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Capítulo 4

El proceso de la creación

Texto

sūta uvāca
vaiyāsaker iti vacas
tattva-niścayam ātmanaḥ
upadhārya matiṁ kṛṣṇe
auttareyaḥ satīṁ vyadhāt

Palabra por palabra

sūtaḥ uvāca — Sūta Gosvāmī dijo; vaiyāsakeḥ — de Śukadeva Gosvāmī; iti — así; vacaḥ — discursos; tattva-niścayam — aquello que verifica la verdad; ātmanaḥ — en el ser; upadhārya — justo al haber comprendido; matim — concentración de la mente; kṛṣṇe — al Señor Kṛṣṇa; auttareyaḥ — el hijo de Uttarā; satīm — casto; vyadhāt — aplicó.

Traducción

Sūta Gosvāmī dijo: Mahārāja Parīkṣit, el hijo de Uttarā, después de oír los discursos de Śukadeva Gosvāmī, que estaban todos relacionados con la verdad acerca del ser, aplicó su concentración fielmente sobre el Señor Kṛṣṇa.

Significado

La palabra satīm es muy significativa. Dicha palabra significa «existente» y «casto». Y ambos significados se pueden aplicar perfectamente en el caso de Mahārāja Parīkṣit. Toda la aventura védica tiene por objeto dirigir la atención de uno, enteramente y sin ninguna desviación, hacia los pies de loto del Señor Kṛṣṇa, tal como se instruye en el Bhagavad-gītā (15.15). Por fortuna, a Mahārāja Parīkṣit ya lo había atraído el Señor desde el comienzo de su cuerpo, en el vientre de su madre. En el vientre de su madre fue atacado por la bomba atómica brahmāstra lanzada por Aśvatthāmā, pero por la gracia del Señor se salvó de ser quemado por el arma abrasadora, y desde entonces el rey concentraba la mente en el Señor Kṛṣṇa de modo continuo, lo cual lo volvió absolutamente casto en el servicio devocional. Así que, como algo natural, él era un devoto casto del Señor, y al oír además a Śrīla Śukadeva Gosvāmī decir que se debe adorar al Señor únicamente y a nadie más, aun a pesar de que se esté lleno de toda clase de deseos o de que no se tenga ninguno, el afecto natural que sentía por Kṛṣṇa se fortaleció. Esto ya lo hemos discutido.

Para volverse devoto puro del Señor Kṛṣṇa son sumamente esenciales dos cosas: tener la oportunidad de nacer en la familia de un devoto y tener las bendiciones de un maestro espiritual genuino. Por la gracia del Señor Kṛṣṇa, Parīkṣit Mahārāja tuvo ambas oportunidades. Él nació en una familia de grandes devotos, como lo eran los Pāṇḍavas, y el Señor, tan solo para perpetuar la dinastía de los Pāṇḍavas y favorecerlos de manera especial, salvó específicamente a Mahārāja Parīkṣit, quien, más adelante y por disposición del Señor, fue maldecido por el hijo de un brāhmaṇa y pudo llegar a tener la compañía de un maestro espiritual tal como Śukadeva Gosvāmī. En el Caitanya-caritāmṛta se dice que una persona afortunada, por la misericordia del maestro espiritual y del Señor Kṛṣṇa, llega a la senda del servicio devocional. Esto se aplicaba perfectamente en el caso de Mahārāja Parīkṣit. Por haber nacido en una familia de devotos, él se puso en contacto con Kṛṣṇa de manera automática, y después de tener ese contacto, recordaba al Señor constantemente. En consecuencia, el Señor Kṛṣṇa le dio al rey otra oportunidad de desarrollarse en el ámbito del servicio devocional, al presentarle a Śukadeva Gosvāmī, un devoto firme del Señor que tenía conocimiento perfecto acerca de la autorrealización. Y por el hecho de oír a un maestro espiritual genuino, él fue perfectamente capaz de concentrar aun más su casta mente en el Señor Kṛṣṇa, de una manera natural.

Texto

ātma-jāyā-sutāgāra-
paśu-draviṇa-bandhuṣu
rājye cāvikale nityaṁ
virūḍhāṁ mamatāṁ jahau

Palabra por palabra

ātma — cuerpo; jāyā — esposa; suta — hijo; āgāra — palacio; paśu — caballos y elefantes; draviṇa — tesorería; bandhuṣu — amigos y familiares; rājye — en el reino; ca — también; avikale — sin ser perturbado; nityam — constante; virūḍhām — profundamente arraigado; mamatām — atracción; jahau — renunció.

Traducción

Mahārāja Parīkṣit, como resultado de su sincera atracción por el Señor Kṛṣṇa, fue capaz de renunciar a todo el afecto profundamente arraigado que sentía por su propio cuerpo, por su esposa, por sus hijos, por su palacio, por sus animales —animales tales como caballos y elefantes—, por su tesorería, por sus amigos y parientes, y por su reino indisputable.

Significado

Liberarse significa quedar libre del dehātma-buddhi, el apego ilusorio a las coberturas físicas personales y a todo lo relacionado con el cuerpo, es decir, la esposa, los hijos y todos los demás enredos. Uno elige a una esposa para conseguir comodidades corporales, y el resultado de ello son los hijos. Para la esposa y los hijos se requiere una morada, por lo cual también se necesita una casa en donde residir. Animales tales como los caballos, los elefantes, las vacas y los perros, son todos animales domésticos, y una persona casada tiene que mantenerlos como parte del hogar. En la civilización moderna, los caballos y los elefantes han sido reemplazados por automóviles y medios de transporte de considerable potencia. Para mantener todos los asuntos del hogar, uno tiene que aumentar el saldo bancario y ser cuidadoso con la tesorería, y a fin de exhibir la opulencia de los bienes materiales, se tienen que mantener buenas relaciones con amigos y parientes, así como también ser muy cuidadoso en mantener el statu quo. Eso se denomina la civilización material del apego material. La devoción por el Señor Kṛṣṇa significa negar todos los apegos materiales que se enumeraron anteriormente. Por la gracia del Señor Kṛṣṇa, a Mahārāja Parīkṣit se le confirieron toda clase de comodidades materiales, y un reino indisputable en el cual podía disfrutar de la imperturbable posición de rey, pero, por la gracia del Señor, él pudo renunciar a todos los vínculos que tenía con el apego material. Esa es la posición de un devoto puro. Mahārāja Parīkṣit, debido a su afecto natural por el Señor Kṛṣṇa, como devoto del Señor que era, siempre estaba desempeñando sus deberes reales en el nombre del Señor; y en su carácter de rey responsable del mundo, siempre cuidaba de que la influencia de Kali no entrara en su reino. Un devoto del Señor nunca considera que los enseres de su hogar son suyos, sino que entrega todo al servicio del Señor. Por eso las entidades vivientes que se encuentran bajo el cuidado de un devoto, reciben la oportunidad de llegar a comprender a Dios mediante la dirección de un maestro devoto.

El apego a los enseres del hogar y el apego al Señor Kṛṣṇa no van de la mano. Un apego constituye la senda de la oscuridad, y el otro es la senda de la luz. Donde hay luz no hay oscuridad, y donde hay oscuridad no hay luz. Pero un devoto experto puede poner todo en la senda de la luz, mediante una actitud de servicio al Señor, y aquí el mejor ejemplo lo constituyen los Pāṇḍavas. Mahārāja Yudhiṣṭhira y cabezas de familia como él pueden convertir todo en luz, si acoplan con el servicio del Señor los llamados bienes materiales, pero aquel que no está preparado o que es incapaz de ponerlo todo al servicio del Señor (nirbandhaḥ kṛṣṇa-sambandhe), debe renunciar a todas las relaciones con lo material, antes de poder estar en capacidad de oír y cantar las glorias del Señor; o, en otras palabras, aquel que ha oído el Śrīmad-Bhāgavatam con dedicación siquiera por un día, como Mahārāja Parīkṣit, de labios de una personalidad idónea como Śukadeva Gosvāmī, puede que sea capaz de perder toda la atracción que siente por las cosas materiales. No tiene ninguna utilidad el hecho de simplemente imitar a Mahārāja Parīkṣit y oír el Bhāgavatam de labios de hombres que lo recitan como profesión, ni siquiera si se hace por setecientos años. Tomar el Śrīmad-Bhāgavatam como un medio para sufragar los gastos familiares, es el más craso tipo de ofensa nāmāparādha que se puede hacer a los pies del Señor (sarva-śubha-kriyā-sāmyam api pramādaḥ).

Texto

papraccha cemam evārthaṁ
yan māṁ pṛcchatha sattamāḥ
kṛṣṇānubhāva-śravaṇe
śraddadhāno mahā-manāḥ
saṁsthāṁ vijñāya sannyasya
karma trai-vargikaṁ ca yat
vāsudeve bhagavati
ātma-bhāvaṁ dṛḍhaṁ gataḥ

Palabra por palabra

papraccha — preguntó; ca — además; imam — esto; eva — tal como; artham — propósito; yat — eso; mām — a mí; pṛcchatha — están preguntando; sattamāḥ — ¡oh, grandes sabios!; kṛṣṇa-anubhāva — absorto en pensar en Kṛṣṇa; śravaṇe — en oír; śraddadhānaḥ — lleno de fe; mahā-manāḥ — la gran alma; saṁsthām — muerte; vijñāya — siendo informado; sannyasya — renunciando; karma — actividades fruitivas; trai-vargikam — los tres principios constituidos por la religión, el desarrollo económico y la complacencia de los sentidos; ca — también; yat — lo que pueda ser; vāsudeve — al Señor Kṛṣṇa; bhagavati — la Personalidad de Dios; ātma-bhāvam — atracción de amor; dṛḍham — firmemente fijo; gataḥ — alcanzó.

Traducción

¡Oh, grandes sabios!, la gran alma Mahārāja Parīkṣit, constantemente absorto en pensamientos acerca del Señor Kṛṣṇa y sabiendo bien de su muerte inminente, renunció a toda clase de actividades fruitivas, es decir, a los actos de la religión, el desarrollo económico y la complacencia de los sentidos, y de ese modo se estableció firmemente en el plano de su amor natural por Kṛṣṇa e hizo todas estas preguntas, tal como ustedes me las están haciendo a mí.

Significado

Las tres actividades constituidas por la religión, el desarrollo económico y la complacencia de los sentidos, son por lo general atractivas para las almas condicionadas que están luchando por la existencia en el mundo material. Esas actividades reguladas que se prescriben en los Vedas constituyen el concepto de la vida denominado karma-kāṇḍiya, y a los casados se les recomienda por lo general que sigan las reglas solo para disfrutar de la prosperidad material tanto en esta vida como en la siguiente. La mayoría de la gente está atraída a esa clase de actividades. Incluso en las actividades de su moderna civilización atea, la gente está más interesada en el desarrollo económico y la complacencia de los sentidos, sin ningunos sentimientos religiosos. Mahārāja Parīkṣit, en su carácter de gran emperador del mundo, tenía que observar esas regulaciones de la sección karma-kāṇḍiya védica, pero, en virtud de su ligera relación con Śukadeva Gosvāmī, pudo entender a la perfección que el Señor Kṛṣṇa, la Absoluta Personalidad de Dios (Vāsudeva), por quien él sentía un amor natural desde que nació, lo es todo, y, en consecuencia, fijó la mente en Él de un modo firme, renunciando a todas las clases de actividades védicas karma-kāṇḍiya. Esa etapa perfecta la alcanza un jñanī después de muchísimos nacimientos. Los jñanīs, o los filósofos empíricos que se esfuerzan por la liberación, son miles de veces mejor que los trabajadores fruitivos, y de cientos de miles de esos jñanīs, uno se libera de hecho. Y de cientos de miles de esas personas liberadas, es difícil encontrar siquiera una persona que pueda fijar la mente con firmeza en los pies de loto del Señor Śrī Kṛṣṇa, tal como lo declara el propio Señor en el Bhagavad-gītā (7.19). A Mahārāja Parīkṣit se lo califica especialmente con la palabra mahā-mahāḥ, que lo pone en el mismo nivel que los mahātmās que se describen en el Bhagavad-gītā. En esta última época también ha habido muchos mahātmās de este tipo, y también ellos abandonaron todas las concepciones karma-kāṇḍiya de la vida, dependiendo única y exclusivamente de la Suprema Personalidad de Dios Kṛṣṇa. El Señor Caitanya, quien es el propio Señor Kṛṣṇa, nos enseñó en Su Śikṣāṣṭaka (8):

āśliṣya vā pāda-ratāṁ pinaṣṭu mām
adarśanān marma-hatāṁ karotu vā
yathā tathā vā vidadhātu lampaṭo
mat-prāṇa-nāthas tu sa eva nāparaḥ

«El Señor Kṛṣṇa, quien es el amante de muchas devotas, puede que abrace a esta sirvienta totalmente entregada, o puede que me pisotee, o puede que me deje con el corazón destrozado al no estar presente ante mí por mucho tiempo, pero aun así no deja de ser en lo más mínimo el Señor Absoluto de mi corazón».

Śrīla Rūpa Gosvāmī habló de la siguiente manera:

viracaya mayi daṇḍaṁ dīna-bandho dayāmī vā
gatir iha na bhavattaḥ kācid anyā mamāsti
nipatatu śata-koṭi-nirbharaṁ vā navāmbhaḥ
tad api kila-payodaḥ stūyate cātakena

«¡Oh, Señor de los pobres!, haz conmigo lo que quieras —dame misericordia o castigo—, pero en este mundo no tengo a nadie más a quien acudir aparte de Tu Señoría. El pájaro cātaka siempre ruega que aparezca la nube, sin considerar si esta vierte lluvias o lanza un rayo».

Śrīla Mādhavendra Purī, el maestro espiritual del maestro espiritual del Señor Caitanya, abandonó con las siguientes palabras todas las obligaciones karma-kāṇḍiya:

sandhyā-vandana bhadram astu bhavato bhoḥ snāna tubhyaṁ namo
bho devāḥ pitaraś ca tarpaṇa-vidhau nāhaṁ kṣamaḥ kṣamyatām
yatra kvāpi niṣadya yādava-kulottamasya kaṁsa-dviṣaḥ
smāraṁ smāram aghaṁ harāmi tad alaṁ manye kim anyena me

«¡Oh, mi oración vespertina!, te deseo lo mejor. ¡Oh, mi baño matutino!, me despido de ti. ¡Oh, semidioses y antepasados!, por favor, excúsenme. Soy incapaz de realizar más ofrendas para placer de ustedes. Ahora he decidido librarme de todas las reacciones de los pecados, mediante el simple hecho de recordar en todas partes al gran descendiente de Yadu y gran enemigo de Kaṁsa [el Señor Kṛṣṇa]. Yo creo que esto es suficiente para mí. Así pues, ¿para qué hacer más esfuerzos?».

Śrīla Mādhavendra Purī dijo además:

mugdhaṁ māṁ nigadantu nīti-nipuṇā bhrāntaṁ muhur vaidikāḥ
mandaṁ bāndhava-sañcayā jaḍa-dhiyaṁ muktādarāḥ sodarāḥ
unmattaṁ dhanino viveka-caturāḥ kāmam mahā-dāmbhikam
moktuṁ na kṣāmate manāg api mano govinda-pāda-spṛhām

«Que el moralista perspicaz me acuse de estar ilusionado; no me importa. Puede que los expertos en actividades védicas me difamen diciendo que estoy descarriado, y que amigos y parientes me llamen frustrado, que mis hermanos me llamen necio, que los codiciosos ricachones me señalen como loco, y que los eruditos filósofos afirmen que estoy demasiado orgulloso; aun así, mi mente no se aparta ni un centímetro de la determinación de servir los pies de loto de Govinda, aunque sea incapaz de hacerlo».

