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Capítulo 9

Respuestas citando la versión del Señor

Texto

śrī-śuka uvāca
ātma-māyām ṛte rājan
parasyānubhavātmanaḥ
na ghaṭetārtha-sambandhaḥ
svapna-draṣṭur ivāñjasā

Palabra por palabra

śrī-śukaḥ uvāca — Śrīla Śukadeva Gosvāmī dijo; ātma — la Suprema Personalidad de Dios; māyām — energía; ṛte — sin; rājan — ¡oh, rey!; parasya — del alma pura; anubhava-ātmanaḥ — de la puramente consciente; na — nunca; ghaṭeta — puede ocurrir así; artha — sentido; sambandhaḥ — relación con el cuerpo material; svapna — sueño; draṣṭuḥ — del observador; iva — como; añjasā — completamente.

Traducción

Śrīla Śukadeva Gosvāmī dijo: ¡Oh, rey!, a menos que uno se vea influido por la energía de la Suprema Personalidad de Dios, no tiene sentido la relación que hay entre el alma pura, que se encuentra en estado de conciencia pura, y el cuerpo material. Esa relación es igual a la que tiene una persona con su propio cuerpo cuando sueña y lo ve actuando.

Significado

La pregunta de Mahārāja Parīkṣit acerca de cómo la entidad viviente comenzó su vida material si bien se encuentra aparte del cuerpo y de la mente materiales, es respondida en forma perfecta. El alma espiritual es distinta del concepto material de su vida, pero se encuentra absorta en semejante concepto material, debido a que está influida por la energía externa del Señor, denominada ātma-māyā. Eso ya se explicó en el Primer Canto, en relación con la vívida experiencia que tuvo Vyāsadeva con el Señor Supremo y Su energía externa. Por la voluntad del Señor, la energía externa controla a las entidades vivientes, y el Señor controla la energía externa. Por lo tanto, a pesar de que la entidad viviente en su estado puro es consciente en forma pura, está subordinada a la voluntad del Señor, debido a que se encuentra influida por la energía externa del Señor. En el Bhagavad-gītā (15.15) también se confirma lo mismo; el Señor se encuentra presente en el corazón de toda entidad viviente, y toda la conciencia y todo el olvido de la entidad viviente están influidos por el Señor.

Ahora bien, la siguiente pregunta que se hace automáticamente, es por qué el Señor influye en la entidad viviente para que posea dicha conciencia y olvido. La respuesta es que el Señor desea claramente que toda entidad viviente se encuentre en su estado de conciencia pura como parte integral de Él, y de esa manera se encuentra dedicada al amoroso servicio de Él, para lo cual está constitucionalmente hecha; pero debido a que la entidad viviente es también parcialmente independiente, puede que no esté deseosa ni dispuesta a servir al Señor, y más bien puede que trate de volverse tan independiente como Él. Toda entidad viviente que no es devota está deseosa de volverse tan poderosa como el Señor, si bien no está en capacidad de hacerlo. Las entidades vivientes son engañadas por la voluntad del Señor, debido a que quisieron volverse como Él. Así como una persona piensa en volverse rey sin poseer las cualidades necesarias para ello, así mismo cuando la entidad viviente desea volverse el propio Señor, es puesta en una condición en la que sueña que es un rey. Luego el primer deseo pecaminoso de la entidad viviente consiste en querer volverse el Señor, y el deseo consecuente del Señor es que la entidad viviente olvide su verdadera vida, y de ese modo sueñe con la tierra utópica en la que puede volverse igual al Señor. El niño llora para que la madre le dé la luna, y la madre le da un espejo al molesto niño llorón para complacerlo con el reflejo de la luna. En forma similar, el hijo llorón del Señor es entregado al reflejo, el mundo material, para que se enseñoree de él como karmī, y por la frustración lo deje con el fin de volverse uno con el Señor. Ambas etapas son solo ilusiones de ensueño. No es necesario averiguar la historia acerca de cuándo la entidad viviente deseó eso. Pero lo cierto es que, tan pronto como lo deseó, fue puesta bajo el control de ātma-māyā por la dirección del Señor. En consecuencia, la entidad viviente, en su condición material, está soñando falsamente que «esto es mío» y que «este soy yo». El sueño consiste en que el alma condicionada cree que su cuerpo material es el «yo», o en que falsamente cree que es el Señor y que todo lo que está relacionado con ese cuerpo material es «mío». Así pues, solo en sueños es que la errónea concepción del «yo» y «mío» persiste vida tras vida. Esto continúa vida tras vida, en tanto la entidad viviente no esté consciente, en forma pura, de su identidad como parte integral subordinada del Señor.

Sin embargo, en su estado de conciencia pura no existe semejante sueño mal concebido, y, en ese estado de conciencia pura, la entidad viviente no olvida que nunca es el Señor, sino que es eternamente el servidor del Señor, con amor trascendental.

Texto

bahu-rūpa ivābhāti
māyayā bahu-rūpayā
ramamāṇo guṇeṣv asyā
mamāham iti manyate

Palabra por palabra

bahu-rūpaḥ — multiforme; iva — como si fuera; ābhāti — manifestado; māyayā — por la influencia de la energía exterior; bahu-rūpayā — en múltiples formas; ramamāṇaḥ — disfrutando como si fuera; guṇeṣu — en las modalidades de diferentes cualidades; asyāḥ — de la energía externa; mama — mío; aham — yo; iti — así pues; manyate — piensa.

Traducción

La entidad viviente engañada aparece en muchísimas formas ofrecidas por la energía externa del Señor, y la enjaulada entidad viviente, mientras disfruta en medio de las modalidades de la naturaleza material, crea concepciones erróneas, pensando en términos de «yo» y «mío».

Significado

Las diferentes formas de las entidades vivientes son diferentes vestidos que ofrece la ilusoria energía del Señor, de acuerdo con las modalidades de la naturaleza que desee disfrutar el ser viviente. La energía material externa está representada por sus tres modalidades, a saber, la bondad, la pasión y la ignorancia. Así que incluso dentro de la naturaleza material existe la posibilidad de una elección independiente por parte de la entidad viviente, y de acuerdo con lo que ella elija, la energía material le ofrece diferentes variedades de cuerpos materiales. Existen 900 000 variedades de cuerpos materiales en el agua, 2 000 000 de cuerpos vegetales, 1 100 000 gusanos y reptiles, 1 000 000 de formas de aves, 3 000 000 de diferentes cuerpos de bestias, y 400 000 formas humanas. En total hay 8 400 000 variedades de cuerpos en diferentes planetas del universo, y la entidad viviente viaja mediante muchísimas transmigraciones, según las diferentes modalidades de espíritu de disfrute que lleve dentro de sí. Incluso en un mismo cuerpo, la entidad viviente pasa de la infancia a la niñez, de la niñez a la juventud, de la juventud a la vejez, y de la vejez a otro cuerpo, creado por sus propias acciones. La entidad viviente crea su propio cuerpo mediante sus deseos personales, y la energía externa del Señor le suministra la forma exacta mediante la cual puede disfrutar al máximo de lo que desea. El tigre quería disfrutar de la sangre de otro animal, y, en consecuencia, por la gracia del Señor, la energía material le provee el cuerpo de tigre, con facilidades para disfrutar de la sangre de otro animal. En forma similar, una entidad viviente que desea obtener el cuerpo de un semidiós de un planeta superior, también puede obtenerlo por la gracia del Señor. Y si es lo suficientemente inteligente, puede desear obtener un cuerpo espiritual para disfrutar de la compañía del Señor, y habrá de obtenerlo. Así que la diminuta libertad de la entidad viviente puede ser utilizada a plenitud, y el Señor es tan bondadoso, que le conferirá el mismo tipo de cuerpo que ella desea. Los deseos de la entidad viviente son algo así como soñar con una montaña de oro. Una persona sabe lo que es una montaña, y sabe también lo que es el oro. Tan solo por su deseo, ella sueña con una montaña de oro, y cuando el sueño se acaba, ve algo distinto ante sí. Ella observa al estar despierta que no hay ni oro ni montaña, y ¡ni qué hablar de una montaña de oro!

Las diferentes posiciones de las entidades vivientes en el mundo material, bajo las múltiples manifestaciones de cuerpos, se deben al errado concepto de «mío» y «yo». El karmī piensa en este mundo como si fuera «mío», y el jñānī piensa «yo soy todo». Toda la concepción material de la política, la sociología, la filantropía, el altruismo, etc., concebida por las almas condicionadas, se basa en estos «yo» y «mío» erróneamente concebidos, que son los productos de un fuerte deseo de disfrutar de la vida material. El identificarse con el cuerpo y con el lugar en el que se obtiene el cuerpo, bajo diferentes concepciones de socialismo, nacionalismo, afecto familiar, etc., etc., se debe todo a haber olvidado la verdadera naturaleza de la entidad viviente, y toda la errónea concepción de la confundida entidad viviente, puede ser removida por la asociación con Śukadeva Gosvāmī y Mahārāja Parīkṣit, de la forma en que todo ello se explica en el Śrīmad-Bhāgavatam.

Texto

yarhi vāva mahimni sve
parasmin kāla-māyayoḥ
rameta gata-sammohas
tyaktvodāste tadobhayam

Palabra por palabra

yarhi — en cualquier momento; vāva — ciertamente; mahimni — en la gloria; sve — de sí mismo; parasmin — en el Supremo; kāla — tiempo; māyayoḥ — de la energía material; rameta — disfruta; gata-sammohaḥ — liberándose de la errónea concepción; tyaktvā — abandonando; udāste — plenamente; tadā — entonces; ubhayam — ambas (las erróneas concepciones de yo y mío).

Traducción

Tan pronto como la entidad viviente se sitúa en su gloria constitucional y comienza a disfrutar de la trascendencia que se encuentra más allá del tiempo y de la energía material, de inmediato abandona las dos erróneas concepciones de la vida [yo y mío], y, así pues, queda manifestada por completo en forma del yo puro.

Significado

Las dos concepciones erróneas de la vida, es decir, «yo» y «mío», se manifiestan en verdad en dos clases de hombres. En el estado inferior, la concepción del «mío» es muy resaltante, y en el estado superior resalta la concepción errónea de «yo». En el estado animal de la vida, la errónea concepción de «mío» se percibe incluso en la categoría de los perros y los gatos, que pelean unos con otros con la misma y errada concepción de «mío». En el estado inferior de la vida humana, la misma concepción errada también resalta en la forma de «es mi cuerpo», «es mi casa», «es mi familia», «es mi casta», «es mi nación», «es mi país», etc. Y en el estado superior de conocimiento especulativo, la misma concepción errada de «mío» se transforma en «yo soy», o «yo lo soy todo», etc. Existen muchas clases de hombres que tienen la misma y errada concepción de «yo» y «mío», con diferentes colores. Pero el verdadero significado de «yo», puede experimentarse solo cuando uno posee la conciencia de que «yo soy el servidor eterno del Señor». Esa es la conciencia pura, y todas las Escrituras védicas nos enseñan esa concepción de la vida.

La errónea concepción de que «yo soy el Señor», o «yo soy el Supremo», es más peligrosa que la errónea concepción de «mío», A pesar de que algunas veces hay mandatos en las Escrituras védicas que lo llevan a uno a creer que se es uno con el Señor, eso no significa que uno se vuelve idéntico con el Señor en todo aspecto. Es indudable que existe identidad entre la entidad viviente y el Señor en muchos sentidos, pero en fin de cuentas la entidad viviente está subordinada al Señor, y está destinada constitucionalmente a satisfacer los sentidos del Señor. Por lo tanto, el Señor le pide a las almas condicionadas que se entreguen a Él. Si las entidades vivientes no estuvieran subordinadas a la voluntad suprema, ¿por qué habría de pedírseles que se entreguen? Si la entidad viviente hubiera sido igual en todos los aspectos, entonces, ¿por qué fue puesta bajo la influencia de māyā? Ya hemos discutido muchas veces que la energía material está controlada por el Señor. El Bhagavad-gītā (9.10) confirma este poder controlador que el Señor tiene sobre la naturaleza material. ¿Puede alguna entidad viviente que dice estar en el mismo nivel que el Ser Supremo, controlar la naturaleza material? El necio «yo» respondería que lo hará en el futuro. Incluso aceptando que en el futuro uno será tan buen controlador de la naturaleza material como el Ser Supremo, entonces, ¿por qué ahora uno está bajo el control de la naturaleza material? El Bhagavad-gītā dice que uno puede librarse del control de la naturaleza material si se entrega al Señor Supremo, pero si no hay entrega, entonces la entidad viviente nunca será capaz de controlar la naturaleza material. Así que uno debe también abandonar esa errónea concepción de «yo», practicando el proceso del servicio devocional, o estando firmemente situado en el estado en el que se le presta al Señor un amoroso servicio trascendental. Un hombre pobre, sin empleo ni ocupación alguna, puede que padezca muchísimos inconvenientes en la vida, pero si por casualidad el mismo hombre obtiene un buen trabajo al servicio del gobierno, de inmediato se vuelve feliz. No se gana nada con negar la supremacía del Señor, quien es el controlador de todas las energías; más bien uno debe estar situado constitucionalmente en su propia gloria, es decir, en el estado en que se posee conciencia pura de ser el servidor eterno del Señor. La entidad viviente en su vida condicionada es sirviente de la ilusoria māyā, y en su estado liberado es el puro e incondicional sirviente del Señor. La cualidad necesaria para comenzar a prestarle servicio al Señor, es la de librarse de todo tinte de las modalidades de la naturaleza material. Mientras uno sea un sirviente de invenciones mentales, no podrá estar libre por completo de la enfermedad del «yo» y «mío».

La Verdad Suprema no está contaminada por la energía ilusoria, pues es quien controla a esa energía. Las verdades relativas son susceptibles a quedar absortas en la energía ilusoria. Sin embargo, cuando uno se encara directamente con la Verdad Suprema se logra el máximo resultado, tal como cuando uno encara el sol. El sol que está arriba en el cielo, está lleno de luz, pero cuando el Sol no se encuentra en el cielo visible, todo queda a oscuras. En forma similar, cuando uno está frente al Señor Supremo, queda libre de toda ilusión, y aquel que no lo está, se encuentra en la oscuridad de la ilusoria māyā. El Bhagavad-gītā (14.26) confirma esto de la siguiente manera:

māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate

Así que la ciencia del bhakti-yoga, de adorar al Señor, glorificar al Señor, oír el Śrīmad-Bhāgavatam de labios de las fuentes correctas (no del profesional, sino de la persona que sea Bhāgavatam en la vida) y estar siempre en compañía de los devotos puros, debe ser adoptada con toda seriedad. Uno no debe dejarse engañar por las erróneas concepciones de «yo» y «mío». Los karmīs gustan de la concepción de «mío». Los jñānīs gustan de la concepción de «yo», y ambos grupos están incapacitados para librarse del cautiverio de la energía ilusoria. El Śrīmad-Bhāgavatam y, principalmente, el Bhagavad-gītā, tienen ambos por objeto liberar a la persona de la errónea concepción de «yo» y «mío», y Śrīla Vyāsadeva los transcribió para la liberación de las almas caídas. La entidad viviente tiene que estar situada en la posición trascendental en la que no haya más influencia del tiempo ni de la energía material. En la vida condicionada, la entidad viviente está sujeta a la influencia del tiempo en el sueño del pasado, presente y futuro. El especulador mental trata de superar la influencia del tiempo mediante especulaciones de que en el futuro se volverá Vāsudeva, o el propio Señor Supremo, gracias al cultivo del conocimiento y a la conquista del ego. Pero el proceso no es perfecto. El proceso perfecto consiste en aceptar al Señor Vāsudeva como el Supremo en todo, y la mejor perfección en lo que se refiere al cultivo del conocimiento, consiste en entregarse a Él, debido a que Él es la fuente de todo. Solo cuando se tiene esa concepción, puede uno librarse de la errónea concepción de «yo» y «mío». Tanto el Bhagavad-gītā como el Śrīmad-Bhāgavatam lo confirman. En su gran obra literaria el Śrīmad-Bhāgavatam, Śrīla Vyāsadeva específicamente les ha hecho la contribución de la ciencia de Dios y del proceso del bhakti-yoga a las entidades vivientes engañadas, y el alma condicionada debe sacar pleno provecho de esta ciencia.

Texto

ātma-tattva-viśuddhy-arthaṁ
yad āha bhagavān ṛtam
brahmaṇe darśayan rūpam
avyalīka-vratādṛtaḥ

Palabra por palabra

ātma-tattva — la ciencia de Dios o de la entidad viviente; viśuddhi — purificación; artham — meta; yat — esa que; āha — dijo; bhagavān — la Personalidad de Dios; ṛtam — en realidad; brahmaṇe — el Señor Brahmā; darśayan — mostrando; rūpam — forma eterna; avyalīka — sin ningún motivo engañoso; vrata — voto; ādṛtaḥ — adoró.

Traducción

¡Oh, rey!, la Personalidad de Dios, estando muy complacido con el Señor Brahmā debido a su penitencia no engañosa de bhakti-yoga, presentó Su forma eterna y trascendental ante Brahmā. Y esa es la meta objetiva que purifica al alma condicionada.

Significado

Ātma-tattva es la ciencia de Dios así como también de la entidad viviente. Tanto el Señor Supremo como la entidad viviente son conocidos como ātmā. El Señor Supremo recibe el nombre de Paramātmā, y la entidad viviente recibe el nombre de «el ātmā», «el brahma» o «la jīva». Tanto el Paramātmā como la jīvātmā, siendo trascendentales a la energía material, se denominan ātmā. Así que Śukadeva Gosvāmī explica este verso con miras a purificar la verdad tanto de Paramātmā como de jīvātmā. Por lo general, la gente tiene muchas concepciones equivocadas acerca de ellos dos. La concepción equivocada acerca del jīvātmā es la de identificar el cuerpo material con el alma pura, y la concepción equivocada acerca de Paramātmā es creer que Él se encuentra en el mismo nivel que la entidad viviente. Pero ambas concepciones erróneas pueden ser removidas con un solo golpe de bhakti-yoga, tal como ante la luz del sol tanto el sol como el mundo, y todo lo que se encuentra en el campo de la luz solar, se ve bien. En la oscuridad, uno no puede ver el sol, ni puede verse a sí mismo, ni puede ver el mundo. Pero ante la luz solar, uno puede ver el sol, puede verse a sí mismo, y puede ver el mundo que le rodea. Por lo tanto, Śrīla Śukadeva Gosvāmī dice que para purificar ambas concepciones equivocadas, el Señor presentó Su forma eterna ante Brahmājī, estando plenamente satisfecho con el no engañoso voto de Brahmā de desempeñar bhakti-yoga. Con la excepción del bhakti-yoga, cualquier método para la comprensión perfecta del ātma-tattva, o la ciencia del ātmā, resultará ser engañoso a la larga.

En el Bhagavad-gītā, el Señor dice que solo mediante el bhakti-yoga puede uno conocerlo a Él perfectamente, y es entonces que puede uno entender la ciencia de Dios. Brahmājī se sometió a grandes penitencias al realizar bhakti-yoga, y por ello fue capaz de ver la forma trascendental del Señor. Su forma trascendental es cien por ciento espiritual, y uno puede verlo a Él solo mediante la visión espiritualizada, después de haber ejecutado debidamente tapasya, o penitencia en un estado de bhakti-yoga puro. La forma del Señor que se manifestó ante Brahmā no es una de las formas que hemos experimentado en el mundo material. Brahmājī no realizó estos severos tipos de penitencia solo para ver una forma producida por lo material. Luego la pregunta de Mahārāja Parīkṣit acerca de la forma del Señor queda respondida. La forma del Señor es sac-cid-ānanda, es decir, eterna, llena de conocimiento y de bienaventuranza. Pero la forma material del ser viviente, no es ni eterna, ni llena de conocimiento, ni bienaventurada. Esa es la diferencia entre la forma del Señor y la del alma condicionada. Sin embargo, el alma condicionada puede recobrar su forma de eterno conocimiento y bienaventuranza, simplemente con ver al Señor mediante el bhakti-yoga.

En resumen, debido a la ignorancia, el alma condicionada está enjaulada en las temporales variedades de formas materiales. Pero el Señor Supremo no tiene una forma temporal, como las almas condicionadas. Él posee una forma eterna de conocimiento y bienaventuranza, y esa es la diferencia entre el Señor y la entidad viviente. Uno puede entender esa diferencia mediante el proceso del bhakti-yoga. El Señor le habló luego a Brahmā la esencia del Śrīmad-Bhāgavatam en cuatro versos originales. Así pues, el Śrīmad-Bhāgavatam no es una creación de los especuladores mentales. El sonido del Śrīmad-Bhāgavatam es trascendental, y la resonancia del Śrīmad-Bhāgavatam es como la de los Vedas. Así pues, el Śrīmad-Bhāgavatam tiene como tema la ciencia tanto del Señor como de la entidad viviente. El leer u oír regularmente el Śrīmad-Bhāgavatam es también ejecución de bhakti-yoga, y uno puede lograr la máxima perfección simplemente con la asociación del Śrīmad-Bhāgavatam. Tanto Śukadeva Gosvāmī como Mahārāja Parīkṣit lograron la perfección por medio del Śrīmad-Bhāgavatam.

Texto

sa ādi-devo jagatāṁ paro guruḥ
svadhiṣṇyam āsthāya sisṛkṣayaikṣata
tāṁ nādhyagacchad dṛśam atra sammatāṁ
prapañca-nirmāṇa-vidhir yayā bhavet

Palabra por palabra

saḥ — él; ādi-devaḥ — el primer semidiós; jagatām — del universo; paraḥ — supremo; guruḥ — maestro espiritual; svadhiṣṇyam — su asiento de loto; āsthāya — para encontrar la fuente de él; sisṛkṣayā — en lo referente a crear los asuntos universales; aikṣata — comenzó a pensar; tām — en ese asunto; na — no pudo; adhyagacchat — entender; dṛśam — la dirección; atra — ahí; sammatām — justo el camino correcto; prapañca — material; nirmāṇa — construcción; vidhiḥ — proceso; yayā — tanto como; bhavet — debe ser.

Traducción

El Señor Brahmā, el primer maestro espiritual, supremo en el universo, no pudo determinar cuál era la fuente de su asiento de loto, y mientras pensaba en crear el mundo material no pudo entender cuál era la dirección correcta para ejecutar ese trabajo creativo, ni tampoco pudo averiguar cuál era el proceso para realizar esa creación.

Significado

Este verso es el preludio a la explicación de la naturaleza trascendental de la forma y la morada del Señor. Al comienzo del Śrīmad-Bhāgavatam, ya hemos dicho que la Suprema Verdad Absoluta existe en Su propia morada, sin ningún vestigio de la energía engañadora. Por lo tanto, el Reino de Dios no es un mito, sino que es de hecho una esfera diferente y trascendental de planetas conocidos como los Vaikuṇṭhas. Eso también se explicará en este capítulo.

Un conocimiento así acerca del cielo espiritual que se encuentra muy por encima de este cielo material y sus enseres, puede adquirirse solo en virtud del servicio devocional, o el bhakti-yoga. El poder creador del Señor Brahmā también se consiguió mediante el bhakti-yoga. Brahmājī estaba confundido en lo que respecta a la creación, y él ni siquiera pudo determinar cuál era la fuente de su propia existencia. Pero él consiguió por completo todo ese conocimiento, por intermedio del bhakti-yoga. Mediante el bhakti-yoga uno puede conocer al Señor, y por el hecho de conocer al Señor como el Supremo, uno puede conocer todo lo demás. Aquel que conoce al Supremo, conoce todo lo demás. Ese es el veredicto de todos los Vedas. Hasta el primer maestro espiritual del universo se iluminó por la gracia del Señor, así que, ¿quién puede obtener conocimiento perfecto de todo, sin la misericordia del Señor? Si alguien desea buscar conocimiento perfecto de todo, debe buscar la misericordia del Señor, y no hay ninguna otra manera de hacerlo. Buscar conocimiento fundándose en el esfuerzo personal de uno, es una absoluta pérdida de tiempo.

Texto

sa cintayan dvy-akṣaram ekadāmbhasy
upāśṛṇod dvir-gaditaṁ vaco vibhuḥ
sparśeṣu yat ṣoḍaśam ekaviṁśaṁ
niṣkiñcanānāṁ nṛpa yad dhanaṁ viduḥ

Palabra por palabra

saḥ — él; cintayan — mientras pensaba así; dvi — dos; akṣaram — sílabas; ekadā — una vez; ambhasi — en el agua; upāśṛṇot — lo oyó cerca; dviḥ — dos veces; gaditam — proferidas; vacaḥ — palabras; vibhuḥ — el grande; sparśeṣu — en las letras sparśa; yat — las cuales; ṣoḍaśam — la decimosexta; ekaviṁśam — y la vigésima primera; niṣkiñcanānām — de la orden de vida de renuncia; nṛpa — ¡oh, rey!; yat — lo que es; dhanam — riqueza; viduḥ — tal como se conoce.

Traducción

Mientras se encontraba así en el agua dedicado a pensar, Brahmājī oyó dos veces un sonido que venía de cerca, de dos sílabas unidas. Una de las sílabas era la decimosexta del alfabeto sparśa, y la otra era la vigésima primera, y ambas se unían para volverse la riqueza de la orden de vida de renuncia.

Significado

En el idioma sánscrito, el alfabeto de las consonantes se divide en dos, a saber, las sparśa-varṇas y las tālavya-varṇas. Las letras que van desde ka a ma se conocen como las sparśa-varṇas, y la decimosexta del grupo se denomina ta, mientras que la vigésima primera letra se denomina pa. Así que cuando esas se unen forman la palabra tapa, o penitencia. Esta penitencia es la belleza y la riqueza de los brāhmaṇas y de la orden de vida de renuncia. De acuerdo con la filosofía bhāgavata, todo ser humano está hecho para ese tapa y para ninguna otra cosa, debido a que solo en virtud de la penitencia puede uno entender su yo; y la comprensión del yo, y no la complacencia de los sentidos, es el objetivo de la vida humana. Este tapa, o penitencia, fue empezado desde el mismo comienzo de la creación, y lo adoptó por vez primera el maestro espiritual supremo, el Señor Brahmā. Solo mediante tapasya puede uno obtener el beneficio de la vida humana, y no mediante una civilización refinada dedicada a la vida animal. El animal no conoce más que la complacencia de los sentidos, dentro de la jurisdicción del comer, beber, ser feliz y gozar. Pero el ser humano tiene la función de someterse a tapasya, para ir de vuelta a Dios, de vuelta a casa.

