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Śrīmad-bhāgavatam 4.30.1

Texto

vidura uvāca
ye tvayābhihitā brahman
sutāḥ prācīnabarhiṣaḥ
te rudra-gītena hariṁ
siddhim āpuḥ pratoṣya kām

Palabra por palabra

viduraḥ uvāca — Vidura dijo; ye — los que; tvayā — por ti; abhihitāḥ — de quienes hablaste; brahman — ¡oh, brāhmaṇa!; sutāḥ — hijos; prācīnabarhiṣaḥ — del rey Prācīnabarhi; te — todos ellos; rudra-gītena — con la canción que el Señor Śiva había compuesto; harim — al Señor; siddhim — éxito; āpuḥ — lograron; pratoṣya — habiendo satisfecho; kām — qué.

Traducción

Vidura preguntó a Maitreya: ¡Oh, brāhmaṇa!, antes hablaste de los hijos de Prācīnabarhi, informándome que satisficieron a la Suprema Personalidad de Dios cantando una oración compuesta por el Señor Śiva. ¿Qué fue lo que consiguieron de ese modo?

Significado

Al principio, Maitreya Ṛṣi narró las actividades de los hijos de Prācīnabarhi. Esos hijos habían llegado a orillas de un gran lago, que era como un mar, y tuvieron la fortuna de encontrarse con el Señor Śiva, de quien aprendieron la manera de satisfacer a la Suprema Personalidad de Dios mediante el canto de unas oraciones que el propio Señor Śiva había compuesto. El apego de su padre, el rey Prācīnabarhi, por las actividades fruitivas había provocado la desaprobación de Nārada, quien, por consiguiente, tuvo la bondad de instruir al rey contándole la historia alegórica del rey Purañjana. Y ahora, Vidura de nuevo deseaba escuchar acerca de los hijos de Prācīnabarhi. Sentía especial curiosidad por saber qué habían conseguido al satisfacer a la Suprema Personalidad de Dios. Son muy importantes en el verso las palabras siddhim āpuḥ, «perfección lograda». En el Bhagavad-gītā (7.3), el Señor Kṛṣṇa dice: manuṣyāṇāṁ sahasreṣu kaścid yatati siddhaye: De entre muchísimos millones de personas, puede que una tenga interés en aprender cómo lograr el éxito en cuestiones espirituales. El éxito supremo se menciona también en el Bhagavad-gītā (8.15):

mām upetya punar janma
duḥkhālayam aśāśvatam
nāpnuvanti mahātmānaḥ
saṁsiddhiṁ paramāṁ gatāḥ

«Después de llegar a Mí, las grandes almas, que son yogīs en estado de devoción, jamás regresan a este mundo temporal lleno de sufrimientos, ya que han logrado la máxima perfección». Y, ¿cuál es la perfección máxima? Eso se explica también en este verso. La máxima perfección es regresar al hogar, de vuelta a Dios, de manera que no tengamos que volver a este mundo material para transmigrar de un cuerpo a otro en el sueño de la existencia material. Por la gracia del Señor Śiva, los Pracetās alcanzaron la verdadera perfección y regresaron al hogar, de vuelta a Dios, después de disfrutar de la prosperidad material en su más alto grado. Esto es lo que a continuación narra Maitreya a Vidura.