Y también Prahlāda Mahārāja dijo:

dharmārtha-kāma iti yo ’bhihitas trivarga
īkṣā trayī naya-damau vividhā ca vārtā
manye tad etad akhilaṁ nigamasya satyaṁ
svātmārpaṇaṁ sva-suhṛdaḥ paramasya puṁsaḥ

«La religión, el desarrollo económico y la complacencia de los sentidos son célebres como tres medios para llegar a la senda de la salvación. De estos, īkṣā trayī especialmente, es decir, el conocimiento acerca del ser, el conocimiento acerca de los actos fruitivos y la lógica, y también la política y la economía, son diferentes medios de vida. Todas esas cosas son diferentes materias de la educación védica, y, por consiguiente, las considero ocupaciones temporales. En cambio, entregarse al Supremo Señor Viṣṇu constituye una verdadera ganancia en la vida, y considero que esa es la verdad última» (Bhag. 7.6.26).

Todo el asunto se concluye en el Bhagavad-gītā (2.41) diciendo que es vyavasā-yātmikā buddhiḥ, o la senda absoluta de la perfección. Śrī Baladeva Vidyābhūṣaṇa, un gran erudito vaiṣṇava, define esto como bhagavad-arcanā-rūpaika-niṣkāma-karmabhir viśuddha-cittaḥ, es decir, aceptar que el amoroso servicio trascendental que se le presta al Señor es el deber primordial, libre de reacciones fruitivas.

De manera que, Mahārāja Parīkṣit estaba muy en lo correcto cuando aceptó firmemente los pies de loto del Señor Kṛṣṇa, renunciando a todas las concepciones karma-kāṇḍiya de la vida.

Texto

rājovāca
samīcīnaṁ vaco brahman
sarva-jñasya tavānagha
tamo viśīryate mahyaṁ
hareḥ kathayataḥ kathām

Palabra por palabra

rājā uvāca — el rey dijo; samīcīnam — muy en lo correcto; vacaḥ — palabras; brahman — ¡oh, erudito brāhmaṇa!; sarva-jñasya — aquel que lo sabe todo; tava — tu; anagha — sin ninguna contaminación; tamaḥ — la oscuridad de la ignorancia; viśīryate — desapareciendo gradualmente; mahyam — a mí; hareḥ — del Señor; kathayataḥ — a medida que hablas; kathām — relatos.

Traducción

Mahārāja Parīkṣit dijo: ¡Oh, erudito brāhmaṇa!, tú lo sabes todo, porque te encuentras sin contaminación material. Por lo tanto, todo lo que me has hablado parece estar muy en lo correcto. Tus discursos están destruyendo gradualmente la oscuridad de mi ignorancia, ya que estás narrando los temas acerca del Señor.

Significado

Mahārāja Parīkṣit descubre aquí la experiencia práctica que tuvo, revelando que las narraciones trascendentales acerca del Señor actúan como inyecciones, cuando las recibe el devoto sincero de labios de una persona que se encuentra totalmente libre de la contaminación de los matices materiales. En otras palabras, cuando un auditorio karma-kāṇḍiya recibe los mensajes del Śrīmad-Bhāgavatam de labios de hombres que han hecho una profesión exponiéndolos, dicha recepción nunca actúa milagrosamente como se declara aquí. La audición devocional que se le presta a los mensajes del Señor no es como el oír relatos ordinarios; por lo tanto, el oyente sincero sentirá la acción de ello al experimentar la desaparición gradual de la ignorancia.

yasya deve parā bhaktir
yathā deve tathā gurau
tasyaite kathitā hy arthāḥ
prakāśante mahātmanaḥ

(Śvetāśvatara Upaniṣad 6.23)

Cuando a un hombre hambriento se le da de comer, siente simultáneamente el placer de comer y el aplacamiento del hambre. Así pues, él no tiene que preguntar si de hecho se ha alimentado o no. La prueba crucial del acto de oír el Śrīmad-Bhāgavatam es que, por medio de dicho acto, se deberá recibir una iluminación evidente.

Texto

bhūya eva vivitsāmi
bhagavān ātma-māyayā
yathedaṁ sṛjate viśvaṁ
durvibhāvyam adhīśvaraiḥ

Palabra por palabra

bhūyaḥ — de nuevo; eva — también; vivitsāmi — deseo aprender; bhagavān — la Personalidad de Dios; ātma — personal; māyayā — mediante las energías; yathā — como; idam — este mundo fenoménico; sṛjate — crea; viśvam — universo; durvibhāvyam — inconcebible; adhīśvaraiḥ — por los grandes semidioses.

Traducción

Te pido que me des a conocer cómo la Personalidad de Dios, mediante Sus energías personales, crea estos universos fenoménicos tal como son, los cuales les resultan inconcebibles incluso a los grandes semidioses.

Significado

En cada mente indagadora surge la importante pregunta acerca de cómo ocurre la creación del mundo fenoménico, y, por consiguiente, en una personalidad como Mahārāja Parīkṣit, quien tenía que aprender con su maestro espiritual lo referente a todas las actividades del Señor, dicha indagación no es algo fuera de lo común. Cada vez que hay una cosa desconocida, tenemos que aprender con una personalidad entendida en la materia y hacerle preguntas. La pregunta acerca de la creación también es una de las que hay que hacerle a la persona indicada. En consecuencia, el maestro espiritual debe ser alguien que sea sarvajña, como se declaró antes en relación con Śukadeva Gosvāmī. Así pues, todas las preguntas acerca de Dios cuya respuesta el discípulo desconozca, se le pueden hacer al maestro espiritual capacitado, y Mahārāja Parīkṣit da aquí el ejemplo práctico de ello. Sin embargo, ya Mahārāja Parīkṣit sabía que todo lo que vemos nace de la energía del Señor, tal como todos hemos aprendido en el mismo comienzo del Śrīmad-Bhāgavatam (janmādy asya yataḥ). De manera que, Mahārāja Parīkṣit quería conocer el proceso de la creación. El origen de la creación ya lo conocía; de lo contrario, no habría preguntado cómo la Personalidad de Dios crea este mundo fenoménico mediante Sus diferentes energías. El hombre común también sabe que la creación la realiza algún creador y que no se lleva a cabo automáticamente. En el mundo práctico no tenemos ninguna experiencia de que una cosa se cree automáticamente. Gente necia dice que la energía creativa es independiente y actúa de modo automático, tal como lo hace la energía eléctrica. Pero el hombre inteligente sabe que hasta la energía eléctrica es generada en la central eléctrica por un ingeniero experto, y, así pues, la energía se distribuye por todas partes bajo la supervisión del ingeniero residente. La supervisión del Señor en relación con la creación se menciona incluso en el Bhagavad-gītā (9.10), y ahí se dice claramente que la energía material es una manifestación de las muchas energías del Supremo (parāsya śaktir vividhaiva śrūyate). Un niño sin experiencia puede que se llene de asombro al ver las acciones impersonales de la electrónica o muchas otras cosas maravillosas que realiza la energía eléctrica, pero un hombre experimentado sabe que tras la acción se halla un hombre vivo que crea esa energía. De igual manera, los llamados eruditos y filósofos del mundo puede que, mediante la especulación mental, presenten muchísimas teorías utópicas acerca de la creación impersonal del universo, pero un devoto inteligente del Señor, mediante el estudio del Bhagavad-gītā, puede saber que tras la creación se encuentra la mano del Señor Supremo, tal como en la central generadora de la energía eléctrica se encuentra el ingeniero residente. El investigador erudito encuentra la causa y el efecto de todo, pero investigadores eruditos tan eminentes como Brahmā, Śiva, Indra y muchos otros semidioses, a veces se desconciertan al ver la maravillosa energía creativa el Señor, por lo cual ni qué decir tiene en el caso de los diminutos eruditos mundanos que se ocupan de cosas insignificantes. Así como hay diferencias en las condiciones de vida de los diferentes planetas del universo, y así como un planeta es superior a otros, así mismo la inteligencia de las entidades vivientes de esos respectivos planetas también es de diferentes valores y categorías. Como se afirma en el Bhagavad-gītā, uno puede semejar la larga duración de la vida de los habitantes del planeta de Brahmā, que les es inconcebible a los habitantes de este planeta Tierra, al valor y la categoría de la inteligencia de Brahmājī, también inconcebible para cualquier eminente científico de este planeta. Y con una capacidad intelectual así de grande, hasta Brahmājī ha descrito en su gran saṁhitā (Brahma-saṁhitā 5.1) lo siguiente:

īśvaraḥ paramaḥ kṛṣṇaḥ
sac-cid-ānanda-vigrahaḥ
anādir ādir govindaḥ
sarva-kāraṇa-kāraṇam

«Hay muchas personalidades que poseen las cualidades de Bhagavān, pero Kṛṣṇa es la suprema, porque ninguna otra puede superarlo. Él es la Persona Suprema, y Su cuerpo es eterno y está colmado de conocimiento y bienaventuranza. Él es el Señor Govinda primordial, y la causa de todas las causas».

Brahmājī admite que el Señor Kṛṣṇa es la causa suprema de todas las causas. Pero personas con poca inteligencia que se encuentran en este insignificante planeta Tierra, creen que el Señor es como una de ellas. Así pues, cuando el Señor dice en el Bhagavad-gītā que Él (el Señor Kṛṣṇa) lo es todo, los filósofos especulativos y pendencieros mundanos lo desdeñan, y el Señor dice con pesar:

avajānanti māṁ mūḍhā
mānuṣīṁ tanum āśritam
paraṁ bhāvam ajānanto
mama bhūta-maheśvaram

«Los tontos Me desdeñan cuando desciendo con forma humana. Ellos no conocen Mi naturaleza trascendental ni Mi dominio sobre todo lo que existe» (Bg. 9.11). Brahmā y Śiva (y ni qué hablar de otros semidioses) son bhūtas, o poderosos semidioses creados que administran los asuntos universales, muy semejantes a los ministros nombrados por un rey. Los ministros puede que sean īśvaras, o controladores, pero el Señor Supremo es maheśvara, o el creador de los controladores. Personas con escaso conocimiento no saben esto, a raíz de lo cual tienen la audacia de desdeñarlo porque, de vez en cuando y por Su misericordia sin causa, se presenta ante nosotros como un ser humano. El Señor no es como un ser humano. Él es sac-cid-ānanda-vigraha, o la Absoluta Personalidad de Dios, y no hay diferencia alguna entre Su cuerpo y Su alma. Él es tanto el poder como el poderoso.

Mahārāja Parīkṣit no le pidió a su maestro espiritual, Śukadeva Gosvāmī, que narrara los pasatiempos que el Señor Kṛṣṇa tuvo en Vṛndāvana; él quiso primero oír hablar de la creación del Señor. Śukadeva Gosvāmī no dijo que el rey debía oír hablar de los pasatiempos trascendentales directos del Señor. Había muy poco tiempo, y, desde luego, Śukadeva Gosvāmī pudo haber ido directamente al Décimo Canto para acortar todo, tal como por lo general hacen los recitadores de profesión. Pero ni el rey ni el gran orador del Śrīmad-Bhāgavatam dieron saltos como los organizadores del Bhāgavata-saptāha; ambos prosiguieron sistemáticamente, de manera que tanto los futuros lectores como los futuros oyentes pudieran con ese ejemplo aprender el procedimiento a seguir para recitar el Śrīmad-Bhāgavatam. Aquellos que se encuentran bajo el control de la energía externa del Señor, o, en otras palabras, aquellos que están en el mundo material, primero que todo deben saber cómo la energía externa del Señor actúa bajo la dirección de la Personalidad Suprema, y después de eso uno puede tratar de comprender las actividades de Su energía interna. La gente mundana es en su mayoría adoradora de Durgā-devī, la energía externa de Kṛṣṇa, pero no sabe que Durgā-devī no es más que la energía que actúa como sombra del Señor. Detrás de su asombroso despliegue de obras materiales, se encuentra la dirección del Señor, tal como se confirma en el Bhagavad-gītā (9.10). La Brahma-saṁhitā afirma que Durgā-śakti actúa por indicación de Govinda; y sin la sanción de Él, la poderosa Durgā-śakti ni siquiera puede mover una brizna de paja. Por lo tanto, el devoto neófito, en vez de saltar de inmediato al plano de los pasatiempos trascendentales que presenta la energía interna del Señor, debe saber cuán grande es el Señor Supremo, y para ello debe indagar acerca del proceso que sigue Su energía creativa. También en el Caitanya-caritāmṛta se dan descripciones de la energía creativa y de la mano del Señor en ella, y el autor del Caitanya-caritāmṛta les ha advertido a los devotos neófitos que se pongan muy en guardia, para no caer en la trampa de desdeñar el conocimiento acerca de Kṛṣṇa en relación con cuán grande es Él. Solo cuando uno conoce la grandeza del Señor Kṛṣṇa puede poner en Él firmemente una fe resuelta; de lo contrario, al igual que el hombre común, hasta los grandes líderes de los hombres tomarán al Señor Kṛṣṇa erróneamente por uno de los muchos semidioses, o como una personalidad histórica, o como solo un mito. Los trascendentales pasatiempos que el Señor tiene en Vṛndāvana, o incluso en Dvārakā, pueden disfrutarlos las personas que ya se han capacitado en las técnicas espirituales superiores, y el hombre común puede llegar a ese plano por medio del proceso gradual del servicio y las preguntas, tal como lo veremos en el comportamiento de Mahārāja Parīkṣit.

Texto

yathā gopāyati vibhur
yathā saṁyacchate punaḥ
yāṁ yāṁ śaktim upāśritya
puru-śaktiḥ paraḥ pumān
ātmānaṁ krīḍayan krīḍan
karoti vikaroti ca

Palabra por palabra

yathā — como; gopāyati — mantiene; vibhuḥ — el grande; yathā — como; saṁyacchate — termina; punaḥ — de nuevo; yām yām — como; śaktim — energías; upāśritya — mediante el uso; puru-śaktiḥ — el todopoderoso; paraḥ — el Supremo; pumān — la Personalidad de Dios; ātmānam — expansión plenaria; krīḍayan — habiéndolas ocupado; krīḍan — así como también estando ocupado personalmente; karoti — los hace; vikaroti — y hace que se haga; ca — y.

Traducción

Ten la bondad de describir cómo el Señor Supremo, quien es todopoderoso, ocupa a Sus diferentes energías y diferentes expansiones en mantener y de nuevo acabar con el mundo fenoménico, con el espíritu deportivo de un jugador.

Significado

En el Kaṭha Upaniṣad (2.2.13) se describe al Señor Supremo como el principal ser eterno entre todos los demás seres individuales eternos (nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām), y como el único Señor Supremo que mantiene a otros innumerables seres vivientes individuales (eko bahūnām yo vidadhāti kāmān). Así que, todas las entidades vivientes, tanto en el estado condicionado como en el estado liberado, son mantenidas por el Todopoderoso Señor Supremo. Esa manutención la efectúa el Señor a través de las diferentes expansiones de Su Ser y a través de tres energías principales, es decir, las energías interna, externa y marginal. Las entidades vivientes constituyen Sus energías marginales, y a algunas de ellas, que tienen la confianza del Señor, se las encarga también de la labor de la creación, como por ejemplo a Brahmā, Marīci, etc., y el Señor les inspira a ellas los actos de la creación (tene brahma hṛdā). La energía externa (māyā) es además secundada con las jīvas, o almas condicionadas. La potencia marginal no condicionada actúa en el reino espiritual, y el Señor, mediante Sus diferentes expansiones plenarias, las mantiene en diferentes relaciones trascendentales que se exhiben en el cielo espiritual. Así que, la Suprema Personalidad de Dios única se manifiesta como muchos seres (bahu syām), y de ese modo todas las diversidades están en Él, y Él está en todas las diversidades, aunque, no obstante, Él es diferente de todas ellas. Ese es el inconcebible poder místico del Señor, y, en consecuencia, todo es uno con Él y simultáneamente diferente de Él, mediante Sus potencias inconcebibles (acintya-bhedābheda-tattva).