Cuando el Señor Brahmā se encontraba perplejo ante la incógnita de cómo construir las manifestaciones materiales del universo, y descendió y se adentró en el agua a buscar los medios y la fuente de su asiento de loto, oyó la palabra tapa, que fue vibrada dos veces. Emprender el sendero del tapa constituye el segundo nacimiento del discípulo aspirante. La palabra upāśṛṇot es muy significativa. Es similar a upanayana, o «llevar al discípulo más cerca del maestro espiritual, en pos del sendero del tapa». De modo que Brahmājī fue así iniciado por el Señor Kṛṣṇa, y este hecho lo corrobora el mismo Brahmājī en su libro la Brahma-saṁhitā. En la Brahma-saṁhitā, el Señor Brahmā ha cantado en cada verso govindam-ādi-puruṣam tam ahaṁ bhajāmi. Así pues, Brahmā fue iniciado con el mantra Kṛṣṇa por el propio Señor Kṛṣṇa, a raíz de lo cual se volvió un vaiṣṇava, o un devoto del Señor, antes de que fuera capaz de construir el inmenso universo. Se declara en la Brahma-saṁhitā que el Señor Brahmā fue iniciado en el mantra Kṛṣṇa de dieciocho letras, que es adoptado generalmente por todos los devotos del Señor Kṛṣṇa. Nosotros seguimos el mismo principio debido a que pertenecemos a la Brahma-sampradāya, el cual está directamente en la cadena discipular que va de Brahmā a Nārada, de Nārada a Vyāsa, de Vyāsa a Madhva Muni, de Madhva Muni a Mādhavendra Purī, de Mādhavendra Purī a Īśvara Purī, de Īśvara Purī al Señor Caitanya, y que gradualmente llega hasta Su Divina Gracia Bhaktisiddhānta Sarasvatī, nuestro divino maestro.

Aquel que es iniciado así en la sucesión discipular, puede obtener el mismo resultado o poder de creación. El canto de ese sagrado mantra es el único refugio del devoto del Señor que es puro y desinteresado. Simplemente mediante ese tapasya, o penitencia, el devoto del Señor obtiene todas las perfecciones tal como el Señor Brahmā.

Texto

niśamya tad-vaktṛ-didṛkṣayā diśo
vilokya tatrānyad apaśyamānaḥ
svadhiṣṇyam āsthāya vimṛśya tad-dhitaṁ
tapasy upādiṣṭa ivādadhe manaḥ

Palabra por palabra

niśamya — después de oír; tat — eso; vaktṛ — el que habló; didṛkṣayā — solo para averiguar quién habló; diśaḥ — todos los lados; vilokya — viendo; tatra — ahí; anyat — ningún otro; apaśyamānaḥ — no habría de encontrarse; svadhiṣṇyam — en su asiento de loto; āsthāya — sentarse; vimṛśya — pensando; tat — ello; hitam — bienestar; tapasi — en penitencia; upādiṣṭaḥ — como fue instruido; iva — siguiendo; ādadhe — prestó; manaḥ — atención.

Traducción

Cuando él oyó el sonido, trató de encontrar al que habló, buscando por todos lados. Pero al no poder encontrar a nadie a excepción de si mismo, consideró que era prudente sentarse firmemente en su asiento de loto y prestarle su atención a la ejecución de la penitencia, tal como fue instruido.

Significado

Para tener éxito en la vida, uno debe seguir el ejemplo del Señor Brahmā, la primera criatura viviente que hubo en el comienzo de la creación. Después de ser iniciado por el Señor Supremo para ejecutar tapasya, él se encontraba firme en su determinación de hacerlo, y si bien no pudo encontrar a nadie además de sí, pudo entender bien que el sonido fue transmitido por el propio Señor. Brahmā era el único ser viviente de esa época, debido a que no había ninguna otra creación, y no podía encontrarse a nadie allí a excepción de él mismo. Al comienzo del Primer Canto, en el primer capítulo, verso primero, del Śrīmad-Bhāgavatam, ya se ha mencionado que Brahmā fue iniciado desde dentro por el Señor. El Señor se encuentra dentro de toda entidad viviente en forma de la Superalma, y Él inició a Brahmā debido a que Brahmā estaba dispuesto y deseoso de recibir la iniciación. El Señor puede iniciar en forma similar a todo aquel que sienta inclinación por tenerla.

Como ya se dijo, Brahmā es el maestro espiritual original del universo, y puesto que él fue iniciado por el propio Señor, el mensaje del Śrīmad-Bhāgavatam desciende por sucesión discipular; y con objeto de recibir el verdadero mensaje del Śrīmad-Bhāgavatam, uno debe acercarse al eslabón actual, o maestro espiritual actual, de la cadena de sucesión discipular. Después de ser iniciado por el maestro espiritual apropiado de esa cadena de sucesión, uno debe dedicarse al desempeño de tapasya en la ejecución del servicio devocional. Sin embargo, uno no debe creer que se encuentra en el nivel de Brahmā para ser iniciado directamente por el Señor desde dentro, debido a que en la presente era no puede aceptarse que haya alguien que sea tan puro como Brahmā. El puesto de brahmā, de actuar como autoridad en la creación del universo, se le ofrece al ser viviente más puro de todos, y a menos que uno esté capacitado de esa forma, no puede esperar ser tratado directamente como Brahmājī. Pero uno puede recibir la misma facilidad a través de los devotos puros del Señor, a través de las instrucciones de las Escrituras (tal como se revelan en el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam especialmente), y también a través del maestro espiritual genuino que está a disposición del alma sincera. El propio Señor se le aparece como el maestro espiritual a una persona que es sincera de todo corazón respecto a servir al Señor. Por lo tanto, el maestro espiritual genuino que llega a encontrarse con el devoto sincero, debe ser aceptado como el representante más confidente y querido del Señor. Si una persona es puesta bajo la guía de esa clase de maestro espiritual genuino, debe aceptarse sin duda alguna que el aspirante ha conseguido la gracia del Señor.

Texto

divyaṁ sahasrābdam amogha-darśano
jitānilātmā vijitobhayendriyaḥ
atapyata smākhila-loka-tāpanaṁ
tapas tapīyāṁs tapatāṁ samāhitaḥ

Palabra por palabra

divyam — pertenecientes a los semidioses de los planetas superiores; sahasra — mil; abdam — años; amogha — inmaculado, sin vestigio alguno de impureza; darśanaḥ — aquel que tiene una visión así de la vida; jita — controló; anila — vida; ātmā — mente; vijita — controló; ubhaya — ambos; indriyaḥ — aquel que posee sentidos como esos; atapyata — ejecutó penitencia; sma — en el pasado; akhila — todo; loka — planeta; tāpanam — iluminadora; tapaḥ — penitencia; tapīyān — penitencia extremadamente severa; tapatām — de todos los ejecutores de penitencias; samāhitaḥ — situado así.

Traducción

El Señor Brahmā se sometió a penitencias por mil años de los semidioses. Él oyó esa vibración trascendental que venía del cielo, y la aceptó como divina. Por ello, él controló la mente y los sentidos, y las penitencias que ejecutó fueron una gran lección para las entidades vivientes. Así pues, él es conocido como el más grande de todos los ascetas.

Significado

El Señor Brahmā oyó el oculto sonido tapa, pero no vio a la persona que vibró el sonido. Aun así él aceptó la instrucción como beneficiosa para él, y, por lo tanto, se dedicó a meditar durante mil años celestiales. Un año celestial es igual a 6 x 30 x 12 x 1000 de nuestros años. El hecho de que él aceptara el sonido se debía a que poseía una visión pura de la naturaleza absoluta del Señor. Y debido a su visión correcta, él no hizo distingos entre el Señor y la instrucción del Señor. No hay diferencia entre el Señor y la vibración sonora que viene de Él, a pesar de que Él no se encuentre presente personalmente. La mejor manera de entender esto consiste en aceptar esa instrucción divina, y Brahmā, el maestro espiritual original de todo el mundo, es el vivo ejemplo de ese proceso de recepción de conocimiento trascendental. La potencia del sonido trascendental nunca se minimiza debido a que el que lo vibra se encuentre aparentemente ausente. En consecuencia, al Śrīmad-Bhāgavatam o al Bhagavad-gītā, o a cualquier Escritura revelada del mundo, nunca se la debe considerar como un sonido mundano ordinario, carente de potencia trascendental.

Uno tiene que recibir de la fuente correcta el sonido trascendental, aceptarlo como una realidad, y seguir la instrucción sin vacilación alguna. El secreto del éxito consiste en recibir el sonido de la fuente correcta, un maestro espiritual genuino. El sonido fabricado mundanamente no tiene potencia alguna y, por ello, un sonido aparentemente trascendental, recibido de una persona no autorizada, tampoco tiene potencia alguna. Uno debe estar lo suficientemente capacitado como para percibir esa potencia trascendental, y si por discernimiento o por una cualidad afortunada uno puede recibir el sonido trascendental de labios del maestro espiritual genuino, su sendero de la liberación queda garantizado. Sin embargo, el discípulo debe estar dispuesto a ejecutar la orden del maestro espiritual genuino, tal como el Señor Brahmā ejecutó la instrucción de su maestro espiritual, el propio Señor. Seguir la orden del maestro espiritual genuino es el único deber del discípulo, y esa ejecución completamente fiel de la orden del maestro espiritual genuino, es el secreto del éxito.

El Señor Brahmā controló sus dos grados de sentidos mediante la percepción de los sentidos y los órganos de los sentidos, debido a que tuvo que ocuparlos en la ejecución de la orden del Señor. Por lo tanto, controlar los sentidos significa ocuparlos en el servicio trascendental del Señor. La orden del Señor desciende por sucesión discipular a través del maestro espiritual genuino, y así pues, la ejecución de la orden del maestro espiritual genuino constituye el verdadero control de los sentidos. Esa ejecución de penitencia, con plena fe y sinceridad, volvió a Brahmājī tan poderoso, que llegó a ser el creador del universo. Y debido a que él pudo conseguir un poder tal, es conocido como el mejor de todos los tapasvīs.

Texto

tasmai sva-lokaṁ bhagavān sabhājitaḥ
sandarśayām āsa paraṁ na yat-param
vyapeta-saṅkleśa-vimoha-sādhvasaṁ
sva-dṛṣṭavadbhir puruṣair abhiṣṭutam

Palabra por palabra

tasmai — a él; sva-lokam — Su propio planeta o morada; bhagavān — la Personalidad de Dios; sabhājitaḥ — estando complacido con la penitencia de Brahmā; sandarśayām āsa — manifestó; param — el supremo; na — no; yat — del cual; param — aún más supremo; vyapeta — completamente abandonadas; saṅkleśa — cinco clases de aflicciones materiales; vimoha — sin ilusión; sādhvasam — temor de la existencia material; sva-dṛṣṭa-vadbhiḥ — por aquellos que han comprendido perfectamente el yo; puruṣaiḥ — por las personas; abhiṣṭutam — adorado por.

Traducción

La Personalidad de Dios, estando así muy satisfecho con la penitencia del Señor Brahmā, tuvo el agrado de manifestar Su morada personal, Vaikuṇṭha, el planeta supremo por sobre todos los demás. Esa morada trascendental del Señor es adorada por todas las personas autorrealizadas que se encuentran libres de toda clase de sufrimientos y temores de la existencia ilusoria.

Significado

Las dificultades de penitencia que aceptó el Señor Brahmā se encontraban ciertamente en la línea del servicio devocional (bhakti). De no haber sido así, no hubiera habido posibilidad alguna de que Vaikuṇṭha o sva-lokam, las moradas personales del Señor, se le hicieran visibles a Brahmājī. Las moradas personales del Señor, conocidas como Vaikuṇṭhas, no son ni míticas ni materiales, como lo conciben los impersonalistas. Pero la comprensión completa de las moradas trascendentales del Señor resulta posible solo a través del servicio devocional, y, así pues, los devotos entran en esas moradas. Existen dificultades, indudablemente, en la ejecución de penitencia. Pero las dificultades que se aceptan al ejecutar bhakti-yoga constituyen una felicidad trascendental desde el mismo comienzo, mientras que las dificultades de penitencia de otros procesos de autorrealización (jñāna-yoga, dhyāna-yoga, etc.), sin ninguna percepción de Vaikuṇṭha, terminan solo en dificultades, y en nada más. Nada se gana con morder cáscaras que no tienen grano. En forma similar, nada se gana con ejecutar penitencias molestas en aras de la autorrealización, distintas de bhakti-yoga.

Ejecutar bhakti-yoga es tal como sentarse en el loto que brota del abdomen de la trascendental Personalidad de Dios, pues el Señor Brahmā se encontraba sentado ahí. Brahmājī pudo complacer al Señor, y el Señor tuvo a Su vez el agrado de mostrarle a Brahmājī Su morada personal. Śrīla Jīva Gosvāmī, en los comentarios de su explicación Krama-sandarbha del Śrīmad-Bhāgavatam, presenta citas del Garga Upaniṣad, una Escritura védica de referencia. Se dice que Yājñavalkya le describió la morada trascendental del Señor a Gārgī, y que esa morada del Señor se encuentra situada por encima del planeta más elevado del universo, es decir, Brahmaloka. Esa morada del Señor, si bien se describe en Escrituras reveladas tales como el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam, sigue siendo solo un mito para la clase de hombres poco inteligentes que poseen poco acopio de conocimiento. Aquí la palabra sva-dṛṣṭavadbhiḥ es muy significativa. Aquel que verdaderamente ha entendido su yo, percibe la forma trascendental de este. La comprensión impersonal del yo y del Supremo no es completa, debido a que es tan solo una concepción opuesta a la existencia de las personalidades materiales. Dios y los devotos del Señor son todos personalidades trascendentales; ellos no tienen cuerpos materiales. El cuerpo material está cubierto por cinco clases de condiciones de sufrimiento, a saber, ignorancia, concepción material, apego, odio y absorción. Mientras uno esté dominado por esas cinco clases de sufrimientos materiales, no hay posibilidad alguna de que entre en los Vaikuṇṭhalokas. La concepción impersonal del yo de uno es solo la negación de la personalidad material, y se encuentra lejos de la existencia positiva de la forma personal. Las formas personales que se encuentran en la morada trascendental serán explicadas en los siguientes versos. Brahmājī también describió el planeta más elevado del Vaikuṇṭhaloka denominándolo Goloka Vṛndāvana, y diciendo que allí el Señor reside como un pastorcillo que cuida de vacas surabhi trascendentales, y que está rodeado de cientos y miles de diosas de la fortuna.

cintāmaṇi-prakara-sadmasu kalpavṛkṣa-
lakṣāvṛteṣu surabhīr abhipālayantam
lakṣmī-sahasra-śata-sambhrama-sevyamānaṁ
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

(Brahma-saṁhitā 5.29)

La declaración del Bhagavad-gītā, yad gatvā na nivartante tad dhāma paramaṁ mama, también se confirma aquí. Param significa «Brahman trascendental». De manera que, la morada del Señor también es Brahman, es decir, no es diferente de la Suprema Personalidad de Dios. El Señor es conocido como Vaikuṇṭha, y Su morada es conocida como Vaikuṇṭha. Esa adoración y comprensión de Vaikuṇṭha puede hacerse posible a través del sentido y la forma trascendentales.

Texto

pravartate yatra rajas tamas tayoḥ
sattvaṁ ca miśraṁ na ca kāla-vikramaḥ
na yatra māyā kim utāpare harer
anuvratā yatra surāsurārcitāḥ

Palabra por palabra

pravartate — prevalecen; yatra — en el cual; rajaḥ tamaḥ — las modalidades de la pasión y la ignorancia; tayoḥ — de ambas; sattvam — la modalidad de la bondad; ca — y; miśram — mezcla; na — nunca; ca — y; kāla — tiempo; vikramaḥ — influencia; na — ni; yatra — ahí; māyā — energía externa e ilusoria; kim — qué; uta — hay; apare — otros; hareḥ — de la Personalidad de Dios; anuvratāḥ — devotos; yatra — en el cual; sura — por los semidioses; asura — y los demonios; arcitāḥ — adorado.

Traducción

En esa morada personal del Señor, las modalidades materiales de la ignorancia y la pasión no prevalecen, ni tampoco hay ninguna influencia de ellas en la bondad. Ahí no hay predominancia de la influencia del tiempo, así que ¡ni qué hablar de la energía externa e ilusoria!, ella no puede entrar en esa región. Sin discriminación alguna, tanto los semidioses como los demonios adoran al Señor como devotos.

Significado

El Reino de Dios, o la atmósfera de la naturaleza Vaikuṇṭha, que se denomina el tripada-vibhūti, es tres veces más grande que los universos materiales, y se describe aquí, así como también en el Bhagavad-gītā, en forma resumida. Este universo, que contiene billones de estrellas y planetas, es uno de esos billones de universos que se encuentran amontonados en el ámbito del mahat-tattva. Y todos esos millones y billones de universos reunidos, constituyen solo una cuarta parte de la magnitud de toda la creación del Señor. Además existe el cielo espiritual; más allá de este cielo se encuentran los planetas espirituales con los nombres de Vaikuṇṭha, y todos ellos constituyen tres cuartas partes de toda la creación del Señor. Las creaciones de Dios siempre son innumerables. Ni siquiera las hojas de un árbol pueden ser contadas por el hombre, ni tampoco los cabellos de la cabeza. Sin embargo, los hombres necios se envanecen con la idea de volverse el propio Dios, a pesar de que son incapaces de crear un cabello de sus propios cuerpos. El hombre puede que descubra muchísimos vehículos maravillosos para viajar, pero incluso si llega a la Luna mediante su muy anunciada astronave, no puede permanecer ahí. Por consiguiente, el hombre cuerdo, sin envanecerse como si fuera el Dios del universo, se rige por las instrucciones de la literatura védica, la forma más fácil de adquirir conocimiento de la trascendencia. Así que, conozcamos a través de la autoridad del Śrīmad-Bhāgavatam la naturaleza y constitución del mundo trascendental que se encuentra más allá del cielo material. En ese cielo, las cualidades materiales, especialmente las modalidades de la ignorancia y la pasión, se encuentran completamente ausentes. La modalidad de la ignorancia influye en la entidad viviente para que adquiera el hábito de la lujuria y el anhelo, y esto significa que, en los Vaikuṇṭhalokas, las entidades vivientes están libres de esas dos cosas. Como se afirma en el Bhagavad-gītā, cuando uno se encuentra en el estado de vida brahma-bhūta, se libera del anhelo y la lamentación. Se concluye, entonces, que los habitantes de los planetas Vaikuṇṭha son todos entidades vivientes brahma-bhūta, a diferencia de las criaturas mundanas, que se encuentran todas completamente inmersas en el anhelo y la lamentación. Cuando uno no se encuentra bajo el influjo de las modalidades de la ignorancia y la pasión, se supone que está situado en el plano de la modalidad de la bondad del mundo material. La bondad del mundo material también se contamina a veces con toques de las modalidades de la pasión y la ignorancia. En el Vaikuṇṭhaloka existe solo bondad pura.

Así, toda la situación está libre de la manifestación ilusoria de la energía externa. Si bien la energía ilusoria es también parte integral del Señor Supremo, la energía ilusoria se diferencia del Señor. Sin embargo, la energía ilusoria no es falsa, como lo sostienen los filósofos monistas. Tomar una soga por una serpiente puede que sea una ilusión de una persona en particular, pero la soga es un hecho, y la serpiente es también un hecho. La ilusión de ver agua en el caliente desierto puede que sea una ilusión para el animal ignorante que busca agua en el desierto, pero el desierto y el agua son hechos ciertos. Por lo tanto, la creación material del Señor puede que sea una ilusión para el no devoto, pero para un devoto, hasta la creación material del Señor es un hecho, como manifestación de Su energía externa. Pero esa energía del Señor no lo es todo. El Señor posee además Su energía interna, la cual tiene otra creación, conocida como los Vaikuṇṭhalokas, donde no hay ignorancia, ni pasión, ni ilusión, ni pasado y presente. Puede que alguien que posee poco acopio de conocimiento sea incapaz de entender la existencia de cosas tales como la atmósfera Vaikuṇṭha, pero eso no anula la existencia de ella. El hecho de que las aeronaves no puedan llegar a esos planetas, no significa que no existan tales planetas, pues estos se encuentran descritos en las Escrituras reveladas.

Tal como lo cita Śrīla Jīva Gosvāmī, el Nārada-pañcarātra nos hace saber que el mundo trascendental o la atmósfera Vaikuṇṭha esta enriquecida con cualidades trascendentales. Esas cualidades trascendentales, tal como se revela a través del servicio devocional al Señor, son distintas de las cualidades mundanas de la ignorancia, la pasión y la bondad. Esas cualidades no pueden ser adquiridas por la clase de hombres no devotos. En el Padma Purāṇa, Uttara-khaṇḍa, se afirma que más allá de la cuarta parte de la creación de Dios, se encuentran las tres cuartas partes de la manifestación. La línea marginal que se halla entre la manifestación material y la manifestación espiritual está constituida por el río Virajā, y más allá del Virajā, que es una corriente trascendental que procede de la transpiración del cuerpo del Señor, se encuentran las tres cuartas partes de la manifestación de la creación de Dios. Esa parte es eterna, perdurable, no se deteriora y es limitada, y contiene el estado más elevado y perfecto de las condiciones de vida. En el Sāṅkhya-kaumudī se afirma que la bondad pura, o la trascendencia, es justo lo opuesto a las modalidades materiales. Todas las entidades vivientes de ahí se encuentran asociadas eternamente, sin ninguna interrupción, y el Señor es la entidad principal y original. También en los Āgama Purāṇas se describe la morada trascendental, de la siguiente manera: los miembros asociados de ahí se encuentran en libertad de ir a todas partes de la creación del Señor, y esa creación es ilimitada, particularmente en la región cuya magnitud es tres cuartos. Puesto que la naturaleza de esa región es ilimitada, no hay historia de esa asociación, ni tampoco hay final de ella.

Puede concluirse que, debido a la completa ausencia de las cualidades mundanas de la ignorancia y la pasión, no hay posibilidad de creación ni aniquilación. En el mundo material todo se crea y todo se aniquila, y la duración de la vida entre la creación y la aniquilación es temporal. En el reino trascendental no hay creación ni destrucción, y, en consecuencia, la duración de la vida es ilimitadamente eterna. En otras palabras, todo lo que se encuentra en el mundo trascendental perdura para siempre, lleno de conocimiento y bienaventuranza, sin deterioro. Como no hay deterioro, no hay pasado, presente ni futuro en lo que respecta al tiempo. En este verso se afirma claramente que la influencia del tiempo brilla por su ausencia. Toda la existencia material se manifiesta por las acciones y reacciones de elementos que vuelven resaltantes la influencia del tiempo en lo que se refiere al pasado, presente y futuro. Allá no existen tales acciones y reacciones de causa y efectos, por lo cual el ciclo del nacimiento, crecimiento, existencia, transformaciones, deterioro y aniquilación —los seis cambios materiales— no existe allá. Aquella es la manifestación pura de la energía del Señor, sin ilusión como la que se experimenta aquí en el mundo material. Toda la existencia Vaikuṇṭha proclama que ahí todo el mundo es un seguidor del Señor. El Señor es ahí el líder principal, sin ninguna competencia por el liderazgo, y la gente está constituida por seguidores del Señor. Por lo tanto, en los Vedas se confirma que el Señor es el líder principal y que todas las demás entidades vivientes están subordinadas a Él, pues solo el Señor satisface todas las necesidades de todas las demás entidades vivientes.

Texto

śyāmāvadātāḥ śata-patra-locanāḥ
piśaṅga-vastrāḥ surucaḥ supeśasaḥ
sarve catur-bāhava unmiṣan-maṇi-
praveka-niṣkābharaṇāḥ suvarcasaḥ

Palabra por palabra

śyāma — azulado como el cielo; avadātāḥ — resplandeciente; śata-patra — flor de loto; locanāḥ — ojos; piśaṅga — amarillenta; vastrāḥ — ropa; su-rucaḥ — muy atractivos; su-peśasaḥ — volviéndose jóvenes; sarve — todos ellos; catuḥ — cuatro; bāhavaḥ — manos; unmiṣan — brillo creciente; maṇi — perlas; praveka — calidad superior; niṣka-ābharaṇāḥ — medallones decorativos; su-varcasaḥ — refulgentes.

Traducción

La descripción de los habitantes de los planetas Vaikuṇṭha dice que ellos tienen una tez de un resplandeciente color azulado como el cielo. Sus ojos se asemejan a las flores de loto, su vestimenta es de un color amarillento, y sus rasgos corporales son muy atractivos. Ellos tienen justo la edad de jóvenes que están creciendo, todos tienen cuatro manos, todos están hermosamente adornados con collares de perlas que tienen medallones decorativos, y todos parecen ser refulgentes.

Significado

Los habitantes de Vaikuṇṭhaloka son todos personalidades que poseen rasgos corporales espirituales que no han de encontrarse en el mundo material. Las descripciones las podemos hallar en Escrituras reveladas tales como el Śrīmad-Bhāgavatam. Las descripciones impersonales de la trascendencia que se encuentran en las Escrituras, indican que los rasgos corporales de Vaikuṇṭhaloka nunca habrán de ser vistos en ninguna parte del universo. Así como hay diferentes rasgos corporales en diferentes lugares de un determinado planeta o así como hay diferentes rasgos corporales entre los cuerpos de los cuerpos de los diferentes planetas, así mismo los rasgos corporales de los habitantes de Vaikuṇṭhaloka son completamente diferentes de aquellos que se encuentran en el universo material. Por ejemplo, las cuatro manos constituyen algo diferente de las dos manos que hay en este mundo.

Texto

pravāla-vaidūrya-mṛṇāla-varcasaḥ
parisphurat-kuṇḍala-mauli-mālinaḥ

Palabra por palabra

pravāla — coral; vaidūrya — un diamante especial; mṛṇāla — lotos celestiales; varcasaḥ — rayos; parisphurat — que florecen; kuṇḍala — arete; mauli — cabezas; mālinaḥ — con guirnaldas.

Traducción

Algunos de ellos tienen una tez refulgente como el coral y los diamantes, y en la cabeza tienen guirnaldas florecientes como las flores de loto, y algunos llevan aretes.

Significado

Hay algunos habitantes que han obtenido la liberación de sārūpya, es decir, de poseer rasgos corporales como los de la Personalidad de Dios. El diamante vaidūrya es en especial para la Personalidad de Dios, pero aquel que logra la liberación que consiste en la igualdad corporal con el Señor, queda especialmente favorecido con el hecho de llevar esos diamantes en el cuerpo.

