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Śrīmad-bhāgavatam 10.8.10

Texto

śrī-nanda uvāca
alakṣito ’smin rahasi
māmakair api go-vraje
kuru dvijāti-saṁskāraṁ
svasti-vācana-pūrvakam

Palabra por palabra

śrī-nandaḥ uvāca — Nanda Mahārāja dijo (a Garga Muni); alakṣitaḥ — sin que Kaṁsa lo sepa; asmin — en esta vaquería; rahasi — en un lugar muy solitario; māmakaiḥ — ni siquiera mis familiares; api — un lugar aún más apartado; go-vraje — en la vaquería; kuru — celebra, sin más; dvijāti-saṁskāram — el proceso purificatorio del segundo nacimiento (saṁskārād bhaved dvijaḥ); svasti-vācana-pūrvakam — cantando los himnos védicos para celebrar el proceso purificatorio.

Traducción

Nanda Mahārāja dijo: Mi querido gran sabio, si piensas que por celebrar este proceso purificatorio vas a despertar las sospechas de Kaṁsa, lo mejor es que cantes los himnos védicos en secreto y celebres el proceso purificatorio del segundo nacimiento aquí mismo, en la vaquería de mi casa, sin que nadie lo sepa, ni aún mis propios familiares, pues la importancia de ese proceso de purificación es fundamental.

Significado

A Nanda Mahārāja no le gustaba la idea de suprimir el proceso purificatorio. A pesar de los muchos obstáculos, quería aprovechar la presencia de Garga Muni para hacer lo que se requería. El proceso purificatorio tiene una importancia fundamental, en particular para los brāhmaṇas, kṣatriyas y vaiśyas. Habida cuenta de que Nanda Mahārāja se presentaba como vaiśya, el proceso purificatorio era imprescindible. En el pasado, esas actividades institucionales eran obligatorias. Cātur-varṇyaṁ mayā sṛṣṭaṁ guṇa-karma-vibhāgaśaḥ (Bg. 4.13). Sin esas actividades de purificación, la sociedad se consideraría una sociedad de animales. Nanda Mahārāja quería aprovechar la presencia de Garga Muni para celebrar las ceremonias nāma-karaṇa, aunque fuera en secreto, sin ningún tipo de preparativos suntuosos. Por consiguiente, la posibilidad de purificarse debe considerarse el deber esencial de la sociedad humana. En Kali yuga, sin embargo, la gente ha olvidado lo más básico. Mandāḥ sumanda-matayo manda-bhāgyā hy upadrutāḥ (Bhāg. 1.1.10). En esta era, la gente, de por sí, tiene malas cualidades, es desafortunada y no acepta las instrucciones védicas para hacer de su vida un éxito. Nanda Mahārāja, sin embargo, no quería pasar por alto ningún detalle. Para mantener intacta aquella sociedad, feliz y avanzada en el conocimiento espiritual, supo aprovechar perfectamente la presencia de Garga Muni para hacer lo que se requería. ¡Cuánto se ha degradado la sociedad en cinco mil años! Mandāḥ sumanda-matayo manda-bhāgyāḥ. La vida humana se obtiene después de muchísimos millones de vidas, y está hecha para la purificación. En el pasado, el padre estaba deseoso de proporcionar a sus hijos toda la ayuda necesaria para elevarles, pero en la actualidad, debido a un liderazgo deficiente, llegan hasta el extremo de matar a sus hijos para evitarse la responsabilidad de criarlos.