Texto

nūnaṁ bhagavato brahman
harer adbhuta-karmaṇaḥ
durvibhāvyam ivābhāti
kavibhiś cāpi ceṣṭitam

Palabra por palabra

nūnam — aún insuficiente; bhagavataḥ — de la Personalidad de Dios; brahman — ¡oh, erudito brāhmaṇa!; hareḥ — del Señor; adbhuta — maravilloso; karmaṇaḥ — aquel que actúa; durvibhāvyam — inconcebible; iva — de ese modo; ābhāti — aparece; kavibhiḥ — incluso por los sumamente entendidos; ca — también; api — a pesar de; ceṣṭitam — por lo que se ha esforzado.

Traducción

¡Oh, erudito brāhmaṇa!, todas las actividades trascendentales del Señor son maravillosas, y parecen inconcebibles, porque hasta los grandes esfuerzos que han hecho muchos eruditos entendidos, aún han demostrado ser insuficientes para entenderlas.

Significado

Los actos del Señor Supremo, únicamente en la creación de este solo universo, parecen ser maravillosos e inconcebibles. Y existen infinidad de universos, y a todos ellos en conjunto se los conoce como el mundo material creado. Y esta parte de la creación de Él es solo una porción fragmentaria de la creación completa. El mundo material es únicamente una parte (ekāṁśena sthito jagat). Suponiendo que el mundo material es la manifestación de una parte de la energía de Él, las tres partes restantes están constituidas por el vaikuṇṭha-jagat, o el mundo espiritual que se describe en el Bhagavad-gītā como mad-dhāma o sanātana-dhāma, o el mundo eterno. Hemos señalado en el verso anterior que Él hace la creación y de nuevo acaba con ella. Esta acción se aplica únicamente en el mundo material, porque la otra parte de Su creación, que es mayor, es decir, el mundo Vaikuṇṭha, ni se crea ni se aniquila; de no ser así, el Vaikuṇṭha-dhāma no habría sido llamado eterno. El Señor existe con el dhāma; Su nombre, calidad, pasatiempos, séquito y personalidad eternos son todos una manifestación de Sus diferentes energías y expansiones. Al Señor se lo llama anādi, o que no tiene creador, y ādi, o que es el origen de todo. Nosotros creemos, a nuestra propia e imperfecta manera, que el Señor también es creado, pero el Vedānta nos informa que no lo es. Más bien, todo lo demás es creado por Él (nārāyaṇaḥ paro ’vyaktāt). Por consiguiente, para el hombre común, todas estas son cosas muy maravillosas que debe considerar. Incluso a los grandes eruditos les resultan inconcebibles, a raíz de lo cual esos eruditos presentan teorías que se contradicen las unas de las otras. Ni siquiera en relación con una parte insignificante de Su creación, como lo es este universo en particular, tienen ellos información completa acerca de hasta dónde se extiende este espacio limitado, o cuántas estrellas y planetas hay, o cuáles son las diferentes condiciones que existen en esos innumerables planetas. Los científicos modernos tienen conocimiento insuficiente acerca de todo eso. Algunos de ellos afirman que hay cien millones de planetas diseminados por todo el espacio. En una noticia de prensa procedente de Moscú con fecha 21/2/60, se divulgó la información siguiente:

«El muy conocido profesor ruso de astronomía Boris Vorontsov-Veliaminov dijo que en el universo deben de existir una infinidad de planetas habitados por seres dotados de razón.

»Puede que en esos planetas florezca una vida similar a la que hay en la Tierra.

»El doctor en química Nikolai Zhirov, al tratar el problema de la atmósfera de otros planetas, señaló que, por ejemplo, el organismo de un marciano muy bien podría adaptarse a la existencia normal con una temperatura baja en el cuerpo.

»Él dijo que le parecía que la composición gaseosa de la atmósfera de Marte era muy apropiada para mantener la vida de seres que se hubieran adaptado a ella».

Esta adaptabilidad de un organismo a diferentes variedades de planetas, se describe en la Brahma-saṁhitā como vibhūti-bhinnam; es decir, todos y cada uno de los innumerables planetas que hay en el universo están dotados de un determinado tipo de atmósfera, y los seres vivos que hay en ellos están más perfectamente adelantados en la ciencia y la psicología, en virtud de una mejor atmósfera. Vibhūti significa «poderes específicos», y bhinnam significa «variados». Los científicos que están intentando explorar el espacio sideral y que están tratando de llegar a otros planetas por medio de dispositivos mecánicos, deben saber con toda certeza que los organismos que están adaptados a la atmósfera de la Tierra no pueden existir en las atmósferas de otros planetas (Viaje fácil a otros planetas)*. Por ende, para uno ser trasladado a un planeta diferente después de verse liberado del cuerpo actual, tiene que prepararse, tal como se dice en el Bhagavad-gītā (9.25):

yānti deva-vratā devān
pitṝn yānti pitṛ-vratāḥ
bhūtāni yānti bhūtejyā
yānti mad-yājino ’pi mām

«Aquellos que adoran a los semidioses, nacerán entre los semidioses; aquellos que adoran a los fantasmas y espíritus, nacerán entre esos seres; y aquellos que Me adoran a Mí, vivirán conmigo».

La declaración que Mahārāja Parīkṣit hizo respecto al funcionamiento de la energía creativa del Señor, revela que él conocía todo lo referente al proceso de la creación. ¿Por qué, entonces, le pidió a Śukadeva Gosvāmī esa información? Puesto que Mahārāja Parīkṣit era un gran emperador, un descendiente de los Pāṇḍavas y un gran devoto del Señor Kṛṣṇa, estaba completamente capacitado para conocer bastante acerca de la creación del mundo, pero esa cantidad de conocimiento no era suficiente. Por lo tanto, él dijo que incluso estudiosos sumamente eruditos no logran saber acerca de eso, ni siquiera después de un gran esfuerzo. El Señor es ilimitado, y Sus actividades también son insondables. Cualquier ser viviente que tenga una limitada fuente de conocimiento y unos sentidos imperfectos, incluso hasta el nivel de Brahmājī, el ser viviente más perfecto que existe en el universo, jamás puede imaginar que tendrá conocimiento acerca de lo ilimitado. Podemos llegar a conocer algo de lo ilimitado cuando ello lo explica el Ilimitado, tal como el propio Señor lo ha hecho en las incomparables declaraciones del Bhagavad-gītā, y también se puede llegar a conocer en cierta medida, de labios de almas iluminadas tales como Śukadeva Gosvāmī, quien lo aprendió con Vyāsadeva, un discípulo de Nārada, y, de esa manera, el conocimiento perfecto puede descender únicamente por medio de la cadena de sucesión discipular, y no mediante alguna forma de conocimiento experimental, ni antigua ni moderna.

Texto

yathā guṇāṁs tu prakṛter
yugapat kramaśo ’pi vā
bibharti bhūriśas tv ekaḥ
kurvan karmāṇi janmabhiḥ

Palabra por palabra

yathā — tal como son; guṇān — las modalidades de; tu — pero; prakṛteḥ — de la energía material; yugapat — simultáneamente; kramaśaḥ — gradualmente; api — también; — o; bibharti — mantiene; bhūriśaḥ — muchas formas; tu — pero; ekaḥ — el supremo y único; kurvan — actuando; karmāṇi — actividades; janmabhiḥ — mediante encarnaciones.

Traducción

La Suprema Personalidad de Dios es uno, ya sea que Él actúe a solas con las modalidades de la naturaleza material, o que se expanda simultáneamente en muchas formas, o que se expanda consecutivamente para dirigir las modalidades de la naturaleza.

Texto

vicikitsitam etan me
bravītu bhagavān yathā
śābde brahmaṇi niṣṇātaḥ
parasmiṁś ca bhavān khalu

Palabra por palabra

vicikitsitam — pregunta producto de la duda; etat — esta; me — de mí; bravītu — tan solo aclara; bhagavān — poderoso como el Señor; yathā — tanto como; śābde — sonido trascendental; brahmaṇi — la literatura védica; niṣṇātaḥ — plenamente iluminado; parasmin — en la trascendencia; ca — también; bhavān — tu buena persona; khalu — en realidad.

Traducción

Ten la bondad de aclarar todas estas preguntas producto de la duda, pues tú no solo eres sumamente entendido en las Escrituras védicas y autorrealizado en la trascendencia, sino que también eres un gran devoto del Señor, y, por lo tanto, eres prácticamente igual que la Personalidad de Dios.

Significado

En la Brahma-saṁhitā se dice que la Suprema Verdad Absoluta, Govinda, la Personalidad de Dios, aunque no tiene igual, se expande de un modo infalible por medio de formas innumerables que no son diferentes entre sí, y aunque Él es la persona original, aun así siempre se mantiene joven, con una energía juvenil permanente. Él es muy difícil de conocer mediante el simple aprendizaje de la ciencia trascendental de los Vedas, pero es muy fácilmente comprendido por Sus devotos puros.

Las expansiones de las diferentes formas del Señor —tales como de Kṛṣṇa a Baladeva y a Saṅkarṣana, de Saṅkarṣana a Vāsudeva, de Vāsudeva a Aniruddha, de Aniruddha a Pradyumna, y luego a un segundo Saṅkarṣana, y de Él a los Nārāyaṇa puruṣāvatāras, e infinidad de otras formas, las cuales se asemejan al flujo constante de las incontables olas de un río— son todas idénticas. Ellas son como lámparas de igual poder, cada una de las cuales ha sido encendida por otra. Así es la potencia trascendental del Señor. Los Vedas dicen que Él es tan completo, que aunque toda la identidad completa emana de Él, no obstante Él permanece como el mismo todo completo (pūrṇasya pūrṇam ādāya pūrṇam evāvaśiṣyate). Así pues, el concepto material que acerca del Señor produzca el especulador mental, no tiene ninguna validez; Él siempre permanece como un misterio para el estudioso mundano, aunque este sea sumamente entendido en materia de Escrituras védicas (vedeṣu durlabham adurlabham ātma-bhaktau). Por consiguiente, para los eruditos entendidos, filósofos o científicos mundanos, el Señor se encuentra más allá del límite de la concepción. Los devotos puros lo pueden entender con facilidad, porque el Señor declara en el Bhagavad-gītā (18.45) que, después de superar la etapa del conocimiento, cuando uno es capaz de dedicarse al servicio devocional del Señor, solo entonces puede uno conocer la verdadera naturaleza del Señor. Uno no puede tener una concepción clara acerca del Señor o de Su santo nombre, fama, atributos, pasatiempos, etc., a menos que esté dedicado a Su amoroso servicio trascendental. La declaración del Bhagavad-gītā de que en primer lugar uno debe entregarse al Señor, libre de todas las demás ocupaciones, significa que uno debe volverse un devoto puro e incondicional del Señor. Solo entonces puede uno conocerlo a Él por la fuerza del servicio devocional.

Mahārāja Parīkṣit admitió en el verso anterior que el Señor les resulta inconcebible incluso a los más eminentes eruditos entendidos. ¿Por qué, entonces, le pedía de nuevo a Śukadeva Gosvāmī que le aclarara el conocimiento insuficiente que tenía acerca del Señor? La razón es clara. Śukadeva Gosvāmī no solo era sumamente entendido en materia de Escrituras védicas, sino que además era una gran alma autorrealizada y un poderoso devoto del Señor. Por la gracia del Señor, un poderoso devoto del Señor es más que el propio Señor. La Personalidad de Dios Śrī Rāmacandra trató de construir un puente sobre el océano Índico para llegar a la isla de Laṅkā, pero Śrī Hanumānjī, el devoto puro de la Personalidad de Dios, pudo atravesar el océano con solo saltarlo. El Señor es tan misericordioso con Su devoto puro, que presenta a este como si fuera más poderoso que Él Mismo. El Señor manifestó ser incapaz de salvar a Durvāsā Muni, aunque el Muni era tan poderoso, que, bajo condiciones materiales, pudo llegar directamente a donde se encontraba el Señor. Pero a Durvāsā Muni lo salvó Mahārāja Ambarīṣa, un devoto del Señor. Luego el devoto del Señor no solo es más poderoso que el Señor, sino que, además, el adorar al devoto se considera más eficaz que la adoración directa del Señor (mad-bhakta-pūjābhyadhikā).

Se concluye, entonces, que un devoto interesado debe acudir primero a un maestro espiritual que, además de estar bien versado en las Escrituras védicas, sea un gran devoto que tenga una verdadera comprensión acerca del Señor y Sus diferentes energías. Sin la ayuda de esa clase de maestro espiritual devoto, uno no puede progresar en la ciencia trascendental del Señor. Y un maestro espiritual genuino como Śukadeva Gosvāmī no habla acerca del Señor únicamente en relación con Sus potencias internas, sino que también explica cómo Él se relaciona con Sus potencias externas.

Los pasatiempos del Señor en el ámbito de la potencia interna se exhiben en Sus actividades en Vṛndāvana, pero Sus obras potenciales externas las dirige en Sus aspectos de Kāraṇārṇavaśāyī Viṣṇu, Garbhodakaśāyī Viṣṇu y Kṣīrodakaśāyī Viṣṇu. Śrīla Viśvanātha Cakravartī les ofrece su buen consejo a los vaiṣṇavas interesados, cuando les dice que no deben estar únicamente interesados en oír hablar acerca de las actividades del Señor (como el rāsa-līlā)‚ sino que deben además estar profundamente interesados en los pasatiempos que Él realiza en Sus aspectos de los puruṣāvatāras, en relación con el sṛṣṭi-tattva, las funciones de la creación, siguiendo los ejemplos de Mahārāja Parīkṣit, el discípulo ideal, y Śukadeva Gosvāmī, el maestro espiritual ideal.

Texto

sūta uvāca
ity upāmantrito rājñā
guṇānukathane hareḥ
hṛṣīkeśam anusmṛtya
prativaktuṁ pracakrame

Palabra por palabra

sūtaḥ uvāca — Sūta Gosvāmī dijo; iti — así pues; upāmantritaḥ — siendo pedido; rājñā — por el rey; guṇa-anukathane — en describir los atributos trascendentales del Señor; hareḥ — de la Personalidad de Dios; hṛṣīkeśam — el amo de los sentidos; anusmṛtya — recordando debidamente; prativaktum — solo para responder; pracakrame — ejecutó los preparativos.

Traducción

Sūta Gosvāmī dijo: Cuando de ese modo el rey le solicitó a Śukadeva Gosvāmī que describiera la energía creativa de la Personalidad de Dios, él recordó entonces sistemáticamente al amo de los sentidos [Śrī Kṛṣṇa], y, para responder debidamente, habló de la siguiente manera.

Significado

Mientras los devotos del Señor dan discursos y describen los atributos trascendentales del Señor, no piensan que pueden hacer algo independientemente. Ellos creen que solo pueden hablar lo que les induce a hablar el Señor Supremo, el amo de los sentidos. Los sentidos del ser individual no son suyos propios; el devoto sabe que esos sentidos le pertenecen al Señor Supremo, y que pueden ser debidamente utilizados cuando se emplean para servicio del Señor. Los sentidos son instrumentos, y los elementos son ingredientes, todos provistos por el Señor; en consecuencia, cualquier cosa que un individuo pueda hacer, hablar, ver, etc., se encuentra únicamente bajo la dirección del Señor. El Bhagavad-gītā (15.15) confirma esto: sarvasya cāham hṛdi sanniviṣṭo mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca. Nadie puede actuar libre e independientemente, y por eso siempre se debe buscar el permiso del Señor para actuar, comer o hablar; y, por la bendición del Señor, todo lo que un devoto hace está más allá de los principios de los cuatro defectos típicos del alma condicionada.