Texto

bhrājiṣṇubhir yaḥ parito virājate
lasad-vimānāvalibhir mahātmanām
vidyotamānaḥ pramadottamādyubhiḥ
savidyud-abhrāvalibhir yathā nabhaḥ

Palabra por palabra

bhrājiṣṇubhiḥ — por los resplandecientes; yaḥ — los Vaikuṇṭhalokas; paritaḥ — rodeados por; virājate — situados; lasat — brillantes; vimāna — aviones; avalibhiḥ — asamblea; mahā-ātmanām — de los grandes devotos del Señor; vidyotamānaḥ — hermosas como el relámpago; pramada — damas; uttama — celestiales; adyubhiḥ — por la tez; sa-vidyut — con relámpagos eléctricos; abhrāvalibhiḥ — con nubes en el cielo; yathā — como si fuera; nabhaḥ — el cielo.

Traducción

Los planetas Vaikuṇṭha están rodeados además por diversos aviones, todos resplandecientes y situados en medio de un brillo. Esos aviones pertenecen a los grandes mahātmās, o los grandes devotos del Señor. Las damas son tan hermosas como el relámpago, debido a su tez celestial, y todo ello en conjunto luce igual que el cielo adornado tanto con nubes como con relámpagos.

Significado

Parece ser que en los planetas Vaikuṇṭha también existen aviones que resplandecen con gran brillo, y están ocupados por los grandes devotos del Señor, con damas de una belleza celestial tan brillante como el relámpago. Así como hay aviones, también debe de haber diferentes tipos de transporte parecidos a los aviones, pero que no han de ser como las máquinas conducidas que conocemos en este mundo. Debido a que todo posee la misma naturaleza de eternidad, bienaventuranza y conocimiento, los aviones y transportes poseen la misma naturaleza que posee el Brahman. Si bien no existe nada a excepción del Brahman, uno no debe creer equivocadamente que solo hay un vacío y que no hay variedad. Pensar así se debe al poco acopio de conocimiento; de lo contrario, nadie tendría semejante concepción errónea de que hay vacío en el Brahman. Así como hay aviones, damas y caballeros, así mismo debe de haber ciudades y casas, y todo lo demás que sea justamente lo adecuado para los planetas específicos. Uno no debe trasladar al mundo trascendental las ideas de imperfección que hay en este mundo, y no tomar en consideración la naturaleza de la atmósfera, que está completamente libre de la influencia del tiempo, etc., tal como se describió antes.

Texto

śrīr yatra rūpiṇy urugāya-pādayoḥ
karoti mānaṁ bahudhā vibhūtibhiḥ
preṅkhaṁ śritā yā kusumākarānugair
vigīyamānā priya-karma-gāyatī

Palabra por palabra

śrīḥ — la diosa de la fortuna; yatra — en los planetas Vaikuṇṭha; rūpiṇī — en la forma trascendental de ella; urugāya — el Señor, de quien cantan los grandes devotos; pādayoḥ — bajo los pies de loto del Señor; karoti — realiza; mānam — servicios respetuosos; bahudhā — con diversos enseres; vibhūtibhiḥ — acompañada por sus asociadas personales; preṅkham — movimientos de disfrute; śritā — refugiándose en; — quien; kusumākara — primavera; anugaiḥ — por las abejas negras; vigīyamānā — siendo seguido por las canciones; priya-karma — actividades del más querido; gāyatī — cantando.

Traducción

La diosa de la fortuna, en su forma trascendental, está dedicada al servicio amoroso de los pies de loto del Señor, y como la mueven las abejas negras, seguidoras de la primavera, no solo está ocupada en una diversidad de placeres —sirve al Señor, cosa que hace junto con sus acompañantes constantes—, sino que también está dedicada a cantar las glorias de las actividades del Señor.

Texto

dadarśa tatrākhila-sātvatāṁ patiṁ
śriyaḥ patiṁ yajña-patiṁ jagat-patim
sunanda-nanda-prabalārhaṇādibhiḥ
sva-pārṣadāgraiḥ parisevitaṁ vibhum

Palabra por palabra

dadarśa — Brahmā vio; tatra — ahí (en Vaikuṇṭhaloka); akhila — entero; sātvatām — de los grandes devotos; patim — el Señor; śriyaḥ — la diosa de la fortuna; patim — el Señor; yajña — del sacrificio; patim — el Señor; jagat — del universo; patim — el Señor; sunanda — Sunanda; nanda — Nanda; prabala — Prabala; arhaṇa — Arhana; ādibhiḥ — por ellos; sva-pārṣada — asociados propios; agraiḥ — por los principales; parisevitam — siendo servido con amor trascendental; vibhum — el gran Todopoderoso.

Traducción

El Señor Brahmā vio en los planetas Vaikuṇṭha a la Personalidad de Dios, quien es el Señor de toda la comunidad de devotos, el Señor de la diosa de la fortuna, el Señor de todos los sacrificios y el Señor del universo, y quien es servido por los principales servidores, tales como Nanda, Sunanda, Prabala y Arhaṇa, Sus asociados inmediatos.

Significado

Cuando hablamos del rey, se sobreentiende naturalmente que a él lo acompañan sus asociados íntimos, tales como su secretario, su secretario privado, su ayudante de campo, sus ministros y sus consejeros. De igual modo, cuando vemos al Señor, lo vemos con Sus diferentes energías, asociados y servidores íntimos, etc. Así que el Señor Supremo, quien es el líder de todas las entidades vivientes, el Señor de todas las sectas de devotos, el Señor de todas las opulencias, el Señor de los sacrificios y el disfrutador de todo lo que hay en toda Su creación, no es solo la Persona Suprema, sino que además siempre está rodeado por Sus asociados inmediatos, todos los cuales están ocupados en el amoroso servicio trascendental que le prestan a Él.

Texto

bhṛtya-prasādābhimukhaṁ dṛg-āsavaṁ
prasanna-hāsāruṇa-locanānanam
kirīṭinaṁ kuṇḍalinaṁ catur-bhujaṁ
pītāṁśukaṁ vakṣasi lakṣitaṁ śriyā

Palabra por palabra

bhṛtya — el servidor; prasāda — afecto; abhimukham — encarando favorablemente; dṛk — la sola vista; āsavam — una embriaguez; prasanna — muy complacido; hāsa — risa; aruṇa — rojiza; locana — ojos; ānanam — cara; kirīṭinam — con yelmo; kuṇḍalinam — con zarcillos; catuḥ-bhujam — con cuatro manos; pīta — amarilla; aṁśukam — vestimenta; vakṣasi — en el pecho; lakṣitam — marcado; śriyā — con la diosa de la fortuna.

Traducción

La Personalidad de Dios, a quien se observa inclinándose favorablemente hacia Sus amorosos servidores y cuya sola vista es embriagante y atractiva, parecía estar muy satisfecho. Él tenía una cara sonriente, adornada con un encantador matiz rojizo, vestía prendas amarillas, y llevaba zarcillos y un yelmo en la cabeza. Él tenía cuatro manos, y Su pecho estaba marcado con las líneas de la diosa de la fortuna.

Significado

En el Padma Purāṇa, Uttara khaṇḍa, hay una descripción completa del yoga-pīṭha, o el lugar específico donde el Señor les da audiencia a Sus devotos eternos. En ese yoga-pīṭha, las personificaciones de la religión, el conocimiento, la opulencia y la renunciación, se encuentran todas sentadas a los pies de loto del Señor. Los cuatro Vedas, a saber, Ṛg, Sama, Yajur y Atharva, se encuentran ahí presentes personalmente para aconsejar al Señor. Las dieciséis energías encabezadas por Caṇḍa se encuentran todas ahí presentes. Caṇḍa y Kumuda son los dos primeros porteros, en la puerta del medio se encuentran los porteros llamados Bhadra y Subhadra, y en la última puerta están Jaya y Vijaya. Además hay otros porteros, llamados Kumuda, Kumudākṣa, Puṇḍarīka, Vāmana, Śaṅkukarṇa, Sarvanetra, Sumukha, etc. El palacio del Señor se encuentra bien decorado, y está protegido por los porteros antedichos.

Texto

adhyarhaṇīyāsanam āsthitaṁ paraṁ
vṛtaṁ catuḥ-ṣoḍaśa-pañca-śaktibhiḥ
yuktaṁ bhagaiḥ svair itaratra cādhruvaiḥ
sva eva dhāman ramamāṇam īśvaram

Palabra por palabra

adhyarhaṇīya — muy venerable; āsanam — trono; āsthitam — sentado en él; param — el Supremo; vṛtam — rodeado por; catuḥ — cuatro, a saber prakṛti, puruṣa, mahat y el ego; ṣoḍaśa — las dieciséis; pañca — las cinco; śaktibhiḥ — por las energías; yuktam — apoderado con; bhagaiḥ — Sus opulencias; svaiḥ — personales; itaratra — otros poderes menores; ca — también; adhruvaiḥ — temporales; sve — propia; eva — ciertamente; dhāman — morada; ramamāṇam — disfrutando; īśvaram — el Señor Supremo.

Traducción

El Señor estaba sentado en Su trono, y estaba rodeado de diferentes energías, tales como las cuatro, las dieciséis y las cinco, así como de las seis opulencias naturales, juntamente con otras energías insignificantes de carácter temporal. Pero Él era el verdadero Señor Supremo, que se encontraba disfrutando de Su propia morada.

Significado

El Señor está dotado de Sus seis opulencias. Específicamente, Él es el más rico, Él es el más poderoso, Él es el más famoso, Él es el más hermoso, Él es el más grande en lo que a conocimiento se refiere, y, además, Él es el renunciante más grande de todos. Y en cuanto a Sus energías creativas materiales, Él es servido por cuatro, a saber, los principios de prakṛti, puruṣa, mahat-tattva y el ego. Él también es servido por las dieciséis, es decir, los cinco elementos (tierra, agua, aire, fuego y cielo), los cinco órganos perceptivos de los sentidos (el ojo, el oído, la nariz, la lengua y la piel), los cinco órganos de los sentidos para el trabajo (la mano, la pierna, el estómago, el orificio para evacuar y el órgano genital), y la mente. Las cinco abarcan los objetos de los sentidos, a saber, la forma, el sabor, el olor, el sonido y el tacto. Todos esos veinticinco elementos sirven al Señor en la creación material, y todos ellos se encuentran presentes para servir personalmente al Señor. Las opulencias insignificantes, que ascienden a ocho (los aṣṭa-sidhis que obtienen los yogīs para un enseñoreamiento temporal), también están bajo Su control, mas Él se encuentra colmado por naturaleza de todos esos poderes sin ningún esfuerzo, y, por lo tanto, Él es el Señor Supremo.

El ser viviente, mediante una severa penitencia y la ejecución de ejercicios corporales, puede obtener temporalmente algún poder maravilloso, pero eso no lo vuelve el Señor Supremo. El Señor Supremo, mediante Su propia potencia, es ilimitadamente más poderoso que cualquier yogī, es ilimitadamente más entendido que cualquier jñānī, es ilimitadamente más rico que cualquier persona acaudalada, es ilimitadamente más hermoso que cualquier ser viviente hermoso, y es ilimitadamente más caritativo que cualquier filántropo. Él se encuentra por encima de todos; nadie es igual a Él ni más grande que Él. Ni tampoco puede nadie alcanzar Su nivel de perfección respecto a ninguno de los poderes mencionados, mediante ninguna cantidad de penitencia ni demostraciones yóguicas. Los yogīs dependen de Su misericordia. Él, debido a Su inmensa disposición caritativa, puede otorgarles a los yogīs algunos poderes temporales, debido a que los yogīs anhelan tenerlos, pero el Señor se encuentra tan complacido con Sus devotos puros, los cuales no quieren nada del Señor con la salvedad y la excepción de Su servicio trascendental, que Él Mismo se entrega a cambio del servicio puro.

Texto

tad-darśanāhlāda-pariplutāntaro
hṛṣyat-tanuḥ prema-bharāśru-locanaḥ
nanāma pādāmbujam asya viśva-sṛg
yat pāramahaṁsyena pathādhigamyate

Palabra por palabra

tat — por esa audiencia del Señor; darśana — audiencia; āhlāda — júbilo; paripluta — dominado; antaraḥ — en el corazón; hṛṣyat — lleno de éxtasis; tanuḥ — cuerpo; prema-bhara — con pleno amor trascendental; aśru — lágrimas; locanaḥ — en los ojos; nanāma — se postró; pāda-ambujam — bajo los pies de loto; asya — del Señor; viśva-sṛk — el creador del universo; yat — el cual; pāramahaṁsyena — por la gran alma liberada; pathā — el sendero; adhigamyate — es seguido.

Traducción

El Señor Brahmā, viendo así a la Personalidad de Dios en Su plenitud, fue dominado por el júbilo de su corazón, y, así pues, con éxtasis y amor plenos y trascendentales, sus ojos se llenaron de lágrimas de amor. Así, él se postró ante el Señor. Esa es la manera en que el ser viviente [paramahaṁsa] puede lograr la perfección máxima.

Significado

Al comienzo del Śrīmad-Bhāgavatam se declara que esta gran Escritura es para los paramahaṁsas. Paramo nirmatsarāṇāṁ satām, o en otras palabras, el Śrīmad-Bhāgavatam es para las personas que se encuentran completamente libres de malicia. En la vida condicionada, la vida maliciosa comienza desde arriba, es decir, abrigando malicia contra la Suprema Personalidad de Dios. La Personalidad de Dios es en todas las Escrituras reveladas un hecho establecido, y en el Bhagavad-gītā se menciona especialmente el aspecto personal del Señor Supremo, hasta tal punto, que la última porción de esta gran Escritura ha subrayado en forma enfática que uno debe rendirse a la Personalidad de Dios, para ser salvado de los sufrimientos de la vida. Desdichadamente, las personas con pasados impíos no creen en la Personalidad de Dios, y todo el mundo quiere volverse el propio Dios, sin ninguna aptitud para ello. Esta naturaleza maliciosa que se encuentra en el alma condicionada, continúa incluso hasta la etapa en que una persona quiere ser uno con el Señor, y, así pues, hasta el más grande de los filósofos empíricos que especula acerca de volverse uno con el Señor Supremo, no puede volverse un paramahaṁsa, debido a la presencia de la mente maliciosa. Luego la etapa de vida paramahaṁsa pueden lograrla solo aquellos que se encuentran fijos en la práctica del bhakti-yoga. Este bhakti-yoga comienza si una persona tiene la firme convicción de que la simple ejecución del servicio devocional del Señor, con pleno amor trascendental, puede elevarla a la etapa más elevada y perfecta de la vida. Brahmājī creía en ese arte del bhakti-yoga, él creía en la instrucción del Señor de ejecutar tapa, y el ejecutó la función con gran penitencia, en virtud de lo cual alcanzó el gran éxito de ver los Vaikuṇṭhalokas, y también al Señor, por medio de la experiencia personal. Nadie puede llegar a la morada del Señor Supremo mediante ningún medio mecánico de la mente o de una máquina, pero uno puede alcanzar la morada de los Vaikuṇṭhalokas por el simple hecho de seguir el proceso de bhakti-yoga, debido a que al Señor se lo puede comprender solo a través de ese proceso. El Señor Brahmājī se encontraba de hecho sentado en su asiento de loto, y desde allí, por ejecutar el proceso del bhakti-yoga con gran seriedad, pudo ver los Vaikuṇṭhalokas con toda su variedad, así como también al Señor en persona y a Sus asociados.

Siguiendo los pasos del Señor Brahmā, cualquier persona, incluso hasta el día de hoy, puede lograr la misma perfección, si sigue el sendero del paramahaṁsa tal como se recomienda aquí. El Señor Caitanya también aprobó este método de autorrealización para los hombres de esta era. En primer lugar, uno debe creer con toda convicción en la Personalidad de Dios Śrī Kṛṣṇa, y sin hacer esfuerzos para comprenderlo mediante filosofía especulativa, uno debe preferir oír lo que se habla de Él en el Śrīmad-Bhagavad-gītā y, posteriormente, en el texto del Śrīmad-Bhāgavatam. Uno debe oír los discursos de labios de una persona Bhāgavatam, y no del profesional, ni del karmī, jñānī ni yogī. Ese es el secreto para aprender la ciencia. No es necesario encontrarse en la orden de vida de renuncia; uno puede permanecer en su presente condición de vida, pero debe buscar la compañía de un devoto genuino del Señor, y, con fe y convicción, oírlo exponer el mensaje trascendental del Señor. Ese es el sendero del paramahaṁsa que aquí se recomienda. Entre los diversos nombres santos del Señor, Él también recibe el nombre de ajita, o «aquel a quien nadie puede conquistar jamás». No obstante, Él puede ser conquistado por el sendero del paramahaṁsa, tal como lo experimentó y demostró en la práctica el gran maestro espiritual, el Señor Brahmā. El Señor Brahmā ha recomendado personalmente ese paramahaṁsa-panthāḥ con sus propias palabras, de la siguiente manera:

jñāne prayāsam udapāsya namanta eva
jīvanti sanmukharitāṁ bhavadīya vārtām
sthāne sthitāḥ śruti-gatāṁ tanu-vāṅ-manobhir
ye prāyaśo ’jita jito ’py asi tais trilokyām

El Señor Brahmā dijo: «¡Oh, mi Señor Kṛṣṇa!, el devoto que abandona el sendero de la especulación filosófica empírica, la cual tiene como objetivo absorberse en la existencia del Supremo, y que se dedica a oír a un sādhu o santo genuino hablar de Tus glorias y actividades, y que vive una vida honesta, desempeñando la ocupación que corresponde a su vida social, puede conquistar Tu compasión y misericordia, aun a pesar de que Tú eres ajita, o inconquistable» (Bhāg. 10.14.3). Ese es el sendero de los paramahaṁsas, que fue seguido personalmente por el Señor Brahmā, y que posteriormente fue recomendado por él para lograr en la vida el éxito perfecto.

Texto

taṁ prīyamāṇaṁ samupasthitaṁ kaviṁ
prajā-visarge nija-śāsanārhaṇam
babhāṣa īṣat-smita-śociṣā girā
priyaḥ priyaṁ prīta-manāḥ kare spṛśan

Palabra por palabra

tam — al Señor Brahmā; prīyamāṇam — digno de ser querido; samupasthitam — presente ante; kavim — el gran erudito; prajā — entidades vivientes; visarge — en cuanto a la creación; nija — Su propio; śāsana — control; arhaṇam — justo las apropiadas; babhāṣe — le habló a; īṣat — leve; smita — sonriendo; śociṣā — iluminadoras; girā — palabras; priyaḥ — el querido; priyam — el complemento del amor; prīta-manāḥ — estando muy complacido; kare — por la mano; spṛśan — estrechando.

Traducción

Y el Señor, viendo a Brahmā presente ante Él, lo consideró digno de crear seres vivientes, para ser controlados como Él deseara, y, así pues, estando muy satisfecho con Brahmā, el Señor le estrechó la mano, y, sonriendo levemente, le habló de la siguiente manera.

Significado

La creación del mundo material no es ciega ni accidental. Las entidades vivientes que están condicionadas por siempre, o nitya-baddha, reciben, pues, una oportunidad de liberarse bajo la guía de alguien como Brahmā, Su propio representante. El Señor instruye a Brahmā en el conocimiento védico, con objeto de difundir este conocimiento entre las almas condicionadas. Las almas condicionadas son almas olvidadizas en lo referente a su relación con el Señor, y, por ello, un período de creación y el proceso de diseminación del conocimiento védico, son actividades del Señor indispensables. El Señor Brahmā tiene la gran responsabilidad de liberar a las almas condicionadas, y, por lo tanto, él es muy querido por el Señor.

Además, Brahmā lleva a cabo su deber en forma muy perfecta, no solo al generar a las entidades vivientes, sino también al extender su partido para rescatar a las almas caídas. El partido se llama Brahma-sampradāya, y, naturalmente, hasta la fecha cualquier miembro de ese partido, se encuentra dedicado a rescatar a las almas caídas, para que vayan de vuelta a Dios, de vuelta al hogar. El Señor está sumamente ansioso de recobrar Sus partes integrales, tal como se afirma en el Bhagavad-gītā. Nadie es más querido que aquel que se toma el trabajo de rescatar a las almas caídas para llevarlas de vuelta a Dios.

Existen muchos renegados de la Brahma-sampradāya cuya única ocupación es hacer que los hombres se olviden más del Señor y, en esa forma, hacer que se enreden cada vez más en la existencia material. Esas personas nunca son queridas por el Señor, y el Señor las envía más a lo profundo de la región más oscura de la materia, de forma tal que esos demonios envidiosos no puedan conocer al Señor Supremo.

Sin embargo, cualquiera que predique la misión del Señor en la línea de la Brahma-sampradāya, siempre es querido por el Señor, y el Señor, estando satisfecho con un predicador así del autorizado culto bhakti, le estrecha la mano con gran satisfacción.

Texto

śrī-bhagavān uvāca
tvayāhaṁ toṣitaḥ samyag
veda-garbha sisṛkṣayā
ciraṁ bhṛtena tapasā
dustoṣaḥ kūṭa-yoginām

Palabra por palabra

śrī-bhagavān uvāca — la supremamente hermosa Personalidad de Dios dijo; tvayā — por ti; aham — Yo estoy; toṣitaḥ — complacido; samyak — completo; veda-garbha — impregnado con los Vedas; sisṛkṣayā — para crear; ciram — por un largo tiempo; bhṛtena — acumulada; tapasā — por penitencia; dustoṣaḥ — muy difícil de complacer; kūṭa-yoginām — para los seudomísticos.

Traducción

La hermosa Personalidad de Dios le dijo al Señor Brahmā: ¡Oh, Brahmā, impregnado con los Vedas!, Yo estoy muy complacido con la penitencia que has acumulado durante largo tiempo con el deseo de crear. Difícilmente me complazco con los seudomísticos.

Significado

Hay dos clases de penitencia: una para el goce de los sentidos y la otra para la comprensión del ser. Existen muchos seudomísticos que se someten a severas penitencias para su propia satisfacción, y existen otros que se someten a severas penitencias para la satisfacción de los sentidos del Señor. Por ejemplo, las penitencias que se emprenden para descubrir armas nucleares nunca satisfarán al Señor, debido a que semejante penitencia nunca es satisfactoria. Por disposición propia de la naturaleza, todo el mundo tiene que encontrar la muerte, y si ese proceso de morir es acelerado por las penitencias de alguien, el Señor no siente con ello satisfacción alguna. El Señor quiere que cada una de Sus partes integrales vaya a casa, vaya a Dios, para que obtenga así la dicha y la vida eterna, y toda la creación material está hecha con ese objetivo. Brahmā se sometió a penitencias severas con ese propósito, es decir, para regular el proceso de la creación de manera que el Señor pudiera estar satisfecho. Por consiguiente, el Señor se sintió muy complacido con él, y, por ello, Brahmā fue impregnado con conocimiento védico. El propósito último del conocimiento védico consiste en conocer al Señor, y no en malgastar ese conocimiento en algún otro propósito. Aquellos que no utilizan el conocimiento védico con ese propósito, se conocen como kūṭa-yogīs, o seudotrascendentalistas que malogran sus vidas con motivos ocultos.

Texto

varaṁ varaya bhadraṁ te
vareśaṁ mābhivāñchitam
brahmañ chreyaḥ-pariśrāmaḥ
puṁsāṁ mad-darśanāvadhiḥ

Palabra por palabra

varam — bendición; varaya — tan solo pide; bhadram — auspicioso; te — a ti; vara-īśam — el dador de toda bendición; (mām) — de Mí; abhivāñchitam — deseando; brahman — ¡oh, Brahmā!; śreyaḥ — el éxito deseado; pariśrāmaḥ — para todas las penitencias; puṁsām — para todo el mundo; mat — Mi; darśana — iluminación personal; avadhiḥ — hasta el límite de.

Traducción

Yo te deseo buena suerte. ¡Oh, Brahmā!, puedes pedirme a Mí, el dador de toda bendición, todo lo que desees. Has de saber que la bendición máxima, que se obtiene como resultado de todas las penitencias, es la de verme a Mí mediante la iluminación personal.

Significado

La comprensión última acerca de la Verdad Suprema consiste en conocer y ver cara a cara a la Personalidad de Dios. La comprensión de los aspectos Brahman impersonal y Paramātmā localizado de la Personalidad de Dios no es la comprensión última. Cuando uno logra una comprensión perfecta del Señor Supremo, no se esfuerza mucho en ejecutar esas penitencias. La siguiente etapa de la vida consiste en prestarle servicio devocional al Señor, tan solo para satisfacerlo. En otras palabras, aquel que ha comprendido y visto al Señor Supremo ha conseguido toda perfección, debido a que todo se encuentra incluido en esa etapa, que es la más elevada y perfecta. Sin embargo, los impersonalistas y los seudomísticos no pueden alcanzar ese estado.

Texto

manīṣitānubhāvo ’yaṁ
mama lokāvalokanam
yad upaśrutya rahasi
cakartha paramaṁ tapaḥ

Palabra por palabra

manīṣita — ingenio; anubhāvaḥ — percepción; ayam — esta; mama — Mi; loka — morada; avalokanam — viendo mediante la experiencia verdadera; yat — debido a; upaśrutya — oyendo; rahasi — con gran penitencia; cakartha — habiendo ejecutado; paramam — la más elevada; tapaḥ — penitencia.

Traducción

El ingenio más elevado y perfecto consiste en la percepción personal de Mis moradas, y ello ha sido posible debido a tu actitud sumisa en la ejecución de severas penitencias conforme a Mi orden.

Significado

La etapa más elevada y perfecta de la vida consiste en conocer al Señor mediante la percepción verdadera, por la gracia del Señor. Esto puede conseguirlo todo aquel que esté dispuesto y deseoso de ejecutar el acto de prestarle servicio devocional al Señor tal como se dispone en las Escrituras reveladas, que son la pauta y que los ācāryas o maestros espirituales genuinos aceptan. Por ejemplo, el Bhagavad-gītā es la Escritura védica aprobada que aceptan todos los grandes ācāryas, tales como Śaṅkara, Rāmānuja, Madhva, Caitanya, Viśvanātha, Baladeva, Siddhānta Sarasvatī y muchos otros. En ese Bhagavad-gītā, la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, pide que uno piense siempre en Él, sea siempre Su devoto, lo adore siempre solo a Él, y se postre siempre ante Él, el Señor. Y por el hecho de hacer eso es seguro que uno irá de vuelta al hogar, de vuelta a Dios, sin ninguna duda. En otros lugares se encuentra también la misma orden: que uno abandone todas las demás ocupaciones y se entregue por completo al Señor sin vacilación. Y el Señor le brindará plena protección a un devoto de esa categoría. Esos son los secretos para alcanzar la etapa más elevada y perfecta. El Señor Brahmā siguió exactamente esos principios sin ningún complejo de superioridad, con lo cual alcanzó la muy elevada y perfecta etapa de llegar a conocer la morada del Señor y al Señor Mismo con todos Sus enseres. La comprensión espiritual de la refulgencia del cuerpo del Señor no es la etapa más elevada y perfecta, ni tampoco lo es la etapa de la comprensión Paramātmā. La palabra manīṣita es significativa. Todo el mundo se encuentra orgulloso, falsa o verdaderamente, de su supuesto saber. Pero el Señor dice que la etapa más elevada y perfecta del saber consiste en conocerlo a Él y conocer Su morada sin ninguna ilusión.

