devoran a esos pecadores con sus colmillos duros como rayos.

Significado

En el Canto Doce del Śrīmad-Bhāgavatam se dice que en esta era de Kali todo el mundo se verá muy perturbado por tres tipos de problemas: la escasez de lluvias, el hambre y los fuertes impuestos del gobierno. Como los seres humanos son cada vez más pecaminosos, cada vez lloverá menos; como consecuencia natural, el campo no producirá alimentos. El gobierno, con la excusa de paliar los sufrimientos debidos al hambre, impondrá fuertes impuestos, que recaerán especialmente sobre la rica comunidad mercantil. En este verso, a esos miembros del gobierno se les califica de dasyu, ladrones. Su principal actividad será despojar al pueblo de sus riquezas. Sean asaltantes de caminos o ladrones gubernamentales, en su siguiente vida esos hombres serán castigados en el infierno Sārameyādana, donde unos perros feroces les harán sufrir lo indecible con sus mordeduras.