Texto

śrī-śuka uvāca
namaḥ parasmai puruṣāya bhūyase
sad-udbhava-sthāna-nirodha-līlayā
gṛhīta-śakti-tritayāya dehinām
antarbhavāyānupalakṣya-vartmane

Palabra por palabra

śrī-śukaḥ uvāca — Śrīla Śukadeva Gosvāmī dijo; namaḥ — ofreciendo reverencias; parasmai — el Supremo; puruṣāya — la Personalidad de Dios; bhūyase — al todo completo; sad-udbhava — la creación del mundo material; sthāna — su manutención; nirodha — y su terminación; līlayā — por el pasatiempo; gṛhīta — habiendo adoptado; śakti — poder; tritayāya — tres modalidades; dehinām — de todos los que poseen cuerpos materiales; antaḥ-bhavāya — a Aquel que reside dentro; anupalakṣya — inconcebibles; vartmane — aquel que tiene esos caminos.

Traducción

Śukadeva Gosvāmī dijo: Permítaseme ofrecerle mis respetuosas reverencias a la Suprema Personalidad de Dios, quien, para la creación del mundo material, adopta las tres modalidades de la naturaleza. Él es el todo completo que reside dentro del cuerpo de todos, y Sus caminos son inconcebibles.

Significado

Este mundo material es una manifestación de las tres modalidades conocidas como bondad, pasión e ignorancia, y el Señor Supremo, para la creación, manutención y destrucción del mundo material, adopta tres formas predominadoras, como Brahmā, Viṣṇu y Śaṅkara (Śiva). Como Viṣṇu, Él entra en cada cuerpo creado de modo material. Como Garbhodakaśāyī Viṣṇu, Él entra en cada universo, y como Kṣīrodakaśāyī Viṣṇu, entra en el cuerpo de cada ser viviente. Puesto que el Señor Śrī Kṛṣṇa es el origen de todos los viṣṇu-tattvas, recibe aquí el tratamiento de paraḥ pumān, o Puruṣottama, tal como se describe en el Bhagavad-gītā (15.18). Él es el todo completo. Los puruṣāvātaras son, por ende, Sus expansiones plenarias. El bhakti-yoga es el único proceso mediante el cual uno puede volverse apto para conocerlo. Como los filósofos empíricos y los yogīs místicos no pueden concebir a la Personalidad de Dios, Él recibe el nombre de anupalakṣya-vartmane, el Señor del camino inconcebible, o el bhakti-yoga.

Texto

bhūyo namaḥ sad-vṛjina-cchide ’satām
asambhavāyākhila-sattva-mūrtaye
puṁsāṁ punaḥ pāramahaṁsya āśrame
vyavasthitānām anumṛgya-dāśuṣe

Palabra por palabra

bhūyaḥ — de nuevo; namaḥ — mis reverencias; sat — de los devotos o de los piadosos; vṛjina — aflicciones; chide — el redentor; asatām — de los ateos; asambhavāya — el cese de la infelicidad subsiguiente; akhila — completo; sattva — bondad; mūrtaye — a la Personalidad; puṁsām — de los trascendentalistas; punaḥ — de nuevo; pāramahaṁsye — la máxima etapa de la perfección; āśrame — en la condición; vyavasthitānām — situado particularmente; anumṛgya — el destino; dāśuṣe — aquel que libera.

Traducción

Le ofrezco de nuevo mis respetuosas reverencias a la forma completa de la existencia y la trascendencia, quien libera de todas las aflicciones a los devotos piadosos, y quien es el destructor de los subsiguientes adelantos que pudiera haber en el temperamento ateo de los demonios no devotos. A los trascendentalistas que están situados en el plano de la máxima perfección espiritual, Él les otorga sus destinos específicos.

Significado

El Señor Śrī Kṛṣṇa es la forma completa de toda existencia, tanto material como espiritual. Akhila significa «completo», o aquello que no es khila, inferior. Como se afirma en el Bhagavad-gītā, hay dos clases de naturalezas (prakṛti), es decir, la naturaleza material y la naturaleza espiritual, o las potencias externa e interna del Señor. La naturaleza material se denomina aparā, o inferior, y la naturaleza espiritual se denomina superior o trascendental. Por consiguiente, la forma del Señor no es de la naturaleza material inferior. Él es la trascendencia completa. Y Él es mūrti, es decir, tiene una forma trascendental. Los hombres poco inteligentes, que ignoran Su forma trascendental, lo describen como Brahman impersonal. Pero el Brahman tan solo constituye los rayos de Su cuerpo trascendental (yasya prabhā). Los devotos, quienes conocen Su forma trascendental, le prestan servicio; en consecuencia, el Señor también corresponde de modo recíproco mediante Su misericordia sin causa, y de esa manera libera a Sus devotos de todas las aflicciones. Los hombres piadosos que siguen las disposiciones de los Vedas también le son queridos, y, por consiguiente, los hombres piadosos de este mundo también son protegidos por Él. Los impíos y los no devotos están en contra de los principios de los Vedas, y por eso a esas personas siempre se les impide que avancen en sus infames actividades. Algunos de ellos, a quienes el Señor favorece de modo especial, son matados por Él personalmente, como en los casos de Rāvaṇa, Hiraṇyakaśipu y Kaṁsa, con lo cual esos demonios obtienen la salvación y de ese modo se les impide que sigan progresando en sus actividades demoníacas. Al igual que un padre bondadoso, ya sea al favorecer a los devotos o al castigar a los demonios, Él siempre es bondadoso con todo el mundo, porque es la existencia completa de toda existencia individual.

La etapa paramahaṁsa de la existencia es la etapa más alta y perfecta de los valores espirituales. Según Śrīmatī Kuntīdevī, al Señor solo lo entienden de hecho los paramahaṁsas. Así como hay una comprensión gradual de la trascendencia que va desde el Brahman impersonal hasta el Paramātmā localizado, y de este hasta la Personalidad de Dios, Puroṣottama, el Señor Kṛṣṇa, así mismo en la vida espiritual de sannyāsa hay una promoción gradual de la situación de uno. Kuṭīcaka, bahūdaka, parivrājakācārya y paramahaṁsa son etapas progresivas graduales que hay en la orden de vida de renuncia, sannyāsa, y la reina Kuntīdevī, la madre de los Pāṇḍavas, ha hablado de ellas en sus oraciones al Señor Kṛṣṇa (Canto Uno, capítulo ocho). Los paramahaṁsas se encuentran, por lo general, tanto entre los impersonalistas como entre los devotos, pero según el Śrīmad-Bhāgavatam (como lo afirma claramente Kuntīdevī), el bhakti-yoga puro lo entienden los paramahaṁsas, y Kuntīdevī ha mencionado especialmente que el Señor desciende (paritrāṇāya sādhūnām) especialmente para otorgarles el bhakti-yoga a los paramahaṁsas. De modo que, en fin de cuentas, los paramahaṁsas, en el verdadero sentido del término, son devotos puros del Señor. Śrīla Jīva Gosvāmī ha aceptado directamente que el destino máximo es el bhakti-yoga, mediante el cual uno acepta el amoroso servicio trascendental del Señor. Aquellos que aceptan la senda del bhakti-yoga son los verdaderos paramahaṁsas.

Como el Señor es muy bondadoso con todo el mundo, a los impersonalistas, que aceptan el bhakti como el medio para fundirse en la existencia del Señor en Su brahmajyoti impersonal, también se les confiere el destino que desean. Él le ha asegurado a todo el mundo en el Bhagavad-gītā (4.11): ye yathā māṁ prapadyante. Según Śrīla Viśvanātha Cakravartī, hay dos clases de paramahaṁsas, a saber, los brahmānandīs (los impersonalistas) y los premānandīs (los devotos), y a ambos se les confieren los destinos que desean, aunque los premānandīs son más afortunados que los brahmānandīs. Pero tanto los brahmānandīs como los premānandīs son trascendentalistas, y no tienen nada que ver con la naturaleza material inferior, que está llena de las desdichas existenciales de la vida.

Texto

namo namas te ’stv ṛṣabhāya sātvatāṁ
vidūra-kāṣṭhāya muhuḥ kuyoginām
nirasta-sāmyātiśayena rādhasā
sva-dhāmani brahmaṇi raṁsyate namaḥ

Palabra por palabra

namaḥ namaḥ te — permítaseme ofrecerle mis reverencias; astu — son; ṛṣabhāya — al gran asociado; sātvatām — de los miembros de la dinastía Yadu; vidūra-kāṣṭhāya — aquel que está lejos de los pendencieros mundanos; muhuḥ — siempre; ku-yoginām — de los no devotos; nirasta — venció; sāmya — igual condición; atiśayena — mediante la grandeza; rādhasā — mediante la opulencia; sva-dhāmani — en Su propia morada; brahmaṇi — en el cielo espiritual; raṁsyate — disfruta; namaḥ — me postro.

Traducción

Permítaseme ofrecerle mis respetuosas reverencias a Aquel que es el asociado de los miembros de la dinastía Yadu y que siempre es un problema para los no devotos. Él es el disfrutador supremo tanto del mundo material como del mundo espiritual, y sin embargo disfruta de Su propia morada en el cielo espiritual. No hay nadie que sea igual a Él, porque Su opulencia trascendental es inconmensurable.

Significado

Las manifestaciones trascendentales del Señor Supremo Śrī Kṛṣṇa, tienen dos aspectos. Para los devotos puros, Él es el compañero constante, tal como ocurrió en el caso de la familia de la dinastía Yadu, o al convertirse en amigo de Arjuna, o al convertirse en el vecino y asociado de los habitantes de Vṛndāvana, como hijo de Nanda-Yaśodā, como amigo de Sudāmā, Śrīdāmā y Madhumaṅgala, o como amante de las doncellas de Vrajabhūmi, etc. Eso es parte de Sus características personales. Y mediante Su aspecto impersonal, Él expande los rayos del brahmajyoti, el cual es ilimitado y se difunde por todas partes. Una parte de este brahmajyoti omnipresente, que es como los rayos del sol, es cubierta por la oscuridad del mahat-tattva, y esa insignificante parte es conocida como el mundo material. En este mundo material existen infinidad de universos tal como del que tenemos experiencia, y en cada uno de ellos hay cientos de miles de planetas como este en el que habitamos. La gente mundana está más o menos cautivada por la ilimitada forma expansión de los rayos del Señor, pero los devotos están más interesados en Su forma personal, de la cual emana todo (janmādy asya yataḥ). Así como los rayos del sol se concentran en el disco solar, así mismo el brahmajyoti se concentra en Goloka Vṛndāvana, el planeta espiritual más elevado del cielo espiritual. El inconmensurable cielo espiritual está lleno de planetas espirituales, llamados Vaikuṇṭhas, que se encuentran mucho más allá del cielo material. La gente mundana tiene insuficiente información incluso acerca del cielo mundano, por lo cual ¿qué puede pensar del cielo espiritual? De modo que, la gente mundana siempre está lejísimos de Él. Incluso si en el futuro son capaces de fabricar alguna máquina cuya velocidad pueda acelerarse hasta llegar a la velocidad del viento o de la mente, aun así, las personas mundanas serán incapaces de siquiera imaginar que pueden alcanzar los planetas del cielo espiritual. Así que, el Señor y Su morada residencial siempre permanecerán como un mito o un problema misterioso; pero para los devotos, el Señor siempre estará disponible como asociado.

En el cielo espiritual Su opulencia es inconmensurable. El Señor reside en todos los planetas espirituales, los innumerables planetas Vaikuṇṭhas, mediante la expansión de Sus porciones plenarias, y reside ahí junto con Sus liberados devotos asociados; pero a los impersonalistas que quieren fundirse en la existencia del Señor, se les permite hacerlo como una de las chispas espirituales del brahmajyoti. Ellos no tienen ninguna aptitud para convertirse en asociados del Señor, ya sea en los planetas Vaikuṇṭhas o en el planeta supremo, Goloka Vṛndāvana, que se describe en el Bhagavad-gītā como mad-dhāma, y que se describe en este verso como el sva-dhāma del Señor.

Este mad-dhāma o sva-dhāma se describe en el Bhagavad-gītā (15.6) de la siguiente manera:

na tad bhāsayate sūryo
na śaśāṅko na pāvakaḥ
yad gatvā na nivartante
tad dhāma paramaṁ mama

El sva-dhāma del Señor no requiere para nada de la luz del Sol ni de la Luna, ni de la electricidad, para la iluminación. Ese dhāma, o lugar, es supremo, y quienquiera que vaya allá, jamás regresa a este mundo material.

Los planetas Vaikuṇṭhas y el planeta Goloka Vṛndāvana son todos autoluminosos, y los rayos que se difunden por esos sva-dhāma del Señor constituyen la existencia del brahmajyoti. Según se confirma además en los Vedas, como en el Muṇḍaka Upaniṣad (2.2.10), en el Katha Upanisad (2.2.15) y en el Śvetāśvatara Upaniṣad (6.14):

na tatra sūryo bhāti na candra-tārakaṁ
nemā vidyuto bhānti kuto ’yam agniḥ
tam eva bhāntam anubhāti sarvaṁ
tasya bhāsā sarvam idaṁ vibhāti

En el sva-dhāma del Señor no hay necesidad de sol, luna ni estrellas, para la iluminación. Ni tampoco hay necesidad de electricidad, así que ni qué hablar de lámparas de combustión. Por otro lado, debido a que esos planetas son autoluminosos, toda refulgencia se ha vuelto posible, y cualquier cosa que sea deslumbrante se debe al reflejo de ese sva-dhāma.

Aquel que se deslumbra con la refulgencia del brahmajyoti impersonal no puede conocer la trascendencia personal; por consiguiente, en el Īśopaniṣad (15) se ora pidiendo que el Señor aparte Su refulgencia deslumbrante, de modo que el devoto pueda ver la verdadera realidad. Ello se dice de la siguiente manera:

hiraṇmayena pātreṇa
satyasyāpihitaṁ mukham
tat tvaṁ pūṣann apāvṛṇu
satya-dharmāya dṛṣṭaye

«¡Oh, Señor!, Tú eres el sustentador de todo, tanto de lo material como de lo espiritual, y todo florece por Tu misericordia. Tu servicio devocional, o bhakti-yoga, es el verdadero principio de la religión, satya-dharma, y yo estoy dedicado a ese servicio. Así que, ten la bondad de protegerme mostrándome Tu verdadera cara. Por favor, retira, pues, el velo de Tus rayos brahmajyotis, de modo que yo pueda ver Tu forma de bienaventuranza y conocimiento eterno».

Texto

yat-kīrtanaṁ yat-smaraṇaṁ yad-īkṣaṇaṁ
yad-vandanaṁ yac-chravaṇaṁ yad-arhaṇam
lokasya sadyo vidhunoti kalmaṣaṁ
tasmai subhadra-śravase namo namaḥ

Palabra por palabra

yat — cuya; kīrtanam — glorificación; yat — cuyos; smaraṇam — recuerdos; yat — cuya; īkṣaṇam — audiencia; yat — cuyas; vandanam — oraciones; yat — cuyo; śravaṇam — oír hablar de; yat — cuya; arhaṇam — adoración; lokasya — de toda la gente; sadyaḥ — en el acto; vidhunoti — limpia específicamente; kalmaṣam — los efectos de los pecados; tasmai — a Él; subhadra — supremamente auspicioso; śravase — aquel que es oído; namaḥ — mis debidas reverencias; namaḥ — una y otra vez.

Traducción

Permítaseme ofrecerle mis respetuosas reverencias al supremamente auspicioso Señor Śrī Kṛṣṇa, pues glorificarlo, recordarlo, tener una audiencia con Él, orarle, oír hablar de Él y adorarlo pueden limpiar en el acto los efectos de todos los pecados del ejecutor.