Texto

pratyādiṣṭaṁ mayā tatra
tvayi karma-vimohite
tapo me hṛdayaṁ sākṣād
ātmāhaṁ tapaso ’nagha

Palabra por palabra

pratyādiṣṭam — ordenado; mayā — por Mí; tatra — debido a; tvayi — a ti; karma — deber; vimohite — estando perplejo; tapaḥ — penitencia; me — Mi; hṛdayam — corazón; sākṣāt — directamente; ātmā — vida y alma; aham — Yo Mismo; tapasaḥ — de aquel que está dedicado a la penitencia; anagha — ¡oh, impecable!

Traducción

¡Oh, impecable Brahmā!, he de informarte que fui Yo quien te ordenó al principio hacer penitencia, cuando estabas perplejo ante tu deber. Esa penitencia es Mi corazón y Mi alma, y, por lo tanto, la penitencia y Yo no somos diferentes.

Significado

La penitencia con la que uno puede ver a la Personalidad de Dios cara a cara se sobrentiende que es el servicio devocional que se le presta al Señor, y nada más, debido a que uno puede acercarse al Señor solo por realizar servicio devocional con amor trascendental. Esa penitencia es la potencia interna del Señor, y no es diferente de Él. Esos actos de la potencia interna se exhiben mediante la ausencia de apego hacia el disfrute material. Las entidades vivientes están enjauladas en las condiciones del cautiverio material, debido a su propensión al enseñoreamiento. Pero por dedicarse al servicio devocional del Señor, uno se desapega de ese espíritu de disfrute. Los devotos se desapegan automáticamente del disfrute mundano, y ese desapego es el resultado del conocimiento perfecto. Por lo tanto, la penitencia del servicio devocional incluye el conocimiento y el desapego, y esa es la manifestación de la potencia trascendental.

Uno no puede disfrutar de la ilusoria prosperidad material si se desea regresar al hogar, regresar a Dios. Aquel que no tiene información acerca de la bienaventuranza trascendental que se siente en la compañía del Señor, tiene el tonto deseo de disfrutar de esta temporal felicidad material. En el Caitanya-caritāmṛta se dice que si alguien quiere ver al Señor sinceramente y al mismo tiempo quiere disfrutar de este mundo material, se considera que es solo un tonto. Aquel que quiere permanecer aquí, en el mundo material, en aras del disfrute material, no tiene porqué entrar en el eterno Reino de Dios. El Señor favorece a un devoto así de tonto, al arrebatarle todo lo que posea en el mundo material. Si dicho tonto devoto del Señor trata de ocupar de nuevo su posición, entonces el misericordioso Señor le arrebata de nuevo todo lo que posea. Debido a esos repetidos fracasos en el campo de la prosperidad material, él se vuelve muy impopular entre sus familiares y amigos. En el mundo material, los familiares y amigos honran a las personas que tienen mucho éxito en acumular riquezas por cualquier medio. Luego el devoto necio del Señor es puesto a la fuerza en una situación de penitencia, por la gracia del Señor, y al final, el devoto se vuelve muy feliz, pues se dedica al servicio del Señor. Por consiguiente, la penitencia en el servicio devocional del Señor, bien sea por la sumisión voluntaria o por haber sido forzado por el Señor, es necesaria para alcanzar la perfección, y, así pues, esa penitencia es la potencia interna del Señor.

One cannot, however, be engaged in the penance of devotional service without being completely free from all sins. As stated in the Bhagavad-gītā, only a person who is completely free from all reactions of sins can engage himself in the worship of the Lord. Brahmājī was sinless, and therefore he faithfully discharged the advice of the Lord, “tapa, tapa,” and the Lord, being satisfied with him, awarded him the desired result. Therefore only love and penance combined can please the Lord, and thus one is able to attain His complete mercy. He directs the sinless, and the sinless devotee attains the highest perfection of life.

Texto

sṛjāmi tapasaivedaṁ
grasāmi tapasā punaḥ
bibharmi tapasā viśvaṁ
vīryaṁ me duścaraṁ tapaḥ

Palabra por palabra

sṛjāmi — Yo creo; tapasā — mediante la misma energía de la penitencia; eva — ciertamente; idam — este; grasāmi tapasā — Yo también retiro mediante la misma energía; punaḥ — otra vez; bibharmi — mantengo; tapasā — mediante la penitencia; viśvam — el cosmos; vīryam — potencia; me — Mi; duścaram — severa; tapaḥ — penitencia.

Traducción

Yo creo este cosmos mediante dicha penitencia, Yo lo mantengo mediante la misma energía, y Yo lo retiro todo mediante la misma energía. Por lo tanto, solo la penitencia constituye el poder potencial.

Significado

Al ejecutar penitencia, uno tiene que estar determinado a regresar al hogar, regresar a Dios, y estar dispuesto a someterse a toda clase de tribulaciones con ese fin. Incluso para conseguir prosperidad, nombre y fama materiales, uno tiene que someterse a severos tipos de penitencias; de lo contrario, nadie puede volverse una figura importante en este mundo material. ¿Por qué, entonces, existen severos tipos de penitencias para conseguir la perfección del servicio devocional? Una vida fácil y el logro de la perfección en el campo de la iluminación trascendental, no pueden ir juntos. El Señor es más astuto que cualquier otra entidad viviente; por lo tanto, Él desea ver cuán aplicado es el devoto en el servicio devocional. La orden se recibe del Señor, bien sea directamente, o a través del maestro espiritual genuino, y ejecutar esa orden, por exigente que sea, constituye el tipo severo de penitencia. Aquel que sigue el principio rígidamente, es seguro que logrará el éxito de obtener la misericordia del Señor.

Texto

brahmovāca
bhagavan sarva-bhūtānām
adhyakṣo ’vasthito guhām
veda hy apratiruddhena
prajñānena cikīrṣitam

Palabra por palabra

brahmā uvāca — el Señor Brahmā dijo; bhagavan — ¡oh, mi Señor!; sarva bhūtānām — de todas las entidades vivientes; adhyakṣaḥ — director; avasthitaḥ — situado; guhām — dentro del corazón; veda — conoces; hi — ciertamente; apratiruddhena — sin impedimentos; prajñānena — mediante una inteligencia superior; cikīrṣitam — esfuerzos.

Traducción

El Señor Brahmā dijo: ¡Oh, Personalidad de Dios!, Tú estás situado en el corazón de toda entidad viviente como el supremo director, y, por lo tanto, mediante Tu inteligencia superior y sin ningún impedimento en absoluto, estás consciente de todos los esfuerzos que se hacen.

Significado

El Bhagavad-gītā confirma que el Señor se encuentra situado en el corazón de todos como testigo, y como tal, Él es el director supremo de la sanción. El director no es el que disfruta de los frutos de la acción, pero sin la sanción del Señor nadie puede disfrutar. Por ejemplo, en un área en la que se prohíba el consumo de licores, el beodo adicto le presenta una petición al director de bebidas, y este, considerando su caso, sanciona solo una cierta cantidad de licor que el beodo puede consumir. En forma similar, el mundo material por entero se encuentra lleno de muchos beodos, en el sentido de que todas y cada una de las entidades vivientes tiene algo en mente para disfrutar, y todo el mundo desea muy intensamente que se cumplan sus deseos. El Señor Todopoderoso, quien es muy bondadoso con la entidad viviente, tal como el padre es bondadoso con el hijo, complace el deseo que tiene la entidad viviente de lograr su satisfacción infantil. La entidad viviente, con esos deseos en mente, de hecho no disfruta, sino que sirve innecesariamente los caprichos del cuerpo, sin ningún beneficio. El beodo no obtiene ningún beneficio de la bebida, pero debido a que se ha vuelto sirviente del hábito de la bebida y que no desea dejarlo, el misericordioso Señor le da todas las facilidades para complacer esos deseos.

Los impersonalistas recomiendan que uno se libre de deseos, y otras personas recomiendan desterrar los deseos por completo. Eso es imposible; nadie puede desterrar los deseos por completo, debido a que desear es el signo característico de la vida. Si la entidad viviente no tuviera deseos estaría muerta, y no lo está. Por lo tanto, la vida y el deseo van juntos. La perfección de los deseos puede alcanzarse cuando uno desea servir al Señor, y el Señor también desea que toda entidad viviente destierre todo deseo personal y coopere con Sus deseos. Esa es la instrucción final del Bhagavad-gītā. Brahmājī accedió a esa proposición, y por eso se le da el puesto de responsabilidad que consiste en crear generaciones en el vacío universo. El ser uno con el Señor consiste, pues, en acoplar los deseos de uno con los deseos del Señor Supremo. Eso constituye la perfección de todos los deseos.

El Señor, como la Superalma que se encuentra en el corazón de todo ser viviente, sabe lo que hay en la mente de cada entidad viviente, y nadie puede hacer nada sin que lo sepa el Señor que está dentro. El Señor, mediante Su inteligencia superior, les da a todos la oportunidad de complacer al máximo sus deseos, y la reacción resultante también la confiere el Señor.

Texto

tathāpi nāthamānasya
nātha nāthaya nāthitam
parāvare yathā rūpe
jānīyāṁ te tv arūpiṇaḥ

Palabra por palabra

tathā api — a pesar de esto; nāthamānasya — de aquel que está pidiendo; nātha — ¡oh, Señor!; nāthaya — por favor, otorga; nāthitam — tal como se desea; para-avare — en cuanto a lo mundano y a lo trascendental; yathā — tal como es; rūpe — en la forma; jānīyām — que sea conocido; te — Tu; tu — pero; arūpiṇaḥ — aquel que no tiene forma.

Traducción

A pesar de eso, mi Señor, te estoy orando para que tengas la bondad de complacer mi deseo. Por favor, quiero que se me informe cómo a pesar de Tu forma trascendental adoptas la forma mundana, si bien Tú no tienes esa clase de forma en absoluto.

Texto

yathātma-māyā-yogena
nānā-śakty-upabṛṁhitam
vilumpan visṛjan gṛhṇan
bibhrad ātmānam ātmanā

Palabra por palabra

yathā — tanto como; ātma — propia; māyā — potencia; yogena — por combinación; nānā — varias; śakti — energía; upabṛṁhitam — por combinación y permutación; vilumpan — en lo referente a la aniquilación; visṛjan — en lo referente a la generación; gṛhṇan — en lo referente a la aceptación; bibhrat — en lo referente a la manutención; ātmānam — el yo de uno; ātmanā — por el yo.

Traducción

Y [por favor infórmame] cómo Tú, mediante Tu propio Yo, manifiestas diferentes energías, para la aniquilación, generación, aceptación y manutención por combinación y permutación.

Significado

El propio Señor constituye la manifestación entera en virtud de la difusión de solo Sus diferentes energías —a saber, la interna, la externa y la marginal—, tal como la luz del Sol es la manifestación de la energía del planeta Sol. Dicha energía y el Señor son uno y, simultáneamente, diferentes, tal como la luz del Sol y el planeta Sol son uno y, simultáneamente, también son diferentes. Las energías actúan mediante la combinación y permutación por indicación del Señor, y los agentes actuantes, tales como Brahmā, Viṣṇu y Śiva, son también diferentes encarnaciones del Señor. En otras palabras, no existe nada a excepción del Señor, y, sin embargo, el Señor es diferente de todas esas actividades de manifestación. Más adelante se explicará cómo eso es así.

Texto

krīḍasy amogha-saṅkalpa
ūrṇanābhir yathorṇute
tathā tad-viṣayāṁ dhehi
manīṣāṁ mayi mādhava

Palabra por palabra

krīḍasi — como Tú actúas; amogha — infalible; saṅkalpa — determinación; ūrṇanābhiḥ — la araña; yathā — tanto como; ūrṇute — cubre; tathā — tanto como; tat-viṣayām — en el tema de todas esas; dhehi — hazme saber; manīṣām — filosóficamente; mayi — a mí; mādhava — ¡oh, amo de toda energía!

Traducción

¡Oh, amo de todas las energías!, por favor, háblame filosóficamente de todo lo relacionado con ellas. Tú actúas como una araña que se cubre con su propia energía, y Tu determinación es infalible.

Significado

Debido a la energía inconcebible del Señor, todo elemento creativo tiene sus propias potencias, conocidas como la potencia del elemento, la potencia del conocimiento y la potencia de las diferentes acciones y reacciones. La manifestación de la creación, la manutención y la aniquilación a su debido tiempo y mediante diferentes agentes, tales como Brahmā, Viṣṇu y Maheśvara, existe en virtud de una combinación de estas energías potenciales del Señor. Brahmā crea, Viṣṇu mantiene y el Señor Śiva destruye. Pero todos esos agentes y energías creativas son emanaciones del Señor, y, por ello, no existe nada a excepción del Señor, o la fuente única y suprema de las diferentes diversidades. El ejemplo exacto lo constituye la araña y la telaraña. La telaraña es creada por la araña y es mantenida por la araña, y toda ella es recogida y puesta dentro de la araña tan pronto como la araña lo desea. La araña se encuentra cubierta dentro de la telaraña. Si una insignificante araña es tan poderosa como para actuar de acuerdo con su voluntad, ¿por qué el Ser Supremo no puede actuar, mediante Su voluntad suprema, en la creación, manutención y destrucción de las manifestaciones cósmicas? Por la gracia del Señor, un devoto como Brahmā, o alguien que se encuentre en su cadena de sucesión discipular, puede entender a la todopoderosa Personalidad de Dios que se encuentra eternamente dedicada a Sus pasatiempos trascendentales en la región de las diferentes energías.

Texto

bhagavac-chikṣitam ahaṁ
karavāṇi hy atandritaḥ
nehamānaḥ prajā-sargaṁ
badhyeyaṁ yad-anugrahāt

Palabra por palabra

bhagavat — por la personalidad de Dios; śikṣitam — enseñado; aham — yo; karavāṇi — por actuar; hi — ciertamente; atandritaḥ — instrumento; na — nunca; ihamānaḥ — a pesar de actuar; prajā-sargam — generación de las entidades vivientes; badhyeyam — estar condicionado; yat — como un hecho cierto; anugrahāt — por la misericordia de.

Traducción

Por favor, háblame de manera que se me enseñe al respecto mediante la instrucción de la Personalidad de Dios, y que, así pues, actúe como instrumento al generar entidades vivientes, sin quedar condicionado por esas actividades.

Significado

Brahmājī no quiere volverse un especular dependiente de la fuerza de su conocimiento personal y condicionado al cautiverio material. Todo el mundo debe saber con conciencia clara que, en la ejecución de toda actividad, es un instrumento. Un alma condicionada es un instrumento en las manos de la energía externa, guṇamayī māyā, o la energía ilusoria del Señor, y, en la etapa liberada, la entidad viviente es directamente un instrumento de la voluntad de la Personalidad de Dios. Ser instrumento de la voluntad directa del Señor es la posición natural y constitucional de la entidad viviente, mientras que ser instrumento en las manos de la energía ilusoria del Señor, constituye el cautiverio material para la entidad viviente. En ese estado condicionado, la entidad viviente especula acerca de la Verdad Absoluta y Sus diferentes actividades. Pero en la etapa no condicionada, la entidad viviente recibe conocimiento directamente del Señor, y un alma así de liberada actúa intachablemente, sin ningún hábito especulativo. El Bhagavad-gītā (10.10-11) confirma con énfasis que a los devotos puros, quienes se dedican de una manera constante al amoroso servicio transcendental del Señor, el Señor los aconseja directamente, tanto así, que el devoto progresa sin desistir en el sendero al hogar, de vuelta a Dios. De modo que, los devotos puros del Señor no se enorgullecen de su progreso cierto, mientras que el especulador no devoto se encuentra en la oscuridad de la energía ilusoria, y se siente muy orgulloso de su conocimiento engañoso, basado en la especulación, sin ningún sendero definido. El Señor Brahmā quería ser salvado de esa trampa de orgullo, si bien se encontraba en la posición más excelsa del universo.

Texto

yāvat sakhā sakhyur iveśa te kṛtaḥ
prajā-visarge vibhajāmi bho janam
aviklavas te parikarmaṇi sthito
mā me samunnaddha-mado ’ja māninaḥ

Palabra por palabra

yāvat — tal como es; sakhā — amigo; sakhyuḥ — al amigo; iva — así; īśa — ¡oh, Señor!; te — Tú; kṛtaḥ — has aceptado; prajā — las entidades vivientes; visarge — referente a la creación; vibhajāmi — como he de hacerlo en forma diferente; bhoḥ — ¡oh, mi Señor!; janam — aquellos que nacen; aviklavaḥ — sin ser perturbado; te — Tu; parikarmaṇi — referente al servicio; sthitaḥ — situado así; — que nunca ocurra; me — a mí; samunnaddha — surgimiento resultante; madaḥ — locura; aja — ¡oh, innaciente!; māninaḥ — habiéndolo así pensado.

Traducción

¡Oh, mi Señor, el innaciente!, Tú me has estrechado la mano tal como se hace entre amigos [como si estuviéramos en la misma posición]. Yo me dedicaré a la creación de diferentes tipos de entidades vivientes, y me ocuparé en Tu servicio. Yo no habré de tener ninguna perturbación, pero oro para que todo esto no haga surgir en mí el orgullo, como si yo fuera el Supremo.

Significado

El Señor Brahmā tiene sin duda una relación con el Señor en el humor de la amistad. Todos los seres vivientes están relacionados eternamente con la Personalidad de Dios mediante uno de cinco humores trascendentales diferentes, a saber, śānta, dāsya, sakhya, vātsalya y mādhurya. Ya hemos discutido estas cinco clases de humores relacionados con la Personalidad de Dios. Aquí se exhibe claramente que el Señor Brahmā se encuentra relacionado con la Personalidad de Dios mediante el humor trascendental de la amistad. Un devoto puro puede que esté relacionado con el Señor mediante cualquiera de los humores trascendentales, incluso mediante el humor de la paternidad o la maternidad, pero el devoto del Señor siempre es un servidor trascendental. Nadie es igual al Señor ni más grande que Él. Así lo establece el Bhagavad-gītā. Brahmājī, a pesar de relacionarse eternamente con el Señor mediante el humor trascendental de la amistad, y a pesar de que se le ha confiado la posición más excelsa de todas —la creación de diferentes grados de entidades vivientes—, aun así está consciente de su posición, es decir, que ni es el Señor Supremo, ni tampoco supremamente poderoso. Es posible que alguna personalidad extremadamente poderosa, bien sea dentro o fuera del universo, exhiba algunas veces más poder que el propio Señor. Y, a pesar de ello el devoto puro sabe que su poder es un vibhūti delegado por el Señor, y esa poderosa entidad viviente delegada no es nunca independiente. Śrī Hanumānjī atravesó el océano Índico saltando por encima del mar, y el Señor Śrī Rāmacandra marchó a través del puente, pero eso no significa que Hanumānjī era más poderoso que el Señor. En ocasiones, el Señor le da a Su devoto poderes extraordinarios, pero el devoto sabe siempre que el poder le pertenece a la Personalidad de Dios, y que él es solo un instrumento. El devoto puro nunca se envanece como la clase de hombres no devotos que creen falsamente que son Dios. Es asombroso ver cómo una persona que a cada paso está siendo pateada por las leyes de la energía ilusoria del Señor, puede pensar falsamente en ser uno con el Señor. Esa manera de pensar es la última trampa que le ofrece la energía ilusoria al alma condicionada. La primera ilusión es que esta quiere volverse Señor del mundo material mediante la acumulación de riqueza y poder, pero cuando se frustra en ese intento, quiere ser uno con el Señor. Así que, tanto volverse el hombre más poderoso del mundo material, como desear ser uno con el Señor, son diferentes trampas ilusorias. Y debido a que los devotos puros del Señor son almas rendidas, se encuentran por encima de las ilusorias trampas de māyā. Debido a que el Señor Brahmā es un devoto puro, a pesar de ser la primera deidad regente del mundo material y, por lo tanto, a pesar de poder hacer muchas cosas maravillosas, nunca tendría la audacia de pensar en ser uno con el Señor, tal como lo haría el no devoto que tiene escaso conocimiento. Las personas que poseen muy poco conocimiento deben aprender de Brahmā, cuando se envanecen con la falsa noción de volverse Dios.

En realidad, el Señor Brahmā no crea a las entidades vivientes. Al comienzo de la creación, él es apoderado para darles diferentes formas corporales a las entidades vivientes, de acuerdo con el trabajo que ellas hayan realizado durante el pasado milenio. El deber de Brahmājī consiste solo en despertar a las entidades vivientes de su sueño, y ocuparlas en el deber que les corresponde. Brahmājī no crea los diferentes grados de entidades vivientes por capricho, sino que a él se le confía la tarea de darles a las entidades vivientes diferentes grados de cuerpo, para que puedan trabajar de acuerdo con esos grados. Y aun así, él está consciente de que es solo un instrumento, para no creerse el Supremo y Poderoso Señor.

Los devotos del Señor están dedicados al deber específico que les ha ofrecido el Señor, y esos deberes son llevados a cabo con éxito sin ningún impedimento, debido a que los ha ordenado el Señor. El mérito del éxito no es para el hacedor, sino para el Señor. Pero las personas que poseen poco acopio de conocimiento se anotan el mérito del éxito en su propio haber, sin darle ningún mérito al Señor. Ese es el signo característico de la clase de hombres no devotos.

Texto

śrī-bhagavān uvāca
jñānaṁ parama-guhyaṁ me
yad vijñāna-samanvitam
sarahasyaṁ tad-aṅgaṁ ca
gṛhāṇa gaditaṁ mayā

Palabra por palabra

śrī-bhagavān uvāca — La Personalidad de Dios dijo; jñānam — conocimiento adquirido; parama — extremadamente; guhyam — confidencial; me — de Mí; yat — que es; vijñāna — comprensión; samanvitam — coordinado; sa-rahasyam — con servicio devocional; tat — de eso; aṅgam ca — enseres necesarios; gṛhāṇa — solo trata de comprender; gaditam — explicados; mayā — por Mí.

Traducción

La Personalidad de Dios dijo: El conocimiento acerca de Mí, tal como se encuentra descrito en las Escrituras, es muy confidencial, y tiene que ser comprendido conjuntamente con el servicio devocional. Yo estoy explicando los enseres necesarios para ese proceso. Puedes emprenderlo cuidadosamente.

Significado

El Señor Brahmā es el devoto del Señor más elevado del universo, y, por lo tanto, la Personalidad de Dios respondió a las cuatro preguntas principales con cuatro importantes declaraciones, conocidas como el Bhāgavatam original en cuatro versos. He aquí las preguntas de Brahmā: (1) ¿Cuáles son las formas del Señor tanto en la materia como en la trascendencia? (2) ¿Cómo actúan las diferentes energías del Señor? (3) ¿Cómo manipula el Señor Sus diferentes energías? (4) ¿Cómo ha de instruirse Brahmā para que lleve a cabo la tarea que se le ha confiado? El preludio a las respuestas está constituido por este verso en cuestión, en que el Señor le informa a Brahmā que el conocimiento acerca de Él, la Suprema Verdad Absoluta, tal como se afirma en las Escrituras reveladas, es muy sutil, y no puede entenderse a menos que uno se vuelva autorrealizado por la gracia del Señor. El Señor dice que Brahmā puede tomar las respuestas tal como Él las explica. Esto significa que el conocimiento trascendental acerca del absoluto Ser supremo puede adquirirse, si lo da a conocer el propio Señor. La Verdad Absoluta no puede ser entendida mediante la especulación mental de los más grandes pensadores mundanos. Los especuladores mentales pueden llegar hasta el nivel de la comprensión Brahman impersonal, pero, en realidad, el conocimiento completo de la trascendencia se encuentra más allá del conocimiento del Brahman impersonal. Por ello se denomina la sabiduría suprema y confidencial. De entre muchas almas liberadas, puede que alguien sea apto para conocer a la Personalidad de Dios. En el Bhagavad-gītā, el propio Señor dice también que de entre muchos cientos de miles de personas, puede que una busque la perfección de la vida humana, y de entre muchas almas liberadas, puede que una lo conozca tal como Él es. Por ende, el conocimiento acerca de la Personalidad de Dios puede adquirirse solo mediante el servicio devocional. Rahasyam significa servicio devocional. El Señor Kṛṣṇa instruyó a Arjuna en el Bhagavad-gītā, debido a que Él observó que Arjuna era un devoto y un amigo. Uno no puede penetrar el misterio del Bhagavad-gītā sin no poseer esas cualidades. De manera que, uno no puede comprender a la Personalidad de Dios, a menos que uno se vuelva devoto y ejecute servicio devocional. Ese misterio consiste en el amor por Dios. En él se encuentra la principal cualidad necesaria para conocer el misterio de la Personalidad de Dios. Y para alcanzar la etapa del trascendental amor por Dios, deben seguirse los principios regulativos del servicio devocional. Los principios regulativos se denominan vidhi-bhakti, o el servicio devocional del Señor, y un neófito puede practicarlos a través de sus sentidos actuales. Esos principios regulativos se basan principalmente en oír y cantar de las glorias del Señor. Y esa audición y canto de las glorias del Señor solo pueden ser posibles en compañía de devotos. Por lo tanto, el Señor Caitanya recomendó cinco principios fundamentales para alcanzar la perfección en el servicio devocional del Señor. El primero es el relacionarse con devotos (oír); el segundo es el canto de las glorias del Señor; el tercero, oír el Śrīmad-Bhāgavatam de labios del devoto puro; el cuarto, residir en un lugar sagrado relacionado con el Señor; y el quinto, adorar a la Deidad del Señor con devoción. Esas reglas y regulaciones son partes del servicio devocional. Así pues, tal como lo pidió el Señor Brahmā, la Personalidad de Dios explicará todo lo relacionado con las cuatro preguntas que hizo Brahmā, y también con otras que son partes integrales de las mismas preguntas.

Texto

yāvān ahaṁ yathā-bhāvo
yad-rūpa-guṇa-karmakaḥ
tathaiva tattva-vijñānam
astu te mad-anugrahāt

Palabra por palabra

yāvān — tal como me encuentro en una forma eterna; aham — Yo; yathā — tanto como; bhāvaḥ — existencia trascendental; yat — esas; rūpa — diversas formas y colores; guṇa — cualidades; karmakaḥ — actividades; tathā — así; eva — ciertamente; tattva-vijñānam — comprensión verdadera; astu — que sea; te — a ti; mat — Mía; anugrahāt — por misericordia sin causa.

