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Śrīmad-bhāgavatam 1.9.8

Texto

anye ca munayo brahman
brahmarātādayo ’malāḥ
śiṣyair upetā ājagmuḥ
kaśyapāṅgirasādayaḥ

Palabra por palabra

anye — muchos otros; ca — también; munayaḥ — sabios; brahman — ¡oh brāhmaṇas!; brahmarāta — Śukadeva Gosvāmī; ādayaḥ — y otros más; amalāḥ — completamente purificados; śiṣyaiḥ — por los discípulos; upetāḥ — acompañados; ājagmuḥ — llegaron; kaśyapa — Kaśyapa; āṅgirasa — Āṅgirasa; ādayaḥ — otros.

Traducción

Y muchos otros llegaron allí, tales como Śukadeva Gosvāmī y otras almas purificadas, Kaśyapa, Āṅgirasa y otros, acompañados todos por sus respectivos discípulos.

Significado

Śukadeva Gosvāmī (Brahmarāta): El famoso hijo y discípulo de Śrī Vyāsadeva, quien le enseñó primero el Mahābhārata y luego el Śrīmad-Bhāgavatam. Śukadeva Gosvāmī recitó un millón cuatrocientos mil versos del Mahābhārata en los concilios de los gandharvas, yakṣas y rākṣasas, y recitó el Śrīmad-Bhāgavatam por primera vez en presencia de Mahārāja Parīkṣit. El estudió cabalmente todas las Escrituras védicas con su gran padre. Así pues, era un alma completamente purificada en virtud de su extenso conocimiento acerca de los principios de la religión. El Mahābhārata, Sabhā-parva (4.11), nos hace saber que él también estaba presente en la asamblea real de Mahārāja Yudhiṣṭhira y durante el ayuno de Mahārāja Parīkṣit. Como genuino discípulo de Śrī Vyāsadeva, le hizo preguntas a su padre de un modo muy extenso acerca de los principios religiosos y los valores espirituales, y su gran padre también lo satisfizo, enseñándole el sistema de yoga mediante el cual uno puede llegar al reino espiritual, la diferencia entre el trabajo fruitivo y el conocimiento empírico, los medios y arbitrios para lograr la comprensión espiritual, los cuatro āśramas (es decir, la vida de estudiante, la vida matrimonial, la vida retirada y la vida renunciada), la posición sublime de la Suprema Personalidad de Dios, el proceso de verlo a Él cara a cara, el candidato genuino para recibir conocimiento, la consideración de los cinco elementos, la posición única de la inteligencia, la conciencia de la naturaleza material y la entidad viviente, las características del alma autorrealizada, los principios de funcionamiento del cuerpo material, las características de las influyentes modalidades de la naturaleza, el árbol del deseo perpetuo y las actividades psíquicas. Algunas veces, iba al planeta Sol con el permiso de su padre y Nāradajī. En el Śānti-parva del Mahābhārata (332) se dan descripciones de sus viajes por el espacio. Al final alcanzó el reino trascendental. A él se le conoce con diferentes nombres, tales como Araṇeya, Aruṇisuta, Vaiyāsaki y Vyāsātma.

Kaśyapa: Uno de los prajāpatis, el hijo de Marīci y uno de los yernos de Prajāpati Dakṣa. Es el padre de Garuḍa, el ave gigante, a quien se le daban de comer elefantes y tortugas. Se casó con trece hijas de Prajāpati Dakṣa, y los nombres de estas son: Aditi, Diti, Danu, Kāṣṭhā, Ariṣṭā, Surasā, Ilā, Muni, Krodhavaśā, Tāmrā, Surabhi, Saramā y Timi. Con esas esposas engendró muchos hijos, tanto semidioses como demonios. De su primera esposa, Aditi, nacieron todos los doce Ādityas; uno de ellos es Vāmana, la encarnación de Dios. Este gran sabio, Kaśyapa, también estuvo presente durante el nacimiento de Arjuna. Paraśurāma le regaló el mundo entero, y más tarde le pidió a Paraśurāma que se saliera del mundo. Su otro nombre es Ariṣṭanemi. Él vive en la parte norte del universo.

Āṅgirasa: Es el hijo de Maharṣi Aṅgirā y se le conoce como Bṛhaspati, el sacerdote de los semidioses. Se dice que Droṇācārya era una encarnación parcial de él. Śukrācārya era el maestro espiritual de los demonios, y Bṛhaspati lo desafió. Su hijo es Kaca, y Bharadvāja Muni fue el primero a quien se dio el arma de fuego. Él engendró seis hijos (como el dios del fuego) en su esposa Candramāsī, una de las estrellas célebres. Él podía viajar por el espacio y, por lo tanto, podía presentarse incluso en los planetas de Brahmaloka e Indraloka. Él aconsejó a Indra, el rey del cielo, en lo referente a conquistar a los demonios. Una vez maldijo a Indra, quien por ello tuvo que volverse un cerdo en la Tierra y no quería regresar al cielo. ¡Tal es el poder de la atracción de la energía ilusoria! Hasta un cerdo no desea desprenderse de sus posesiones terrenales a cambio de un reino celestial. Él fue el preceptor religioso de los nativos de diferentes planetas.