Significado

Śrī Śukadeva Gosvāmī, la máxima autoridad que existe, sugiere aquí la forma sublime de las ejecuciones religiosas, mediante las cuales uno se puede liberar de todas las reacciones de los pecados. Kīrtanam, o el glorificar al Señor, se puede realizar de muchísimas maneras, tales como recordarlo, visitando los templos para ver la Deidad, ofreciendo oraciones frente al Señor, y oyendo recitaciones en las que se glorifique al Señor, tal como se mencionan en el Śrīmad-Bhāgavatam o en el Bhagavad-gītā. El kīrtanam se puede llevar a cabo tanto mediante el canto de las glorias del Señor con el acompañamiento de música melodiosa, como también mediante la recitación de Escrituras tales como el Śrīmad-Bhāgavatam o el Bhagavad-gītā.

Los devotos no tienen que desilusionarse ante la ausencia física del Señor, aunque crean que no están asociados con Él. El proceso devocional de cantar, oír, recordar, etc., (o bien todos ellos, o algunos de ellos, o incluso uno de ellos) puede brindarnos el anhelado resultado de asociarnos con el Señor, por medio del desempeño del amoroso servicio trascendental del Señor del modo antedicho. Incluso el solo sonido del santo nombre del Señor Kṛṣṇa o Rāma puede de inmediato recargar de espiritualidad la atmósfera. Debemos saber con toda certeza que el Señor está presente dondequiera que se realice esa clase de servicio trascendental y puro, y, por ende, el ejecutor del kīrtanam sin ofensas se asocia verdaderamente con el Señor. De modo similar, el recuerdo y las oraciones también nos pueden brindar el resultado deseado, si se hacen debidamente bajo la guía experta. Uno no debe inventar formas de servicio devocional. Uno puede adorar la forma del Señor que se encuentre en un templo, o uno puede ofrecerle al Señor oraciones devocionales de un modo impersonal en una mezquita o en una iglesia. Es seguro que uno se va a librar de las reacciones de los pecados, siempre y cuando tenga el gran cuidado de no cometer pecados deliberadamente, en espera de librarse de las reacciones de los pecados mediante los actos de adorar en el templo u ofrecer oraciones en la iglesia. Esa mentalidad de cometer pecados intencionalmente al amparo del servicio devocional, se denomina nāmno balād yasya hi pāpa-buddhiḥ, y constituye la mayor de las ofensas en el desempeño del servicio devocional. Por consiguiente, oír es esencial a fin de mantenerse estrictamente en guardia contra los peligros de cometer pecados. Y para darle énfasis especial al proceso de oír, el Gosvāmī invoca toda la buena fortuna en relación con esto.

Texto

vicakṣaṇā yac-caraṇopasādanāt
saṅgaṁ vyudasyobhayato ’ntar-ātmanaḥ
vindanti hi brahma-gatiṁ gata-klamās
tasmai subhadra-śravase namo namaḥ

Palabra por palabra

vicakṣaṇāḥ — sumamente intelectual; yat — cuyo; caraṇa-upasādanāt — por el simple hecho de uno dedicarse a los pies de loto; saṅgam — apego; vyudasya — renunciando por completo; ubhayataḥ — por la existencia presente y futura; antaḥ-ātmanaḥ — del corazón y el alma; vindanti — se mueve progresivamente; hi — ciertamente; brahma-gatim — hacia la existencia espiritual; gata-klamāḥ — sin dificultad; tasmai — a Él; subhadra — sumamente auspicioso; śravase — a aquel que es oído; namaḥ — mis debidas reverencias; namaḥ — una y otra vez.

Traducción

Permítaseme ofrecerle mis respetuosas reverencias una y otra vez al supremamente auspicioso Señor Śrī Kṛṣṇa. Por el simple hecho de entregarse a Sus pies de loto, la gente sumamente intelectual se libera de todos los apegos a la existencia presente y futura, y progresa hacia la existencia espiritual sin dificultad.

Significado

El Señor Śrī Kṛṣṇa ha instruido repetidamente a Arjuna, o, a decir verdad, a todos los interesados en volverse devotos puros de Él. En la última fase de la instrucción que Él dio en el Bhagavad-gītā (18.64-66), dio instrucciones muy confidenciales, de la manera siguiente:

sarva-guhyatamaṁ bhūyaḥ
śṛṇu me paramaṁ vacaḥ
iṣṭo ’si me dṛḍham iti
tato vakṣyāmi te hitam
man-manā bhava mad-bhakto
mad-yājī māṁ namaskuru
mām evaiṣyasi satyaṁ te
pratijāne priyo ’si me
sarva-dharmān parityajya
mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja
ahaṁ tvāṁ sarva-pāpebhyo
mokṣayiṣyāmi mā śucaḥ

«Mi querido Arjuna, tú eres muy querido por Mí, y, en consecuencia, solo por tu bien, voy a revelar la parte más secreta de Mis instrucciones. Es simplemente esta: vuélvete un devoto puro de Mí y entrégate únicamente a Mí, y Yo te prometo la existencia espiritual plena, mediante la cual puedes ganarte el derecho eterno de prestarme un amoroso servicio trascendental. Solo abandona todas las demás formas de religiosidad, y entrégate exclusivamente a Mí y confía en que Yo te protegeré de todos tus actos pecaminosos y te redimiré. No te preocupes más».

Las personas que son inteligentes le prestan suma atención a esta última instrucción del Señor. El conocimiento acerca del ser, que se denomina «conocimiento confidencial», es el primer paso en la iluminación espiritual, y un paso más adelante está la comprensión de Dios, que se denomina «conocimiento más confidencial». La culminación del conocimiento del Bhagavad-gītā es la comprensión de Dios, y cuando uno llega a esa etapa de comprensión de Dios, natural y voluntariamente se convierte en devoto del Señor, para prestarle un amoroso servicio trascendental. Este servicio devocional que se le presta al Señor se basa siempre en el amor por Dios, y es de una naturaleza distinta a la del servicio rutinario, tal como se prescribe en el karma-yoga, jñāna-yoga o dhyāna-yoga. En el Bhagavad-gītā existen diferentes instrucciones para esos hombres de diferentes categorías, y hay diversas descripciones para el varṇāśrama-dharma, sannyāsa-dharma, yati-dharma, la orden de vida de renuncia, el control de los sentidos, la meditación, la perfección de los poderes místicos, etc.; pero aquel que, movido por el amor espontáneo que siente por el Señor, se entrega a Él por entero para prestarle servicio, asimila de hecho la esencia de todo el conocimiento que se describe en los Vedas. Aquel que adopta este método muy hábilmente, logra de inmediato la perfección de la vida. Y esa perfección de la vida humana se denomina brahma-gati, o la marcha progresiva en la existencia espiritual. Tal como lo enuncia Śrīla Jīva Gosvāmī sobre la base de las afirmaciones védicas, brahma-gati significa conseguir una forma espiritual prácticamente igual a la del Señor, y con esa forma el ser viviente liberado vive eternamente en uno de los planetas espirituales situados en el cielo espiritual. El logro de esa perfección de la vida se encuentra fácilmente a la disposición de un devoto puro del Señor, sin que el devoto tenga que someterse a ningún método difícil de perfeccionamiento. Esa clase de vida devocional está colmada de kīrtanam, smaraṇam, īkṣaṇam, etc., tal como se mencionó en el verso anterior. Uno debe adoptar, pues, esta sencilla forma de vida devocional, con el fin de lograr la máxima perfección que se halla disponible en cualquier categoría de forma de vida humana de cualquier parte del mundo. Cuando el Señor Brahmā se encontró con el Señor Kṛṣṇa, este último en forma de niño juguetón de Vṛndāvana, ofreció la oración en la que dijo:

śreyaḥ-sṛtiṁ bhaktim udasya te vibho
kliśyanti ye kevala-bodha-labdhaye
teṣām asau kleśala eva śiṣyate
nānyad yathā sthūla-tuṣāvaghātinām

(Bhāg. 10.14.4)

El bhakti-yoga es la perfección de mayor calidad que debe alcanzar la persona inteligente, en lugar de realizar una gran cantidad de actividades espirituales. El ejemplo que se cita aquí es muy apropiado. Un puñado de granos de arroz es más valioso que montones de cáscaras de arroz sin nada dentro. De igual modo, uno no debe dejarse atraer por el malabarismo del karma-kāṇḍa o del jñāna-kāṇḍa, y ni siquiera por las ejecuciones gimnásticas del yoga, sino que, hábilmente, debe entregarse a las sencillas ejecuciones de kīrtanam, smaraṇam, etc., bajo la guía experta de un maestro espiritual genuino, y, sin ninguna dificultad, lograr la máxima perfección.

Texto

tapasvino dāna-parā yaśasvino
manasvino mantra-vidaḥ sumaṅgalāḥ
kṣemaṁ na vindanti vinā yad-arpaṇaṁ
tasmai subhadra-śravase namo namaḥ

Palabra por palabra

tapasvinaḥ — los grandes sabios eruditos; dāna-parāḥ — el gran ejecutor de caridades; yaśasvinaḥ — el gran trabajador distinguido; manasvinaḥ — los grandes filósofos o místicos; mantra-vidaḥ — el gran cantor de himnos védicos; su-maṅgalāḥ — estrictos seguidores de los principios védicos; kṣemam — resultado provechoso; na — jamás; vindanti — logran; vinā — sin; yat-arpaṇam — dedicación; tasmai — a Él; subhadra — auspicioso; śravase — oír hablar de Él; namaḥ — mis reverencias; namaḥ — una y otra vez.

Traducción

Permítaseme ofrecerle mis respetuosas reverencias al supremamente auspicioso Señor Śrī Kṛṣṇa una y otra vez, porque los grandes sabios eruditos, los grandes ejecutores de caridades, los grandes trabajadores distinguidos, los grandes filósofos y místicos, los grandes cantores de los himnos védicos y los grandes seguidores de los principios védicos no pueden conseguir ningún resultado provechoso, si no dedican esas grandes cualidades al servicio del Señor.

Significado

El adelanto del conocimiento, una disposición caritativa, el liderazgo político, social o religioso de la sociedad humana, las especulaciones filosóficas, la práctica del sistema del yoga, el volverse experto en los rituales védicos, y todas las elevadas cualidades similares que tiene el hombre, solo le sirven a uno en el logro de la perfección, cuando se emplean en el servicio del Señor. Sin ese acoplamiento, todas esas cualidades se vuelven fuentes de problemas para la generalidad de la gente. Todo puede ser utilizado, o bien para la complacencia de nuestros propios sentidos, o bien en el servicio de alguien diferente de uno. Además, hay dos clases de intereses egoístas, es decir, el egoísmo personal y el egoísmo extendido. Pero no hay ninguna diferencia cualitativa entre el egoísmo personal y el extendido. El robo en aras del bien personal o del bien de la familia es de la misma calidad criminal. Un ladrón que alega que no es culpable debido a que no robó por su bien personal, sino por el de la sociedad o el país, nunca ha sido excusado por la ley establecida de ningún país. La generalidad de la gente no sabe que el interés personal de un ser viviente alcanza la perfección, solo cuando dicho interés coincide con el del Señor. Por ejemplo, ¿qué interés hay en mantener el cuerpo y el alma juntos? Uno gana dinero para mantener el cuerpo (personal o social), pero a menos que exista conciencia de Dios, a menos que el cuerpo se esté manteniendo debidamente para llegar a comprender a relación que uno tiene con Dios, todos los esfuerzos de mantener el cuerpo y el alma juntos son similares a los esfuerzos que hacen los animales para mantener el cuerpo y el alma juntos. El propósito de mantener el cuerpo humano es diferente del de los animales. De igual modo, el adelanto del conocimiento, el desarrollo económico, la investigación filosófica, el estudio de la literatura védica o incluso la ejecución de actividades piadosas (tales como la caridad, la fundación de hospitales y la distribución de granos alimenticios) deben llevarse a cabo en relación con el Señor. Todos esos actos y esfuerzos deben tener como objetivo el placer del Señor, y no la satisfacción de alguna otra entidad, individual o colectiva (saṁsiddhir hari–toṣaṇam). En el Bhagavad-gītā (9.27) se confirma el mismo principio, donde se dice que todo lo que uno dé como caridad y todo lo que observe a modo de austeridad, se le debe dar al Señor o se debe realizar únicamente para Él. Los expertos líderes de una civilización humana atea no pueden producir un resultado provechoso con todos sus diferentes esfuerzos en el adelanto educacional o el desarrollo económico, a menos que estén conscientes de Dios. Y para volverse consciente de Dios hay que oír hablar del supremamente auspicioso Señor, tal como se lo describe en obras literarias tales como el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam.

Texto

kirāta-hūṇāndhra-pulinda-pulkaśā
ābhīra-śumbhā yavanāḥ khasādayaḥ
ye ’nye ca pāpā yad-apāśrayāśrayāḥ
śudhyanti tasmai prabhaviṣṇave namaḥ

Palabra por palabra

kirāta — una provincia de la antigua Bhārata; hūṇa — parte de Alemania y Rusia; āndhra — una provincia del sur de la India; pulinda — los griegos; pulkaśāḥ — otra provincia; ābhīra — parte del antiguo Sind; śumbhāḥ — otra provincia; yavanāḥ — los turcos; khasa-ādayaḥ — la provincia mongólica; ye — incluso esos; anye — otros; ca — también; pāpāḥ — adictos a actos pecaminosos; yat — cuyos; apāśraya-āśrayāḥ — habiéndose refugiado en los devotos del Señor; śudhyanti — purificados de inmediato; tasmai — a Él; prabhaviṣṇave — al poderoso Viṣṇu; namaḥ — mis respetuosas reverencias.

Traducción

Las razas kirāta, hūṇa, āndhra, pulinda, pulkaśa, ābhīra, śumbha, yavana, los miembros de las razas khasa e incluso otros adictos a actos pecaminosos, pueden purificarse si se refugian en los devotos del Señor, debido a que Él es el poder supremo. A Él le ofrezco mis respetuosas reverencias.

Significado

Kirāta: Una provincia de la antigua Bhārata-varṣa que se menciona en el Bhīṣma-parva del Mahābhārata. Por lo general, a los kirātas se los conoce como las tribus aborígenes de la India, y en los días actuales, los Santal Parganas de Bihar y Chota Nagpur podrían constituir la antigua provincia llamada Kirāta.

Hūṇa: El área de Alemania Oriental y parte de Rusia se conoce como la provincia de los Hūṇas. En consecuencia, a veces se conoce como los hunas a una clase de tribu montañesa.

Āndhra: Una provincia del sur de la India que se menciona en el Bhīṣma-parva del Mahābhārata. Aún existe con el mismo nombre.

Pulinda: Se menciona en el Mahābhārata (Ādi-parva 174.39), es decir, se refiere a los habitantes de la provincia de nombre Pulinda. Este país fue conquistado por Bhīṣmadeva y Sahadeva. Los griegos son conocidos como pulindas, y en el Vana-parva del Mahābhārata se menciona que la raza no védica de esta parte del mundo iba a regir el mundo. Esta provincia Pulinda también fue una de las provincias de Bhārata, y sus habitantes se clasificaban entre los reyes kṣatriyas. Pero posteriormente, debido a que ellos abandonaron la cultura brahmínica, se los mencionaba como mlecchas (tal como a aquellos que no son seguidores de la cultura islámica se los llama kafirs, y a aquellos que no son seguidores de la cultura cristiana se los llama paganos).

Ābhīra: Este nombre también aparece en el Mahābhārata, tanto en el Sabhā-parva como en el Bhīṣma-parva. Se dice que esta provincia estaba situada en el Sind, a orillas del río Sarasvatī. La moderna provincia Sind se extendía en la antigüedad por el lado opuesto del mar Arábigo, y todos los habitantes de esa provincia eran conocidos como los ābhīras. Ellos estuvieron bajo el dominio de Mahārāja Yudhiṣṭhira, y según las declaraciones de Mārkaṇḍeya, los mlecchas de esta parte del mundo también gobernarían Bhārata. Posteriormente esto resultó ser cierto, al igual que en el caso de los pulindas. En el nombre de los pulindas, Alejandro Magno conquistó la India, y en el nombre de los ābhīras, Mohamed Ghori también la conquistó. Antiguamente, estos ābhīras también eran kṣatriyas que seguían la cultura brahmínica, pero abandonaron la relación. Los kṣatriyas que le temían a Paraśurāma y que se habían escondido en las regiones montañosas del Cáucaso, más adelante fueron conocidos como los ābhīras, y el lugar en que vivían se llegó a conocer como Ābhīradeśa.