Traducción

Todo Yo, es decir, Mi verdadera forma eterna y Mi existencia, color, cualidades y actividades trascendentales, que todo se despierte en ti a través de la comprensión verdadera, debido a Mi misericordia sin causa.

Significado

El secreto del éxito en la comprensión de las complejidades del conocimiento de la Verdad Absoluta, la Personalidad de Dios, lo constituye la misericordia sin causa del Señor. Hasta en el mundo material, el padre de muchos hijos revela el secreto de su posición a los hijos mimados. El padre le revela la confidencia al hijo que considera merecedor de ello. Un hombre importante en el orden social puede ser conocido solo por su misericordia. En forma similar, uno debe ser muy querido por el Señor para conocer al Señor. El Señor es ilimitado —nadie puede conocerlo por completo—, pero el adelanto en el amoroso servicio trascendental del Señor, puede darle a uno el derecho de conocer al Señor. Aquí podemos ver que el Señor se encuentra suficientemente complacido con Brahmājī, y, en consecuencia, Él le ofrece Su misericordia sin causa, de manera que Brahmājī pueda lograr una comprensión verdadera del Señor solo por Su misericordia.

En los Vedas también se dice que una persona no puede conocer a la Personalidad de Dios, la Verdad Absoluta, simplemente en virtud de la educación mundana o la gimnasia intelectual. Uno puede conocer a la Verdad Suprema, si uno tiene fe resuelta en el maestro espiritual genuino, así como también en el Señor. Una persona así de fiel, aunque sea iletrada en el sentido mundano, puede conocer al Señor automáticamente, por la misericordia del Señor. También en el Bhagavad-gītā se dice que el Señor se reserva el derecho de exponerse ante la gente, y Él se mantiene escondido de los infieles mediante Su potencia yogamāyā.

A aquel que tiene fe, el Señor se le revela mediante Su forma, calidad y pasatiempos. El Señor no carece de forma, como lo concibe equivocadamente el impersonalista, pero Su forma no es como aquellas de las que tenemos experiencia. El Señor les revela Su forma a Sus devotos puros, incluso hasta el punto de revelar Sus medidas, y ese es el significado de yāvān, según lo explica Śrīla Jīva Gosvāmī, el erudito más grande de todos en lo que respecta al Śrīmad-Bhāgavatam.

El Señor revela la naturaleza trascendental de Su existencia. Los camorristas mundanos crean concepciones mundanas acerca de la forma del Señor. Se dice en las Escrituras reveladas que el Señor no tiene forma mundana; por lo tanto, las personas que poseen poco acopio de conocimiento concluyen que Él no debe de tener forma. Ellos no pueden distinguir entre la forma mundana y la forma espiritual. Según ellas, si no se tiene una forma mundana, no se tiene forma. Esta conclusión es también mundana, debido a que la carencia de forma es la concepción opuesta a la de tener forma. La negación de la concepción mundana no establece un hecho trascendental. En la Brahma-saṁhitā, se dice que el Señor tiene una forma trascendental, y que Él puede utilizar cualquiera de Sus sentidos con cualquier propósito. Por ejemplo, Él puede comer con Sus ojos, y Él puede ver con Su pierna. En la concepción mundana de la forma, uno no puede comer con los ojos ni ver con la pierna. Esa es la diferencia entre el cuerpo mundano y el cuerpo espiritual de sac-cid-ānanda. Un cuerpo espiritual no carece de forma; es un tipo diferente de cuerpo, que no podemos concebir con nuestros actuales sentidos mundanos. De modo que, la carencia de forma significa la carencia de forma mundana, o la posesión de un cuerpo espiritual que el no devoto no puede llegar a concebir mediante el método especulativo.

El Señor le revela al devoto Sus ilimitadas variedades de cuerpos trascendentales, todos idénticos entre sí y con diferentes clases de rasgos corporales. Algunos de los cuerpos trascendentales del Señor son negruzcos, y algunos de ellos son blanquecinos. Algunos de ellos son rojizos, y otros son amarillentos. Algunos de ellos tienen cuatro manos, y otros tienen dos manos. Algunos de ellos son como el pez, y otros son como el león. Todos esos diferentes cuerpos trascendentales del Señor, que pertenecen a la misma categoría, se les revelan a los devotos del Señor por la misericordia del Señor, y, así pues, los falsos argumentos de los impersonalistas que proclaman la carencia de forma de la Verdad Suprema, no atraen a un devoto del Señor, aun a pesar de que dicho devoto pudiera no ser muy adelantado en lo que se refiere al servicio devocional.

El Señor tiene un número ilimitado de cualidades trascendentales, y una de ellas es Su afecto por Su devoto puro. En la historia del mundo terrenal podemos apreciar Sus cualidades trascendentales. El Señor se encarna para proteger a Sus devotos y para aniquilar a los infieles. Sus actividades están relacionadas con Sus devotos. El Śrīmad-Bhāgavatam está lleno de esas actividades del Señor relacionadas con Sus devotos, y los no devotos no tienen conocimiento alguno de esos pasatiempos. El Señor levantó la colina Govardhana cuando tenía solo siete años de edad, y protegió en Vṛndāvana a Sus devotos puros de la ira de Indra, quien estaba inundando el lugar con lluvia. Ahora bien, este levantamiento de la colina Govardhana realizado por un muchacho de siete años de edad, puede que les resulte increíble a los infieles, pero para los devotos es algo absolutamente creíble. El devoto cree en la potencia todopoderosa del Señor, mientras que los infieles dicen que el Señor es todopoderoso, pero no lo creen. Esos hombres con escaso acopio de conocimiento no saben que el Señor es el Señor eternamente, y que uno no puede volverse el Señor por haber meditado durante millones de años, ni por haber especulado mentalmente durante billones de años.

La interpretación impersonal que dan los camorristas mundanos, se refuta por completo en este verso, debido a que aquí se afirma claramente que el Señor Supremo tiene Sus cualidades, forma, pasatiempos, y todo lo que tiene una persona. Todas estas descripciones de la naturaleza trascendental de la Personalidad de Dios son comprensiones verdaderas del devoto del Señor, y por la misericordia sin causa del Señor se le revelan a Su devoto puro, y a nadie más.

Texto

aham evāsam evāgre
nānyad yat sad-asat param
paścād ahaṁ yad etac ca
yo ’vaśiṣyeta so ’smy aham

Palabra por palabra

aham — Yo, la Personalidad de Dios; eva — ciertamente; āsam — existía; eva — solo; agre — antes de la creación; na — nunca; anyat — ninguna otra cosa; yat — todos esos; sat — el efecto; asat — la causa; param — lo supremo; paścāt — al final; aham — Yo, la Personalidad de Dios; yat — todos estos; etat — creación; ca — también; yaḥ — todo; avaśiṣyeta — permanece; saḥ — eso; asmi — Yo soy; aham — Yo, la Personalidad de Dios.

Traducción

Brahmā, soy Yo, la Personalidad de Dios, quien existía antes de la creación, cuando no había nada además de Mí. Tampoco existía la naturaleza material, la causa de esta creación. También soy Yo, la Personalidad de Dios, eso que ves ahora, y también seré Yo, la Personalidad de Dios, lo que permanezca después de la aniquilación.

Significado

Hemos de notar muy cuidadosamente que la Personalidad de Dios se está dirigiendo al Señor Brahmā, y está apuntando a Sí Mismo con gran énfasis, señalando que es Él, la Personalidad de Dios, quien existía antes de la creación, que es solo Él quien mantiene la creación, y que es solo Él quien permanece después de la aniquilación de la creación. Brahmā es también una creación del Señor Supremo. El impersonalista expone la teoría de ser uno, en el sentido de que Brahmā, siendo también el mismo principio del «yo» por ser una emanación del Yo, la Verdad Absoluta, es idéntico al Señor, el fundamento del yo, y de que por ello no hay nada más que el principio del yo, como se explicó en este verso. Si se acepta el argumento del impersonalista, debe admitirse que el Señor es el yo creador, y que Brahmā es el yo creado, luego existe una diferencia entre los dos «yo», es decir, el yo predominante y el yo predominado. Por consiguiente, aceptando incluso el argumento del impersonalista, existen aun así dos yo. Pero debemos notar cuidadosamente que estos dos yo son aceptados en la literatura védica (Kaṭhopaniṣad) en el sentido cualitativo. El Kaṭhopaniṣad dice:

nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām
eko bahūnāṁ yo vidadhāti kāmān

En los Vedas se acepta que el «yo» creador y el «yo» creado son uno cualitativamente, debido a que ambos son nitya y cetanas. Pero el «yo» singular es el «yo» creador, y los «yo» creados son de número plural, debido a que existen muchos «yo» como Brahmā y aquellos generados por Brahmā. Es la simple verdad. El padre crea o engendra un hijo, y el hijo también crea muchos otros hijos, y todos ellos puede que sean uno como seres humanos, pero al mismo tiempo el hijo y los nietos son todos diferentes del padre. El hijo no puede tomar el lugar del padre, ni tampoco pueden hacerlo los nietos. El padre, el hijo y el nieto son simultáneamente uno y también diferentes. Son uno como seres humanos, pero son diferentes en cuanto a relatividades. De manera que, las relatividades del creador y el creado, o del predominante y lo predominado, han sido diferenciadas en los Vedas al decir que el «yo» predominante es quien alimenta a los «yo» predominados, y, así pues, existe una vasta diferencia entre los dos principios del «yo».

Otro aspecto de este verso es que nadie puede negar las personalidades tanto del Señor como de Brahmā. Así pues, en fin de cuentas, tanto el predominante como lo predominado son personas. Esta conclusión refuta la conclusión del impersonalista de que, en definitiva, todo es impersonal. Este aspecto impersonal en que hace énfasis la poco inteligente escuela impersonalista, se refuta señalando que el «yo» predominante es la Verdad Absoluta, y que Él es una persona. El «yo» predominado, Brahmā, es también una persona, pero no es el Absoluto. En la psicología espiritual, para comprender el yo puede que sea conveniente suponer que uno es el mismo principio que la Verdad Absoluta, pero existe siempre la diferencia entre el predominado y el predominante, como se señaló de un modo claro aquí en este verso, crasamente mal interpretado por los impersonalistas. Brahmā está de hecho viendo cara a cara a su predominante Señor, que existe en Su trascendental forma eterna, incluso después de la aniquilación de la creación material. La forma del Señor, como la ve Brahmā, existía antes de la creación de Brahmā, y la manifestación material con todos los ingredientes y agentes de la creación material es también una expansión energética del Señor, y después de que la exhibición de la energía del Señor llega a un final, lo que permanece es la misma Personalidad de Dios. Por lo tanto, la forma del Señor existe en todas las circunstancias de creación, manutención y aniquilación. Los himnos védicos confirman este hecho en la declaración vāsudevo agra āsīn na brahmā na ca śaṅkara eko vai nārāyaṇa āsīn na brahmā neśāna, etcétera. Antes de la creación no había nadie a excepción de Vāsudeva. No existía Brahmā ni Śaṅkara. Solo existía Nārāyaṇa, y nadie más, ni Brahmā ni Īśāna. Śrīpada Śaṅkarācārya también confirma en sus comentarios del Bhagavad-gītā que Nārāyaṇa, o la Personalidad de Dios, es trascendental a toda creación, pero que toda la creación es el producto de avyakta. Por lo tanto, siempre hay diferencia entre lo creado y el creador, si bien tanto el creador como lo creado son de la misma calidad.

El otro aspecto de la afirmación consiste en que la verdad suprema es Bhagavān, o la Personalidad de Dios. La Personalidad de Dios y Su reino ya han sido explicados. El Reino de Dios no es un vacío, como lo conciben los impersonalistas. Los planetas Vaikuṇṭha están llenos de variedades trascendentales, entre ellas, que los residentes de esos planetas poseen cuatro manos y gran opulencia de riqueza y prosperidad, e incluso hay aviones y otras comodidades que requieren las personalidades de alto grado. Por lo tanto, la Personalidad de Dios existe antes de la creación, y Él existe en los Vaikuṇṭhalokas con toda variedad trascendental. Los Vaikuṇṭhalokas, que en el Bhagavad-gītā se acepta también que son de naturaleza sanātana, no son aniquilados ni siquiera después de la aniquilación del cosmos manifestado. Esos planetas trascendentales poseen una naturaleza diferente por completo, y esa naturaleza no está sujeta a las reglas y regulaciones de la creación, manutención o aniquilación materiales. La existencia de la Personalidad de Dios implica la existencia de los Vaikuṇṭhalokas, así como la existencia de un rey implica la existencia de un reino.

En varios lugares del Śrīmad-Bhāgavatam y en otras Escrituras reveladas se menciona la existencia de la Personalidad de Dios. Por ejemplo, en el Śrīmad-Bhāgavatam (2.8.10), Mahārāja Parīkṣit pregunta:

sa cāpi yatra puruṣo
viśva-sthity-udbhavāpyayaḥ
muktvātma-māyāṁ māyeśaḥ
śete sarva-guhāśayaḥ

«¿De qué manera yace en el corazón de todos la Personalidad de Dios, la causa de la creación, manutención y aniquilación, quien siempre se encuentra libre de la influencia de la energía ilusoria y quien controla la misma?». Similar a esta es también la pregunta de Vidura:

tattvānāṁ bhagavaṁs teṣāṁ
katidhā pratisaṅkramaḥ
tatremaṁ ka upāsīran
ka u svid anuśerate

(Bhāg. 3.7.37)

Śrīdhara Svāmī explica esto en sus notas: «Durante la aniquilación de la creación..., quien sirve al Señor que yace en el Śeṣa, etcétera». Esto significa que el Señor trascendental existe eternamente con todo Su nombre, fama, calidad y enseres. La misma confirmación se encuentra también en el Kāśī-khaṇḍa del Skanda Purāṇa, en relación con el dhruva-carita. Se dice allí:

na cyavante ’pi yad-bhaktā
mahatyāṁ pralayāpadi
ato ’cyuto ’khile loke
sa ekaḥ sarvago ’vyayaḥ

Ni siquiera los devotos de la Personalidad de Dios son aniquilados durante el período de la aniquilación total del mundo material, ¡ni qué hablar del propio Señor! El Señor existe por siempre en todas las tres etapas del cambio material.

El impersonalista aduce que en el Supremo no hay actividad, pero en esta discusión entre Brahmā y la Suprema Personalidad de Dios se dice que el Señor también tiene actividades, así como tiene Su forma y Su calidad. Las actividades de Brahmā y otros semidioses durante la manutención de la creación, han de considerarse actividades del Señor. El rey, o el primer mandatario de un Estado, puede que no sea visto en las oficinas gubernamentales, pues puede que se encuentre disfrutando de comodidades de rey. Sin embargo, debe entenderse que todo se ejecuta bajo su dirección, y que todo se encuentra bajo su mando. La Personalidad de Dios nunca carece de forma. Puede que en el mundo material Él no se les haga visible en Su forma personal a la clase de hombres poco inteligentes, y, por lo tanto, en ocasiones puede que se lo describa como carente de forma. Pero, en realidad, Él siempre se encuentra tanto en Sus planetas Vaikuṇṭha en Su forma eterna, como también en otros planetas de los universos en diferentes encarnaciones. El ejemplo del Sol es muy apropiado en relación con esto. En la noche, puede que el Sol no esté visible a los ojos de los hombres que se encuentran en la oscuridad, sin embargo, el Sol está visible dondequiera que haya salido. El hecho de que el Sol no esté visible a los ojos de los habitantes de una determinada región de la Tierra, no significa que el Sol carece de forma.

En el Bṛhad-āraṇyaka Upaniṣad (1.4.1) se encuentra el himno āmaivedam agra āsīt puruṣa-vidhaḥ. Este mantra señala a la Suprema Personalidad de Dios (Kṛṣṇa) incluso antes de la aparición de la encarnación puruṣa. En el Bhagavad-gītā (15.19) se dice que el Señor Kṛṣṇa es Puruṣottama, debido a que Él es el puruṣa supremo, trascendental incluso al puruṣa-akṣara y al puruṣa-kṣara. El akṣara-puruṣa, o Mahā-Viṣṇu, lanza Su mirada sobre prakṛti, o la naturaleza material, pero el Puruṣottama existía incluso antes de eso. El Bṛhad-āraṇyaka Upaniṣad confirma, por lo tanto, la declaración del Bhagavad-gītā de que el Señor Kṛṣṇa es la Persona Suprema (Puruṣottama).

En algunos de los Vedas también se dice que en el comienzo solo existía el Brahman impersonal. Sin embargo, de acuerdo con este verso, el Brahman impersonal, que es la refulgencia deslumbrante del cuerpo del Señor Supremo, puede recibir el nombre de la causa inmediata, pero la causa de todas las causas, o la causa remota, es la Suprema Personalidad de Dios. El aspecto impersonal del Señor existe en el mundo material, debido a que mediante los sentidos materiales o los ojos materiales, el Señor no puede ser visto ni percibido. Uno tiene que espiritualizar los sentidos antes de poder aspirar a ver o percibir al Señor Supremo. Mas Él siempre se encuentra ocupado en Su aspecto personal, y se encuentra visible eternamente ante los habitantes de Vaikuṇṭhaloka, cara a cara. En consecuencia, Él es impersonal en sentido material, tal como el primer mandatario del Estado puede que sea impersonal en las oficinas gubernamentales, si bien no es impersonal en la casa de gobierno. En forma similar, el Señor no es impersonal en Su morada, la cual es siempre nirasta-kuhakam, como se declara en el mismo comienzo del Bhāgavatam. Luego ambos aspectos del Señor, el impersonal y el personal, son aceptables, tal como se menciona en las Escrituras reveladas. Esta Personalidad de Dios se explica en forma muy enfática en el Bhagavad-gītā (14.27), en relación con el verso brahmaṇo hi pratiṣṭhāham. Por lo tanto, de cualquier manera, la parte confidencial del conocimiento espiritual consiste en comprender a la Personalidad de Dios, y no Su aspecto Brahman impersonal. Uno no debe, pues, tener como objetivo último de comprensión el aspecto impersonal de la Verdad Absoluta, sino Su aspecto personal. El ejemplo del cielo dentro de la vasija puede que sea una ayuda para el estudiante, en su comprensión de la cualidad omnipresente de la conciencia cósmica de la Verdad Absoluta. Pero eso no significa que la parte integral e individual del Señor se vuelve el Supremo mediante una falsa proclamación. Esto solo significa que el alma condicionada es una víctima de la última trampa de la energía ilusoria. Proclamar ser uno con la conciencia cósmica del Señor es la última trampa que pone la energía ilusoria, o daivī māyā. Incluso en la existencia impersonal del Señor, tal como se encuentra en la creación material, uno debe aspirar a lograr la comprensión personal del Señor, y ese es el significado de paścād ahaṁ yad etac yo ’vaśiṣyeta so ’smy aham.

Brahmājī también aceptó la misma verdad cuando instruía a Nārada. Él dijo:

so ’yaṁ te ’bhihitas tāta
bhagavān viśva-bhāvanaḥ

(Bhāg. 2.7.50)

No hay otra causa de todas las causas además de la Suprema Personalidad de Dios, Hari. Por lo tanto, este verso aham eva nunca indica alguna otra cosa que no sea el Señor Supremo, y uno debe, entonces, seguir el sendero de la Brahma-sampradāya, o el sendero que va de Brahmājī a Nārada, a Vyāsadeva, etc., y adoptar como objetivo en la vida la comprensión de la Suprema Personalidad de Dios, Hari, o el Señor Kṛṣṇa. Esta muy confidencial instrucción que se les da a los devotos puros del Señor, se le dio también a Arjuna, y también a Brahmā al comienzo de la creación. Los semidioses tales como Brahmā, Viṣṇu, Maheśvara, Indra, Candra y Varuṇa son indudablemente diferentes formas del Señor, para la ejecución de diferentes funciones; los diferentes ingredientes elementales de la creación material, así como las múltiples energías, puede que también sean de la misma Personalidad de Dios, pero la raíz de todos ellos es la Suprema Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa. Uno debe estar apegado a la raíz de todo, y no dejarse confundir por las ramas y las hojas. Esa es la instrucción que se da en este verso.

Texto

ṛte ’rthaṁ yat pratīyeta
na pratīyeta cātmani
tad vidyād ātmano māyāṁ
yathābhāso yathā tamaḥ

Palabra por palabra

ṛte — sin; artham — valor; yat — aquello que; pratīyeta — parece ser; na — no; pratīyeta — parece ser; ca — y; ātmani — en relación conmigo; tat — eso; vidyāt — has de saber; ātmanaḥ — Mi; māyām — energía; yathā — tal como; ābhāsaḥ — el reflejo; yathā — como; tamaḥ — la oscuridad.

Traducción

¡Oh, Brahmā!, todo lo que parece ser de algún valor, si no se encuentra relacionado conmigo, no tiene realidad. Ello has de considerarlo Mi energía ilusoria, que es ese reflejo que parece estar en la oscuridad.

Significado

En el verso anterior se ha concluido que, en cualquier etapa de la manifestación cósmica —su aparición, su manutención, su crecimiento, sus interacciones de diferentes energías, su deterioro y su desaparición— todo tiene su relación básica con la existencia de la Personalidad de Dios. Y por ello, cuando quiera que hay olvido de esa relación primaria con el Señor, y cuando quiera que se aceptan las cosas como reales, sin estar relacionadas con el Señor, esa concepción se dice que es producto de la energía ilusoria del Señor. Debido a que nada puede existir sin el Señor, ha de saberse que la energía ilusoria es también una energía del Señor. La conclusión correcta de acoplar todo de manera que todo esté relacionado con el Señor se denomina yoga-māyā, o la energía de unión, y la concepción errónea de separar algo de su relación con el Señor se denomina daivī-māyā, o mahā-māyā, del Señor. Ambas māyās tienen también relaciones con el Señor, debido a que nada puede existir sin estar relacionado con Él. Por ello, la errónea concepción de separar las relaciones del Señor no es falsa, sino ilusoria.

El tomar una cosa por otra se denomina ilusión. Por ejemplo, el tomar una soga por una serpiente es una ilusión, pero la soga no es falsa. La soga, tal como se encuentra frente a la persona engañada, no es falsa en absoluto, pero la creencia es ilusoria. Así pues, la errónea concepción de aceptar esta manifestación material como si estuviera divorciada de la energía del Señor es una ilusión, pero no es falsa. Y esa concepción ilusoria se denomina el reflejo de la realidad en la oscuridad de la ignorancia. Todo lo que parezca no estar «producido por Mi energía», se denomina māyā. La concepción de que la entidad viviente carece de forma o de que el Señor Supremo carece de forma, es también una ilusión. En el Bhagavad-gītā (2.12), el Señor dijo en el medio del campo de batalla que los guerreros que se encontraban de pie ante Arjuna, Arjuna mismo, e incluso el Señor, todos habían existido antes, estaban existiendo en el campo de batalla de Kurukṣetra, y también en el futuro todos continuarían siendo personalidades individuales, incluso después de la aniquilación del cuerpo actual, e incluso después de estar liberados del cautiverio de la existencia material. En todas las circunstancias, el Señor y las entidades vivientes son personalidades individuales, y las características personales tanto del Señor como de los seres vivientes, nunca son abolidas; solo la influencia de la energía ilusoria, el reflejo de la luz en la oscuridad, puede, por la misericordia del Señor, ser quitada. En el mundo material, la luz del Sol tampoco es independiente, ni tampoco la de la Luna. La verdadera fuente de luz es el brahmajyoti, que difunde luz desde el cuerpo trascendental del Señor, y la misma luz se refleja en diversas variedades de luz: la luz del Sol, la luz de la Luna, la luz del fuego y la luz de la electricidad. Así que la identidad del yo como si estuviera desconectado del Yo Supremo, el Señor, es también una ilusión, y la falsa afirmación de que «yo soy el Supremo», es la última trampa ilusoria de la misma māyā, o la energía externa del Señor.

El Vedānta-sūtra afirma en el propio comienzo, que todo nace del Supremo, y, así pues, como se explicó en el verso anterior, todas las entidades vivientes individuales nacen de la energía del supremo ser viviente, la Personalidad de Dios. El propio Brahmā nació de la energía del Señor, y todas las demás entidades vivientes nacen de la energía del Señor por intermedio de Brahmā; ninguno de ellos tiene existencia alguna si no está acoplado con el Señor Supremo.

La independencia de la entidad viviente individual no es verdadera independencia, sino que es solo el reflejo de la verdadera independencia que existe en el Ser Supremo, el Señor. La falsa pretensión de independencia suprema por parte de las almas condicionadas es una ilusión, y esta conclusión se admite en este verso.

Las personas que poseen poco acopio de conocimiento son engañadas, y, por lo tanto, los supuestos científicos, fisiólogos, filósofos empíricos, etc., quedan deslumbrados por el reflejo brillante del Sol, la Luna, la electricidad, etc., y niegan la existencia del Señor Supremo, exponiendo teorías y diferentes especulaciones acerca de la creación, manutención y aniquilación de todo lo material. El médico puede que niegue la existencia del alma dentro de la estructura corporal fisiológica de una persona individual, pero no puede darle vida a un cuerpo muerto, aun a pesar de que todos los mecanismos del cuerpo existen incluso después de la muerte. El psicólogo hace un estudio serio de las condiciones fisiológicas del cerebro, como si la construcción de la masa cerebral fuera la máquina de la mente funcional, pero en el cuerpo muerto, el psicólogo no puede reponer la función de la mente. Esos estudios científicos de la manifestación cósmica o de la estructura corporal, independientes del Señor Supremo, son solo diferentes gimnasias intelectuales reflexivas, pero al final todos son una ilusión y nada más. Todo ese avance de la ciencia y el conocimiento en el contexto actual de la civilización material, no es más que una acción de la influencia envolvente de la energía ilusoria. La energía ilusoria tiene dos fases de existencia, a saber: la influencia envolvente y la influencia lanzadora. Mediante la influencia lanzadora, la energía ilusoria lanza a las entidades vivientes a la oscuridad de la ignorancia, y mediante la influencia envolvente, cubre los ojos de los hombres, dándoles poco acopio de conocimiento acerca de la existencia de la Persona Suprema, la cual iluminó al supremo ser viviente individual, Brahmā. Aquí nunca se sostiene la identidad de Brahmā y el Señor Supremo, y, por ende, semejante declaración necia que hace el hombre que posee poco acopio de conocimiento, es otra manifestación de la energía ilusoria del Señor. El Señor dice en el Bhagavad-gītā (16.18-20) que las personas demoníacas que niegan la existencia del Señor son sumidas cada vez más en la oscuridad de la ignorancia, y, así pues, esas personas demoníacas transmigran vida tras vida sin conocimiento alguno acerca de la Suprema Personalidad de Dios.

