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CC Madhya-līlā 20.135

Texto

pūrva-dike tāte māṭī alpa khudite
dhanera jhāri paḍibeka tomāra hātete

Palabra por palabra

pūrva-dike — en el lado este; tāte — allí; māṭī — la tierra; alpa — pequeña cantidad; khudite — tras cavar; dhanera — del tesoro; jhāri — la vasija; paḍibeka — obtendrás; tomāra — tuyas; hātete — en las manos.

Traducción

«“Sin embargo, por el este, bastará con que remuevas un poco de tierra para que tus manos toquen inmediatamente la vasija del tesoro.”

Significado

Las Escrituras védicas, y entre ellas los Purāṇas, explican que hay diversos procesos, en función de la posición del alma condicionada: karma-kāṇḍa, jñāna-kāṇḍa, el proceso de yoga y el proceso de bhakti-yoga. Karma-kāṇḍa se compara a avispas y zánganos que picarán a quien se refugie en ellos. Jñāna-kāṇḍa, el proceso especulativo, es como un fantasma que crea trastornos en la mente. Yoga, el proceso místico, se compara a una serpiente negra que devora a la gente mediante el cultivo impersonal de kaivalya. Sin embargo, si adoptamos el proceso de bhakti-yoga, obtendremos rápidamente el éxito. En otras palabras, mediante el bhakti-yoga, las manos tocan el tesoro oculto sin dificultad.

El objetivo de todas las Escrituras reveladas y de todas las instrucciones védicas es Kṛṣṇa, como Él mismo dice en la Bhagavad-gītā (15.15): vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ. Puesto que los Vedas ordenan buscar a Kṛṣṇa y refugiarse en Sus pies de loto, y puesto que, aparte del servicio devocional, ningún otro proceso védico nos ayudará en ese empeño, debemos adoptar el proceso del servicio devocional. Según explica la Bhagavad-gītā (18.55) sólo se considera definitivo el proceso del bhakti. Bhaktyā mām abhijānāti. Ésa es la declaración conclusiva de los Vedas, y quien sea sincero en su búsqueda de Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, debe aceptar ese proceso. En relación con esto, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura dice lo siguiente: «El lado este representa el servicio devocional del Señor Kṛṣṇa. El sur representa el proceso de actividades fruitivas (karma-kāṇḍa), que culmina en ganancias materiales. El oeste representa jñāna-kāṇḍa, el proceso de la especulación mental, llamado a veces siddhi-kāṇḍa. El norte representa el método especulativo, conocido a veces con el nombre de sistema místico de yoga». Únicamente el lado este, el servicio devocional, nos permite alcanzar el verdadero objetivo de la vida. Al sur están las actividades fruitivas, por las cuales acabamos recibiendo el castigo de Yamarāja. En el sendero de las actividades fruitivas, predominan los deseos materiales. Por eso los resultados de ese proceso se comparan a avispas y zánganos. La entidad viviente sufre los picotazos de las avispas y los zánganos de las actividades fruitivas, y de ese modo sufre en la existencia material vida tras vida. Siguiendo ese proceso, no es posible liberarse de los deseos materiales. La propensión al disfrute material nunca termina. De ese modo, el ciclo de nacimientos y muertes continúa, y el alma espiritual sufre perpetuamente.

El proceso del yoga místico se compara a una serpiente negra que devora a la entidad viviente y le inyecta veneno. El objetivo final del sistema de yoga es volverse uno con el Absoluto. Eso significa poner fin a la propia existencia personal. Pero la existencia individual de la parte integral espiritual de la Suprema Personalidad de Dios es eterna. La Bhagavad-gītā confirma que el alma individual existía en el pasado, existe en el presente y continuará existiendo como ser individual en el futuro. El intento artificial de volverse uno con el Absoluto es un intento suicida. No podemos aniquilar nuestra condición natural.

Hay un yakṣa, un protector de riquezas, que no permitirá que nadie se lleve las riquezas para disfrutar de ellas. Ese demonio no hará otra cosa que crear problemas. En otras palabras, el devoto no va a depender de sus recursos materiales sino de la misericordia de la Suprema Personalidad de Dios, que es quien puede dar verdadera protección. Eso se denomina rakṣiṣyatīti viśvāsaḥ o (en el poema bengalí Śaraṇāgati de Bhaktivinoda Ṭhākura) ‘avaśya rakṣibe kṛṣṇa’viśvāsa pālana. El alma entregada debe aceptar el hecho de que su verdadero protector es Kṛṣṇa, no los bienes materiales que haya adquirido.

Considerando todos estos puntos, se concluye que el servicio devocional de Kṛṣṇa es el verdadero tesoro de la entidad viviente. Quien se eleva hasta el plano del servicio devocional goza siempre de opulencia en compañía de la Suprema Personalidad de Dios. Quien carece de servicio devocional es tragado por la serpiente negra del sistema de yoga y sufre los picotazos de las avispas y zánganos de las actividades fruitivas, con las miserias materiales que de ello se derivan. A veces, la entidad viviente se descarría e intenta fundirse en la existencia espiritual, creyéndose igual a la Suprema Personalidad de Dios. Eso significa que, una vez en el plano espiritual, se sentirá perturbada y regresará de nuevo al plano material. Según el Śrīmad-Bhāgavatam (10.2.32):

ye ’nye ’ravindākṣa vimukta-māninas
tvayy asta-bhāvād aviśuddha-buddhayaḥ
āruhya kṛcchreṇa paraṁ padaṁ tataḥ
patanty adho ’nādṛta-yuṣmad-aṅghrayaḥ

Esas personas puede que lleguen a ser sannyāsīs, pero, a menos que se refugien en los pies de loto de Kṛṣṇa, regresarán al plano material para realizar actividades filantrópicas. De ese modo, echarán a perder su vida espiritual. Debe entenderse que eso es como ser devorado por la serpiente negra.