Śumbhas o Kankas: Son los habitantes de la provincia Kaṇka del antiguo Bhārata, que se menciona en el Mahābhārata.

Yavanas: Yavana era el nombre de uno de los hijos de Mahārāja Yayāti, a quien se le dio la parte del mundo conocida como Turquía para que la gobernara. Por consiguiente, los turcos son los yavanas, ya que son descendientes de Mahārāja Yavana. Los yavanas eran, entonces, kṣatriyas, y posteriormente, por abandonar la cultura brahmínica, se volvieron mlecchas-yavanas. En el Mahābhārata hay descripciones de los yavanas (Ādi-parva 85.34). Otro príncipe, llamado Turvasu, también era conocido como Yavana, y su país fue conquistado por Sahadeva, uno de los Pāṇḍavas. El yavana occidental se unió a Duryodhana en la batalla de Kurukṣetra, bajo la presión de Karṇa. También se predijo que estos yavanas conquistarían la India, y resultó ser cierto.

Khasa: Los habitantes de Khasadeśa se mencionan en el Mahābhārata (Droṇa-parva). A aquellos que tienen un bigote corto se les llama por lo general khasas. Así pues, la raza khasa está constituida por los mongoles, los chinos y otros a quienes se los designe así.

Los nombres históricos antedichos corresponden a diferentes naciones del mundo. Incluso todos aquellos que están constantemente dedicados a actos pecaminosos, pueden ser corregidos y llevados al nivel de seres humanos perfectos, si se refugian en los devotos del Señor. Jesucristo y Mahoma, dos poderosos devotos del Señor, han realizado un tremendo servicio en la superficie del globo en el nombre del Señor. Y de acuerdo con la versión de Śrīla Śukadeva Gosvāmī, parece ser que en vez de dirigir una civilización atea en el contexto actual de la situación del mundo, si el liderazgo de los asuntos del mundo se les confía a los devotos del Señor, para lo cual ya se ha fundado una organización mundial que responde al nombre y la forma de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna, entonces, por la gracia del Señor Todopoderoso, puede haber una total transformación en el corazón de los seres humanos de todas partes del mundo, pues los devotos del Señor son autoridades aptas para efectuar un cambio de esa índole, mediante el hecho de purificar las mentes polvorientas de la generalidad de la gente. Los políticos del mundo pueden permanecer en sus respectivas posiciones porque los devotos puros del Señor no están interesados en liderazgo político o implicaciones diplomáticas. Los devotos están interesados únicamente en ver que la gente no se vea desencaminada por propaganda política, y en ver que la valiosa vida de un ser humano no se malogre por seguir un tipo de civilización que en fin de cuentas está llamada a fracasar. De modo que, si los políticos fueran guiados por el buen consejo de los devotos, entonces ciertamente que habría un gran cambio en la situación del mundo, gracias a la purificadora propaganda de los devotos, tal como lo enseñó el Señor Caitanya. Así como Śukadeva Gosvāmī comenzó su oración discutiendo la palabra yat-kīrtanam, así mismo el Señor Caitanya recomendó que se glorificara el santo nombre del Señor, ya que por el simple hecho de hacerlo podría llevarse a cabo una tremenda transformación del corazón, mediante la cual podrían extinguirse de inmediato todos los malos entendidos que los políticos han creado entre las naciones humanas. Y después de extinguir el fuego de los malos entendidos, se derivarán otros beneficios. El destino es el de ir de vuelta al hogar, de vuelta a Dios, tal como lo hemos discutido varias veces en estas páginas.

De acuerdo con el culto de la devoción, conocido por lo general como el culto vaiṣṇava, no hay nada que le impida a nadie progresar en lo referente a la comprensión de Dios. Un vaiṣṇava es lo suficientemente poderoso como para convertir en vaiṣṇava incluso al kirāta, etc., como se mencionó anteriormente. En el Bhagavad-gītā (9.32), el Señor dice que no hay nada que le impida a uno volverse un devoto del Señor (incluso en el caso de aquellos que han nacido en una clase baja, o las mujeres, los śūdras y los vaiśyas), y al volverse devoto, todo el mundo es merecedor de regresar al hogar, de vuelta a Dios. El único requisito es que uno se refugie en un devoto puro del Señor que tenga conocimiento cabal acerca de la ciencia trascendental de Kṛṣṇa (el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam). Cualquier persona de cualquier parte del mundo que se vuelva bien versada en la ciencia de Kṛṣṇa, se convierte en devoto puro y maestro espiritual de las masas, y puede redimirlas mediante la purificación del corazón. Aunque una persona sea la más pecadora de todas, puede purificarse de inmediato mediante el contacto sistemático que tenga con un vaiṣṇava puro. Por lo tanto, un vaiṣṇava puede aceptar como discípulo genuino a una persona de cualquier parte del mundo, sin ninguna consideración de casta y credo, y promoverla mediante los principios regulativos hasta la condición de vaiṣṇava puro, posición que es trascendental a la cultura brahmínica. El sistema de castas, o el varṇāśrama-dharma, ya no es corriente ni siquiera entre los supuestos seguidores de dicho sistema, y ahora tampoco es posible restablecer la función institucional en el contexto actual de la revolución social, política y económica. Sin considerar las costumbres particulares de un país, a uno se lo puede aceptar en el culto vaiṣṇava de un modo espiritual, y no hay ningún impedimento que obstaculice el proceso trascendental. De manera que, por orden del Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu, se puede predicar por el mundo entero acerca del culto del Śrīmad-Bhāgavatam y el Bhagavad-gītā, redimiendo a todas las personas que estén deseosas de aceptar el trascendental culto. Esa clase de propaganda cultural que hacen los devotos, sin duda que la aceptarán todas las personas que sean sensatas e indagadoras, y que no tengan ningún prejuicio en particular por la costumbre del país. El vaiṣṇava nunca se relaciona con otro vaiṣṇava basándose en el nacimiento, de la misma manera en que jamás piensa que la Deidad del Señor que está en el templo es un ídolo. Y para eliminar todas las dudas que hubiere en relación con esto, Śrīla Śukadeva Gosvāmī ha invocado las bendiciones del Señor, quien es todopoderoso (prabhaviṣṇave namaḥ). Así como el todopoderoso Señor acepta el humilde servicio que Su devoto le presta a través de las actividades devocionales del arcana, Su forma como la Deidad venerable que se halla en el templo, así mismo el cuerpo de un vaiṣṇava puro se transforma de una manera trascendental e inmediata, cuando se entrega al servicio del Señor y lo prepara un vaiṣṇava capacitado. El mandamiento de la regulación vaiṣṇava relacionada con esto, reza lo siguiente: ārcye viṣṇau śilā-dhīr guruṣu nara-matir vaiṣṇave jāti-buddhiḥ śrī-viṣṇor śabda-sāmānya-buddhiḥ, etc. «Uno no debe considerar que la Deidad del Señor tal como se adora en el templo es un ídolo, ni se debe considerar que el maestro espiritual autorizado es un hombre ordinario. Ni tampoco se debe considerar que un vaiṣṇava puro pertenece a una determinada casta, etc.» (Padma Purāṇa).

De esto se concluye que el Señor, siendo todopoderoso, puede aceptar bajo cualquier circunstancia a cualquier persona de cualquier parte del mundo, o bien personalmente, o a través de Su manifestación genuina, el maestro espiritual. El Señor Caitanya aceptó a muchos devotos procedentes de comunidades que no eran las varṇāśramitas**, y Él Mismo declaró, para enseñarnos, que Él no pertenece a ninguna casta ni orden social de la vida, sino que es el eterno sirviente del sirviente del Señor, quien mantiene a las doncellas de Vṛndāvana (el Señor Kṛṣṇa). Esa es la senda de la autorrealización.

Texto

sa eṣa ātmātmavatām adhīśvaras
trayīmayo dharmamayas tapomayaḥ
gata-vyalīkair aja-śaṅkarādibhir
vitarkya-liṅgo bhagavān prasīdatām

Palabra por palabra

saḥ — Él; eṣaḥ — es; ātmā — la Superalma; ātmavatām — de las almas autorrealizadas; adhīśvaraḥ — el Señor Supremo; trayī-mayaḥ — los Vedas personificados; dharma-mayaḥ — la Escritura religiosa personificada; tapaḥ-mayaḥ — la austeridad personificada; gata-vyalīkaiḥ — por aquellos que están por encima de todas las pretensiones; aja — Brahmājī; śaṅkara-ādibhiḥ — por el Señor Śiva y otros; vitarkya-liṅgaḥ — aquel que es observado con respeto y veneración; bhagavān — la Personalidad de Dios; prasīdatām — sea bondadoso conmigo.

Traducción

Él es la Superalma y el Señor Supremo de todas las almas autorrealizadas. Él es la personificación de los Vedas, de las Escrituras religiosas y de las austeridades. Él es adorado por el Señor Brahmā y por Śiva, y por todos aquellos que han trascendido todas las pretensiones. Siendo así reverenciado con respeto y veneración, que ese Absoluto Supremo se complazca conmigo.

Significado

Aunque el Señor Supremo, la Personalidad de Dios, es el Señor de todos los seguidores de los diferentes senderos de la autorrealización, a Él lo pueden conocer únicamente aquellos que están por encima de todas las pretensiones. Todo el mundo está buscando la paz eterna o la vida eterna, y con miras a llegar a ese destino todo el mundo está estudiando, o bien las Escrituras védicas, u otras Escrituras religiosas, o sometiéndose a una severa austeridad como filósofo empírico, como yogī místico o como devoto puro, etc. Pero al Señor Supremo solo lo comprenden a la perfección los devotos, porque ellos se encuentran por encima de todas las pretensiones. A aquellos que se encuentran en la senda de la autorrealización, por lo general se los clasifica como karmīs, jñānīs, yogīs o devotos del Señor. Los karmīs, que se sienten muy atraídos por las actividades fruitivas de los rituales védicos, reciben el nombre de bhukti-kāmī, o aquellos que desean disfrute material. Los jñānīs, que tratan de volverse uno con el Supremo mediante la especulación mental, reciben el nombre de mukti-kāmī, o aquellos que desean liberarse de la existencia material. Los yogīs místicos, que practican diferentes tipos de austeridades para lograr ocho clases de perfecciones materiales, y que, finalmente, se encuentran con la Superalma (Paramātmā) mediante el trance, reciben el nombre de siddhi-kāmī, o aquellos que desean la perfección de volverse más finos que lo más fino, más pesados que lo más pesado, obtener todo lo que se desee, poder controlar a todo el mundo, crear todo lo que se quiera, etc. Todas estas son habilidades de un yogī poderoso. Pero los devotos del Señor no quieren nada de esa índole para su satisfacción personal. Ellos solo quieren servir al Señor porque el Señor es grande, y ellos, como entidades vivientes que son, son eternamente partes integrales subordinadas del Señor. Esta perfecta comprensión del ser que tiene el devoto, lo ayuda a no tener deseos, a no desear nada para sí mismo, y, en consecuencia, los devotos reciben el nombre de niṣkāmī, o aquellos que no tienen ningún deseo. Una entidad viviente, debido a su posición constitucional, no puede estar desprovista de toda clase de deseos (el bhukti-kāmī, el mukti-kāmī y el siddhi-kāmī, todos desean algo para la satisfacción personal), pero los devotos niṣkāmīs del Señor desean todo para la satisfacción del Señor. Ellos se encuentran completamente dependientes de las órdenes del Señor, y siempre están dispuestos a desempeñar su deber en aras de la satisfacción del Señor.

Al principio, Arjuna se puso en una posición tal como la de aquellos que desean la satisfacción personal, ya que no deseaba pelear en la batalla de Kurukṣetra; pero para librarlo de los deseos el Señor le predicó el Bhagavad-gītā, en el cual se explican los métodos del karma-yoga, jñāna-yoga, haṭha-yoga, y también el bhakti-yoga. Como Arjuna no tenía ninguna pretensión, cambió su decisión y satisfizo al Señor accediendo a pelear (kariṣye vacanaṁ tava), y de esa manera se convirtió en una persona libre de deseos.

Aquí se citan específicamente los ejemplos de Brahmā, y el Señor Śiva, porque Brahmājī, el Señor Śiva, Śrīmatī Lakṣmījī y los cuatro Kumāras (Sanaka, Sanātana, etc.) son líderes de las cuatro sampradāyas vaiṣṇavas que están libres de deseos. Todos ellos están libres de toda clase de pretensiones. Śrīla Jīva Gosvāmī interpreta la palabra gata-vyalīkaiḥ como projjhita-kaitavaiḥ, o aquellos que están libres de todas las pretensiones (únicamente los devotos puros). En el Caitanya-caritāmṛta (Madhya 19.149) se dice:

kṛṣṇa-bhakta — niṣkāma, ata eva ‘śānta’
bhukti-mukti-siddhi-kāmī, sakali ‘aśānta’

Aquellos que buscan resultados fruitivos con sus actividades piadosas, aquellos que desean la salvación y la identidad con el Supremo, y aquellos que desean las perfecciones materiales del poder místico, son todos inquietos porque quieren algo para sí, pero el devoto es totalmente apacible, porque no exige nada para sí y siempre está dispuesto a prestarle servicio al deseo del Señor. La conclusión que se saca de esto es, por consiguiente, que el Señor es para todo el mundo, porque nadie puede conseguir el resultado de sus respectivos deseos sin la sanción de Él, pero como lo afirma el Señor en el Bhagavad-gītā (8.9), todos esos resultados únicamente los otorga Él, pues el Señor es adhīśvara (el controlador original) de todo el mundo, es decir, de los vedantistas, de los grandes karma-kāṇḍīyas, de los grandes líderes religiosos, de los grandes ejecutores de austeridades y de todos los que se esfuerzan por el adelanto espiritual. Pero en fin de cuentas, a Él lo comprenden únicamente los devotos que están libres de pretensiones. Por eso Śrīla Śukadeva Gosvāmī hace especial énfasis en el servicio devocional del Señor.

Texto

śriyaḥ patir yajña-patiḥ prajā-patir
dhiyāṁ patir loka-patir dharā-patiḥ
patir gatiś cāndhaka-vṛṣṇi-sātvatāṁ
prasīdatāṁ me bhagavān satāṁ patiḥ

Palabra por palabra

śriyaḥ — toda la opulencia; patiḥ — el propietario; yajña — del sacrificio; patiḥ — el director; prajā-patiḥ — el líder de todas las entidades vivientes; dhiyām — de la inteligencia; patiḥ — el amo; loka-patiḥ — el propietario de todos los planetas; dharā — la Tierra; patiḥ — el supremo; patiḥ — cabeza; gatiḥ — destino; ca — también; andhaka — uno de los reyes de la dinastía Yadu; vṛṣṇi — el primer rey de la dinastía Yadu; sātvatām — los Yadus; prasīdatām — sea misericordioso; me — conmigo; bhagavān — el Señor Śrī Kṛṣṇa; satām — de todos los devotos; patiḥ — el Señor.

Traducción

Que el Señor Śrī Kṛṣṇa, quien es el venerable Señor de todos los devotos, el protector y la gloria de todos los reyes de la dinastía Yadu —tales como Andhaka y Vṛṣṇi—, el esposo de todas las diosas de la fortuna, el director de todos los sacrificios y, por ende, el líder de todas las entidades vivientes, el controlador de toda inteligencia, el propietario de todos los planetas, espirituales y materiales, y la encarnación suprema que hay en la Tierra (el supremo en absolutamente todo), que Él sea misericordioso conmigo.

