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Śrīmad-bhāgavatam 4.20.20

Texto

prasthānābhimukho ’py enam
anugraha-vilambitaḥ
paśyan padma-palāśākṣo
na pratasthe suhṛt satām

Palabra por palabra

prasthāna — irse; abhimukhaḥ — dispuesto; api — aunque; enam — a él (Pṛthu); anugraha — por bondad; vilambitaḥ — detenido; paśyan — al ver; padma-palāśa-akṣaḥ — el Señor, cuyos ojos son como los pétalos de una flor de loto; na — no; pratasthe — partió; suhṛt — el bienqueriente; satām — de los devotos.

Traducción

El Señor ya iba a partir, pero el comportamiento del rey Pṛthu Lo hacía sentirse tan inclinado hacia él, que no se fue. Al ver con Sus ojos de loto el comportamiento de Mahārāja Pṛthu, Se detuvo, pues Él siempre es el bienqueriente de Sus devotos.

Significado

En este verso son muy significativas las palabras suhṛt satām. La Suprema Personalidad de Dios siempre Se siente muy inclinado hacia Su devoto, y siempre está pensando en su bienestar. Eso no es parcialidad. Como se explica en el Bhagavad-gītā, el Señor es ecuánime con todos (samo ’haṁ sarva-bhūteṣu), pero Se siente muy inclinado hacia aquel que se ocupa de modo especial en Su servicio. En otro pasaje, el Señor dice que el devoto siempre mora en Su corazón, y que Él siempre mora en el corazón del devoto.

La especial inclinación que siente la Suprema Personalidad de Dios hacia Su devoto puro es algo natural; no se trata de parcialidad. Un padre con varios hijos, por ejemplo, puede que sienta un afecto especial hacia uno de los hijos que muestra una gran disposición hacia él. Así se explica en el Bhagavad-gītā (10.10):

teṣāṁ satata-yuktānāṁ
bhajatāṁ prīti-pūrvakam
dadāmi buddhi-yogaṁ taṁ
yena mām upayānti te

Aquellos que se ocupan constantemente en el servicio devocional del Señor con amor y afecto están en contacto directo con la Suprema Personalidad de Dios, que, en forma de Superalma, Se encuentra en el corazon de todos. El Señor no está lejos del devoto. Siempre está en el corazón de todos, pero solo el devoto puede percibir Su presencia, y de este modo estar en contacto directo con Él y recibir Sus instrucciones a cada instante. Por lo tanto, no hay la menor posibilidad de que el devoto cometa errores, y el Señor tampoco manifiesta la menor señal de parcialidad hacia Sus devotos puros.