Sin embargo, el hombre cuerdo se ilumina en la sucesión discipular que proviene de Brahmājī, quien fue instruido personalmente por el Señor, o en la sucesión discipular que proviene de Arjuna, quien fue instruido personalmente por el Señor en el Bhagavad-gītā. Él acepta la siguiente afirmación del Señor:

ahaṁ sarvasya prabhavo
mattaḥ sarvaṁ pravartate
iti matvā bhajante māṁ
budhā bhāva-samanvitāḥ

(Bg. 10.8)

El Señor es la fuente original de todas las emanaciones, y todo lo que se crea, se mantiene y se aniquila, existe en virtud de la energía del Señor. El hombre cuerdo que sabe esto es verdaderamente un entendido, y, por lo tanto, se vuelve devoto puro del Señor, dedicado al trascendental servicio amoroso del Señor.

A pesar de que la energía reflectora del Señor exhibe diversas ilusiones a los ojos de las personas que poseen poco acopio de conocimiento, la persona cuerda sabe claramente que el Señor puede actuar mediante Sus diferentes energías, aun desde muy, muy lejos de nuestra visión, tal como el fuego puede difundir calor y luz desde un lugar distante. En la ciencia médica de los antiguos sabios, conocida como āyur-veda, existe una aceptación definitiva de la supremacía del Señor, en las siguientes palabras:

jagad-yoner anicchasya
cid-ānandaika-rūpiṇaḥ
puṁso ’sti prakṛtir nityā
praticchāyeva bhāsvataḥ
acetanāpi caitanya-
yogena paramātmanaḥ
akarod viśvam akhilam
anityam nāṭakākṛtim

Existe una sola Persona Suprema que es la progenitora de esta manifestación cósmica, y cuya energía actúa como prakṛti, o la naturaleza material, deslumbrante como un reflejo. En virtud de esa acción ilusoria de prakṛti, hasta la materia muerta se hace mover mediante la cooperación de la energía viviente del Señor, y el mundo material parece un espectáculo dramático a los ojos ignorantes. En consecuencia, la persona ignorante puede que incluso sea un científico o un fisiólogo en el drama de prakṛti, mientras que la persona cuerda sabe que prakṛti es la energía ilusoria del Señor. Sobre la base de dicha conclusión, tal como se confirma en el Bhagavad-gītā, queda claro que las entidades vivientes son también una manifestación de la energía superior del Señor (parā prakṛti), de la misma manera en que el mundo material es una manifestación de la energía inferior del Señor (aparā prakṛti). La energía superior del Señor no puede ser igual que el Señor, si bien hay muy poca diferencia entre la energía y el poseedor de la energía, o entre el fuego y el calor. El fuego posee calor, pero el calor no es fuego. Algo tan sencillo como esto no lo entiende el hombre que posee poco conocimiento y que sostiene falsamente que el fuego y el calor es una misma cosa. Esa energía del fuego (es decir, el calor), se dice aquí que es un reflejo, y no directamente fuego. De modo que, la energía viviente representada por las entidades vivientes es el reflejo del Señor, y nunca es el propio Señor. Por ser reflejo del Señor, la existencia de la entidad viviente depende del Señor Supremo, quien es la luz original. De esta energía material se puede decir que es como la oscuridad, pues en realidad es oscuridad, y las actividades de las entidades vivientes en la oscuridad son reflejos de la luz original. Al Señor ha de entendérselo mediante el contexto de este verso. La no dependencia de ambas energías del Señor se dice que es māyā o ilusión. Nadie puede conseguirle una solución a la oscuridad de la ignorancia simplemente mediante el reflejo de la luz. En forma similar, nadie puede salirse de la existencia material simplemente en virtud de la luz reflejada, que procede del hombre común; uno tiene que recibir la luz de la propia luz original. El reflejo de la luz solar en la oscuridad es incapaz de disipar la oscuridad, pero la luz solar que se encuentra fuera del reflejo, puede disipar la oscuridad por completo. Nadie puede ver las cosas que se encuentran en un cuarto a oscuras. Luego una persona que se encuentra en lo oscuro siente temor de serpientes y escorpiones, a pesar de que puede que no haya tales cosas. Pero ante la luz, las cosas del cuarto pueden verse claramente, y el temor a las serpientes y escorpiones queda eliminado de inmediato. Uno tiene, entonces, que refugiarse en la luz del Señor, tal como se encuentra en el Bhagavad-gītā o en el Śrīmad-Bhāgavatam, y no en las personalidades reflectoras que carecen de contacto con el Señor. Nadie debe oír el Bhagavad-gītā ni el Śrīmad-Bhāgavatam de labios de una persona que no cree en la existencia del Señor. Dicha persona se encuentra desde ya condenada, y cualquier relación con semejante persona hace que el que se relacione también se condene.

De acuerdo con el Padma Purāṇa, dentro del ámbito material existen innumerables universos materiales, y todos ellos están llenos de oscuridad. Todo ser viviente, comenzando con los brahmās (existen innumerables brahmās en innumerables universos) y yendo hasta la insignificante hormiga, nace en la oscuridad y requiere la verdadera luz del Señor para verlo a Él directamente, tal como al Sol solo se lo puede ver mediante la luz directa del Sol. Ninguna lámpara o antorcha hecha por el hombre, por poderosa que sea, puede ayudarlo a uno a ver el Sol. El Sol se revela por sí mismo. En consecuencia, la acción de las diferentes energías del Señor, o la propia Personalidad de Dios, se puede comprender perfectamente mediante la luz que se manifiesta por la misericordia sin causa del Señor. Los impersonalistas dicen que a Dios no se lo puede ver. A Dios se lo puede ver mediante la luz de Dios, y no mediante especulaciones hechas por el hombre. Aquí se dice específicamente que esa luz es vidyāt, lo cual constituye una orden dada por el Señor a Brahmā. Esa orden directa del Señor es una manifestación de Su energía interna, y esa energía específica es el medio de ver al Señor cara a cara. No solo Brahmā puede comprender perfectamente a la Personalidad de Dios sin ninguna especulación mental, sino también cualquiera que reciba la gracia del Señor de ver esa misericordiosa y directa energía interna.

Texto

yathā mahānti bhūtāni
bhūteṣūccāvaceṣv anu
praviṣṭāny apraviṣṭāni
tathā teṣu na teṣv aham

Palabra por palabra

yathā — así como; mahānti — del universo; bhūtāni — elementos; bhūteṣu ucca-avaceṣu — en el diminuto y gigantesco; anu — después; praviṣṭāni — entrados; apraviṣṭāni — no entrados; tathā — así; teṣu — en ellos; na — no; teṣu — en ellos; aham — Yo.

Traducción

¡Oh, Brahmā!, por favor, has de saber que los elementos del universo entran en el cosmos y al mismo tiempo no entran en él; de modo similar, Yo Mismo existo también dentro de todo lo creado, y al mismo tiempo me encuentro fuera de todo.

Significado

Los grandes elementos de la creación material, a saber: tierra, agua, fuego, aire y éter, entran todos en el cuerpo de todas las entidades manifestadas —los mares, las montañas, los seres acuáticos, las plantas, los reptiles, los pájaros, las bestias, los seres humanos, los semidioses, y de todos aquellos que se encuentran manifestados de una forma material—, y al mismo tiempo esos elementos se encuentran en otra forma diferente. Cuando el ser humano se encuentra en la etapa de conciencia desarrollada, puede estudiar tanto la ciencia fisiológica como la física, pero los principios básicos de dichas ciencias son solo los elementos materiales y nada más. El cuerpo del ser humano y el cuerpo de la montaña, así como también los cuerpos de los semidioses, incluyendo a Brahmā, están hechos todos con los mismos ingredientes —tierra, agua, etc.—, y al mismo tiempo los elementos se encuentran más allá del cuerpo. Los elementos fueron creados primero, y, por consiguiente, ellos entraron luego en la estructura corporal, pero en ambas circunstancias ellos entraron en el cosmos y además no entraron en él. En forma similar, el Señor Supremo, mediante Sus diferentes energías, a saber, la interna y la externa, se encuentra dentro de todo en el cosmos manifestado, y al mismo tiempo se encuentra fuera de todo, situado en el Reino de Dios (Vaikuṇṭhaloka), como se describió anteriormente. Esto se expresa muy bien en la Brahma-saṁhitā (5.37), de la siguiente manera:

ānanda-cinmaya-rasa-pratibhāvitābhis
tābhir ya eva nija-rūpatayā kalābhiḥ
goloka eva nivasaty akhilātma-bhūto
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

«Yo adoro a la Personalidad de Dios, Govinda, quien, mediante la expansión de Su potencia interna de existencia, conocimiento y bienaventuranza trascendentales, disfruta en Sus propias formas y en las que expande. Simultáneamente, Él entra en cada átomo de la creación».

Esa expansión de Sus partes plenarias también se explica de forma más precisa en la propia Brahma-saṁhitā (5.35), de la siguiente manera:

eko ’py asau racayituṁ jagad-aṇḍa-koṭiṁ
yac-chaktir asti jagad-aṇḍa-cayā yad-antaḥ
aṇḍāntara-stha-paramāṇu-cayāntara-sthaṁ
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

«Yo adoro a la Personalidad de Dios, Govinda, quien, mediante una de Sus porciones plenarias, entra en la existencia de cada universo y de cada partícula de los átomos, manifestando así ilimitadamente Su infinita energía, a todo lo largo de la creación material».

Los impersonalistas pueden imaginar e incluso percibir que el Brahman Supremo, es, así pues, omnipresente, por lo cual ellos concluyen que no hay posibilidad de que exista Su forma personal. Aquí yace el misterio de Su conocimiento trascendental. Ese misterio es el trascendental amor por Dios, y aquel que se encuentra saturado con dicho trascendental amor por Dios, puede ver sin dificultad a la Personalidad de Dios en cada átomo y en cada objeto móvil o inmóvil. Y al mismo tiempo puede ver a la Personalidad de Dios en Su propia morada, Goloka, disfrutando de pasatiempos eternos con Sus asociados eternos, quienes son también expansiones de Su existencia trascendental. Esta visión es el verdadero misterio del conocimiento espiritual, según lo declara el Señor al comienzo (sarahasyaṁ tad-aṅgaṁ ca). Ese misterio es la parte más confidencial del conocimiento acerca del Supremo, y a los especuladores mentales les resulta imposible descubrirlo mediante la gimnasia intelectual. El misterio puede revelarse a través del proceso recomendado por Brahmājī en su Brahma-saṁhitā (5.38), de la siguiente manera:

premāñjana-cchurita-bhakti-vilocanena
santaḥ sadaiva hṛdayeṣu vilokayanti
yaṁ śyāmasundaram acintya-guṇa-svarūpaṁ
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

«Yo adoro a Govinda, la Personalidad de Dios original, a quien los devotos puros siempre ven en sus corazones, con los ojos untados con el ungüento del amor por Dios. Ese Govinda, la Personalidad de Dios original, es Śyāmasundara, y tiene todas las cualidades trascendentales».

Por lo tanto, a pesar de que la Suprema Personalidad de Dios se encuentra presente en cada átomo, puede que no se haga visible ante los especuladores áridos; aun así, el misterio se descubre ante los ojos de los devotos puros, debido a que ellos tienen los ojos untados con amor por Dios. Y ese amor por Dios puede conseguirse solo mediante la práctica del trascendental servicio amoroso del Señor, y con nada más. La visión de los devotos no es ordinaria; está purificada por el proceso del servicio devocional. En otras palabras, así como los elementos del universo se encuentran tanto dentro como fuera, así mismo el nombre, la forma, la calidad, los pasatiempos, la comitiva, etc., del Señor, en la forma en que se encuentran descritos en las Escrituras reveladas‚ o de la manera como se llevan a cabo en los Vaikuṇṭhalokas, mucho, mucho más allá de la manifestación cósmica material, de hecho están siendo televisados en el corazón del devoto. El hombre que posee poco acopio de conocimiento no puede comprenderlo, si bien con la ciencia material uno puede ver cosas muy distantes por medio de la televisión. Y, en efecto, la persona desarrollada espiritualmente puede tener la televisión del Reino de Dios reflejándose siempre en su corazón. Ese es el misterio del conocimiento acerca de la Personalidad de Dios.

El Señor puede otorgarle a absolutamente todos la liberación (mukti) del cautiverio de la existencia material, pero Él rara vez otorga el privilegio del amor por Dios, como lo confirma Nārada (muktiṁ dadhāti karhicit sma na bhakti-yogam). Ese trascendental servicio devocional del Señor es tan maravilloso, que la ocupación mantiene al devoto merecedor siempre absorto en actividades psicológicas, sin que se aparte para nada del contacto con lo absoluto. Así pues, el amor por Dios, el cual se desarrolla en el corazón del devoto, es un gran misterio. Anteriormente Brahmājī, le dijo a Nārada que sus deseos (de Brahmājī) nunca dejan de ser complacidos, debido a que él siempre está absorto en el trascendental servicio amoroso del Señor; tampoco tiene él ningún deseo en su corazón, con la sola excepción del servicio trascendental del Señor. Esa es la belleza y el misterio del proceso del bhakti-yoga. Así como el deseo del Señor es infalible debido a que Él es acyuta, así mismo los deseos de los devotos en el trascendental servicio del Señor son también acyuta, infalibles. Sin embargo, esto le resulta muy difícil de entender al hombre común que carece de conocimiento acerca del misterio del servicio devocional, de la misma manera en que resulta muy difícil conocer la potencia de la piedra de toque. Así como una piedra de toque se encuentra rara vez, un devoto puro del Señor también se ve rara vez, incluso entre millones de almas liberadas (koṭiṣv api mahāmune). De entre todas las clases de perfecciones que se logran mediante el proceso del conocimiento, la perfección yoga del servicio devocional es la más elevada de todas y también la más misteriosa, incluso más misteriosa que las ocho clases de perfecciones místicas que se alcanzan mediante el proceso de las ejecuciones yóguicas. Por consiguiente, en el Bhagavad-gītā (18.64) el Señor aconsejó a Arjuna acerca de este bhakti-yoga:

sarva-guhyatamaṁ bhūyaḥ
śṛṇu me paramaṁ vacaḥ

«Tan solo óyeme hablar de nuevo acerca de la parte más confidencial de las instrucciones del Bhagavad-gītā». Lo mismo le fue confirmado a Nārada por Brahmājī en las siguientes palabras:

idaṁ bhāgavataṁ nāma
yan me bhagavatoditam
saṅgraho ’yaṁ vibhūtīnāṁ
tvam etad vipulīkuru

Brahmājī le dijo a Nārada: «Todo lo que te he hablado acerca del Bhāgavatam, me fue explicado por la Suprema Personalidad de Dios, y yo te aconsejo que expandas estos temas esmeradamente, de manera que la gente pueda entender con facilidad el misterioso bhakti-yoga, mediante el trascendental servicio amoroso que se le presta al Señor». Ha de notarse aquí que el misterio del bhakti-yoga le fue revelado a Brahmājī por el propio Señor. Brahmājī le explicó el mismo misterio a Nārada, Nārada se lo explicó a Vyāsa, Vyāsa se lo explicó a Śukadeva Gosvāmī, y ese mismo conocimiento está descendiendo en la inmaculada cadena de sucesión discipular. Si uno es lo suficientemente afortunado como para haber recibido el conocimiento a través de la trascendental sucesión discipular, con toda seguridad tendrá la oportunidad de entender el misterio del Señor y del Śrīmad-Bhāgavatam, la encarnación sonora del Señor.

Texto

etāvad eva jijñāsyaṁ
tattva-jijñāsunātmanaḥ
anvaya-vyatirekābhyāṁ
yat syāt sarvatra sarvadā

Palabra por palabra

etāvat — hasta este punto; eva — ciertamente; jijñāsyam — ha de preguntarse; tattva — la Verdad Absoluta; jijñāsunā — por el estudiante; ātmanaḥ — del Yo; anvaya — directamente; vyatirekābhyām — indirectamente; yat — todo lo que; syāt — lo que sea; sarvatra — en todo espacio y tiempo; sarvadā — en toda circunstancia.

Traducción

Una persona que está buscando a la Suprema Verdad Absoluta, la Personalidad de Dios, debe sin duda buscarla hasta este punto, en toda circunstancia, en todo espacio y tiempo, y tanto directa como indirectamente.

Significado

Descubrir el misterio del bhakti-yoga, tal como se explica en el verso anterior, es la última etapa de todas las preguntas, o el objetivo más elevado de la persona inquisitiva. Todo el mundo está buscando la autorrealización de diferentes maneras —mediante el karma-yoga, mediante el jñāna-yoga, mediante el dhyāna-yoga, mediante el rāja-yoga, mediante el bhakti-yoga, etc. Dedicarse a la autorrealización es la responsabilidad que tiene toda entidad viviente cuya conciencia está desarrollada. Aquel que posee una conciencia desarrollada, ciertamente que hace preguntas acerca del misterio del yo, la situación cósmica y los problemas de la vida, en todas las esferas y campos —social, político, económico, cultural, religioso, moral, etc.—, y en sus diferentes ramas. Mas aquí se explica cuál es la meta de todas esas preguntas.

La filosofía Vedānta-sūtra comienza con estas preguntas acerca de la vida, y el Bhāgavatam responde a dichas preguntas hasta este punto, que es el misterio de todas las preguntas. El Señor Brahmā quería ser educado perfectamente por la Personalidad de Dios, y aquí está la respuesta del Señor, acabada en cuatro versos resumidos que van desde aham eva hasta este verso, etāvad eva. Este es el fin de todos los procesos de autorrealización. Los hombres no saben que la meta última de la vida es Viṣṇu, o la Suprema Personalidad de Dios, porque están confundidos con el reflejo deslumbrante que se encuentra en la oscuridad, y, por ello, todos están entrando en la región más oscura de la existencia material, impulsados por los sentidos descontrolados. Toda la existencia material ha brotado debido a la complacencia de los sentidos, constituida por deseos basados principalmente en el deseo sexual, y el resultado de ello es que, a pesar de todo el avance del conocimiento, la meta final de todas las actividades de las entidades vivientes es la complacencia de los sentidos. Pero he aquí la verdadera meta de la vida, y todo el mundo debe conocerla mediante el proceso de hacerle preguntas a un maestro espiritual genuino que sea experto en la ciencia del bhakti-yoga, o una personalidad viva que lleve la vida Bhāgavatam. Todo el mundo está dedicado a diversas clases de preguntas acerca de las Escrituras, y el Śrīmad-Bhāgavatam les da respuestas a todos los diversos estudiantes de la autorrealización: ese objetivo último de la vida no habrá de ser buscado sin una gran labor o perseverancia. Aquel que está imbuido de esas preguntas sinceras, debe hacerle preguntas al maestro espiritual genuino de la sucesión discipular que proviene de Brahmājī, y esa es la indicación que se da aquí. Debido a que la Suprema Personalidad de Dios reveló el misterio ante Brahmājī, el misterio de todas esas preguntas relacionadas con la autorrealización debe ser planteado ante un maestro espiritual de esa categoría, el cual es el representante directo del Señor, reconocido en esa sucesión discipular. Dicho maestro espiritual genuino es capaz de aclarar todo el asunto mediante pruebas extraídas de las Escrituras reveladas, tanto directas como indirectas. Si bien todo el mundo tiene la libertad de consultar las Escrituras reveladas en relación con esto, aun así se requiere de la guía de un maestro espiritual genuino, y eso es lo que se indica en este verso. El maestro espiritual genuino es el representante más confidente del Señor, y uno debe recibir las indicaciones del maestro espiritual con el mismo espíritu con el que Brahmājī las recibió de la Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa. El maestro espiritual genuino de esa genuina cadena de sucesión discipular, nunca dice ser el propio Dios, si bien dicho maestro espiritual es más grande que el Señor en el sentido de que puede entregar al Señor mediante la experiencia que ha adquirido personalmente. Al Señor no se lo ha de encontrar simplemente mediante la educación o una inteligencia buena y fértil, pero el estudiante sincero puede encontrarlo con toda seguridad, a través del medio transparente que es el maestro espiritual genuino.

Las Escrituras reveladas dan indicaciones que conducen directamente a ese fin, pero debido a que las confundidas entidades vivientes están cegadas por el deslumbrante reflejo que aparece en la oscuridad, son incapaces de encontrar la verdad de las Escrituras reveladas. Por ejemplo, en el Bhagavad-gītā, todas las indicaciones apuntan hacia la Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa, pero por la falta de un maestro espiritual genuino, perteneciente a la línea de Brahmājī o del oyente directo, Arjuna, existen diferentes deformaciones del conocimiento revelado, hechas por muchas personas desautorizadas que únicamente quieren satisfacer sus propios caprichos. Indudablemente, el Bhagavad-gītā se acepta como una de las más brillantes estrellas del horizonte del cielo espiritual; sin embargo, las interpretaciones de este gran libro de conocimiento han sido tan notoriamente desvirtuadas, que cada uno de los estudiantes del Bhagavad-gītā se encuentran aún en la misma oscuridad de los deslumbrantes reflejos materiales. Esos estudiantes difícilmente son iluminados por el Bhagavad-gītā. En el Gītā prácticamente se imparte la misma instrucción que en los cuatro versos principales del Bhāgavatam, pero debido a las erróneas interpretaciones de moda que hacen personas desautorizadas, uno no puede llegar a la conclusión final. En el Bhagavad-gītā (18.61) se dice claramente:

īśvaraḥ sarva-bhūtānāṁ
hṛd-deśe ’rjuna tiṣṭhati
bhrāmayan sarva-bhūtāni
yantrārūḍhāni māyayā

El Señor se encuentra situado (como Paramātmā) en los corazones de todos los seres vivientes, y en el mundo material Él los está controlando a todos ellos por medio de Su energía externa. Por lo tanto, se menciona claramente que el Señor es el controlador supremo, y que las entidades vivientes son controladas por el Señor. En el mismo Bhagavad-gītā (18.65), el Señor indica lo siguiente:

man-manā bhava mad-bhakto
mad-yājī māṁ namaskuru
mām evaiṣyasi satyaṁ te
pratijāne priyo ’si me

Con este verso del Bhagavad-gītā queda claro que la indicación que da el Señor es que uno debe tener la mente centrada en Dios, ser devoto del Señor, ser adorador del Señor, y que debe ofrecerle todas las reverencias al Señor Kṛṣṇa. Por hacer eso, el devoto regresará indudablemente a Dios, de vuelta al hogar.

Indirectamente, se dice que toda la estructura social védica de la sociedad humana está hecha de manera tal, que todo el mundo actúa como parte integral del cuerpo completo del Señor. La clase de hombres inteligentes, o los brāhmaṇas, se encuentra situada en la cara del Señor; la clase de los hombres administradores, los kṣatriyas, se encuentra situada en los brazos del Señor; la clase de hombres productores, los vaiśyas, se encuentra situada en la cintura del Señor; y la clase laboral de los hombres, los śūdras, está situada en las piernas del Señor. Por lo tanto, la estructura social completa constituye el cuerpo del Señor, y todas las partes del cuerpo, a saber, los brāhmaṇas, los kṣatriyas, los vaiśyas y los śūdras, tienen la función de servir conjuntamente al cuerpo entero del Señor; de lo contrario, las partes se vuelven ineptas para coordinarse con la suprema conciencia de la unidad. La conciencia universal se alcanza de hecho mediante el servicio coordinado que todos los interesados realizan para la Suprema Personalidad de Dios, y solo eso puede asegurar la perfección total. De modo que, ni siquiera los grandes científicos, los grandes filósofos, los grandes especuladores mentales, los grandes políticos, los grandes industriales, los grandes reformadores sociales, etc., pueden darle alivio alguno a la inquieta sociedad del mundo material, debido a que no conocen el secreto del éxito tal como se mencionó en este verso del Bhāgavatam, es decir, que uno debe conocer el misterio del bhakti-yoga. En el Bhagavad-gītā (7.15) también se dice:

na māṁ duṣkṛtino mūḍhāḥ
prapadyante narādhamāḥ
māyayāpahṛta-jñānā
āsuraṁ bhāvam āśritāḥ

Debido a que los supuestos grandes líderes de la sociedad humana ignoran este gran conocimiento del bhakti-yoga y, confundidos por la energía externa del Señor, siempre están dedicados a actos innobles de goce de los sentidos, son rebeldes tercos que están en contra de la supremacía de la Suprema Personalidad de Dios, y nunca acceden a rendirse a Él, debido a que son necios, herejes y constituyen el tipo más bajo de seres humanos. Esos incrédulos infieles puede que sean muy educados en el sentido material del término, pero de hecho son los tontos más grandes del mundo, debido a que, por la influencia de la naturaleza material externa, toda su supuesta adquisición de conocimiento ha quedado anulada y sin efecto. Por lo tanto, todo avance del conocimiento que haya ocurrido en el presente contexto de las cosas, está siendo mal empleado por gatos y perros que pelean entre sí en aras de la complacencia de los sentidos, y toda la adquisición de conocimiento en el campo de la ciencia, la filosofía, las bellas artes, el nacionalismo, el desarrollo económico, la religión y las grandes actividades, está siendo malograda por utilizarse como vestimenta de hombres muertos. No existe ninguna utilidad en las vestimentas que se usan para cubrir el ataúd de un cuerpo muerto, más que para recibir el aplauso falso del público ignorante. Luego el Śrīmad-Bhāgavatam dice una y otra vez que, si no se alcanza el nivel del bhakti-yoga, todas las actividades de la sociedad humana han de considerarse solo absolutos fracasos. Se dice:

parābhavas tāvad abodha-jāto
yāvan na jijñāsata ātma-tattvam
yāvat kriyās tāvad idaṁ mano vai
karmātmakaṁ yena śarīra-bandhaḥ

(Bhāg. 5.5.5)

Mientras uno esté ciego para indagar en busca de la autorrealización, todas las actividades materiales, por grandes que sean, son diferentes clases de derrotas, debido a que el objetivo de la vida humana no se ve cumplido con esas actividades infructuosas y poco recomendables. La función del cuerpo humano consiste en lograr la libertad del cautiverio material, pero en tanto uno se encuentre absorto por completo en las actividades materiales, tendrá la mente agobiada en el remolino de la materia, y, así pues, se continuará enjaulado en cuerpos materiales, vida tras vida.

evaṁ manaḥ karma-vaśaṁ prayuṅkte
avidyayātmany upadhīyamāne
prītir na yāvan mayi vāsudeve
na mucyate deha-yogena tāvat

(Bhāg. 5.5.6)

La mente de uno es la que genera diferentes clases de cuerpos para sufrir diferentes clases de angustias materiales. En consecuencia, mientras la mente esté absorta en actividades fruitivas, se entiende que está absorta en la nesciencia, y, así pues, es seguro que uno ha de estar sujeto al cautiverio material en diferentes cuerpos, una y otra vez, hasta que en uno se desarrolle un trascendental amor por Dios, Vāsudeva, la Persona Suprema. Absorberse en el nombre, la calidad, la forma y las actividades trascendentales de la Persona Suprema, Vāsudeva, significa hacer que el temple de la mente cambie de la materia al conocimiento absoluto, lo cual lo conduce a uno al sendero de la iluminación absoluta, y de esa manera lo libera a uno del cautiverio del contacto material y de los enjaulamientos en diferentes cuerpos materiales.