Significado

Como Śukadeva Gosvāmī es uno de los destacados gata-vyālikas, los cuales están libres de toda clase de concepciones erróneas, expresa, pues, su propia e iluminada percepción del Señor Śrī Kṛṣṇa, diciendo que Él es la sumatoria de todas las perfecciones, la Personalidad de Dios. Todo el mundo está buscando el favor de la diosa de la fortuna, pero la gente no sabe que el Señor Kṛṣṇa es el amado esposo de todas las diosas de la fortuna. En la Brahma-saṁhitā se dice que el Señor, en Su trascendental morada Goloka Vṛndāvana, acostumbra a cuidar las vacas surabhi, y que ahí es servido por cientos y miles de diosas de la fortuna. Todas esas diosas de la fortuna son manifestaciones de la trascendental potencia de placer (hlādinī-śakti) de Su energía interna, y cuando el Señor se manifiesta en esta Tierra, exhibe parcialmente en Su rāsa-līlā las actividades de Su potencia de placer, solo para atraer a las almas condicionadas, las cuales persiguen la fantasmagórica potencia de placer que hay en el disfrute sexual degradado. Los devotos puros del Señor tales como Śukadeva Gosvāmī, que están completamente desprendidos de la abominable vida sexual del mundo material, ciertamente que no es en relación con la vida sexual que discuten este acto de la potencia de placer del Señor, sino que lo hacen para disfrutar de un placer trascendental que le resulta inconcebible a la gente mundana que se halla tras la vida sexual. La vida sexual del mundo terrenal es la causa fundamental de que se esté condicionado por los grilletes de la ilusión, y sin duda Śukadeva Gosvāmī jamás estuvo interesado en la vida sexual del mundo terrenal. Y la manifestación de la potencia de placer del Señor tampoco tiene ninguna relación con esas cosas degradadas. El Señor Caitanya era un sannyāsī estricto, hasta tal punto, que no permitía que ninguna mujer se le acercara, ni siquiera para postrarse y ofrecerle respetos. Él jamás oyó siquiera las oraciones de las deva-dāsīs que se ofrecían en el templo de Jagannātha, porque a un sannyāsī se le tiene prohibido oír canciones cantadas por el sexo bello. Sin embargo, incluso en la rígida posición de un sannyāsī, recomendó la manera de adorar que preferían las gopīs de Vṛndāvana, como el más elevado servicio amoroso que es posible prestarle al Señor. Y Śrīmatī Rādhārāṇī es la líder principal de todas esas diosas de la fortuna, y, por consiguiente, Ella es el complemento de placer de Kṛṣṇa y no es diferente de Él.

En los rituales védicos existen recomendaciones para realizar diferentes tipos de sacrificios, con el fin de lograr el mayor beneficio en la vida. Esas bendiciones, así como los resultados de la ejecución de grandes sacrificios, son, al fin y al cabo, favores que concede la diosa de la fortuna, y el Señor, siendo el esposo o amante de la diosa de la fortuna, es de hecho también el Señor de todos los sacrificios. Él es el disfrutador final de todas las clases de yajña; por consiguiente, Yajña-pati es otro nombre del Señor Viṣṇu. En el Bhagavad-gītā se recomienda que todo se haga para Yajña-pati (yajñārthāt-karmaṇaḥ), pues, de lo contrario, los actos de uno serán la causa de que la ley de la naturaleza material lo condicione a uno. Aquellos que no están libres de todas las concepciones erróneas (vyalīkam), ejecutan sacrificios para complacer a los semidioses menores, pero los devotos del Señor saben muy bien que el Señor Śrī Kṛṣṇa es el disfrutador supremo de todas las ejecuciones de sacrificio; por lo tanto, ellos realizan el saṅkīrtana-yajña (śravaṇaṁ kīrtanaṁ viṣṇoḥ), que se recomienda especialmente en esta era de Kali. En Kali-yuga, la ejecución de otros tipos de sacrificios no es algo factible, debido a los medios insuficientes de que se dispone y a la inexperiencia de los sacerdotes.

El Bhagavad-gītā (3.10-11) nos da la información de que el Señor Brahmā, después de darles un renacimiento a las almas condicionadas del universo, les ordenó que realizaran sacrificios y que llevaran una vida próspera. Con esas ejecuciones de sacrificios, las almas condicionadas nunca se verán en dificultades para mantener el cuerpo y el alma juntos. En fin de cuentas, ellas pueden purificar su existencia, y lograrán ser promovidas de modo natural a la existencia espiritual, que es la verdadera identidad del ser viviente. Un alma condicionada nunca debe abandonar la práctica del sacrificio, la caridad y la austeridad, bajo ninguna circunstancia. El objetivo de todos esos sacrificios es el de complacer al Yajña-pati, la Personalidad de Dios; por lo tanto, el Señor también es Praja-pati. Según el Kaṭha Upaniṣad, el Señor, que es uno, es el líder de las innumerables entidades vivientes. Las entidades vivientes son mantenidas por el Señor (eko bahūnāṁ yo vidadhāti kāmān). Al Señor se lo llama, en consecuencia, el supremo bhūta-bhṛt, o el sustentador de todos los seres vivientes.

Los seres vivientes están dotados de inteligencia proporcionalmente en función de sus actividades previas. Todos los seres vivientes no están dotados por igual de la misma calidad de inteligencia, porque tras ese desarrollo de inteligencia se encuentra el control del Señor, tal como se declara en el Bhagavad-gītā (15.15). El Señor, en forma de Paramātmā, la Superalma, vive en el corazón de todos, y solo de Él proceden la capacidad de recordar, el conocimiento y el olvido que hay en uno (mattaḥ smṛtir jñānam apohanaṁ ca). Por la gracia del Señor, una persona puede recordar claramente actividades pasadas, mientras que otras personas no pueden hacerlo. Por la gracia del Señor, una es sumamente inteligente, y, mediante el mismo control, otra es necia. De modo que, el Señor es Dhiyāṁ-pati, o el Señor de la inteligencia.

Las almas condicionadas se esfuerzan por volverse señoras del mundo material. Todo el mundo está tratando de enseñorearse de la naturaleza material, aplicando para ello su mayor grado de inteligencia. Este mal uso de la inteligencia por parte del alma condicionada, se denomina locura. Uno debe emplear toda su inteligencia en librarse de las garras materiales. Pero el alma condicionada, únicamente por locura, ocupa toda su energía e inteligencia en la complacencia de los sentidos, y para lograr ese fin de la vida, comete deliberadamente toda suerte de fechorías. Eso trae como resultado que, en vez de lograr una vida no condicionada y de plena libertad, la desquiciada alma condicionada se enreda de nuevo, una y otra vez, en diferentes tipos de cautiverio en cuerpos materiales. Todo lo que vemos en la manifestación material no es más que la creación del Señor. Por lo tanto, Él es el verdadero propietario de todo lo que hay en los universos. El alma condicionada puede disfrutar de un fragmento de esta creación material, bajo el control del Señor, pero no de una manera autosuficiente. Esa es la instrucción que se encuentra en el Īśopaniṣad. Uno debe sentirse satisfecho con las cosas que le otorga el Señor del universo. Es solo por locura por lo que uno trata de usurparle a otro su parte de las pertenencias materiales.

El Señor del universo, por Su misericordia sin causa para con las almas condicionadas, desciende por medio de Su propia energía (ātma-māyā) para restablecer la relación eterna que las almas condicionadas tienen con Él. Él les indica a todos que se entreguen a Él, en vez de pretender ser disfrutadores hasta un cierto límite bajo el control de Él. Cuando Él así desciende, demuestra cuán mayor es Su habilidad de disfrutar, y exhibe Su capacidad de disfrute al casarse (por ejemplo) con dieciséis mil mujeres al mismo tiempo. El alma condicionada se siente muy orgullosa de convertirse en el esposo de siquiera una mujer, pero el Señor se ríe de ello; el hombre inteligente puede saber quién es el verdadero esposo. En efecto, el Señor es el esposo de todas las mujeres de Su creación, pero un alma condicionada que se encuentra bajo el control del Señor, se siente orgullosa de ser el esposo de una o dos mujeres.

Todas estas aptitudes para ser los diferentes tipos de pati que se mencionan en este verso, le pertenecen al Señor Śrī Kṛṣṇa, y por ello Śukadeva Gosvāmī ha mencionado especialmente al pati y gati de la dinastía Yadu. Los miembros de la dinastía Yadu sabían que el Señor Śrī Kṛṣṇa lo es todo, y todos ellos se proponían regresar a donde se encontraba el Señor Kṛṣṇa, después de que Él hubiera terminado Sus pasatiempos trascendentales en la Tierra. La dinastía Yadu fue aniquilada por la voluntad del Señor, porque sus miembros tenían que regresar al hogar con el Señor. La aniquilación de la dinastía Yadu fue un espectáculo material creado por el Señor Supremo; por lo demás, el Señor y los miembros de la dinastía Yadu son todos asociados eternos. El Señor es, pues, el guía de todos los devotos, en virtud de lo cual Śukadeva Gosvāmī le ofreció los debidos respetos con sentimientos saturados de amor.

Texto

yad-aṅghry-abhidhyāna-samādhi-dhautayā
dhiyānupaśyanti hi tattvam ātmanaḥ
vadanti caitat kavayo yathā-rucaṁ
sa me mukundo bhagavān prasīdatām

Palabra por palabra

yat-aṅghri — cuyos pies de loto; abhidhyāna — pensando en, a cada segundo; samādhi — trance; dhautayā — siendo limpiado; dhiyā — mediante esa inteligencia limpia; anupaśyanti — ve por el hecho de seguir a las autoridades; hi — ciertamente; tattvam — la Verdad Absoluta; ātmanaḥ — del Señor Supremo y de uno; vadanti — dicen ellos; ca — también; etat — esto; kavayaḥ — filósofos o eruditos entendidos; yathā-rucam — como él piensa; saḥ — Él; me — mío; mukundaḥ — el Señor Kṛṣṇa (quien da la liberación); bhagavān — la Personalidad de Dios; prasīdatām — se complazca conmigo.

Traducción

La Personalidad de Dios Śrī Kṛṣṇa es quien da la liberación. Por el hecho de pensar en Sus pies de loto a cada segundo, siguiendo los pasos de las autoridades, el devoto en estado de trance puede ver a la Verdad Absoluta. Sin embargo, los eruditos especuladores mentales piensan en Él como se les antoja. Que el Señor se complazca conmigo.

Significado

Los yogīs místicos, después de hacer un esfuerzo tenaz para controlar los sentidos, puede que se sitúen en un trance de yoga, tan solo para poder ver a la Superalma que se encuentra dentro de todo el mundo; pero el devoto puro, por el simple hecho de recordar los pies de loto del Señor a cada segundo, puede establecerse de inmediato en el verdadero trance, porque mediante ese estado de comprensión, la mente y la inteligencia se le limpian por completo de las enfermedades del disfrute material. El devoto puro considera que está caído en el océano del nacimiento y la muerte, y le ruega incesantemente al Señor que lo saque de ahí. Él tan solo ambiciona convertirse en una partícula de polvo trascendental que se encuentre a los pies de loto del Señor. Por la gracia del Señor, el devoto puro pierde por completo toda la atracción que pudiera tener hacia el disfrute material, y para mantenerse libre de la contaminación, siempre piensa en los pies de loto del Señor. El rey Kulaśekhara, un gran devoto del Señor, oró:

kṛṣṇa tvadīya-pada-paṅkaja-pañjarāntam
adyaiva me viśatu mānasa-rāja-haṁsaḥ
prāṇa-prayāṇa-samaye kapha-vāta-pittaiḥ
kaṇṭhāvarodhana-vidhau smaraṇaṁ kutas te

«Mi querido Señor Kṛṣṇa, ruego que el cisne de mi mente se sumerja de inmediato hasta los tallos de los pies de loto de Tu Señoría, y se trabe en sus redes; de lo contrario, a la hora de mi último suspiro, cuando tenga la garganta obstruida por la tos, ¿cómo voy a poder pensar en Ti?».

Entre el cisne y el tallo del loto existe una relación íntima. De modo que, la comparación es muy idónea: si uno no se vuelve un cisne, o paramahaṁsa, no puede entrar en las redes de los pies de loto del Señor. Como se declara en la Brahma-saṁhitā, los especuladores mentales no pueden ni soñar acerca de la Verdad Absoluta especulando acerca de ella por toda la eternidad, ni siquiera a fuerza de una consumada erudición. El Señor se reserva el derecho de exponerse a esos especuladores mentales. Y como ellos no pueden entrar en las redes que forman los tallos de los pies de loto del Señor, todas sus conclusiones difieren entre sí, y al final hacen una componenda inútil, diciendo que «cada conclusión es un camino» conforme a la inclinación que uno tenga (yathā-rucam). Pero el Señor no es como el vendedor de una tienda, que trata de complacer a toda clase de clientes en el mercado de los especuladores mentales. El Señor es lo que es, la Absoluta Personalidad de Dios, y Él exige una absoluta entrega únicamente a Él. No obstante, el devoto puro, por seguir los caminos de los ācāryas, o autoridades, anteriores, puede ver al Señor Supremo a través del medio transparente que es un maestro espiritual genuino (anupaśyānti). El devoto puro nunca trata de ver al Señor mediante la especulación mental, sino mediante el proceso de seguir los pasos de los ācāryas (mahājano yena gataḥ sa panthāḥ). Por consiguiente, no existe diferencia entre las conclusiones de los ācāryas vaiṣṇavas respecto al Señor y los devotos. El Señor Caitanya afirma que la entidad viviente (jīva) es eternamente la servidora del Señor, y que es idéntica al Señor y, simultáneamente, diferente de Él. Este tattva del Señor Caitanya lo comparten las cuatro sampradāyas de la escuela vaiṣṇava (todas las cuales aceptan la servidumbre eterna que se tiene con el Señor incluso después de la salvación), y no hay ningún ācārya vaiṣṇava autorizado que crea que el Señor y él son uno.

Esta humildad del devoto puro, quien se dedica en un cien por ciento al servicio de Él, pone al devoto del Señor en un trance mediante el cual puede comprender todo perfectamente, porque al devoto sincero del Señor, el Señor se le revela, tal como se declara en el Bhagavad-gītā (10.10). El Señor, siendo el Señor de la inteligencia que hay en todos (incluso en el no devoto), favorece a Su devoto con la debida inteligencia, de manera que el devoto puro se ilumine automáticamente con la verdad real acerca del Señor y Sus diferentes energías. El Señor no se revela mediante la capacidad especulativa de uno, ni mediante los juegos de palabras que hagamos acerca de la Verdad Absoluta; Él se le revela a un devoto cuando se siente plenamente satisfecho con la actitud de servicio que este último tenga. Śukadeva Gosvāmī no es un especulador mental, ni una persona acomodaticia que transige con la teoría de «cada conclusión es un camino». Más bien, él le ora al Señor únicamente, invocando Su placer trascendental. Esa es la manera de conocer al Señor.

Texto

pracoditā yena purā sarasvatī
vitanvatājasya satīṁ smṛtiṁ hṛdi
sva-lakṣaṇā prādurabhūt kilāsyataḥ
sa me ṛṣīṇām ṛṣabhaḥ prasīdatām

Palabra por palabra

pracoditā — inspirado; yena — por quien; purā — al principio de la creación; sarasvatī — la diosa de la erudición; vitanvatā — amplificado; ajasya — de Brahmā, el primer ser viviente creado; satīm smṛtim — memoria poderosa; hṛdi — en el corazón; sva — en su propio; lakṣaṇā — apuntando a; prādurabhūt — se generó; kila — como si; āsyataḥ — de la boca; saḥ — él; me — a mí; ṛṣīṇām — de los maestros; ṛṣabhaḥ — el principal; prasīdatām — se complazca.

