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Ilustración 37

Con el inicio de la estación del otoño, el mar encrespado se vuelve tranquilo y sereno, como un filósofo después de la autorrealización, que no es ya perturbado por las modalidades de la naturaleza.

EL resultado de la autorrealización es el cese de la tormenta del deseo y la lujuria que son producto de las modalidades de la ignorancia y la pasión. El cese de la tormenta no significa que el mar queda inactivo. Cuando las tormentas amainan, la navegación puede realizarse fácilmente. Según el sistema hindú de navegación, hay una ceremonia a orillas del mar conocida como el día del coco. En el día del coco se le ofrece al mar un coco debido a que se ha pacificado y a partir de ese día, los barcos de altamar zarpan hacia el extranjero.

Las tres modalidades de la naturaleza dividen las actividades humanas en dos esferas diferentes, una externa y otra introspectiva. Mientras un hombre sea dominado por las modalidades de la ignorancia y la pasión, es externamente activo en el deseo y la lujuria. Los hombres absortos en el deseo y la lujuria se llaman asuras explotan toda fuente de desarrollo económico. Como resultado de esta civilización asúrica, toda la sociedad humana se vuelve como un mar tormentoso, sin vestigio alguno de paz ni prosperidad.

Un enfoque del mundo demasiado externo hace surgir un excesivo y difícil tipo de industria y comercio en gran escala, conocido comougra-karma. La palabra ugra significa "arduo" o "difícil" y karma significa "trabajo". El desarrollo de arduos y difíciles esfuerzos industriales entorpece siempre el cultivo progresivo del espíritu humano. Los líderes asúricos de la sociedad nunca se retiran de tales tareas lujuriosas, a menos que sean matados por las leyes de la naturaleza. Según ellos no hay porqué retirarse ni cultivar el espíritu humano. Pero los hombres en la modalidad de la bondad tienen una mente introspectiva; después de una lucha regulada por la existencia, se retiran y ocupan su tiempo en cultivar el espíritu humano.

De acuerdo con el principio varṇāśrama, es obligatorio que uno se retire después de los cincuenta años de edad, sin considerar otras circunstancias. Las oficinas comerciales cierran a una hora fija, sin importar cuánto trabajo resta. Similarmente después de los cincuenta años uno debe retirarse de la vida externa y activa para dedicarse al cultivo introspectivo del espíritu humano. Este retiro debe ser obligatorio, de tal manera que los viejos tontos ya no perturben el progreso pacífico de la cultura espiritual. En el gobierno democrático moderno, nadie debe ser elegido después de los cincuenta años. De lo contrario, la tormenta del océano de ignorancia no puede ser detenida para permitir que los barcos y botes zarpen de vuelta al Supremo. Los enemigos más grandes del progreso de la cultura espiritual en la sociedad humana son los viejos fósiles de los partidos políticos, que están ciegos y tratan de conducir a otros ciegos. Ellos causan el desastre en una sociedad humana pacífica. Los miembros de la generación joven no son tan estúpidos como los viejos políticos y por lo tanto, por ley del Estado, estos viejos políticos deberían retirarse de la vida activa a la edad de cincuenta años.