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CC Madhya-līlā 13.24

Texto

tāṅhāra sammati lañā bhakte sukha dite
rathe caḍi’ bāhira haila vihāra karite

Palabra por palabra

tāṅhāra sammati — su permiso; lañā — tras recibir; bhakte — a los devotos; sukha dite — para complacer; rathe caḍi’ — subiéndose al carro; bāhira haila — salió; vihāra karite — a realizar pasatiempos.

Traducción

Tras pedir permiso a la diosa de la fortuna, el Señor salió para subirse al carro del Ratha y complacer a los devotos con Sus pasatiempos.

Significado

En relación con esto, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura comenta que, como esposo ideal, el Señor Jagannātha había pasado quince días con Su esposa, la diosa suprema de la fortuna, en un lugar apartado. A pesar de ello, el Señor quiso salir de Su aislamiento para dar felicidad a Sus devotos. El Señor disfruta de dos formas: svakīya y parakīya. El amor conyugal del Señor en la relación de svakīya-rasa se refiere a los principios regulativos que sigue en Dvārakā, donde el Señor está casado con muchas reinas. Pero en Vṛndāvana el Señor no manifiesta amor conyugal con Sus esposas, sino con Sus amigas, las gopīs. El amor conyugal con las gopīs se denomina parakīya-rasa. El Señor Jagannātha abandona el lugar aislado en que disfruta de la compañía de la diosa suprema de la fortuna en la relación de svakīya-rasa, y va a Vṛndāvana para disfrutar de parakīya-rasa. Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura, por consiguiente, nos recuerda que el placer del Señor en parakīya-rasa es superior al que experimenta con svakīya-rasa.

En el mundo material, parakīya-rasa, los amoríos con muchachas solteras, es la relación más degradada, pero, en el mundo espiritual, ese tipo de relación amorosa se considera el disfrute supremo. Todo lo que existe en el mundo material, no es más que un reflejo del mundo espiritual, un reflejo desvirtuado. No podemos entender lo que ocurre en el mundo espiritual basándonos en nuestra experiencia en el mundo material. Por esa razón, los eruditos mundanos y los charlatanes no saben entender los pasatiempos del Señor con las gopīs. A quienes no son muy avanzados en el servicio devocional puro, el tema del parakīya-rasa del mundo espiritual les está absolutamente vetado. No hay posibilidad alguna de comparar el parakīya-rasa del mundo espiritual con el que se da en el mundo material. El primero es como el oro, y el segundo, como el hierro. La diferencia entre los dos es tan grande que, en realidad, no pueden compararse. Sin embargo, del mismo modo que una persona con conocimiento puede distinguir fácilmente entre el oro y el hierro. Quien tiene la comprensión adecuada puede distinguir fácilmente entre las actividades trascendentales del mundo espiritual y las actividades materiales.