Traducción

Que el Señor, quien al principio de la creación amplificó desde dentro del corazón de Brahmā el conocimiento potente que hay en él, y lo inspiró dándole pleno conocimiento acerca de la creación y de Su propio Ser, y quien pareció haberse generado de la boca de Brahmā, que Él se complazca conmigo.

Significado

Tal como lo hemos discutido anteriormente, el Señor, como la Superalma de todos los seres vivos —desde Brahmā hasta la insignificante hormiga—, los dota a todos con el conocimiento necesario que se encuentra potente en cada uno de ellos. El ser vivo es lo suficientemente potente como para poseer conocimiento procedente del Señor en la proporción de cincuenta a sesenta y cuatro, o setenta y ocho por ciento de todo el conocimiento que se puede adquirir. Como el ser viviente es por constitución parte integral del Señor, es incapaz de asimilar todo el conocimiento que el propio Señor posee. En el estado condicionado, el ser viviente está supeditado a olvidarlo todo, después de un cambio de cuerpo conocido como la muerte. Este conocimiento potente lo inspira de nuevo el Señor desde dentro del corazón de cada ser vivo, y ello se conoce como el despertar del conocimiento, ya que es como el acto de despertarse después de dormir o de estar inconsciente. Este despertar del conocimiento se encuentra bajo el control pleno del Señor, y, por lo tanto, en el mundo práctico encontramos en las diferentes personas diferentes grados de conocimiento. Este despertar del conocimiento no es una interacción automática ni material. La fuente que lo suministra es el propio Señor (dhiyāṁ patiḥ), pues hasta Brahmā está supeditado también a esa regulación del creador supremo. Al principio de la creación, Brahmā nace primero sin ningún padre ni madre, porque antes que Brahmā no había ningún otro ser viviente. Brahmā nace del loto que crece del abdomen de Garbhodakaśāyī Viṣṇu, y por eso se lo conoce como Aja. Este Brahmā, o Aja, también es un ser viviente, parte integral del Señor, pero como es el más piadoso de los devotos del Señor, es inspirado por el Señor para crear por intermedio de la naturaleza material, a continuación de la creación principal que lleva a cabo el Señor. De modo que, ni la naturaleza material, ni Brahmā son independientes del Señor. Los científicos materialistas tan solo pueden observar las reacciones de la naturaleza material, sin entender la dirección que existe tras esas actividades, tal como un niño puede ver la acción de la electricidad, sin saber nada del ingeniero de la central eléctrica. Ese conocimiento imperfecto que tiene el científico materialista, se debe a un escaso acopio de conocimiento. El conocimiento védico se le infundió primero a Brahmā internamente, y parece ser que Brahmā lo distribuyó. Brahmā es sin duda el expositor del conocimiento védico, pero en realidad él fue inspirado por el Señor para recibir ese conocimiento trascendental, ya que este desciende directamente del Señor. Por eso a los Vedas se los llama apauruṣeya, o que no los imparte ningún ser creado. Antes de la creación, el Señor estaba presente (nārāyaṇaḥ paro ’vyaktāt), por lo cual las palabras que el Señor pronuncia son vibraciones de sonido trascendental. Existe un abismo entre las dos clases de sonido, es decir, entre el prākṛta, y el aprākṛta. El físico únicamente puede ocuparse del sonido prākṛta, o el sonido que se produce en el cielo material, y, en consecuencia, debemos saber que los sonidos védicos que se recogen con expresiones simbólicas, no los puede entender cualquier persona del universo, por lo menos hasta que se sea inspirado por la vibración del sonido sobrenatural (aprākṛta), que desciende por la cadena de sucesión discipular desde el Señor hasta Brahmā, de Brahmā a Nārada, de Nārada a Vyāsa, y así sucesivamente. Ningún erudito mundano puede traducir o revelar el verdadero significado de los mantras (himnos) védicos. Estos no pueden ser entendidos, a menos que se sea inspirado o iniciado por el maestro espiritual autorizado. El maestro espiritual original es el propio Señor, y la sucesión desciende a través de las fuentes del paramparā, tal como se afirma claramente en el cuarto capítulo del Bhagavad-gītā. Así pues, a menos que uno reciba el conocimiento trascendental de manos del paramparā autorizado, a uno se lo debe considerar inútil (viphalā matāḥ), aunque se sea sumamente capacitado en lo referente a los adelantos de las artes o las ciencias.

En virtud de estar inspirado desde dentro por el Señor, Śukadeva Gosvāmī le está orando a Él, para poder explicar correctamente todos los hechos y los datos acerca de la creación, conforme lo preguntó Mahārāja Parīkṣit. Un maestro espiritual no es un especulador teórico, tal como el erudito mundano, sino que es śrotriyaṁ brahma-niṣṭham.

Texto

bhūtair mahadbhir ya imāḥ puro vibhur
nirmāya śete yad amūṣu pūruṣaḥ
bhuṅkte guṇān ṣoḍaśa ṣoḍaśātmakaḥ
so ’laṅkṛṣīṣṭa bhagavān vacāṁsi me

Palabra por palabra

bhūtaiḥ — por los elementos; mahadbhiḥ — de la creación material; yaḥ — Aquel que; imāḥ — todos estos; puraḥ — cuerpos; vibhuḥ — el Señor; nirmāya — para ser establecido; śete — se acuesta; yat amūṣu — aquel que se encarnó; pūruṣaḥ — el Señor Viṣṇu; bhuṅkte — hace que se someta; guṇān — las tres modalidades de la naturaleza; ṣoḍaśa — en dieciséis divisiones; ṣoḍaśa-ātmakaḥ — siendo el generador de esas dieciséis; saḥ — Él; alaṅkṛṣīṣṭa — que decore; bhagavān — la Personalidad de Dios; vacāṁsi — declaraciones; me — mías.

Traducción

Que la Personalidad de Dios, quien por el hecho de acostarse en el universo anima los cuerpos de los elementos creados materialmente, y quien en Su encarnación puruṣa hace que el ser viviente se someta a las dieciséis divisiones de las modalidades materiales que lo generan, que Él tenga la bondad de adornar mis declaraciones.

Significado

Śukadeva Gosvāmī, en su carácter de devoto totalmente dependiente (a diferencia del hombre mundano que se siente orgulloso de su propia capacidad), invoca el placer de la Personalidad de Dios, para que sus declaraciones puedan tener éxito y sean apreciadas por los oyentes. El devoto siempre se considera un instrumento en lo que se refiere a cualquier cosa que se realice con éxito, y él rehúsa que se le atribuya el mérito de cualquier cosa que haya hecho. El infiel ateo quiere adjudicarse todo el mérito de las actividades, sin saber que ni siquiera una brizna de paja se puede mover sin la sanción del Espíritu Supremo, la Personalidad de Dios. Śukadeva Gosvāmī, por consiguiente, quiere actuar bajo la dirección del Señor Supremo, quien inspiró a Brahmā para que expusiera la sabiduría védica. Las verdades que se describen en las Escrituras védicas no son teorías de la imaginación mundana, ni tampoco son cosas ficticias, como a veces lo creen hombres de la clase poco inteligente. Las verdades védicas son todas descripciones perfectas acerca de la verdad objetiva, sin ningún error ni ilusión, y Śukadeva Gosvāmī quiere presentar las verdades de la creación no como una teoría metafísica producto de la especulación filosófica, sino como los datos y hechos verdaderos acerca de la materia, ya que se lo dictaría el Señor de la misma manera en que Brahmājī fue inspirado. Como se afirma en el Bhagavad-gītā (15.15), el propio Señor es el padre del conocimiento Vedānta, y es solo Él quien conoce el verdadero significado de la filosofía Vedānta. De modo que, no hay una mayor verdad que la que se encuentra en los principios religiosos que se mencionan en los Vedas. Ese conocimiento védico, o religión védica, lo diseminan autoridades tales como Śukadeva Gosvāmī, porque él es un humilde servidor devocional del Señor y no tiene ningún deseo de convertirse en un intérprete autonombrado sin ninguna autoridad. Esa es la manera de explicar el conocimiento védico, manera técnicamente conocida como el sistema paramparā, o el proceso descendente.

El hombre inteligente puede ver sin equivocarse que, sin el toque espiritual, ninguna creación material (ya sea el cuerpo de uno, una fruta o una flor) puede crecer y volverse hermosa. El hombre más inteligente del mundo o el mejor de los científicos puede presentar todo muy bien, solo mientras se encuentre presente la vida espiritual, o en la medida en que esté presente el toque espiritual. Por lo tanto, la fuente de todas las verdades la constituye el Espíritu Supremo, y no la materia burda, como lo concibe erróneamente la persona muy materialista. La literatura védica nos da la información de que el propio Señor entró primero en el vacío del universo material, en virtud de lo cual todas las cosas se desarrollaron gradualmente una tras otra. De forma similar, el Señor se halla situado como Paramātmā localizado en cada ser individual. Así pues, Él hace todo de una manera muy hermosa. Los dieciséis elementos creativos principales, es decir, la tierra, el agua, el fuego, el aire, el cielo y los once órganos de los sentidos, se desarrollaron primero procedentes del propio Señor, y por eso fueron compartidos por las entidades vivientes. De ese modo, los elementos materiales fueron creados para el disfrute de las entidades vivientes. El hermoso plan que existe tras todas las manifestaciones materiales lo hace posible, pues, la energía del Señor, y la entidad viviente individual lo único que puede hacer es orarle al Señor para poder entender bien todo. Como el Señor es la entidad suprema, diferente de Śukadeva Gosvāmī, es posible ofrecerle a Él la oración, El Señor ayuda a la entidad viviente a disfrutar de la creación material, pero se encuentra aparte de ese falso disfrute. Śukadeva ora pidiendo la misericordia del Señor, no solo para que en lo personal se lo ayude a presentar la verdad, sino también para poder ayudar a otros a quienes le gustaría hablarles.

Texto

namas tasmai bhagavate
vāsudevāya vedhase
papur jñānam ayaṁ saumyā
yan-mukhāmburuhāsavam

Palabra por palabra

namaḥ — mis reverencias; tasmai — a Él; bhagavate — a la Personalidad de Dios; vāsudevāya — a Vāsudeva o Sus encarnaciones; vedhase — el compilador de las Escrituras védicas; papuḥ — debido; jñānam — conocimiento; ayam — este conocimiento védico; saumyāḥ — los devotos, especialmente las consortes del Señor Kṛṣṇa; yat — de cuya; mukha-amburuha — la boca cual loto; āsavam — néctar de Su boca.

Traducción

Le ofrezco mis respetuosas reverencias a Śrīla Vyāsadeva, la encarnación de Vāsudeva que compiló las Escrituras védicas. Los devotos puros beben el nectáreo conocimiento trascendental que cae de la boca del Señor, la cual es como un loto.

Significado

En relación con la expresión específica vedhase, o el «compilador del sistema del conocimiento trascendental», Śrīla Śrīdhara Svāmī ha comentado que las respetuosas reverencias se le ofrecen a Śrīla Vyāsadeva, quien es la encarnación de Vāsudeva. Śrīla Jīva Gosvāmī estuvo de acuerdo con esto, pero Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura ha hecho un aporte adicional, al decir que el néctar de la boca del Señor Kṛṣṇa se le pasa a Sus diferentes consortes, y de esa manera ellas aprenden las bellas artes de la música, la danza, el vestir, los adornos, y todas esas cosas de las que el Señor disfruta. Esa música, danza y decoraciones de las que el Señor disfruta, sin duda que no son nada mundano, porque al Señor se lo trata desde el mismo principio como para, o trascendental. Este conocimiento trascendental les es desconocido a las olvidadas almas condicionadas. Śrīla Vyāsadeva, quien es la encarnación del Señor, recopiló, pues, las Escrituras védicas, para hacer que las almas condicionadas recobren la memoria que han perdido, respecto a la relación eterna que tienen con el Señor. Por consiguiente, uno debe tratar de entender las Escrituras védicas, o el néctar que el Señor les pasó a Sus consortes que participan del humor conyugal, y ello se debe entender de labios de la boca cual loto de Vyāsadeva o Śukadeva. Mediante el desarrollo gradual del conocimiento trascendental, uno puede elevarse hasta la etapa de las trascendentales artes de la música y la danza que el Señor exhibió en Su rāsa-līlā. Pero sin tener el conocimiento védico, difícilmente podrá uno entender la naturaleza trascendental de la música y la danza rāsa del Señor. Sin embargo, los devotos puros del Señor pueden saborear igualmente el néctar tanto en la forma de los profundos discursos filosóficos como en la forma de los besos que el Señor da en la danza rāsa, ya que no hay ninguna diferencia mundana entre ambas cosas.

Texto

etad evātma-bhū rājan
nāradāya vipṛcchate
veda-garbho ’bhyadhāt sākṣād
yad āha harir ātmanaḥ

Palabra por palabra

etat — a este respecto; eva — exactamente; ātma-bhūḥ — el primogénito (Brahmājī); rājan — mi querido rey; nāradāya — a Nārada Muni; vipṛcchate — habiéndole preguntado acerca de ello; veda-garbhaḥ — aquel que está imbuido de conocimiento védico desde que nació; abhyadhāt — informado; sākṣāt — directamente; yat āha — lo que habló; hariḥ — el Señor; ātmanaḥ — a Su propio hijo (Brahmā).

Traducción

Mi querido rey, Brahmā, el primogénito, al ser interrogado por Nārada, le informó de esta materia de un modo exacto, tal como se lo había hablado directamente el Señor a Su propio hijo, el cual estaba imbuido de conocimiento védico desde su mismo nacimiento.

Significado

En cuanto Brahmā nació de los pétalos del loto abdominal de Viṣṇu, fue imbuido de conocimiento védico, y, por consiguiente, se lo conoce como vedagarbha, o un vedantista desde el embrión. Sin el conocimiento védico, o sin conocimiento perfecto e infalible, nadie puede crear nada. Todo conocimiento científico y todo conocimiento perfecto es védico. Uno puede obtener de los Vedas todo tipo de información, y, por ende, Brahmā fue imbuido de conocimiento omniperfecto para que le fuera posible crear. Así pues, Brahmā conocía la descripción perfecta de la creación, ya que se lo había informado con precisión el Supremo Señor Hari. Brahmā, al ser interrogado por Nārada, le dijo a este de un modo exacto lo que había oído directamente de labios del Señor. Nārada le dijo a Vyāsa exactamente lo mismo, y Vyāsa también le dijo a Śukadeva exactamente lo que había oído decir a Nārada. Y Śukadeva iba a repetir las mismas declaraciones, tal como las había oído de labios de Vyāsa. Ese es el método de la comprensión védica. El lenguaje de los Vedas se puede revelar únicamente a través de la sucesión discipular antedicha, y de ninguna otra manera.

De nada sirven las teorías. El conocimiento debe ser real. Hay muchas cosas que son complicadas, y uno no las puede entender a menos que las explique alguien que sepa. El conocimiento védico también es algo muy difícil de conocer, y se debe aprender por medio del sistema mencionado; de lo contrario, no se entiende en absoluto.

Por lo tanto, Śukadeva Gosvāmī oró pidiendo la misericordia del Señor, de modo que pudiera ser capaz de repetir el mismo mensaje que el Señor le habló directamente a Brahmā, o lo que Brahmā le habló directamente a Nārada. Así pues, las declaraciones que Śukadeva Gosvāmī hizo acerca de la creación no son teóricas en absoluto, como lo sugiere la gente mundana, sino que son perfectamente correctas. Aquel que oye estos mensajes y trata de asimilarlos, recibe información perfecta acerca de la creación material.

Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo cuarto del Canto Segundo del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado: «El proceso de la creación».