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Śrīmad-bhāgavatam 4.22.14

Texto

bhavatsu kuśala-praśna
ātmārāmeṣu neṣyate
kuśalākuśalā yatra
na santi mati-vṛttayaḥ

Palabra por palabra

bhavatsu — a ustedes; kuśala — buena fortuna; praśnaḥ — pregunta; ātma-ārāmeṣu — aquel que está siempre absorto en bienaventuranza transcendental; na iṣyate — no es necesario; kuśala — buena fortuna; akuśalāḥ — lo no auspicioso; yatra — donde; na — nunca; santi — existe; mati-vṛttayaḥ — invención mental.

Traducción

Pṛthu Mahārāja continuó: Mis queridos señores, no es necesario que les pregunte si es buena o mala su fortuna, porque ustedes están siempre absortos en bienaventuranza espiritual. Están libres de la invención mental que distingue entre auspicioso y no auspicioso.

Significado

En el Caitanya-caritāmṛta (Antya 4.176), se dice:

‘dvaite’ bhadrābhadra-jñāna, saba — ‘manodharma’
‘ei bhāla, ei manda,’ — ei saba ‘bhrama’

Los conceptos de auspicioso y no auspicioso son simple invenciones mentales propias del mundo material, porque esa diferencia no es más que un producto del contacto con el mundo material, lo cual se denomina ilusión, ātma-māyā. Creemos que somos creación de la naturaleza material, de la misma manera que nos creemos los sujetos de las experiencias que tenemos al soñar. Sin embargo, el alma espiritual siempre es trascendental. La materia no puede cubrirla de ninguna forma. Esa cobertura no es más que una simple alucinación, un sueño. En el Bhagavad-gītā (2.62), se dice también: saṅgāt sañjāyate kāmaḥ: Nos creamos necesidades materiales artificiales, que se deben únicamente a la relación con los objetos. Dhyāyato viṣayān puṁsaḥ saṅgas teṣūpajāyate: cuando olvidamos nuestra verdadera posición constitucional y deseamos disfrutar de los recursos materiales, nuestros deseos materiales se manifiestan, y nos ponemos en contacto con diversas clases de disfrute material. Tan pronto como aparecen las invenciones del disfrute material, debido a ese contacto creamos un cierto deseo intenso, y una ansiedad por disfrutar de ellas; y cuando vemos que ese falso disfrute no nos hace verdaderamente felices, creamos otra ilusión, que recibe el nombre de ira, y esta, al manifestarse, hace que la ilusión sea más fuerte. A esta ilusión la sigue el olvido de nuestra relación con Kṛṣṇa; cuando, de esa forma, dejamos de ser conscientes de Kṛṣṇa, nuestra verdadera inteligencia ha perdido la partida. De esa forma nos enredamos en el mundo material. En el Bhagavad-gītā (2.63), se dice:

krodhād bhavati sammohaḥ
sammohāt smṛti-vibhramaḥ
smṛti-bhraṁśād buddhi-nāśo
buddhi-nāśāt praṇaśyati

Debido al contacto con la materia, perdemos la conciencia espiritual; como consecuencia de ello, surge la diferencia entre lo auspicioso y lo no auspicioso. Pero los ātmārāmas, las personas autorrealizadas, han trascendido esas diferencias. Poco a poco, su bienaventuranza espiritual va en aumento, hasta que llegan al nivel en que se relacionan con la Suprema Personalidad de Dios. Esa es la perfección de la vida. Los Kumāras, al principio eran impersonalistas autorrealizados, pero poco a poco, fueron sintiéndose atraídos por los pasatiempos personales del Señor Supremo. En conclusión, a aquellos que están siempre ocupados en el servicio devocional de la Personalidad de Dios no se les plantea la dualidad entre los auspicioso y lo no auspicioso. De modo que cuando Pṛthu Mahārāja pregunta acerca de lo auspicioso, no se refiere a los Kumāras, sino que lo hace por su propio interés.