Por lo tanto, Śrīla Jīva Gosvāmī Prabhupāda hace un comentario de las palabras sarvatra sarvadā, en el sentido de que los principios del bhakti-yoga, o el servicio devocional que se le presta al Señor, son apropiados en todas las circunstancias; es decir, el bhakti-yoga se recomienda en todas las Escrituras reveladas, es ejecutado por todas las autoridades, es importante en todos los lugares, es útil en toda causa y efecto, etc. En lo que concierne a todas las Escrituras reveladas, él cita el Skanda Purāṇa de la siguiente manera, en relación con los temas acerca de Brahmā y Nārada:

saṁsāre ’smin mahā-ghore
janma-mṛtyu-samākule
pūjanaṁ vāsudevasya
tārakaṁ vādibhiḥ smṛtam

En el mundo material, que está lleno de oscuridad y peligros, ello debido al nacimiento y la muerte, y que está lleno de diferentes ansiedades, la única manera de salirse del gran enredo consiste en adoptar el amoroso y trascendental servicio devocional del Señor Vāsudeva. Esto lo aceptan todas las clases de filósofos.

Śrīla Jīva Gosvāmī también cita otro pasaje común, el cual se encuentra en tres Purāṇas, es decir, en el Padma Purāṇa, en el Skanda Purāṇa y en el Liṅga Purāṇa, y que reza lo siguiente:

āloḍya sarva-śāstrāni
vicārya ca punaḥ punaḥ
idam ekaṁ suniṣpannaṁ
dhyeyo nārāyaṇaḥ sadā

«En virtud del análisis minucioso de todas las Escrituras reveladas y de juzgarlas una y otra vez, se concluye ahora que el Señor Nārāyaṇa es la Suprema Verdad Absoluta, y, así pues, solo Él ha de ser adorado».

La misma verdad se describe también indirectamente en el Garuḍa Purāṇa, de la siguiente manera:

parāṁ gato ’pi vedānāṁ
sarva-śāstrārtha-vedy api
yo na sarveśvare bhaktas
taṁ vidyāt puruṣādhamam

«Aunque se haya ido al otro lado de todos los Vedas y aunque se esté bien versado en todas las Escrituras reveladas, si uno no es devoto del Señor Supremo se debe considerar que es lo más bajo de la humanidad». En forma similar, esto se declara también indirectamente en el Śrīmad-Bhāgavatam (5.18.12), de la siguiente manera:

yasyāsti bhaktir bhagavaty akiñcanā
sarvair guṇais tatra samāsate surāḥ
harāv abhaktasya kuto mahad-guṇā
mano-rathenāsati dhāvato bahiḥ

Aquel que posee una devoción resuelta por la Suprema Personalidad de Dios, ha de tener todas las buenas cualidades de los semidioses, y, por el contrario, aquel que no es un devoto del Señor, ha de encontrarse revoloteando en la oscuridad de la especulación mental, y, así pues, ha de estar dedicado a lo material y temporal. El Śrīmad-Bhāgavatam (11.11.18) dice:

śabda-brahmaṇi niṣṇāto
na niṣṇāyāt pare yadi
śramas tasya śrama-phalo
hy adhenum iva rakṣataḥ

«Puede que uno esté bien versado en toda la literatura trascendental de los Vedas, pero si no conoce del Supremo, entonces debe concluirse que toda su educación es como la carga de una bestia o como mantener una vaca que no da leche».

De igual manera, todo el mundo está dotado de la libertad de prestarle al Señor un trascendental servicio amoroso, incluso las mujeres, los śūdras, las tribus de los bosques, o cualesquiera otros seres vivientes nacidos en condiciones pecaminosas.

te vai vidanty atitaranti ca deva-māyāṁ
strī-śūdra-hūṇa-śabarā api pāpa-jīvāḥ
yady adbhuta-krama-parāyaṇa-śīlaśikṣās
tiryag-janā api kimu śruta-dhāraṇā ye

(Bhāg. 2.7.46)

Los más bajos de los seres humanos pueden ser elevados a la más elevada etapa de la vida devocional, si son adiestrados por el maestro espiritual genuino que esté bien versado en el trascendental servicio amoroso del Señor. Si los más bajos pueden elevarse de ese modo, entonces ni qué hablar de los más elevados, que están bien versados en el conocimiento védico. La conclusión es que el servicio devocional del Señor está abierto a todos, sin importar quiénes sean. Esa es la confirmación de su aplicabilidad a todas las clases de ejecutores del servicio.

Por lo tanto, el servicio devocional del Señor con conocimiento perfecto a través del adiestramiento de un maestro espiritual genuino, se le recomienda a todo el mundo, incluso si se da el caso de que uno no sea un ser humano. Esto se confirma en el Garuḍa Purāṇa de la siguiente manera:

kīṭa-pakṣi-mṛgāṇāṁ ca
harau sannyasta-cetasām
ūrdhvām eva gatiṁ manye
kiṁ punar jñānināṁ nṛṇām

«Hasta los gusanos, las aves y las bestias tienen asegurada la ascensión a la vida más elevada y perfecta, si están entregados por completo al trascendental servicio amoroso del Señor; entonces, ¿qué diremos de aquellos que son filósofos entre los seres humanos?».

Así que no hay necesidad de buscar candidatos debidamente capacitados para desempeñar el servicio devocional del Señor. No importa que tengan un buen comportamiento o que estén mal preparados, que sean eruditos o que sean unos necios, que estén excesivamente apegados o que se encuentren en la orden de vida de renuncia, que sean almas liberadas o que estén deseosos de lograr la salvación, que sean inexpertos en el desempeño del servicio devocional o expertos en ello, todos pueden ser elevados a la posición suprema, si realizan servicio devocional bajo la guía apropiada. Esto también se confirma en el Bhagavad-gītā (9.30,32), de la siguiente manera:

api cet sudurācāro
bhajate mām ananya-bhāk
sādhur eva sa mantavyaḥ
samyag vyavasito hi saḥ
māṁ hi pārtha vyapāśritya
ye ’pi syuḥ pāpa-yonayaḥ
striyo vaiśyās tathā śūdrās
te ’pi yānti parāṁ gatim

Incluso si una persona es completamente adicta a toda clase de actos pecaminosos, si de algún modo está dedicada al trascendental servicio amoroso del Señor bajo la guía apropiada, se la debe considerar, sin duda alguna, el santo más perfecto de todos. Y así pues, cualquier persona, sea él o ella lo que sea o como sea —incluso la caída mujer, el obrero poco inteligente, el mercader torpe o incluso un hombre más bajo que todos estos—, puede lograr la perfección más elevada de la vida e ir de vuelta al hogar de vuelta a Dios, siempre y cuando él o ella se refugie en los pies de loto del Señor con toda seriedad. Esta sincera seriedad es la única cualidad que puede conducirlo a uno hacia la etapa más elevada y perfecta de la vida, y a menos que —y solo hasta que— se despierte esa verdadera seriedad, existirán diferencias entre limpieza y suciedad, entendimiento e ignorancia, desde el punto de vista material. El fuego siempre es fuego, y, así pues, si alguien toca el fuego, a sabiendas o no, el fuego actuará a su manera sin hacer ninguna discriminación. El principio es: harir harati pāpāṇi duṣṭa-cittari api smṛtaḥ. El Todopoderoso Señor puede purificar de toda reacción pecaminosa al devoto, tal como el sol puede esterilizar toda clase de infecciones mediante sus poderosos rayos. «La atracción hacia el disfrute material no puede actuar sobre un devoto puro del Señor». Existen cientos y miles de aforismos en las Escrituras reveladas. Ātmārāmāś ca munayaḥ: «Incluso las almas autorrealizadas también están atraídas al trascendental servicio amoroso del Señor». Kecit kevalayā bhaktyā vāsudeva-parāyaṇāḥ: «Por el simple hecho de oír y cantar, uno se vuelve un gran devoto del Señor Vāsudeva». Na calati bhagavat-padāravindāl lava-nimiṣārdham api sa vaiṣṇavāgryaḥ: «A la persona que no se aparta de los pies de loto del Señor ni siquiera por un momento ni por un segundo, se la debe considerar el más grande de todos los vaiṣṇavas». Bhagavat-pārṣadatāṁ prāpte matsevayā pratītaṁ te: «Los devotos puros están convencidos de que lograrán tener la compañía de la Personalidad de Dios, y, en consecuencia, siempre están dedicados al trascendental servicio amoroso del Señor». Por lo tanto, en todos los continentes, en todos los planetas, en todos los universos, el servicio devocional del Señor, o el bhakti-yoga, es algo corriente, y esa es la afirmación que presentan el Śrīmad-Bhāgavatam y las Escrituras afines. «En todas partes» significa en cada una de las partes de la creación del Señor. El Señor puede ser servido con todos los sentidos o, incluso, solo con la mente. El brāhmaṇa de la India del Sur que sirvió al Señor solo con la mente, también logró una comprensión perfecta y verdadera del Señor. El devoto que ocupa por completo cualquiera de sus sentidos en la modalidad del servicio devocional, tiene garantizado el éxito. Al Señor se puede servir con cualquier artículo, hasta con la cosa más común de todas —una flor, una hoja, una fruta o un poco de agua, que puede conseguirse en cualquier parte del universo y sin costo alguno—, y, así pues, el Señor es servido en todas partes del universo por las entidades del universo. A Él se lo puede servir con solo oír, con solo cantar o leer acerca de Sus actividades, o con solo adorarlo y aceptarlo.

En el Bhagavad-gītā se declara que uno puede servir al Señor ofreciendo el resultado de su trabajo; no importa lo que uno haga. En general, puede que los hombres digan que todo lo que hacen está inspirado por Dios; pero eso no es todo. Uno debe trabajar verdaderamente en nombre de Dios, como un sirviente de Dios. El Señor dice en el Bhagavad-gītā (9.27):

yat karoṣi yad aśnāsi
yaj juhoṣi dadāsi yat
yat tapasyasi kaunteya
tat kuruṣva mad-arpaṇam

Haz todo lo que te guste o todo lo que te resulte más fácil de hacer, come todo lo que hayas de comer, sacrifica todo lo que puedas sacrificar, da caridad como lo desees y sométete a toda penitencia que quieras, pero todo debes hacerlo solo por Él. Si te dedicas a los negocios o si aceptas algún empleo, hazlo por el Señor. Todo lo que comas puedes ofrecérselo al Señor, y tener la seguridad de que Él te devolverá la comida después de Él Mismo comerla. Él es el todo completo, y, por lo tanto, todo lo que Él come según se lo haya ofrecido el devoto, se acepta en virtud del amor del devoto, pero de nuevo se le devuelve a este en la forma de prasāda, de manera que pueda sentirse feliz al comer. En otras palabras, se un sirviente de Dios y vive apaciblemente en ese estado de conciencia, para finalmente regresar al hogar, de vuelta a Dios.

Se dice en el Skanda Purāṇa:

yasya smṛtyā ca nāmoktyā
tapo-yajña-kriyādiṣu
nūnaṁ sampūrṇatām eti
sadyo vande tam acyutam

«Yo le ofrezco mis reverencias a Él, el infalible, ya que con solo recordarlo o proferir Su santo nombre, uno puede lograr la perfección de todas las penitencias, sacrificios y actividades fruitivas, y ese proceso puede seguirlo todo el universo». Se estipula que (Bhāg. 2.3.10):

akāmaḥ sarva-kāmo vā
mokṣa-kāma udāra-dhīḥ
tīvreṇa bhakti-yogena
yajeta puruṣaṁ param

«Bien sea que una persona esté llena de deseos o que no tenga deseos, puede seguir este sendero del infalible bhakti-yoga, para lograr la completa perfección». Uno no tiene que estar ansioso de apaciguar a todos y cada uno de los semidioses y semidiosas, debido a que la raíz de todos ellos es la Personalidad de Dios. Así como al verter agua en la raíz del árbol uno sirve y da vida a todas las ramas y hojas, así mismo al prestarle servicio al Señor Supremo, uno sirve automáticamente a todo dios y diosa sin un esfuerzo adicional. El Señor es omnipresente, y, por lo tanto, el servicio que se le presta a Él también es omnipresente. Este hecho se corrobora en el Skanda Purāṇa de la siguiente manera:

arcite deva-deveśe
śaṅkha-cakra-gadā-dhare
arcitāḥ sarva-devāḥ syur
yataḥ sarva-gato hariḥ

Cuando se adora al Señor Supremo, la Personalidad de Dios, quien lleva en Sus manos una caracola, un disco, una maza y una flor de loto, sin duda que todos los demás semidioses son adorados de forma automática, debido a que Hari, la Personalidad de Dios, es omnipresente. Así pues, en todos los casos, es decir, nominativo, objetivo, causativo, dativo, ablativo, posesivo y sustentante, todo el mundo se beneficia de ese trascendental servicio amoroso que se le presta al Señor. El hombre que adora al Señor, el propio Señor que es adorado, la causa por la cual se adora al Señor, la fuente de los suministros, el lugar donde se realiza dicha adoración, etc., todo se beneficia con semejante acción.

El proceso de bhakti-yoga puede aplicarse incluso durante la aniquilación del mundo material. Kālena naṣṭā pralaye vāṇīnam: el Señor es adorado durante la devastación, debido a que Él protege los Vedas de ser aniquilados. Él es adorado en cada milenio o yuga. Como se dice en el Śrīmad-Bhāgavatam (12.3.52):

kṛte yad dhyāyato viṣṇuṁ
tretāyāṁ yajato makhaiḥ
dvāpare paricaryāyāṁ
kalau tad dhari-kīrtanāt

En el Viṣṇu Purāṇa está escrito:

sa hānis tan mahac chidraṁ
sa mohaḥ sa ca vibhramaḥ
yan-muhūrtaṁ kṣaṇaṁ vāpi
vāsudevaṁ na cintayet

«Si tan siquiera por un momento se pierde el recuerdo de Vāsudeva, la Suprema Personalidad de Dios, ello constituye la pérdida, la ilusión y la anomalía más grande de todas». El Señor puede ser adorado en todas las etapas de la vida. Por ejemplo, Mahārāja Prahlāda y Mahārāja Parīkṣit adoraron al Señor aun mientras se encontraban en el vientre de sus madres; Dhruva Mahārāja adoró al Señor incluso en su misma infancia, cuando tenía tan solo cinco años de edad; Mahārāja Ambarīṣa adoró al Señor incluso durante su plena juventud; y Mahārāja Dhṛtarāṣṭra adoró al Señor aun en la última etapa de su frustración y de su vejez. Ajāmila adoró al Señor incluso a la hora de la muerte, y Citraketu adoró al Señor incluso en el cielo y el infierno. En el Narasiṁha Purāṇa se dice que cuando los habitantes del infierno comenzaron a cantar el santo nombre del Señor, comenzaron a ser elevados del infierno al cielo. Durvāsā Muni también sostuvo este punto de vista: mucyeta yan-nāmny udite nārako ’pi. «Simplemente por cantar el santo nombre del Señor, los habitantes del infierno quedaron libres de su persecución infernal». Así que la conclusión del Śrīmad-Bhāgavatam, tal como se la da Śukadeva Gosvāmī a Mahārāja Parīkṣit, es:

etan nirvidyamānānām
icchatām akuto-bhayam
yogināṁ nṛpa nirṇītaṁ
harer nāmānukīrtanam

«¡Oh, rey, se ha decidido finalmente que todo el mundo, es decir, aquellos que se encuentran en la orden de vida de renuncia, los místicos y los disfrutadores del trabajo fruitivo, deben cantar el santo nombre del Señor sin temor, para lograr el éxito deseado en sus ocupaciones» (Bhāg. 2.1.11).

De igual manera, tal como se indica indirectamente en diversos lugares de las Escrituras reveladas:

1. Aun a pesar de que se esté bien versado en todos los Vedas y Escrituras, si uno no es devoto del Señor Supremo, la Personalidad de Dios, se considera que es lo más bajo de la humanidad.

2. En el Garuḍa Purāṇa, en el Bṛhan-nāradīya Purāṇa y en el Padma Purāṇa se repite lo mismo: ¿De qué sirve el conocimiento védico y las penitencias a alguien que se encuentra desprovisto del servicio devocional del Señor?

3. Ni siquiera miles de prajāpatis pueden compararse con un devoto del Señor.

4. Śukadeva Gosvāmī dijo (Bhāg. 2.4.17) que ni el asceta, ni aquel que es sumamente munífico, ni aquel que es famoso, ni el gran filósofo, ni el gran ocultista, ni ninguna otra persona, puede alcanzar el resultado deseado, sin estar dedicado al servicio del Señor.

5. Incluso si un lugar es más glorioso que el cielo, si en él no hay glorificación del Señor de Vaikuṇṭha ni de Su devoto puro, debe ser abandonado de inmediato.

6. El devoto puro rehúsa aceptar todos los cinco diferentes tipos de liberación, con objeto de estar dedicado al servicio del Señor.

La conclusión final es, entonces, que las glorias del Señor deben ser proclamadas siempre y en todas partes. Uno debe oír hablar de Sus glorias, uno debe cantar Sus glorias, y uno siempre debe recordar Sus glorias, debido a que ello constituye la etapa más elevada y perfecta de la vida. En lo que se refiere al trabajo fruitivo, el mismo se limita a conseguir un cuerpo disfrutable; en lo que se refiere al yoga, este se limita a la adquisición de poder místico; en lo que se refiere a la filosofía empírica, esta se limita a la obtención de conocimiento trascendental; y en lo que se refiere al conocimiento trascendental, el mismo se limita al logro de la salvación. Incluso si se adoptan esos procesos, hay muchas probabilidades de que haya discrepancias al desempeñar el tipo específico de funciones. Pero la adopción del trascendental servicio devocional del Señor no tiene límites, ni tampoco existe el temor de caerse. El proceso alcanza automáticamente la etapa final por la gracia del Señor. En la etapa preliminar del servicio devocional existe un aparente requisito de conocimiento, pero en una etapa más elevada no hay necesidad de él. De modo que, el mejor sendero del progreso y el único que está garantizado, consiste en dedicarse al bhakti-yoga, el servicio devocional puro.

La crema del Śrīmad-Bhāgavatam, que se encuentra en los cuatro ślokas anteriores, es exprimida algunas veces por el impersonalista en pos de diferentes interpretaciones a su favor, pero debe notarse cuidadosamente que los cuatro ślokas fueron expuestos primero por la propia Personalidad de Dios, y, por ello, el impersonalista no tiene ninguna posibilidad de penetrarlos, debido a que no tiene ningún concepto acerca de la Personalidad de Dios. Por consiguiente, puede que el impersonalista exprima cualesquiera interpretaciones de ellos, pero esas interpretaciones nunca serán aceptadas por aquellos que han sido educados en la sucesión discipular que proviene de Brahmā, según se aclarará en los versos siguientes. Además de eso, el śruti confirma que la Suprema Verdad Absoluta y Personalidad de Dios nunca se le revela a alguien que está falsamente orgulloso de su conocimiento académico. El śruti-mantra dice claramente (Kaṭha Up. 1.2.23):

nāyam ātmā pravacanena labhyo
na medhayā na bahudhā śrutena
yam evaiṣa vṛṇute tena labhyas
tasyaiṣa ātmā vivṛṇute tanuṁ svām

El propio Señor explica todo el asunto, y aquel que no tiene ningún acceso al Señor en Su aspecto personal, difícilmente puede entender el significado del Śrīmad-Bhāgavatam sin ser educado por los bhāgavatas de la sucesión discipular.

Texto

etan mataṁ samātiṣṭha
parameṇa samādhinā
bhavān kalpa-vikalpeṣu
na vimuhyati karhicit

Palabra por palabra

etat — esta; matam — la conclusión; samātiṣṭha — permanece fijo; parameṇa — por la suprema; samādhinā — concentración de la mente; bhavān — tú; kalpa — devastación intermedia; vikalpeṣu — en la devastación final; na vimuhyati — habrá nunca de confundir; karhicit — cualquier cosa que sea como la satisfacción propia.

Traducción

¡Oh, Brahmā!, tan solo sigue esta conclusión mediante la concentración fija de la mente, y ningún orgullo habrá de perturbarte, ni en la devastación parcial ni en la final.

Significado

Así como en el Bhagavad-gītā, capítulo diez, la Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa, ha resumido el texto completo en cuatro versos, es decir, ahaṁ sarvasya prabhavaḥ, etc., así mismo todo el Śrīmad-Bhāgavatam se ha resumido también en cuatro versos, en la forma de aham evāsam evāgre, etc. Así pues, el propósito secreto de la más importante conclusión bhagavatita ha sido explicado por el orador original del Śrīmad-Bhāgavatam, quien fue también el orador original del Bhagavad-gītā, la Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa. Existen muchos gramáticos y camorristas materiales no devotos que han tratado de presentar falsas interpretaciones de estos cuatro versos del Śrīmad-Bhāgavatam, pero el propio Señor le aconsejó a Brahmājī que no se apartara de la conclusión fija que el Señor le había enseñado. El Señor fue el instructor del núcleo del Śrīmad-Bhāgavatam en cuatro versos, y Brahmā fue el receptor del conocimiento. La mala interpretación de la palabra aham, realizada por el malabarismo verbal del impersonalista, no debe perturbar la mente de los seguidores estrictos del Śrīmad-Bhāgavatam. El Śrīmad-Bhāgavatam es el texto de la Personalidad de Dios y Sus devotos puros, a quienes se los conoce también como los bhāgavatas, y ningún extraño puede tener acceso a esta literatura confidencial del servicio devocional. Pero, desafortunadamente, el impersonalista, quien no tiene relación alguna con la Suprema Personalidad de Dios, en ocasiones trata de interpretar el Śrīmad-Bhāgavatam mediante su escaso conocimiento de gramática y su árida especulación. Por lo tanto, el Señor le advierte a Brahmā (y, a través de Brahmā, a todos los futuros devotos del Señor pertenecientes a la sucesión discipular de Brahmā) que uno nunca debe dejarse engañar por la conclusión de los supuestos gramáticos ni por otros hombres que poseen escaso acopio de conocimiento, sino que más bien siempre debe fijar la mente en forma adecuada a través del sistema paramparā. Nadie debe tratar de dar una nueva interpretación a fuerza de conocimiento mundano. Y, por lo tanto, el primer paso en la prosecución del sistema de conocimiento recibido por Brahmā, consiste en acercarse a un guru genuino que sea el representante del Señor en términos del sistema paramparā. Nadie debe tratar de extraer su propio significado mediante el imperfecto conocimiento mundano. El guru, o el maestro espiritual genuino, es competente para enseñarle al discípulo y llevarlo por el sendero correcto, haciendo referencia al contexto de toda la literatura védica auténtica. Él no intenta hacer malabarismos de palabras para confundir al alumno. El maestro espiritual genuino, mediante sus actividades personales, le enseña al discípulo los principios del servicio devocional. Si uno no realizara servicio personal, continuaría especulando vida tras vida, como los impersonalistas y los especuladores áridos, y sería incapaz de llegar a la conclusión final. Por seguir las instrucciones del maestro espiritual genuino conjuntamente con los principios de las Escrituras reveladas, el estudiante se elevará al plano de pleno conocimiento, lo cual quedará demostrado por el desarrollo de desapego del mundo de la complacencia de los sentidos. Los camorristas mundanos se sorprenden de que uno pueda desapegarse del mundo de la complacencia de los sentidos, y, así pues, cualquier intento de estar fijo en la comprensión de Dios les parece misticismo. Ese desapego del mundo de los sentidos se denomina la etapa brahma-bhūta de la iluminación, la etapa preliminar de la trascendental vida devocional (parā bhakti). La etapa brahma-bhūta de la vida es conocida también como la etapa ātmārāma, en la cual uno se encuentra plenamente autosatisfecho y no anhela el mundo de la complacencia de los sentidos. Esa etapa de satisfacción plena es la situación apropiada para llegar a comprender el conocimiento trascendental de la Personalidad de Dios. El Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.20) afirma esto:

evaṁ prasanna-manaso
bhagavad-bhakti-yogataḥ
bhagavat-tattva-vijñānaṁ
mukta-saṅgasya jāyate

Así pues, al uno encontrarse en la etapa de la vida de completa satisfacción, lo cual se manifiesta por el completo desapego del mundo del disfrute de los sentidos como resultado de la ejecución del servicio devocional, uno puede entender la ciencia de Dios, encontrándose en la etapa liberada.

En esa etapa de plena satisfacción y desapego del mundo de los sentidos, uno puede conocer el misterio de la ciencia de Dios con todas sus complejidades confidenciales, y no mediante la gramática o la especulación académica. Debido a que Brahmā se capacitó para dicha recepción, el Señor sintió el agrado de revelar el propósito del Śrīmad-Bhāgavatam. Esa instrucción directa del Señor la puede recibir cualquier devoto que se encuentre desapegado del mundo de la complacencia de los sentidos, tal como se declara en el Bhagavad-gītā (10.10):

teṣāṁ satata-yuktānāṁ
bhajatāṁ prīti-pūrvakam
dadāmi buddhi-yogaṁ taṁ
yena mām upayānti te

A los devotos que están dedicados constantemente al trascendental servicio amoroso del Señor (prīti-pūrvakam), el Señor, debido a Su misericordia sin causa para con el devoto, les da instrucciones directas, de manera que el devoto pueda progresar de un modo preciso en el sendero que va de vuelta al hogar, de vuelta a Dios. Por lo tanto, uno no debe de tratar de entender estos cuatro versos del Śrīmad-Bhāgavatam mediante la especulación mental. Más bien, por el hecho de percibir directamente a la Suprema Personalidad de Dios, uno puede conocer todo lo referente a Su morada, Vaikuṇṭha, tal como la vio y experimentó Brahmājī. Esa comprensión de Vaikuṇṭha es posible que la logre cualquier devoto del Señor que se encuentre situado en la posición trascendental como resultado del servicio devocional.

En el Gopāla-tapanī Upaniṣad (śruti), se dice gopa-veśo me puruṣaḥ purastād āvirbabhūva, el Señor apareció ante Brahmā como un pastorcillo de vacas, es decir, como la Personalidad de Dios original, el Señor Śrī Kṛṣṇa, Govinda, a quien Brahmājī describe luego, en su Brahma-saṁhitā (5.29), de la siguiente manera:

cintāmaṇi-prakara-sadmasu kalpavṛkṣa-
lakṣāvṛteṣu surabhīr abhipālayantam
lakṣmī-sahasra-śata-sambhrama-sevyamānaṁ
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

Brahmājī desea adorar a la Personalidad de Dios original, el Señor Śrī Kṛṣṇa, quien reside en el planeta Vaikuṇṭha más elevado, conocido como Goloka Vṛndāvana, donde Él tiene el hábito de cuidar vacas surabhi como pastorcillo de vacas, y donde a Él lo sirven con amor y respeto cientos y miles de diosas de la fortuna (las gopīs).

De manera que, el Señor Śrī Kṛṣṇa es la forma original del Señor Supremo (kṛṣṇas tu bhagavān svayam). Esta instrucción también deja eso en claro. La Suprema Personalidad de Dios es el Señor Kṛṣṇa, y no directamente Nārāyaṇa o los puruṣa-avatāras, que son manifestaciones subsecuentes. Por lo tanto, el Śrīmad-Bhāgavatam significa conciencia de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa, y el Śrīmad-Bhāgavatam es la representación sonora del Señor, al igual que el Bhagavad-gītā. Así pues, se concluye que el Śrīmad-Bhāgavatam es la ciencia del Señor en la que el Señor y Su morada se llegan a conocer perfectamente.

Texto

śrī-śuka uvāca
sampradiśyaivam ajano
janānāṁ parameṣṭhinam
paśyatas tasya tad rūpam
ātmano nyaruṇad dhariḥ

Palabra por palabra

śrī-śukaḥ uvāca — Śrīla Śukadeva Gosvāmī dijo; sampradiśya — instruyendo plenamente a Brahmājī; evam — así pues; ajanaḥ — el Señor Supremo; janānām — de las entidades vivientes; parameṣṭhinam — al líder supremo, Brahmā; paśyataḥ — mientras él veía; tasya — Su; tat rūpam — esa forma trascendental; ātmanaḥ — del Absoluto; nyaruṇat — desapareció; hariḥ — el Señor, la Personalidad de Dios.

Traducción

Śukadeva Gosvāmī le dijo a Mahārāja Parīkṣit: La Suprema Personalidad de Dios, Hari, desapareció, después de ser visto en Su forma trascendental instruyendo a Brahmājī, el líder de las entidades vivientes.

Significado

En este verso se menciona claramente que el Señor es ajanaḥ, o la Persona Suprema, y que Él estaba exhibiendo Su forma trascendental (ātmano rūpam) a Brahmājī mientras le impartía el resumen del Śrīmad-Bhāgavatam en cuatro versos. Él es ajanaḥ, o la Persona Suprema, entre los janānām, o entre todas las personas. Todas las entidades vivientes son personas individuales, y entre todas esas personas, el Señor Hari es supremo, tal como se confirma en el śruti mantra: nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām. Así que, en el mundo trascendental no hay cabida para cualidades impersonales, como en el mundo material. Dondequiera que hay cetana, o conocimiento, entra el aspecto personal. En el mundo espiritual, todo está lleno de conocimiento, y, por ende, todo lo que hay en el mundo trascendental, la tierra, el agua, el árbol, la montaña, el río, el hombre, el animal, el pájaro —todo— es de la misma calidad, es decir, cetana, y, en consecuencia, todo lo que hay allí es individual y personal. El Śrīmad-Bhāgavatam, en su carácter de Escritura védica suprema, nos da esta información, y la obra le fue expuesta personalmente a Brahmājī por la Suprema Personalidad de Dios, de manera que el líder de las entidades vivientes pudiera difundir el mensaje entre todos los seres del universo, con el fin de enseñar el conocimiento supremo que es el bhakti-yoga. Brahmājī a su vez le impartió el mismo mensaje del Śrīmad-Bhāgavatam a Nārada, su querido hijo, y Nārada a su vez le enseñó lo mismo a Vyāsadeva, quien además se lo enseñó a Śukadeva Gosvāmī. Por la gracia de Śukadeva Gosvāmī y por la misericordia de Mahārāja Parīkṣit, a todos nosotros se nos ha dado el Śrīmad-Bhāgavatam perpetuamente, para aprender la ciencia de la Absoluta Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa.

Texto

antarhitendriyārthāya
haraye vihitāñjaliḥ
sarva-bhūtamayo viśvaṁ
sasarjedaṁ sa pūrvavat

Palabra por palabra

antarhita — ante la desaparición; indriya-arthāya — a la Personalidad de Dios, el objetivo de todos los sentidos; haraye — al Señor; vihita-añjaliḥ — con las manos juntas; sarva-bhūta — todas las entidades vivientes; mayaḥ — lleno de; viśvam — el universo; sasarja — creó; idam — esto; saḥ — él (Brahmā); pūrva-vat — exactamente como antes.

Traducción

Ante la desaparición de la Suprema Personalidad de Dios, Hari, quien, para los sentidos de los devotos, es el objeto del disfrute trascendental, Brahmā, con las manos juntas, comenzó a crear de nuevo el universo, lleno de entidades vivientes, tal como se encontraba antes.

Significado

La Suprema Personalidad de Dios, Hari, es el objeto con el que se complacen los sentidos de todas las entidades vivientes. Las entidades vivientes, engañadas por el reflejo deslumbrante de la energía externa, adoran los sentidos en vez de ocuparlos debidamente en la complacencia de los deseos del Supremo.

En el Hari-bhakti-sudhodaya (13.2) se encuentra el siguiente verso:

akṣṇoḥ phalaṁ tvādṛśa-darśanaṁ hi
tanoḥ phalaṁ tvādṛśa-gātra-saṅgaḥ
jihvā-phalaṁ tvādṛśa-kīrtanaṁ hi
sudurlabhā bhāgavatā hi loke

«¡Oh, devoto del Señor!, el propósito del sentido de la vista se cumple con solo verte, y tocarte el cuerpo constituye la satisfacción del tacto corporal. La lengua es para glorificar tus cualidades, debido a que en este mundo un devoto puro del Señor es muy difícil de encontrar».

Originally the senses of the living entity were awarded for this purpose, namely to engage them in the transcendental loving service of the Lord or that of His devotees, but the conditioned souls, illusioned by the material energy, became captivated by sense enjoyment. Therefore the whole process of God consciousness is meant to rectify the conditional activities of the senses and to reengage them in the direct service of the Lord. Lord Brahmā thus engaged his senses in the Lord by re-creating the conditioned living entities to act in the re-created universe. This material universe is thus created and annihilated by the will of the Lord. It is created to give the conditioned soul a chance to act to return home, back to Godhead, and servants like Brahmājī, Nāradajī, Vyāsajī and their company become busy with the same purpose of the Lord: to reclaim the conditioned souls from the field of sense gratification and return them to the normal stage of engaging the senses in service of the Lord. Instead of doing so, i.e., converting the actions of the senses, the impersonalists began to make the conditioned souls sense-less, and the Lord also sense-less. That is improper treatment for the conditioned souls. The diseased condition of the senses may be treated by curing the defect, but not uprooting the senses altogether. When there is some disease in the eyes, the eyes may be cured to see properly. Plucking out the eyes is no treatment. Similarly, the whole material disease is based on the process of sense gratification, and liberation from the diseased condition is reengagement of the senses to see the beauty of the Lord, hear His glories, and act on His account. Thus Brahmājī created the universal activities again.

Texto

prajāpatir dharma-patir
ekadā niyamān yamān
bhadraṁ prajānām anvicchann
ātiṣṭhat svārtha-kāmyayā

Palabra por palabra

prajā-patiḥ — el antepasado de todas las entidades vivientes; dharma-patiḥ — el padre de la vida religiosa; ekadā — una vez; niyamān — reglas y regulaciones; yamān — principios de control; bhadram — bienestar; prajānām — de los seres vivientes; anvicchan — deseando; ātiṣṭhat — situó; sva-artha — propio interés; kāmyayā — deseando así.

Traducción

Así pues, una vez, el antepasado de las entidades vivientes, y padre de la religiosidad, el Señor Brahmā, se situó en el desempeño de actos regidos por principios regulativos, deseando el bien del yo por el bienestar de todas las entidades vivientes.

Significado

Uno no puede situarse en una posición excelsa sin haber emprendido una vida regida por reglas y regulaciones. Una vida de goce de los sentidos sin restricciones es una vida animal, y el Señor Brahmā, con el fin de enseñarles a todos los interesados que se encontraran en la jurisdicción de sus generaciones, enseñó los mismos principios de control de los sentidos para la ejecución de deberes superiores. Él deseaba el bienestar de todos como sirvientes de Dios, y todo aquel que desea el bienestar de los miembros de su familia y de sus generaciones, debe llevar una vida moral y religiosa. La vida de principios morales más elevada que existe es aquella en la que uno se vuelve devoto del Señor, debido a que un devoto puro del Señor posee todas las buenas cualidades del Señor. En cambio, aquel que no es devoto del Señor, por capacitado que sea en el sentido mundano del término, no puede estar capacitado con ninguna cualidad merecedora de ese título. Los devotos puros del Señor, tales como Brahmā y las personas de la cadena de sucesión discipular, no hacen nada para instruir a sus subordinados sin actuar ellos mismos de acuerdo con ello.

Texto

taṁ nāradaḥ priyatamo
rikthādānām anuvrataḥ
śuśrūṣamāṇaḥ śīlena
praśrayeṇa damena ca

Palabra por palabra

tam — a él; nāradaḥ — el gran sabio Nārada; priyatamaḥ — muy querido; riktha-ādānām — de los hijos del heredero; anuvrataḥ — muy obediente; śuśrūṣamāṇaḥ — siempre dispuesto a servir; śīlena — con buen comportamiento; praśrayeṇa — con mansedumbre; damena — con control de los sentidos; ca — también.

Traducción

Nārada, el más querido de los hijos herederos de Brahmā, siempre dispuesto a servir a su padre, sigue estrictamente las instrucciones de él, mediante su comportamiento educado, su mansedumbre y su control de los sentidos.

Texto

māyāṁ vividiṣan viṣṇor
māyeśasya mahā-muniḥ
mahā-bhāgavato rājan
pitaraṁ paryatoṣayat

Palabra por palabra

māyām — energías; vividiṣan — deseando conocer; viṣṇoḥ — de la Personalidad de Dios; māyā-īśasya — el amo de todas las energías; mahā-muniḥ — el gran sabio; mahā-bhāgavataḥ — el devoto de primera clase del Señor; rājan — ¡oh, rey!; pitaram — a su padre; paryatoṣayat — complació mucho.

Traducción

Nārada complació mucho a su padre, y deseó conocer todo lo referente a las energías de Viṣṇu, el amo de todas las energías, pues, ¡oh, rey!, Nārada era el más grande de todos los sabios y el más grande de todos los devotos.

Significado

El Señor Brahmā, siendo el creador de todos los seres vivientes del universo, es originalmente el padre de diversos hijos bien conocidos, tales como Dakṣa, los catuḥ-sanas y Nārada. En tres departamentos del conocimiento humano diseminado por los Vedas, es decir, el del trabajo fruitivo (karma-kāṇḍa), el del conocimiento trascendental (jñāna-kāṇḍa) y el del servicio devocional (upāsanā-kāṇḍa), Devarṣi Nārada heredó de su padre Brahmā el servicio devocional, mientras que Dakṣa heredó de su padre el trabajo fruitivo, y Sanaka, Sanātana, etc., heredaron de su padre información acerca del jñāna-kāṇḍa, o el conocimiento trascendental. Pero de entre todos ellos, a Nārada se lo describe aquí como el hijo más querido de Brahmā, debido a su buen comportamiento, obediencia, mansedumbre y disposición favorable para prestarle servicio al padre. Y Nārada es famoso como el más grande de todos los sabios, debido a que él es el más grande de todos los devotos. Nārada es el maestro espiritual de muchos devotos famosos del Señor. Él es el maestro espiritual de Prahlāda, Dhruva y Vyāsa, descendiendo hasta Kirāta, el cazador de los animales del bosque. Su única ocupación consiste en hacer que todos se dediquen al trascendental servicio amoroso del Señor. Por lo tanto, todos estos rasgos de Nārada lo vuelven el hijo más querido de su padre, y todo ello se debe a que Nārada es un devoto del Señor de primera clase. Los devotos siempre están ansiosos de conocer cada vez más acerca del Señor Supremo, el amo de todas las energías. Como se confirma en el Bhagavad-gītā (10.9):

mac-cittā mad-gata-prāṇā
bodhayantaḥ parasparam
kathayantaś ca māṁ nityaṁ
tuṣyanti ca ramanti ca

El Señor Supremo es ilimitado, y Sus energías son también ilimitadas. Nadie puede conocerlas por completo. Brahmājī, siendo la entidad viviente más grande de este universo y habiendo sido directamente instruido por el Señor, debe de saber más que cualquier otra persona de este universo, si bien ese conocimiento puede que no sea completo. Así pues, es deber de todo el mundo hacerle preguntas acerca del ilimitado Señor al maestro espiritual proveniente de la sucesión discipular de Brahmā, la cual desciende de Nārada a Vyāsa, de Vyāsa a Śukadeva, y así sucesivamente.

Texto

tuṣṭaṁ niśāmya pitaraṁ
lokānāṁ prapitāmaham
devarṣiḥ paripapraccha
bhavān yan mānupṛcchati

Palabra por palabra

tuṣṭam — satisfecho; niśāmya — después de ver; pitaram — el padre; lokānām — del universo entero; prapitāmaham — el bisabuelo; devarṣiḥ — el gran sabio Nārada; paripapraccha — preguntó; bhavān — tú; yat — tal como es; — de mí; anupṛcchati — indagando.

Traducción

El gran sabio Nārada le hizo además preguntas detalladas a su padre, Brahmā, el bisabuelo de todo el universo, después de verlo bien satisfecho.

Significado

El proceso a seguir para entender el conocimiento espiritual o trascendental de labios de la persona iluminada, no es precisamente como hacerle una pregunta ordinaria al maestro de escuela. Los maestros de escuela de los días modernos son agentes a los que se les paga para que den cierta información; pero el maestro espiritual no es un agente a sueldo. Ni tampoco puede él impartir instrucción sin estar autorizado. En el Bhagavad-gītā (4.34), el proceso a seguir para comprender el conocimiento trascendental se describe de la siguiente manera:

tad viddhi praṇipātena
paripraśnena sevayā
upadekṣyanti te jñānaṁ
jñāninas tattva-darśinaḥ

A Arjuna se le aconsejó que recibiera el conocimiento trascendental de labios de la persona iluminada, mediante la entrega, las preguntas y el servicio. Recibir conocimiento trascendental no es como cambiar dinero; dicho conocimiento tiene que adquirirse mediante el servicio al maestro espiritual. Así como Brahmājī recibió el conocimiento directamente del Señor por haberlo complacido por completo, en forma similar uno tiene que recibir el conocimiento trascendental del maestro espiritual mediante la satisfacción de este. La satisfacción del maestro espiritual es el medio por el cual se asimila el conocimiento trascendental. Uno no puede entender el conocimiento trascendental con solo volverse un gramático. Los Vedas declaran que (Śvetāśvatara Upaniṣad 6.23):

yasya deve parā bhaktir
yathā deve tathā gurau
tasyaite kathitā hy arthāḥ
prakāśante mahātmanaḥ

«El conocimiento trascendental se le revela automáticamente solo a aquel que posee una devoción resuelta por el Señor y por el maestro espiritual». Esa relación entre el discípulo y el maestro espiritual es eterna. Aquel que es ahora el discípulo, es el siguiente maestro espiritual. Y uno no puede ser un maestro espiritual genuino y autorizado, a menos que le haya sido estrictamente obediente a su maestro espiritual. Brahmājī, como discípulo del Señor Supremo, recibió el verdadero conocimiento y se lo impartió a su querido discípulo Nārada, y, en forma similar, Nārada, como maestro espiritual, le entregó este conocimiento a Vyāsa, y así sucesivamente. Por lo tanto, los supuestos maestros espirituales y discípulos formales no son facsímiles de Brahmā y Nārada o de Nārada y Vyāsa. La relación entre Brahmā y Nārada es una realidad, mientras que la supuesta formalidad constituye la relación entre el engañador y el engañado. Aquí se menciona claramente que Nārada no solo tiene un buen comportamiento y es manso y obediente, sino que también es autocontrolado. Aquel que no es autocontrolado, específicamente en lo que respecta a la vida sexual, no puede volverse ni discípulo ni maestro espiritual. Uno debe tener un adiestramiento disciplinario para controlar el habla, la ira, la lengua, la mente, el estómago y el órgano genital. Aquel que ha controlado esos sentidos en particular, recibe el nombre de gosvāmī. Si uno no se vuelve un gosvāmī, no puede volverse ni discípulo ni maestro espiritual. El supuesto maestro espiritual que carece de control de los sentidos es ciertamente un engañador, y el discípulo de ese supuesto maestro espiritual es el engañado.

Uno no debe pensar en Brahmājī como en un bisabuelo muerto, tal como los que conocemos en este planeta. Él es el bisabuelo más viejo de todos, y aún vive, y Nārada también vive. La edad de los habitantes del planeta Brahmaloka se menciona en el Bhagavad-gītā. Los habitantes de este pequeño planeta Tierra difícilmente pueden calcular tan siquiera la duración de un día de Brahmā.

Texto

tasmā idaṁ bhāgavataṁ
purāṇaṁ daśa-lakṣaṇam
proktaṁ bhagavatā prāha
prītaḥ putrāya bhūta-kṛt

Palabra por palabra

tasmai — luego; idam — este; bhāgavatam — las glorias del Señor, o la ciencia del Señor; purāṇam — suplemento védico; daśa-lakṣaṇam — diez características; proktam — descrito; bhagavatā — por la Personalidad de Dios; prāha — dijo; prītaḥ — con satisfacción; putrāya — al hijo; bhūta-kṛt — el creador del universo.

Traducción

Luego, el padre [Brahmā], hablando con satisfacción, le expuso a su hijo Nārada la Escritura védica suplementaria, el Śrīmad-Bhāgavatam, que fue narrada por la Personalidad de Dios, y que contiene diez características.

Significado

Si bien el Śrīmad-Bhāgavatam se expuso en cuatro versos, tenía diez características, que habrán de ser explicadas en el siguiente capítulo. En los cuatro versos, primero se dice que el Señor existía antes de la creación, y, así pues, el comienzo del Śrīmad-Bhāgavatam encierra el aforismo del Vedānta: janmādy asya. Janmādy asya es el comienzo, mas, aun así, los cuatro versos en los que se dice que el Señor es la raíz de todo lo que existe, comenzando por la creación y ascendiendo hasta la morada suprema del Señor, explican de un modo natural las diez características. Uno no debe entender erróneamente, por interpretaciones equivocadas, que el Señor habló solo cuatro versos, y que, por lo tanto, todos los 17 994 versos restantes son inútiles. Las diez características, tal como se explicará en el siguiente capítulo, requieren de muchísimos versos tan solo para explicarlas bien. Brahmājī también le había aconsejado a Nārada anteriormente que expandiera la idea que le había oído exponer. Śrī Caitanya Mahāprabhu le instruyó esto a Śrīla Rūpa Gosvāmī en forma resumida, pero el discípulo Rūpa Gosvāmī lo expandió muy esmeradamente, y el mismo tema fue expandido más por Jīva Gosvāmī, y aún más por Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura. Nosotros tan solo estamos tratando de seguir los pasos de todas esas autoridades. Así que el Śrīmad-Bhāgavatam no es como la ficción ordinaria o la literatura mundana. El Śrīmad-Bhāgavatam posee una fuerza ilimitada, y por mucho que uno lo expanda de acuerdo con su propia habilidad, la obra aún no se termina con esa expansión. Como el Śrīmad-Bhāgavatam es la representación sonora del Señor, se explica simultánea e igualmente en cuatro versos y en cuatro mil millones de versos, pues el Señor es más pequeño que el átomo y más grande que el ilimitado cielo. Tal es la potencia del Śrīmad-Bhāgavatam.

Texto

nāradaḥ prāha munaye
sarasvatyās taṭe nṛpa
dhyāyate brahma paramaṁ
vyāsāyāmita-tejase

Palabra por palabra

nāradaḥ — el gran sabio Nārada; prāha — instruyó; munaye — al gran sabio; sarasvatyāḥ — del río Sarasvatī; taṭe — en la ribera; nṛpa — ¡oh, rey!; dhyāyate — al meditativo; brahma — Verdad Absoluta; paramam — el Supremo; vyāsāya — a Śrīla Vyāsadeva; amita — ilimitado; tejase — al poderoso.

Traducción

¡Oh, rey!, el gran sabio Nārada le instruyó el Śrīmad-Bhāgavatam en sucesión al ilimitadamente poderoso Vyāsadeva, quien desde el estado del servicio devocional, meditó en la Suprema Personalidad de Dios, la Verdad Absoluta, en la ribera del río Sarasvatī.

Significado

En el quinto capítulo del Primer Canto del Śrīmad-Bhāgavatam, Nārada instruyó al gran sabio Vyāsadeva de la siguiente manera:

atho mahā-bhāga bhavān amogha-dṛk
śuci-śravāḥ satya-rato dhṛta-vrataḥ
urukramasyākhila-bandha-muktaye
samādhinānusmara tad viceṣṭitam

«¡Oh, filósofo pío y muy afortunado!, tu nombre y tu fama son universales, y tú estás fijo en la Verdad Absoluta con un carácter inmaculado y una visión infalible. Yo te pido que medites en las actividades de la Personalidad de Dios, las cuales no tienen paralelo».

Así que en la sucesión discipular de la Brahma-sampradāya no se descuida la práctica de la meditación yoga. Pero debido a que los devotos son bhakti-yogīs, ellos no se toman la molestia de meditar en el Brahman impersonal; como se indica aquí, ellos meditan en brahma paramam, o el Brahman Supremo. La comprensión Brahman comienza con la refulgencia impersonal, pero mediante el progreso adicional de dicha meditación tiene lugar la manifestación del Alma Suprema, la comprensión Paramātmā. Y al progresar más, se establece la comprensión de la Suprema Personalidad de Dios. Śrī Nārada Muni‚ como maestro espiritual de Vyāsadeva, conocía muy bien la posición de este, y, en consecuencia, certificó las cualidades de Śrīla Vyāsadeva diciendo que estaba fijo en la Verdad Absoluta con gran voto, etc. Nārada aconsejó la meditación en las actividades trascendentales del Señor. El Brahman impersonal no tiene actividades, pero la Personalidad de Dios tiene muchas actividades, y todas ellas son trascendentales, sin vestigio alguno de cualidades materiales. Si las actividades del Brahman Supremo fueran actividades materiales, entonces Nārada no le hubiera aconsejado a Vyāsadeva que meditara en ellas. Y el param brahma es el Señor Śrī Kṛṣṇa, tal como se confirma en el Bhagavad-gītā. En el capítulo diez del Bhagavad-gītā, cuando Arjuna entendió la verdadera posición del Señor Kṛṣṇa, se dirigió a Él con las siguientes palabras:

paraṁ brahma paraṁ dhāma
pavitraṁ paramaṁ bhavān
puruṣaṁ śāśvataṁ divyam
ādi-devam ajaṁ vibhum
āhus tvām ṛṣayaḥ sarve
devarṣir nāradas tathā
asito devalo vyāsaḥ
svayaṁ caiva bravīṣi me

Arjuna resumió el propósito del Bhagavad-gītā mediante su perfecta comprensión del Señor Kṛṣṇa, y, así pues, dijo: «Mi querida Personalidad de Dios, Tú eres la Suprema Verdad Absoluta, la Persona Original que pose la forma eterna de bienaventuranza y conocimiento, y esto lo confirma Nārada, Asita, Devala y Vyāsadeva; y, por encima de todo, Tu misma persona también lo ha confirmado» (Bg. 10.12-13).

Cuando Vyāsadeva fijó la mente a través de la meditación, lo hizo mediante el trance del bhakti-yoga, y de hecho vio a la Persona Suprema en contraposición con māyā, la energía ilusoria. Como discutimos anteriormente, la māyā, o ilusión, del Señor, es también una representación, debido a que māyā no existe sin el Señor. La oscuridad no es independiente de la luz. Sin luz, nadie puede conocer la contraposición de la oscuridad. Sin embargo, esta māyā, o ilusión, no puede dominar a la Suprema Personalidad de Dios, sino que permanece aparte de Él (apāśrayam).

Por consiguiente, la perfección de la meditación consiste en percibir y entender a la Personalidad de Dios junto con Sus actividades trascendentales. La meditación en el Brahman impersonal es un asunto dificultoso para el que medita, tal como se confirma en el Bhagavad-gītā (12.5): kleśo ’dhikataras teṣām avyaktāsakta-cetasām.

Texto

yad utāhaṁ tvayā pṛṣṭo
vairājāt puruṣād idam
yathāsīt tad upākhyāste
praśnān anyāṁś ca kṛtsnaśaḥ

Palabra por palabra

yat — lo que; uta — es, sin embargo; aham — yo; tvayā — por ti; pṛṣṭaḥ — se me pregunta; vairājāt — de la forma universal; puruṣāt — de la Personalidad de Dios; idam — este mundo; yathā — tal como; āsīt — era; tat — eso; upākhyāste — he de explicar; praśnān — todas las preguntas; anyān — otras; ca — así como también; kṛtsnaśaḥ — con mucho detalle.

Traducción

¡Oh, rey!, tus preguntas acerca de cómo el universo se manifestó de entre la gigantesca forma de la Personalidad de Dios, así como las otras preguntas, he de responderlas en detalle mediante la explicación de los cuatro versos que ya se mencionaron.

Significado

Como se afirma al comienzo del Śrīmad-Bhāgavatam, esta gran Escritura trascendental es el fruto maduro del árbol del conocimiento védico, y, por lo tanto, todas las preguntas humanamente posibles respecto a los asuntos del universo, comenzando con la creación del mismo, están respondidas todas en el Śrīmad-Bhāgavatam. Las respuestas dependen solo de la capacidad de la persona que las explica. Las diez divisiones del Śrīmad-Bhāgavatam, tal como las explica el gran orador Śrīla Śukadeva Gosvāmī, constituyen el límite de todas las preguntas, y, mediante la utilización correcta, las personas inteligentes obtendrán de ellas todos los beneficios intelectuales.

Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo noveno del Canto Segundo del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado: «Respuestas citando la versión del Señor».